Comentario de Amós 3:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Oíd esta palabra que Jehovah ha hablado contra vosotros, oh hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así:
Oíd esta palabra. 2Cr 20:15; Isa 46:3; Isa 48:12; Ose 4:1; Ose 5:1; Miq 3:1; Apo 2:29.
contra vosotros. Jer 8:3; Jer 31:1; Jer 33:24-26; Eze 37:16, Eze 37:17.
que hice subir. Amó 2:10.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La necesidad del juicio de Dios, Amó 3:1-8.
El anuncio y sus causas, Amó 3:9-15.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
toda la familia que hice subir enfatiza la relación íntima y personal que Dios tenía con Israel.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
TODA LA FAMILIA. Aquí se trata tanto de Israel como de Judá. Eran el pueblo escogido de Dios a quien se le debía pedir cuentas.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
3. Crímenes de Israel.
Anuncio del castigo (1-8).
1 Oíd esta palabra que Yahvé ha pronunciado sobre vosotros, hijos de Israel; sobre todas las familias que hice subir de la tierra de Egipto, diciendo: 2 Sólo a vosotros conocí yo de entre todas las estirpes de la tierra; por eso he de hacer justicia de todas vuestras iniquidades. 3 ¿Podrán caminar dos juntos sin estar de acuerdo? 4 ¿Rugirá el león en el bosque no habiendo presa? ¿Dejará oír su rugido el leoncillo en su cubil sin haber despojos? 5 ¿Se dejará caer el ave sobre la red en tierra si no hubiere lazo? ¿Se levantará del suelo la red sin haber cazado nada? 6 ¿Tocarán la trompeta en la ciudad sin que se alarme el pueblo? ¿Habrá en la ciudad calamidad cuyo autor no sea Yahvé? 7 Porque no hace nada el Señor, Yahvé, sin revelar su designio a sus siervos los profetas. 8 Rugiendo el león, ¿quién no temerá? Hablando el Señor, Yahvé, ¿quién no profetizará?
El oráculo se refiere a Israel, si bien puede aplicarse también al reino de Judá, ya que la recriminación se basa en la falta de fidelidad a Yahvé, que los sacó de Egipto con toda liberalidad. El pueblo israelita es un pueblo excepcional, pues es el único que ha sido elegido entre todos los pueblos para ser amigo y aliado de Yahvé: sólo a vostros conocí de entre todas las estirpes de la tierra. (v.2). Pero este honor fuera de serie suponía obligaciones; de ahí que las iniquidades de Israel revistan la particular malicia de ingratitud e infidelidad; por ello que el castigo para ellos será duro e inexorable.
La culpabilidad reiterada de Israel ha roto las relaciones con su Dios; por eso no es posible que caminen de acuerdo en adelante: ¿Podran caminar dos juntos sin estar de acuerdo? (v.3). Israel, pues, no puede pretender gozar de la protección divina mientras siga sus perversos caminos. Es más, como pueblo rebelde, que no ha cumplido sus compromisos, debe sufrir los rigores de la justicia divina. El castigo es inminente, e Israel puede ya columbrar su trágico destino por las amenazas que Yahvé lanza por sus profetas; como el león no ruge sino cuando tiene la presa delante (¿rugirá el león. no habiendo presa.? v.4), así, cuando Yahvé lanza sus rugidos y amenazas, es que la presa (Israel) está ya al alcance de su mano.
Con una nueva comparación expresa el profeta la inminencia del castigo. Yahvé ha extendido una red para que caiga en ella Israel, y no levantará el lazo hasta que haya hecho presa, como el cazador no quita la trampa hasta que haya logrado cazar: ¿se levantará del suelo la red sin haber cazado nada? (v.5). Un nuevo símil recalca la inminencia del castigo: cuando se toca la trompeta en la ciudad, es que el peligro es inminente, y, en consecuencia, el pueblo se alarma y se apresta a la defensa (v.6). Amos, como profeta, es el centinela de su pueblo, que anuncia la inminencia del castigo enviado por Yahvé, y todos deben aprestarse al arrepentimiento, alarmados ante la próxima manifestación de la inexorable justicia divina.
La calamidad que se abate sobre la ciudad no es de un enemigo cualquiera, del cual puedan librarse: ¿Habrá en la ciudad calamidad cuyo autor no sea Yahvé? (v.6b). Los que desprecian al profeta y sus amenazas deben pensar que los castigos y calamidades que anuncia vienen, en definitiva, de Dios, y, por tanto, no deben burlarse de ellos, porque la venganza será inexorable. La idea está expresada en sentido interrogativo para dar un carácter enigmático al enunciado. No deben, pues, los israelitas jugar con sus amenazas, porque, en definitiva, están jugando con la justicia divina.
Deben tener en cuenta que los profetas son los mensajeros de los designios divinos, pues Dios les comunica de antemano sus planes de destrucción y de bendición: Porque no hace nada Yahvé sin revelar’ sus designios a sus siervos los profetas (v.7). Amos, pues, se presenta como enviado de Yahvé y siente una fuerza secreta interior que le obliga a anunciar estas amenazas: Rugiendo el león, ¿quién no temerá? hablando Yahvé, ¿quién no profetizará? (v.8). Como es inevitable sentir escalofríos de temblor al oír el rugido de un león enfurecido, así el profeta, al oír los vaticinios conminatorios de Yahvé, no puede menos de profetizar, comunicándolos a sus destinatarios.
La ruina de Samaria (9-15).
9 Echad pregón en los palacios de Asdod 1 y en los palacios de Egipto, diciendo: Reunios en los montes de Samaría para ver los grandes desórdenes que hay en ella y las violencías de su interior. 10 No saben obrar rectamente, dice Yahvé, atesorando en sus palacios rapiñas y despojos. 11 Por eso así dice el Señor, Yahvé: Rodeará la tierra el enemigo, que robará tus fuerzas y saqueará tus palacios. 12 Así dice Yahvé: Como rescata el pastor de las fauces del león un par de patas o la punta de una oreja, así escaparán los hijos de Israel. Vosotros, los que estáis sentados en Ascalón en el ángulo de un diván, o en Damasco sobre un lecho 2, 13 escuchad y dad testimonio contra la casa de Jacob, dice Yahvé, Dios de los ejércitos. 14 Porque el día que haga yo justicia sobre Israel por sus crímenes, haré justicia de los altares de Bet-El y serán derribados los cuernos del altar y caerán a tierra. 15 Y derribaré las casas de invierno sobre las casas de verano, y serán destruidos los palacios de marfil, y desaparecerán muchas casas, oráculo de Yahvé.
El profeta, con énfasis, convoca a las naciones paganas (Asdod y Egipto) para que sean testigos de los desórdenes y abusos que se cometen en Samaría, de forma que quede justificada la intervención punitiva de Yahvé (v.9). Las opresiones sociales se acumulan, como lo prueban las rapiñas y despojos que han atesorado oprimiendo al débil (v.10). Por tales abusos son merecedores del máximo castigo, y por eso Yahvé les enviará un enemigo que les robará sus fuerzas, destruyendo sus fortalezas, y después saqueara sus palacios (v.11). El exterminio será de tales proporciones, que apenas se salvarán algunos de la catástrofe (como rescata el pastor de las fauces del león un par de patas, v.12). Amos, como pastor, había tenido que luchar más de una vez con las fieras para rescatar sus ovejas de sus garras 3. La imagen es expresiva para describir la situación de angustia en que se hallarán los hijos de Israel cuando llegue el invasor asirio.
El profeta, en un arranque oratorio, invita a los ricos (sentados en el diván) de Ascalón y de Damasco a que den testimonio del castigo a que ha sido sometido Jacob (Israel) por sus pecados (v.15). La destrucción del reino de Israel alcanzará a los altares de los ídolos de Bet-El (v.14) y a los palacios de invierno y de verano de las clases dirigentes y opulentas (v.15). Los palacios de marfil4, o construcciones con decoraciones en marfil, han sido encontrados en las excavaciones recientes de Samaría, precisamente en los estratos arqueológicos correspondientes a esta época del profeta Amos.
Algunos autores creen que la mención de los altares de Betel (v.14) se debe a una glosa, o está fuera de lugar, pues no se ha hecho mención de este lugar de culto en estos tres capítulos primeros. Parece que su lugar propio debiera ser después Deu 4:4. Los cuernos del altar son los ángulos del mismo, que eran ungidos con la sangre de las víctimas 5 y tenían un carácter propiciatorio, de forma que los perseguidos que se acogían a dichos cuernos o ángulos del altar debían ser preservados de la muerte6.
1 En los LXX, en vez de Asdod, se lee Asiría, lo que hace buen paralelo con Egipto del mismo dístico. – 2 La inserción de Ascalón en vez de Samaría es una suposición de Hoonacker por paralelismo con el Asdod del v.9. Otros prefieren traducir: “así serán librados los hijos de Israel que están sentados en Samaría, ya en el ángulo de un diván, ya en cojinetes de Damasco de una cama” (Cantera). Esta es más o menos la traducción de la Bib. de Jér. – 3 Según la Ley, si el pastor lograba presentar alguna parte de una oveja muerta con la señal de los dientes de la ñera, quedaba libre de restitución. Cf. Exo 22:13. – 4 Sobre las “casas de marfil” cf. Sal 45:8; 1Re 22:39. – 5 Cf Exo 29:12; Lev 4:7; Lev 18:25. – 6 Cf. 1Re 1:50; 1Re 2:28.
Fuente: Biblia Comentada
toda la familia. El destinatario principal de estos mensajes fue Israel, pero Judá no estaba excluida.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
dirige a toda la familia que hice subir, y así forma una conclusión no solo para 2:6-16 sino también para 2:4-16. Después del llamado a oír hay referencia a los actos de Dios y a la redención del éxodo que los hicieron su pueblo. El v. 2 empieza con la singular posición que ellos ocupan y termina con su inevitable consecuencia: el castigo por el pecado pertenece a la misma constitución del pueblo de Dios. Por tanto, hay una secuencia automática involucrada: se pedirá mucho al que mucho ha recibido (Luc. 12:48). Este es el corazón del mensaje de Amós. El privilegio es maravilloso, pero no es un refugio; es una responsabilidad y un tesoro por el cual tenemos que dar cuentas.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
3.2 Dios escogió a Israel para que fuera el pueblo por medio del cual otras naciones del mundo lo conocerían a El. Hizo esta promesa a Abraham, padre de los israelitas (Gen 12:1, Gen 12:3). Israel no tuvo que hacer nada para que fuera el escogido; Dios le dio este privilegio especial porque así quería hacerlo, no porque se merecieran un trato especial (Deu 9:4-6). La soberbia por su posición privilegiada, sin embargo, endureció el corazón de Israel para cumplir con la voluntad de Dios y con el compromiso hacia los demás.3.3-6 Amós demuestra cómo dos sucesos pueden interrelacionarse, y usa para ello una serie de preguntas retóricas. una vez que, el primero de los eventos suceda, el segundo lo seguirá. Amós estaba demostrándoles que la revelación de Dios a él era una señal segura de que el castigo sobrevendría.3.6 Dios mismo enviaría el desastre a Israel. Asdod era una ciudad filistea y el lugar donde se encontraba el templo de Dagón, un dios pagano.3.7 Aun en su ira, Dios es misericordioso; siempre le advirtió a su pueblo por medio de los profetas antes de castigarlo. Las advertencias acerca del pecado y del castigo se aplican a la gente de hoy de la misma manera que para Israel. Debido a su advertencia es que no tendremos excusas cuando sobrevenga el castigo. No tome a la ligera las advertencias de la Palabra de Dios acerca del castigo. Dios se valió de los profetas para advertirle a su pueblo, para que este no disputara, ni se quejara al llegar el momento del castigo. Pero el pueblo no quería arrepentirse. Sus advertencias son una forma en la que El les muestra su misericordia.3.9 Amós describió a Filistea y Egipto como testigos de los grandes pecados de Israel. Aun los vecinos más perversos de Israel fueron testigos del castigo de Dios sobre los pecados de Israel.3.10 Israel se había olvidado cómo obrar correctamente. Mientras más pecaban, más difícil les resultaba recordar lo que Dios quería. Lo mismo nos sucede a nosotros. Mientras más nos tardemos en reconocer y desechar nuestro pecado, más fuerte nos atrapará hasta que finalmente, nos olvidamos de lo que es hacer lo correcto.3.11, 12 El enemigo que se acercaba era Asiria que conquistó a la nación y reaccionó como Amós predijo. Dispersaron al pueblo entre las naciones extranjeras y se ubicaron a los extranjeros entre estas naciones para mantener la paz. Los líderes de Israel robaron a sus conciudadanos indefensos y ahora ellos mismos estaban indefensos ante los asirios. Amós agregó que aunque trataran de arrepentirse, sería demasiado tarde. La destrucción sería total y no quedaría nada de valor.3.14 El castigo que Dios emitió sobre los altares de Israel mostró su rechazo hacia el sistema religioso tan contaminado que tenía el pueblo. Los cuernos del altar simbolizaban protección (1Ki 1:49-53) y los altares falsos pronto desaparecerían. El santuario, la protección y el refugio del pueblo desaparecerían en breve cuando llegara el castigo (véase 4.4).
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 73 Isa 46:3; Ose 4:1
b 74 Amó 2:10
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
toda la familia. I.e., la totalidad de las 12 tribus, no sólo las 10 tribus del norte de Israel.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
hijos… LXX registra casa.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
I.e., nación
Lit., hice
Fuente: La Biblia de las Américas
LXX: casa.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[3] ¿Cómo he de continuar yo con vosotros?[8] Am 7, 10.