Comentario de 2 Pedro 2:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero hubo falsos profetas entre el pueblo, como también entre vosotros habrá falsos maestros que introducirán encubiertamente herejías destructivas, llegando aun hasta negar al soberano Señor que los compró, acarreando sobre sí mismos una súbita destrucción.

(Sugiero que el lector consulte mi obra, NOTAS SOBRE JUDAS, en conexión con este capítulo)

2:1 — Véase Jud 1:4. «Pero». Pedro contrasta los falsos profetas y maestros con los hombres que han hablado por el Espíritu Santo (1:21).

— «hubo también… pueblo». Las Ver. B.A. y ASV. dicen, «se levantaron falsos profetas», y la Ver. N.M. dice, «llegaron a haber». Así dice el texto griego.

El pueblo aquí referido es el pueblo de Israel del Antiguo Testamento. Balaam (ver. 15) es un ejemplo de los falsos profetas entre los israelitas. Véanse Jer 14:13-16; Eze 13:1-7.

— «como habrá… maestros». Al decir «habrá» Pedro usa el tiempo futuro, mientras que Judas usa el tiempo presente perfecto («han entrado», ver. 4). En el tiempo de escribir Pedro, los falsos todavía no habían entrado de lleno, pero su herejía ya tenía sus principios.

La frase «falsos profetas» es una sola palabra en el griego, como también lo es la frase «falsos maestros». Se antepone a «profeta» o a «maestro» el prefijo pseudo, que quiere decir «falso» o «mentiroso», y resulta una palabra compuesta. En las Escrituras pseudo también se antepone a las palabras «hermanos» (Gál 2:4), «apóstoles» (2Co 11:13), «palabras» (1Ti 4:2, oradores de mentiras, o mentirosos), «testigos» (Mat 26:60), y «Cristo» (Mat 24:24).

Hay varios pasajes del Nuevo Testamento que predijeron la venida de enseñadores de falsedad; por ejemplo, Hch 20:29; 1Ti 4:1 y sig.; 2Ti 4:1 y sig.; 1Jn 4:1. Pero toda la evidencia apunta a que los falsos maestros aquí referidos por Pedro eran los que más tarde vinieron a ser conocidos por el término «gnósticos». Véase INTRODUCCION, IV.

— «que introducirán…destructoras». Las Ver. H.A., B.A., P.B., etcétera dicen, «los cuales», en lugar de «que», y así traducen mejor el texto griego que usa la palabra que significa «esa clase de personas».

En el griego, «introducirán» es una sola palabra compuesta de tres partes: traer, dentro de, y al lado de. El falso pone adentro y al lado de la verdad su falsedad. Lo hace encubiertamente. El que habla la verdad no usa de tácticas carnales, pero el falso actúa de manera furtiva e inobservable, como espía en el campo del enemigo. Véase Gál 2:4.

La frase «herejías destructoras» es traducida más literalmente según el griego con la frase «herejías de perdición», o «de destrucción».

La palabra «herejía» es transliteración del griego, hairesis, que en sí significa un escogimiento de la mente; es decir, una opinión (contraria a la doctrina establecida, y que tiene por resultado la formación de una secta, o partido). Véanse Hch 5:17; Hch 15:5; Hch 28:22 (24:14). Pedro usa la palabra en sentido malo, de una doctrina falsa; o sea, de opiniones sabidas como erróneas. Véanse 1Co 11:19 («divisiones», «bandos»

— Ver. B.A., «partidos» — Ver. H.A.‹margen, «sectas»›, «sectas»

— Ver. P.B., «facciones» — Ver. MOD., ASV.); Gál 5:20.

— «y aún… rescató». Los gnósticos negaban la deidad de Jesús, como también la humanidad de Cristo; es decir, Jesús no era Dios, ni se hizo carne el Cristo (1Jn 2:22-23; 1Jn 4:1-2; 1Jn 4:15. También negaban que Dios hizo el mundo, por ser el mundo físico de materia, cosa con que según ellos un puro espíritu no tendría que ver). Su doctrina negaba la verdad respecto a Jesús de Nazaret (Mat 16:13-20; 1Co 3:11).

Jesucristo es el Señor. La palabra común para decir «Señor» es kurios. Aquí es despotes (de donde por transliteración viene la palabra «déspota»). Esta palabra significa uno con autoridad absoluta y sin restricción. Véase 1Pe 2:18, comentarios. Se emplea en Apo 6:10 con referencia a Cristo. (Hoy en día la palabra por transliteración se usa solamente en sentido malo).

Cristo «rescató» a los cristianos. Otras versiones dicen, «compró» (ASV., B.A., NVI, N.M.). Véase 1Pe 1:18, comentario. En 1Pe 1:18 aparece otro verbo griego; allí es «redimir», aquí es agoradzo, «comprar». Véase agoradzo en 1Co 6:20; 1Co 7:23; Apo 5:9; Apo 14:3-4. Estos falsos maestros eran cristianos apóstatas (2:20-22). Véase 1Jn 2:18-19, mis comentarios en NOTAS SOBRE I JUAN.

Este versículo derrota por completo dos doctrinas calvinistas principales; a saber, la propiciación limitada (de que Cristo no murió por todos, sino solamente por los elegidos incondicionalmente) y la imposibilidad de apostasía. Estos habían sido comprados por Jesucristo (eran de los elegidos), pero ahora negaban al Señor (cayeron de la gracia de Dios).

— «atrayendo sobre… repentina». Al decir «atrayendo», Pedro da a entender que los falsos maestros eran responsables por el castigo que Dios traería sobre ellos.

¡Las «herejías destructoras» traen «destrucción» sobre sus maestros! La palabra griega para decir «destrucción» no significa aniquilación, como insisten los Testigos de Jehová, sino ruina. Arruinados, ya no tienen valor (para con Dios). Véase ver. 3, comentarios sobre «destrucción». Serán castigados eternamente (Mat 25:46).

Sobre «repentina» (tainos), véase 1:14, comentarios.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

falsos profetas en el pueblo. Deu 13:1-3; 1Re 18:19-22; 1Re 22:6; Neh 6:12-14; Isa 9:15; Isa 56:10, Isa 56:11; Jer 14:13-15; Jer 23:16, Jer 23:17, Jer 23:25-32; Jer 27:14, Jer 27:15; Jer 28:15-17; Jer 29:8, Jer 29:9, Jer 29:31, Jer 29:32; Jer 37:19; Lam 2:14; Eze 13:3-18; Ose 9:8; Miq 2:11; Miq 3:5, Miq 3:11; Zac 13:3, Zac 13:4; Mat 7:15; Luc 6:26; Rom 16:18.

como habrá … falsos maestros. Mat 24:5, Mat 24:11, Mat 24:24; Mar 13:22; Luc 21:8; Hch 20:29, Hch 20:30; 1Co 11:19; 2Co 11:13-15; Gál 4:17; Efe 4:14; Col 2:8, Col 2:18; 2Ts 2:3-12; 1Ti 4:1-3; 2Ti 3:1-9; 2Ti 4:3; Tit 1:11; 1Jn 2:18, 1Jn 2:19, 1Jn 2:26; 1Jn 4:1; Jud 1:18; Apo 2:9; Apo 13:14.

que introducirán encubiertamente. 2Pe 2:3; Gál 2:4.

herejías de destructoras. 2Pe 2:3; Gál 5:20; Tit 3:10.

y aun negarán al Señor. Mat 10:33; Luc 12:9; Hch 3:13, Hch 3:14; 2Ti 2:12, 2Ti 2:13; Jud 1:4; Apo 2:13; Apo 3:8.

que los rescató. Deu 32:6; Hch 20:28; 1Co 6:20; 1Co 7:23; Gál 3:13; Efe 1:7; Heb 10:29; 1Pe 1:8; Apo 5:9.

atrayendo sobre si mismos destrucción repentina. 2Pe 2:3; Mal 3:5; Flp 3:19.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Pedro predice de los falsos maestros, mostrándoles la impiedad y el castigo de ellos y de sus seguidores, 2Pe 2:1-6;

del cual el justo va a ser librado, como Lot fue sacado de Sodoma, 2Pe 2:7-9;

y más plenamente describe los modales de esos seductores blasfemos y profanos, por lo cual ellos pudieran ser mejor conocidos y evitados, 2Pe 2:10-22.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Pedro describe a los falsos maestros que están guiando a los cristianos por mal camino (vv. 2Pe 2:1-32Pe 2:11-22) y asegura a sus lectores que estos maestros serán juzgados (vv. 2Pe 2:4-10).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Así como los profetas de Dios en el pasado se opusieron a los falsos profetas, los cristianos se oponen a los falsos maestros. La diferencia en la terminología sugiere que los falsos maestros entre los lectores de Pedro no proclamaban que eran profetas, pero estaban distorsionando las escrituras con interpretaciones herejes. La certeza de Pedro con respecto a que habrían tales falsos maestros probablemente descansa en las predicciones de Jesús (Mat 24:4, Mat 24:5). Los falsos maestros podían reconocerse por sus planteamientos reservados, sus errores doctrinales (tales como la negación de Cristo), y su repentina separación de la comunidad cristiana (1Jn 2:19).

herejías destructoras: Aquí Pedro indica las implicaciones éticas de una falsa enseñanza. La palabra griega que se traduce como destructoras significa «vergonzosas» o «deliberadamente inmorales». Los falsos maestros se gloriaban de los privilegios de la cristiandad, pero trataban sus demandas morales con indiferencia.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

HABRÁ ENTRE VOSOTROS FALSOS MAESTROS. El Espíritu Santo repetidamente advierte que habrá muchos falsos maestros dentro de las iglesias. Comenzaron con Jesús las advertencias con respecto a los maestros y dirigentes que introducen herejías destructivas entre el pueblo de Dios (véanse Mat 24:11, nota; Mat 24:24-25) y siguió dándolas el Espíritu por medio de Pablo (véanse 2Ts 2:7, nota; 1Ti 4:1, nota; 2Ti 3:1-5), Pedro (vv. 2Pe 2:1-22), Juan (1Jn 2:18; 1Jn 4:1; 2Jn 1:7-11); Judas (Jud 1:3-4; Jud 1:12; Jud 1:18) y las cartas de Cristo a las siete iglesias (véanse Apo 2:2; Apo 2:6, notas, y el ARTÍCULO FALSOS MAESTROS, P. 1374. [Mar 13:22]).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

NEGARÁN AL SEÑOR QUE LOS RESCATÓ. Según Pedro, los falsos maestros que dentro de la iglesia llegaron al extremo de negar [gr. armeomai, que significa: repudiar o renunciar] al Señor, habían abandonado el camino recto, extraviándose (v. 2Pe 2:15) y volviéndose «fuentes sin agua» (v. 2Pe 2:17). En un tiempo ellos habían escapado de la maldad del mundo por medio de Jesucristo, pero ahora estaban de nuevo enredados en el pecado (v. 2Pe 2:20).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Capitulo 2.

Los Falsos Doctores, 2:1-22.
El autor sagrado deja momentáneamente la cuestión de la parusía del Señor, sobre la que volverá más tarde l, y comienza una fuerte diatriba contra los falsos doctores que no creían en la parusía. El presente capítulo no tiene relación directa con lo que precede. El paralelismo de este capítulo con la epístola de Judas (v.4-16) es manifiesto. No sólo por lo que se refiere a las ideas e imágenes, sino al orden expositivo y hasta, con frecuencia, a la identidad del lenguaje empleado. Convendría leer antes la epístola de Judas para comprender mejor nuestro capítulo.

El peligro que suponen, 2:1-3.
1 Como hubo en el pueblo profetas falsos, así habrá falsos doctores, que introducirán sectas perniciosas, llegando hasta negar al Señor que los rescató, y atraerán sobre sí una repentina ruina. 2 Muchos les seguirán en sus liviandades, y, por causa de ellos, será blasfemado el camino de la verdad. 3 Llevados de la avaricia, harán de vosotros mercadería con palabras mentirosas, pero su condenación, ya antigua, no tardará, su ruina no se retrasará.

El apóstol comienza poniendo en guardia a sus lectores contra ciertos maestros engañosos, que por su mala vida y su espíritu de avaricia arrastran a otros al mal. Por lo cual serán terriblemente castigados. Del mismo modo que en Israel hubo falsos profetas 2 al lado de los auténticos profetas, así también sucederá entre los cristianos. Surgirán falsos doctores (v.1), que se esforzarán por alejar a los fieles de Cristo. Estos falsos maestros ya habían comenzado a esparcir sus errores, pero San Pedro 3 habla de ellos en futuro (= introducirán) porque sabía que pronto se lanzarían sobre el rebaño de Cristo con mayor furor. Por medios hipócritas introducirán sectas perniciosas, es decir, esparcirán falsas doctrinas para sembrar entre los fieles la confusión, y así originar partidos que se combatan entre sí. Por su escandalosa conducta moral, que va a la par de su enseñanza doctrinal, han llegado hasta negar al Señor, que los rescató (v.1) por medio de su muerte reparadora, obteniendo así sobre ellos derecho de dominio. Ahora estos ingratos se rebelan contra El y reniegan de El. Semejante revuelta atraerá sobre ellos una repentina ruina. El autor sagrado no nos dice en qué sentido niegan al Señor. Es posible se refiera a la negación de la parusía, o segunda venida de Cristo.
El mal ejemplo de los falsos doctores será contagioso. Muchos de los fieles seguirán sus liviandades (v.2). El autor sagrado, más bien que de doctrina, parece hablar de una desviación de las costumbres, como se ve por lo que dice en los v. 10-22. También la epístola de Judas denuncia la inmoralidad de los herejes 4. La mala conducta de estos cristianos será causa de escándalo para los paganos, y la doctrina cristiana, camino de verdad 5, será motivo de escarnio y blasfemia para los no cristianos, porque verán que no da los frutos que se esperaban de ella. ¡Qué obstáculo tan grande al apostolado es la corrupción de los miembros de una Iglesia para la cual la santidad de costumbres debe ser la señal auténtica de la obra de Dios! 6
El celo de estos falsos doctores es un celo interesado. Se dejan llevar de la avaricia (v.3). Con sus doctrinas tratan de explotar a los fieles y de enriquecerse a expensas de ellos. La avaricia es la nota característica de los falsos apóstoles; en cambio, el desinterés es la nota del verdadero apóstol. Este será el criterio más tarde para determinar y distinguir los verdaderos de los falsos profetas. “Si pide dinero – dirá la Doctrina de los doce Apóstoles -, es un falso profeta” 7. Sabemos con qué cuidado San Pablo evitaba todo aquello que pudiera parecer interés material y personal 8. Esa actividad de los falsos apóstoles podría hacer creer a los fieles que la justicia divina no vigila. Sin embargo, la verdad es que su condenación ya hace tiempo que está decidida, y llegará en el momento establecido 9.

Las lecciones del pasado, 2:4-10.
4 Porque, si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitados en el tártaro, los entregó a las prisiones tenebrosas, reservándolos para el juicio; 5 ni perdonó tampoco al viejo mundo, sino que sólo guardó al octavo, a Noé, para pregonero de la justicia cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos; 6 y a las ciudades de Sodoma y de Comorra las condenó a la destrucción, reduciéndolas a cenizas para escarmiento de los impíos venideros, 7 mientras que libró al justo Lot, acosado por la conducta de los desenfrenados en su lascivia, 8 al justo que habitaba entre ellos diariamente y sentía su alma atormentada viendo y oyendo sus obras inicuas. 9 Pues sabe el Señor librar de la tentación a los piadosos y reservar a los malvados para castigarlos en el día del juicio, 10 sobre todo a los que van en pos de la carne llevados de los deseos impuros y desprecian la autoridad del Señor. Audaces, pagados de sí mismos, no temen blasfemar de las potestades superiores.

Nuestro autor prueba ahora con tres ejemplos bíblicos que Dios no dejará de castigar severamente a esos falsos doctores. Del mismo modo que Dios castigó a los ángeles rebeldes (v.4), y a los malvados con el diluvio (v.5), y a Sodoma y Comorra con la destrucción (v.6.8), así castigará a los falsos e impúdicos apóstoles (v.9-10). La epístola de Judas (v.5-11) presenta un estrecho paralelo con nuestro texto.
El autor sagrado, lo mismo que Judas, se refiere a la antigua tradición del pueblo hebreo, que habla de un pecado de los ángeles y de su castigo. Este pecado fue una falta de soberbia y de rebelión contra Dios, como enseñan San Agustín 10. Dios, a causa de este pecado, los precipitó en el tártaro (v.4). Este nombre designaba en la mitología griega el lugar subterráneo en que’ eran atormentados los titanes y los enemigos de los dioses. Después pasó a significar el lugar en donde penan los pecadores, el infierno. Los entregó a las prisiones tenebrosas (v.4) 12. Las tinieblas son el símbolo del sufrimiento y del horror; por el contrario, la luz es el símbolo de la felicidad celestial. Dios ha reservado a los ángeles malos para el día del juicio, es decir, que, si bien fueron castigados inmediatamente después de rebelarse contra su creador, su condenación solemne ante todo el mundo está reservada al juicio final. Judas, en el lugar paralelo, dice expresamente: “para el juicio del gran día.”
El segundo ejemplo de castigos citado por la 2 Pe (no por Judas) se refiere al diluvio (v.5). El diluvio es considerado como la transición entre el mundo antiguo, que es destruido, y la constitución del nuevo mundo. Por eso el diluvio es, en las epístolas de San Pedro, el tipo de la renovación esperada 13 y del bautismo 14. Dios salvó del diluvio sólo al pregonero de la justicia, Noé, con otras siete personas (literalmente: al octavo) . Noé era el octavo contando a su mujer, sus tres hijos y las mujeres de éstos. La bondad de Dios manifestada con Noé y los suyos hace resaltar su severidad para con el pecador impenitente. Noé es llamado pregonero, predicador de la justicia, porque tanto con su palabra como con su ejemplo y la construcción del arca habría exhortado a los hombres a la penitencia anunciando el castigo divino 15. Además, la tradición judía también nos habla de la predicación de Noé 16. La 2 Pe aludiría a un dato tomado de la Haggada, del mismo modo que Judas aludiría a la ascensión de Moisés y a Henoc 17.
El tercer ejemplo sobre la intervención de la justicia divina, que corresponde al segundo de Judas (v.7), es la destrucción de Sodoma – Comorra (Gen 19:1585). También Jesucristo, para mostrar la severidad de los juicios divinos, aduce los ejemplos del diluvio y de la destrucción de Sodoma y Comorra 18.
Los v.7-8 de 2 Pe hacen contraste con lo que precede. Muestran la misericordia divina para con el justo. La justicia de Lot se manifiesta en la aflicción que le producía la conducta impúdica y desenfrenada de los sodomitas. El sufrimiento a la vista del pecado es efectivamente lo propio del justo. La literatura rabínica no es, sin embargo, muy favorable a Lot19. Con frecuencia lo considera como un libertino y un impío a causa del hecho que nos cuenta el Gen 19:31-38. Sea lo que fuere de esto, lo cierto es que su conducta antes de la destrucción de Sodoma y Comorra fue irreprensible 20. También ciertos textos rabínicos consideran a Lot como un justo 21.
Después de la larga prótasis de los v.4-8, llegamos por fin a la apódosis. El autor sagrado termina con un principio general: Dios salva a los justos, como lo hizo con Noé y con Lot, pero se muestra severo con los impíos, como lo hizo con los malvados de la época del diluvio y con Sodoma y Comorra (v.9). De este modo, el apóstol infundía valor y confianza a sus lectores, que también vivían en medio de graves pruebas materiales y espirituales. Por otra parte, advierte que los impíos no han de hacerse ilusión. Si Dios no los castiga aquí abajo, es porque están reservados para el gran día del juicio, en que serán terriblemente castigados. Sin embargo, el castigo divino no será igual para todos. Los falsos doctores serán castigados de una manera especialísima a causa de su vida escandalosa, pues se dejan arrastrar por los placeres sensuales y la lujuria, imitando a los contemporáneos de Noé y Lot. Esclavos de la carne, desprecian la autoridad del Señor (literalmente: “desprecian la soberanía divina,” v.10). La soberanía de la que nos habla el texto sagrado parece ser la de Jesucristo, que es llamado con frecuencia en la epístola “nuestro Señor.” 22
La conducta de estos doctores licenciosos está llena de audacia, de temeridad y de arrogancia, pues no temen blasfemar de las potestades superiores (liter.: de las glorias, v.10). Las glorias (δόξαι) designarían, según algunos autores (Bigg, Calmes), personas eclesiásticas o civiles constituidas en dignidad. Mas, por el contexto (v.11) y por el lugar paralelo de la epístola de Judas (v.8), se ve que se trata de los ángeles.

El castigo futuro, 2:11-22.
11 Cuando los ángeles, aun siendo superiores en fuerza y poder, no profieren ante el Señor un juicio injurioso contra ellas. 12 Pero éstos blasfeman de lo que no conocen, como brutos irracionales, naturalmente destinados a ser presa de la corrupción, perecerán en su corrupción, 13 recibiendo con esto la justa paga de su iniquidad, pues hacen sus delicias de los placeres de cada día; hombres sucios, corrompidos, se gozan en sus extravíos, mientras banquetean con vosotros. 14 Sus ojos están llenos de adulterio, son insaciables de pecado, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón ejercitado en la avaricia, son hijos de maldición. 15 Dejando la senda recta, se extraviaron, y siguieron el camino de Balam, hijo de Beor, que, buscando el salario de la iniquidad, 16 halló la reprensión de su propia demencia cuando una muda bestia de carga, hablando con voz humana, reprimió la insensatez del profeta. 17 Son éstos fuentes sin agua, nubes empujadas por el huracán, a quienes está reservado el orco tenebroso. 18 Profiriendo palabras hinchadas de vanidad, atraen a los deseos carnales a aquellos que apenas se habían apartado de los que viven en el error, 19 prometiéndoles libertad, cuando ellos son esclavos de la corrupción, puesto que cada cual es esclavo de quien triunfó de él. 20 Si, pues, una vez retirados de las corruptelas del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, de nuevo se enredan en ellas y se dejan vencer, sus postrimerías se hacen peores que los principios. 21 Mejor les fuera no haber conocido el camino de la justicia que, después de conocerlo, abandonar los santos preceptos que les fueron dados. 22 En ellos se realiza aquel proverbio verdadero: “Volvióse el perro a su vómito, y la cerda, layada, vuelve a revolcarse en el cieno.”

¿De qué ángeles se trata en el ν. 11? En el texto paralelo de Judas son los ángeles buenos; aquí, en cambio, el contexto parece indicar que se trata de los ángeles caídos (cf. v.4). Estos son dignos de reprobación; pero los ángeles buenos, aun siendo superiores, no se atreven a proferir injurias contra ellos. El pasaje paralelo de San Judas (v.6) nos habla del altercado entre el arcángel San Miguel y Satanás, en el cual Miguel no se atrevió a pronunciar contra el diablo ningún juicio injurioso, sino que se limitó a decir: Que el Señor te reprenda 23. Lo que no se atreven a hacer los ángeles buenos respecto de los ángeles malos, lo hacen los falsos doctores, que no temen injuriar a las glorias. Tal vez los falsos doctores negaban a los ángeles malos la capacidad de hacer mal.
El apóstol siente repugnancia de estos falsos maestros, comparables a los brutos irracionales (v.12). La vida que llevan es como la de las bestias, destinadas a ser capturadas y a perecer. Por eso también ellos terminarán en la perdición. Encenagados en los apetitos de la carne, blasfeman de todo lo que no responde a sus instintos y de todo lo que no conocen, es decir, del poder de los ángeles Y de Dios. El placer de estos falsos doctores está en los grandes banquetes 24 de cada día, que son para ellos motivo de pecado. Porque asisten a los ágapes de la comunidad con la única preocupación de engordar y extraviar a los demás (v.13).
Tammbién pecan los falsos doctores buscando y deseando la mujer adúltera (v.14). Todo lo que ven les excita a las pasiones y los lleva a cometer mayores pecados, particularmente incitando con su conducta y sus palabras al pecado a las almas más débiles. Jesús enseña en el Evangelio: “Todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón.” 25 No es éste sólo su vicio habitual, sino que también conocen todas las habilidades del avaro para amontonar riquezas. Emplean sin ningún escrúpulo todos los medios, incluso los más deshonestos. Por eso la maldición divina se desencadenará sobre ellos en el día de la parusía.
Estas ideas de avaricia y de maldición sirven para introducir muy naturalmente la historia de Balam (v. 15-16), al cual se reprochaba la codicia y había sido llamado por Balac para maldecir. Balam es el tipo de los que obran el mal por espíritu de lucro. Su pecado más conocido fue el haber aceptado maldecir a Israel para obtener del rey de Moab una buena suma de dinero 26. Pero Balam no sólo fue culpable de avaricia y de engaño, sino que también incitó a las mujeres moabitas para que tentaran a los israelitas 27. Por estos motivos la tradición judía atribuyó a Balam todas las torpezas e hizo de él el prototipo de los condenados 28. De los ejemplos de Caín, Balam y Coré aducidos por Judas (v.11), la 2 Pe sólo escoge uno: el de Balam 29.
Los falsos doctores hacen sufrir una cruel desilusión a los incautos que esperaban de ellos la verdad y la salvación. Para significar esto, el autor sagrado emplea dos imágenes, tomadas de Judas, ν.12-13, con cierta libertad, que insinúan la desilusión de un peregrino sediento (v.17). Jeremías había ya comparado los falsos profetas a cisternas rotas, que no pueden contener el agua 30. Los falsos doctores, sin poder dar lo que prometen, irán a parar al orco tenebroso; en cambio, los justos resplandecerán como estrellas por toda la eternidad 31.
Los v.18-19 precisan en qué consiste la desilusión que se llevarán los secuaces de los falsos doctores. Profiriendo palabras hinchadas de vanidad (v.18), se asemejan a las nubes empujadas por el huracán, que prometen mucho y no dan nada. Sin embargo, logran seducir con el cebo de la sensualidad a los incautos y a los débiles; es decir, a los que se han convertido recientemente del paganismo y que todavía no han conseguido vencer plenamente sus anteriores errores y malos hábitos. Abusando de la predicación cristiana, prometen, bajo el nombre de libertad, una verdadera esclavitud, porque el que no observa la ley moral será esclavo de los vicios (v. 19). El vencido se convertía en esclavo del vencedor, según el antiguo derecho de guerra. Los falsos doctores han sido ya vencidos por la corrupción, porque “el que comete el pecado se hace esclavo del pecado” 32. Los falsos profetas se habían dejado vencer por los vicios de la carne 33.
La incorporación a Cristo mediante el bautismo y el conocimiento de la doctrina cristiana libraba a los cristianos de las corruptelas del mundo (v.20). Pero, si de nuevo se enredan en ellas y se dejan vencer, su situación se hace más crítica que antes 34, porque ya no tienen la excusa de la ignorancia. Mejor les hubiese sido no conocer la verdad cristiana que, una vez conocida, apartarse de ella (v.21); porque su pecado sería menor. Es mejor ser pagano que convertirse en apóstata. La expresión camino de la justicia designa la santidad cristiana con tocio lo que ella implica, pues esta santidad proviene del conocimiento que se tiene de Jesucristo.
El autor sagrado ilustra con dos proverbios populares lo que había dicho sobre los apóstatas. El primero está tomado de Prov 26, n: volvióse el perro a su vómito. El fiel que vuelve a su vida de pecado se hace tan abominable como el perro que vuelve de nuevo a vomitar. El segundo proverbio no es bíblico, pero se encuentra ya en la leyenda de Ahikar: “la cerda lavada vuelve a revolcarse en el cieno.” La comparación con el fiel se refiere al retorno a un estado inmundo del cual había salido. Jesucristo también había empleado la imagen del perro y del cerdo para designar a los adversarios incorregibles 35. Los autores paganos consideran al perro, y sobre todo al puerco, como símbolo de la mancha moral 36.

1 3:1-10. – 2 Jer 7:8; Jer 14:14; Deu 13:1-6; Eze 13:9; Zac 13:23. – 3 Cf. también 1Ti 3:1ss – 4 Jud 1:4.7.8.13.16.18.23. – 5 Cf. Hec 9:2; Hec 18:25; Hec 19:9. – 6 A. Charue, o.c. p.491. – 7 Doctrina de los doce Apóstoles u,6 = Didajé. Cf. D. Ruiz Bueno, Padres Apostólicos (BAC, Madrid 1950) p.89. – 8 1Co 9:1-18; 2Co 12:13. El ansia de lucro personal era bastante común entre los judíos de entonces, como nos lo atestiguan diversos lugares del Nuevo Testamento (Mat 23:145; Tit 1:105; cf. Eze 34:3). – 9 Cf. Jud 1:4-5 – 10 Pe C™ Dei 14:13-1 – 11 Suma Teol. ι q.63 a.2. – 12 seguimos, con los códices BSAC y los Padres latinos, la lección σειροΐ$ ο bien σιροϊς == «en los abismos», que parece ser la mejor atestiguada. – 13 12:13 – 14 1 Pe 3 20-21. – 15 Cf.Heb 11:7. – 16 Wt. Josefo Flavio, Ant. 1,3,1; Oráculos sibilinos 1,129.150-198. Cf. Strack-Bil – 17 Cf. J. Chaine, 6.c. p.63. – 18 Cf- Luc 17:26-29. – 19 Cf. Strack-Billerbeck, vol.3 p.76953. – 20 Cf. Gen 18; 19; Sab 10:6. – 21 S. Rappaport, Der gerechte Lot: ZNTW 29 (1930) p.299. El Gen 19,iss nos habla de su hospitalidad. – 22 1:8.14.16; 2:20; 3:2.15.18; cf. Jud 1:8; Didajé 4:1. Para San Pablo (Efe 1:21; Col I:l6) soberanía = κυριότηβ designa un determinado coro de ángeles. – 23 Esta disputa entre Miguel y Satanás estaría tomada, según Orígenes (De principiis 3:2,i: PG 11:303), del apócrifo Asunción de Moisés, el cual sólo ha llegado a nosotros fragmentariamente. La 2 Pe la sustituye por una afirmación de carácter general. – 24 La lección άγάπαιβ de BA2C2 Vgta. parece preferible a cnrórrats de SAKLP, ya e en el texto paralelo de Judas (v. 10-12), del que depende 2 Pe, son los falsos doctores Participan en los banquetes de la comunidad. La Asunción de Moisés 4:4 también nos ibla de “los que buscan los convites a cualquier hora del día.” – 25 Mat 5:28. – 26 Cf. Núm 22-24. – 27 Cf. Num 25:1-3; Deu 31:16. – 28 Cf. G. H. Guyot, Baíaam: CBQ.3 (1941) 235-242. – 29 Parece como si la 2 Pe supusiera conocido el texto de Judas. – 30 Jer 2:13. – 31 Dan 12:3. – 32Jn 1:8 :34- San Pablo, en su epístola a los Rom 8:21, pone en contraste la libertad de los hijos de Dios con la servidumbre de la corrupción de las criaturas, lo mismo que hace aquí la 2 Pe. Y en la epístola a los Calatas 5:13 exhorta a no tomar la libertad como pretexto para servir a la carne. Epicteto (‘Platicas 1.2:2Cr 20:3; 2Cr 22:31) también llama siervo de sus excesos al hombre vicioso. Cf. Cicerón, Verr. 3:22. – 33 Cf. Rom 6:16. Y, sin embargo, los gnósticos afirmaban que para los espirituales, como ellos se creían, no era posible la corrupción (San Ireneo, Adv. haer. 1:6:2). – 34 Cf. Mat 12:45; Lev 11:26. El ν. Τ. recalca siempre la gravedad del pecado de apostasia: Luc 9:62; Heb 6:4ss; Heb 10:26; 1Jn 5:16s. – 35 Mat 7:6. – 36 Cf. Horacio, Epist. 1:2:26; Cicerón, Verr. 4:24; Varrón, Res rusíicae 2.

Fuente: Biblia Comentada

falsos profetas. En este capítulo Pedro describió en detalle a los falsos maestros para que los cristianos reconocieran siempre sus características y métodos. El pecado más grande de quienes rechazan a Cristo y la obra más condenatoria y perniciosa de Satanás es la falsificación de la verdad y el engaño que produce en sus víctimas. Nada es más perverso que afirmar que se habla en nombre de Dios para salvación de las almas cuando en realidad se habla por incitación de Satanás para condenación de los oyentes (cp. Deu 13:1-18; Deu 18:20; Jer 23:1-40; Eze 13:1-23; Mat 7:15; Mat 23:1-36; Mat 24:4-5; Rom 16:17; 2Co 11:13-14; Gál 3:1-2; 2Ti 4:3-4). entre el pueblo. «El pueblo» alude en el NT a Israel (cp. Hch 26:17; Hch 26:23). El punto de Pedro es que Satanás siempre ha tratado de infiltrarse en grupos de creyentes con los engaños de los falsos maestros (cp. Jua 8:44). Desde su encuentro con Eva se ha dedicado al engaño (vea las notas sobre 2Co 11:3-4). introducirán encubiertamente herejías destructoras. Los falsos maestros hacen despliegue de sí mismos como pastores, maestros y evangelistas cristianos (cp. Jud 1:4). «Herejías» se refiere a mentiras religiosas de fabricación humana y demoníaca que conducen a divisiones y partidismo (cp. 1Co 11:19; Gál 5:20). La palabra griega que se traduce «destructoras» tiene que ver con la condenación eterna y esta palabra se usa en seis ocasiones en esta carta para aludir siempre a una condenación definitiva e irreversible (vv. 2Pe 2:1-3; 2Pe 3:7; 2Pe 3:16). Por esa razón es trágico que una iglesia trate como virtud la tolerancia de enseñanzas e ideas ajenas a la Biblia en nombre del amor y la unidad (vea 2Ts 3:14; 1Ti 4:1-5; Tit 3:9-11). negarán al Señor. Esta frase expone la profundidad del delito y la culpabilidad de los falsos maestros. Esta palabra inusual en griego para «Señor» aparece diez veces en el NT y alude a uno que tiene autoridad suprema sobre todos los demás, tanto en sentido humano como divino. Pedro advierte aquí que los falsos profetas niegan el señorío soberano de Jesucristo. Aunque sus herejías pueden incluir la negación del nacimiento virginal, la deidad, la resurrección corporal y la segunda venida de Cristo, el error básico de los falsos maestros es que no someten la vida de cada uno de ellos al señorío de Cristo. Todas las religiones falsas tienen una cristología errónea. que los rescató. Los términos que Pedro usó aquí son más analógicos que teológicos porque hablan de cómo un amo humano tiene dominio sobre su casa. El amo compraba esclavos y los esclavos debían lealtad al amo como su soberano. (Para un paralelo en el AT, vea Deu 32:5-6, donde se dice que Dios compró a Israel aunque ellos le rechazaron.) En sentido doctrinal, esta analogía puede verse como la responsabilidad de someterse a Dios que los falsos maestros no habían cumplido. Por otro lado, es probable que ellos afirmaran ser cristianos y por ende que el Señor los había comprado en realidad. Con algo de sarcasmo, Pedro desdeña ese alegato al escribir sobre la condenación que los esperaba. Así pues, el pasaje describe el carácter siniestro de los falsos maestros que declaran a Cristo pero niegan su señorío sobre la vida de ellos. destrucción repentina. Se refiere a su muerte física o a su juicio en el regreso de Cristo (Pro 29:1; 2Ts 1:7-10).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

(Sugiero que el lector consulte mi obra, NOTAS SOBRE JUDAS, en conexión con este capítulo)

2:1 — Véase Jud 1:4. «Pero». Pedro contrasta los falsos profetas y maestros con los hombres que han hablado por el Espíritu Santo (1:21).
–«hubo también… pueblo». Las Ver. B.A. y ASV. dicen, «se levantaron falsos profetas», y la Ver. N.M. dice, «llegaron a haber». Así dice el texto griego.
El pueblo aquí referido es el pueblo de Israel del Antiguo Testamento. Balaam (ver. 15) es un ejemplo de los falsos profetas entre los israelitas. Véanse Jer 14:13-16; Eze 13:1-7.
–«como habrá… maestros». Al decir «habrá» Pedro usa el tiempo futuro, mientras que Judas usa el tiempo presente perfecto («han entrado», ver. 4). En el tiempo de escribir Pedro, los falsos todavía no habían entrado de lleno, pero su herejía ya tenía sus principios.
La frase «falsos profetas» es una sola palabra en el griego, como también lo es la frase «falsos maestros». Se antepone a «profeta» o a «maestro» el prefijo pseudo, que quiere decir «falso» o «mentiroso», y resulta una palabra compuesta. En las Escrituras pseudo también se antepone a las palabras «hermanos» (Gál 2:4), «apóstoles» (2Co 11:13), «palabras» (1Ti 4:2, oradores de mentiras, o mentirosos), «testigos» (Mat 26:60), y «Cristo» (Mat 24:24).
Hay varios pasajes del Nuevo Testamento que predijeron la venida de enseñadores de falsedad; por ejemplo, Hch 20:29; 1Ti 4:1 y sig.; 2Ti 4:1 y sig.; 1Jn 4:1. Pero toda la evidencia apunta a que los falsos maestros aquí referidos por Pedro eran los que más tarde vinieron a ser conocidos por el término «gnósticos». Véase INTRODUCCION, IV.
–«que introducirán…destructoras». Las Ver. H.A., B.A., P.B., etcétera dicen, «los cuales», en lugar de «que», y así traducen mejor el texto griego que usa la palabra que significa «esa clase de personas».
En el griego, «introducirán» es una sola palabra compuesta de tres partes: traer, dentro de, y al lado de. El falso pone adentro y al lado de la verdad su falsedad. Lo hace encubiertamente. El que habla la verdad no usa de tácticas carnales, pero el falso actúa de manera furtiva e inobservable, como espía en el campo del enemigo. Véase Gál 2:4.
La frase «herejías destructoras» es traducida más literalmente según el griego con la frase «herejías de perdición», o «de destrucción».
La palabra «herejía» es transliteración del griego, hairesis, que en sí significa un escogimiento de la mente; es decir, una opinión (contraria a la doctrina establecida, y que tiene por resultado la formación de una secta, o partido). Véanse Hch 5:17; Hch 15:5; Hch 28:22 (24:14). Pedro usa la palabra en sentido malo, de una doctrina falsa; o sea, de opiniones sabidas como erróneas. Véanse 1Co 11:19 («divisiones», «bandos»–Ver. B.A., «partidos»–Ver. H.A., «sectas»–Ver. P.B., «facciones»–Ver. MOD., ASV.); Gál 5:20.
–«y aún… rescató». Los gnósticos negaban la deidad de Jesús, como también la humanidad de Cristo; es decir, Jesús no era Dios, ni se hizo carne el Cristo (1Jn 2:22-23; 1Jn 4:1-2; 1Jn 4:15. También negaban que Dios hizo el mundo, por ser el mundo físico de materia, cosa con que según ellos un puro espíritu no tendría que ver). Su doctrina negaba la verdad respecto a Jesús de Nazaret (Mat 16:13-20; 1Co 3:11).
Jesucristo es el Señor. La palabra común para decir «Señor» es kurios. Aquí es despotes (de donde por transliteración viene la palabra «déspota»). Esta palabra significa uno con autoridad absoluta y sin restricción. Véase 1Pe 2:18, comentarios. Se emplea en Apo 6:10 con referencia a Cristo. (Hoy en día la palabra por transliteración se usa solamente en sentido malo).
Cristo «rescató» a los cristianos. Otras versiones dicen, «compró» (ASV., B.A., NVI, N.M.). Véase 1Pe 1:18, comentario. En 1Pe 1:18 aparece otro verbo griego; allí es «redimir», aquí es agoradzo, «comprar». Véase agoradzo en 1Co 6:20; 1Co 7:23; Apo 5:9; Apo 14:3-4. Estos falsos maestros eran cristianos apóstatas (2:20-22). Véase 1Jn 2:18-19, mis comentarios en NOTAS SOBRE I JUAN.
Este versículo derrota por completo dos doctrinas calvinistas principales; a saber, la propiciación limitada (de que Cristo no murió por todos, sino solamente por los elegidos incondicionalmente) y la imposibilidad de apostasía. Estos habían sido comprados por Jesucristo (eran de los elegidos), pero ahora negaban al Señor (cayeron de la gracia de Dios).
–«atrayendo sobre… repentina». Al decir «atrayendo», Pedro da a entender que los falsos maestros eran responsables por el castigo que Dios traería sobre ellos.
¡Las «herejías destructoras» traen «destrucción» sobre sus maestros! La palabra griega para decir «destrucción» no significa aniquilación, como insisten los Testigos de Jehová, sino ruina. Arruinados, ya no tienen valor (para con Dios). Véase ver. 3, comentarios sobre «destrucción». Serán castigados eternamente (Mat 25:46).
Sobre «repentina» (tainos), véase 1:14, comentarios.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LOS FALSOS PROFETAS

2 Pedro 2:1

A veces surgían falsos profetas de entre el pueblo, lo mismo que habrá entre vosotros falsos maestros, hombres que introducirán insidiosamente herejías destructivas y negarán al Señor que los compró; al obrar así atraerán sobre sí mismos una pronta destrucción.

El que surgieran falsos profetas en la Iglesia era algo que se podía esperar, porque en todas las generaciones había habido falsos profetas en Israel, responsables de haber descarriado al pueblo de Dios y de que vinieran desastres a la nación. Vale la pena estudiar la historia de los falsos profetas del Antiguo Testamento, porque sus características recurrían otra vez en tiempo de Pedro y siguen recurriendo todavía hoy.

(i) Los falsos profetas estaban más interesados en hacerse populares que en decir la verdad. Su política era decirle al pueblo lo que este quería oír. Los falsos profetas decían: «»Paz, paz,» ¡pero no hay paz!» (Jer 6:14 ). Veían visiones de paz cuando el Señor Dios decía que no había paz (Ez 13:16 ). En los días de Josafat, Sedequías, el falso profeta, se puso sus cuernos de hierro y dijo que Israel acornearía a los sirios quitándolos de en medio como él lo hacía gráficamente; Miqueas, el profeta verdadero, predecía desastre si Josafat iba a la guerra. Por supuesto que Sedequías era popular y se aceptaba su mensaje; pero Josafat fue a la guerra con los sirios y pereció trágicamente (1 Reyes 22). En los días de Jeremías, Hananías profetizó el repentino fin del poder de Babilonia, mientras que Jeremías profetizaba que Israel la serviría; y de nuevo el profeta que le decía a la gente lo que quería oír era el más popular (Jeremías 28). Diógenes, el gran filósofo cínico, hablaba de los falsos maestros de su tiempo cuyo método consistía en seguir lo que condujera al aplauso de la multitud.

Una de las primeras características del falso profeta es que le dice a la gente lo que esta quiere oír y no la verdad que necesita oír.

(ii) Los falsos profetas iban tras la ganancia personal. Como dijo Miqueas: «Sus sacerdotes enseñan por precio, sus profetas adivinan por dinero» (Mi 3:11 ). Enseñan por ganancia deshonesta (Tit 1:1l ), e identifican la bondad con la ganancia, convirtiendo la religión en un negocio sucio (1 Timoteo 6:5 ). Podemos ver a estos explotadores de la obra en la Iglesia Primitiva. En La Didajé, La Enseñanza de los Doce Apóstoles, que es lo que podríamos llamar el primer reglamento de la Iglesia, se establece que el profeta que pide dinero o que le pongan la mesa es un falso profeta. «Traficantes de Cristo» llama a los tales La Didajé (II). El falso profeta es un tipo codiciMb que ve en las personas presas que puede explotar para sus propios fines.

(iii) Los falsos profetas eran disolutos en su vida personal. Isaías escribe: «El sacerdote y el profeta erraron por la sidra, fueron trastornados por el vino» (Isa 28:7 ). Jeremías dice: «En los profetas de Jerusalén he visto cosas terribles: cometen adulterios, andan con mentiras y fortalecen las- manos de los malos… hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas» (Jer 23:14-32 ). El falso profeta es en sí mismo una seducción al mal en vez de una inspiración al bien.

(iv) El falso profeta era sobre todo un hombre que apartaba a las personas más y más de Dios en lugar de acercarlas a Él. El profeta que invita al pueblo a ir tras dioses ajenos debe ser destruido sin piedad (Dt 13:1-5 ;18-20). El falso profeta se lleva a la gente en una dirección errónea.

Estas eran las características de los falsos profetas en la antigüedad y en los días de Pedro; y continúan siendo sus características.

LOS PECADOS DE LOS FALSOS PROFETAS

Y CÓMO ACABAN ESTOS

2 Pedro 2:1 (conclusión)

En este versículo Pedro tiene algunas cosas que decir acerca de estos falsos profetas y sus acciones.

(i) Introducen insidiosamente herejías destructivas. La palabra griega para herejía es haíresis. Viene del verbo haireisthai, que quiere decir escoger; y fue en su origen una palabra perfectamente respetable. Quería decir sencillamente una línea de fe y acción que una persona había escogido para sí. En el Nuevo Testamento se mencionan las hairéseis de los saduceos, los fariseos y los nazarenos (Hch 5:17 ; Hch 15:5 ; Hch 24:5 ). Se podía hablar perfectamente de la haíresis de Platón sin querer decir por ello nada más que lo que pensaban los platonistas. Era perfectamente posible hablar de un grupo de médicos que practicaban un cierto método de tratamiento como una haíresis. Pero esta palabra cambió muy pronto de sentido en la Iglesia Cristiana. En el pensamiento de Pablo, las herejías y los cismas iban juntos como cosas condenables (1Co 11:18 s); hairéseis son parte de las obras de la carne; al hereje hay que advertirle y aun darle una segunda oportunidad, pero luego rechazarle (Tit 3:10 ).

¿Por qué este cambio? La razón es que antes de la venida de Jesús, Que es el camino, la verdad y la vida, no había tal cosa como una verdad definitiva y dada por Dios. A uno se le presentaba un número de alternativas, cada una de las cuales se era perfectamente libre para escoger creer. Pero con. la venida de Jesús vino la verdad de Dios a la humanidad, que la puede aceptar o rechazar. Un hereje, entonces, llegó a ser una persona que creía lo que ella quería creer en vez de aceptar la verdad de Dios que debería creer.

Lo que estaba sucediendo en el caso de los lectores de Pedro era que algunos autodesignados profetas estaban persuadiendo insidiosamente a la gente a creer lo que ellos querían que fuera verdad, más bien que lo que Dios ha revelado como verdad. No se presentaban como enemigós del Cristianismo. Lejos de ello. Se presentaban como los mejores exponentes del pensamiento cristiano; y era así como, gradual y sutilmente, seducían a la gente apartándola de la verdad de Dios y llevándola a las opiniones privadas de otros, que es lo que es la herejía.

(ii) Estas personas negaban al Señor que los había comprado. Esta idea de que Cristo se comprara personas para Sí mismo se extiende por todo el Nuevo Testamento. Viene de Su propia palabra de que había venido para dar su vida en rescate por muchos (Mr 10:45 ). La idea es que esas personas eran esclavas del pecado y Jesús las compró para Sí al precio de Su vida, para hacerlas libres. «Por precio fuisteis comprados,» dice Pablo (1Co 7:23 ). «Cristo nos redimió~ (nó compró) de la maldición de la ley» (Gal 3:13 ). En el nuevo cántico del Apocalipsis la multitud del Cielo dice que Jesucristo los compró con Su sangre de todo linaje, lengua, pueblo y nación (Apocalipsis 5:9). Está claro que esto quiere decir dos cosas. Quiere decir que el cristiano, por derecho de compra, pertenece absolutamente a Cristo; y quiere decir que una vida que costó tanto no se puede malgastar en el pecado o en cosas sin valor.

Los herejes de la carta de Pedro estaban negando al Señor que los había comprado. Eso puede querer decir que estaban diciendo que no conocían a Cristo; y puede querer decir que estaban negando Su autoridad. Pero no es tan sencillo; se podría decir que no es tan honrado. Hemos vista que esas personas pretendían ser cristianas; más: pretendían ser los cristianos más sabios y avanzados. Tomemos una analogía humanó. Supongamos que un hombre dice que ama a su mujer, y sin embargo le es continuamente infiel. Con sus acciones de infidelidad niega, da el mentís, a sus palabras de amor. Supongamos que un hombre proclama tener una amistad eterna con otro, y sin embargo le es desleal sistemáticamente. Sus acciones niegan, dan el mentís a sus protestas de amistad. Lo que estas personas que le hacían la vida imposible a los lectores de Pedro estaban haciendo era decir que amaban y servían a Cristo, mientras las cosas que enseñaban y hacían eran una clara negación de Él.

(iii) El fin de estas malas personas sería la destrucción. Estaban introduciendo insidiosamente herejías destructivas, pero estas herejías acabarían por destruirlos a ellos. No hay un camino más seguro a la condenación final que el enseñar a otros a pecar.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

CAPÍTULO 2

Parte segunda

RESISTIR A LA NUEVA DOCTRINA (2,1-3,16)

Los fieles a quienes se dirige la segunda carta de Pedro están amenazados por falsos maestros, cuya nueva doctrina proclama la libertad de toda ley moral; los creyentes no pueden ceder a este «libertinaje» (2,1-22). Los nuevos mensajeros de la fe niegan también la parusía del Señor; los fieles no deben dejarse engañar por sus argumentos (3,1-16).

I. FALSA DOCTRINA DE LA LIBERTAD (2/1-22).

La actividad de los falsos maestros (2,1-3) no queda sin castigo (2,4-9). Se desenmascara a los falsos maestros (2,10-14a) y se muestran los castigos que les esperan (2, 14b-l9). Lo que ellos intentan es volver al paganismo (2,20-22) 25.

……………

25. Entre la carta de Judas y la segunda carta de Pedro se encuentran muchas coincidencias en la linea de pensamiento, en palabras y frases. Este hecho no puede explicarse sino por dependencia mutua. Una debe haber utilizado la otra. Penetrando profundamente en el texto aparece que es la segunda carta de Pedro la que ha utilizado la carta de Judas, pues la segunda carta de Pedro está más pensada, más limada y más elaborada teológicamente. Descarta todo aquello que procede de fuentes no reconocidas por el magisterio eclesiástico (Jud 1:6.9.14). Su sensibilidad pastoral utiliza lo que encuentra, pero criticándolo. Distingue entre escritos inspirados por Dios y escritos piadosos tras los cuales está sólo un testimonio humano. No intenta ser original; su deseo era servir a la salvación de los fieles.

……………

1. CORRUPTORES (2,1-3).

Los predicadores de la verdad enviados por Dios van acompañados de falsos profetas, falsos mesías y falsos maestros. La Iglesia debe contar con esta «ley» de la historia de la revelación. Los falsos maestros atentan contra el Señor (2,1) y contra el mismo pueblo de Dios (2,2-3); por eso la perdición pende sobre ellos.

a) Contra el Señor (2,1).

1 Hubo también falsos profetas en el pueblo, como también entre vosotros habrá falsos maestros, que introducirán herejías demoledoras y negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí rápida perdición.

Junto a los verdaderos profetas había ya en el pueblo de Israel falsos profetas que le arrastraban hacia los ídolos y los vicios paganos, le prometían paz y salvación terrena y se burlaban de las afirmaciones y amenazas de los verdaderos profetas 26. El pueblo de Dios del Nuevo Testamento corre la misma suerte. Junto a los predicadores de la verdad surgen maestros de la herejía 27. El pueblo de Dios del Nuevo Testamento corresponde al pueblo de Dios del Antiguo. El Antiguo Testamento es un precedente del Nuevo. El destino del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento ilumina los derroteros del nuevo pueblo de Dios y nos enseña a entender con mayor profundidad nuestra situación.

Los falsos maestros se introducen disimuladamente. Se presentan con apariencia de piedad y halagan los apetitos humanos, pero no han recibido misión de Dios. Dios permite que surjan falsos profetas para poner a prueba a su pueblo, para ver si ama al Señor, su Dios, con toda su alma y con todo su corazón y si sabe distinguir la verdad del error. La doctrina que propalan los falsos maestros conduce a la división; destruye la unidad de la Iglesia. El que falsea la doctrina recibida de la Iglesia y propala falsas doctrinas, que conducen a la perdición, niega a Cristo como Señor y dueño, como al único que puede disponer de los fieles. Niega a Cristo el derecho que ha adquirido a alto precio 28. Somos un pueblo propiedad de Cristo, y Cristo vela sobre nosotros como propietario. Quien atenta contra el pueblo de Cristo atenta contra Cristo y contra sus derechos. La doctrina transmitida es santa e intocable. En la doctrina se ofrece Cristo. El Espíritu de verdad que Cristo ha dado a su Iglesia y que la conduce a la verdad plena, glorifica a Cristo, pues toma de lo suyo y lo proclama (Jua 16:13s).

Los falsos maestros atraen sobre sí rápida perdición. Su destino es el de los falsos profetas, de los que se dice: «Extiendo mi mano contra los profetas… entonces conocerán que yo soy el propietario y el Señor» (Eze 13:9). Quien divide la doctrina de Cristo se juzga a sí mismo, su acción misma le condena. La verdad es un tesoro valioso que ha sido dado a la Iglesia para que lo conserve fielmente. No podemos aceptar ningún compromiso turbio. Naturalmente, nunca se puede faltar al amor ni transformar la fidelidad en intolerancia. Nosotros no tenemos ningún derecho a la verdad de Dios; al contrario, es ella quien dispone de nosotros.

……………

26. Cf. Deu 13:1-6; Jer 6:13 ss; Jer 14:13-16; Jer 23:9-40; 28; Jer 29:28s; Ez 13.

27. Cf. Mat 24:11-24; Hec 20:30; 1Jn 2:18 ss.

28. Cf. 1Co 6:20; 1Co 7:23; 1Pe 1:18.

……………

b) Contra el pueblo de Dios (1Pe 2:2-3).

2 Muchos seguirán sus torpezas y por causa de ellos será maldecido el camino de la verdad. 3 En su codicia se aprovecharán de vosotros con palabras mentirosas. Su condenación hace tiempo que no está inactiva y su perdición no duerme.

Los falsos maestros practican la lujuria. Su lema se parece al de los liberales de Corinto: «Todo me está permitido» (1Co 6:12). Muchos sucumben a su influjo. El hombre es débil frente al impulso sexual, y escucha fácilmente a quien proclama que no es malo disfrutar de la vida.

Los falsos maestros pertenecen aún a la Iglesia. Su actividad es un lastre para toda la Iglesia ¡Los incrédulos son para ella un peso muerto! La doctrina de Jesús -camino de verdad- proclama una forma de vida moral que brota de la revelación divina imperecedera. Así como la vida moral de los cristianos debe ser fuerza que atraiga hacia el camino de la verdad, su actividad inmoral será motivo de que se maldiga lo santo que Dios les ha confiado. La conducta inmoral de los cristianos repercute en el camino de la verdad, en Cristo y, por último, en Dios…

Con su conducta los falsos maestros se parecen a los comerciantes. Pero toda su propaganda no es más que engaño. Hablan de la libertad moral, de la fuerza del Espíritu, del conocimiento que poseen y dan, pero tras esto acecha la perdición, que ellos introducen entre los hombres. Su celo es codicia; no son maestros y apóstoles que hablan por misión de Dios, sino mercaderes que quieren ganar dinero (2,14) 29. Su mentalidad es totalmente opuesta a la de Cristo, que dio su vida como precio para comprar a muchos (Mar 10:45).

Para los falsos maestros, hace tiempo que la condenación no está inactiva. Su conducta suscita difíciles problemas a los fieles. ¿Por qué tienen éxito los falsos maestros? ¿Por qué atraen a tantos? ¿Por qué no interviene Dios? ¿Por qué Dios no hace nada como juez? ¿Por qué duerme la mano castigadora de Dios? Dios no duerme, no está inactivo. Hace tiempo que la condenación está ya en acción; es tan actual en la historia como su misericordia.

……………

29. Cf. 1Te 2:5; 1Tm 6.5; Tit 1:10.

……………

2. JUICIO JUSTO (Tit 2:4-9).

Tres juicios de la historia primitiva que narra el libro del Génesis muestran que los impíos no quedan sin castigo y que Dios perdona a los justos. Los falsos maestros, apoyándose en la esperanza de que Dios nos perdonará, piensan haber refutado la advertencia que se nos hace mediante el juicio y la condenación; en los juicios de Dios nunca perecieron todos, siempre quedaron algunos con vida. La segunda carta de Pedro quiere refutarlos. Sólo unos pocos fueron perdonados, los justos. Pero los juicios históricos no son todavía el juicio definitivo. Los impíos que no reciben su castigo en el curso de la historia están reservados para el juicio final. Los tres juicios son: el juicio de Dios sobre los ángeles (Tit 2:4), sobre la generación del diluvio (Tit 2:5) y sobre los habitantes de Sodoma y Gomorra (Tit 2:6-8).

a) El juicio sobre los ángeles pecadores (Tit 2:4).

4 Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en el tártaro en cavernas tenebrosas, los entregó para ser custodiados para el juicio.

Los ángeles pecaron. ¿Cómo? No se nos dice nada de esto. Pero en la carta de Judas se dice: «No conservaron su primacía, sino que abandonaron su propia morada… se prostituyeron y marcharon tras carne ajena» (Jud 1:6s). Es una referencia a Gen 6:2 : «Vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas y las tomaron como mujeres, a su gusto» 30. Pedro, por su parte, no dice cómo pecaron los ángeles; se limita a establecer el hecho. La Sagrada Escritura encierra enigmas que no podemos resolver satisfactoriamente.

Los ángeles son criaturas predilectas de Dios; a pesar de ello no encontraron perdón cuando pecaron. Dios, en su juicio, no atiende a la persona, sino a los hechos ( Rom 2:6, Rom 2:11). Los falsos maestros conciben el don salvífico de Dios como algo grande, tan grande que creen que pueden pecar sin incurrir, a pesar de ello, en la condenación de Dios. Con palabras semejantes se habla en la carta a los romanos de los falsos maestros, que dicen: «Permanezcamos en el pecado para que aumente la gracia» (Rom 6:1). Los dones salvadores que ya poseemos no nos desligan de la obligación de llevar una vida mora1 y temer el juicio de Dios. La sobreabundancia de la gracia debe llevarnos a la humildad, no a la temeridad.

Dios ha sepultado a los ángeles caídos en el tártaro, en cavernas tenebrosas. Tártaro es una palabra entonces usual para designar el lugar de castigo eterno. Se concebía como una caverna oscura debajo tierra. Los ángeles pecadores fueron desterrados de la faz de Dios, que es plenitud de luz y arrojados al tormento del alejamiento de Dios, a las tinieblas. Pero aún no ha caído sobre ellos la condenación definitiva de Dios. Se les guarda para el juicio definitivo, más severo, que caerá sobre ellos cuando venga Cristo 31. La parusía de Cristo trae consigo el juicio final.

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30. La exégesis judaica tardía y la exégesis cristiana primitiva pensaban que una parte de los ángeles habían abandonado antiguamente el cielo, su morada, habían olvidado su dignidad (gloria) y habían tomado mujeres humanas, con las cuales engendraron gigantes. Esta interpretación presupone que los ángeles tienen cuerpo. ¿Era intención de la segunda carta de Pedro purificar el texto de la carta de Judas ?

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b) El juicio del diluvio (Rom 2:5).

5 Y no perdonó al mundo antiguo; sólo guardó a Noé, predicador de la justicia y a otros siete, haciendo caer el diluvio sobre un mundo de impíos.

Dios no perdonó al mundo antiguo. La segunda carta de Pedro conoce tres mundos: el mundo antiguo, anterior al diluvio, el actual y el futuro (Rom 3:13). También el mundo antiguo era creación de Dios, y Dios lo amaba: «Vio que era bueno» (Gen 1:31). Amaba a los hombres que lo habitaban, porque eran imagen suya (Gen 1:27). Pero a pesar de ello no perdonó al mundo ni a los hombres cuando se separaron de él. ¡Tal es el peso del pecado! Sólo guardó a Noé y a su familia: su mujer, sus tres hijos y sus mujeres. Perdonó a Noé «y a otros siete». Por él fueron salvados los otros siete. Dios le protegió con el arca porque era predicador de la justicia. Predicaba la conversión y la penitencia (1Pe 3:20). Como predicador de la justicia de Dios caminaba delante del Dios justiciero. Los juicios de Dios no irrumpen ciegamente trayendo la perdición. Quien cumple la voluntad de Dios y permanece fiel a su servicio no será alcanzado por la condenación general, sino protegido por Dios. El diluvio lo trajo Dios. Alcanzó al mundo a causa de los hombres malos. El mundo y el hombre forman una unidad. El mundo ha sido creado en función del hombre y es partícipe de la culpa y del castigo del hombre 32. Sobre el mundo vino el juicio del diluvio, porque se había separado de su principio y se había rebelado contra la voluntad santa de Dios.

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31. Cf. Mat 8:29; Rev 20:10.

32. Cf. Gen 1:11; Rom 8:19 ss.

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c) El juicio sobre Sodoma y Gomorra (Rom 2:6-8).

6 Y condenó a la destrucción a las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a ceniza, y poniendo un ejemplo para los impíos venideros; 7 y libró al justo Lot, acosado por la conducta desenfrenada de aquellos impíos, 8 pues este justo, vivía entre ellos, día tras día, con su alma recta, torturada por las obras malas que veía y oía.

La destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra por medio del fuego (Gén 19) fue un juicio aniquilador de Dios y un ejemplo terrible para los tiempos futuros. Lo que aparece en la Escritura está escrito para instruirnos 33. Sólo Lot escapó al castigo general, porque era justo y no practicaba la lujuria, como hacían los que le rodeaban. ¡Qué martirio hacer la voluntad de Dios sin fallos cuando nadie la cumple! ¡Qué heroísmo conservarse limpio en medio de los corrompidos!

El justo que vive entre lujuriosos sufre torturas en su alma. Las imágenes, las palabras y los hechos le asedian, le atormentan y quieren hacer también de él un lujurioso. Ya la colocación de las palabras en la frase refleja ese cautiverio. Al principio y al final se habla de lo que debía ver y oír y de las obras malas. En el centro vive el justo, día a día. Vive allí, como justo, con su alma recta, temerosa de Dios. Los hombres que le rodean se han entregado al cuerpo; su vida es libertinaje. Dios conoce este sufrimiento, este martirio, este heroísmo; a la hora del juicio sobre los pecadores se tiene en cuenta a aquél que permanece fuerte en medio de todas las tentaciones.

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33. Cf. Rom 15:4; 1Co 10:6; 2Ti 3:16s.

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d) Dos alternativas (2,9-lOa).

9 Sabe el Señor librar de la prueba a los piadosos y reservar a los impíos bajo castigo hasta el día del juicio, 10 sobre todo a los que caminan tras la carne en deseos de impureza y despreciando la soberanía (del Señor).

Ahora Pedro se dedica a sacar las consecuencias que se deducen de los tres juicios del Antiguo Testamento. Se dice primero: el Señor sabe. Esta es la respuesta al problema de por qué no interviene el Señor como intervino antes en los grandes juicios. Jesús es el Señor de los justos y de los impíos. Ve, oye y conoce a todo individuo y no deja las riendas de su mano.

El Señor libra de la prueba a los piadosos. Deben soportar apuros y miserias. Mediante esas pruebas Dios quiere robustecer la paciencia de los justos (Stg 1:2). Aunque el justo sufra tanto como Job, sabe que el Señor le librará de todo. Dios permite que Noé pase apuros como predicador de la justicia, y Lot debe cumplir la voluntad de Dios en medio de un ambiente lujurioso. El número y la cantidad nunca son decisivos ante Dios; lo decisivo es la pureza de vida, aun la de uno sólo…

A los impíos, que no cumplen la voluntad de Dios, se les guarda para el día del juicio. Aunque durante cierto tiempo Dios los deje hacer, no quiere decir esto que no se preocupe. Juzgará y castigará. El día del juicio pende sobre todo el quehacer humano.

La conducta lujuriosa no es moralmente indiferente. Según las fuentes bíblicas, la causa de los tres juicios es la lujuria entre los hombres. La caída de los ángeles se pone en relación con la incontinencia sexual (Jud 1:6); la introducción a la narración del diluvio muestra la desviación de la moral matrimonial (Gen 6:1 ss); la destrucción de las dos ciudades viciosas se debe a su lujuria contra naturaleza. Los lujuriosos caminan tras la inmundicia de la carne y tras sus apetitos. La lujuria semeja una señora a la que los lujuriosos siguen obedientemente, un maestro tras el que van los discípulos. En lugar de seguir al Señor, se van tras el placer. «Su Dios es el vientre» (Flp 3:19). Con su conducta desprecian la soberanía de Cristo, su Señor (Jud 1:8). Al los ha comprado y por eso le pertenecen en cuerpo y alma, pero el lujurioso usa mal de lo que es propiedad del Señor 34.

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34. Cf. 1Co 6:12-20.

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3. DESENMASCARAMIENTO DE LOS FALSOS MAESTROS (2/10b-14).

MAESTROS/FALSOS: En la conducta de los falsos maestros se manifiesta su falta de respeto (1Co 2:10b-12) y su búsqueda del goce (1Co 2:1314a). En 2,10a se ha dado ya un esquema de este pasaje.

a) Arrogantes (2,10b-12).

Los falsos maestros no respetan nada (2,10b-11). La palabra central de este pasaje es «injuriar». Se repite tres veces. Los falsos maestros no tienen ningún respeto. Son osados y arrogantes. Por eso su fin será ignominioso (2,12).

10b Osados, arrogantes, no temen injuriar a los seres gloriosos 11 cuando los ángeles, superiores en fuerza y en poder, no pronuncian contra ellos en la presencia del Señor ningún juicio injurioso.

El cristiano se inclina con respeto ante la soberanía de Cristo, mientras que estos falsos maestros niegan que Cristo sea Señor. El hombre respetuoso tiembla ante los seres gloriosos, los malos espíritus, mientras que los falsos maestros se consideran más fuertes que Satán y los malos espíritus. El hombre respetuoso se inclina ante las leyes y decisiones de Dios, mientras que los falsos maestros desprecian las leyes morales de Dios. Ni siquiera el saber que Dios nos ama y es nuestro Padre puede hacer desaparecer el santo temor ante su grandeza.

Incluso los ángeles, que superan a los hombres en fuerza y poder, se respetan entre sí, pues no osan pronunciar juicio alguno injurioso contra los ángeles caídos (Jud 1:9). Con mayor razón los que han sido comprados por Jesús deben sentir temor ante las potencias celestiales y no creerse superiores a ellas. No se ataca aquí la repulsa a las potencias diabólicas enemigas de Dios, el odio al mal, sino la arrogancia que es propia de estos extraños «cristianos», la opinión de que se puede observar todo desde una atalaya elevada sin que amenace ningún peligro. Dios nos pide humildad; en la propia sabiduría y en el propio poder no hay «nada de que gloriarse».

En estos falsos maestros la lujuria y la falta de respeto se relacionan íntimamente. Pablo refuta a los apóstoles de la incontinencia sexual recordándoles la plenitud de gracia que inunda también el cuerpo del cristiano: «¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es como un templo del Espíritu Santo, que está en vosotros y que habéis recibido de Dios? Ya no os pertenecéis a vosotros, porque habéis sido comprados a buen precio. Honrad, pues, a Dios en vuestro cuerpo» (1Co 6:19s).

12 Mas éstos, como animales irracionales, nacidos para ser presa y perecer, injurian lo que ignoran. En su corrupción serán destruidos. 13a Recibirán injusticia en pago de su injusticia.

El fin de estos impíos, que se parecen a los animales irracionales, es el mismo que el de éstos: cautiverio y perdición. Los lujuriosos traen consigo corrupción y serán aniquilados. Obran injustamente y recibirán su merecido por su injusticia. Dios les tratará sin respeto, como ellos le trataron a él y a lo suyo.

b) Sensuales (1Co 2:13-14).

Los falsos maestros se entregan a los vicios que más a menudo aparecen en los catálogos de vicios del Nuevo Testamento 35: sensualidad (1Co 2:13), lujuria (1Co 2:14a) y avaricia (1Co 2:14b).

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35. Por ejemplo Rom 1:24-32; Rom 13:13; 1Co 5:10s; 1Co 6:9s; 2Co 12:20; Gal 5:19 ss; Efe 5:3 ss; Col 3:5 ss; 1Ti 1:9s.

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13b Juzgan un placer el libertinaje en pleno día, son vergüenza y deshonor se deleitan en sus extravíos cuando banquetean con vosotros.

La ocupación diaria de estos nuevos apóstoles del desenfreno moral es el libertinaje. No celebraban los grandes banquetes por la noche, según era costumbre, sino durante el día. Comer y beber llena su vida. Incluso el ágape que va unido a la celebración de la eucaristía 36 les sirve de ocasión para satisfacer su sensualidad 37. ¡Su falta de respeto no retrocede ante lo más santo! ¡Qué inversión de valores! ¡Cuán comprensible nos parece ante tales desafueros la irritación y el juicio severo de la carta!

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36. Cf. Jud 1:12; cf. 1Co 11:17-22.33s.

37. Cf. 1Co 11:20; Efe 5:18.

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14a Tienen sus ojos cargados de pasión por la adúltera e insaciables de pecado.

Cuando se celebran banquetes suntuosos, la lujuria no anda lejos. Parece ser que incluso los ágapes eran para ellos ocasión de entregarse al adulterio con miradas y deseos. El banquete santo sirve a éstos, que el autor llama «vergüenza» y «deshonor», para satisfacer su concupiscencia.

14b Seducen las almas débiles; tienen el corazón ejercitado en la codicia; son hijos de maldición.

Su celo de apóstol se dirige a los que acaban de convertirse y no están aún enraizados en la fe y en la moral. El fundamento de su celo es la codicia. Su actividad apostólica no está dirigida por la gloria de Dios y la salvación de las almas, sino por la codicia (Efe 2:3), que envenena el apostolado.

Estos vicios se hacen más odiosos y reprobables si se realizan con vestidura religiosa. También lo sagrado es accesible a los vicios fundamentales del hombre. La maldición de Dios alcanza a la sensualidad, a la lujuria y a la codicia. Los que se entregan a estos apetitos son «hijos de maldición», incurren ya en la maldición de Dios. Se hacen públicos los desafueros que se producen en la comunidad y se descubre la actividad de algunos de sus miembros. Para eso «no hay pelos en la lengua», pues sabemos que cuanto mayor es el don, más urgente es la obligación de vivir según él. El desorden y el libertinaje en la vida de un cristiano, sobre todo si está en relación, de cualquier forma que sea, con el servicio sagrado, pesa ante Dios mucho más que el de aquellos que no conocen su voluntad.

4. ASPAVIENTOS SIN FRUTO (2/15-19).

Los falsos maestros multiplican sus esfuerzos y despliegan una actividad inmensa. ¿Qué vale eso ante Dios? Por la sagrada Escritura (Efe 2:15-16) y por la naturaleza ( Efe 2:17-19) se muestra que esa actividad es infructuosa. La Escritura y la naturaleza son fuentes de sabiduría divina, ambas son palabras de Dios: palabra en la palabra, palabra en la obra.

a) Fuera del camino recto (Efe 2:15-16).

15 Abandonando el camino recto, se extraviaron y siguieron la senda de Balaam, hijo de Bosor, quien apeteció la paga de la injusticia, 13 pero fue reprendido por su maldad: un jumento sin habla, expresándose en voz humana, impidió la insensatez del profeta.

El juicio sobre los falsos maestros suena así: abandonaron el camino recto y caminaron hacia el error, por sensualidad, lujuria y codicia. El camino recto es la verdad recibida; es el camino de Dios. Lo que los falsos maestros predican es un camino equivocado, un camino en el que son las pasiones desordenadas las que marcan la dirección.

El camino de los falsos maestros se compara con el camino de Balaam (Núm 22-24) 38. Balaam debía abominar del pueblo de Israel, pero Dios se lo prohibió. A pesar de todo, Balaam, por codicia, se dejó arrastrar fuera del camino que Dios le había marcado 39. La empresa de Balaam no tuvo éxito. Un asno parlante impidió sus propósitos.

Balaam, a quien se llama profeta porque estaba impulsado por Dios, es puesto en ridículo por un animal. Dejándose atraer por el premio de una mala acción (una injusticia) intenta una empresa alocada. Un animal de carga, sin habla-inferior al hombre, porque ni siquiera habla- le volvió a la razón. Los falsos maestros abandonan el camino de la verdad y, por tanto, el camino de Dios; obran con limitación humana, arrastrados por la pasión. El camino de Dios, su verdad iluminadora, nos revela el conocimiento exacto y refrena los apetitos, que quisieran desbordarse.

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38. El padre, según Num 22:5, se llama Beor, no Bosor (error de lectura). La segunda carta de Pedro no dice nada de la aparición del ángel; habla sólo del asno parlante. Esta forma de concebir sigue una interpretación judía, sin decir que haya que considerar cierta esta tradición popular.

39. Cf. Num 22:28; tradición judía.

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b) Fuentes sin agua (Num 2:17-19).

17 Estos son fuentes sin agua, nubes arrastradas por el viento; para ellos está reservada la oscuridad de las tinieblas.

La actividad de los falsos maestros es mucho ruido y pocas nueces. Hacen grandes promesas, pero conducen a la perdición. Las fuentes y las nubes prometen agua, refrigerio y vida. Las fuentes sin agua, que la sequía agota temporalmente, las nubes arrebatadas por el viento, decepcionan; no contienen lo que prometen. Los falsos maestros no llevan a la luz, sino a la «oscuridad de las tinieblas» a la enemistad con Dios y a la condenación. A los falsos maestros se les conoce por experiencia, como el labrador y el caminante conocen las fuentes y las nubes. Es válida la regla de Jesús: «Por sus frutos los conoceréis» (Mat 7:16).

18 profiriendo discursos ampulosos y vacíos, seducen con pasiones de la carne, con desenfreno, a los que apenas han escapado de los que viven en el error.

Los falsos maestros usan palabras ampulosas, frases biensonantes y concesiones a la sexualidad. Con este «cebo» no pueden atrapar más que a los incautos y a los inexpertos, pero no pueden atraer a quienes los conocen ni a los que se dominan. Semejan pescadores que engañan a los peces con un cebo; el cebo es perdición bajo una apariencia hermosa.

19 Les prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, pues cada uno es esclavo del que lo ha vencido.

El lema que predican los falsos maestros es: «libertad». Los cristianos se saben libres 40. Pero los falsos maestros interpretan la libertad como desenfreno, sin preocuparse por ninguna ley moral, y la usan como pretexto para la maldad. La libertad que predican los falsos maestros es, en realidad, esclavitud, pues conduce al pecado y a la perdición. Quien peca no es libre, sino esclavo 41, pues el que ha pecado no puede librarse él mismo del pecado (Jua 8:36). La verdadera libertad no es libertinaje ni desenfreno de la acción, sino libertad para el bien. Esta libertad debe ser reflejo de la libertad del Dios santo.

«Quien está sometido a uno es su esclavo»; así reza un axioma del antiguo derecho bélico. El que ha sido vencido pasa a ser propiedad del vencedor. El pecado hace la guerra al hombre. Si vence, éste es esclavo del pecado. El hombre debe ganar su libertad en lucha continua contra el pecado. Sólo quien vence en esta batalla es verdaderamente libre.

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40. Cf. 1Co 9:19; Gal 5:1.13; Stg 1:25. 41. Cf. Jua 8:34; Rom 6:16.

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5. LA APOSTASIA LLEVA A LA PERDICIÓN (2/20-22).

Los falsos maestros corren el peligro de volver al paganismo, que antes abandonaron (Rom 2:20). Mejor hubiera sido haber permanecido paganos, que volver al paganismo después de la conversión (Rom 2:21); Dios condena la apostasía (Rom 2:22).

a) Recaída (Rom 2:20).

20 Si, pues, después de haber huido de las impurezas del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredados de nuevo en ellas, son vencidos, su último estado será peor que el primero.

Los cristianos, desde el bautismo, estaban fuera del alcance de la corrupción moral que los rodeaba. Lo que los salvaba era el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo. Quien ha recibido este don reconoce a Jesucristo como Señor y Salvador, como Dios y Redentor, y el mismo Cristo le introduce en la esfera de su poder y de su redención. Pablo llama a este estado «estar en Cristo». El conocimiento coloca dentro del círculo de influencia de Jesús, pero esta inclusión debe ser ratificada continuamente con la fe.

Satán y sus potencias de corrupción no cejan después del bautismo. Buscan por todos los medios enredar de nuevo a los convertidos en la corrupción moral. Embaucan a los hombres con sus negocios (2Ti 2:4), preocupaciones y placeres, para que pierdan el conocimiento de Cristo y su libertad. Si le sale bien, el hombre se parece a una oveja que se ha enredado con la lana en las espinas.

Diariamente experimentamos cuán difícil es permanecer en la luz a la que hemos sido llamados. El estado último del que recae es peor que el primero. Este proverbio, que tiene su origen en la experiencia humana, es también válido en el cristianismo. Jesús se sirvió de él para precaver nuestra recaída 42. Pensemos que cuanto mayor sea la gracia mayor es la caída. El Señor nos da todo lo que necesitamos en la lucha por una vida auténtica y pura, en él.

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42. Mat 12:45; Luc 11:26; cf. Mat 27:64.

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b) Serias consecuencias (Mat 2:21).

21 Mejor les fuera no haber conocido el camino de la justicia, que, después de haberlo conocido, volverse atrás del santo precepto que les fue entregado.

Quien se ha apartado de la fe cristiana y ha vuelto a la vida pagana está en situación totalmente diversa de la del pagano que (tal vez sin culpa) no conoce otra cosa. La culpa crece con el conocimiento. «Aquel criado que habiendo conocido la voluntad de su señor, no preparó o no hizo nada conforme a esa voluntad, será castigado muy severamente. Pero el que no habiéndola conocido hizo cosas dignas de castigo, será castigado con menos severidad» (Luc 12:47). Si Jesús no hubiera venido y no hubiera hablado a los judíos, no tendrían pecado; pero ahora no tienen disculpa (Jua 15:22). La Iglesia antigua ha experimentado repetidas veces que los apóstatas la perjudicaban más que los paganos 43. Esto mismo se desprende de esta carta.

La fe señala el camino de la justicia, la doctrina que el hombre debe seguir, si quiere aparecer sin mácula ante Dios. El mensaje cristiano no enseña sólo verdades de fe; enseña también el camino práctico para obrar de modo agradable a Dios. Contiene doctrina de fe y doctrina de vida. Ambas están íntimamente unidas; la vida recta no es más que consecuencia y aplicación de la fe.

El camino de la justicia se conoce mediante el santo precepto entregado a los cristianos. El Señor ha dado este santo precepto y ha sido transmitido por los apóstoles. Siendo precepto santo, el cristiano se inclina con respeto ante él y no se atreve a cambiarlo ni a poner sus manos en él. Sabe que si quiere subsistir ante su Señor debe vivir conforme a ese precepto. ¿Qué otro precepto puede ser éste que el del amor, del que el mismo Jesús dijo: «Este es mi precepto: que os améis unos a otros, como yo os he amado» (Jua 15:12)?

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43. Cf. Hab 6:4-8; Hab 10:26; 1Jn 5:16s; 1Ti 6:3-5.

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c) Actividad maligna (1Ti 2:22).

22 En ellos se cumple lo del proverbio verídico: «El perro vuelve a su vómito.» Y también: «Cerda lavada vuelve a revolcarse en el cieno.»

Los proverbios son expresión drástica de la antigua experiencia y conocimiento de la vida. El proverbio del perro que vuelve a su vómito procede de la sabiduría bíblica (Pro 26:11): «Semejante a un perro que vuelve a su vómito es un tonto que repite su tontería.» En el mundo antiguo el perro y el cerdo eran considerados animales impuros y despreciables. También en el sermón de la montaña se les menciona juntos al advertir que no se debe dar lo santo a hombres que no saben apreciarlo (Mat 7:6). Las consideraciones bíblicas proceden de la palabra de Dios y de la experiencia humana.

En ambos proverbios se expresa la repugnancia del hombre mentalmente sano. Es propio de los perros volver a comer lo que han vomitado; es propio de los cerdos volver a la basura cuando se les ha limpiado. Estos duros ejemplos deben poner en claro cuán odioso es volver a la vida viciosa de la que uno había abjurado en el bautismo.

La sana sensibilidad humana es un poderoso apoyo de la vida cristiana. Cuando han desaparecido el tacto humano y la sensibilidad natural para percibir lo recto, apenas es posible mantener la ley moral cristiana. La conciencia es una facultad profundamente enraizada en el hombre. Cuando no funciona, la actividad del Espíritu Santo queda cojeante. El Espíritu despliega plenamente lo que ya está en la ley de la conciencia.

Fuente: El Nuevo Testamento y su Mensaje

Mat 7:15; Mat 24:11; Mat 24:24; Luc 6:26; 1Jn 4:1; (ver 2Jn 1:7; Apo 16:13; Apo 19:20; Apo 20:10); Jud 1:4.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Su peligro. Los falsos profetas son peligrosos en tres sentidos: su método es oculto y lleva por sendas vergonzosas, desprestigiando la fe; su enseñanza es una negación completa de la verdad; y su destino es la destrucción tanto de sí mismos como de sus seguidores.

1 El pueblo en este contexto parece referirse al del AT. Las actividades de los falsos profetas son mencionadas en Deut. 13:1-5; 1 Rey. 13:18; 22:5-23; Jer. 5:13, 31; 6:13. La falsedad de los maestros puede referirse a sus enseñanzas o a su pretensión de ser maestros. Probablemente ambas cosas están implícitas. Encubiertamente es una forma algo suavizada del verbo que sugiere un manejo oculto. Herejías traduce el gr. haireseis, que significa simplemente “creencias elegidas”. En el uso cristiano llegó a referirse a una creencia errada que se escoge deliberadamente (más bien que a una correcta, revelada por Dios). Destructivas es una expresión heb. que enfatiza las consecuencias tanto para el que las sostiene como cualquier doctrina ortodoxa que pueda tener. Soberano Señor se aplica a Cristo sólo aquí y en Judas 4, pero refiriéndose a Dios aparece en Luc. 2:29; Hech. 4:24 y Apoc. 6:10. Compró se refiere al rescate por medio de la obra de Cristo (cf. Mat. 10:45 y 1 Ped. 1:18).

2 Sensualidad es plural en gr. (ver 1 Ped. 4:3 y la nota luego). Estos falsos maestros pretendían que el conocimiento es superior a la práctica, por lo que argumentaban que no tenía importancia cómo se comportaban los cristianos, ya que la gracia perdo-naría todos los pecados, sin importar su gravedad. Los autores del NT condenaron unánimemente ese criterio. El camino era un nombre primitivo para la fe cristiana (Hech. 9:2). En 1 Ped. 3:16 y 4:3-5, Pedro enfrentó el hecho de que los cristianos ortodoxos serán perseguidos por su buena conducta. Ahora se duele de que la inmoralidad de las sectas seudocristianas hará que la verdadera fe, el camino, sea difamado. 3 Avaricia tiene connotaciones comerciales. Fingidas (gr. plastoi, de donde viene “plástico, fabricado”) significa algo hecho para adecuarse al oído del oyente (1 Tes. 2:5). No se duerme es una vívida metáfora. La retribución a cualquiera que se aparta del buen camino puede que no sea inmediata, pero vendrá.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

2.1 Jesús les había dicho a sus discípulos que vendrían falsos maestros (Mat 24:11; Mar 13:22-23). Pedro había escuchado esas palabras, y ahora veía como se cumplía la advertencia. Así como los falsos profetas habían contradicho a los verdaderos profetas en el Antiguo Testamento (véanse por ejemplo, Jer 23:16-40; Jer 28:1-17), diciendo lo que la gente quería oír, de igual manera los falsos maestros tergiversaban las enseñanzas de Cristo y las palabras de los apóstoles. Esos maestros menospreciaban el significado de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. Algunos afirmaban que Jesucristo no podía haber sido Dios; otros manifestaban que no podía haber sido verdadero hombre. Permitían e incluso estimulaban a que se cometiera todo tipo de actos inmorales y erróneos, sobre todo pecados sexuales. Debemos cuidarnos de los falsos maestros de hoy. Debe evaluarse cualquier libro, serie de casetes o mensaje por televisión a la luz de la Palabra de Dios. Cuídese del significado especial o la interpretación que empequeñece a Cristo y su obra.2.3 Los maestros debieron ser pagados por los que recibían sus enseñanzas, pero estos falsos maestros intentaban ganar más dinero al tergiversar la verdad y al decir lo que a la gente le gustaba oír. Estaban más interesados en enriquecerse que en enseñar la verdad. Pedro y Pablo condenaron la codicia y mentira de estos maestros (véase 1Ti 6:5). Cuando usted envía dinero para cualquier causa evalúe con sumo cuidado. ¿El maestro o predicador, sirve a Dios sin lugar a dudas o fomenta sus propios intereses? ¿El dinero se usará para fomentar un ministerio válido o simplemente financiará futuras promociones?2.4-6 Si Dios no perdonó a los ángeles ni a las personas que vivieron antes del diluvio, ni a los ciudadanos de Sodoma y Gomorra, tampoco perdonaría a esos falsos maestros. Algunos intentarán hacernos creer que Dios salvará a todos porque El es amor. Pero es necio pensar que El anulará el juicio final. Estos tres ejemplos deben ser una advertencia clara de que Dios juzga al pecado y que no escaparán del juicio los pecadores que no se arrepientan.2.7-9 Al igual que Dios rescató a Lot de Sodoma, puede rescatarnos de las tentaciones de un mundo malvado. Lot no estaba libre de pecado, pero puso su confianza en Dios y fue protegido cuando se destruyó Sodoma. Para mayor información sobre Lot, véase Génesis 14. Dios también juzgará a quienes provocan la tentación y las pruebas; no debemos preocuparnos nunca de que no se haga justicia.2.10-12 Tal vez las «potestades superiores» se refiera a los ángeles, a toda la gloria del mundo invisible o, más probable, a ángeles caídos. Un pasaje parecido se halla en Jud 1:8-10 Dondequiera que están, los falsos maestros se burlan de las verdades espirituales que no han logrado comprender, toman el poder de Satanás de manera superficial y piensan que tienen la capacidad de juzgar lo malo. Muchos en nuestra época menosprecian lo sobrenatural. Niegan la realidad del mundo espiritual y afirman que sólo debe aceptarse lo que puede verse y sentirse. Así como los falsos maestros de la época de Pedro, en el día final serán considerados necios todos los que hayan obrado mal. No considere a la ligera a Satanás y sus poderes sobrenaturales ni sea arrogante en cuanto a su derrota. A pesar de que será destruido totalmente, él está empeñado en lograr que los cristianos se vuelvan satisfechos de sí mismos e ineficientes.2.13, 14 «Comen con ustedes» pudo haber sido una referencia a parte de la celebración de la Cena del Señor. Era una comida completa, la que terminaba con la eucaristía. Los falsos maestros, aunque vivían abiertamente en forma pecaminosa, participaban de los alimentos con todos los demás en la iglesia. En uno de los actos más grandes de hipocresía, asistían a la fiesta sagrada destinada a fomentar amor y unidad entre los creyentes, mientras que al mismo tiempo chismeaban y denigraban a todos los que no estaban de acuerdo con sus opiniones. Como les dijera Pablo a los corintios: «De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor» (1Co 11:27). Esas personas eran culpables no sólo debido a sus falsas enseñanzas y placeres pecaminosos, sino que también eran culpables de apartar a otros de Jesucristo, el Hijo de Dios.2.15 Balaam fue contratado por un rey pagano para maldecir a Israel. Hizo lo que Dios le dijo por un tiempo (Números 22-24), pero luego sus motivos perversos y sus deseos de obtener dinero pudieron más (Num 25:1-3; Num 31:16). Así como los falsos maestros de la época de Pedro, Balaam usó la religión para su ventaja personal, un pecado que Dios no toma a la ligera.2.19 Una persona es esclava de aquello que la domina. Muchos creen que libertad es hacer todo lo que uno quiere. Pero nadie es siempre totalmente libre en ese sentido. Si nos negamos a seguir a Dios, seguiremos nuestros propios deseos pecaminosos y llegaremos a ser esclavos de los caprichos de nuestro cuerpo. Si sometemos nuestra vida a Cristo, El nos librará de la esclavitud de lo que el cuerpo desea. Cristo nos libra para que le sirvamos, lo que viene a resultar en última instancia para nuestro bien.2.20-22 Pedro se refiere a una persona que conoció a Cristo y supo cómo ser salva, y que posiblemente recibió la influencia positiva de otros creyentes, pero luego rechazó la verdad y se volvió al pecado. Su situación es peor que antes porque rechazó el único camino para apartarse del pecado, el único camino de salvación. Así como el hombre que se hunde en arenas movedizas y que se niega a agarrarse de la soga que se le lanzó, la persona que se aparta de Cristo pone a un lado su única salida (véase la nota de Luk 11:24-26).

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) O: “herejías”. Gr.: hai·ré·seis; lat.: séc·tas.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 54 Mat 24:24; 1Ti 4:1

b 55 1Co 6:20

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

falsos profetas. Es decir, los que con engaño declaran ser profetas de Dios. Este mismo tema se trata en el resto del capítulo.

herejías destructoras. La falsa enseñanza siempre produce resultados destructivos, tanto doctrinales como morales.

al Señor que los compró. La frase los compró indica que la muerte de Cristo fue por toda la humanidad (1 Co 6:20, 1 Jn 2:2). Esto incluye a los falsos profetas, aunque sólo serán salvos los que crean en El.

Fuente: La Biblia de las Américas

1 (1) Después de presentar a los creyentes (en el cap.1) la rica provisión de la vida divina y la iluminación resplandeciente de la verdad divina, proveyendo de este modo lo necesario para mantener la vida e inyectándoles el antídoto contra el veneno de la apostasía, el apóstol en este capítulo les hace ver fielmente, como advertencia para ellos, el terrible contenido de la apostasía y su espantoso resultado. Esta; advertencia es análoga a la advertencia dada en Jud_1:4-19.

1 (2) O, de contrabando. Lit., introducir al lado de, introducir de lado. Significa introducir un nuevo tema para el cual los oyentes no están preparados. Aquí denota que los falsos maestros presentan e introducen sus falsas enseñanzas junto con las genuinas.

1 (3) La palabra griega significa opiniones ( doctrinas) distintas de las regularmente aceptadas, «doctrinas escogidas por alguien en particular, ajenas a la verdad» (Alford). Tales doctrinas causan división y producen sectas. Esta palabra también se usa en Hch_5:17 15:5; 24:5, 14; 26:5; 28:22; 1co 11:19; y Gál_5:20 y en Tit_3:10 como adjetivo (traducida allí disensiones). Aquí este término denota las doctrinas falsas y heréticas introducidas por los falsos maestros, los herejes. Tales doctrinas son similares a las del modernismo actual.

1 (4) Esto alude a la persona del Señor y a Su obra redentora. Los falsos maestros de los tiempos de Pedro, tal como los modernistas de hoy en su apostasía, negaban la persona del Señor como Amo y también Su obra redentora, con la cual el Señor compró a los creyentes.

1 (5) En esta epístola, Pedro usa tres diferentes palabras griegas con respecto a la consecuencia de la apostasía bajo el juicio gubernamental de Dios:

(1) Apóllumi significa destruir completamente en la voz media, que se usa en el griego, significa perecer, como en 3:6. La idea no es la extinción, sino la ruina o pérdida (no del ser, sino del bienestar). En Mat_10:28 22:7; Mar_12:9 Luc_17:27 , Luc_17:29 Jua_3:16 10:28; 17:12; 1Co_10:9-10 2Co_2:15 4:3; 2Ts_2:10 Jud_1:5 , Jud_1:11, esta palabra provee una revelación más amplia tocante al juicio gubernamental de Dios. En 3:9 denota el castigo traído por la disciplina gubernamental de Dios.

(2) Apóleia, similar a apóllumi, indica una pérdida (del bienestar, no del ser), ruina, destrucción o perdición (física, espiritual o eterna). Se traduce destructoras y destrucción en 2:1; y destrucción en 2:3; 3:7,16. La misma palabra se usa para denotar los diferentes resultados de los varios juicios de Dios (véase la nota 17 (2) , párr. 2, de 1 P 1). En casos como los descritos en 2:1, 3; 3:7; Jua_17:12 Rom_9:22 Flp_1:28 3:19; 2Ts_2:3 ; Rev_17:8 , Rev_17:11, denota perdición eterna. En casos como los descritos en 3:16 (véase la nota 4) y Heb_10:39 (véase la nota 2), denota el castigo que aplica la disciplina gubernamental de Dios, y no la perdición eterna. En Mat_7:13 y 1Ti_6:9 , denota un principio aplicable a cualquier caso.

(3) Fthorá denota una corrupción que lleva a la destrucción, la destrucción que acompaña a la corrupción, o una destrucción llevada a cabo mediante la corrupción (se refiere a la moralidad, al alma y al cuerpo). Se traduce corrupción en 1:4 y 2:19, y destrucción y corromper en 2:12; su forma verbal se usa en la voz pasiva futura y se traduce serán destruidos en 2:12, y en la voz pasiva presente, traducida se corrompen en Jud_1:10. Su significado puede ser visto más ampliamente en Rom_8:21 1Co_3:17 y las notas 1 y 2; 15:33; 2Co_7:2 ; 11:3; Gál_6:8 ; Rev_11:18 19:2.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

negarán al Señor que los rescató. Mejor, al Dueño que los compró, RV 1977. El precio por los pecados de todos los hombres (incluyendo a estos falsos maestros) fue pagado por la muerte de Cristo, aunque nadie puede beneficiarse de este perdón excepto mediante la fe en el Salvador. Cp. 1Co 6:20; 1Pe 1:18-19. (Gál 3:13 usa un verbo compuesto que significa rescatar sacando del mercado, lo cual se aplica sólo a los que son salvos.)

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

(A) El juicio cierto de Dios (2,1-11). 1. fal­sos maestros: Tras defenderse, el autor con­trasta su legitimidad con la de los falsos maes­tros que perturban a la Iglesia. Los compara con los falsos profetas, que según Jeremías y Ezequiel no estaban autorizados a hablar y que predicaban paz y seguridad cuando lo que se requería era reforma y arrepentimiento (Jr 5,12; 6,14; Ez 13,10). niegan al Señor: El autor no quiere decir que estos miembros de la Igle­sia sean ateos, sino más bien que rechazan el juicio de Dios. Los salmos indican que los pe­cadores rechazan el conocimiento que Dios tiene de sus obras y por tanto el juicio sobre ellas
(Sal 10,11.13; 14,1; 73,11). Según Tit 1,16, el rechazo de la ley de Dios implica re­chazo del legislador. El v. 1 amplía la acusa­ción que en 1,16-19 hizo el autor, de que algu­nos niegan la tradición de la parusía de Cristo y del justo juicio de Dios, sectas: Estos falsos maestros están escandalizando a la Iglesia, maldad condenada en Mc 9,42 y 1 Cor 8,11-13. 2. lascivia: Una mala teología sólo puede conducir a una mala moralidad, en este caso a la «lascivia», el peor vicio según esta cultura (véase Rom 1,26-27). Destruyéndose a sí mis­mos, deshonran el «camino de la verdad» cris­tiano (Hch 18,25-26), tanto al Dios verdadero como los medios éticos de honrar a ese Dios, y de ese modo desacreditan el cristianismo ante el mundo (véanse 1 Tes 4,12; 1 Cor 14,23; Col 4,5). 3. palabras mentirosas: El autor llama la atención sobre la falsa doctrina; como sus ad­versarios le acusaban de «inventarse mitos» (1,16), él les devuelve el favor criticando sus «argumentos artificiosos», imputándoles co­mo motivación básica la codicia, un ataque corriente contra los falsos filósofos y predica­dores (1 Tim 6,5; Tit 1,11; R. J. Karris, JBL 92 [1973] 549-64). dormita: El autor les cita a sus adversarios su propia consigna (« ¡El juicio es­tá ocioso! ¡La perdición duerme!»), pero la niega. Era corriente entre los difamadores de la providencia de Dios comentar con sorna que «Dios duerme» (1 Re 18,27); entre los cre­yentes, en cambio, lo era insistir en que Dios no duerme (Sal 121,4) y en que se levantará para ejecutar el juicio (Sal 9,19; 68,1; 74,22). Tras acusar a los herejes de maldad (v. 3a), el autor dicta condena contra ellos (v. 3b).
17 4. Dios no perdonó: Si el v. 3 afirma que el juicio divino no está dormido, es nece­sario probarlo. Para ello se recurre a ejemplos clásicos de juicio divino en el pasado: si Dios no perdonó a estas figuras en el pasado, sólo cabe esperar el juicio en el presente. En los v.4-9 el autor toma material de Jds 5-7, cam­biando el orden y la importancia de los ejem­plos:

Jds 5-7 2 Pe 2,4-8
generación del desierto ángeles
ángeles Noé y su generación
Sodoma y Gomorra Lot y Sodoma y Gomorra
2 Pe los dispone cronológicamente de acuerdo con las Escrituras; sustituye el juicio sobre los peregrinos del éxodo por la salvación de Noé, y añade la nota acerca del rescate de Lot del juicio de Sodoma. Mientras que Jds subrayaba que los bendecidos por Dios cayeron en des­gracia y afrontaron el juicio (véase 1 Cor 10,5-13), 2 Pe hace hincapié en la providencia de Dios, tanto para premiar a los justos (Noé, Lot), como para castigar a los malvados (án­geles, Sodoma). Quienes «niegan al Señor», es decir, niegan el juicio de Dios, simplemente es­tán equivocados. El v. 9 compendia los tres ejemplos, afirmando la creencia tradicional de que Dios rescata a los justos justamente, pero reserva a los malvados para el juicio, aun cuando ese ajuste de cuentas no sea evidente en la tierra.
18 4. en el Tártaro: Los ejemplos del juicio de Dios tienen atractivo universal, igual para judíos que para griegos. Los ángeles fueron «arrojados en el Tártaro», lo cual recuerda Gn 6,3 y el mito pagano de los titanes; la salvación del diluvio alcanzada por Noé es paralela a la de Deucalión; el juicio realizado contra Sodo­ma mediante el fuego se parece al castigo de Faetón. Los escritores judíos señalaban estas semejanzas, que presentaban como un argu­mento a favor de la antigüedad, veracidad y universalidad de las Escrituras (Filón, De praem. 23; Josefo, Ant. 1.3.1 § 73). Al usar ejemplos comunes, el autor prolonga un argu­mento católico en defensa de una tradición aceptada por todos los pueblos en todos los tiempos.

19 9. el Señor sabe cómo: El autor alude a la difícil situación presente insistiendo en que Dios juzga especialmente a los pecadores del ti­po de ésos que ahora perturban a la Iglesia. 10. niegan la autoridad: Con esto se reitera básica­mente el modo en que el autor entiende los erro­res de los falsos maestros: desprecian la autori­dad, esp. el justo juicio de Dios (véase 2,1), pero también la autoridad eclesial como es el caso de Pedro. La tradición indica que quienes rechazan al representante de Dios rechazan también a Dios (Jn 12,48; 1 Tes 4,8). apetencias impuras: Siguen una senda carnal que desemboca en el deseo y el placer (2,2.13), dos de los cuatro fa­mosos vicios contra los que habitualmente cla­maban los predicadores (Diógenes Laercio 7.110-115). corrupción: Una mala teología con­duce a una mala moralidad y a la corrupción; los cristianos están llamados a la santidad («Sed santos como yo soy santo», 1 Pe 1,16; 1 Tes 4,3- , que entraña una separación completa y per­manente respecto a todo pecado y maldad ante­rior (véase 1 Cor 5,8; 1 Pe 4,1-6). Si por sus frutos se les ha de conocer, estos herejes están ciertamente equivocados porque sus errores conducen a vicios y corrupción. El argumento es tradicional: quienes niegan el juicio de Dios utilizan tal negativa como pretexto para la ini­quidad y la inmoralidad (Sal 14,1-4; 64,6-7). 11. cuando los ángeles: Otro aspecto de la doctrina de los falsos maestros: niegan que los ángeles de Dios actúen como representantes del juicio de Dios (véanse Mt 13,41-42; 24,31; Ap 8,6-12).

20 (B) El error conduce al vicio (2,12-16). El ataque contra los falsos maestros conti­núa en términos genéricos. La invectiva em­pieza y termina con referencia a su paga venidera por hacer el mal (2,12.15), insistiendo sobre el juicio que niegan. 12. brutos animales: Se compara a los falsos maestros con animales debido a su ignorancia; no son más que criatu­ras de naturaleza corruptible, no comparten la naturaleza imperecedera de Dios, a diferencia de los verdaderos creyentes (1,4); como los ani­males, están destinados por naturaleza a ser cazados y muertos. Por hacer el mal sufrirán el mal. 13. manchados e infames: Habitualmente los pecadores se avergüenzan de sus pecados y los cometen al amparo de la noche, pero éstos hacen alarde de su maldad a plena luz del día. El autor los llama corrupción (2,10), mancha e infamia que corrompe las reuniones santas de los santos de Dios (véase 1 Cor 5,7-8), y por tanto deben ser desenmascarados como im­postores y juzgados (1 Cor 5,11). 14. ojos llenos de adulterio: Se demuestra que su falsa doctri­na conduce a la inmoralidad, el adulterio, el pecar incesante y la codicia, lo que indica una corrupción total del corazón. 16. una muda bestia de carga: Se cita a Balaán como ejemplo, pues fue codicioso, falso profeta, reprendido por una burra a causa de su malevolencia y también castigado por Dios a causa de su mal­dad; sirve de ejemplo más tradicional del justo juicio de Dios sobre los pecadores (véanse Jds 11; Nm 22-24; 31,16).
(C) Falsas promesas (2,17-19). 17.
cisternas… nieblas: Los herejes son compara­dos con cisternas vacías, que prometen algo que no tienen
(Jr 2,13; 14,3), o nieblas incon­sistentes empujadas atropelladamente por la pasión y la codicia. Para ésos está reservado el juicio. ¿Su delito? Palabras falsas, negación de la tradición (1,16; 2,1; 3,3-4) y propagación de falsa doctrina. 19. libertad: Prometen libertad: libertad de la ley, de la autoridad y del juicio. En esto se comparan con los inicuos (2,8) y son acusados de iniquidad (2,10.21), maldad singular condenada tanto por los evangelios (Mt 7,23; 13,41) como por Pablo (Rom 2,12; . esclavos de la corrupción: El autor des­cribe sarcásticamente cómo las promesas de libertad de los herejes conducen, en cambio, a la esclavitud, a la servidumbre de la corrup­ción y a la destrucción. Por el contrario, las promesas suyas (1,4; 3,9) enseñan a escapar de la corrupción y la destrucción por la fideli­dad a la ley de Dios y la esperanza del justo jui­cio de Dios. El resultado de las promesas de los herejes es un regreso a un mundo de carne, no a la inmaculada naturaleza de Dios.
(D) Caída en desgracia (2,20-22). habiendo escapado: La conversión significa una ruptura definitiva con el pecado (véase 1 Pe 4,1-2), un tránsito del pecado a la gracia, de la muerte a la vida, de la tiniebla a la luz. Lo peor que podría suceder sería pasarse de nue­vo a la esfera anterior, horror contra el que se advierte en el evangelio (Mt 12,43-45), en Pa­blo (Rom 6,6-11) y en otros escritos cristianos (Heb 6,1-6; 10,38). 22. perro… puerca: Esta caí­da se compara con la vuelta de un perro a su vómito (Prov 26,11) y de una puerca a su cie­no, confirmando la denigración de 2,12 de que los herejes son «animales», no partícipes de la naturaleza divina. Como dice Mc 14,21, mejor que no hubieran sido salvados.

Fuente: Nuevo Comentario Biblico San Jeronimo

O, rescató

Fuente: La Biblia de las Américas

[6] Prevalecer en la apostasía encontrada en el movimiento Mesiánico de donde la apostasía final vendrá.

[7] Una carcel especial para espíritus inmunos antes del diluvio.

[1] Asuntos espirituales.

[2] Una metáfora para gentiles, o paganos.

[3] Más evidencia que todos los creyentes observaron las fiestas de YHWH.

[4] Israel debe vencer, no ser vencido. Esto confirma Heb 6:4 y el gran peligro de la caída.

[5] Torah y Moshiaj.

[6] Una advertencia a Efrayím de no regresar a su estilo de vida donde profanaban el Shabat, pues ya no son cerdos sino Israelitas.

Fuente: Escrituras del Nombre Verdadero

[5] A los hombres anteriores al diluvio.[11] A los demonios, por ser éstos criaturas de Dios. Se puede traducirno pueden resistir la horrenda condenación fulminada contra ellos.[16] Num 22; 23; 24.

Fuente: Notas Torres Amat