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Comentario de 2 Tesalonicenses 3:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 2 Tesalonicenses 3:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Si alguno no obedece nuestra palabra por carta, a ése señaladlo y no tengáis trato con él, para que le dé vergüenza.

3:14 Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo (es necesario distinguir entre los fieles y los infieles) , y no os juntéis con él,

Mat 18:15-17; Rom 16:17; 1Co 5:9; 1Co 5:11; 1Ti 6:5; Tit 3:10; 2Jn 1:10

— para que se avergüence. — El señalar al infiel y apartarse de él es una forma fuerte de censura pública que le avergüenza. Produce una reacción, sea la tristeza o el enojo u otra, pero sin faltar producirá alguna reacción. Se argumenta a veces que en muchos casos el infiel será indiferente hacia la disciplina, pero esto no se puede probar. Puede reaccionar con hostilidad pero eso no quiere decir que es indiferente. Si el culpable es indiferente hacia la disciplina, ¿por qué hay tanta oposición de parte de sus familiares y amigos? La reacción del hermano indicado, como también la de los familiares y amigos, indica claramente que la disciplina da en el blanco. Todos saben que tal disciplina es reprensión pública, deliberada y formal, que sí avergüenza y esto es precisamente lo que el Señor quiere, para que la persona se humille, pero si la iglesia descuida la disciplina, no habrá reacción alguna de parte del infiel (excepto el desdén hacia la iglesia) y seguirá en su pecado.

¿Anda desordenadamente el miembro de la iglesia que deja de asistir a las reuniones? ¿Debe la congregación señalar a tales miembros y apartarse de él? Algunos de los que se oponen a la disciplina del miembro que deja de asistir argumentan que ahora éste tiene muy poco contacto con la iglesia y que, por eso, no pierde nada si la iglesia se aparta de él. En muchos casos los miembros disciplinados no tienen el deseo de estar con los fieles, porque fácilmente ganan amigos en el mundo. Todo esto es cierto, pero Pablo no dice que el propósito de la disciplina es para despertar en el infiel el deseo de asociarse otra vez con los fieles. No dice que el miembro disciplinado extrañará a los fieles y que, por eso, será restaurado. Sin embargo, lo que es muy cierto es que tal disciplina es una censura pública y que es muy efectiva, pues por ella el culpable ¡será avergonzado! (Los comentarios de los últimos dos párrafos están basados en un artículo escrito por el hermano Gary P. Eubanks en Gospel Anchor, junio de 1992).

Algunos dicen que es imposible apartarse del miembro que ya dejó de asistir, porque él ya se apartó de la congregación, pero los que hablan así no hablan conforme a las Escrituras, sino conforme a la astucia de la sabiduría humana. El hermano o la hermana que deja de asistir a las reuniones anda desordenadamente, porque está en pecado. Ya no es fiel, pues ya dejó de reunirse con la iglesia (Heb 10:24-25); no participa de la cena del Señor (1Co 11:24); no ofrenda (1Co 16:1-2) y, por eso, es un avaro (1Co 5:11); en fin, ya no tiene comunión con Dios ni con la iglesia y vive en pecado. Algunos dicen, “Oh, no, es que el pobre está muy débil y desanimado”, pero la verdad es que vive en rebelión contra Dios.

Si la iglesia no debe apartarse del miembro que dejó de asistir, entonces ¿cuál es plan o el proceder para salvarlo? El plan de Dios (el señalar al hermano no arrepentido y apartarse de él) es para su salvación. ¿Hace él mismo el papel de la iglesia de entregarse solo a Satanás para la destrucción de la carne para que el espíritu se salve? (1Co 5:5). ¿Qué se hace para quitar la vieja levadura y mantener la limpieza de la iglesia? (1Co 5:7). ¿Está haciendo él mismo algo que pueda avergonzarle para que se arrepienta? En realidad el hermano apartado (el que dejó de asistir) no está haciendo nada para efectuar su restauración y se está apartando cada vez más lejos del Señor, y los miembros que siguen asociándose con él promueven su indiferencia y negligencia hacia la iglesia, porque sin asistir a los servicios él puede seguir disfrutando de la asociación con sus hermanos. (No quiere asociarse con ellos en los servicios, pero sí le gusta estar con ellos socialmente). Pablo dice, señalarle porque está pecando y no quiere arrepentirse, y dejar de estar con él socialmente, para que se avergüence. Es muy posible que esto lo humille, para que se arrepienta y sea restaurado al Señor.

El plan humano es lo siguiente: (1) no señalarle como pecador no arrepentido, y no apartarse de él socialmente; (2) más bien, seguir la vida social con él, siempre invitándole y animándole a que vuelva, para que no se avergüence. El plan divino es (1) señalarle, y (2) no os juntéis con él, para que se avergüence.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

si alguno no obedece. Deu 16:12; Pro 5:13; Sof 3:2; 2Co 2:9; 2Co 7:15; 2Co 10:6; Flp 2:12; 1Ts 4:8; Flm 1:21; Heb 13:17.

a lo que decimos, o nuestra enseñaza … a ése señaladlo. 2Ts 3:6; Mat 18:17; Rom 16:17; 1Co 5:9, 1Co 5:11; Tit 3:10.

para que se avergüence. Núm 12:14; Esd 9:6; Sal 83:16; Jer 3:3; Jer 6:15; Jer 31:18-20; Eze 16:61-63; Eze 36:31, Eze 36:32; Luc 15:18-21.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

no os juntéis con él: Otra vez (v. 2Ts 3:6) los creyentes deben evitar el compañerismo y no asociarse con cualquiera que pase por alto las palabras de esta carta autoritaria del apóstol Pablo. De otro modo sus vecinos paganos pueden pensar que los cristianos tesalonicenses aprueban las acciones de esa persona.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

no os juntéis. Esto significa «mezclarse» en el sentido de una interacción social íntima. Los cristianos que desobedecían de manera desfachatada tenían que ser excluidos de la comunión fraternal (v. 2Ts 3:6) para que sintieran vergüenza, con la esperanza de que se arrepintieran de su desobediencia a la Palabra de Dios. Vea Mat 18:15-17; 1Co 5:9-13; Gál 6:1 para detalles adicionales acerca de cómo lidiar con los que se enfrascan en pecados reiterados sin arrepentirse.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3:14 Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo (es necesario distinguir entre los fieles y los infieles) , y no os juntéis con él, — Mat 18:15-17; Rom 16:17; 1Co 5:9; 1Co 5:11; 1Ti 6:5; Tit 3:10; 2Jn 1:10
— para que se avergüence. – El señalar al infiel y apartarse de él es una forma fuerte de censura pública que le avergüenza. Produce una reacción, sea la tristeza o el enojo u otra, pero sin faltar producirá alguna reacción. Se argumenta a veces que en muchos casos el infiel será indiferente hacia la disciplina, pero esto no se puede probar. Puede reaccionar con hostilidad pero eso no quiere decir que es indiferente. Si el culpable es indiferente hacia la disciplina, ¿por qué hay tanta oposición de parte de sus familiares y amigos? La reacción del hermano indicado, como también la de los familiares y amigos, indica claramente que la disciplina da en el blanco. Todos saben que tal disciplina es reprensión pública, deliberada y formal, que sí avergüenza y esto es precisamente lo que el Señor quiere, para que la persona se humille, pero si la iglesia descuida la disciplina, no habrá reacción alguna de parte del infiel (excepto el desdén hacia la iglesia) y seguirá en su pecado.
¿Anda desordenadamente el miembro de la iglesia que deja de asistir a las reuniones? ¿Debe la congregación señalar a tales miembros y apartarse de él? Algunos de los que se oponen a la disciplina del miembro que deja de asistir argumentan que ahora éste tiene muy poco contacto con la iglesia y que, por eso, no pierde nada si la iglesia se aparta de él. En muchos casos los miembros disciplinados no tienen el deseo de estar con los fieles, porque fácilmente ganan amigos en el mundo. Todo esto es cierto, pero Pablo no dice que el propósito de la disciplina es para despertar en el infiel el deseo de asociarse otra vez con los fieles. No dice que el miembro disciplinado extrañará a los fieles y que, por eso, será restaurado. Sin embargo, lo que es muy cierto es que tal disciplina es una censura pública y que es muy efectiva, pues por ella el culpable ¡será avergonzado! (Los comentarios de los últimos dos párrafos están basados en un artículo escrito por el hermano Gary P. Eubanks en Gospel Anchor, junio de 1992).
Algunos dicen que es imposible apartarse del miembro que ya dejó de asistir, porque él ya se apartó de la congregación, pero los que hablan así no hablan conforme a las Escrituras, sino conforme a la astucia de la sabiduría humana. El hermano o la hermana que deja de asistir a las reuniones anda desordenadamente, porque está en pecado. Ya no es fiel, pues ya dejó de reunirse con la iglesia (Heb 10:24-25); no participa de la cena del Señor (1Co 11:24); no ofrenda (1Co 16:1-2) y, por eso, es un avaro (1Co 5:11); en fin, ya no tiene comunión con Dios ni con la iglesia y vive en pecado. Algunos dicen, “Oh, no, es que el pobre está muy débil y desanimado”, pero la verdad es que vive en rebelión contra Dios.
Si la iglesia no debe apartarse del miembro que dejó de asistir, entonces ¿cuál es plan o el proceder para salvarlo? El plan de Dios (el señalar al hermano no arrepentido y apartarse de él) es para su salvación. ¿Hace él mismo el papel de la iglesia de entregarse solo a Satanás para la destrucción de la carne para que el espíritu se salve? (1Co 5:5). ¿Qué se hace para quitar la vieja levadura y mantener la limpieza de la iglesia? (1Co 5:7). ¿Está haciendo él mismo algo que pueda avergonzarle para que se arrepienta? En realidad el hermano apartado (el que dejó de asistir) no está haciendo nada para efectuar su restauración y se está apartando cada vez más lejos del Señor, y los miembros que siguen asociándose con él promueven su indiferencia y negligencia hacia la iglesia, porque sin asistir a los servicios él puede seguir disfrutando de la asociación con sus hermanos. (No quiere asociarse con ellos en los servicios, pero sí le gusta estar con ellos socialmente). Pablo dice, señalarle porque está pecando y no quiere arrepentirse, y dejar de estar con él socialmente, para que se avergüence. Es muy posible que esto lo humille, para que se arrepienta y sea restaurado al Señor.
El plan humano es lo siguiente: (1) no señalarle como pecador no arrepentido, y no apartarse de él socialmente; (2) más bien, seguir la vida social con él, siempre invitándole y animándole a que vuelva, para que no se avergüence. El plan divino es (1) señalarle, y (2) no os juntéis con él, para que se avergüence.

Fuente: Notas Reeves-Partain

2Ts 3:6.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Lit.: “estén poniendo señal en éste”.

(2) Lit.: “no se mezclen con”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 93 2Ts 3:6; 2Ti 2:18

b 94 Lev 19:17; Rom 16:17

c 95 Rom 16:17; 1Co 5:11; Tit 3:10; 2Jn 1:10

d 96 Tit 2:8

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

14 super (1) Es decir, no os juntéis con él, no andéis con él.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

no os juntéis con él. Los haraganes habían de ser mantenidos en el ostracismo, alejados de la compañía de los creyentes, a fin de avergonzarles y, así, estimularles a que cambiasen de conducta. Esto no era ponerlos fuera de comunión, sino una señal de desaprobación y ostracismo social, cosa muy sena para un creyente en medio de la sociedad pagana de aquel tiempo.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

epístola…1Ts 5:27; juntaros… M↓ registran el verbo en imperativo: juntéis.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R944 Puede explicarse que el infinitivo συναναμίγνυσθαι expresa propósito, o puede tomarse como equivalente a un imperativo. [Editor. El infinitivo denota el propósito del mandato (σημειοῦσθε), y no el mandato mismo.]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., palabra

Lit., por medio de

Fuente: La Biblia de las Américas

g 1Ts 5:27.

3.14 M i registran ambos verbos en imperativo: seu241?aladu8230? juntéis.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

† En otras palabras, para que se sientan animados a hacer lo que deben.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento