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Comentario de Abdías 1:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Abdías 1:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

La visión de Abdías: Así ha dicho el Señor Jehovah acerca de Edom (hemos escuchado de parte de Jehovah la noticia de que ha sido enviado un mensajero a las naciones, diciendo: “¡Levantaos! ¡Levantémonos contra él en batalla!”):

La destrucción de Edom, Abd 1:1-2,

por su soberbia, Abd 1:3-9,

y por el mal hecho a Jacob, Abd 1:10-16.

La salvación y victoria de Jacob, Abd 1:17-21.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

ha dicho así en cuanto a Edom. Sal 137:7; Isa 21:11; Isa 34:1-17; Isa 63:1-6; Jer 9:25, Jer 9:26; Jer 25:17, Jer 25:21; Jer 49:17-22; Lam 4:21, Lam 4:22; Eze 25:12-14; Eze 35:3-15; Joe 3:19; Amó 1:11, Amó 1:12; Mal 1:3, Mal 1:4.

Hemos oído el pregón. Jer 49:14, Jer 49:15; Jer 51:46; Mat 24:6; Mar 13:7.

y mensajero ha sido enviado. Isa 18:2, Isa 18:3; Isa 30:4.

Levantaos. Jer 6:4, Jer 6:5; Jer 50:9-15; Jer 51:27, Jer 51:28; Miq 2:13.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

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EL LIBRO DE ABDÍAS ES UNO DE LOS DOS PROFETAS MENORES QUE ESTÁ dirigido por completo a otra nación que no es ni Israel ni Judá. Trata con la vieja contienda entre Israel y Edom, y la pelea entre los descendientes de Jacob y su hermano Esaú. Por medio del profeta Abdías Jehová expresó su indignación a la nación de Edom. En lugar de ayudar a sus parientes, ellos se alegraron de los problemas de los israelitas e invadieron sus hogares. Vendría el día —el día de Jehová— cuando todos estos errores recibirían su castigo. El Señor traería justicia al mundo.

En el año 586 a.C. el ejército de Nabucodonosor venció a Judá y destruyó a Jerusalén y el Templo de Salomón. Esto terminó la existencia de Judá como una nación independiente. Edom, como una nación estrechamente relacionada, debió haber ayudado a los refugiados de Judá. Pero en lugar de ofrecer su simpatía y ayuda, Edom entregó a los judíos para que los babilonios los conquistaran. Los edomitas hasta llegaron a asesinar a algunos de sus refugiados. Una traición como esta a una nación pariente no podía pasarse por alto. Dios le dio a Abdías un severo mensaje para Edom, una advertencia del juicio de Dios sobre ellos por su cruel trato a los judíos fugitivos.

El orgullo y la presunta autosuficiencia de los edomitas se convirtieron en su ruina. Sela, su capital amurallada y la que consideraban inconquistable, se convirtió en su tumba. Sus vecinos árabes se volvieron contra ellos y conquistaron su tierra y medios de subsistencia. Los edomitas fueron empujados a lo que había sido el sur de Judá. En el siglo II a.C. el resurgente reino judío bajo los macabeos conquistó a los edomitas y los convirtieron a la fuerza al judaísmo. En aquel tiempo se les llamó idumeos.

Aunque el breve oráculo profético de Abdías se dirigía a Edom, es muy poco probable que los líderes edomitas lo hayan escuchado o leído. Un propósito del oráculo era consolar y fortalecer a los judíos sobrevivientes con el mensaje de que Jehová no los había abandonado. La nación de Judá sería restaurada a su tierra cuando se hubiera cumplido el juicio del exilio y sus enemigos fueran castigados.

Dentro del plan redentor de Dios para la humanidad caída, el libro de Abdías puede parecer de poca importancia. Pero su parte en este plan es tremendamente vital. Dios es soberano sobre todas las naciones, sin importar que ellas lo reconozcan o no. Jehová desea que mostremos misericordia y favor a nuestros vecinos en su tiempo de angustia. La traición a un pariente nunca se justifica y será juzgada por el Dios de justicia.

El nombre de Abdías significa: «siervo de Jehová» y no se sabe si fue el nombre propio del profeta o si lo usó como un título para mantenerse anónimo.

No se sabe nada de la vida personal del profeta Abdías o su importancia en la sociedad judía. Algunos eruditos datan el libro bien temprano, a mediados del siglo IX a. C., luego de los ataques filisteos y de las tribus árabes durante el reinado de Joram de Judá (2Cr 21:16, 2Cr 21:17). Esto significaría que Abdías es el libro profético más antiguo. Sin embargo, la mayoría de los eruditos datan el libro inmediatamente después de la destrucción babilónica de Jerusalén en el año 586 a.C.

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Bosquejo

I. El juicio venidero de Edom vv. Abd 1:1-9

A. El llamamiento de Dios a las naciones v. Abd 1:1

B. Orgullo y humillación de Edom vv. Abd 1:2-9

II. El pecado de Edom: la violencia contra Judá vv. Abd 1:10-14

III. El juicio de Edom y la restauración de Judá vv. Abd 1:15-21

A. El día de Jehová contra Edom vv. Abd 1:15-18

B. La restauración divina de Judá vv. Abd 1:19-21

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Visión es una palabra común en los profetas (Isa 1:1Nah 1:1) que indica que el profeta «vio» la revelación.

Abdías, significa «siervo de Jehová».

Jehová el Señor ha dicho así: Esta expresión es una fuerte afirmación que el oráculo profético no se originó en el pensamiento del profeta; Dios fue y es el iniciador. Se dirige un oráculo nacional contra Edom, un país al este del Mar Muerto y al sur de Moab.

Las naciones es el término que se usa en la Biblia para las entidades nacionales más grandes del oeste de Asia y el nordeste de África. Véase Jer 49:7-22 para un pasaje con muchas similitudes al libro de Abdías. Ezequiel también contiene profecías contra Edom que son similares al mensaje de Abdías (Eze 25:12-14Eze 35:1-15).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

ABDÍAS. Abdías fue un profeta en Judá que profetizó sobre el juicio de Dios contra Edom (véase introducción a este libro).

EN CUANTO A EDOM. Los edomitas, vecinos sureños de Judá, eran descendientes de Esaú (v. Abd 1:6), hermano de Jacob; así que estaban emparentados con Israel (v. Abd 1:10). Sin embargo, esa nación se había convertido en enemiga perpetua del pueblo de Dios, dando ayuda con frecuencia a los ejércitos paganos que atacaban a Israel. Debido a la prolongada hostilidad de Edom hacia los israelitas y a su odio contra éstos, la ira de Dios vendría sobre ellos.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Introducción a Abdías

Bosquejo

I. El juicio de Edom (Abd 1:1-14)

A. La destrucción vendrá sobre Edom (Abd 1:1-4)

B. La devastación será completa (Abd 1:5-9)

C. Razón: Su gozo por las adversidades de Judá (Abd 1:10-14)

II. El día de Jehová (Abd 1:15-21)

A. El juicio sobre Edom y otras naciones (Abd 1:15-16)

B. El lugar de Israel en «el día de Jehová» (Abd 1:17-21)

1. Salvación para Israel (Abd 1:17-18 a)

2. Destrucción para Edom (Abd 1:18 b)

3. Expansión de las fronteras de Israel como parte del reino de Dios (Abd 1:19-21)

Autor : Abdías

Tema : El juicio de Edom

Fecha : ca. 840 a.C.

Trasfondo

El autor de este corto libro es un profeta llamado Abdías. En el libro, no se dan ni su ascendencia ni ningún otro detalle de su vida. El nombre «Abdías» es bastante común y significa «siervo de Jehová»; se mencionan doce o trece personas en la Biblia con ese nombre (e.g., 1Re 18:3-16; 2Cr 17:7; 2Cr 34:12-13).

La respuesta a la pregunta de si el Abdías que escribió este libro se menciona en otra parte del AT, depende de la fecha de esta profecía. Como no se menciona ningún rey, no se sabe con certeza la fecha de su origen. La única alusión histórica en el texto es a una ocasión en que los edomitas se regocijaron de una invasión a Jerusalén y aun participaron en el saqueo (vv. Abd 1:11-14). Sin embargo, no está claro en cuál invasión de Jerusalén pensaba Abdías. Hubo cinco invasiones significativas durante la época del AT:

(1) La de Sisac, rey de Egipto, en 926 a.C., durante el reinado de Roboam (1Re 14:25-26);

(2) la de los filisteos y árabes durante el reinado de Joram ca. 848-841 a.C. (véase 2Cr 21:16-17);

(3) la del rey Joás de Israel durante el reinado de Amasias ca. 790 a.C. (2Re 14:13-14);

(4) la de Senaquerib, rey de Asiria, durante el reinado de Ezequías, en 701 a.C. (2Re 18:13); y

(5) las invasiones babilónicas durante los años 605-586 a.C. (2Re 24:1-20; 2Re 25:1-30). La mayoría de los eruditos creen que Abdías profetizó con relación a (2) o a (5). La destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor parece la menos probable de las dos, pues no hay indicio de la completa destrucción de Jerusalén ni de la deportación de su pueblo al exilio.

Otros profetas que se refieren a la destrucción de Jerusalén siempre identifican al enemigo como Nabucodonosor y Babilonia, no sólo como «extraños» (v. Abd 1:11). Así que la ocasión para la profecía de Abdías es más probablemente la segunda, cuando los filisteos y árabes saquearon la ciudad. Poco antes de ese suceso, los edomitas (que habían estado bajo el control de Jerusalén) se las habían arreglado para liberarse (2Cr 21:8-10). Es muy lógico su regocijo por la caída de Jerusalén poco después. Puesto que la fecha del reinado de Joram es 848-841 a.C., y como el pillaje de Jerusalén ya había ocurrido cuando Abdías escribió, 840 a.C. es una fecha probable para este libro.

Parte del trasfondo de esta profecía recuerda a Gén 25:19-34; Gén 27:1-46; Gén 28:1-9, es decir, la rivalidad perenne entre Esaú (el padre de los edomitas) y Jacob (el padre de las doce tribus de Israel). Aunque se lee en Génesis acerca de la reconciliación de estos dos hermanos (Gén 33:1-20), el odio entre sus descendientes a menudo estalló en guerra a través de la historia bíblica (cf. Núm 20:14-21; 1Sa 14:47; 2Sa 8:14; 1Re 11:14-22). De conformidad con su historia de hostilidad, los edomitas se alegraron de las adversidades de Jerusalén.

Propósito

Este libro profético se escribió:

(1) para revelar el intenso enojo de Dios con Edom por su regocijo en el sufrimiento de Judá, y

(2) para proclamar la palabra del venidero juicio de Dios contra Edom. Abdías profetiza el resultado final de las acciones de Dios: para los edomitas, destrucción; para el pueblo de Dios, Israel, liberación en el futuro día de Jehová.

Visión panorámica

El libro de Abdías tiene dos secciones principales: En la primera (vv. Abd 1:1-14), Dios expresa por medio del profeta su gran disgusto con Edom y los llama a dar cuentas de sus pecados, especialmente el pecado del orgullo (debido a su seguridad geográfica) y el pecado de regocijarse en la caída de Judá. El temible juicio de Dios caerá sobre ellos, y el profeta no ofrece esperanza de suspensión del castigo mediante una invitación a arrepentirse y a volverse al Señor. Ellos serán cortados para siempre (v. Abd 1:10). La segunda sección (vv. Abd 1:15-21) se refiere proféticamente al día venidero de Jehová cuando Edom y todos los enemigos de Dios serán destruidos, mientras que el pueblo de Dios será salvo y su reino triunfará.

Características especiales

Cuatro aspectos o énfasis principales caracterizan la profecía de Abdías:

(1) Este es el libro más corto del AT.

(2) Abdías es uno de tres profetas que fueron llamados por Dios a dirigir su mensaje escrito casi exclusivamente a una nación diferente de Israel o Judá (los otros dos son Jonás y Nahúm).

(3) Hay muchas semejanzas entre el libro de Abdías y Jer 49:7-22.

(4) No hay citas ni alusiones a este libro en el NT.

Cumplimiento en el Nuevo Testamento

Aunque el NT no se refiere a Abdías directamente, la rivalidad entre Esaú y Jacob subyacente en este libro también aparece en el NT. Pablo se refiere a la rivalidad de Esaú y Jacob en Rom 9:10-13, pero va más allá al recordar al lector el mensaje de esperanza de Dios: Todos los que se arrepientan de sus pecados, tanto los judíos como los no judíos, e invoquen el nombre del Señor serán salvos (Rom 10:9-13; Rom 15:7-12).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Capítulo único. La Justicia de Yahvé.

Vaticinio sobre la ruina de Edom (1-9).
1 Visión de Abdías: Así dice de Edom el Señor, Yahvé: Hemos oído de parte de Yahvé un rumor, y un heraldo ha sido enviado a las gentes: ¡Arriba! ¡Alcémonos en guerra contra él! 2He aquí que te he hecho pequeño entre las gentes, eras sobremanera despreciable. 3El orgullo de tu corazón te ha engañado. Quien habita en las cavernas de las rocas y cuya morada son las alturas, se dice a sí mismo: ¿Quién me hará bajar a tierra ? 4Pues aunque te subas tanto como el águila y pongas en las estrellas tu nido, yo te derribaré – oráculo de Yahvé -. 5Si vinieran a ti de noche ladrones, ¿no se llevarían lo que necesitaran? Si vinieran vendimiadores a vendimiarte, ¿no dejarían rebusco? 6¿Cómo has sido saqueado! ¡Cómo está Esaú de hollado y de rebuscados sus escondrijos! 7 Hasta la frontera todos tus aliados te arrojaron. Te cercaron, te derrotaron tus amigos. I Tus asociados pusieron trampas debajo de ti 2. No hay en él cordura. 8 ¿No haré yo aquel día – oráculo de Yahvé – desaparecer de Edom los sabios, y del monte de Esaú la prudencia? 9 Tus guerreros, ¡oh Teman! se sobrecogerán de terror para que todo varón sea exterminado de las montañas de Esaú.

Nada se dice en el título sobre la personalidad de Abdías ni de la época en que profetizó. El vaticinio empieza ex abrupto, con lo que la impresión es más fuerte en el lector. El profeta se hace eco de un mensaje divino (Hemos oído un rumor de parte de Yahvé (v.1) relativo a un ataque de las gentes contra Edom. Para dramatizar más la situación, presenta a un heraldo convocando a todos los pueblos al ataque: Alcémonos en guerra contra él. Las gentes, al atacar a Edom, no hacen sino cumplir un designio divino de castigar y humillar su poderío: Te he hecho pequeño entre las gentes. sobremanera despreciable (v.2).
Para dar mayor efectividad al vaticinio, se presenta ya el hecho como cumplido. Yahvé ha querido humillar a Edom precisamente por su insolencia y el orgullo de su corazón (v.3) al considerarse inexpugnable en su pétrea orografía. La capital de Edom era Petra (en hebreo Selah), verdadera fortaleza natural, ya que está excavada en roca viva 3; sus habitantes habitaban materialmente en las cavernas de las rocas, en cimas difícilmente accesibles (cuya morada son las alturas). Militarmente, el territorio de Edom parecía inexpugnable; de ahí el sentimiento de autosuficiencia de la nación: ¿Quién me hará bajar a tierra? Pero de nada le servirán sus nidos de águila, ya que la mano de Yahvé es poderosa para derribarlos (v.4)4.
La ruina de la nación será completa fuera de toda medida. La catástrofe que se avecina no se puede comparar a la incursión de unos ladrones que roban sólo lo que necesitan (v.5). Quedará más asolada que una viña después de la vendimia, pues después de ésta siempre queda un rebusco, mientras que la ruina que Yahvé va a traer sobre Edom la dejará totalmente desolada: ¡Cómo has sido saqueado! ¡Cómo esta Esaú de hollado! (v.6). Los enemigos invasores de Edom no se marcharán hasta que hayan rebuscado sus escondrijos 5.
Y, para mayor escarnio, los que causarán esta ruina serán los que antes eran considerados como sus aliados (v.7). El profeta probablemente alude a tribus árabes invasoras que en otro tiempo fueron auxiliares de los edomitas contra los países vecinos. En el siglo IV a.C. las tribus nabateas se establecieron en el territorio de Edom, suplantando la nacionalidad de los edomitas, de tal forma que éstos tuvieron que emigrar al sur de Palestina: Hasta la frontera todos los aliados te arrojaron.
El exterminio de Edom traerá como consecuencia la desaparición de los sabios renombrados en la antigüedad (v.8) 6. Es el día de la manifestación de la ira divina, y por eso nada tendrán que hacer sus guerreros (v.9). Teman, una de las famosas ciudades de Edom, simboliza aquí a todo el reino edomita, castigado por la justicia divina. Otra denominación paralela es la de montañas de Esaú, que alude al mismo tiempo al carácter montañoso del país y a la procedencia de los edomitas del antepasado-epónimo Esaú (Edom), hermano de Jacob.

Venganza de la cruel conducta de los edomitas contra los israelitas (10-16).
10 Por la mortandad, por la violencia infligida contra tu hermano Jacob, te cubrirá la vergüenza y serás extirpado para siempre. 11 El día en que, estando tú presente, el día en que los extranjeros saqueaban sus riquezas y los extraños penetraban por sus puertas y echaban suertes sobre Jerusalén, fuiste también tú uno de tantos. 12 No contemples el día de tu hermano, el día de su desastre. No te goces de los hijos de Judá el día de su perdición. No profieras arrogancias con tu boca el día de la tribulación. 13 No entres por las puertas de mi pueblo el día de su ruina ni te estés contemplando su desgracia el día de su desastre. No tiendas las manos sobre sus riquezas el día de su ruina. 14 No te pongas en la encrucijada para exterminar a los fugitivos. No entregues sus evadidos el día de la tribulación. 15 Porque se acerca el día de Yahvé para todos los pueblos. Como hiciste, así te harán a ti; tu merecido caerá sobre tu cabeza. 16 Como bebisteis vosotros (mi copa), los de mi monte santo, así beberán siempre todas las gentes. Beberán y sorberán, y serán como si no hubieran sido.

El profeta echa en cara a Edom sus crímenes e injusticias cometidas contra su hermano Jacob (Israel) (v.10). Con ocasión de la destrucción de Jerusalén por los babilonios, los habitantes de Edom – ávidos de revancha contra Judá, al que habían estado sometidos – se unieron a los invasores en el despojo y en la mortandad de los vencidos. Abdías les aconseja no participar en este ultraje, porque también para ellos llegará la hora del castigo. Aunque el profeta supone ya los hechos ocurridos, por artificio literario los presenta como futuros para preparar el anuncio de la ruina de Edom7. Los edomitas llegaron a exterminar a los fugitivos de Judá8. Esta conducta cruel tendrá su merecida retribución (v.15). Todas las gentes tendrán que beber el cáliz de la cólera divina, como en otro tiempo lo hicieron los judíos, moradores de su monte santo (la colina de Sión) 9. Tantos crímenes no pueden quedar impunes.

La restauración gloriosa de Sión (17-21).
17 Pero en el monte de Sión habrá una porción salvada, y será santa, y la casa de Jacob despojará a los que la despojaron. 18 La casa de Jacob será el fuego, la casa de José será la llama y la casa de Esaú será la paja. La encenderán aquéllos y los devorarán, y no quedará superviviente de la casa de Esaú, porque Yahvé ha hablado. 19 Ocuparán los del Negueb la montaña de Esaú, y los de la “Sefela” (el país de los filisteos, y ocuparán la campiña de Efraím y el campo deSamaría; y los de Benjamín, a Galaad 10; 20 y los cautivos de este ejército de los hijos de Israel ocuparán (el país) de los cananeos hasta Sarepta 11, y los cautivos de Jerusalén que están en Sefarad ocuparán las ciudades del mediodía, 21 Subirán salvadores al monte de Sión para juzgar la montaña de Esaú, y a Yahvé pertenece el imperio!

Realizado el juicio punitivo sobre las naciones, sobre todo sobre Edom, se iniciará el período glorioso de Israel. Yahvé se reservará una porción salvada o rescatada de las ruinas. Será el resto glorioso, núcleo de restauración de la futura teocracia que tendrá su sede en el monte de Sión, que será santo, porque volverá a vivir en él Yahvé, y porque sus ciudadanos serán santos o consagrados a Dios como heredad de bendición (v.17). Por otra parte, hará que el pueblo israelita tome su revancha sobre sus tradicionales enemigos los edomitas. La casa de Jacob y la casa de José parecen designar, respectivamente, al reino del norte, Israel, y el del sur, Judá. José era el padre de Efraím, la tribu principal del reino del norte. De nuevo las doce tribus se unirán y serán como un fuego abrasador sobre la casa de Esaú (Edom), que será consumida como paja (v.18).
Los confines del antiguo reino davídico volverán a restaurarse: Los del Negueb, e.d., los judíos habitantes del sur de Palestina, ocuparan la montaña de Esaú, la región de Edom que se extiende al este del Araba. Los de la Sefela, e.d., la región que, paralela a la costa, se extendía desde la zona montañosa hasta la llanura costera, ocuparán el (país) de los filisteos, e.d., la parte occidental de Palestina, juntamente con la campiña de Efraím y de Samaría, es decir, la parte central de Palestina; y los de Benjamín, tribu al norte de Jerusalén, ocuparán la parte de Galaad, en el nordeste de Transjordania. El profeta, pues, acaba de anunciar que los israelitas, dispersos en la tierra de Palestina, ensancharán sus fronteras hasta volver a reconstruir el imperio de los tiempos de David y de Salomón.
A continuación su mirada se dirige a los de la Diáspora, exilados en las más lejanas naciones. Parte de ellos ocuparán la región de los cananeos hasta Sarepta (v.20), ï parte septentrional de Palestina, colindante con Fenicia 12. Y otra parte procedente de Sefarad ocupará el Mediodía, o sur de Palestina. ¿Qué localidad es esta de Sefarad? Los LXX traducen Efrata, lo que no hace sentido. La Vg, Bosforo. San Jerónimo nos dice que un judío le dijo que era la región donde Adriano había deportado a muchos judíos. En el Siríaco, el Targum y en la literatura rabínica de la Edad Media se identificaba con España (de ahí el nombre de sefarditas dado a los judíos de procedencia hispánica, en contraposición a los askenazim del centro de Europa).
Algunos autores han creído identificar Sefarad con la Shaparda (en el Asia Menor: Sardis?) de las inscripciones persas y aun con Esparta. Generalmente se cree hoy día que Sefarad designa una localidad mesopotámica, que pudiera ser la Shaparda de las inscripciones cuneiformes del tiempo de Sargón, que se hallaba al sudoeste de Media, cerca de Babilonia. Desde luego, la mención de los cautivos de Jerusalén parece favorecer esta opinión, ya que sabemos que los habitantes de Jerusalén fueron llevados en cautividad a Mesopotamia por Nabucodonosor 13.
El profeta anuncia solemnemente la repatriación de los exilados, que volverán como salvadores o héroes 14 al monte de Sión (v.21), para desde allí regir y juzgar la montaña de Esaú, o Edom, símbolo de las naciones paganas, que se convertirán en vasallos del pueblo elegido, porque a Yahvé pertenece el imperio. Es la hora de Yahvé, que inaugura su reinado universal sobre los pueblos, con Jerusalén como capital. El pueblo judío será el primogénito entre todos los de la tierra, quedando así compensado de todas sus aflicciones pasadas.

1 “Cómo has sido saqueado” está traspuesto del verso anterior, pues en el lugar actual interrumpe el sentido. – 2 Tus asociados, reconstrucción a base de un ligero cambio de letras. – 3 Cf. Jer 49:15; Gant 2:14. – 4 Cf. Jer 49:16. 3 Cf. Cf. Job 2:11. – 7 Cf. Ez 2S,is. – 8 Cf. Eze 25:5. – 9 Sobre el cáliz de la cólera divina cf. Jer 25,i5s; Eze 27:28. – 10 Algunos autores prefieren leer (suprimiendo la part. et): “Efraím poseerá la región de Samaría.” Cf. S. Bullough, Verbum Dei II p.?2g. – 11 La traducción que hemos adoptado sigue la versión de los LXX y la Vg. La Bib. de Jér. sigue la versión de los LXX. – 12 El TM está oscuro y parece que falta el nombre de una localidad paralela a la de Se-farad. – 13 Sobre la localización de Sefarad véase la revista Sefarad (1944) 349S, y Shrader, Die Keilinschriften und das Alte Testament 2.a ed. (1883) p.446s. – 14 Cf. Jue 3:9.15.

Fuente: Biblia Comentada

El Libro de ABDÍAS

Titulo

El libro es nombrado de acuerdo al profeta que recibió la visión (Abd 1:1). Abdías quiere decir «siervo de Jehová» y ocurre veinte veces en el AT, refiriéndose por lo menos a veinte individuos más del AT, Abdías es el libro más corto en el AT y no es citado en el NT.

Autor y fecha

No existe información precisa sobre el autor. Otras menciones del Antiguo Testamento a hombres con este nombre no parecen referirse al profeta. La frecuente alusión a Jerusalén, a Judá y a Sión en el texto sugiere que él pertenecía al Reino del Sur. (cp. vs. Abd 1:10-12; Abd 1:17; Abd 1:21). Es probable que Abdías fuese contemporáneo de Elías y Eliseo. La fecha del escrito es también difícil de determinar, aunque sabemos que está vinculada al ataque edomita a Jerusalén descrito en los vs. Abd 1:10-14. Al parecer, Abdías escribió poco después de ese ataque. En la época del Antiguo Testamento, Jerusalén sufrió cuatro grandes invasiones: (1) de Sisac, rey de Egipto; 925 a.C., durante el reinado de Roboam (1Re 14:25-26; 2Cr 12:1-16); (2) de los filisteos y los árabes entre el 848-841 a.C., durante el reinado de Joram (2Cr 21:8-20); (3) de Joás, rey de Israel; 790 a.C. (2Re 14:1-29; 2Cr 25:1-28) y (4) de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que resultó en la caída de Jerusalén en el 586 a.C. De estas cuatro invasiones, sólo la segunda y la cuarta tienen posible correspondencia con los datos históricos. La segunda es preferible teniendo en cuenta que la descripción de Abdías no indica la destrucción total de la ciudad que tuvo lugar en el ataque de Nabucodonosor (Sal 137:1-9; Lam 4:21), es importante observar que Abdías no menciona a los babilonios por su nombre (como hacen todos los demás profetas que escribieron sobre la caída de Jerusalén) ni hace referencia a la destrucción del templo o la deportación del pueblo, de hecho, los cautivos parecen haber sido llevados al suroeste, y no para Babilonia, hacia el este (cp. v. Abd 1:20).

Contexto histórico

Los edomitas eran un pueblo descendiente de Esaú, el hijo (gemelo) de Isaac y Rebeca (Gén 25:24-26) que luchó con Jacob en el vientre materno (Gén 25:22). Llamado también Edom, «rojo» por vender sus derechos de primogenitura a cambio de un poco de «guiso rojo» (Gén 25:30). Él mostró desprecio por las promesas del pacto casándose con dos mujeres cananeas y posteriormente con la hija de Ismael (Gén 28:9). Gustaba de la vida al aire libre, y después que Jacob le robó la bendición de su padre, estuvo destinado a permanecer en lugares abiertos (Gén 25:27; Gén 27:38-40). Esaú se estableció en una región compuesta casi en su totalidad de colinas escarpadas al sur del Mar Muerto (Gén 33:16; Gén 36:8-9; Deu 2:4-5) llamada Edom (en griego, Idumea), un área de 65 km de ancho que se extiende unos 160 km hacia el sur hasta el Golfo de Aqaba. El famoso Camino Real, una ruta importante de caravanas que une el norte de África con Europa y Asia, pasando por la meseta oriental (Núm 20:17). La lucha en el nacimiento de Jacob y Esaú (Gén 25:1-34) constituye, en última instancia, el fondo de la profecía de Gén 25:23: «Dos naciones hay en tu vientre». Sus respectivos descendientes, Israel y Edom, fueron enemigos perpetuos. Cuando Israel salió de Egipto, Edom negó a su hermano Jacob el paso por su tierra, ubicada al sur del Mar Muerto (Núm 20:14-21). No obstante, Israel fue instruido por Dios a tratar a Edom con bondad (Deu 23:7-8). Después de recibir una visión de Dios, Abdías fue enviado para describir los crímenes de los edomitas y pronunciar la destrucción total de Edom por causa de su trato a Israel.

Los edomitas se opusieron a Saúl (c. 1043 – 1011 a.C.) y fueron subyugados por David (c. 1011 – 971 a.C) y Salomón (c. 971 – 931 a.C.). Lucharon contra Josafat (c. 873 – 848 a.C.) y se rebelaron exitosamente contra Joram (c. 853 – 841 a.C.). Fueron conquistados nuevamente por Judá bajo el mando de Amasías (c. 796 – 767 a.C.), pero recuperaron su libertad bajo el reinado de Acaz (c. 735 – 715 a.C.). Posteriormente, los edomitas fueron controlados por Asiria y Babilonia, y en el siglo V a.C., fueron expulsados de su territorio por los nabateos. Se trasladaron a la zona sur de Palestina y pasaron a ser llamados los idumeos. En el año 37 a.C., Herodes el Grande, de origen idumeo, se convirtió en rey de Judea, estando bajo el dominio de Roma. En cierto sentido, la enemistad entre Jacob y Esaú tuvo continuidad en el intento de Herodes de asesinar a Jesús. Los idumeos participaron en la rebelión de Jerusalén contra Roma, y fueron derrotados junto a los judíos en el año 70 d.C. Irónicamente, los edomitas aplaudieron la destrucción de Jerusalén en el 586 a.C. (cf. Sal 137:7), pero murieron intentando defenderla en el 70 d.C., y desaparecieron del escenario histórico. Abdías predijo correctamente que Edom sería «cortado para siempre» (v. Abd 1:10) y «ni aun resto quedará de la casa de Esaú» (v. Abd 1:18).

Temas históricos y teológicos

El libro de Abdías es un caso de estudio de las maldiciones y bendiciones de Gén 12:1-3, y trata dos temas relacionados entre sí: (1) La sentencia o castigo de Dios para Edom por maldecir a Israel. Al parecer, esto fue claramente dicho a Judá, ofreciendo garantía al pueblo de que el Día de Jehová (v. Abd 1:15) traería juicio sobre Edom por su orgullo y por su participación en la caída de Judá; (2) la restauración de Judá, que incluiría el territorio de los edomitas (vs. Abd 1:19-21; Isa 11:14). La bendición de Abdías sobre Judá, incluye el próximo cumplimiento de la desaparición de Edom (vs. Abd 1:1-14) bajo el asalto de los filisteos y los árabes (2Cr 1:8-17) y el cumplimiento futuro del juicio de las naciones, y finalmente, la posesión del territorio de Edom por Israel (vs. Abd 1:15-21).

Retos de interpretación

Tomando en cuenta la sorprendente similitud entre Abd 1:9 y Jer 49:7-22, es natural preguntarse ¿quién tomó prestado de quién? Suponiendo que no hubo una tercera fuente en común, pareciera que Jeremías tomó prestado de Abdías, ya que los versículos compartidos constituyen una unidad en Abdías, mientras que en Jeremías se dispersan entre otros versos.

Bosquejo

I) El juicio de Dios sobre Edom (Abd 1:1-14)

A) Castigo de Edom (Abd 1:1-9)

B) Crímenes de Edom (Abd 1:10-14)

II) El juicio de Dios sobre las naciones (Abd 1:15-16)

III) La restauración de Israel por parte de Dios (Abd 1:17-21)

ANEXOS

El juicio de Dios sobre Edom
Más que cualquier otra nación mencionada en el AT, Edom es el objeto supremo de la ira de Dios. Sal 83:5-18; Sal 137:7 Isa 11:14; Isa 21:11-12; Isa 34:5; Isa 63:1-6 Jer 49:7-22 Lam 4:21-22 Eze 25:12-14; Eze 35:1-15 Joe 3:19 Amó 1:11-12; Amó 9:11-12 Mal 1:2-5

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Visión. La palabra profética venía de Dios muchas veces en forma de una visión (cp. Hab 1:1). Jehová el Señor ha dicho así. Aunque el trasfondo del profeta no es claro, la fuente de su mensaje sí lo es. Le fue dado de manera sobrenatural por parte de Dios, y no estuvo motivado por deseos impuros de venganza. Edom. Los descendientes de Esaú (Gén 25:30; Gén 36:1 ss) conocidos como edomitas que se instalaron en la región S del Mar Muerto. Vea la introducción: Contexto histórico. Levantaos, y levantémonos contra este pueblo. El profeta se enteró de un complot internacional para destruir a Edom. Los motivos egoístas de los enemigos de Edom fueron objeto del control divino a través de los «mensajeros» que Dios envió para hacer cumplir sus propósitos soberanos (cp. Sal 104:4).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

(alrededor del 848 a.C.)

Nota del editor; Esta sección pertenece LA ETAPA DEL REINO DIVIDIDO (1 de Reyes 12—22; 2 de Reyes 1—17; 2 de Reyes 18—25; 2 de Crónicas 10—36; Abdías; Joel; Jonás; Amos; Oseas; Miqueas; Isaías; Nahum; Sofonías; Habacuc; Jeremías; Lamentaciones)

INTRODUCCIÓN

1. Abdías es el más corto de los libros del Antiguo Testamento.

2. Nada sabemos acerca del autor excepto su nombre, que significa «siervo del Señor».

3. Éste libro tiene un solo tema y es el castigo de Edom por su traición a Judá.

4. Hubo al menos cuatro ocasiones en las que Edom ayudó al saqueo de Jerusalén y de Judá. Fueron:

a. Durante el reinado de Joram (853 a.C.) (2Cr 21:8; 2Cr 21:16-17; Amó 1:6)

b. Durante el reinado de Amasias (796 a.C.) (2Cr 25:11-12; 2Cr 25:23-24)

c. Durante el reinado de Acaz (735 a.C.) (2Cr 28:16-21)

d. Durante el reinado de Sedequías (597 a.C.) (2Cr 36:11-21; Sal 137:7)

I. La casa de Edom: sería humillada por Dios (Abd 1:1-16).

A. A causa de la ingratitud de su corazón (Abd 1:1-9).

1. Se habían hecho orgullosos y arrogantes debido a que vivían protegidos por aquellos montes inaccesibles que rodeaban su capital, la ciudad de Petra.

Nota: Estas ruinas únicas, escondidas entre aquellos elevados riscos de roca pura en las áridas regiones del mar Muerto, fueron descubiertas en 1812 d.C.

2. Esaú había sido el padre y originario de este pueblo orgulloso (Gén 25:30; Gén 36:1).

3. Dios profetiza que sería registrado y saqueado cada rincón y grieta de Petra, y todos los tesoros serían buscados y quitados.

4. Los aliados de Edom se volverían contra ellos.

5. Sus hombres sabios se tornarían necios. Edom era famoso por sus hombres sabios. Elifaz, el más sensato de los tres amigos de Job, procedía de la región de Temán, a unos ocho kilómetros de Petra (Job 2:11; Abd 1:8).

6. Los valientes guerreros de Temán quedarían confundidos e impotentes para evitar tan terrible desastre.

B. Debido a su actitud tan traicionera (Abd 1:10-16).

1. Abandonaron a sus hermanos de sangre (Judá) en momentos de gran necesidad. Ambos pueblos estaban emparentados, pues sus progenitores, Esaú y Jacob, fueron hermanos gemelos.

2. Se quedaron mirando lo que pasaba, rehusando mover un dedo para ayudar.

3. Se regocijaron en realidad de la agonía de Judá.

4. Se mofaron de ellos.

5. Ocuparon sus tierras después que los llevaron cautivos.

6. Se apostaron en los cruces de caminos y mataron a los que intentaban escapar.

7. A aquellos que no mataron los entregaron al enemigo, quedando como prisioneros de guerra.

II. La casa de Jacob: sería reavivada por Dios (Abd 1:17-21).

A. A pesar de sus terribles persecuciones y castigos, algunos merecidos y otros no, Judá sería un día completamente restaurada en la tierra de Palestina.

B. Los israelitas tendrían entonces control de tierras nunca antes ocupadas, incluyendo la tierra de Edom.

C. Los jueces de Jerusalén juzgarían sobre Edom y Petra durante el milenio.

Nota: Algunas de estas profecías relacionadas con Edom ya se han cumplido, al menos en parte.

1. Para el año 312 a.C., los nabateos, un pueblo árabe, habían desplazado a los edomitas que vivían en Petra.

2. Huyeron entonces al sur de Palestina y allí fueron más tarde sometidos por Juan Hircano, un héroe militar judío, durante el tiempo de los macabeos (134104 a.C.).

3. El malvado rey Herodes procedía de este grupo edomita desplazado.

4. Fueron aniquilados junto con los judíos por los romanos en el año 70 d.C., cuando se rebelaron contra el Imperio Romano.

5. Otros pasajes bíblicos que predicen la caída de Edom son:

Isa 34:5-15; Eze 25:12-14; Eze 35:1-15; Amó 1:11-12.

6. Con todo, el Dios de toda gracia restaurará un día a Edom a pesar de sus pecados como nación. (Véase Isa 11:14.)

Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz

(alrededor del 848 a.C.)

Nota del editor; Esta sección pertenece LA ETAPA DEL REINO DIVIDIDO (1 de Reyes 12—22; 2 de Reyes 1—17; 2 de Reyes 18—25; 2 de Crónicas 10—36; Abdías; Joel; Jonás; Amos; Oseas; Miqueas; Isaías; Nahum; Sofonías; Habacuc; Jeremías; Lamentaciones)

INTRODUCCIÓN

1. Abdías es el más corto de los libros del Antiguo Testamento.

2. Nada sabemos acerca del autor excepto su nombre, que significa «siervo del Señor».

3. Éste libro tiene un solo tema y es el castigo de Edom por su traición a Judá.

4. Hubo al menos cuatro ocasiones en las que Edom ayudó al saqueo de Jerusalén y de Judá. Fueron:

a. Durante el reinado de Joram (853 a.C.) (2Cr 21:8; 2Cr 21:16-17; Amó 1:6)

b. Durante el reinado de Amasias (796 a.C.) (2Cr 25:11-12; 2Cr 25:23-24)

c. Durante el reinado de Acaz (735 a.C.) (2Cr 28:16-21)

d. Durante el reinado de Sedequías (597 a.C.) (2Cr 36:11-21; Sal 137:7)

I. La casa de Edom: sería humillada por Dios (Abd 1:1-16).

A. A causa de la ingratitud de su corazón (Abd 1:1-9).

1. Se habían hecho orgullosos y arrogantes debido a que vivían protegidos por aquellos montes inaccesibles que rodeaban su capital, la ciudad de Petra.

Nota: Estas ruinas únicas, escondidas entre aquellos elevados riscos de roca pura en las áridas regiones del mar Muerto, fueron descubiertas en 1812 d.C.

2. Esaú había sido el padre y originario de este pueblo orgulloso (Gén 25:30; Gén 36:1).

3. Dios profetiza que sería registrado y saqueado cada rincón y grieta de Petra, y todos los tesoros serían buscados y quitados.

4. Los aliados de Edom se volverían contra ellos.

5. Sus hombres sabios se tornarían necios. Edom era famoso por sus hombres sabios. Elifaz, el más sensato de los tres amigos de Job, procedía de la región de Temán, a unos ocho kilómetros de Petra (Job 2:11; Abd 1:8).

6. Los valientes guerreros de Temán quedarían confundidos e impotentes para evitar tan terrible desastre.

B. Debido a su actitud tan traicionera (Abd 1:10-16).

1. Abandonaron a sus hermanos de sangre (Judá) en momentos de gran necesidad. Ambos pueblos estaban emparentados, pues sus progenitores, Esaú y Jacob, fueron hermanos gemelos.

2. Se quedaron mirando lo que pasaba, rehusando mover un dedo para ayudar.

3. Se regocijaron en realidad de la agonía de Judá.

4. Se mofaron de ellos.

5. Ocuparon sus tierras después que los llevaron cautivos.

6. Se apostaron en los cruces de caminos y mataron a los que intentaban escapar.

7. A aquellos que no mataron los entregaron al enemigo, quedando como prisioneros de guerra.

II. La casa de Jacob: sería reavivada por Dios (Abd 1:17-21).

A. A pesar de sus terribles persecuciones y castigos, algunos merecidos y otros no, Judá sería un día completamente restaurada en la tierra de Palestina.

B. Los israelitas tendrían entonces control de tierras nunca antes ocupadas, incluyendo la tierra de Edom.

C. Los jueces de Jerusalén juzgarían sobre Edom y Petra durante el milenio.

Nota: Algunas de estas profecías relacionadas con Edom ya se han cumplido, al menos en parte.

1. Para el año 312 a.C., los nabateos, un pueblo árabe, habían desplazado a los edomitas que vivían en Petra.

2. Huyeron entonces al sur de Palestina y allí fueron más tarde sometidos por Juan Hircano, un héroe militar judío, durante el tiempo de los macabeos (134104 a.C.).

3. El malvado rey Herodes procedía de este grupo edomita desplazado.

4. Fueron aniquilados junto con los judíos por los romanos en el año 70 d.C., cuando se rebelaron contra el Imperio Romano.

5. Otros pasajes bíblicos que predicen la caída de Edom son:

Isa 34:5-15; Eze 25:12-14; Eze 35:1-15; Amó 1:11-12.

6. Con todo, el Dios de toda gracia restaurará un día a Edom a pesar de sus pecados como nación. (Véase Isa 11:14.)

Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz

INTRODUCCIÓN

1. Trasfondo histórico-cultural

Algunos comentaristas piensan que este libro — el más corto de todo el AT — tiene como telón histórico de fondo la invasión de Judá y Jerusalén que filisteos y árabes llevaron a cabo a mediados del siglo IX a. C. (ver 2Cr 21:16-17 y 2Re 8:20-22). Pero Edom no participó en estos acontecimientos. Por ello, la opinión mayoritaria encuentra en los vv. 10-14 una referencia a la colaboración brindada por Edom a Babilonia cuando Nabucodonosor tomó Jerusalén (587 a. C.).

2. Aspectos literarios

Del autor sólo conocemos el nombre, Abdías (que significa “siervo del Señor”). Una tradición del Talmud babilónico lo identifica sin aparente fundamento con el ministro de Ajab que protegía a los profetas perseguidos por Jezabel (1Re 18:3-16).

Dada la gran similitud entre este libro y Jer 49:7-22, se discute la relación de dependencia literaria de uno respecto a otro e, incluso, la de ambos respecto a una versión oral anterior de un oráculo contra Edom. La probable alusión al destierro en Babilonia hace verosímil la composición del libro entre los siglos V y IV a. C.; pero las opiniones son dispares al respecto. Todo el poema, a excepción de los vv. Abd 1:19-20, pertenecería al mismo autor.

3. Contenido y dimensión religiosa

Este breve pero denso poema presenta a las naciones como sujeto a la vez activo y pasivo del castigo divino. Primero Dios se sirve de las naciones para castigar a Edom (vv. Abd 1:1-14) por su frecuente actitud vengativa contra Israel (ver Eze 25:12; Eze 35:5; Sal 137:7; Lam 4:21). Cuando llegue su día, Dios utilizará a Israel como instrumento para castigar a las naciones (vv. Abd 1:15-18).

Resalta en el poema la seguridad con que el profeta espera de Dios la restauración de Judá (v. Abd 1:17). Y hay que atribuir a la mentalidad del tiempo el que el profeta no sea capaz de olvidar antiguas ofensas y pida para Edom la aplicación de la “ley del talión” (v. Abd 1:15), sin tener en cuenta episodios como el narrado en 1Re 11:15-16.

No hay citas de Abdías en el NT; si acaso una alusión en Apo 11:15.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— mensaje del Señor… oráculo del Señor: Cita casi literal de Jer 49:14-16.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

1a Titulo

Al principio se identifican el tipo de literatura y su escritor humano. La revelación viene a través de Abdías en una visión. Aquí se muestra un uso de la palabra más amplio que simplemente revelación visual (véase Isa, 29:7; Eze. 12:27), puesto que aquí tiene que ver con comunicación hablada (véase Isa. 1:1; Nah. 1:1). Visión no implica la palabra ordinaria para ver, de modo que lo que aquí se concede es una percepción extraordinaria a aquel cuyo nombre significa “siervo de Jehovah”, sugiriendo ya la fuente final del mensaje.

1b-15 Edom: Prototipo de Los Enemigos de Dios

1b-9 Condena inminente

1b Introduccioón. El autor del mensaje de Abdías, y el que le daba autoridad, es el Señor Jehovah, que se introduce en una fórmula de informe típica (cf. Eze. 2:4; el título se usa 432 veces para Dios). El Señor es soberano no solamente sobre Israel, sino también sobre todas las naciones, incluyendo a Edom. Jehovah, el nombre personal y del pacto de Dios (Señor), recuerda al pueblo de Dios sus promesas del pacto para ellos, incluyendo la de la tierra en la que morarían (Gén. 12:1; 15:7). Ellos necesitaban especialmente este recordatorio en este tiempo del exilio, por haber sido sometidos recién a serias pérdidas nacionales (10-14; cf. 19-21).

El asunto de este oráculo particular es Edom, el viejo enemigo de Israel (véase la Introducción). Situado en el flanco sudoeste de Israel, Edom no era un extraño para la profecía israelita (véase Isa. 34; 63:1-6; Jer. 49:7-22; Eze. 25:12-14; 35; Amós 1:11, 12; Mal. 1:2-5). En lugar del oráculo esperado de Jehovah, inme-diatamente después de la fórmula del informe, se da información adicional. Esto tiene que ver con un mensaje previo acerca de Edom, que también es apropiado para la situación actual, o con otro mensaje que es comunicado al mismo tiempo que el oráculo de Abdías, solamente que éste es a las na ciones. La sugerencia anterior es sostenida por las numerosas similitudes en el contenido, si no en el orden estructural, entre estos versículos y otro mensaje concerniente a Edom en Jer. 49:7-16. Abdías pudo haber estado refiriéndose a este mensaje de Jeremías del que él sabía, ya fuera por haberlo escuchado en Jerusalén, o por fama. Sin embargo, esto no se puede probar por causa de la dificultad en fijar fechas con exactitud al ministerio de Abdías, y por no poder así establecer las fechas relativas de los dos profetas.
mensaje aparentemente tiene que ver con un mensajero que había sido mandado por Jehovah para instruir a todos los pueblos en derredor para unirse al confrontar a Edom en batalla. Como se verá, Israel, Jehovah y las naciones circunvecinas todos toman parte en su derrota.

2-4 Los peligros del orgullo. El oráculo de Jehovah empieza ahora. Aunque se dirige a Edom como “tú”, es improbable que los edomitas hayan sido realmente confrontados por el profeta de Jehovah. En la mayoría de las profecías contra naciones extranjeras, el profeta hablaba al pueblo de Dios para darles valor, ya que sus enemigos serían derrotados, o para advertirles, puesto que podrían esperar el mismo fin si no seguían sinceramente a su Señor del pacto.
, especialmente orgulloso de su posición geográfica aparentemente inexpugnable entre las rocas y despeñaderos de Transjordania, sería humillado. Aunque los edomitas se jactaban en sus corazones llenos de orgullo propio, serían empequeñecidos y menospreciados; habiéndolos engañado sus corazones así como Eva fue engañada y finalmente juzgada en el huerto de Edén (Gén. 3:13). La peña puede traducirse sencillamente co mo “Sela”, la capital edomita (véase la Introducción).
orgullo jactancioso de Edom lo hacía considerar su seguridad hasta como la de las águilas que se remontan, o como la de las estrellas distantes. Los edomitas se habían olvidado de que había otras cosas que temer además del asalto militar de fuerzas terrestres. Serían enfrentados y finalmente derrotados por Dios mismo, el Hacedor del cielo y de la tierra, contra el que ninguna fortaleza de piedra era protección. De sus alturas él los haría descender, y de eso podían estar seguros, puesto que el mismo Jehovah lo declaraba.
arrogancia es una falta en el pueblo de Dios así como lo era en Edom. Ellos habían olvidado su vulnerabilidad a su mirada escrutadora en su arrogancia por su “seguridad” en las colinas. La iglesia también debe vivir no solamente consciente del mundo desdeñoso y constantemente vigilante, sino también consciente de que ni los vicios ni las riñas más secretas pueden ser escondidas de Dios.
aprendió una lección que todos nosotros necesitamos tener en mente, ya sea como individuos o como naciones. Es mucho más beneficioso para nosotros y para el reino de Dios el ayudar a algunos cuando están abajo que burlarse o atacarlos en su enfermedad. Tal desprecio es contrario al deseo de Dios de que cuidemos a los oprimidos. También es contrario al buen sentido, puesto que los que están abajo todavía pueden levantarse y tener la última palabra, como lo hizo Judá, que triunfó bajo el gobierno de su Dios.

5-7 Conducta traicionera. 5, 6 El autor vuelve a sus oyentes a su experiencia cotidiana, después de las figuras de los últimos versículos. Ellos se preocupaban solamente de ladrones y asaltantes que venían subrepticiamente a saquear y destruir. Esos criminales que solamente eran capaces de robar lo que podían llevarse con ellos, son comparados a vendimiadores, a los que la ley les requería (Deut. 24:21) que dejaran algo de la co secha para los pobres. Por comparación, el pillaje y saqueo de Edom será aun más devastador. Esaú, el padre de los edomitas (Gén. 36:1, 9), cuyo nombre se usa en ocasiones para identificar al pueblo, verá que hasta sus tesoros escondidos le son llevados; nada quedará.

7 Edom, al que enfáticamente se le habla de “tú” seis veces en este versículo, se verá traicionado aun por sus aliados y confidentes, llamados “hombres de paz” en heb. Otro grupo paralelo de antiguos compinches es identificado en heb. solamente como “tu pan”, probablemente para que se entienda como [los que comían de] tu pan (véase Sal. 41:9, donde esta frase aparece en paralelo a “hombres de paz”, traducido como “amigo íntimo” por la RVA). Puesto que comer juntos después de ratificar una relación de pacto era usual en Israel (Gén. 31:54; Exo. 24:11; cf. 1 Cor. 11:23-26), éstos eran aparentemente socios de pacto que habían renunciado a su relación.
trampa puesta por sus antiguos amigos tomará tan de sorpresa a Edom que ni siquiera la discerniría o detectaría.

8, 9 El juicio inminente. Edom perdería todo el apoyo humano que tenía: sus sabios, que eran bien conocidos (Elifaz, el consejero de Job, era de Temán, Job. 2:11; Jer. 49:7; cf. 1 Rey. 4:30), y también su ejército. Esos poderes, supuestamente intrépidos, serán destrozados y enfrentarán la destrucción. Esto culmina la progresión de las pérdidas de cosas materiales (5, 6), pasando por el consejo y el entendimiento (7, 8), hasta la capacidad militar (9). Todas las estructuras de la sociedad caerán.

10-15 Las malas acciones de Edom

Con una forma estructural relativamente regular, y una constante y creciente violencia y brutal empeño en hacer daño a Israel, Edom es condenado con gran vehemencia emocional.

10-11 La inesperada inclusión de violencia y hermano resalta la impresionante traición de Edom contra Israel, aquí llamada Jacob (cf. Núm. 20:14; Deut. 23:7; Amós 1:11). Este es un recordatorio del conflicto previo de Esaú con su hermano de sangre (Gén. 25:19-34; 27:1-28:9; 33), un conflicto continuado por sus descendientes. Esta vergonzosa violencia se detalla en los siguientes versículos.

La primera etapa fue la de observar pasivamente el saqueo que hacían los enemigos. Aunque Edom podía decir: “Nosotros no hicimos esto. Más bien fueron sus enemigos, extraños … extranjeros”, pues to que ellos no ayudaron, se comportaron como uno de ellos.

12-14 La oposición a Israel se volvió más dolorosa y crecientemente directa. De observación pasiva, Edom avanzó a “refocilarse” o alegrarse por los problemas de Judá, entrando hasta la misma puerta (cf. Lam. 4:12, 13) para ver más de cerca, y luego hasta saqueando sus posesiones abandonadas. Finalmente, se rebajaron a atacar a los refugiados de Judá (2 Rey. 25:4, 5) entregando a los ya oprimidos sobrevivientes a sus opresores. Por haber destrozado a los indefensos, ellos sufrirían la misma suerte (9 10), y serían dejados sin sobrevivientes (18).

15 Este versículo es el puente entre las dos secciones del libro, que une el oráculo más particular contra Edom (2-15) con el más general relativo a Israel y las naciones (16-21; véase la Introducción).

El día de Jehovah es la meta final hacia la que se dirige la historia. En él, Dios castigará a los que se le oponen y traerá alivio a su propio pueblo. Israel entendió estar incluido en la última categoría, pero encontró que más bien estaba en la primera, debido a su rebelión y rompimiento del pacto (Joel 1:15; 3:14; Amós 5:18-24). El estará entre las naciones castigadas (Deut. 32:35, 36; Zac. 14:1-3), aquí ejemplificada por Edom. Edom será castigado en maneras relacionadas con sus propias malas acciones, un ejemplo de “ojo por ojo” o, más técnicamente, de lex talionis (cf. Lev. 24:19; Jer. 50:15, 29). La justicia de Dios está siendo vindicada al no dejar sin castigo al culpable.

15-21 Israel y Las Naciones: Juicio y Liberacion

15-18 La suerte se vuelve en contra de los enemigos de Israel

15, 16 Edom, al que todavía se le habla de “tú” (cf. v. 7), es el ejemplo principal de todas las naciones que también serán juzgadas. En lugar de regocijarse por la caída de Israel por la juerga alcoholizada en Jerusalén, el santo monte de Dios, ellos ahora beberán totalmente la copa de la ira de Dios (cf. Isa. 51:17; Jer. 25; Hab. 2:15, 16; Mar. 14:36). Su ruina completa les dejará como si nunca hubiesen existido.

17 Pero, en contraste no solamente para Edom (1-15) sino también para las naciones (16), en el monte Sion, el “santo monte” de Dios (16), habrá libertados en lugar de fugitivos (14). (Este es un juego de palabras, ya que la raíz heb. es la misma para las dos palabras.) La gracia final de Dios para su pueblo se muestra por su restauración final a sus posesiones del pacto, la tierra prometida, una promesa que fue suspendida debido al pecado de ellos (cf. Deut. 30). Esta cláusula de liberación, la misma palabra de Dios, se cita en Joel 2:32, lo que sugiere que Abdías fue anterior a Joel. Aquí se reviven dos aspectos del pacto davídico: la presencia de Dios en su lugar santo, y la presencia del pueblo en la persona de un remanente en la tierra prometida.

18 Edom, identificado como la casa de Esaú, se había propuesto destruir a Israel, o cuando menos beneficiarse de su caída (10-14). Será destruido por el fuego de la ira de Dios (cf. Sal. 18:8; Amós 5:6) por medio de su pueblo, identificado como la casa de Jacob (ya fuera toda la nación de Israel [cf. Sal. 22:23], o solamente Judá en el sur) y la casa de José (la coalición de diez tribus; cf. 1 Rey. 11:28; Amós 5:6). De esta manera, toda la nación de doce tribus sería finalmente restaurada, para detrimento de los que la habían perseguido (cf. Eze. 37:15-28). La nación que traicionó a los fugitivos de Israel (14; cf. v. 17) quedaría ella misma sin sobreviviente (cf. Lam. 2:22). Por el contrario, los pocos israelitas restantes, el remanente, resurgirían como una nación, mientras que para Edom la destrucción sería total.

La garantía de estas palabras se muestra porque Jehovah lo ha dicho.

19-21 La restauración de Israel

Los siguientes tres versículos son prosa, no poesía como los oráculos anteriores. Algunos han sugerido, en base a este cambio, que esos versículos fueron añadidos posteriormente por otra persona. Sin embargo, el argumento para esto no es convincente, puesto que todos los escritores, antiguos o contemporáneos, son capaces de escribir en más de un estilo. El cambio entre formas literarias no prueba la paternidad literaria múltiple. El hebreo en esta sección es obscuro en varios puntos, pero el mensaje general se capta.

19 Este versículo y el siguiente tienen que ver con la ocupación territorial. Israel ahora puede tomar su “posesión” (17). El Néguev, el desierto al sur de Beerseba, es la ubicación de la gente que parece haber despojado a los edomitas. Esto podría haber incluido a algunos de sus residentes moviéndose a Transjordania, la patria de los edomitas (la región montañosa de Esaú), pero tenemos poca evidencia de esto. Más probablemente, este versículo se refiere a los israelitas retrocediendo a la zona de Judá usurpada por Edom cuando perdieron su territorio ante los árabes nabateos en los siglos sexto a cuarto a. de J.C. (véase la Introducción). La Sefela o las tierras bajas entre la costa del mar y las tierras altas es identificada por sus habitantes más famosos, los filisteos, que también perderán su tierra. Israel obtuvo el control de esta zona bajo los Macabeos (1 Macabeos 10:84-89; 11:60-62), como también de Samaria, la antigua capital del reino norteño de Israel (cf. 1 Rey. 16:24; 21:1), bajo Juan Hircano en 106 a. de J.C. (Ant. 13:5.2, 3). La zona en derredor de Samaria (llamada los campos de Efraín, la principal tribu del norte) llegó a ser controlada por Judá ya para 153 a. de J.C. (1 Macabeos 10:38). Más incierto es el significado de Benjamín, una pequeña tribu del sur, que poseía Galaad, situada directamente a su oriente en Transjordania. Esta zona también cayó ante los macabeos en 164 a. de J.C. (1 Macabeos 5:9-54).

20 Es difícil entender este versículo por causa de su hebreo obscuro. Esta situación es auxiliada, sin embargo, por el paralelismo de las dos mitades del versículo. Esta parece incluir dos grupos de cautivos de los hijos de Israel. El segundo grupo, los de Jerusalén, son los que fueron llevados a Babilonia en 587 a. de J.C. Ellos están actualmente en Sefarad, pero regresarán a poseer de nuevo su tie rra del sur. El lugar de su exilio no es claro, con sugerencias que van desde España hasta Asia Menor. Un lugar en Media, Saparda, mencionada en una inscripción de Saigón II, el rey asirio (a finales del siglo octavo a. de J.C.), se ajusta bien a la situación histórica del exilio. La otra tropa de cautivos es probable que pertenezca a Israel, la nación del norte, que cayó ante Asiria en 722 a. de J.C. En vez de tropa una versión sugiere leer “Halah”, un cambio en el heb. que consiste en el reordenamiento de una sola letra. Este lugar en Asiria era el hogar de algunos exiliados del norte (cf. 2 Rey. 17:6; 18:11; 1 Crón. 5:26). Ellos regresarán a su te rritorio original y más allá, hasta Sarepta, un pueblo costero al norte de Israel, entre Tiro y Sidón (cf. 1 Rey. 17:9). En el día final del Señor toda la nación de Israel, desde lo último del sur hasta lo último del norte, será restaurada, hasta sobrepasar el territorio que tenía durante la monarquía.

21 Victoriosos (lit. “salvadores”), unos que traen salvación (Neh. 9:27), que vendrán a Jerusalén (monte Sion), desde donde gobernarán sobre las otras montañas de esta profecía, la región montañosa de Esaú (eso es, Edom). Esto será un indicio para el mundo de quién es el rey verdadero y universal. El no es otro que Jehovah, el que es “Rey de reyes y Señor de señores”, que ha reinado, que reina y que “reinará por los siglos de los siglos” (Apoc. 11:15; cf. Sal. 22:28; 47:7-9).
importancia y la autoridad de Dios se muestra por el uso de su nombre para sostener el libro (1, 21), y porque es verdaderamente soberano, no solamente sobre Edom, sino sobre todas las naciones de la tierra.

David W. Baker

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

ABDIAS fue profeta en Judá alrededor de 853 a.C.Ambiente de la época : Edom siempre era una espina en el costado de Judá. A menudo participaron en los taques que otros enemigos iniciaron.Mensaje principal : Dios juzgará a Edom por sus malas acciones en contra del pueblo de Dios.Importancia del mensaje: Al igual que Edom fue destruida y desapareció como nación, así Dios destruirá a los soberbios y malvados.Profetas contemporáneos: Elías (875-848) Miqueas (865-853) y Jehú (855-840?)1 Abdías fue un profeta de Judá que habló del juicio de Dios en contra de la nación de Edom. Hay dos fechas que comúnmente se dan a esta profecía: (1) entre los años 848 y 841 a.C., cuando al rey Joram y Jerusalén los atacaron la coalición filisteo-árabe (2Ch 21:16ss), o (2) en 586 a.C., cuando los babilonios destruyeron por completo a Jerusalén (2 Reyes 25; 2 Crónicas 36). Edom se regocijó por las desgracias de Israel y Judá, aun cuando los edomitas y judíos descendían de dos hermanos, Esaú y Jacob (Gen 25:19-26). Pero del mismo modo que estos dos hermanos estaban en constante conflicto, Israel y Edom raramente estaban en paz. Dios pronunció juicio sobre Edom por sus acciones insensibles y maliciosas hacia su pueblo.3 Edom era el vecino de Judá ubicado al sur y compartían una frontera común. Los vecinos no siempre son amigos y Edom no quería tener nada que ver con Judá. Su capital en ese tiempo era Sela (tal vez haya sido luego la ciudad de Petra). Sela se consideraba una ciudad impenetrable porque estaba en un acantilado y cerca de un cañón al que solo llegaba por un camino estrecho. Las cosas que Edom consideraba como fortaleza de esta ciudad constituyeron su ruina: (1) la seguridad en la ciudad (vv. 3, 4), Dios los haría bajar desde las alturas; (2) la soberbia por su autosuficiencia ( Gen 5:4), Dios los humillaría; (3) la riqueza (vv. 5, 6), los ladrones robarían todo lo que tuvieran; (4) los aliados ( Gen 5:7), Dios haría que se volvieran contra Edom; (5) la sabiduría (vv. 8, 9), todo sería destruido.3 Los edomitas se sentían seguros y orgullosos de su autosuficiencia. Pero se engañaban debido a que no hay seguridad perdurable apartados de Dios. ¿Está su seguridad en objetos o en personas? Pregúntese cuánta seguridad perdurable le ofrecen realmente. Las posesiones y la gente puede desaparecer en un momento, pero Dios no cambia. Solo El puede ofrecernos verdadera seguridad.4 Los edomitas estaban orgullosos de su ciudad enclavada en la roca. En la actualidad es considerada como una de las maravillas del mundo antiguo, pero solo como atracción turística. La Biblia advierte que la soberbia es la ruta más segura hacia la autodestrucción (Pro 16:18). Al igual que Sela (Petra) y Edom cayeron, la gente soberbia caerá. Una persona humilde está más segura que una persona soberbia, ya que la humildad nos da una perspectiva más adecuada de uno mismo y del mundo.4-9 Dios no pronunció estos juicios severos en contra de Edom por venganza sino para ejercer justicia. Dios es moralmente perfecto y demanda justicia y rectitud perfectas. Los edomitas simplemente estaban obteniendo lo que se merecían. Debido a que asesinaron, serían asesinados. Debido a que robaron, sufrirían robos. Debido a que se aprovecharon de los demás, se aprovecharían de ellos. No peque pensando que «nadie se enterará» o «que no lo atraparán». Dios conoce todos nuestros pecados, y El será justo.8 Edom se caracterizaba por sus sabios. Existe una diferencia, sin embargo, entre la sabiduría del hombre y la sabiduría de Dios. Los edomitas pudieron haber sido sabios en los caminos del mundo, pero fueron tontos porque ignoraron y se burlaron de Dios.9 Elifaz, uno de los tres amigos de Job (Job 2:11), era de Temán, ocho kilómetros al este de Petra. Temán fue llamado así por el nieto de Esaú (Gen 36:10-12).10, 11 Los israelitas descendían de Jacob, y los edomitas de su hermano, Esaú (Gen 25:19-26). En vez de ayudar a Israel y a Judá cuando lo necesitaban, Edom permitió que fueran destruidos e incluso saquearon lo que quedaba. Edom se constituyó en su enemigo, y sería destruido. Cualquiera que no ayude al pueblo de Dios es enemigo de Dios. Si usted no ha ayudado a alguien en tiempos de necesidad, ha pecado. El pecado no incluye solo lo que hacemos, sino también lo que nos negamos a hacer. No desprecie ni niegue ayuda a los necesitados.12 Edom estaba contento de ver a Judá en problemas. Su rencor los llevó a querer ver destruida a la nación. Por esta mala acción, Dios borró a Edom. ¿Cuán a menudo se alegra por las desgracias de otros? Debido a que únicamente Dios es el juez, nunca debemos alegrarnos de las desgracias de los demás, incluso si pensamos que se las merecen (véase Pro 24:17).12-14 De todos los vecinos de Judá e Israel, Edom era el único al que no se le prometió ninguna misericordia por parte de Dios. Esto fue debido a que saquearon Jerusalén, y se alegraron por sus desgracias. Traicionaron a sus hermanos de sangre en momentos de crisis y ayudaron a sus enemigos. (Véanse también Psa 137:7; Jer 49:7-22; Eze 25:12-14; Amo 1:11-12.)15 ¿Por qué la venganza de Dios caería sobre las naciones gentiles? Edom no era la única nación que se alegró con la caída de Judá. Todas las naciones y los individuos serán juzgados por la forma en la que tratan al pueblo de Dios. Algunas naciones de la actualidad tratan al pueblo de Dios en forma favorable, mientras que otras son hostiles hacia ellos. Dios juzgará a todas las personas de acuerdo con la forma en la que traten a los demás, especialmente a los creyentes (Rev 20:12-13). Jesús habló de esto en Mat 25:31-46.17-21 Judas Macabeo derrotó a los edomitas en 185 a.C. La nación ya no existía en el primer siglo d.C. En el tiempo de la profecía de Abdías, pudo haber parecido que Edom sobreviviría más que Judá. Pero Edom se desvaneció y Judá sigue existiendo. Esto demuestra la absoluta certeza de la Palabra de Dios y del castigo que aguarda a todos los que han maltratado a19 Neguev era la región más al sur en Judá. Era una región árida y caliente. Las colinas estaban en el este de Judá.20 Las fronteras del reino podrían haberse extendido hasta la Sefela (campos filisteos) y Sarepta, al sur, entre Tiro y Sidón en la costa mediterránea. Sefarad debe haber sido la ciudad de Sardis.21 Abdías llevó el mensaje de Dios acerca del castigo de Edom. Dios estaba molesto tanto por su rebelión interna como por la externa. La gente de la actualidad se parece mucho a la de los tiempos de Abdías. Vemos la arrogancia, la envidia y la falsedad y nos preguntamos cuándo terminará todo esto. A pesar de los efectos del pecado, sin embargo, Dios tiene el control. Cuando enfrente luchas, no se desespere, ni renuncie a toda esperanza. Sepa que cuando todo esté dicho y hecho, el Señor seguirá siendo el Rey, y la confianza que usted deposite en El no será en vano.21 Edom es un ejemplo de todas las naciones que son hostiles con Dios. Nada puede romper la promesa de Dios de proteger a su pueblo de la destrucción total. En el libro de Abdías vemos cuatro aspectos del mensaje de Dios acerca del juicio: (1) el mal ciertamente será castigado; (2) los que son fieles a Dios tienen la esperanza de un nuevo futuro; (3) Dios es soberano en la historia de la humanidad; (4) el propósito final de Dios es establecer su reino eternal. Los edomitas habían sido crueles con el pueblo de Dios. Eran arrogantes y soberbios, y se aprovechaban de las desgracias ajenas. Cualquier nación que maltrate a las personas que obedecen a Dios será castigada, a pesar de lo invencible que parezca. De manera similar nosotros, como individuos, no debemos permitir sentirnos tan «cómodos» con nuestra riqueza o seguridad que no podamos ayudar al pueblo de Dios en necesidad. Esto es pecado. Y debido a que Dios es justo, las personas que siembran pecado cosecharán castigo.HISTORIA DEL CONFLICTO ENTRE ISRAEL Y EDOMLa nación de Israel descendía de Jacob; la nación de Edom descendía de Esaú.: Gen 25:23Jacob y Esaú lucharon en el vientre de su madre.: Gen 25:19-26Esaú vendió su primogenitura y la bendición pasó a Jacob.: Gen 25:29-34Edom no quiso dejar pasar a los israelitas por su tierra.: Num 20:14-22Los reyes de Israel tuvieron conflictos constantes con Edom.:– Saúl: 1Sa 14:47-48– David: 2Sa 8:13-14– Salomón: 1Ki 11:14-22– Joram: 2Ki 8:20-22; 2Ch 21:8ss– Acaz: 2Ch 28:16Edom alentó a Babilonia para que destruyera Jerusalén.: Psa 137:7

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Título Que significa: “Siervo de Jah”. Heb.: ‛O·vadh·yáh. Compárese con 1Re 18:3, n.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 0 Isa 21:11; Eze 25:12; Joe 3:19; Amó 1:11

b 1 Jer 49:14; Abd 1:15; Mal 1:4

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Visión de Abdías. Esta expresión probablemente se refiere a una revelación oral (cp. 1 Cr 17:15).

Así dice el Señor D ios . Esta fórmula profética ocurre unas 2,400 veces en el A.T. (1,300 veces en los libros proféticos) e indica la procedencia divina y el carácter del mensaje.

contra él. Es decir, contra Edom.

Fuente: La Biblia de las Américas

INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE ABDÍAS

AUTOR: Abdías

Fecha: 840 ó 586 a.C.

Tema Edom ha sido juzgada y su ruina es segura debido a su orgullo y su regocijo por las calamidades de Jerusalén.

Los edomitas Eran descendientes de Esaú, el hermano gemelo de Jacob. Los edomitas estaban en conflicto constante con Israel, los descendientes de Jacob. Rechazaron la petición de Moisés de permitirles pasar por su territorio (Núm 20:14-20), se opusieron al rey Saúl (1Sa 14:47), hicieron guerra contra David (1Re 11:14-17), se opusieron a Salomón (1Re 11:14-25) y a Josafat (2Cr 20:22) y se rebelaron contra Joram (2Cr 21:8). Desde el siglo XIII al VI a.C., se establecieron en el monte Seir, una región montañosa al sur del mar Muerto, de la que Sela (Petra) era la capital. El terreno en ese valle es tan escarpado y difícil que para llegar a Petra hay que atravesar por estrechos desfiladeros protegidos por laderas que se alzan entre 100-150 m. de altura (véase Abd 1:3-4). Durante el siglo V a.C. los naboteos desalojaron a los edomitas de su territorio y obligándoles a asentarse en Idumea en el sur de Palestina. Herodes el Grande era un edomita.

Fecha La cuestión de la fecha se relaciona con la batalla contra Jerusalén en la que los edomitas estuvieron involucrados (vv. Abd 1:11-14). Hubo cuatro invasiones de importancia contra Jerusalén en tiempos del AT:

(1) por Sisac rey de Egipto, durante el reinado de Roboam en el año 926 (1Re 14:25-26);

(2) por los filisteos y árabes durante el reinado de Jeroam del 848 al 841 (2Cr 21:16-17);

(3) por el rey Joás de Israel durante el reinado de Amasias, en el año 790 (2Re 14:13-14);

(4) por Babilonia durante los años 605-586 (2Re 24:1-202Re 25:1-30). Abdías profetizó contra Edom bien en conexión con la invasión #2 o #4. De ser la primera, este fue el primero de los libros proféticos que se escribió (véase 2Re 8:20 y 2Cr 21:16-17; luego véase Joe 3:3-6 comparado con Abd 1:11-12 y el uso de Abd 1:1-9 en el extenso pasaje de Jer 49:7-22 en apoyo de la fecha temprana).

BOSQUEJO DE ABDÍAS

I) La ruina de Edom, Abd 1:1-9

A) La certeza de la ruina, Abd 1:1-4

B) La totalidad de la ruina, Abd 1:5-9

II) La denuncia de Edom, Abd 1:10-14

A) Por falta de fraternidad, Abd 1:10

B) Por su indiferencia, Abd 1:11-12

C) Por su agresividad, Abd 1:13-14

III) La destrucción de Edom, Abd 1:15-21

A) El tiempo de la destrucción, Abd 1:15

B) La naturaleza de la destrucción, Abd 1:16-21

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Abdías. Uno de 12 hombres en al AT con ese nombre. Nada se sabe de él excepto que su nombre significa «siervo de Jehová».

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Idumea… contra él… Esto es, Edom. Es decir, Esaú.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Heb., YHWH, generalmente traducido {I SEÑOR}

Fuente: La Biblia de las Américas

LXX: Cap.

1.1 Esto es, Edom.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[1] Jer 49, 14; 25, 27; Ez 25; 26.[4] Jer 49, 16.[17] En el templo, que será reedificado en Jerusalén.

Fuente: Notas Torres Amat