Biblia

Comentario de 2 Reyes 8:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 2 Reyes 8:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Eliseo habló a aquella mujer a cuyo hijo había hecho revivir, diciendo: —Levántate tú con toda tu familia y vé a residir donde puedas, pues Jehovah ha llamado al hambre, y vendrá sobre la tierra durante siete años.

Año 891 a.C.

Aquella mujer. 2Re 4:18, 2Re 4:31-35.

a vivir. Gén 12:10; Gén 26:1; Gén 47:4; Rut 1:1.

Jehová. Gén 41:25, Gén 41:28, Gén 41:32; Lev 26:19, Lev 26:20, Lev 26:26; Deu 28:22-24, Deu 28:38-40; 1Re 17:1; 1Re 18:2; Sal 105:16; Sal 107:34; Hag 1:11; Luc 21:11, Luc 21:22; Hch 11:28.

ha llamado el hambre. Jer 25:29.

siete años. Gén 41:27; 2Sa 21:1; 2Sa 24:13; Luc 4:25.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La sunamita, habiendo dejado su país por siete años, para evitar el hambre advertida, por Eliseo pide que su tierra sea restaurada por el rey, 2Re 8:1-6.

Hazael, habiendo sido enviado con un presente por Ben-adad a Damasco, después de que oyó la profecía, mata a su amo, y reina en su lugar, 2Re 8:7-15.

El reinado malo de Joram sobre Judá, 2Re 8:16-19.

Edom y Libna se rebelan, 2Re 8:20-22.

Ocozías reina en lugar de Joram, 2Re 8:23-24.

El reinado malo de Ocozías, 2Re 8:25-27.

Visita a Joram, habiendo sido herido, en Jezreel, 2Re 8:28-29.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Como ocurrió en los días de Elías (1Re 17:1-241Re 18:1-46), Dios nuevamente instituyó el hambre. Tales casos de calamidad inducidas divinamente se entendieron como castigo a su pueblo para llevarlos al arrepentimiento (Joe 2:12-14). Dios en su amor se reservó la familia de la mujer sunamita a quien Eliseo ayudó (2Re 4:8-37). Parece que ella se convirtió en viuda por el tiempo del incidente.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

JEHOVÁ HA LLAMADO EL HAMBRE. Dios envió hambre sobre Israel como castigo por su apostasía (cf. Deu 11:16-17; Deu 28:38-40). El autor no dice cuándo ocurrió, aunque es evidente que fuera antes del juicio sobre Giezi (v. 2Re 8:5; 2Re 5:27) y después de la resurrección del hijo de la sunamita (v. 2Re 8:1; 2Re 4:32-37). Es probable que esta sea la misma hambre que se menciona en 2Re 4:38.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Otra vez la sunamita en escena (8:1-6).
1 Elíseo dijo a la mujer a cuyo hijo había resucitado: “Levántate y vete, tú y tu casa, y mora donde puedas, porque Yahvé llama al hambre y vendrá sobre la tierra por siete años.” 2 Levantóse la mujer e hizo lo que le decía el hombre de Dios, y se fue ella y su casa, y habitó siete años en tierra de filisteos. 3 Al cabo de siete años volvió la mujer de la tierra de los filisteos y fue a implorar al rey por su casa y su campo. 4 Estaba el rey hablando con Guejazi, servidor del hombre de Dios, y le decía: “Anda y cuéntame todas esas grandes cosas que ha hecho Elíseo”; 5 y mientras estaba contando al rey cómo Elíseo había vuelto a la vida a un muerto, llegó la mujer cuyo hijo había resucitado Elíseo para implorar al rey por su casa y su campo, y dijo Guejazi: “¡Oh mi señor rey! ésa es la mujer y ése es su hijo, que Elíseo resucitó.” 6 Preguntó el rey a la mujer, y ella le hizo el relato; el rey le dio un eunuco, a quien dijo: “Haz que le sea devuelto a esta mujer todo lo que le pertenece, con todos los frutos de su campo, desde el día en que dejó la tierra hasta hoy.”

De esta “mujer distinguida” de Sunam se habló en 4:8-37. Pero, con el fin de cubrir el espacio de los siete años de hambre que predice el profeta (8:1), ha insertado el autor entre 4:37 y el presente capítulo los que hemos estudiado anteriormente, que empiezan con el hambre y terminan con la escasez de Samaría (De Vaux). En agradecimiento por su hospitalidad recomienda Elíseo a la mujer de Sunam emigre al país de los filisteos en la costa mediterránea, en donde, por la feracidad del suelo, no serán tan alarmantes los efectos del hambre. El número siete tiene valor simbólico, significando aquí que el hambre duraría largo tiempo. Guejazi, aunque leproso (5:27), sigue en compañía de Elíseo. En ausencia de la sunamita, los vecinos habíanse apoderado de sus bienes. Parece que en estos años de hambre murió su marido, ya viejo (4:14); al menos no se habla más de él. La mujer se presentó delante del rey en una coyuntura providencial. No sabemos si el rey se movió por benevolencia o justicia al determinar que se devolvieran a la mujer todos los bienes “desde el día en que dejó la tierra hasta hoy.”
¿Quién es este rey que tanto interés manifiesta por los milagros de Elíseo? ¿Había éste muerto al regresar la sunamita a su tierra? Difícil es contestar a tales preguntas.

Elíseo en Damasco (8:7-15).
7Fue Elíseo a Damasco. Estaba enfermo Ben Hadad, rey de Siria, y le avisaron, diciendo: “Está aquí el hombre de Dios.” 8 El rey dijo a Jazael: “Toma contigo un presente y vete a ver al hombre de Dios, y consulta por mí a Yahvé si curaré de esta enfermedad.” 9 Fue Jazael a su encuentro, llevando consigo un presente, todo lo mejor que había en Damasco, la carga de cuarenta camellos. Llegado, se presentó a él y le dijo: “Tu hijo Ben Hadad, rey de Siria, me manda a ti para preguntarte: ¿Curaré de esta enfermedad?” 10 Elíseo le respondió: “Ve y dile: Tú curarías, pero Yahvé me ha revelado que morirás.” 11 El hombre de Dios puso sus ojos sobre Jazael 12y los fijó en él hasta hacerle enrojecer; luego se puso a llorar. El le preguntó: “¿Por qué llora mi señor?” Y Elíseo le respondió: “Porque sé el mal que vas a hacer a los hijos de Israel: incendiarás sus ciudades fuertes, pasarás a cuchillo a sus mancebos, estrellarás a sus niños y abrirás el seno a sus preñadas.” 13 Y Jazael dijo: “Pues ¿qué es tu siervo, este perro, para hacer tan grandes cosas?” Y Elíseo respondió: “Yahvé me ha revelado que serás rey de Siria.” 14 Jazael dejó a Elíseo y volvió a su señor, que le preguntó: “¿Qué te ha dicho Elíseo?” Y él respondió: “Me ha dicho: Curarás.” 15Al día siguiente cogió una manta, la empapó en agua y la puso sobre el rostro del rey, que murió. Jazael le sucedió.

De los tiempos de Ben Hadad III nos conduce el autor a los primeros años del ministerio de Elíseo, reinando en Siria Ben Hadad II, y en vísperas de que le sucediera su favorito y asesino Jazael (1Re 19:15-17). Quizá marchó Elíseo a Damasco para cumplir la orden que se le había dado de ir allá y ungir a Jazael por rey de Damasco (1Re 19:15). Enteróse Ben Hadad de su llegada y le mandó a Jazael para que le preguntara por la marcha y éxito de su enfermedad. Jazael salió al encuentro del profeta con gran cantidad de camellos – el número cuarenta es una cifra redonda que denota abundancia – cargados de dones. No debía tener Ben Hadad mucha confianza en las profecías de los nabis de Baal, por lo que pide que se consulte a Elíseo, por saber que le habla Yahvé (1Re 3:11; Rev 22:7). No dice el texto si aceptó o no Elíseo los presentes que le hacía el rey, pero es lógico que, como en otra ocasión (Rev 5:16), los rehusara.
Jazael habló a Elíseo en nombre del rey, que, por sentimientos de veneración, se declara hijo (Rev 6:21) sumiso del profeta. A su pregunta responde Elíseo que la enfermedad del rey no es de muerte y Que, por tanto, de no existir otra circunstancia que amenazara su vida, curaría de esta enfermedad. Elíseo asegura que el rey curará de la dolencia que le aqueja; pero, atendiendo a su inminente asesinato por parte de Jazael, añade: “pero Yahvé me ha revelado que morirás.” De estas palabras no cabe deducir que el profeta insinuara a Jazael la conveniencia de asesinar al rey, sino más bien que Dios había dado a conocer a Elíseo los planes que Jazael había concebido para liquidar a su amo. El profeta no le incita al asesinato; únicamente no se opone a los designios que Dios tenía sobre Jazael, al que escogía como instrumento para azotar al pueblo de Israel en castigo de sus pecados. Que Jazael tuviera de antemano ultimados sus planes sobre el monarca, lo demuestra el hecho de enrojecer al fijar Elíseo en estado extático sus ojos sobre su rostro. Elíseo no solamente estaba enterado de los planes del asesinato de Ben Hadad, sino que conocía los males que la actuación de Jazael acarrearía a Israel. También pudo Elíseo evitar estos males, o dar al menos al ambicioso general una grave reprimenda; pero se limita a anunciarle que todos los actos de su vida los tiene Dios anotados en sus registros. Jazael expresa su dependencia y pequenez frente a un profeta de Yahvé (1Sa 24:15; 2Sa 9:8; 2Sa 16:9), diciendo: “¿No es tu siervo un perro, para que mi señor se haya acordado de su siervo?” frase que se halla asimismo en una de las cartas de Laquis 1.
Al día siguiente expiraba Ben Hadad. El texto sagrado ha tendido un velo misterioso sobre las circunstancias de su muerte, quizá para quitar toda sospecha de que Elíseo cooperó a ella. Se omite el sujeto de la frase, no sabiendo a punto fijo si se trata de un suicidio o de un asesinato por parte de Jazael. El término hebraico makber se traduce comúnmente por manta, colcha de cama. Teniendo presente el contexto anterior, no hay duda de que Jazael ahogó a Ben Hadad en su lecho. Empapando en agua la colcha, la aplicó al rostro del rey hasta que murió asfixiado. Creen otros que empleó Jazael el mosquitero (Jdt 10:21) para perpetrar su crimen. En la inscripción de Salmanasar III se dice sobre la descendencia de Ben Hadad: “Hadadidri murió; Hazailu, hijo de nadie, tomó posesión del trono” (Pritchard, 280). Hadadidri o Hadadézer de los documentos asirios es el rey Ben Hadad de la Biblia. Jazael es llamado “hijo de nadie” por no ser de ascendencia real.

Reino de Joram en Judá (Jdt 8:16-24).
16 El año quinto de Joram, hijo de Ajab, rey de Israel, comenzó a reinar Joram, hijo de Josafat, rey de Judá. 17 Treinta y dos años tenía cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén. 18 Marchó por los caminos de los reyes de Israel, como había hecho la casa de Ajab, pues tuvo por mujer a una hija de Ajab, e hizo el mal a los ojos de Yahvé. 19Pero Yahvé no quiso destruir a Judá por amor a David, su siervo, según la promesa que le había hecho de darle siempre una lámpara perpetuamente. 20En su tiempo se rebeló Edom contra el dominio de Judá, y se dio un rey. 21 Joram marchó a Seír con todos sus carros. Una noche arriesgó combate con los edomitas, que le tenían cercado, y le derrotaron juntamente con los jefes de los carros, y el pueblo huyó a sus tiendas. 22 La rebelión de Edom contra el dominio de Judá dura hasta hoy. Entonces se rebeló también Libna. 23 El resto de los hechos de Joram, cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá? 24 Joram se durmió con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de David. Le sucedió su hijo Ocozías.

En Judá reinó un monarca, Joram (848-841), homónimo del colega y contemporáneo suyo Joram (852-841), rey de Israel (Jdt 1:17; Jdt 3:1ss). Por influencia de su esposa Atalía introdujo en Judá el culto de los baales (2Cr 21:11). Por este pecado merecía Judá ser destruido, pero le perdonó Dios a causa de la promesa hecha a David de darle una lámpara perpetuamente (1Re 11:36; 1Re 15:4), no extinguiendo su dinastía.
En su tiempo se independizó Edom, que fue vasallo de Josafat (1Re 22:48; 2Re 3:9). Desde los tiempos de Adad fue Edom una pesadilla para Judá (1Re 11:17). Sobre la manera como recuperó Edom su independencia no es fácil opinar, por conservarse el texto en mal estado. El texto hebraico, traducido literalmente, dice: “Y pasó Joram a Seír (saira), y todos los carros con él. Aconteció que se levantó él de noche y batió a Edom, que le rodeaba, y a los jefes de los carros, y huyó el pueblo a sus tiendas.” Ante este texto cabe preguntar: ¿Quién es el vencido y cuál el vencedor? El autor sagrado trata de paliar una derrota de tan enormes consecuencias para Judá. Entre líneas cabe leer que los hechos sucedieron de la siguiente manera: Joram, al frente de un ejército de a pie, caballería y carros de combate, marchó contra Edom para castigar los movimientos de independencia. Llegó a Seír – que algunos identifican con Soar, en la extremidad sur del mar Muerto -, donde fue cercado por carros de combate, logrando, sin embargo, abrirse una brecha y huir. Pero el pueblo, al verse asaltado por el enemigo, huyó a la desbandada hacia Judá (a sus tiendas; 1 Sam 4:10; 2Sa 18:17; 19:9). La pérdida de Edom repercutió desfavorablemente en el prestigio comercial de Judá, por cuanto se le cortaba el camino que conducía a las minas de cobre y de hierro y al puerto de Asiongaber. Con la pérdida de Edom envalentonóse la confederación arábigo-filistea (2Cr 21:16-17), que penetró hasta Jerusalén. Dentro de este fermento revolucionario cabe señalar la revolución de Libna (Tell es-Safi), en la Sefela (Jos 10:29-39; Jos 12:15). Según 2Cr 21:18-20, el pueblo denegó a Joram el honor de una sepultura solemne, siendo enterrado en la ciudad de David, fuera de la necrópolis real.

Ocozías, rey de Judá (2Cr 8:25-29).
25 El año doce de Joram, hijo de Ajab, rey de Israel, comenzó a reinar Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá. 26 Tenía Ocozías veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó un año en Jerusalén. Su madre se llamaba Atalía, hija de Omri, rey de Israel. 27 Marchó por los caminos de la casa de Ajab e hizo el mal a los ojos de Yahvé, como la casa de Ajab, con la que es taba emparentado. 28 Acompañó a Joram, hijo de Ajab, en Γ guerra contra Jazael, rey de Siria, a Ramot Galaad. Los sirio hirieron a Joram, 29 y el rey Joram se volvió para hacerse curar en Jezrael de las heridas que los sirios le habían hecho en Ramot cuando combatía contra Jazael, rey de Siria. Ocozías, hiio de Joram, rey de Judá, bajó a Jezrael para ver a Joram, hijo de Ajab, que estaba allí herido.

Desde el punto de vista religioso influyó en él su madre Atalía (2Cr 22:3). Su ascensión al trono efectuóse en un momento de efervescencia política. Hacía un par de años que en Siria moría asesinado por su favorito Jazael el enérgico rey Ben Hadad II (2Cr 8:15). Al enterarse Joram (852-841) aprovechó la ocasión para apoderarse de Ramot Galaad (1Re 4:13; 1Re 22:3; 2Re 9:14), lo que dio origen a la guerra entre Joram y Jazael. El rey de Israel pidió auxilio a su sobrino Ocozías (841), que no se lo negó. En un encuentro bajo los muros de Ramot fue herido el rey de Israel (1Re 18:45-46; 1Re 21:1ss). Su fiel aliado y pariente, Ocozías, que se hallaba todavía en Jerusalén, bajó a visitar al rey herido.

Fuente: Biblia Comentada

hambre … por siete años. Las hambres de siete años eran cosa conocida en el antiguo Cercano Oriente (cp. Gén 41:29-32). Por cuanto la mujer sunamita había sido solo una residente extranjera en tierra extraña, su regreso al cabo de siete años puede haber sido de ayuda en su reclamación legal a su propiedad (cp. Éxo 21:2; Éxo 23:10-11; Lev 25:1-7; Deu 15:1-6).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

La cuestión cronológica acerca de cuándo tuvieron lugar los acontecimientos que se narran en estos versículos en el ministerio de Elías ha sido una cuestión muy debatida. Los intérpretes mantienen una de tres posiciones: 1) El encuentro entre la mujer sunamita, el rey de Israel y Giezi tuvo lugar hacia el final del reinado de Joram en Israel. Sin embargo, esto significaría que Giezi estaba en presencia del rey (vv. 2Re 8:4-5) a pesar de que sufría de lepra (2Re 5:27) y que el rey Joram estaba preguntando qué grandes cosas había hecho Eliseo después de haber sido él mismo testigo de los acontecimientos referidos en 2Re 6:82Re 7:19. 2) Debido a que el rey de Israel no conocía los grandes hechos de Eliseo, algunos intérpretes sitúan el encuentro final durante la primera etapa del reinado de Jehú. Sin embargo, se mantiene la objeción de la lepra de Giezi y que Jehú era bien conocedor de la profecía de Elías (2Re 9:36-37; 2Re 10:17) que predecía el ministerio de Eliseo (1Re 19:15-18). 3) La mejor explicación es que este relato está fuera de secuencia cronológica, y que tiene una vinculación temática con la cuestión del hambre en 2Re 6:242Re 7:20, pero que había tenido lugar en una época temprana del reinado del rey Joram de Israel, antes de los acontecimientos que se narran en 2Re 5:12Re 7:20.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2Re 8:1-6 : Este episodio, que parece continuación de 2Re 4:18-37, destaca sobre todo la popularidad que el profeta llegó a alcanzar en vida (2Re 8:3-6).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— que había resucitado: Referencia explícita al episodio Deu 4:18-37.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

2Re 4:8-37.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La tierra sunamita. Hay varias señales aquí de que las historias de Eliseo no están en orden cronológico. Ya que esta historia tiene que ver con Guejazi (quien abandonó el servicio de Eliseo en 5:27) debe haber ocurrido antes de la sanidad de Naamán. El hambre que Eliseo predice en el v. 1 es probablemente el mismo a través de la historia de 4:38-41.

La historia muestra el cuidado continuo que Eliseo tiene por la mujer sunamita y su familia. La mujer actúa como cabeza de la familia, a lo mejor porque su marido (bastante viejo según 4:14) ya murió para entonces. La manera en que el rey trata a la mujer cuando ella regresa muestra el gran respeto que tenía de Eliseo (4-6). Se ve ilustrado aquí también el cuidado providencial de Dios en el hecho de que Guejazi contaba la historia del hijo de la mujer cuando ella vino a apelar al rey.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

8.1-6 Esta historia aparentemente sucedió antes que los hechos registrados en el capítulo 5, porque los siete años de hambruna supuestamente terminaron antes de que Giezi fuera castigado con lepra. Esto muestra la preocupación a largo plazo de Elías por esta viuda y hace un contraste entre su ministerio público milagroso y su ministerio privado con su familia. La vida de Eliseo ejemplifica la clase de interés que debemos tener por los demás.8.12, 13 Cuando Eliseo le dijo a Hazael que este pecaría grandemente. Hazael protestó asegurando que jamás haría algo semejante. No reconoció su potencial personal hacia el mal. En nuestra sociedad ilustrada, es fácil pensar que estamos por encima del pecado grosero y que podemos controlar nuestras acciones. Pensamos que nunca caeremos tan bajo. Por el contrario, debemos echar un vistazo más bíblico y realista, y admitir nuestro potencial hacia el mal. Entonces, pediremos a Dios fortaleza para resistir tal maldad.8.12-15 Las palabras de Eliseo acerca del trato de Hazael hacia Israel se cumplieron parcialmente en 10.32, 33. Aparentemente Hazael tenía conocimiento de que sería rey porque Elías lo había ungido (1Ki 19:15). Pero fue impaciente y, en vez de esperar el tiempo de Dios, tomó los asuntos en sus manos, matando a Ben-adad. Dios utilizó a Ben-adad como un instrumento de juicio en contra de los israelitas desobedientes.8.18 El rey Josafat arregló el matrimonio entre Jora, su hijo, y Atalía, la hija de los malvados Acab y Jezabel. Atalía siguió los caminos idólatras del reino del norte trayendo la adoración de Baal a Judá, y dando inicio a la decadencia del reino del sur. Cuando Joram murió, su hijo Ocozías llegó a ser rey. Luego, cuando Ocozías fue muerto en batalla, Atalía asesinó a todos sus nietos, con excepción de Joás, y se hizo a sí misma reina (11.1-3). El matrimonio de Joram pudo haber tenido una ventaja política, pero espiritualmente implicó la muerte.8.20-22 A pesar de que Judá y Edom compartían una frontera común y tenían un antepasado común (Isaac), las dos naciones peleaban continuamente. Edom había sido un tributario del reino unido de Israel y luego del reino del sur de Judá desde los días de David (2Sa 8:13-14). En esos momentos Edom se rebeló en contra de Joram y declaró su independencia. Joram marchó inmediatamente para atacar Edom, pero falló su emboscada. Por lo tanto Joram perdió algunas de sus fronteras como castigo por no haber honrado a Dios.8.26 Ocozías era el único hijo que quedaba de Joram de Judá. A pesar de que era el hijo más joven, tomó el trono porque el resto de sus hermanos habían sido llevados en cautiverio cuando los filisteos y los árabes los atacaron sorpresivamente (2Ch 21:16-17).8.26, 27 La madre de Ocozías era Atalía, hija de Acab y Jezabel (anteriores reyes de Israel), nieta de Omri (padre y antecesor de Acab). La maldad de Acab y de Jezabel se extendió en Judá por medio de Atalía.8.29 Jezreel era el lugar en donde se encontraba el palacio de verano de los reyes de Israel.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) O: “ha venido”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 376 2Re 4:35

b 377 Gén 12:10; Gén 26:1; Gén 47:4; Rut 1:1

c 378 Lev 26:19; Deu 28:23; 2Sa 21:1; 1Re 17:1; Sal 105:16; Hch 11:28

d 379 Gén 41:27; 2Sa 24:13; Amó 3:2

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

hambre. Dios envió el hambre como castigo por la apostasía de la nación (cp. Dt 28:38– 40; 1 R 18:2).

Fuente: La Biblia de las Américas

Esta es la continuación de la historia de la mujer sunamita de 2Re 4:8-37; si bien los siete años de hambre seguramente terminaron antes de que Giezi contrajera la lepra (2Re 5:27). Al parecer el tipo de lepra de Giezi no requería aislamiento (2Re 8:4-5).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

vive… Lit. ve … y vive donde vivas.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., y también

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. veu8230? y vive donde vivas.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[=] *2Re 4:18

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[10] De otro accidente.

Fuente: Notas Torres Amat