Comentario de 2 Pedro 3:11 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Ya que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡qué clase de personas debéis ser vosotros en conducta santa y piadosa,

3:11 — «Puesto que… desechas» Sobre «deshechas» o «disueltos», véase ver. 10, comentarios. El texto griego emplea un participio presente; es decir, «está en el proceso de disolución». Se enfatiza que no hay nada permanente en este universo; todo, el mundo y su contenido, es transitorio. ¡Qué ridículo es ser avaro con referencia a cosas transitorias! Mejor es conformarnos con lo que revelan los vv. 13,14.

— «¡cómo no debéis vosotros andar». La Ver. 1977 sigue más exactamente el texto griego, al decir, igual que otras versiones, «¡qué clase de personas debéis ser». La palabra griega potapos significa «qué clase de». Véanse Mat 8:27 (¿»Qué hombre es éste?») y Mar 13:1, dos veces («qué piedras, y qué edificios»).

La palabra «deber» es de la griega dei, que es verbo impersonal, implicando necesidad u obligación. Véase por ejemplo Mat 18:32 («debías»).

La palabra «andar», o «ser» (Ver. B.A., «¡Qué clase de personas debéis ser «) traduce la palabra griega huparchein. Denota un estado o condición en que uno debe estar continuamente; es decir, en que debe ser hallado. Sobre esta palabra griega, véase 1:8, comentarios al principio tocante al verbo «están».

— «en santa y piadosa manera de vivir». Literalmente dice el texto griego, «en conductas y piedades santas». Varias versiones tratan de expresar lo plural de la frase en diferentes maneras, como «en toda forma de santo comportamiento y piedad» (Ver. Mod.), «en santas costumbres y conducta piadosa» (Ver. H.A., y J.T.D.), «en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa» (Ver. N.M.).

Las santas costumbres tienen referencia a los hombres, y las piedades a Dios. Juntamente presentan todos los deberes y características del cristiano.

Sobre «piedad», véase 1:3, comentarios.

Algunas versiones presentan esta frase, que comienza aquí y termina en el próximo versículo, como pregunta (ASV., S.A., P.B.); otras, como exclamación.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

han de ser desechas. 2Pe 3:12; Sal 75:3; Isa 14:31; Isa 24:19; Isa 34:4.

cómo no debéis vosotros, o qué clase de personas. Mat 8:27; 1Ts 1:5; Stg 1:24.

andar en santa. Sal 37:14; Sal 50:23; 2Co 1:12; Flp 1:27; Flp 3:20; 1Ti 4:12; Heb 13:5; Stg 3:13; 1Pe 1:15; 1Pe 2:12.

y piadosas manera de vivir. 2Pe 1:3, 2Pe 1:6; 1Ti 3:16; 1Ti 6:3, 1Ti 6:6, 1Ti 6:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

manera de vivir: El propósito principal de la enseñanza profética no es satisfacer nuestra curiosidad sino motivarnos a cambiar nuestra manera de vivir. En vez de trabajar por cosas que finalmente serán destruidas, debemos trabajar por cosas que son eternas.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

ANDAR EN SANTA Y PIADOSA MANERA DE VIVIR. Ya que Dios pronto destruirá el mundo y juzgará la injusticia, los creyentes no deben apegarse al sistema del mundo actual ni a lo que encierra. Los valores, las metas y los propósitos de la vida de los creyentes deben concentrarse alrededor de Dios y de la esperanza de un cielo nuevo y una tierra nueva (v. 2Pe 3:13), véanse los ARTÍCULOs LA SEPARACIÓN ESPIRITUAL DE LOS CREYENTES, P. 1654. [2Co 6:17-18], y LA SANTIFICACIÓN, P. 1810. [1Pe 1:2]).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

¡cómo no debéis vosotros andar … ! Esta es una exclamación más que una pregunta, como lo traducen algunas versiones. Significa: ¡con cuánta excelencia deben vivir ustedes!» Es un reto directo a los cristianos para que conformen la vida de cada uno de ellos a los parámetros de Dios ante la realidad ineludible del juicio y la eternidad venideros (cp. 1Co 4:15; 2Co 5:9). en santa y piadosa manera de vivir. «Santa y piadosa» se refiere a la conducta que debe caracterizar la vida del cristiano, siempre separada del pecado y apartada para Dios. La piedad tiene que ver con la reverencia a Dios que debe ser la actitud del cristiano en todos los aspectos de su vida.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3:11 — «Puesto que… desechas» Sobre «deshechas» o «disueltos», véase ver. 10, comentarios. El texto griego emplea un participio presente; es decir, «está en el proceso de disolución». Se enfatiza que no hay nada permanente en este universo; todo, el mundo y su contenido, es transitorio. ¡Qué ridículo es ser avaro con referencia a cosas transitorias! Mejor es conformarnos con lo que revelan los vv. 13,14.
–«¡cómo no debéis vosotros andar». La Ver. 1977 sigue más exactamente el texto griego, al decir, igual que otras versiones, «¡qué clase de personas debéis ser». La palabra griega potapos significa «qué clase de». Véanse Mat 8:27 (¿»Qué hombre es éste?») y Mar 13:1, dos veces («qué piedras, y qué edificios»).
La palabra «deber» es de la griega dei, que es verbo impersonal, implicando necesidad u obligación. Véase por ejemplo Mat 18:32 («debías»).
La palabra «andar», o «ser» (Ver. B.A., «¡Qué clase de personas debéis ser «) traduce la palabra griega huparchein. Denota un estado o condición en que uno debe estar continuamente; es decir, en que debe ser hallado. Sobre esta palabra griega, véase 1:8, comentarios al principio tocante al verbo «están».
–«en santa y piadosa manera de vivir». Literalmente dice el texto griego, «en conductas y piedades santas». Varias versiones tratan de expresar lo plural de la frase en diferentes maneras, como «en toda forma de santo comportamiento y piedad» (Ver. Mod.), «en santas costumbres y conducta piadosa» (Ver. H.A., y J.T.D.), «en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa» (Ver. N.M.).
Las santas costumbres tienen referencia a los hombres, y las piedades a Dios. Juntamente presentan todos los deberes y características del cristiano.
Sobre «piedad», véase 1:3, comentarios.
Algunas versiones presentan esta frase, que comienza aquí y termina en el próximo versículo, como pregunta (ASV., S.A., P.B.); otras, como exclamación.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA DINÁMICA MORAL

2 Pedro 3:11-14

Puesto que todas estas cosas se van a disolver así ¿qué clase de personas debéis ser, llevando una vida de constante santidad y piedad auténtica, vosotros los que estáis esperándolo ansiosamente y haciendo todo lo posible para acelerar la llegada del Día del Señor, ante cuyo efecto los cielos arderán y se desharán, y las estrellas se inflamarán y derretirán? Porque son los nuevos cielos y la nueva Tierra los que esperamos, como nos ha prometido, en los cuales tiene su hogar la justicia. Así pues, queridos hermanos, puesto que estas son las cosas que esperáis impacientemente, esforzaos para que os hallen en paz y sin mancha ni defecto.


La única cosa en la que Pedro está supremamente interesado es la dinámica moral de la Segunda Venida. Si estas cosas van a suceder y el mundo se precipita al juicio, es obvio que debemos vivir una vida de piedad y de santidad. Si va a haber nuevos cielos y una nueva Tierra y si esos cielos y Tierra van a ser el hogar de la justicia, está claro que una persona debe tratar con toda su mente y corazón y alma y fuerzas de estar preparada para morar en ese nuevo mundo. Para Pedro, como lo expresaba Moffatt, «era imposible renunciar a la esperanza del advenimiento sin que se produjera un deterioro ético.» Pedro tenía razón. Si no hay nada en la naturaleza de una Segunda Venida, nada en la naturaleza de un objetivo hacia el que se mueve toda la creación, entonces la vida no se dirige a ninguna parte. Esa, de hecho, era la posición pagana. Si no hay meta ni para el mundo ni para la vida individual más que la extinción, ciertas actitudes ante la vida llegan a ser casi inevitables. Estas actitudes surgen en epitafios paganos.

(i) Si no hay nada por venir, una persona puede muy bien decidir disfrutar lo más posible de los placeres de este mundo. Así llegamos a un epitafio como éste: «Yo no era nada: No soy nada. Así es que tú que todavía estás vivo, come, bebe, y pásatelo bien.»

(ii) Si no hay nada por lo que vivir, una persona puede ser totalmente indiferente. Nada importa gran cosa si el final de todo es la extinción, en la que una persona ni siquiera se dará cuenta de que se ha extinguido. Así es que encontramos un epitafio que dice: «Una vez yo tenía existencia; ahora no la tengo. No me doy cuenta de ello. No me concierne.»

(iii) Si no hay nada por lo que vivir más que la extinción, y el mundo no va a ninguna parte, puede entrar en la vida una especie de sentimiento de perdición. La persona deja de ser en ningún sentido un peregrino, porque no hay ningún sitio al que uno pueda ir en peregrinación. No le queda más que dejarse llevar a -la deriva en una situación de perdición, no viniendo de ningún sitio ni encontrándose de camino a ningún sitio. Así que nos encontramos con un epitafio en ese sentido en Calímaco: «»Caridas, ¿qué hay abajo?» «Una profunda oscuridad.» «Pero, ¿que hay de los senderos hacia arriba?» «Todo era una mentira» «¿Y Plutón?» (El dios del mundo subterráneo). «Cosa de palabras» «Entonces estamos perdidos».» Hasta los paganos se daban cuenta de que una vida sin objetivo tiene una casi intolerable cualidad.

Cuando hemos despojado a la doctrina de la Segunda Venida de toda su imaginería temporal y local, la tremenda verdad que conserva es que la vida se dirige a algo -y sin esa convicción no hay nada por lo que valga la pena vivir.


APRESURANDO EL DÍA

2 Pedro 3:11-14 (conclusión)

Todavía nos queda en este pasaje una gran concepción. Pedro habla del cristiano como no solamente esperando impaciente la venida de Cristo sino también apresurándola. El Nuevo Testamento nos habla de algunas maneras en que esto púede hacerse.

(i) Se puede hacer por la oración. Jesús nos enseñó a pedir: «Venga tu Reino» (Mt 6:10 ). La ferviente oración del corazón cristiano apresura la venida del Reino. Aunque no fuera de otra manera, lo hace de ésta: el que ora le abre su propio corazón a la llegada del Rey.

(ii) Se puede hacer mediante la predicación. Mateo nos dice que Jesús dijo: «Y este Evangelio del Reino será predicado por todo el mundo como testimonio a todas las naciones; y entonces llegará el final» (Mt 24:14 ). Todas las personas deben tener la oportunidad de conocer y amar a Jesucristo antes que se alcance el fin de la creación. La actividad misionera de la Iglesia acelera la venida del Rey.

(iii) Se puede hacer mediante el arrepentimiento y la obediencia.-Entre todos los medios, éste sería el que estuviera más cerca de la mente y el corazón de Pedro. Los rabinos tenían dos dichos: «Son los pecados del pueblo los que impiden la venida del Mesías. Si los judíos se arrepintieran auténticamente un sólo día, el Mesías vendría.» La otra forma del dicho quiere decir lo mismo: «Si Israel cumpliera perfectamente la Ley un solo día el Mesías vendría.» Con un verdadero arrepentimiento y una obediencia sincera una persona le abre el corazón a la venida del Rey y la acerca a todo el mundo. Haremos bien en recordar que nuestra frialdad de corazón y nuestra desobediencia retrasan la venida del Rey.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

— tan entregada a Dios y tan fiel: Lit. tan santa y tan religiosa.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

11 (1) Algunos mss. dicen: Por lo tanto, todas estas cosas han de ser disueltas, entonces ¿qué clase de personas debéis ser… ?

11 (2) Todas las cosas en los cielos y en la tierra fueron contaminadas por la rebelión de Satanás y la caída del hombre. Aunque todas las cosas que están en la tierra o en los cielos han sido reconciliadas con Dios por medio de Cristo mediante Su sangre ( Col_1:20 y la nota 4), hasta las cosas celestiales fueron purificadas por la sangre de Cristo ( Heb_9:23 y la nota 1) de todos modos será necesario purificarlas por fuego en el juicio gubernamental de Dios, para que sean renovadas en naturaleza y apariencia en el nuevo universo de Dios (v.13). Por lo tanto, ¿qué clase de personas debemos ser nosotros los hijos del Dios santo, en nuestra conducta santa y en piedad? Es decir, ¿qué clase de transformación debemos experimentar para llevar una vida conforme a la naturaleza santa y la piedad de Dios para expresarle, a fin de que estemos calificados para igualar Su gobierno santo?

11 (3) El poder divino nos ha provisto de todo lo necesario para que tengamos una conducta santa y en piedad (1:3).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Lit. en santas conductas y piedades.

Fuente: La Biblia Textual III Edición