Pero por la misma palabra, los cielos y la tierra que ahora existen están reservados para el fuego, guardados hasta el día del juicio y de la destrucción de los hombres impíos.
3:7 — «pero los cielos y la tierra que existen ahora». El texto griego dice literalmente, «pero los ahora cielos y la tierra». La Ver. P.B. dice, «mas los cielos de ahora y la tierra». Así dice la Ver. ASV. La construcción gramatical en el griego es semejante a la frase en el ver. 6, «el mundo de entonces». En este versículo la palabra no es kosmos (ver. 6; 2:5), sino ge (tierra, el globo en que vivimos). Los cielos referidos deben ser los que observamos con los ojos, de los cuales Cristo ha de volver (Hch 1:11), y que según los burladores siempre han de ser como en su forma presente.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
los cielos y la tierra. 2Pe 3:10; Sal 50:3; Sal 102:26; Isa 51:6; Sof 3:8; Mat 24:35; Mat 25:41; 2Ts 1:8; Apo 20:11; Apo 21:1.
en el día del juicio. 2Pe 2:9; Mat 10:15; Mat 11:22, Mat 11:24; Mat 12:36; Mar 6:11; 1Jn 4:17.
y de la perdición. Rom 2:5; Flp 1:28; 2Ts 2:3; 1Ti 6:9; Apo 17:8, Apo 17:11.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
por la misma palabra: Pedro expande su visión profética del mundo que entonces existía (v. 2Pe 3:6) a los cielos y la tierra que ahora existen. El agua era el elemento principal en el mundo antes del diluvio; el fuego es la fuerza destructiva en el universo actual. Pero, así como el agua del mundo antes del diluvio estaba bajo el control de Dios, así también el fuego de la época actual se mantiene reservado (restringido) por la misma palabra. El fuego es tan literal como lo era el agua en el v. 2Pe 3:5. Después de la explosión de la bomba de hidrógeno, la gente ya no tiene motivos para dudar de esta predicción. No podemos dar por hecho que nuestro medio ambiente continuará soportando la vida humana eternamente. En todas partes las Escrituras predicen un día de juicio venidero cuando los impíos tendrán que someterse por siempre al horror que ellos han elegido en su existencia sin Dios.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
GUARDADOS PARA EL FUEGO. Debido a que el pecado ha contaminado los cielos y la tierra, Dios ha decidido destruirlos completamente por fuego (vv. 2Pe 3:7; 2Pe 3:10; 2Pe 3:12). Ese día vendrá con tanta seguridad como vino el diluvio en los días de Noé. La intervención de Dios para purificar la tierra por fuego significa que no dejará que el pecado quede impune para siempre.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
que existen ahora. Desde el diluvio, la humanidad vive en el segundo orden de la creación. Una de las diferencias más obvias entre ambos órdenes es que las personas viven un promedio de setenta años en el presente y nunca alcanzarán los novecientos años de edad como era común entre los seres humanos que vivieron en el mundo antediluviano. Pedro también establece el punto de que existe una tercera configuración de los cielos y la tierra que todavía está por venir y que aguarda la llegada de otro cataclismo universal. están reservados por la misma palabra. El sistema del mundo presente está reservado para el juicio futuro que vendrá por la Palabra de Dios al igual que vinieron la creación y el diluvio. Dios también pronunciará su existencia una vez que el orden presente sea destruido de nuevo. guardados para el fuego. Dios puso un arco iris en el cielo para indicar que nunca destruiría otra vez al mundo por medio del agua (Gén 9:13). En el futuro, Dios destruirá los cielos y la tierra por medio del fuego (cp. Isa 66:15; Dan 7:9-10; Miq 1:4; Mal 4:1; Mat 3:11-12; 2Ts 1:7-8). En el universo presente, los cielos están llenos de estrellas, cometas y asteroides. El núcleo terrestre también está lleno de un lago líquido de fuego que arde a más de 6.800 grados centígrados. La raza humana está aislada del núcleo incandescente de la tierra por una corteza delgada de tan solo 16 km de espesor. Además, toda la creación es una bomba en potencia debido a su estructura atómica. Así como el hombre crea a partir de átomos bombas destructivas que siembran la muerte a su paso, Dios también puede desintegrar el universo entero en una sola explosión de energía atómica (vea las notas sobre los vv. 2Pe 3:10-12). en el día del juicio … de los hombres impíos. La tierra aguarda el día del juicio y la destrucción de los hombres impíos. Los piadosos no estarán presentes en la tierra cuando Dios pronuncie la existencia del juicio por fuego (cp. 1Ts 1:10; 1Ts 5:9).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
3:7 — «pero los cielos y la tierra que existen ahora». El texto griego dice literalmente, «pero los ahora cielos y la tierra». La Ver. P.B. dice, «mas los cielos de ahora y la tierra». Así dice la Ver. ASV. La construcción gramatical en el griego es semejante a la frase en el ver. 6, «el mundo de entonces».
En este versículo la palabra no es kosmos (ver. 6; 2:5), sino ge (tierra, el globo en que vivimos). Los cielos referidos deben ser los que observamos con los ojos, de los cuales Cristo ha de volver (Hch 1:11), y que según los burladores siempre han de ser como en su forma presente.
–«están reservados por la misma palabra». Es la palabra de Dios que hizo la creación (ver. 5), el gran diluvio (Gén 6:7), y que mandará fuego para la destrucción de los cielos de ahora y la tierra. Cuando Dios hable, ya toda la creación llegará a su fin.
Las llamadas «leyes de la naturaleza», demostrando estabilidad y continuidad, no operan independientes de la palabra de Dios. Dios con su palabra trajo todo a la existencia (Gén 1:1-31), todo subsiste en Cristo (Col 1:17; Heb 1:3), y cuando Dios dé la palabra, el universo será quemado. ¿No contradijo Cristo, varias veces en su ministerio personal, las «leyes físicas» (Mat 8:16; Mat 8:26-27; Mat 15:36-38; Jua 6:19; Jua 11:43-44; etcétera)?
La palabra «reservados» es de la palabra griega que traducida literalmente es «atesorados». Aparece en Luc 12:21 («hace para sí tesoro»; «acumula tesoro», Ver. B.A.; «atesora para sí», Ver. L.A.). En Mat 6:19, el texto griego dice «atesorar tesoros».
–«guardados para el fuego». Los vv. 10-12 amplifican esta declaración de «guardados para fuego». Véase 2Ts 1:7-8. No hemos de preguntar: ¿con qué clase de fuego? pues Dios tiene diferentes clases de fuego, uno para cada propósito en particular.
Dios dijo que nunca jamás volverá a destruir al mundo con agua (Gén 9:15). Lo tiene guardado ahora para fuego.
–«en el día del juicio». Literalmente dice el texto griego, «para un día de juicio». Véase 2Co 5:10. Es cuando este mundo será destruido por fuego.
–«y de la perdición de los hombres impíos». Véase 2Ts 1:8-9.
Sobre la palabra «perdición», véase ver. 6, comentarios.
En una ocasión el agua destruyó al mundo entero; en la próxima será el fuego el elemento destructor. ¿Cómo lo sabía Pedro? Véase Jua 16:13.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA DESTRUCCIÓN POR EL FUEGO
2 Pedro 3:7
Pero por la misma Palabra, los cielos y la tierra del presente se están reservando para el fuego del Día del Juicio y de la destrucción de los impíos.
Pedro estaba convencido de que, como el mundo antiguo fue destruido por agua, el mundo presente sería destruido por fuego. Dice que eso está establecido por la misma Palabra. Lo que quiere decir es que el Antiguo Testamento cuenta la historia del diluvio en el pasado y advierte de la destrucción por fuego en el futuro. Hay muchos pasajes de los profetas que él tomaría literalmente y que habrán estado en su mente. Joel previó un tiempo en que Dios haría ver sangre, y fuego, y columnas de humo (Jl 2:30 ). El salmista presenta un cuadro en el que, cuando Dios venga, un fuego devorador Le precederá (Sal 50:3 ). Isaías habla de una llama de fuego devorador (Isa 29:6 ; Isa 30:30 ). El Señor vendrá con fuego; con el fuego y con Su espada tratará el Señor con toda carne (1saías 66:15s). Nahum dice que las colinas se derretirán y la tierra se quemará ante Su presencia; Su furia será derramada como fuego (Nah 1:5 s). En el cuadro de Malaquías, el Día del Señor arderá como un horno (Mal 4:1 ). Si las antiguas figuras se toman literalmente, Pedro tiene abundantes materiales para su profecía.
Los estoicos también tenían una doctrina de la destrucción del mundo por fuego; era algo tenebroso. Mantenían que el universo completaba un ciclo; que las llamas lo consumían; y que todo empezaba entonces de nuevo exactamente como había sido. Tenían la extraña idea de que al final del ciclo los planetas estaban exactamente en la misma posición que cuando empezó el mundo. «Esto produce la conflagración y destrucción de todo lo que existe -dice Crisipo. Entonces el universo es restaurado de nuevo otra vez con una organización precisamente similar a la anterior… Sócrates y Platón y todos los individuos vivirán otra vez, con los mismos amigos y compatriotas. Pasarán por las mismas experiencias y emprenderán las mismas actividades. Todas las ciudades y aldeas y campos serán restaurados, exactamente como fueron antes. Y esta restauración del universo tiene lugar, no una vez, sino una y otra vez, por toda eternidad, sin fin… porque nunca habrá nada nuevo y distinto de lo que ha sido antes, sino todo se repite hasta en sus más mínimos detalles.» La Historia como un eterno molino; la recurrencia incesante de los pecados, los dolores y las equivocaciones de los hombres… ese es uno de los conceptos más tenebrosos de la Historia que la mente humana haya concebido jamás.
Hay que recordar siempre que, como los profetas judíos lo vieron y Pedro también, este mundo será destruido con la conflagración de Dios, pero el resultado no será la obliteración y la sombría repetición de lo que ha sido antes; el resultado será un nuevo Cielo y una nueva Tierra. Según el punto de vista bíblico del mundo hay algo más allá de la destrucción; hay una nueva creación de Dios. Lo peor que el profeta puede concebir no es la muerte agónica del viejo mundo sino los dolores del parto de una nueva era.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
REFERENCIAS CRUZADAS
ñ 123 Hag 2:21; Rev 12:9
o 124 Gén 18:25; Sal 96:13; Rev 12:16
p 125 2Ts 1:8
q 126 Isa 66:16
r 127 Deu 7:10; Isa 26:21
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
7 (1) La misma palabra se refiere a la palabra de Dios mencionada en el v.5, que está incluida en las palabras de los profetas en el Antiguo Testamento. Las enseñanzas falsas y heréticas de la apostasía son una desviación de la palabra de Dios hablada por los profetas en el Antiguo Testamento y por los apóstoles en el Nuevo Testamento. Por consiguiente, el antídoto inyectado por Pedro contra el veneno de las enseñanzas apóstatas fue la palabra santa con la revelación divina, la cual Pedro recalca repetidas veces.
7 (2) En contraste con entonces en el v.6. Se refiere a los cielos y la tierra actuales, los cuales permanecen por la palabra de Dios ( Gén_8:22.) y no serán destruidos otra vez por agua, conforme al pacto que Dios hizo con Noé ( Gén_9:11), sino que serán quemados por fuego en el día del juicio y dé la destrucción de los hombres impíos.
7 (3) El fuego que quemará los cielos y la tierra (v.10) al final del milenio cuando se efectúe el juicio del gran trono blanco ( Rev_20:11). El juicio inicial de Dios sobre el universo fue ejecutado por agua (v.6), pero Su juicio final lo será por fuego. El agua solamente quita la inmundicia de la superficie, pero el fuego cambia la naturaleza de toda la substancia. Este es otro indicio de que los cielos y la tierra no permanecerán como hasta ahora, sino que serán purificados por medio del fuego, y de que los maestros falsos e impíos (2:1) y los burladores (v.3) serán juzgados y destruidos bajo el gobierno divino.
7 (4) El juicio del gran trono blanco, el cual se llevará a cabo después del milenio y precederá al cielo nuevo y la tierra nueva ( Rev_20:11 -21:1). Por medio de ese juicio todos los impíos serán arrojados al lago de fuego para ser destruidos (véase la nota 3 (1) del cap.2). Puesto que será el juicio final sobre los hombres y los demonios ( Rev_20:13 y la nota), reviste gran importancia para el gobierno de Dios en el universo. Véase la nota 17 (2) , párr. 2, de 1 P 1.
Aquí Pedro pasa por alto los mil años de la era del milenio y va directamente de la venida del Señor al juicio del gran trono blanco. Para él, como para el Señor, esos mil años serán como un día (v.8), muy poco tiempo. Aquí Pedro trata del juicio gubernamental de Dios. En la economía de Dios, el milenio no tiene nada que ver con el juicio final.
7 (5) Véase la nota 1 (5) , punto 2, del cap.2.
7 (6) Incluyendo a los falsos maestros (2:1) y a los burladores heréticos (v.3).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
perdición. I.e., destrucción.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Lit. habiendo sido atesorados.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
* “Destrucción con fuego”: literalmente “en fuego”.