Comentario de 2 Tesalonicenses 1:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
De hecho es justo delante de Dios retribuir con aflicción a los que os afligen,
1:6 Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, — Lo que Pablo afirma aquí tiene que ver con el carácter de Dios. El es justo, y siempre actúa justamente. Por lo tanto, no es que Dios pueda castigarlos si quiere hacerlo, sino que su misma naturaleza demanda que lo haga. Los hombres de todas las naciones hacen leyes y castigan a los que las quebrantan, porque creen que no es correcto tratar de la misma manera tanto a los inocentes como a los culpables. Desde luego, muchos transgresores no se castigan aquí en este mundo, pero nadie escapará en el Día Final. También se puede decir que muchos de los magistrados terrenales amenazan mucho y castigan poco, pero Dios no amenaza en vano. No es justo que el cristiano pague con tribulación a los que le atribulan (Mat 5:44-45; Rom 12:17-21), pero para Dios sí es justo. Siendo justo Dios tiene que “pagar” a los hombres según sus obras, de la misma manera que el patrón tiene que pagar a los trabajadores. Las acciones de los que desobedecen al evangelio y obran en contra de Dios demandan el pago correspondiente. La justicia lo requiere.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Deu 32:41-43; Sal 74:22, Sal 74:23; Sal 79:10-12; Sal 94:20-23; Isa 49:26; Zac 2:8; Apo 6:10; Apo 11:18; Apo 15:4; Apo 16:5, Apo 16:6; Apo 18:20, Apo 18:24; Apo 19:2.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Dios pagar. Así como el juicio justo de Dios sirve para perfeccionar a los creyentes (v. 2Ts 1:5), su otra función es «retribuir» a los impíos (cp. el v. 2Ts 1:8). La vindicación y la retribución deben ser ejercidas por el Señor y no por el hombre en todo lo relacionado con la persecución espiritual (cp. Deu 32:35; Pro 25:21-22; Rom 12:19-21; 1Ts 5:15; Apo 19:2). El cuándo y cómo de la retribución divina son determinados por Él en su infinita sabiduría.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:6 Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, — Lo que Pablo afirma aquí tiene que ver con el carácter de Dios. El es justo, y siempre actúa justamente. Por lo tanto, no es que Dios pueda castigarlos si quiere hacerlo, sino que su misma naturaleza demanda que lo haga. Los hombres de todas las naciones hacen leyes y castigan a los que las quebrantan, porque creen que no es correcto tratar de la misma manera tanto a los inocentes como a los culpables. Desde luego, muchos transgresores no se castigan aquí en este mundo, pero nadie escapará en el Día Final. También se puede decir que muchos de los magistrados terrenales amenazan mucho y castigan poco, pero Dios no amenaza en vano.
No es justo que el cristiano pague con tribulación a los que le atribulan (Mat 5:44-45; Rom 12:17-21), pero para Dios sí es justo. Siendo justo Dios tiene que “pagar” a los hombres según sus obras, de la misma manera que el patrón tiene que pagar a los trabajadores. Las acciones de los que desobedecen al evangelio y obran en contra de Dios demandan el pago correspondiente. La justicia lo requiere.
A través de la Biblia vemos el “justo juicio de Dios”. ¿Aceptamos esto? ¿Fue justo Dios cuando “echó fuera al hombre” del huerto de Edén? (Gén 3:24). ¿Fue justo cuando destruyó a los habitantes de la tierra con el diluvio? (Gén 6:1-22; Gén 7:1-24; Gén 8:1-22; Gén 9:1-29). ¿Fue justo Dios cuando “hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra”? (Gén 19:24-25). ¿cuando mató a Nadab y Abiú? (Lev 10:1-2). ¿cuando “abrió la tierra su boca, y tragó” a Coré, Datán y Abiram? (Núm 16:32). ¿Fue justo el castigo de los israelitas que no pudieron entrar en la tierra prometida, sino que perecieron en el desierto? (Núm 14:30; Núm 14:32; Heb 3:19-19). ¿Creemos en realidad que el Juez de toda la tierra hará lo que es justo? (Gén 18:25).
¿Fue justo Dios cuando envió a su ejército para destruir a los cananeos y para dar su tierra al pueblo de Israel? (Véase Lev 18:28). ¿Fue justo cuando mandó al rey Saúl que destruyera a Amalec, diciéndole, “y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho”? (1Sa 15:3; véanse Gén 15:16; Deu 25:17-19).
Bajo la ley de Moisés “toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución” (Heb 2:2). Esta ley decía que varias transgresiones merecían la pena de muerte: (1) el culto de dioses extraños (Éxo 22:20; Lev 20:1; Deu 13:5; Deu 13:12-16); (2) la adoración del sol, la luna, las estrellas (Deu 4:19); al igual que la magia, la hechicería (brujería) (Éxo 22:18) y la evocación de espíritus y la adivinación (Lev 20:27); la blasfemia (Lev 24:13-16); y la presunción de hablar en nombre de Dios (Deu 18:20).
¿Eran justas esas leyes? ¿Eran demasiado severas? La respuesta de estas preguntas depende del concepto que uno tenga del único Dios Vivo y si piensa que El merece la adoración exclusiva del hombre. Todos los que creen en el Dios Vivo saben que estas leyes eran justas.
Dice Lev 24:19, “Y el que causare lesión en su prójimo, según hizo, así le sea hecho: 20 rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro, tal se hará a él. 21 El que hiere algún animal ha de restituirlo; mas el que hiere de muerte a un hombre, que muera”. Véanse también Éxo 21:23-25; Deu 19:21. ¿Pero Jesús no abrogó esta ley? Cuando Jesús habla de “Ojo por ojo, etc.” enseña que sus discípulos no deberían vengarse; más bien deberían volver bien por mal (Mat 5:38-48). Pablo repite esta enseñanza en Rom 12:17-21 e inmediatamente explica que el gobierno civil ejecuta la venganza de Dios (13:1-4). Esta ley era y es justa y debe ser la base de la ley civil ahora.
Job reconoció que todo pecado debe ser castigado. Job 31:5-10; Job 31:16-28, etc.
Es justo castigar al hijo desobediente (Pro 13:24; Pro 19:18; Pro 22:15; Pro 23:13-14; Pro 29:15). El mismo hijo desobediente reconoce esto; sabe que él mismo, por su conducta, está “pidiendo” o “demandando” el castigo. Si con justicia los padres administran la corrección, el hijo sensato la aceptará y se corregirá.
Pero ¿es justo el castigo eterno? Muchos (como los testigos del Atalaya ) niegan esto, pero al hacerlo muestran que son incrédulos que rechazan la doctrina de Cristo (Mat 10:28; 2Jn 1:9) y que ellos no aprecian lo hermoso de la salvación (1Ts 1:9-10; 1Ts 5:9). Tampoco reconocen lo terrible del pecado. Los condenados no son jueces de sí mismos. No pueden eliminar el castigo que merecen. En lugar de juzgar a Dios ellos mismos serán juzgados por el justo juicio de Dios.
Pablo dice que Cristo viene “en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder” (1:8-9). ¿Creemos de todo corazón que este castigo será justo ? ¿será justo que los tales sean echados al fuego que no puede ser apagado? (Mar 9:43). ¿al horno de fuego? (Mat 13:42); ¿al lugar de lloro y del crujir de dientes? (Mat 22:13); ¿al lago de fuego? (Apo 20:15). Para disminuir el impacto del lenguaje de estos y otros textos sobre el castigo eterno, algunos dicen que son meros símbolos, que es lenguaje figurado, que se refiere sólo a la angustia espiritual por estar separados de Dios, pero recuérdese que el cuerpo será resucitado y será incorruptible.
Es imposible imaginar el sufrimiento de los perdidos. La Biblia lo describe con los términos tormento, el llanto, el crujir de dientes, la tribulación, la angustia, etc. Apo 14:11 dice, “y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche” (pero léase también el v. 13, “los muertos que mueren en el Señor …descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”).
Dice Apo 20:12, “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. Véase también 2Co 5:10. Es justo que el hombre sea juzgado según sus obras, y es justo que sea castigado por la rebeldía contra Dios.
Pablo afirma que es justo que Dios castigue a los perseguidores de los cristianos y a todos “los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo”. La justicia de Dios lo demanda. Dice 2Pe 2:4, “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; 5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos; 6 y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, 7 y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados 8 (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos), 9 sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los justos para ser castigados en el día del juicio”.
Los que no toman en serio el pecado no pueden entender el castigo que espera al pecador. Hoy en día la gente habla de los equívocos para no hablar de pecados; habla de los alcohólicos para no decir los borrachos; habla de una aventura para no decir adúlteros, etc. El hombre emblanquece el pecado. Se habla de la mentira blanca o de la mentirita. Muchos no se arrepienten simplemente porque no toman en serio el pecado y el castigo que merece. Jesús nos enseña que sería mejor cortar la mano o el pie, o sacar el ojo en lugar de ir al infierno (Mat 5:29-30; Mar 9:43-48).
Recordemos que Dios es justo. El no es como el hombre (Sal 50:21; Isa 55:8-9).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Rom 12:19; Apo 18:6-7.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) Lit.: “devolver más bien”.
REFERENCIAS CRUZADAS
k 10 Rom 12:19; Rev 6:10
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Lit., Si en verdad
O, para