Comentario de Amós 1:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Las palabras de Amós, uno de los pastores de Tecoa, sobre lo que vio acerca de Israel en los días de Uzías, rey de Judá, y en los días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto.
Las palabras de Amós. Jer 1:1; Jer 7:27.
que fue uno de los pastores. Amó 7:14; Éxo 3:1; 1Re 19:19; Sal 78:70-72; Mat 4:18; 1Co 1:27.
de Tecoa. 2Sa 14:2; 2Cr 11:6; 2Cr 20:20; Jer 6:1.
profetizó, o vio en visión acerca de Israel. Isa 1:1; Miq 1:1.
en días de Uzías. 2Re 14:21; 2Re 15:1, 2Re 15:2; 2Cr 26:1-23; Ose 1:1; Mat 1:8, Mat 1:9.
y en días de Jeroboam. Amó 7:9-11; 2Re 14:23-29.
el terremoto. Zac 14:5.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El tiempo en el que Amós profetizó, Amó 1:1-2.
El presenta a Dios, Amó 1:3-5.
contra los filisteos, Amó 1:6-8,
contra Tiro, Amó 1:9-10,
contra Edom, Amó 1:11-12,
contra Amón, Amó 1:13-15.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
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EL LIBRO DE AMÓS ES TAL VEZ EL MÁS CONOCIDO DE LOS PROFETAS menores, no en detalle, pero sí por su tema de la justicia y por algunas de sus sorprendentes metáforas. La figura de Amós, un pastor de ovejas de Judea con un mensaje fuerte para Israel entregado a la sombra del templo pagano de Jeroboam en Bet-el, nos atrae y exige nuestro respeto. En este libro podemos leer, igual que lo hicieron los antiguos israelitas, una magistral creación literaria entregada por Dios a través de un hombre del pueblo. Pero más importante, leemos y escuchamos la Palabra de Dios resonando aún a través de los siglos con claridad y fuerza.
La apasionada preocupación de Dios por la justicia es el tema principal del libro de Amós. Para Dios la justicia no es un asunto abstracto. Por el contrario, la justicia es relacional: promueve buenas relaciones entre las personas y entre grupos de personas. La injusticia quebranta las buenas relaciones y engendra ira, hostilidad y violencia. Dios creó a la raza humana para disfrutar de una buena relación con Él y con los demás, por lo tanto, la injusticia que engendra enajenación en todas sus variantes le rompe el corazón a Dios.
La renovada prosperidad de Israel producto de los éxitos de Jeroboam II atrajo nuevas riquezas a las clases sociales más altas. Ellos empleaban dichas riquezas para aumentar sus posesiones y para construirse grandes mansiones. Violaban los derechos de los pobres y de los campesinos al quitarle a muchos las tierras de sus antepasados. Mediante la provisión de Dios en el pacto con Moisés, la clase campesina era la base de la sociedad israelita. Pero bajo el gobierno de Jeroboam, esta clase social desapareció virtualmente. A medida que los ricos se hacían más ricos, los pobres se hacían más pobres y más numerosos; a muchos los vendieron como esclavos. La estructura social de Israel se volvió completamente inestable.
El propósito inmediato del ministerio profético de Amós fue llamar a los líderes del Israel antiguo a arrepentirse y reformarse. Amós les advirtió que, si ellos no hacían caso de su llamado, la injusticia hacia los pobres y los débiles destruiría la nación. Dios no les permitiría continuar con su camino incorrecto e injusto. Arrepentimiento o castigo justo eran las únicas alternativas. No es casualidad que lo que siempre recordamos de Amós es su conmovedor llamado: «Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo» (Amó 5:24).
El libro de Amós lleva el nombre del profeta que pronunció sus oráculos. Amós era de Tecoa, un pueblo al borde del desierto de Judea, a unas cinco millas al sudeste de Belén. Por lo escaso e incierto de las lluvias anuales, esta área era más adecuada para criar ovejas y cabras que para cultivar granos. Amós específicamente se llama a sí mismo un pastor de ovejas (Amó 1:1; Amó 7:14, Amó 7:15). El término hebreo que se utiliza indica que Amós no era un pastor a contrata sino más bien el dueño de uno o más rebaños de ovejas.
Amós se describe a sí mismo como alguien que «[recoge] higos silvestres» (Amó 7:14). La higuera silvestre produce miles de higos, muy parecidos al higo común, pero más pequeños y no tan buenos. Antes de que la fruta madurara debidamente, había que hacer una pequeña perforación en su piel por la parte de abajo. Esta perforación se hacía a mano y era una tarea tediosa y lenta. ¿Por qué tenía Amós que ocuparse de los higos silvestres? Judá oriental, el oasis de Jericó, y la baja Galilea eran las regiones en las que abundaban más las higueras silvestres. Los pastores debían traer sus rebaños a una de estas regiones al final del verano, tras secarse los pastos del desierto. Como era el tiempo de perforar los higos, los terratenientes podían intercambiar derechos de pastoreo por mano de obra. Un pastor podía vigilar su rebaño sentado en las amplias ramas de la higuera mientras perforaba las frutas. Por lo tanto, Amós no era un hombre rico. Los criadores de ovejas adinerados contrataban pastores para atender sus rebaños. Amós mismo iba detrás de su rebaño (Amó 7:15) y cuando eso significaba perforar higos silvestres, él perforaba higos silvestres.
Amós profetizó durante el reinado de Uzías, rey de Judá, y de Jeroboam, rey de Israel. Uzías fue rey de Judá del 792 al 740 a.C. aunque alrededor del 752 se enfermó de lepra y compartía el poder con su hijo Jotam. Jeroboam II fue rey de Israel desde el 792 al 753 a.C. Uzías y Jeroboam formaron una alianza durante gran parte de sus reinados y juntos gobernaron por un breve período un área casi tan extensa como el imperio de David y Salomón.
Cuando se escribió, la profecía de Amós se fechó «dos años antes del terremoto» (Amó 1:1). Es imposible precisar a cuál terremoto se refiere, ya que no hay otras referencias históricas al respecto. Sin embargo, esta fecha junto con el diálogo de Amós y Amasías, sacerdote del templo de Jeroboam en Bet-el (Amó 7:10-17), indican que el período de actividad profética de Amós fue breve, a diferencia de muchos de los otros profetas. Amós fue de Tecoa a Bet-el, pronunció sus oráculos proféticos y regresó a casa. Posiblemente se quedó en Bet-el unos pocos días solamente. Los oráculos pronunciados por Amós se deberían fechar alrededor del 755-754 a.C. Jeroboam II murió dos o tres años después de la aparición del profeta en Bet-el y comenzó la rápida caída de Israel. Unos treinta años después, los asirios conquistaron Israel.
Bosquejo
I. Introducción Amó 1:1, Amó 1:2
II. Profecías contra las naciones Amó 1:3-15; Amó 2:1-16
A. Contra Damasco (Aram) Amó 1:3-5
B. Contra Gaza (Filistea) Amó 1:6-8
C. Contra Tiro (Fenicia) Amó 1:9, Amó 1:10
D. Contra Edom Amó 1:11, Amó 1:12
E. Contra Amón Amó 1:13-15
F. Contra Moab Amó 2:1-3
G. Contra Judá Amó 2:4, Amó 2:5
H. Contra Israel Amó 2:6-16
III. El inminente juicio de Israel Amó 3:1-15
IV. La deliberada testarudez de Israel Amó 4:1-13; Amó 5:1-27
A. Las mujeres privilegiadas de Israel Amó 4:1-3
B. Una sarcástica invitación al pecado Amó 4:4, Amó 4:5
C. Cinco calamidades de parte de Dios Amó 4:6-11
D. La soberanía de Dios sobre todo Amó 4:12, Amó 4:13
F. Un lamento sobre Israel Amó 5:1-3
G. Una invitación a buscar al Dios soberano Amó 5:4-9
H. Un llamado urgente al arrepentimiento Amó 5:10-15
I. El duelo universal venidero Amó 5:16, Amó 5:17
J. El día venidero del Señor Amó 5:18-20
K. La adoración hipócrita e infiel de Israel Amó 5:21-27
V. Congoja por los frívolos e injustos Amó 6:1-14
VI. Tres visiones del desastre venidero de Israel Amó 7:1-9
VII. Confrontación de Amós con Amasías, sacerdote de Bet-el Amó 7:10-17
VIII. La visión de Amós del fin de Israel Amó 8:1-14
IX. Una visión del Dios soberano en el altar Amó 9:1-10
X. Una promesa de restauración futura Amó 9:11-15
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Amó 2:1-16
Jehová envió a Amós, un judío, a Bet-el para profetizar sobre el juicio que vendría sobre Israel. Pero en Bet-el, Amós se enfrentó a un público hostil. El primer rey de Israel, Jeroboam I, había convertido al pueblo en un centro de adoración pagana. Como el Templo de Jerusalén estaba en Judá y no en la nación de Israel, Jeroboam había alentado al pueblo a adorar en Bet-el en vez de Jerusalén. Así, los israelitas que se reunían en Bet-el mirarían a Amós, un judío, con sospecha. No obstante, Amós valientemente condenó allí los pecados de los vecinos de Israel: los sirios, filisteos, fenicios, edomitas, amonitas y moabitas. Luego, continuó señalando la iniquidad de Judá e Israel: ellos habían rechazado al Dios que hizo un pacto con ellos. Ellos también se presentaban ante Dios condenados por sus propios caminos malvados. Con voz firme, Amós llamó a los israelitas a volverse al Dios viviente.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Tecoa estaba a unas diez millas al sur de Jerusalén en una región adecuada para criar ovejas y cabras. El terremoto, mencionado también en Zac 14:5, no se puede fechar con exactitud.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
AMÓS. Amós fue un profeta cuyo hogar estaba en Judá, el reino del sur, pero cuyo mensaje fue para Israel, el reino del norte. Era un laico piadoso que se ganaba la vida como boyero y recogedor de higos silvestres (cf. Amó 7:14). Dios llamó a ese hombre fiel a entregar un mensaje de juicio a Israel y a darle una última advertencia. Lo más probable es que su ministerio tuviera lugar en los años 760-750 a.C. Otros profetas que probablemente ministraran durante ese tiempo fueron Jonás y Oseas.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Introducción a Amos
Bosquejo
Introducción (Amó 1:1-2)
I. Ocho oráculos de juicio para las naciones (Amó 1:3-15; Amó 2:1-16)
A. Damasco (Amó 1:3-5)
B. Gaza (Filistea) (Amó 1:6-8)
C. Tiro (Fenicia) (Amó 1:9-10)
D. Edom (Amó 1:11-12)
E. Amón (Amó 1:13-15)
F. Moab (Amó 2:1-3)
G. Judá (Amó 2:4-5)
H. Israel (Amó 2:6-16)
II. Tres mensajes proféticos para Israel (Amó 3:1-15; Amó 4:1-13; Amó 5:1-27; Amó 6:1-14)
A. El pecado de Israel le asegura el juicio venidero (Amó 3:1-15)
B. La corrupción de Israel está en todos los niveles (Amó 4:1-13)
C. El juicio justo de Israel será destrucción y exilio (Amó 5:1-27; Amó 6:1-14)
1. La endecha de la muerte (Amó 5:1-3)
2. La negativa de Israel a buscar al Señor (Amó 5:4-17)
3. La religión pervertida de Israel (Amó 5:18-27)
4. Reprimenda y ay de Israel (Amó 6:1-14)
III. Cinco visiones de la futura retribución por el pecado (Amó 7:1-17; Amó 8:1-14; Amó 9:1-10)
A. Visión de langostas devoradoras (Amó 7:1-3)
B. Visión de un fuego consumidor (Amó 7:4-6)
C. Visión de una plomada (Amó 7:7-9)
D. Paréntesis histórico: Amasias y su castigo (Amó 7:10-17)
E. Visión del canastillo de fruta madura (Amó 8:1-14)
F. Visión del Señor juzgando (Amó 9:1-10)
Epílogo: Futura restauración de Israel (Amó 9:11-15)
Autor : Amos
Tema : Juicio, justicia y retribución divina por el pecado
Fecha : ca. 760-755 a.C.
Trasfondo
Amos fue un profeta del siglo VIII a.C., contemporáneo de Jonás y Oseas en Israel. Revela cuatro hechos importantes acerca de sí mismo en Amó 1:1 :
(1) Era pastor de bueyes (Amó 7:14 añade: «Y recojo higos silvestres») de Tecoa, una aldea de Judá a unos veinte kilómetros al sur de Jerusalén.
(2) «Vio» su mensaje (i.e., tuvo visiones proféticas; cf. Amó 7:1; Amó 7:4; Amó 7:7; Amó 8:1-2; Amó 9:1) acerca de Israel, el reino del norte. Aunque era laico y no tenía la posición oficial de profeta, Dios, no obstante, le dio el cargo y ministerio proféticos para la Israel rebelde (cf. Amó 7:14-15). Su nombre significa «cargado» o «cargador».
(3) El ministerio de Amos a Israel ocurrió durante los días en que Uzías fue rey de Judá y Jeroboam II fue rey de Israel. El reinado de esos dos reyes coincidió durante los años 767-753 a.C. Es probable que su ministerio fuera ca. 760-755 a.C.
(4) Amos profetizó durante los dos años antes del «terremoto». Los arqueólogos han hallado evidencias de un gran terremoto destructor de ese período en sitios de Israel, inclusive en su capital, Samaria. Zacarías menciona el mismo terremoto (Zac 14:5) más de doscientos años después, hecho que indica que efectivamente fue un sismo enorme. La referencia en Amos sugiere que él lo consideró como confirmación de su mensaje y ministerio proféticos a Israel (cf. Amó 9:1).
Cuando Amos profetizó al reino del norte a mediados del siglo VIII a.C., la nación por fuera estaba en su cénit en cuanto a la expansión territorial, la paz política y la prosperidad nacional; pero por dentro estaba podrida. La hipocresía y la religión idólatra eran populares, la sociedad era indulgente en sumo grado, la inmoralidad estaba generalizada, el sistema judicial era corrupto, y la opresión de los pobres era común. En respuesta al llamamiento de Dios, Amos fue a Betel, donde tenía su residencia el rey Jeroboam II; el pueblo también era un centro religioso lleno de personas que iban a adorar. Allí Amos proclamó con valor su mensaje de juicio, justicia y retribución divina por el pecado a un pueblo que no quería oír lo que el Señor tenía para decirles.
Propósito
La prosperidad de Israel sirvió sólo para profundizar su corrupción. Cuando Dios misericordiosamente envió a Amos a Betel a proclamar el mensaje «arrepiéntanse o perecerán», expulsaron al profeta de la ciudad y le ordenaron que no volviera a profetizar allí (cf. el contraste de la reacción de Nínive al mensaje de Jonás). Parece que en aquel momento o poco después, Amos regresó a su lugar de residencia en Judá y puso su mensaje por escrito. Su propósito al hacerlo fue:
(1) entregar una copia escrita de su advertencia profética al rey Jeroboam II, y
(2) difundir el mensaje por todo Israel (y Judá) acerca de la certeza del juicio inminente de Dios sobre Israel y las naciones vecinas, a menos que se arrepintieran de su idolatría, inmoralidad e injusticia. La destrucción de Israel ocurrió sólo tres décadas después.
Visión panorámica
El libro se divide naturalmente en tres secciones principales:
(1) En la primera sección (Amó 1:3-15; Amó 2:1-16), Amos primero dirige su mensaje de juicio a siete naciones de alrededor de la tierra de Israel, inclusive Judá. Después de poner a Israel al principio en consenso agradable con respecto al juicio de Dios de las otras naciones (Amó 1:3-15; Amó 2:1-5), Amos describe con claridad los pecados de Israel y el juicio de Dios contra ella (Amó 2:6-16). Esta sección da el tono para el mensaje de juicio del libro, que daría como resultado la destrucción nacional y el exilio.
(2) La segunda sección (Amó 3:1-15; Amó 4:1-13; Amó 5:1-27; Amó 6:1-14) registra tres mensajes atrevidos, y cada uno comienza con la frase «oíd esta palabra» (Amó 3:1; Amó 4:1; Amó 5:1). En el primero, Dios acusa a Israel como un pueblo privilegiado al cual liberó de la esclavitud en Egipto: «A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades» (Amó 3:2). El segundo mensaje comienza dirigiéndose a las mujeres ricas de Samaria así: «Vacas de Basán… que oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores: Traed, y beberemos» (Amó 4:1). Amos profetizó que ellas serían llevadas a cautividad con ganchos y anzuelos de pescador como su juicio justo de Dios (Amó 4:2-3). Amos tenía palabras semejantes para los mercaderes deshonestos, los gobernantes corruptos, abogados y jueces oportunistas, y sacerdotes y profetas transigentes. El tercer mensaje (caps. Amó 5:1-27; Amó 6:1-14) da una lista de los aborrecibles pecados de Israel, y Amos llama al pueblo al arrepentimiento, «¡Ay de los reposados en Sion…!» (Amó 6:1); la ruina y la retribución terribles por el pecado vendrían con seguridad.
(3) La última sección principal (Amó 7:1-17; Amó 8:1-14; Amó 9:1-10) registra cinco visiones proféticas de Amos acerca del juicio inminente de Dios. La cuarta visión describe de modo gráfico a Israel como un canastillo de fruta madura de verano, que pronto se expondría como podrida al calor del juicio de Dios (Amó 8:1-14). En la última visión se ve a Dios sobre el altar, listo para derribar la ciudad capital de Samaria y al reino decadente (Amó 9:1-10). El libro concluye con una promesa breve pero poderosa de restauración futura para el remanente que sobreviviera (Amó 9:11-15).
Características especiales
Seis aspectos o énfasis principales caracterizan el libro de Amos:
(1) Es principalmente un clamor profético por la justicia y la rectitud, basadas en el carácter de Dios. Mientras Oseas se sentía agobiado por la infidelidad de Israel a Dios, Amos estaba enfurecido por la violación por parte de Israel de las normas de Dios de juicio y justicia para su pueblo.
(2) Ilustra con claridad lo aborrecible que es la religión a Dios cuando va separada de la conducta justa en la vida diaria.
(3) Su estilo es de absoluta y enérgica confrontación. La confrontación de Amos con el sacerdote Amasias (Amó 7:10-17) es una escena típica de la profecía hebrea.
(4) Su estilo osado y vigoroso refleja la lealtad firme e inflexible del profeta a Dios y a sus justas normas para el pueblo del pacto.
(5) Demuestra que Dios está dispuesto a emplear a personas temerosas de El que no tengan credenciales ministeriales para proclamar su mensaje en una época de profesionalismo.
(6) Tiene numerosos pasajes bien conocidos, tales como Amó 3:3; Amó 3:7; Amó 4:6-12; Amó 5:14-15; Amó 5:21-24; Amó 6:1 a; Amó 7:8; Amó 8:11; Amó 9:13.
Cumplimiento en el Nuevo Testamento
El mensaje de Amos se ve con más claridad en la enseñanza de Jesús y en el libro de Santiago en el NT. Tanto Jesús como Santiago pusieron en práctica el mensaje de Amos de que el culto verdadero a Dios no es la observancia formal de ritos religiosos, sino «oír» y «hacer» la voluntad de Dios, demostrada en un trato justo y recto del prójimo (e.g., Mat 7:15-27; Mat 23:1-39; Stg 2:1-26). Amos y Santiago también dan énfasis al principio de que «la verdadera religión exige una conducta justa». Por último, Santiago citó Amó 9:11-12 en el Concilio de Jerusalén (véase Hch 15:16-18) con respecto a la admisión de no judíos a la iglesia.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
1. Conminaciones contra las naciones paganas circunvecinas.
En los c.1-2 encontramos una serie de oráculos conminatorios contra las naciones paganas que rodeaban a Israel; después el profeta lanza un vaticinio amenazador contra el propio Israel por sus especiales pecados de injusticia social e ingratitud para con Yahvé. Amos supone que Yahvé gobierna no sólo sobre Israel, sino sobre todos los otros pueblos paganos, y, como Señor de todos los pueblos, pide cuenta de los pecados contra el derecho natural cometidos por los gentiles. Por otra parte, supone que Israel y Judá, como pueblos elegidos por Dios, tienen obligaciones especiales, por las que se les ha de pedir estrecha cuenta.
Presentación introductoria (1-2).
1 Palabras de Amos, de los pastores de Tecoa, de la visión que tuvo sobre Israel en los días de Ozías, rey de Judá, y en los días de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto. 2 Dijo: Yahvé rugirá desde Sión, y desde Jerusalén emitirá su voz, y estarán en duelo los pastizales de los pastores y secaráse la cima del Carmelo.
La sincronización cronológica es clara para determinar el tiempo en que Amos desarrolló su ministerio profético. El título parece ser adición posterior de un redactor. Amos desarrolló su actividad profética entre los años 760 a.C. y 750 a.C., ya que Ozías (Azarías) reinó en Judá del 768 al 740-39, y Jeroboam II en Israel desde el 787 al 740. Por eso parece que es cronológicamente el primer profeta escritor de la Biblia, ligeramente anterior a Oseas. La frase antes del terremoto indica claramente que esta nota cronológica es posterior al mismo, cuando aún permanecía vivo el famoso terremoto. En Zac 14:5 se habla de un terremoto ocurrido en tiempos del rey Ozías de Judá, pero este dato parece depender del libro de Amos. Por otra parte, la Biblia no nos suministra ninguna indicación sobre este terremoto, que se había hecho famoso y le servía al redactor para datar el principio de la actividad profética de Amos.
A la indicación cronológica, el redactor añade la condición social del profeta, que era pastor de una localidad meridional llamada Tecoa, a unos nueve kilómetros al sudeste de Belén 1, en plena zona desértica.
La introducción de los oráculos de Amos es solemne y enfática: Yahvé rugirá desde Sión, y desde Jerusalén emitirá su voz. (v.2). Es la síntesis de la predicación del profeta, el cual levantará su voz como un rugido de león contra los abusos de Israel y de Judá 2. Por otra parte, afirma enfáticamente que la morada permanente de Yahvé está en Sión, la capital verdadera y única de la teocracia hebrea. Sus mensajes contra el reino de Samaría serán una constante invitación a volver a la unidad primera con el reino de Judá. Ese Yahvé que habita en Jerusalén se levanta ahora como Juez para castigar los pecados reiterados de una sociedad que ha olvidado su vocación de pueblo elegido.
Por eso, ante el rugido de león de Yahvé están en duelo los pastizales del desierto (v.2). Como pastor, Amos anuncia que los oasis de la estepa, únicos lugares de pastos para los ganados, se enlutarán al secarse por falta de lluvia. Esta sequía afectará al reino del sur con sus pastizales del desierto y al reino del norte con su orgullosa cima del Carmelo, tradicionalmente verde y poblada de numerosos rebaños. Su mismo nombre de Carmelo (“huerto feraz”) indica la abundancia de pastos; y en la literatura bíblica aparece como lugar tradicional de fertilidad 3. El profeta, pues, abre sus oráculos anunciando un castigo general para Judá e Israel, pues ambos reinos serán sometidos a un largo período de extenuante sequía.
Oráculo contra Siria (3-5).
3 Así dice Yahvé: Por tres crímenes de Damasco y aun por cuatro no revocaré yo (mi fallo). Por haber triturado con trillos de hierro a Galaad, 4 yo pondré fuego a la casa de Hazael, que consumirá los palacios de Ben-Hadad. 5 Yo quebrantaré las barras de Damasco y exterminaré a cuantos habitan en Biqat-Awen 4 y a quien empuña el cetro de Bet-Eden, y el pueblo de Aram será deportado a Quir,dice Yahvé.
Después de anunciar de modo general que Yahvé castigará a Judá e Israel, antes de concretar más su oráculo punitivo contra ellos, pasa revista a las naciones circunvecinas de Palestina para anunciarles también a ellas el castigo merecido por sus crímenes contra los’ postulados elementales de la ética natural. Implícitamente, el profeta supone que Yahvé tiene dominio también sobre estos pueblos, a los que castiga por sus transgresiones. La serie de amenazas comienza por Siria, con Damasco por capital. El reino sirio había llegado a su punto culminante político en el siglo IX, y durante un siglo había luchado contra Israel, obteniendo resonantes victorias; finalmente, fue vencido por Jeroboam II en el siglo VIII, poco antes del vaticinio de Amos.
Los oyentes de la predicación de Amos eran vecinos del que había sido poderoso reino de Damasco, y, como tales, guardaban particular animosidad contra él. Siria iba a ser la primera víctima de la invasión asiría bajo Teglatfalasar III, que estaba ya amenazando hacia la costa siró-fenicia del Mediterráneo. Amos anuncia el castigo contra Siria, porque han cometido muchos pecados, que están reclamando la venganza divina. La expresión por tres crímenes de Damasco y por cuatro. (v.3), que se repite machaconamente en este capítulo, indica la multiplicidad de pecados, por los que se hace acreedor al castigo divino 5.
El crimen específico de Siria, citado expresamente por el profeta, es haber triturado con trillos de hierro a Galaad, provincia israelita del reino del norte, situada al otro lado del Jordán, la cual había sufrido mucho de las incursiones sirias en tiempos de Hazael contra Jehú de Israel6. Quizá la frase sea sólo metafórica, para indicar la terrible opresión a que sometieron los sirios a los habitantes de Galaad; pero de hecho parece que David pasó materialmente a los habitantes de Rabbat-Amón bajo los trillos7, y, dada la crueldad con que los enemigos vencidos eran tratados, no es de extrañar que los sirios hayan hecho ese crimen contra naturaleza.
Yahvé destruirá la casa de Hazael, es decir, la dinastía inaugurada por este rey sirio, que usurpó el poder en tiempos del rey Joram de Israel (850-843), hijo de Acab8. Mantuvo una serie de guerras contra Israel y aun contra Judá, lo mismo que su hijo Ben-Hadad III, el cual fue derrotado por Jeroboam II de Israel (787-747?). Sus atropellos e incursiones injustas van a ser castigadas ahora, pues Yahvé consumirá los palacios de Ben-Hadad (v.4). El exterminio alcanzará no sólo a Damasco, la capital, cuyas barras o puertas serán rotas por Yahvé, sino a todo el territorio del reino, como Biqat-Awen, que parece ser la actual El-Biqa’a, o depresión entre el Líbano y Antilíbano, la Celesiria de los escritores clásicos. La palabra Awen (“vanidad”), que se añade a Biqat, puede ser un juego de palabras despectivo del profeta, en vez de la vocalización On que transcriben los LXX, y que es el nombre de Heliópolis, la actual Baalbek, donde se daba culto a un dios solar de Egipto 9. Bet-Eden parece ser el Bit-Adini de las inscripciones cuneiformes, junto al Eufrates medio. En este supuesto, Amos nombraba estas dos localidades como los dos extremos (sudoeste y nordeste) del reino de Siria, para indicar que todo el reino sería devastado por los invasores asirios.
La devastación irá acompañada de la deportación del pueblo de Arara a Quir (v.5), localidad desconocida, de donde supone Amos que procedían los árameos 10. Se supone que Quir está en la Alta Mesopotamia, pues en Isa 22:6 es nombrada junto a Elam.
Oráculo contra Fuiste a (6-8).
6 Así habla Yahvé: Por tres crímenes de Gaza y por cuatro no revocaré (mi fallo). Por haber deportado muchedumbres enteras de cautivos para entregárselos a Edom, 7 yo pondré fuego a los muros de Gaza, que devorará sus palacios, 8 y exterminaré a cuantos habitan en Asdod y quien empuña el cetro en Ascalón. Volveré mi mano contra Ecrón, y perecerán las reliquias de los filisteos, dice el Señor, Yahvé.
La acusación contra la Pentápolis filistea está literariamente concebida en los mismos términos que la anterior, y el molde se repetirá en los oráculos siguientes. También Gaza, la principal ciudad de los filisteos, ha colmado la iniquidad con multitud de crímenes contra la naturaleza (Por tres crímenes de Gaza y por cuatro., v.6). El crimen específico de esta ciudad es el dedicarse a vender cautivos como esclavos a Edom, región transjordana por la que pasaba la ruta caravanera con Arabia, y se dedicaba al tráfico de esclavos entre las ciudades costeras de Palestina y la península de Arabia. No se especifica de dónde son los prisioneros. En Joel se acusa a Tiro y Sidón de vender esclavos a los griegos 11. El tráfico de prisioneros de guerra para esclavos era uno de los grandes negocios de la antigüedad pagana.
Los filisteos eran oriundos de Greta, o mejor de Panfilia, en el Asia Menor, de raza indoeuropea, y se establecieron en la costa cananea (de ahí el nombre de Palestina dado por los griegos a esta región), después de haber sido rechazados por Ramsés III en el siglo XI cuando quisieron invadir Egipto. Son llamados por los hebreos despectivamente incircuncisos, porque no practicaban la circuncisión, muy extendida en Egipto y entre algunos pueblos semíticos. Aquí Amos anuncia la ruina de las ciudades filisteas confederadas, Gaza, Asdod, Ecrón. Falta Get, que probablemente en aquel tiempo formaba parte del reino de Judá.
Oráculo contra Tiro (9-10).
9 Así habla Yahvé: Por tres pecados de Tiro y por cuatro no revocaré yo (mi fallo). Por haber entregado a Edom muchedumbres enteras de cautivos, sin acordarse de la alianza fraternal, 10 yo pondré fuego a los muros de Tiro, que devorará sus palacios.
A Tiro se le hace el mismo reproche, pero con la agravante de que la gran metrópoli ha hecho tráfico con gentes que tenían una alianza fraternal. ¿De qué alianza fraternal se trata? Algunos autores han supuesto que se aludiría aquí a la ruptura de la antigua alianza entre Fenicia e Israel en tiempos de David. Y así se le reprocharía aquí el que Tiro se dedicara a traficar con cautivos hebreos en detrimento de la antigua alianza.
Pero no es verosímil que el profeta llamara a esta alianza fraternal. Por eso otros han preferido ver una alusión al hecho de que Tiro se dedicara a vender como esclavos a cautivos israelitas a Edom, que étnicamente tenía un origen de sangre común con Israel, ya que los edomitas provenían, según la Biblia, de Esaú, hermano de Jacob, padre de los israelitas. Pero debemos notar que en el contexto nada indica que se trate de tráfico de cautivos “hebreos,” y por tanto esa alusión a la alianza fraterna más bien habría que entenderla en el sentido de que Tiro traficaba con esclavos de ciudades fenicias o filiales de ella en el Mediterráneo, lo que no es inverosímil dado el espíritu esencialmente comercial de los fenicios, a los que Joel les echa en cara la venta de esclavos a los griegos 12.
Oráculo contra Edom (11-12).
11 Así habla Yahvé: Por tres pecados de Edom y por cuatro no revocaré yo (mi fallo). Por haber perseguido a la espada a su hermano, ahogando la piedad, durando siempre su cólera, y obstinándose hasta el fin en su rabia, 12 yo pondré fuego en Teman, que devorará los palacios de Bosra.
El profeta echa en cara a Edom, como crimen específico, que no haya cejado en su odio ancestral contra su hermano Israel. Ya su antepasado Esaú persiguió a Jacob 13, y después sus sucesores se opusieron a sus hermanos los israelitas, primero no permitiéndoles pasar con Moisés cuando subían del Sinaí hacia Canaán 14, y después en las hostilidades constantes que mantuvieron a través de la historia.
Israel llegó a someterlos bajo Amasias (800-791), pero después otra vez los edomitas se independizaron, haciendo todo el daño posible a los israelitas, sobre todo después de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor 15. Yahvé castigará este odio inveterado con la destrucción de su país, representado en sus principales ciudades, Teman y Bosra 16.
Oráculo contra Amón (13-15).
13 Así habla Yahvé: Por tres crímenes de los hijos de Amón y por cuatro no revocaré (mi fallo). Por haber abierto en canal a las encinta de Galaad para extender su territorio, 14 yo encenderé fuego en los muros de Rabbá, que devorará sus edificios entre clamores el día del combate, en medio de la tempestad el día de la tormenta, 15 y su rey irá al cautiverio, y con él sus príncipes todos juntos, dice Yahvé.
El crimen característico de los amonitas (población de Trans-jordania, al norte de Moab) es similar al que hemos visto en el oráculo contra Damasco (v.3), pues en su crueldad han llegado a abrir en canal a las mujeres encinta (v.13). Es un crimen refinado contra naturaleza, que pide divina venganza. El reino, simbolizado en su capital, Rabbá (la actual Aman), será arrasado totalmente como consecuencia de una guerra. Su rey 17 será llevado cautivo, y el reino desaparecerá como tal.
1 Cf. 2Cr 20:22; 1Ma 9:13; cf. San Jerónimo, In ler. VI I. – 2 La frase “Yahvé ruge desde Sión” aparece en Jl 4(3):16. – 3 Cf. Can 7:5; Isa 35:2; Jer 4:26; 2Cr 50:10; Nah 1:4. – 4 La Vg.: “in campo idoli.” Los LXX: “en la llanura de On.” – 5 Este giro para indicar multiplicidad in crescendo aparece reiteradamente en el Antiguo Testamento: Sal 62:12; Job 33:14; Job 40:5 (una vez, dos veces)Job 33:19 (dos veces, tres veces); Pro 30:15; Pro 18:21; Ecl 26:5; Pro 6:16; Ecl 25:7(9) (nueve, diez). – 6 Cf. 2 Re 32-33 – 7 Cf. 2Sa 12:31. – 8 Cf. 2Re 8:7-15. – 9 Hoonacker prefiere traducir por “valle de iniquidad,” aunque sería mejor “valle de vanidad.” Véase o.c., p.21i. – 10 Cf. Amó 9:7; 2Re 16:9. – 11 Cf.Jl 1:6. – 12 Cf. Joe 4:6. – 13 Cf. Gen 25:21s. – 14 Cf. Deu 2:4; Deu 23:7; Abd 1:10:12. – 15 Cf. Isa 34:55; Eze 25:12-14; Sal 137:7; Abd 1:10. – 16 Teman estaba cerca de Petra, al sur de Edom. Era famosa por sus sabios (cf. Jer 49:71Abd 1:9). Bosra es el actual El-Buseire, al sudeste del mar Muerto. Aparece en Gen 36:33; Isa 34:6. – 17 La Vg., siguiendo a Sím. y a Aq., lee, en vez de su rey del TM (Malkam), Milcom, el dios nacional de los amonitas. Cf. Jer 49:3.
Fuente: Biblia Comentada
El libro de Amós
TítuloComo con cada uno de los profetas menores, el título proviene del nombre del profeta a quien Dios dio su mensaje (Amó 1:1). El nombre de Amós quiere decir «carga» o «llevador de cargas». Él no debe ser confundido con Amoz («valeroso, fuerte»), el padre de Isaías (Amó 1:1).
Autor y fecha
Amós era de Tecoa, una pequeña villa a 16 km al S de Jerusalén. Él fue el único profeta que dio su ocupación antes de declarar su comisión divina. Él no era de descendencia sacerdotal o noble, sino que trabajaba como uno «de los pastores» (Amó 1:1; cp. 2Re 3:4) y un recolector de «higos silvestres» (Amó 7:14). Era un contemporáneo de Jonás (2Re 14:25), Oseas (Ose 1:1) e Isaías (Isa 1:1). La fecha de escritura es a mediados del siglo octavo a.C., durante los reinados de Uzías, rey de Judá (ca. 790-739 a.C.) y Jeroboam II, rey de Israel (ca. 793-753 a.C.), dos años antes de un terremoto memorable (Amó 1:1; cp. Zac 14:5; ca. 760 a.C.).
Contexto histórico
Amós fue un profeta de Judea llamado a entregar un mensaje primordialmente a las tribus del norte de Israel (Amó 7:15). Políticamente era un tiempo de prosperidad bajo el reino largo y seguro de Jeroboam II quien, siguiendo el ejemplo de su padre Joás (2Re 13:25), de manera significativa «restauró los límites de Israel» (2Re 14:25). También fue un tiempo de paz tanto con Judá (cp. Amó 5:5) como con sus vecinos más distantes; la amenaza que estaba continuamente presente de Asiria fue subyugada tiempo atrás en ese siglo debido al arrepentimiento de Nínive ante la predicación de Jonás (Jon 3:10). No obstante, espiritualmente, fue un tiempo de corrupción desenfrenada y decadencia moral (Amó 4:1; Amó 5:10-13; 2Re 14:24).
Temas históricos y teológicos
Amós se dirige a dos pecados primordiales de Israel: 1) una ausencia de adoración verdadera, y 2) una falta de justicia. En medio de su desempeño ritualista de adoración, no estaban buscando al Señor con el corazón (Amó 4:4-5; Amó 5:4-6) ni siguiendo su norma de justicia con sus vecinos (Amó 5:10-13; Amó 6:12). Esta apostasía, evidenciada por el rechazo continuo y deliberado del mensaje profético de Amós, es juicio divino prometido. No obstante, debido a su pacto, el Señor no abandonará a Israel en su totalidad, sino que traerá restauración futura al remanente justo (Amó 9:7-15).
Retos de interpretación
En el Amó 9:11, el Señor prometió: «yo levantaré el tabernáculo caído de David». En el Concilio de Jerusalén, convocado para discutir si los gentiles debían permitirse en la iglesia sin que se les requiriera circuncisión, Jacobo cita este pasaje (Hch 15:15-16) para apoyar el informe de Pedro de cómo «Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre» (Hch 15:14). Algunos entonces han concluido que el pasaje se cumplió en Jesús, el mayor Hijo de David, a través de quien la dinastía de David fue reestablecida. No obstante, la referencia de Hechos es mejor vista como una ilustración de las palabras de Amós y no el cumplimiento. Las referencias temporales a un tiempo futuro («En aquel día», Amó 9:11), cuando Israel posea «el resto de Edom, y a todas las naciones» (Amó 9:12), cuando el Señor los plante «sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di» (Amó 9:15), dejan en claro que el profeta está hablando del regreso del Mesías en el segundo advenimiento para sentarse sobre el trono de David (cp. Isa 9:7), no del establecimiento de la iglesia por los apóstoles.
Bosquejo
I) Juicios en contra de las naciones (Amó 1:1-15; Amó 2:16)
A) Introducción (Amó 1:1-2)
B) En contra de los enemigos de Israel (Amó 1:3-15; Amó 2:1-3)
C) En contra de Judá (Amó 2:4-5)
D) En contra de Israel (Amó 2:6-16)
II) Condenaciones en contra de Israel (Amó 3:1-15; Amó 4:1-13; Amó 5:1-27; Amó 6:1-14)
A) Pecado de irresponsabilidad (Amó 3:1-15)
B) Pecado de idolatría (Amó 4:1-13)
C) Pecado de decadencia moral (Amó 5:1-27; Amó 6:1-14)
III) Visiones de juicio y restauración (Amó 7:1-17; Amó 8:1-14; Amó 9:1-15)
A) El Señor librará (Amó 7:1-6)
1. Visión de langostas (Amó 7:1-3)
2. Visión de fuego (Amó 7:4-6)
B) El Señor ya no librará (Amó 7:7-17; Amó 8:1-14; Amó 9:1-10)
1. Visión de plomada (Amó 7:7-9)
2. Interludio histórico (Amó 7:10-17)
3. Visión de la canasta de fruta (Amó 8:1-14)
4. Visión del altar (Amó 9:1-10)
C) El Señor restaurará (Amó 9:11-15)
ANEXOS
Cinco visiones de Amós |
1. Visión de langostas (Amó 7:1-3) 2. Visión de fuego (Amó 7:4-6) 3. Visión de la plomada (Amó 7:7-9) 4. Visión de la fruta de verano (Amó 8:1-14) 5. Visión del Señor (Amó 9:1-10) |
_________
La restauración definitiva de Israel |
1. Isa 27:1-13; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 65:1-25; Isa 66:1-24 2. Jer 30:1-24; Jer 31:1-40; Jer 32:1-44; Jer 33:1-26 3. Eze 36:1-38; Eze 37:1-28; Eze 40:1-49; Eze 41:1-26; Eze 42:1-20; Eze 43:1-27; Eze 44:1-31; Eze 45:1-25; Eze 46:1-24; Eze 47:1-23; Eze 48:1-35 4. Dan 9:20-27; Dan 12:1-3 5. Ose 2:14-23; Ose 14:4-7 6. Joe 3:18-21 7. Amó 9:11-15 8. Abd 1:17; Abd 1:21 9. Miq 7:14-20 10. Sof 3:14-20 11. Hag 2:20-23 12. Zac 13:1-9; Zac 14:1-21 13. Mal 4:1-3 |
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
terremoto. Es mencionado por Zacarías (Zac 14:5), y Josefo (Antigüedades, IX:10:4) lo conecta con el pecado de Uzías al usurpar las funciones exclusivas de un sacerdote (2Cr 26:16-23). Un terremoto de gran magnitud ocurrió ca. 760 a.C.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
(765-750 a.C.)
Nota del editor; Esta sección pertenece LA ETAPA DEL REINO DIVIDIDO (1 de Reyes 12—22; 2 de Reyes 1—17; 2 de Reyes 18—25; 2 de Crónicas 10—36; Abdías; Joel; Jonás; Amos; Oseas; Miqueas; Isaías; Nahum; Sofonías; Habacuc; Jeremías; Lamentaciones)
INTRODUCCIÓN
1. El nombre Amós significa «carga». Los nombres orientales tienen generalmente una razón de ser, éste puede estar refiriéndose a un embarazo y parto difícil o puede habérsele dado como un anuncio profético de su futuro ministerio para describir la carga de su corazón por el pecado de Judá e Israel.
2. Procedía de Tecoa, pequeño pueblo a unas 5 millas (unos 8 km) de Belén de Judá.
3. Amós era un pastor (Amó 1:1; Amó 7:14-15) y recogedor de higos silvestres (Amó 7:14). No había estudiado en la escuela de profetas, pero había sido llamado por Dios para ser un evangelista laico.
4. Fue llamado a ser profeta para toda la casa de Jacob (Amó 3:1; Amó 3:13), pero sobre todo para el reino del norte (Amó 7:14-15), en el santuario principal de Bet-el (Amó 7:10). Aquí llevó a cabo su gran campaña de avivamiento y habló fuertemente contra el pecado, la separación y la santificación.
5. Amós ministró durante los reinados de Uzías, rey de Judá, y Jeroboam II, rey de Israel, comenzando a ministrar dos años antes del gran terremoto que sacudió a Palestina (Amó 1:1). Este terremoto dejó tan fuerte recuerdo en el pueblo que Zacarías (un profeta hebreo posterior) se refiere a él 250 años más tarde (Zac 14:5). Josefo, el historiador judío, habla de un sismo que tuvo lugar en el tiempo que Dios castigó al rey Uzías con lepra por su intromisión en las tareas de los sacerdotes (2Cr 26:16-21). (Josefo: Las obras esenciales, Editorial Portavoz, p. 172.)
6. En el tiempo del ministerio de Amós, Israel había liegado al zenit de su prosperidad bajo el reinado de Jeroboam II (2Re 14:25). ¡Pero junto con la prosperidad nacional llegó también la perversión religiosa!
I. Denuncia de ocho naciones (caps. Amó 1:1-15; Amó 2:1-16; Amó 3:1-15; Amó 4:1-13; Amó 5:1-27; Amó 6:1-14).
A. Siria. Capital: Damasco (Amó 1:1-5).
1. Esta nación había acosado frecuentemente a Israel, sobre todo durante los reinados de Benadad I y Hazael. (Véanse 1Re 20:1; 2Re 6:24; 2Re 10:32-33.
2. Dios haría que:
a. Ardiera el palacio real en la capital.
b. Cayeran sus fortalezas militares.
c. Muchos sirios murieran y otros fueran llevados de vuelta a Kir, a la tierra donde vivieron como esclavos. (Cp. Amó 1:5 con Amó 9:7.) Kir estaba localizada en Mesopotamia. (Véase también 2Re 16:9.)
B. Filistea. Capital: Gaza (Amó 1:6-8).
Las cuatro ciudades principales de Filistea: Gaza, Asdod, Ascalón y Ecrón, serían juzgadas porque habían prendido y vendido a algunos hebreos como esclavos a Edom. (Véanse 2Cr 21:16-17; Joe 3:4-8.)
C. Fenicia. Capital: Tiro (Amó 1:9-10).
1. Habían quebrantado su pacto de hermandad con Israel (refiriéndose al acuerdo que David y Salomón habían hecho con Tiro). (Véase 1Re 9:13.)
2. Tiro había atacado las ciudades de Israel y había vendido a sus ciudadanos como esclavos a Edom. (Véase Joe 3:4-8.).
3. Dios haría que los palacios y las fortalezas de Tiro fueran destruidas por fuego.
D. Edom. Capitales: Temán y Bosra (Amó 1:11-12).
1. Temán estaba ubicada al sureste de Petra y Bosra estaba en la parte centro-norte de Edom.
2. Aunque los israelitas y edomitas estaba relacionados por parentesco familiar (un pueblo procedía de Jacob y el otro de Esaú, véase Gén 25:30), Israel había sufrido bastante a manos de Edom. (Véanse también Mal 1:2; Abd 1:1-21.)
3. Sus fortalezas militares serían destruidas.
E. Amón. Capital: Rabá (Amó 1:13-15).
1. Los amonitas, descendientes de la hija menor de Lot (Gén 19:38), habían cometido crímenes horribles, abriendo con sus espadas el vientre de mujeres hebreas embarazadas durante sus guerras de expansión en Galaad.
2. Dios destruiría sus ciudades y sometería a esclavitud a sus gentes.
F. Moab. Capital: Queriot (Amó 2:1-3).
1. Este pueblo, descendiente de la hija mayor de Lot (Gén 19:37), había, entre otros crímenes, profanado las tumbas de los reyes de Edom, sin ningún respeto por los muertos. (Véase 2Re 3:26-27.)
2. Los moabitas serían derrotados en la guerra y prenderían fuego a sus palacios.
G. Judá. Capital: Jerusalén (Amó 2:4-5).
1. Judá había rechazado la Palabra de Dios y desobedecido al Dios de la Palabra.
2. Habían endurecido sus corazones como lo hicieron sus padres.
H. Israel. Capital: Samaria (Amó 2:6-16).
1. Habían pervertido la justicia aceptando sobornos.
2. Habían vendido a los pobres como esclavos, cambiándolos por un par de zapatos.
3. Padres e hijos habían cometido el pecado de inmoralidad con la misma prostituta.
4. Holgazaneaban en las fiestas religiosas con ropas tomadas de sus deudores.
5. Habían ofrecido sacrificios de vino en el templo con dinero que habían robado.
6. Se mostraban completamente desagradecidos por las bendiciones de Dios recibidas en el pasado.
7. Habían causado que los nazareos pecaran tentándoles a beber vino.
8. A causa de todo esto, Dios hará que:
a. Cruja la tierra como cruje una carreta cargada de trigo.
b. Los más valientes de los guerreros tiemblen en la batalla.
I. Toda la casa de Jacob (Israel y Judá) (Amó 3:1, Amó 6:14).
1. El castigo de Jacob debe ser equivalente a sus privilegios (Amó 3:1-3).
«Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así: A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades. ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?»
2. Dios les estaba enviando un aviso final por medio de sus profetas (Amó 3:7).
3. Dios llama a los enemigos de Jacob para que den testimonio de todas sus iniquidades (Amó 3:9).
a. Sus mujeres habían sido crueles y exigentes (Amó 4:1-3).
b. Sus ceremonias religiosas, externas y vacías, habían llegado a ser un insulto para la santidad divina (Amó 4:4, Amó 5:21-26).
c. Se habían rodeado de un lujo grosero, con camas de marfil para dormir y alimentos exquisitos (Amó 6:4).
d. Pensaban más en la música mundana que en su propio Mesías (Amó 6:5).
e. Habían bebido vino a jarra llena y se habían perfumado con perfumes olorosos, y a la vez se habían olvidado por completo del pobre y del necesitado (Amó 6:6).
4. El Señor había procurado por todos los medios volverlos al buen camino (Amó 4:6-13), pero ellos no habían respondido positivamente. De forma que su antiguo Salvador se transformaría en su propio juez.
«Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel; y porque te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel» (Amó 4:12).
5. Dios les extiende una última invitación (Amó 5:4-15):
«Buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre» (Amó 5:8).
6. La invitación fue rechazada y el juicio caería.
a. Jacob sería consumido como un león devora una oveja (Amó 3:12).
b. Habría llanto y gritos de dolor en cada calle y plaza (Amó 5:16).
c. En aquel día serán como el que huye de un león y se topa con un oso, o como el que entra en su casa, se apoya en la pared y le muerde una víbora (Amó 5:19).
d. El noventa por ciento de sus soldados cae ría en la guerra (Amó 5:3).
II. El anuncio de cinco visiones (caps. Amó 7:1-17; Amó 8:1-14; Amó 9:1-15).
A. La visión de la plaga de langosta (Amó 7:1-3).
1. En esta visión Dios revela a Amós su intención de destruir todas las cosechas después de la primera siega.
2. Amós intercedió por Israel y el Dios de toda gracia cambió el curso de su acción.
B. La visión del fuego (Amó 7:4-6).
1. Amós vio un fuego destructor, tan abrasador que consumía las aguas de Palestina. Caería sobre la tierra como un castigo por el pecado.
2. El profeta de nuevo clamó por misericordia y Dios dejó a un lado el merecido juicio.
C. La visión de la plomada (Amó 7:7-16).
1. Amós vio al Señor parado al lado de una pared con una plomada en la mano para verificar si estaba vertical.
2. Dios informó a Amós de:
a. Que él iba a continuar probando a Israel con la plomada de la justicia divina.
b. Que no les iba a perdonar ni una vez más.
c. Que destruiría a la dinastía de Jeroboam II mediante la espada. Esto, por supuesto, sucedió literalmente (como todas las profecías de Dios). Jeroboam II fue sucedido en el trono por su hijo Zacarías, siendo asesinado por un rebelde llamado Salum a los seis meses de su reinado (2Re 15:10-12). Dios volvería después a usar esta misma plomada con Judá en los días del inicuo rey Manasés (2Re 21:13-15).
3. A estas alturas de su ministerio profético, Amós fue confrontado por Amasias, el presidente de la asociación sacerdotal de Bet-el, quien rápidamente envió dos mensajes.
a. Uno al rey Jeroboam II avisándole de las actividades «desafiantes» de Amós.
b. El otro dirigido al mismo Amós ordenándole que se marchara inmediatamente de Bet-el y se volviera a su tierra en Judá. Amós respondió al instante diciendo que, a pesar de sus humildes antecedentes (no era profeta ni hijo de profeta), había sido llamado por Dios y no permitiría que nadie le impidiera llevar a cabo su ministerio. Amós después le dio a Amasias de parte del Señor una de las más terribles profecías que se pueden pronunciar sobre un ser humano, a causa del intento de este falso sacerdote de querer silenciar al verdadero profeta de Dios.
(1) La esposa de Amasias se convertiría en una prostituta común en las calles de Bet-el.
(2) Sus hijos e hijas morirían a espada.
(3) Su tierra y posesiones serían repartidas.
(4) El mismo moriría en tierra de paganos
D. La visión de la cesta madura de fruta (Amó 8:1-14).
1. El significado de esta visión: Dios mostró a Amós una cesta llena de fruta madura, explicándole que simbolizaba a Israel que estaba ya maduro para el juicio.
2. La razón para esta visión de juicio: los mercaderes del reino del norte, crueles, corrompidos y materializados:
a. Habían robado a los pobres vendiéndoles alimentos mohosos y atropellando a los necesitados.
b. Deseaban que terminara el día de sábado y otras festividades religiosas para poder seguir engañando con medidas y pesas falsas.
c. Esclavizaban a los pobres, comprándoles por una pieza de plata o por un par de sandalias.
3. Los resultados de esta visión de juicio:
a. El desenfrenado canto del templo se transformará en llanto.
b. Los muertos se veían por todas partes.
c. Se verán horrendas señales en los cielos:
«Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas la tierra en el día claro» (Amó 8:9). Este castigo espantoso tendrá su cumplimiento final durante el tiempo de la gran tribulación (Mat 24:22; Mat 24:29).
d. No habrán palabras confortadoras de parte de Dios (Amó 8:11-12).
«He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán.»
E. La visión del Señor junto al altar (Amó 9:1-15).
1. La condenación de los transgresores de Israel (Amó 9:1-10).
«Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano; y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender. Si se escondieren en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y aunque se escondieren de delante de mis ojos en lo profundo del mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá» (Amó 9:2-3).
2. La restauración del tabernáculo de David (Amó 9:11-15).
a. La monarquía davídica se hallaba en una condición decadente con diez de las doce tribus rehusando rendirle homenaje. Pero todo esto cambiará durante el glorioso milenio. Santiago citó Amós (Amó 9:11-12) en el Concilio de Jerusalén (Hch 15:14-17) como base para una importante decisión, esto es, ¿deben los gentiles ser circuncidados? La respuesta fue un no rotundo.
b. Las bendiciones de esta monarquía restaurada (con Cristo, que es la simiente santa de David) serían múltiples:
(1) El tiempo de la cosecha apenas dará de sí antes de que los labradores comiencen a sembrar de nuevo.
(2) Las viñas sobre las terrazas en los montes de Israel destilarían vino dulce en abundancia.
(3) Los fieles de Israel verán sus haciendas restauradas y vivirán permanentemente en la tierra prometida.
Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz
(765-750 a.C.)
Nota del editor; Esta sección pertenece LA ETAPA DEL REINO DIVIDIDO (1 de Reyes 12—22; 2 de Reyes 1—17; 2 de Reyes 18—25; 2 de Crónicas 10—36; Abdías; Joel; Jonás; Amos; Oseas; Miqueas; Isaías; Nahum; Sofonías; Habacuc; Jeremías; Lamentaciones)
INTRODUCCIÓN
1. El nombre Amós significa «carga». Los nombres orientales tienen generalmente una razón de ser, éste puede estar refiriéndose a un embarazo y parto difícil o puede habérsele dado como un anuncio profético de su futuro ministerio para describir la carga de su corazón por el pecado de Judá e Israel.
2. Procedía de Tecoa, pequeño pueblo a unas 5 millas (unos 8 km) de Belén de Judá.
3. Amós era un pastor (Amó 1:1; Amó 7:14-15) y recogedor de higos silvestres (Amó 7:14). No había estudiado en la escuela de profetas, pero había sido llamado por Dios para ser un evangelista laico.
4. Fue llamado a ser profeta para toda la casa de Jacob (Amó 3:1; Amó 3:13), pero sobre todo para el reino del norte (Amó 7:14-15), en el santuario principal de Bet-el (Amó 7:10). Aquí llevó a cabo su gran campaña de avivamiento y habló fuertemente contra el pecado, la separación y la santificación.
5. Amós ministró durante los reinados de Uzías, rey de Judá, y Jeroboam II, rey de Israel, comenzando a ministrar dos años antes del gran terremoto que sacudió a Palestina (Amó 1:1). Este terremoto dejó tan fuerte recuerdo en el pueblo que Zacarías (un profeta hebreo posterior) se refiere a él 250 años más tarde (Zac 14:5). Josefo, el historiador judío, habla de un sismo que tuvo lugar en el tiempo que Dios castigó al rey Uzías con lepra por su intromisión en las tareas de los sacerdotes (2Cr 26:16-21). (Josefo: Las obras esenciales, Editorial Portavoz, p. 172.)
6. En el tiempo del ministerio de Amós, Israel había liegado al zenit de su prosperidad bajo el reinado de Jeroboam II (2Re 14:25). ¡Pero junto con la prosperidad nacional llegó también la perversión religiosa!
I. Denuncia de ocho naciones (caps. Amó 1:1-15; Amó 2:1-16; Amó 3:1-15; Amó 4:1-13; Amó 5:1-27; Amó 6:1-14).
A. Siria. Capital: Damasco (Amó 1:1-5).
1. Esta nación había acosado frecuentemente a Israel, sobre todo durante los reinados de Benadad I y Hazael. (Véanse 1Re 20:1; 2Re 6:24; 2Re 10:32-33.
2. Dios haría que:
a. Ardiera el palacio real en la capital.
b. Cayeran sus fortalezas militares.
c. Muchos sirios murieran y otros fueran llevados de vuelta a Kir, a la tierra donde vivieron como esclavos. (Cp. Amó 1:5 con Amó 9:7.) Kir estaba localizada en Mesopotamia. (Véase también 2Re 16:9.)
B. Filistea. Capital: Gaza (Amó 1:6-8).
Las cuatro ciudades principales de Filistea: Gaza, Asdod, Ascalón y Ecrón, serían juzgadas porque habían prendido y vendido a algunos hebreos como esclavos a Edom. (Véanse 2Cr 21:16-17; Joe 3:4-8.)
C. Fenicia. Capital: Tiro (Amó 1:9-10).
1. Habían quebrantado su pacto de hermandad con Israel (refiriéndose al acuerdo que David y Salomón habían hecho con Tiro). (Véase 1Re 9:13.)
2. Tiro había atacado las ciudades de Israel y había vendido a sus ciudadanos como esclavos a Edom. (Véase Joe 3:4-8.).
3. Dios haría que los palacios y las fortalezas de Tiro fueran destruidas por fuego.
D. Edom. Capitales: Temán y Bosra (Amó 1:11-12).
1. Temán estaba ubicada al sureste de Petra y Bosra estaba en la parte centro-norte de Edom.
2. Aunque los israelitas y edomitas estaba relacionados por parentesco familiar (un pueblo procedía de Jacob y el otro de Esaú, véase Gén 25:30), Israel había sufrido bastante a manos de Edom. (Véanse también Mal 1:2; Abd 1:1-21.)
3. Sus fortalezas militares serían destruidas.
E. Amón. Capital: Rabá (Amó 1:13-15).
1. Los amonitas, descendientes de la hija menor de Lot (Gén 19:38), habían cometido crímenes horribles, abriendo con sus espadas el vientre de mujeres hebreas embarazadas durante sus guerras de expansión en Galaad.
2. Dios destruiría sus ciudades y sometería a esclavitud a sus gentes.
F. Moab. Capital: Queriot (Amó 2:1-3).
1. Este pueblo, descendiente de la hija mayor de Lot (Gén 19:37), había, entre otros crímenes, profanado las tumbas de los reyes de Edom, sin ningún respeto por los muertos. (Véase 2Re 3:26-27.)
2. Los moabitas serían derrotados en la guerra y prenderían fuego a sus palacios.
G. Judá. Capital: Jerusalén (Amó 2:4-5).
1. Judá había rechazado la Palabra de Dios y desobedecido al Dios de la Palabra.
2. Habían endurecido sus corazones como lo hicieron sus padres.
H. Israel. Capital: Samaria (Amó 2:6-16).
1. Habían pervertido la justicia aceptando sobornos.
2. Habían vendido a los pobres como esclavos, cambiándolos por un par de zapatos.
3. Padres e hijos habían cometido el pecado de inmoralidad con la misma prostituta.
4. Holgazaneaban en las fiestas religiosas con ropas tomadas de sus deudores.
5. Habían ofrecido sacrificios de vino en el templo con dinero que habían robado.
6. Se mostraban completamente desagradecidos por las bendiciones de Dios recibidas en el pasado.
7. Habían causado que los nazareos pecaran tentándoles a beber vino.
8. A causa de todo esto, Dios hará que:
a. Cruja la tierra como cruje una carreta cargada de trigo.
b. Los más valientes de los guerreros tiemblen en la batalla.
I. Toda la casa de Jacob (Israel y Judá) (Amó 3:1, Amó 6:14).
1. El castigo de Jacob debe ser equivalente a sus privilegios (Amó 3:1-3).
«Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así: A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades. ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?»
2. Dios les estaba enviando un aviso final por medio de sus profetas (Amó 3:7).
3. Dios llama a los enemigos de Jacob para que den testimonio de todas sus iniquidades (Amó 3:9).
a. Sus mujeres habían sido crueles y exigentes (Amó 4:1-3).
b. Sus ceremonias religiosas, externas y vacías, habían llegado a ser un insulto para la santidad divina (Amó 4:4, Amó 5:21-26).
c. Se habían rodeado de un lujo grosero, con camas de marfil para dormir y alimentos exquisitos (Amó 6:4).
d. Pensaban más en la música mundana que en su propio Mesías (Amó 6:5).
e. Habían bebido vino a jarra llena y se habían perfumado con perfumes olorosos, y a la vez se habían olvidado por completo del pobre y del necesitado (Amó 6:6).
4. El Señor había procurado por todos los medios volverlos al buen camino (Amó 4:6-13), pero ellos no habían respondido positivamente. De forma que su antiguo Salvador se transformaría en su propio juez.
«Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel; y porque te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel» (Amó 4:12).
5. Dios les extiende una última invitación (Amó 5:4-15):
«Buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre» (Amó 5:8).
6. La invitación fue rechazada y el juicio caería.
a. Jacob sería consumido como un león devora una oveja (Amó 3:12).
b. Habría llanto y gritos de dolor en cada calle y plaza (Amó 5:16).
c. En aquel día serán como el que huye de un león y se topa con un oso, o como el que entra en su casa, se apoya en la pared y le muerde una víbora (Amó 5:19).
d. El noventa por ciento de sus soldados cae ría en la guerra (Amó 5:3).
II. El anuncio de cinco visiones (caps. Amó 7:1-17; Amó 8:1-14; Amó 9:1-15).
A. La visión de la plaga de langosta (Amó 7:1-3).
1. En esta visión Dios revela a Amós su intención de destruir todas las cosechas después de la primera siega.
2. Amós intercedió por Israel y el Dios de toda gracia cambió el curso de su acción.
B. La visión del fuego (Amó 7:4-6).
1. Amós vio un fuego destructor, tan abrasador que consumía las aguas de Palestina. Caería sobre la tierra como un castigo por el pecado.
2. El profeta de nuevo clamó por misericordia y Dios dejó a un lado el merecido juicio.
C. La visión de la plomada (Amó 7:7-16).
1. Amós vio al Señor parado al lado de una pared con una plomada en la mano para verificar si estaba vertical.
2. Dios informó a Amós de:
a. Que él iba a continuar probando a Israel con la plomada de la justicia divina.
b. Que no les iba a perdonar ni una vez más.
c. Que destruiría a la dinastía de Jeroboam II mediante la espada. Esto, por supuesto, sucedió literalmente (como todas las profecías de Dios). Jeroboam II fue sucedido en el trono por su hijo Zacarías, siendo asesinado por un rebelde llamado Salum a los seis meses de su reinado (2Re 15:10-12). Dios volvería después a usar esta misma plomada con Judá en los días del inicuo rey Manasés (2Re 21:13-15).
3. A estas alturas de su ministerio profético, Amós fue confrontado por Amasias, el presidente de la asociación sacerdotal de Bet-el, quien rápidamente envió dos mensajes.
a. Uno al rey Jeroboam II avisándole de las actividades «desafiantes» de Amós.
b. El otro dirigido al mismo Amós ordenándole que se marchara inmediatamente de Bet-el y se volviera a su tierra en Judá. Amós respondió al instante diciendo que, a pesar de sus humildes antecedentes (no era profeta ni hijo de profeta), había sido llamado por Dios y no permitiría que nadie le impidiera llevar a cabo su ministerio. Amós después le dio a Amasias de parte del Señor una de las más terribles profecías que se pueden pronunciar sobre un ser humano, a causa del intento de este falso sacerdote de querer silenciar al verdadero profeta de Dios.
(1) La esposa de Amasias se convertiría en una prostituta común en las calles de Bet-el.
(2) Sus hijos e hijas morirían a espada.
(3) Su tierra y posesiones serían repartidas.
(4) El mismo moriría en tierra de paganos
D. La visión de la cesta madura de fruta (Amó 8:1-14).
1. El significado de esta visión: Dios mostró a Amós una cesta llena de fruta madura, explicándole que simbolizaba a Israel que estaba ya maduro para el juicio.
2. La razón para esta visión de juicio: los mercaderes del reino del norte, crueles, corrompidos y materializados:
a. Habían robado a los pobres vendiéndoles alimentos mohosos y atropellando a los necesitados.
b. Deseaban que terminara el día de sábado y otras festividades religiosas para poder seguir engañando con medidas y pesas falsas.
c. Esclavizaban a los pobres, comprándoles por una pieza de plata o por un par de sandalias.
3. Los resultados de esta visión de juicio:
a. El desenfrenado canto del templo se transformará en llanto.
b. Los muertos se veían por todas partes.
c. Se verán horrendas señales en los cielos:
«Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas la tierra en el día claro» (Amó 8:9). Este castigo espantoso tendrá su cumplimiento final durante el tiempo de la gran tribulación (Mat 24:22; Mat 24:29).
d. No habrán palabras confortadoras de parte de Dios (Amó 8:11-12).
«He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán.»
E. La visión del Señor junto al altar (Amó 9:1-15).
1. La condenación de los transgresores de Israel (Amó 9:1-10).
«Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano; y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender. Si se escondieren en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y aunque se escondieren de delante de mis ojos en lo profundo del mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá» (Amó 9:2-3).
2. La restauración del tabernáculo de David (Amó 9:11-15).
a. La monarquía davídica se hallaba en una condición decadente con diez de las doce tribus rehusando rendirle homenaje. Pero todo esto cambiará durante el glorioso milenio. Santiago citó Amós (Amó 9:11-12) en el Concilio de Jerusalén (Hch 15:14-17) como base para una importante decisión, esto es, ¿deben los gentiles ser circuncidados? La respuesta fue un no rotundo.
b. Las bendiciones de esta monarquía restaurada (con Cristo, que es la simiente santa de David) serían múltiples:
(1) El tiempo de la cosecha apenas dará de sí antes de que los labradores comiencen a sembrar de nuevo.
(2) Las viñas sobre las terrazas en los montes de Israel destilarían vino dulce en abundancia.
(3) Los fieles de Israel verán sus haciendas restauradas y vivirán permanentemente en la tierra prometida.
Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz
INTRODUCCIÓN
1. Trasfondo histórico-cultural
a) La situación. No fueron abundantes los períodos de prosperidad del Reino de Israel o Reino del Norte. Uno de ellos fue el que coincidió con el reinado de Jeroboán II (787-747 a. C.). La débil situación de las naciones vecinas — Siria, la más cercana, estaba siendo víctima del expansionismo de Asiria — es aprovechada por Jeroboán II para recuperar territorios y ganar batallas que resucitan en Israel sueños de grandezas perdidas. Se recupera el comercio exterior, aumentan los recursos económicos y se produce una prosperidad desconocida desde los tiempos de Salomón.
Pero, ya se sabe: la prosperidad suele ser para unos pocos a costa de los muchos. Concretamente en Israel se rompen los antiguos lazos de solidaridad de la alianza y se abre paso la explotación de los pobres por los poderosos, aunque haya que recurrir a tribunales injustos y dar así cobertura legal a la explotación. Y todo ello acompañado de una enervante “seguridad religiosa” pues se piensa que Dios, con tal que se le rinda el culto que le corresponde, está con el pueblo al que nada malo le puede suceder (Amó 6:1; Amó 9:10). La prosperidad material llevó a una auténtica situación de corrupción social y religiosa.
b) La persona. Cronológicamente, Amós es el primer profeta cuyo mensaje se ha conservado por escrito, aunque es probable que la edición última de sus oráculos sea obra de sus discípulos que tal vez añadieron algunos materiales.
Como de los demás profetas, tampoco de Amós sabemos mucho. Lo poco que conocemos lo extraemos de su propio libro. Pero no dejan de ser aspectos interesantes. Amós es de Judá, el Reino del Sur, concretamente de Tecoa, a unos 20 km al sur de Jerusalén. Sin embargo, y a pesar de no ser un profeta “profesional” (Amó 7:14), es enviado a predicar en el Reino del Norte. Son dos aspectos importantes: el primero, de universalidad; el segundo, de imprevisibilidad. Contra todo pronóstico, Amós experimenta la vocación profética como una fuerza irresistible que compara con el impacto que produce el rugido del león. Dios irrumpe en la vida de Amós de manera casi violenta y no le queda más remedio que dejar sus rebaños y sus higueras, es decir, su oficio de pastor y agricultor (Amó 7:14-15) para proclamar el mensaje que el Señor pone en sus labios. El hecho debió ocurrir entre los años 760-750 a. C., cuando Amós era aún relativamente joven.
Su actividad profética no duró mucho y parece que estuvo ligada a diferentes lugares: Betel, Samaría, Guilgal. Su destino final fue el de la mayoría de los profetas, a saber, ser rechazado por los poderes fácticos del momento; en este caso su expulsión se cuece en el ámbito de la corte, instigada por el sacerdote-funcionario, Amasías. Una vez expulsado de Israel, da por acabada probablemente su actividad como profeta. Pero, afortunadamente, su expulsión no hizo olvidar el contenido de su profecía (quizás releída en Judá). Y así, el impacto causado por su mensaje se conservó en el libro que recogió los oráculos de este primer profeta escritor.
2. Aspectos literarios
a) El lenguaje figurado. Leyendo a Amós, se cae en la cuenta de que el profeta no entiende sólo de rebaños y de higueras. Está en el origen de una profecía con importantes recursos de composición: calibra bien los acontecimientos internacionales y prevé ya la amenaza de Asiria, que se consumará para Samaría en el 721/722 a. C.; sabe interpretar de manera maestra los signos de su tiempo, positivos y negativos; recurre a elementos de la tradición sapiencial (Amó 3:3-8; Amó 5:19; Amó 6:12); está versado en la tradición litúrgica (Amó 4:6-13; Amó 5:4-6; Amó 5:14-15); no es ajeno a la lírica (Amó 4:1-2; Amó 9:1-4) y no le falta la ironía (Amó 3:12; Amó 5:5; Amó 6:13; Amó 8:1). Todo ello en un lenguaje sobrio, pero con abundancia de formas literarias, de gran fuerza expresiva. El rugido — es decir, la voz — del Señor (Amó 1:2) da a todo el libro de Amós el tono amenazante de juicio divino contra los enemigos que, esta vez, están dentro del propio pueblo. Rugido que reaparece en Amó 3:8 — esta vez como rugido de león — subrayando la necesidad de profetizar cuando Dios habla.
Interesante también, como recurso literario, es el material figurativo que recubre uno de los ejes fundamentales de la profecía de Amós, a saber, la denuncia del pecado social en Israel. Esta denuncia entra mejor por los ojos mediante los recursos literarios de los que echa mano el profeta: los humildes aplastados contra el polvo de la tierra (Amó 2:7), los palacios ostentosos como símbolo de las realidades injustas (Amó 3:10), las opulentas y orgullosas mujeres de Samaría descritas como vacas de Basán, que explotan, oprimen, aplastan y trituran a los débiles e indefensos (Amó 4:1).
Y lo mismo ocurre con el castigo, amenazante e inevitable, que ofrece al profeta ocasión para un nuevo empleo de material figurativo, a saber: el fuego divino para referirse al castigo de las naciones (Amó 1:4; Amó 7:10; Amó 7:12; Amó 7:14; Amó 2:2; Amó 2:5), el carro cargado de gavillas que se hunde para indicar el inminente castigo del propio pueblo israelita (Amó 2:13), las tinieblas y el ataque de animales feroces — el león, el oso, la serpiente — para dar a entender que el esperado día del Señor se va a convertir en un día terrible, sin posible escapatoria (Amó 5:18-20).
Este es el Amós genuino: lo suyo no es la exhortación, sino el anuncio de un juicio y una muerte irrevocable para los que, sin embargo, el profeta ofrece alternativas (Amó 5:4; Amó 5:6; Amó 5:14; Amó 5:24) en forma de exhortaciones que son casi siempre “combativas”. No es el culto exterior y vacío lo que quiere el Señor, sino que fluya abundante el derecho y la justicia (Amó 5:21-24).
b) La estructura del libro. Con Amós se produce un hecho nuevo y decisivo para la historia del profetismo: su mensaje predicado se convierte por primera vez en palabra escrita, en obra literaria. Aunque el libro presenta indicios inequívocos de reelaboración posterior (agrupación de materiales por temas o recursos literarios: oráculos contra las naciones en Amó 1:1-15 — Amó 2:1-16; visiones en Amó 7:1-17 — Amó 9:1-15; ayes en Amó 5:1-27 — Amó 7:1-17; y algunos añadidos en Amó 7:10-17; Amó 9:11-15), no hay razones convincentes para dudar de la atribución fundamental al profeta. Su estilo es sobrio y conciso, pero es también directo, apasionado e incisivo.
La estructura del libro es clara. Después del título y un pequeño exordio (Amó 1:1-2), encontramos dos grandes partes:
I. — LIBRO DE LOS ORÁCULOS (Amó 1:3 — Amó 6:14)
– Oráculos contra las naciones (Amó 1:3 — Amó 2:16) (con la fórmula así dice el Señor)
– Oráculos contra Israel (Amó 3:1-15 — Amó 6:1-14) (con la fórmula escuchen)
II. — LIBRO DE LAS VISIONES (Amó 7:1-17 — Amó 9:1-15) (introducidas con la fórmula esto me mostró el Señor). Las tres últimas se alargan respectivamente con el enfrentamiento Amós/Amasías (Amó 7:10-17); la amenaza de la catástrofe (Amó 8:9-14) y la promesa de restauración (Amó 9:11-15).
3. Contenido y dimensión religiosa
La profecía de Amós responde a cuestiones fundamentales de la experiencia religiosa. Es una profecía lanzada en tiempos de prosperidad y bienestar. Justo cuando nadie podía prever el castigo que se avecinaba para Israel. La situación próspera desmentía todo posible vaticinio negativo (la riqueza era considerada, en efecto, como signo de benevolencia y bendición divinas). Pero Amós lee “religiosamente” esa misma situación y descubre en ella no gracia, sino pecado. Un pecado fundamentalmente social que llevará a Israel a su final dramático. Amós denuncia el lujo, la injusticia, el falso culto a Dios y la falsa seguridad religiosa, y se pregunta cómo Israel ha ido “madurando” de forma progresiva para el castigo.
— El corazón que no se duele. Cuando Amós denuncia el lujo de la clase alta de Israel, su forma de vida y las expresiones de su grandeza (sus palacios y sus borracheras, sus fiestas y sus refinadas comodidades…), apunta a una raíz profunda: la insolidaridad. Lo expresa con amargura en Amó 6:6 : no se duelen de la desgracia de José. La desgracia de muchos debería ser criterio correctivo del lujo abundante de unos pocos. Mientras exista la desgracia de los pobres, el corazón del rico ha de ser un “corazón dolido”, abierto a la solidaridad.
— La pobreza no es siempre una realidad “casual”. Con frecuencia es una realidad “causada”, una injusticia. Así lo proclama Amós al denunciar la riqueza que unos acumulan a costa del empobrecimiento de otros. En los palacios de los ricos no hay sólo realidades “estáticas”: suntuosas construcciones de invierno y de verano, arcas de marfil (Amó 3:15), cobertores de Damasco (Amó 3:12); hay también realidades “dinámicas”: violencias y crímenes (Amó 3:10), desprecio y ruindad (Amó 5:11), extorsión y despojo (Amó 8:4), vejación (Amó 2:6) y fraude (Amó 8:5), indefensión (Amó 5:7) y sobornos (Amó 5:12). La pobreza de tantos no es una “dolorosa realidad inocente”. Es fruto de un pecado. Dios mismo siente que le concierne: profanando así mi santo nombre (Amó 2:7). Una correcta ética social es, pues, para Amós parte esencial del auténtico culto que ha de rendirse al Señor.
— El culto sin ética social es un culto vacío. No basta con peregrinar a los santuarios de Betel o Guilgal, si no se peregrina también hacia la persona humana como lugar de manifestación de Dios. No bastan los sacrificios al Señor como expresión de relación vertical; tienen que pasar también por la relación horizontal de la solidaridad fraterna: (Amó 5:23-24).
— En la relación con Dios no valen seguridades externas. La elección no es privilegio, sino responsabilidad (Amó 3:2). La presencia de Dios no es un salvoconducto externo (Amó 9:10); es la fuerza interna para el camino que hay que recorrer con él y como él quiere (Amó 5:4; Amó 5:6; Amó 5:14).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Zac 14:5.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— Tecoa: Aldea situada a unos 20 km al sur de Jerusalén (ver 2Sa 14:2).
— Jeroboán: Se trata de Jeroboán II, de largo y brillante reinado (782-753 a. C.), pero al que la Biblia apenas dedica unas líneas (2Re 14:23-29).
— el terremoto: Lo menciona también Zac 14:5 y tuvo lugar hacia la mitad del siglo VIII a. C.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Titulo
Conforme el libro avanza nos damos cuenta de que las palabras de Amós son de hecho las palabras del Señor (p. ej. 1:3, 6; 3:1, 11; 5:1, 4; 9:11-15). Sin embargo, Amós claramente no perdió su personalidad por convertirse en vehículo de las palabras del Señor. Este es el milagro de la inspiración. Pastores es una palabra solamente usada en otras partes como “ganadero” (2 Rey. 3:4). El Señor esco ge al que quiere, haciendo del muy ordinario su agente para propósitos únicos. Solamente la obra de Dios -no el entrenamiento humano o la decisión personal- pudieron haber hecho de Amós lo que llegó a ser. Tecoa estaba a 19 km. al sur de Jerusalén. Vio se usa a menudo, como aquí, para describir la “percepción” espiritual concedida a los pro fetas (Isa. 1:1; Hab. 1:1), no necesariamente una experiencia visionaria, sino la capacidad para “ver lo que es verdad”. Mezcla revelación e inspiración, porque implica tanto la verdad objetiva “vista” como la facultad subjetiva para “verla”. Dios dio tanto la verdad como también la capacidad para captarla y expresarla (NBD, “Prophecy, Prophets”). Uzías … Jeroboam … terremoto, véase Introducción.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
AMOS fue profeta de Israel (el reino del norte) desde 760-750 a.C.Ambiente de la época: Israel disfrutaba prosperidad económica y paz. Esto provocó que la sociedad se volviera egoísta y materialista. Los adinerados no tenían en cuenta las necesidades de los menos afortunados. El pueblo se centraba en sí mismo y sentía indiferencia hacia Dios.Mensaje principal: Amós habló en contra de los que explotaban u olvidaban a los necesitados.Importancia del mensaje: Creer en Dios es algo más que un asunto personal. Dios hace un llamado para que todos los creyentes trabajen en contra de la injusticia de la sociedad y para que ayuden a los menos afortunados.Profetas contemporáneos: Jonás (793-753) Oseas (753-715)1.1 Amós era pastor y cultivaba higueras en el reino del sur (Judá), pero profetizó en el reino del norte (Israel). Israel estaba políticamente en la cumbre de su poder y su economía era muy próspera. Sin embargo, la nación se corrompió espiritualmente. Se adoraban ídolos en toda la tierra y sobre todo en Bet-el, donde se suponía que se encontrara el centro religioso de la nación. Al igual que Oseas, Dios envió a Amós para denunciar la corrupción social y religiosa del pueblo. Aproximadamente 30 ó 40 años después que Amós profetizó, Asiria destruyó la ciudad capital, Samaria, y conquistó la nación (722 a.C.). Uzías reinó en Judá desde 792-740 a.C.; Jeroboam II reinó en Israel desde 793-753.1.1 Tecoa, la tierra natal de Amós, estaba localizada en la escarpada nación ovejera de Judá, a 16 km de Jerusalén. Mucho antes de que Amós naciera, una mujer de Tecoa hizo que David se reconciliara con Absalón, su hijo rebelde (2Sa 14:1-23).1.1 Amós cuidaba ovejas, un trabajo muy poco «espiritual», sin embargo, se convirtió en un instrumento para llevar el mensaje de Dios. Tal vez su trabajo no lo haga sentirse «espiritual» ni con éxito, pero es uno de fundamental importancia si está en el lugar que Dios quiere. El puede obrar a través de usted para realizar cosas extraordinarias, sin importar cuán común y corriente sea su ocupación.1.1 El profeta Zacarías y otras narraciones históricas de esta época mencionan un terremoto (Zec 14:5).1.2 En la Biblia, a menudo a Dios se le representa como un pastor y su pueblo como ovejas. Como pastor, dirige y protege a las ovejas. Sin embargo, también se describe como un león feroz, listo para devorar a los malvados e infieles (Hos 11:10).1.2 Carmelo significa campo fructífero. Era una región muy fértil. Para que este lugar se secara, la sequía debía ser muy severa.1.3 Damasco era la capital de Siria. En el pasado, Siria fue uno de los enemigos acérrimos de Israel. Después de la derrota de Siria, por Asiria, en 802 a.C. (2Ki 16:9), Damasco ya no representó una verdadera amenaza.1.3-2.6 Amós pronunció el castigo de Dios a las naciones que rodeaban las fronteras de Israel, incluso Judá. Quizás el pueblo de Israel se alegró cuando escuchó la reprimenda dictada en contra de aquellas naciones. Pero más tarde Amós proclamó el castigo de Dios sobre Israel. No pudieron encontrar excusas para su pecado, ya que pensaban que los pecados de sus vecinos eran peores. Dios no hace distinción entre las personas. Dios nos juzga a todos por igual, con justicia e imparcialidad.1.3-2.6 La acusación de que estas naciones «habían pecado una y otra vez» hace eco en estos versículos, al evaluar Dios nación tras nación. Cada una se había negado a cumplir con los mandamientos de Dios. El pecado suele volverse parte de nuestro estilo de vida. Obviar o negar el problema no nos ayudará. Debemos comenzar el proceso de cambio confesando nuestros pecados a Dios, y pidiéndole que nos perdone. De lo contrario, no tenemos otra esperanza mas que continuar pecando.1.4 La casa de Hazael se refiere al reino de Siria. Ben-adad fue el hijo de Hazael (2Ki 13:24).1.5 Los sirios fueron esclavos en Kir y ahora estaban libres (9.7). Decretar que los sirios regresaran a Kir era como decir que los israelitas debían volver a Egipto como esclavos (Exodo 1).1.7, 8 Asdod, Ecrón, Gaza y Ascalón eran cuatro de las cinco ciudades principales de Filistea, un enemigo que a menudo amenazaba a Israel. La quinta ciudad, Gad, ya se había destruido. Por lo tanto, Amós le decía que toda la nación de Filistea sería destruida por sus pecados.1.9 Tiro era una de las dos ciudades principales de Fenicia. Se habían hecho algunos tratados con esta ciudad debido a que les proporcionaba madera de cedro para construir el palacio de David y el templo de Dios (2Sa 5:11; 1 Reyes 5).1.11, 12 Tanto Edom como Israel descendían de Isaac. Edom de Esaú, hijo de Isaac, e Israel del hermano gemelo de Esaú, Jacob (Gen 25:19-28; Gen 25:27). Pero estas dos naciones, al igual que los dos hermanos, siempre estuvieron en conflicto. Edom se regocijó por la desgracia de Israel. Como resultado, Dios prometió destruir a Edom totalmente, desde Temán en el sur, hasta Bosra en el norte.1.13-15 Los amorreos descendían de la relación incestuosa del Lot y su hija menor (Gen 19:30-38). Eran hostiles con Israel, y a pesar de que Israel comenzó a adorar sus ídolos, continuaron atacando (Jdg 10:6-8). Después de que Saúl fue ungido rey de Israel, su primera victoria en batalla fue en contra de los amorreos (1 Samuel 11). Rabá era la ciudad capital de Amón. La profecía de Amós sobre la destrucción de Amón se cumplió por medio de la invasión de Asiria.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) Título Que significa: “Que Es una Carga”; o: “Que Lleva una Carga”. Heb.: ‛A·móhs.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 0 2Sa 14:2; 2Cr 11:6
b 1 2Re 17:13
c 2 2Cr 26:1; Isa 1:1; Ose 1:1
d 3 2Re 14:23; Amó 7:10
e 4 2Re 13:13
f 5 Zac 14:5
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Palabras…que vio en visión. Las visiones que Amós recibió del S eñor (como las mencionadas en los caps. 7– 9), formaron la base para los mensajes que fueron proclamados por él al pueblo, e indirectamente, al rey de Israel. Estos mensajes formaron la base del libro de Amós.
Tecoa. Esta ciudad de Judá está a unos 10 km al sur de Jerusalén. Amós, aunque vivía en el Reino del Sur (Judá), fue comisionado para proclamar el mensaje de Dios al Reino del Norte (Israel).
Uzías…Jeroboam. La mención de los dos reyes, uno del sur y otro del norte, enfatiza la idea de que ambos reinos mantenían cierta unidad, tema central en el libro de Amós (cp. vers. 2; 3:1; 9:11).
terremoto. Es mencionado años más tarde por Zacarías (Zac 14:5) Tanto la información histórica como la arqueológica sugieren una fecha alrededor del 760 a.C. para este terremoto.
Fuente: La Biblia de las Américas
INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE AMÓS
AUTOR: AmósFecha: 755 a.C.
El profeta Amós era un sureño de Tecoa (una aldea situada a 16 km. al sur de Jerusalén) que fue al norte a Bet-el a predicar en lo que prácticamente era territorio extranjero. Aunque no era un profeta profesional, Amós recibió un llamado directo de Dios a ministrar (Amó 7:15). Su ocupación era la de boyero, quizás el jefe de una cuadrilla de pastores. La misma palabra hebrea se usa para describir la ocupación de Mesa (2Re 3:4). La predicación de Amós en Bet-el, un centro de adoración y el lugar de residencia del rey Jeroboam II, produjo una oposición de tal magnitud que regresó a Judá, donde escribió su mensaje. El libro de Amós demuestra que el profeta era un hombre preparado, no un labrador ignorante.
La época Uzías, el rey de Judá (791-740), reinó sobre una nación próspera, pero operaba bajo la influencia de Jeroboam II, rey de Israel (793-753) cuyo reino estaba externamente en el cénit de su poderío pero que interiormente era idólatra y corrompido (cp. 2Re 14:24-25). Aquella época se caracterizaba, además, por la prosperidad material y los males sociales (Amó 2:6-8; Amó 3:10; Amó 4:1; Amó 5:10-12; Amó 8:4-6).
Tema Amós atacó tanto los males sociales del pueblo como su adoración pagana. Lo hizo por medio de un llamado urgente al arrepentimiento como el único modo de escapar del juicio inminente. La posición privilegiada de Israel, declaró Amós, debió haber constituido un incentivo para una vida justa, ciertamente no una excusa para pecar. Algunos de los versículos importantes y favoritos son Amó 3:2; Amó 3:3; Amó 5:24; Amó 9:11.
BOSQUEJO DE AMÓS
I) El autor y el tema del libro, Amó 1:1-2
II) Las profecías de Amós, Amó 1:3 – Amó 2:16
A) Referente a Damasco, Amó 1:3-5
B) Referente a Filistia, Amó 1:6-8
C) Referente a Tiro, Amó 1:9-10
D) Referente a Edom, Amó 1:11-12
E) Referente a Amón, Amó 1:13-15
F) Referente a Moab, Amó 2:1-3
G) Referente a Judá, Amó 2:4-5
H) Referente a Israel, Amó 2:6-16
III) Los sermones de Amós, Amó 3:1 – Amó 6:14
A) La ruina de Israel, Amó 3:1-15
B) La depravación de Israel, Amó 4:1-13
C) Una elegía sobre Israel, Amó 5:1 – Amó 6:14
1. La ruina de Israel en el juicio cercano, Amó 5:1-17
2. La censura al pueblo religioso, Amó 5:18-27
3. La amonestación a toda la nación, Amó 6:1-14
IV) Las visiones de Amós, Amó 7:1 – Amó 9:15
A) La visión de la langosta destructora, Amó 7:1-3
B) La visión de fuego, Amó 7:4-6
C) La visión de la plomada, Amó 7:7-9
D) Un interludio histórico: La oposición del sacerdote de Betel, Amó 7:10-17
E) La visión del canastillo de fruta de verano, Amó 8:1-14
F) La visión del juicio de Jehová, Amó 9:1-10
G) La visión de la bendición futura, Amó 9:11-15
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
el terremoto. Mencionado por Zacarías (Zac 14:5) y Josefo, quien lo relaciona con el pecado de Uzías por oficiar como sacerdote (2Cr 26:16).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
en Jerusalén. Se sigue LXX; terremoto… → Zac 14:5.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Prob. g Zac 14:5.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[1] Ciudad de Judá. Hacia 787 a.C..[4] Familia real. 1 Re 15, 15.[6] Durante el reinado de Sennaquerib, los filisteos entregaron varios judíos que se habían refugiado entre ellos a los idumeos, quienes les dieron una muerte cruel. Jer 25; 47.[13] 1 Sam 11.