Comentario de 2 Juan 1:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Si alguien va a vosotros y no lleva esta doctrina, no le recibáis en casa, ni le digáis: “¡Bienvenido!”

1:10 — “Si alguno viene a vosotros,” La forma gramatical de esta frase indica que el caso bajo consideración era una realidad o una gran posibilidad. Sí llegaban falsos maestros a las casas de hermanos, y llegaban o habían de llegar a la de la “señora elegida.” En este caso eran unitarios, que negaban la Trinidad (el versículo 7). Los unitarios (modernistas) de hoy toman la misma posición falsa respecto a Jesucristo. Pero éstos no son los únicos de hoy que no traen la doctrina de Cristo. Como los gnósticos profesaban ser hermanos, también hoy en día los hay que traen otra doctrina aparte de lo autorizado por Cristo.

— “y no trae esta doctrina,” Es la doctrina referida en el versículo anterior, o sea, la que tiene a Cristo por autor. Ahora, en cuanto a recibir a los que sí traen la doctrina de Cristo, en la tercera carta de Juan se manda lo contrario a lo que vemos en este versículo. Véase 3Jn 1:5-8.

— “no lo recibáis en casa,” En aquel tiempo, como lo es el caso hoy en día en muchas partes del mundo, no había muchas facilidades de alojamiento, y por eso los predicadores se hospedaban con hermanos. (Compárese Gál 6:6; Rom 12:13; 3Jn 1:5-8). La hermana a quien escribió Juan tenía una casa propia para alojar huéspedes, y Juan le enseña que recibir a predicadores de error sería participar con ellos en sus errores (el versículo 11). Por eso no los podía recibir en la forma de darles una base de operaciones.

Claro es que este caso no trata de recibir en su casa a un hermano o no hermano que está en error con el fin de exhortarle, o enseñarle, o de serle benévolo en caso de necesidad. El punto es que el cristiano no puede hacer nada que podría interpretarse como acción de aprobación para el error. Compárese 1Co 5:11. No habla Juan de no ser dados a la hospitalidad (Heb 13:2), porque él no trata ningún caso de necesitados sino de falsos maestros con quienes no debemos transigir la verdad. No podemos tolerar ni a doctrina falsa ni a maestros falsos. Amar la verdad demanda que se odie el error.

— “Ni le digáis, ¡Bienvenido!” La razón de esto es dada en el próximo versículo. La palabra griega kairein viene de la palabra que significa regocijarse, o alegrarse. En este caso es un saludo de buena voluntad y de aprobación. Aparece en Hch 15:23; Hch 23:26; Stg 1:1 — ”salud.” Literalmente significa para usted regocijo, o para usted alegría. Era una salutación usada por los cristianos que expresaba fraternidad o hermandad (1Pe 2:17). Tal salutación al falso maestro le daría ánimo en su obra de error.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Si alguno viene a vosotros. 2Jn 1:11; Rom 16:17, Rom 16:18; 1Co 5:11; 1Co 16:22; Gál 1:8, Gál 1:9; 2Ti 3:5, 2Ti 3:6; Tit 3:10.

ni le digáis: ¡Bienvenido! Gén 24:12; Sal 129:8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

esta doctrina se refiere a la creencia cristiana de que Jesús ha venido «en carne» (v. 2Jn 1:7), Él es completamente humano y completamente divino. Un cristiano no sólo debe rehusarse a recibir a los falsos maestros, en el sentido de apoyarlos mientras visitan la comunidad; un cristiano debe evitar aparecer como avalando sus enseñanzas. La respuesta apropiada a los impostores es rechazarlos como no creyentes. Esto muestra lo seriamente que debemos tomar las Escrituras y lo cuidadosos que debemos ser al evaluar las enseñanzas de cada uno.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

NI LIE DIGÁIS: ¡BIENVENIDO! El amor y la fidelidad a Cristo y a la Palabra de Dios por parte del creyente deben llevarlo a rechaza y considerar como enemigo del evangelio de Cristo a cualquier supuesto creyente (ministro o laico) que no esté entregado a «la doctrina de Cristo» (v. 2Jn 1:9). A los que tergiversan la fe neo testamentaria y te oponen a ella no te les debe recibir en la comunión de los creyentes.

(1) Dios advierte a los creyentes que no acepten la falta enseñanza (v. 2Jn 1:8). Deben saber que «muchos engañadores han salido por el mundo» (v. 2Jn 1:7).

(2) Los creyentes deben considerar a todos los supuestos maestros cristianos que no siguen la enseñanza de Cristo como maestros que no tienen a Dios (v. 2Jn 1:9) y a quienes Dios condena (véase Gál 1:9, nota).

(3) Dios ordena a los creyentes que no les den animo ni respaldo económico, ni permanezcan bajo el ministerio de tales maestros. Hacer tal cosa seria unirse a ellos en su oposición a Dios y a tu Palabra y caer bajo la misma condenación de los maestros transigentes (v. 2Jn 1:11).

(4) Estas palabras terminantes de Juan, inspiradas por el Espíritu Santo, disgustan a muchos miembros de la iglesia en la actualidad. Piensan que la advertencia de Juan carece de actitud de amor o espíritu de unidad. Sin embargo, la enseñanza de Juan parecerá equivocada solo a los que tienen poco interés en la gloria de Cristo y en la autoridad de la Palabra de Dios, y las personas cuyas almas eternas se destruyen al descartar la verdad de Dios.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! La prohibición de Juan no se refiere a atender a personas que estaban en desacuerdo sobre asuntos secundarios. Estos falsos maestros habían emprendido una campaña sistemática para destruir las verdades básicas y fundamentales del cristianismo. La desvinculación completa de esos herejes era la única alternativa viable para los creyentes genuinos. Ningún beneficio o ayuda de cualquier tipo (ni siquiera la cortesía del saludo) era permisible. Los creyentes solo deben ayudar a quienes proclaman la verdad (vv. 2Jn 1:5-8).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:10 — “Si alguno viene a vosotros,” La forma gramatical de esta frase indica que el caso bajo consideración era una realidad o una gran posibilidad. Sí llegaban falsos maestros a las casas de hermanos, y llegaban o habían de llegar a la de la “señora elegida.” En este caso eran unitarios, que negaban la Trinidad (el versículo 7). Los unitarios (modernistas) de hoy toman la misma posición falsa respecto a Jesucristo. Pero éstos no son los únicos de hoy que no traen la doctrina de Cristo. Como los gnósticos profesaban ser hermanos, también hoy en día los hay que traen otra doctrina aparte de lo autorizado por Cristo.
— “y no trae esta doctrina,” Es la doctrina referida en el versículo anterior, o sea, la que tiene a Cristo por autor. Ahora, en cuanto a recibir a los que sí traen la doctrina de Cristo, en la tercera carta de Juan se manda lo contrario a lo que vemos en este versículo. Véase 3Jn 1:5-8.
— “no lo recibáis en casa,” En aquel tiempo, como lo es el caso hoy en día en muchas partes del mundo, no había muchas facilidades de alojamiento, y por eso los predicadores se hospedaban con hermanos. (Compárese Gál 6:6; Rom 12:13; 3Jn 1:5-8). La hermana a quien escribió Juan tenía una casa propia para alojar huéspedes, y Juan le enseña que recibir a predicadores de error sería participar con ellos en sus errores (el versículo 11). Por eso no los podía recibir en la forma de darles una base de operaciones.
Claro es que este caso no trata de recibir en su casa a un hermano o no hermano que está en error con el fin de exhortarle, o enseñarle, o de serle benévolo en caso de necesidad. El punto es que el cristiano no puede hacer nada que podría interpretarse como acción de aprobación para el error. Compárese 1Co 5:11. No habla Juan de no ser dados a la hospitalidad (Heb 13:2), porque él no trata ningún caso de necesitados sino de falsos maestros con quienes no debemos transigir la verdad. No podemos tolerar ni a doctrina falsa ni a maestros falsos. Amar la verdad demanda que se odie el error.
— “Ni le digáis, ¡Bienvenido!” La razón de esto es dada en el próximo versículo. La palabra griega kairein viene de la palabra que significa regocijarse, o alegrarse. En este caso es un saludo de buena voluntad y de aprobación. Aparece en Hch 15:23; Hch 23:26; Stg 1:1 — ”salud.” Literalmente significa para usted regocijo, o para usted alegría. Era una salutación usada por los cristianos que expresaba fraternidad o hermandad (1Pe 2:17). Tal salutación al falso maestro le daría ánimo en su obra de error.

Fuente: Notas Reeves-Partain

SIN COMPONENDAS

2 Juan 1:10-13

Si os llega alguien que no lleva esta enseñanza, no le recibáis en vuestra casa ni le saludéis por la calle; porque si lo hacéis os hacéis cómplices de sus malas acciones.

Aunque tengo muchas cosas que escribiros, no quiero depender del papel y la tinta, sino que espero ir a veros y hablar con vosotros cara a cara para que tengamos una alegría completa. Los hijos de tu Hermana Elegida te envían saludos.

Aquí vemos con toda claridad el peligro que veía Juan en aquellos falsos maestros. No se les debía ofrecer hospitalidad; el que se les negara sería la manera más eficaz de detener su influencia. Juan llega más lejos: no hay ni que saludarlos en la calle. El hacerlo sería dar señales de que se los reconocía en cierta medida. Debe dejarse bien claro a todo el mundo que la Iglesia no tolera a los que destruyen la fe con su enseñanza. Este pasaje puede que parezca contradecir el amor cristiano; pero C. H. Dodd tiene algunas cosas muy sabias que decir acerca de él.

No faltan paralelos. Cuando el santo Policarpo se encontró con el hereje Marción, este le dijo: » ¿Me reconoces?» «Reconozco al primogénito de Satanás,» respondió Policarpo. El propio Juan salía huyendo de los baños públicos cuando llegaba el hereje Cerinto. «¡Salgamos de aquí a toda prisa, no sea que se nos hunda el edificio decía-, porque Cerinto, el enemigo de la verdad está aquí!»

Tenemos que recordar la situación. Hubo un tiempo cuando parecía que faltaba poco para que las especulaciones de los herejes pseudofilosóficos destruyeran la fe cristiana. Estaba en peligro su misma existencia. La Iglesia no se atrevía ni a parecer que corría peligro de hacer componendas con esta corrosiva destrucción de la fe.

Esta era, como indica C. H. Dodd, una norma de emergencia, y «las normas de emergencia nunca hacen buenas leyes.» Puede que reconozcamos la necesidad de esta actitud en la situación en que se encontraban Juan y los suyos, sin mantener en lo más mínimo que debamos tratar de la misma manera a los pensadores equivocados. Y sin embargo, para volver a C. H. Dodd, una tolerancia de buen humor nunca puede resultar suficiente. «El problema está en encontrar una manera de vivir con personas cuyas convicciones difieren de las nuestras sobre las cuestiones más fundamentales, sin ni faltar a la caridad ni ser infieles a la verdad.» Ahí es donde el amor debe encontrar un camino. La mejor manera de destruir a nuestros enemigos, como decía Abraham Lincoln, es hacerlos nuestros amigos. Nunca podemos llegar a un acuerdo con los maestros equivocados, pero nunca estamos libres de la obligación de tratar de conducirlos a la verdad.

Así llega Juan al final de su carta. No quiere escribir más, porque espera ir a ver a sus amigos y hablar con ellos cara a cara. Tanto en griego como en hebreo se dice, no cara a cara, sino boca a boca. En el Antiguo Testamento Dios dice de Moisés: «Cara a cara -literalmente «boca a boca»- hablaré con él» (Nm 12:8 ). Juan era sabio, y sabía que las cartas pueden ser motivo para que se tergiverse una situación; y que se puede conseguir más en cinco minutos de conversación de corazón a corazón que con una pila de cartas. En muchas relaciones de iglesia y personales las cartas no han conseguido más que exacerbar una situación; porque la carta escrita más cuidadosamente puede interpretarse mal, mientras que una breve conversación directa puede arreglar las cosas. Cromwell no entendió nunca al cuáquero John Fox, y no le caía nada bien. Pero cuando se encontró con él, y después de hablar con él personalmente, le dijo: «Si tú y yo pasáramos una hora juntos seríamos los mejores amigos.» Los comités eclesiásticos y los cristianos haríamos bien en hacernos el propósito de no escribir cuando podemos hablar.

La carta se cierra con saludos de la iglesia de Juan a los amigos a los que escribe; saludos, como si dijéramos, de los hijos de una hermana a los de otra; porque todos los cristianos somos miembros de la familia de la fe.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Mat 10:14; Rom 16:17; 1Co 5:6; 1Co 5:9; 2Ts 3:6; Tit 3:10.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Lit.: “estar regocijándose”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 27 Deu 17:5; Rom 16:17; 1Co 5:11; 2Ts 3:6; 2Ts 3:14

b 28 1Re 13:16; Hch 19:9

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

no lo recibáis…ni lo saludéis. En aquellos tiempos era costumbre dar hospitalidad y sostén a los predicadores y maestros itinerantes (v. Ro 12:13; 1 Ti 3:2; 5:10; Tit 1:8; He 13:2; 1 P 4:8– 10). Juan exhorta a los creyentes que no sigan esa costumbre con los falsos maestros, porque saludarles implicaría aprobación y aceptación de su enseñanza (cp. vers. 11).

Fuente: La Biblia de las Américas

10 (1) No solamente enseñarla como teoría, sino traer la realidad de la enseñanza.

10 (2) Un hereje, un anticristo (v.7; 1Jn_2:22), un falso profeta ( 1Jn_4:1) , alguien que niega la concepción divina y la deidad de Cristo, como lo hacen los modernistas de hoy. Debemos rechazar a una persona así y no recibirla en nuestra casa ni saludarla. De este modo no tendremos ningún contacto con ella ni participación alguna en su herejía, la cual es una blasfemia para Dios y contagia como lepra.

10 (3) La palabra griega significa estar contento, regocijarse, saludarse se usaba como saludo o como despedida.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

no lo recibáis en casa. I.e., no acojáis como huésped a un falso maestro.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

lleva… Lit. trae; Bienvenido… O ni lo saludéis.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R1093 El infinitivo χαίρειν es el complemento directo de λέγετε: digan un saludo.

MT125 El imperativo en presente tiene en este versículo una fuerza reiterativa (comp. 1Jn 4:1): cuando se presente la ocasión.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, doctrina

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. trae.

1.10 O ni lo saludéis.

Fuente: La Biblia Textual III Edición