Comentario de 2 Pedro 1:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

porque jamás fue traída la profecía por voluntad humana; al contrario, los hombres hablaron de parte de Dios siendo inspirados por el Espíritu Santo.

1:21 — «porque nunca… humana». La palabra «porque» introduce una explicación de lo dicho anteriormente. Este versículo explica el sentido del anterior; da el ORIGEN de las profecías que los profetas trajeron.

La voluntad del hombre nunca dio origen o descubrimiento a las profecías de las Escrituras. Ahora, en el caso de los profetas falsos, ellos sí originan sus «explicaciones» (interpretaciones). «Pero» (sino que), dice Pedro, nunca ha sido así en el caso de la «palabra profética». Pedro pasa a decir cómo fue en el caso de los profetas de Dios.

— «sino que… Espíritu Santo». El texto griego de WESTCOTT y HORT dice, como se ve en la traslación de las Ver. ASV., y la H.A., «hombres hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo». La Ver. B.A. dice lo mismo, si substituimos la palabra en el texto por la que se da en la margen («inspirados» por «llevados, movidos»): «hombres llevados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios». Hay manuscritos que dicen, como lo traduce nuestra versión, «santos hombres de Dios hablaron».

En el Antiguo Testamento hubo hombres (desde luego eran hombres santos) que fueron movidos por el Espíritu Santo, y así hablaron según Dios en ocasiones les dio palabras. Véase Neh 9:20; Neh 9:30. Sus palabras eran DE DIOS; se originaron con Dios. El fue la fuente de sus palabras. Por eso dice Pedro en el versículo anterior que dichas palabras («la palabra profética») no fueron de origen humano, de interpretación o explicación humana. En este versículo repite que el origen de ellas no es «la voluntad humana». Los profetas no hablaron de por sí.

Véanse Mat 10:19-20; Jua 16:13; 1Co 2:1; 1Co 2:13; 1Ts 2:13; 2Ti 3:16. Esto significa INSPIRACION VERBAL.

Dado que las profecías (con respecto a Cristo en particular) no se originaron con la propia voluntad de los profetas, sino que fueron movidos por el Espíritu Santo a hablar las palabras que vinieron de Dios, cómo conviene, dice Pedro a sus lectores, estar atentos a esas profecías, como a una lámpara en la oscuridad (ver. 19), para no ser engañados por los falsos profetas, de los cuales ya está para hablar (cap. 2).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

nunca la profecía fue traída. Luc 1:70; 2Ti 3:16; 1Pe 1:11.

los santos hombres de Dios. Deu 33:1; Jos 14:6; 1Re 13:1; 1Re 17:18, 1Re 17:24; 2Re 4:7, 2Re 4:9, 2Re 4:22; 2Re 6:10, 2Re 6:15; 1Cr 23:14; 2Cr 8:14.

hablaron siendo inspirados. Núm 16:28; 2Sa 23:2; Miq 3:7; Luc 1:70; 2Ti 3:15-17; 1Pe 1:11; Apo 19:10.

por el Espíritu Santo. Mar 12:36; Hch 1:16; Hch 3:18; Hch 28:25; Heb 3:7; Heb 9:8; Heb 10:15.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana: Ningún mortal escogió declarar sus propios pensamientos como que si fueran los de Dios. Por el contrario, Dios escogió hombres santos para ser sus portavoces; hombres que declararon que los pensamientos les fueron dados por el Espíritu Santo. La metáfora «siendo inspirados» o «movidos» es la de un barco desplegando sus velas al viento y yendo en la dirección que el viento sopla. Posiblemente, esto puede reflejar las palabras de Jesús a Nicodemo, que recuerda Pedro, las cuales se registran en Jua 3:8.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LOS SANTOS HOMBRES DE DIOS HABLARON SIENDO INSPIRADOS POR EL ESPÍRITU SANTO. Pedro afirma el origen divino y la autoridad de la profecía en las Escrituras (véase el ARTÍCULO EL PROFETA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO, P. 916. [Isa 6:8-9]). Asimismo todos los creyentes deben mantener un firme e intransigente concepto de las Sagradas Escrituras como inspiradas y autorizadas. Hay varias razones para eso:

(1) Es la única manera de estar seguro de lo que Jesucristo, los apóstoles y Ja Biblia enseñan acerca de las Escrituras (véanse Sal 119:1-176; Jua 5:47, nota; y el ARTÍCULO LA INSPIRACIÓN Y LA AUTORIDAD DE LA BIBLIA, P. 1756. [2Ti 3:16-17]).

(2) Sin un firme concepto de las Sagradas Escrituras, la iglesia no tiene un fundamento verdadero y seguro para su fe, ninguna certeza de salvación, ningún absoluto moral, ningún mensaje que predicar con certeza, ninguna expectativa segura para el bautismo en el Espíritu Santo y la realización de milagros, y ninguna esperanza para el inminente retomo de Cristo.

(3) Sin un firme concepto de las Sagradas Escrituras, los que creen en la Biblia no tienen ninguna verdad absoluta y objetiva basada en la autoridad de Dios por la cual juzgar y rechazar los valores cambiantes del mundo, las filosofías humanas y las prácticas culturales impías (Sal 119:160).

(4) Sin un firme concepto de las Sagradas Escrituras, los creyentes no estarán preparados para resistir las dificultades extremas de los últimos días (véanse 1Ts 2:1-12; 1Ti 4:1, nota; 2Ti 3:1, nota).

(5) Sin un firme concepto de las Sagradas Escrituras, se debilitan la plena autoridad y enseñanza de la Biblia, y por consiguiente la Biblia será reemplazada por experiencias religiosas subjetivas o por razonamientos críticos e independientes (2Pe 2:1-3).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

por voluntad humana. Así como las Escrituras no son de origen humano, tampoco son el resultado de la voluntad humana. La frase hace hincapié en que ninguna parte de las Escrituras fue producida porque los hombres hayan querido hacerlo. La Biblia no es el producto del esfuerzo humano. De hecho, los profetas algunas veces escribieron cosas que no entendieron del todo (1Pe 1:10-11), pero de todas maneras fueron fieles en escribir lo que Dios les revelaba y a medida que Dios lo indicaba. inspirados por el Espíritu Santo. El significado gramatical indica que todo el tiempo fueron llevados o movidos por el Espíritu de Dios (cp. Luc 1:70; Hch 27:15; Hch 27:17). Así pues, el Espíritu Santo es el autor divino y el productor que dio origen a las Escrituras. En el AT los escritores humanos se refieren a sus escritos como las palabras de Dios en más de tres mil ochocientas ocasiones (p. ej. Jer 1:4; cp. Jer 3:2; Rom 3:2; 1Co 2:10). Aunque los escritores humanos de la Biblia fueron más activos que pasivos en el proceso de componer las Escrituras, Dios el Espíritu Santo supervisó con soberanía absoluta el proceso y utilizó sus propias personalidades individuales, así como la manera de pensar y el vocabulario que esos escritores poseían. De este modo, compusieron y registraron sin error las palabras exactas que Dios quería consignar por escrito. Por eso afirmamos que las copias originales de las Escrituras son inspiradas o respiradas por Dios (cp. 2Ti 3:16), y que son inerrantes porque no contienen un solo error (Jua 10:34-35; Jua 17:17; Tit 1:2). Aquí Pedro definió el proceso de inspiración mediante el cual se creó un texto original inerrante e infalible (cp. Pro 30:5; 1Co 14:36; 1Ts 2:13).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:21 — «porque nunca… humana». La palabra «porque» introduce una explicación de lo dicho anteriormente. Este versículo explica el sentido del anterior; da el ORIGEN de las profecías que los profetas trajeron.
La voluntad del hombre nunca dio origen o descubrimiento a las profecías de las Escrituras. Ahora, en el caso de los profetas falsos, ellos sí originan sus «explicaciones» (interpretaciones). «Pero» (sino que), dice Pedro, nunca ha sido así en el caso de la «palabra profética». Pedro pasa a decir cómo fue en el caso de los profetas de Dios.
–«sino que… Espíritu Santo». El texto griego de WESTCOTT y HORT dice, como se ve en la traslación de las Ver. ASV., y la H.A., «hombres hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo». La Ver. B.A. dice lo mismo, si substituimos la palabra en el texto por la que se da en la margen («inspirados» por «llevados, movidos»): «hombres llevados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios». Hay manuscritos que dicen, como lo traduce nuestra versión, «santos hombres de Dios hablaron».
En el Antiguo Testamento hubo hombres (desde luego eran hombres santos) que fueron movidos por el Espíritu Santo, y así hablaron según Dios en ocasiones les dio palabras. Véase Neh 9:20; Neh 9:30. Sus palabras eran DE DIOS; se originaron con Dios. El fue la fuente de sus palabras. Por eso dice Pedro en el versículo anterior que dichas palabras («la palabra profética») no fueron de origen humano, de interpretación o explicación humana. En este versículo repite que el origen de ellas no es «la voluntad humana». Los profetas no hablaron de por sí.
Véanse Mat 10:19-20; Jua 16:13; 1Co 2:1; 1Co 2:13; 1Ts 2:13; 2Ti 3:16. Esto significa INSPIRACION VERBAL.
Dado que las profecías (con respecto a Cristo en particular) no se originaron con la propia voluntad de los profetas, sino que fueron movidos por el Espíritu Santo a hablar las palabras que vinieron de Dios, cómo conviene, dice Pedro a sus lectores, estar atentos a esas profecías, como a una lámpara en la oscuridad (ver. 19), para no ser engañados por los falsos profetas, de los cuales ya está para hablar (cap. 2).

Fuente: Notas Reeves-Partain

2Ti 3:16.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— de parte de Dios: Bastantes mss., alguno de valor, dicen: hablaron hombres santos de Dios.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

x 51 2Ti 3:16

y 52 Eze 2:2; Luc 1:70

z 53 2Sa 23:2; Hch 1:16; Hch 28:25; 1Pe 1:11

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

inspirados por el Espíritu Santo. La acción del Espíritu Santo fue lo que originó y dirigió la profecía, moviendo (llevando) a los profetas, con sus distintas personalidades, a expresar este mensaje.

Fuente: La Biblia de las Américas

21 (1) Porque introduce una explicación del versículo precedente. Ninguna profecía de la Escritura es producto de la interpretación del profeta o del escritor, porque ninguna profecía fue traída por voluntad humana. Por el contrario, los hombres hablaron de parte de Dios siendo movidos por el Espíritu Santo.

21 (2) En el griego la misma palabra es usada en los vs. 17, 18. Ninguna profecía fue traída por voluntad humana. La voluntad, el deseo y el anhelo del hombre, con su pensamiento e interpretación, no fueron la fuente de la cual surgiera profecía alguna; la fuente fue Dios, por cuyo Espíritu Santo los hombres fueron movidos, tal como un buque es empujado por el viento, para proclamar la voluntad, el deseo y el anhelo de Dios.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

inspirados, Lit., llevados, como las velas de un navío son impulsadas y dirigidas por el viento que sopla en popa. Esto muestra la doble autoría de la Palabra de Dios: el Espíritu Santo que guía, conduce y preserva de error a los hombres involucrados en la redacción de las Escrituras (véase nota en 2Ti 3:16) y los autores mismos, movidos por el Espíritu Santo.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

hombres… TR registra santos (hombres) de DIOS.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

M73 ¿Significa ἐλάλησαν ἀπὸ θεοῦ: ellos hablaron lo que se derivó de Dios (que equivale a τὰ ἀπὸ θεοῦ) o simplemente refuerza al término ὑπὸ πνεύματος ἁγίου y significa: controlados por Dios? (La preposición ἀπό toma el lugar de ὑπό con un sentido causal [o tal vez se use en vez de τὰ ἀπὸ θεοῦ] -T258). [Editor. Generalmente cuando la preposición ἀπό se usa en lugar de ὑπό con un sentido instrumental o causal, se emplea la voz pasiva del verbo (comp. Hch 2:22; Heb 5:7 y Stg 1:13). Por eso, la primera sugerencia de Moule parece preferible.]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., traída

Lit., llevados, o, movidos

Algunos mss. dicen: santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo

Fuente: La Biblia de las Américas

TR: santos (hombres) de Dios

Fuente: La Biblia Textual III Edición