Biblia

Comentario de Amós 7:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Amós 7:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Así me mostró el Señor Jehovah: He aquí que él formaba un enjambre de langostas cuando comenzaba a brotar el heno tardío, después de la siega del rey.

Así me ha mostrado Jehová. Amó 7:4, Amó 7:7; Amó 8:1; Jer 1:11-16; Jer 24:1; Eze 11:25; Zac 1:20.

él criaba langostas. Amó 4:9; Éxo 10:12-16; Isa 33:4; Joe 1:4; Joe 2:25; Nah 3:15-17.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El juicio de las langostas, Amó 7:1-3,

y del fuego son desviados por la oración de Amós, Amó 7:4-6.

Por un muro y una plomada se indica el rechazo de Israel, Amó 7:7-9.

Amasías se queja de Amós, Amó 7:10-13.

Amós explica su llamado, Amó 7:14-15;

y el juicio contra Amasías, Amó 7:16-17.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

langostas: Las langostas eran un tipo de saltamontes. Joe 1:4-20; Joe 2:1-11 describe la devastación que traen las langostas a la agricultura, destruyendo cada brote y hoja verde, matando incluso a los árboles.

el heno tardío se refiere al último brote de granos y pasto, incluyendo el heno, antes de la estación seca.

las siegas del rey implica que el rey tomaba la primera cosecha de heno como impuesto. Así, un enjambre de langostas devorando el heno tardío dejaría a la gente sin nada para ellos mismos, provocando un grave desastre económico.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

ASÍ ME HA MOSTRADO JEHOVÁ EL SEÑOR. A Amós se le dieron dos visiones del inminente juicio de Dios sobre Israel. Vendría en la forma de langostas (v. Amó 7:1) y de calor intenso (v. Amó 7:4), haciendo que la tierra fuera consumida y diera por resultado inanición en masa. El profeta intercedió por el pueblo, y el Señor detuvo su juicio (vv. Amó 7:3; Amó 7:6). Dios no desea la muerte de los pecadores (1Ti 2:4; 2Pe 3:9), y Él promete responder a las oraciones de una persona justa (Stg 5:16).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

7. Visiones Proféticas.

Inminencia del castigo (1-9).
1 El Señor, Yahvé, me dio a ver esto: he aquí que criaba langostas al tiempo que comenzaba a crecer la hierba primaveral, y que venía después de la corte del rey, 2 e iban a acabar de devorar el verdor de la tierra. Yo dije: ¡Oh Señor, Yahvé, ten piedad! ¿Cómo va a sostenerse Jacob, siendo tan pequeño? 3 Y Yahvé se compadeció por esto, y dijo: No será así. 4 Hízome ver también esto Yahvé, el Señor; y he aquí que Yahvé se aprestaba a castigar con fuego i, que había de devorar el gran abismo e iba a consumir la heredad. 5 Yo dije: ¡Oh Señor, Yahvé! ¡Detente, por favor! ¿Cómo va a sostenerse Jacob siendo tan pequeño ? 6 Yahvé se compadeció por esto y dijo: Tampoco será esto. 7 También me dio a ver esto: Estaba Yahvé cerca de un muro y en su mano tenía la plomada. 8 Yahvé me preguntó: ¿Qué es lo que ves, Amos? Yo respondí: Una plomada. Y dijo el Señor: He aquí que yo pongo la plomada en medio de mi pueblo, Israel. Ya no le perdonaré más tiempo. 9 Los altos de Isaac serán devastados, y destruidos los santuarios de Israel. Me alzaré con la espada contra la casa de Jeroboam.

Los c.7-9 incluyen una serie de visiones simbólicas en las que se destaca la longanimidad y paciencia de Yahvé para con su pueblo y el castigo que infaliblemente vendrá sobre Israel como consecuencia de su obstinación en el pecado 2.
En la primera visión, el profeta contempla un enjambre de langostas, criado por Dios para enviarlo sobre el país de Israel, precisamente cuando comenzaba a brotar la hierba primaveral (v.1), de cuyas reservas habían de vivir los ganados durante el estío. La amenaza de invasión de langostas para consumir esta preciosa reserva queda agravada por el hecho de que este año la recolección de heno seguía a un año en que se había hecho la corta del rey, es decir, se había dado como tributo real la última cosecha de heno. Así, la situación deficiente del pueblo era mayor, y, en consecuencia, la desaparición de la nueva hierba primaveral revestía los caracteres de una verdadera catástrofe 3.
El profeta intercede ante Yahvé para que no envíe tan gran castigo, ya que entonces no podría sostenerse como nación Jacob-Israel, pues es pequeño o débil, incapaz de sufrir grandes pruebas. Yahvé accede a su ruego y no envía el castigo que tenía preparado, esperando que Israel cambie de conducta.
La segunda visión es paralela a la primera. Yahvé quiere enviar una sequía general como castigo para consumir su heredad, la tierra de Israel. Llama al fuego como instrumento de su justicia para litigar con el pueblo pecador. Yahvé, pues, quiere enviar el fuego sobre el abismo, o depósito de aguas subterráneas, de donde provenían los ríos y las fuentes, para secarlo y así privar de agua a la heredad o tierra de Palestina (v.4). Amos, aterrado por el castigo, suplica en los mismos términos compasión para su pueblo, que es pequeño e incapaz de subsistir a tal prueba. Yahvé accede de nuevo a las súplicas del profeta en un último arranque de longanimidad (v.6).
En una tercera visión, Yahvé estaba junto a un muro con una plomada en la mano, como si fuera un constructor que cuidadosamente mide las proporciones del muro, que parece ser Israel (v.8). El pueblo de Dios ha sido edificado como nación por Yahvé, pero ahora su edificio está desnivelado, y Yahvé está comprobando con su plomada lo defectuoso del mismo. Descontento por su situación, decide destruirlo totalmente con el cuidado con que antes lo había hecho, tomando las medidas a plomada: He aquí que yo pongo la plomada en medio de mi pueblo, Israel (v.8); pero ahora, para destruirlo sistemáticamente hasta los cimientos, con el cuidado con que un constructor mide y ajusta los niveles del edificio a levantar 4.
En efecto, Yahvé va a enviar la devastación y la ruina contra la casa de Jeroboam (v.9), fundador del reino cismático del norte después de la muerte de Salomón. Los altos de Isaac son santuarios de Israel o lugares de culto en el reino cismático de Samaría. Isaac aquí está en vez de Jacob. Sólo en este verso y en el v.16 se encuentra la designación casa de Isaac en vez del usual casa de Jacob, equivalente a la de pueblo de Israel.

Disputa con Amasias, sacerdote de Betel (10-17).
10 Amasias, sacerdote de Betel, mandó a decir a Jeroboam: Amos está conspirando contra ti en medio de la casa de Israel. La tierra no puede ya soportar sus palabras. 11 Pues Amos va diciendo: Jeroboam morirá a la espada, e Israel irá al cautiverio, lejos de su tierra. 12 Amasias dijo a Amos: Vidente, ve y escapa a la tierra de Judá y come allí tu pan, haciendo el profeta. 13 Pero guárdate de volver a profetizar contra Betel; mira que éste es un santuario del rey y una casa real. 14 Amos respondió a Amasias, diciendo: Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino que soy boyero y cultivador de sicómoros. 15 Yahvé me tomó detrás del ganado y me dijo: Ve a profetizar a mi pueblo, Israel. 16 Escucha, pues, ahora la palabra de Yahvé: Tú me dices: No profetices contra Israel ni hagas predicciones contra la casa de Isaac 17 Por eso así dice Yahvé: Tu mujer será deshonrada en la ciudad, tus hijos caerán a la espada, tu tierra será repartida a cordel, tú morirás en una tierra contaminada, e Israel irá al cautiverio lejos de su tierra.

Amos acaba de anunciar la ruina de Israel y de la dinastía de Jeroboam. Es una denuncia valiente, que se atrae las iras de los que gozaban de los privilegios de la situación. Un sacerdote de Betel llamado Amasias le acusa al rey de conspirador contra la casa real, pues la tierra no puede soportar sus palabras (v.10). Los vaticinios del profeta de Tecoa resultaban una insolencia y un desafío para los poderes constituidos, ya que sembraban el derrotismo en el pueblo. Después de denunciarle ante el rey, Amasias habla personalmente a Amos para convencerle por las buenas de que no debe continuar su predicación. A su entender, es un intruso que ha querido venir al reino de Samaría a ganar su pan dándoselas de profeta. Lo mejor que puede hacer es volver a Judá y allí continuar su labor de profeta: Vidente (término entonces despectivo), escapa a tu tierra y come allí tu pan haciendo de profeta (v. 12).
La insinuación es injuriosa, pues Amasias considera a Amos como uno de tantos ganapanes que se presentaban como profetas al pueblo, embaucándolos con sus promesas y lucrándose de su profesión. Ya en tiempos de Elíseo se habían organizado unas asociaciones de profetas (los hijos de los profetas), con vida común, los cuales se reunían para vivir mejor los postulados del yahvismo, conforme a la predicación de los grandes profetas, como Elias y Elíseo 5; pero estas asociaciones degeneraron, y así, no pocos vagos se alistaban en ellas para vivir sin trabajar. De ahí que el término hijo de profeta llegó a tener un sentido despectivo e injurioso. En este sentido se expresa el sacerdote de Betel, que ve comprometidas sus ganancias en los ricos santuarios de Betel, considerado como santuario nacional (santuario del rey, v.15), y, como tal, tenía pingües ingresos pecuniarios. Por otra parte, su culto es el oficial del Estado de Israel, y atentar contra el santuario es atentar contra los intereses del Estado.
Las palabras de Amasias indignaron al celoso profeta de Dios, Amos, que había venido a predicar sin buscar ningún provecho de su ministerio. Amasias debe tener en cuenta que él no es un profeta de profesión ni hijo de profeta (v.14), es decir, perteneciente a las asociaciones de profetas. El tenía su modo de vivir asegurado como boyero y cultivador de higos de sicómoros, especie de higuera salvaje, que abunda en las zonas semidesérticas6. Amos, pues, al mismo tiempo que cuidaba de sus rebaños, se dedicaba a recoger y preparar los higos de los sicómoros para venderlos después en las localidades inmediatas, como Belén y Hebrón. Pero por inspiración divina dejó su negocio y se fue a predicar al reino del norte, en contra de sus intereses materiales: Yahvé me tomo detrás del ganado y me dijo: Ve a profetizar a mi pueblo, Israel (v.16). Su vocación profética, pues, procede exclusivamente de Dios, y se siente revestido de una autoridad especial para predicar donde Dios le manda.
Es el representante de los intereses de Yahvé, y, por tanto, oponerse a su predicación es oponerse a los designios divinos.
Y precisamente por no haberle reconocido como enviado de Dios,” Amasias será el primero en sentir la prueba de la autenticidad de que Amos es profeta, ya que en nombre de Yahvé le anuncia la ruina de su posición y familia: su mujer será deshonrada; sus hijos,, pasados a la espada, y sus posesiones, repartidas a cordel a manos de los invasores asirios, y él será llevado cautivo a tierra contaminada (v.17), es decir, al país idolátrico de Asiría. En efecto, sabemos que Teglatfalasar III inició la deportación de los habitantes del reino del norte antes del 734, y, finalmente, con la ocupación de Samaría por Sargón en 721, lo más escogido de la población de Israel fue camino del destierro mesopotámico. Es el cumplimiento de la profecía de Amos.

1 Lit.: “He aquí que llamaba para litigar con fuego,” e.d., defender su causa, enviando fuego como castigo. – 2 Sobre símiles parecidos acerca del futuro de la nación cf. Jer i,n; 24,iss. – 3 Sobre los diezmos debidos al rey cf. 2Sa 8:15. – 4 Condamin lee hierro en vez de plomada, y supone que se alude al hierro de la espada asiría, que caería en Israel para devastarla. Cf. RB 9 (1900) 5865. – 5 Cf. 1Sa 10:3.ios; 1Sa 10:208; 1 Re 17; 2 Re 1; 2Re 3:383; 2Re 6:1; 2Re 4:8. – 6 Cf. Isa 9:9; 1Re 10:27; 1Re 10:1 Grón 27:28; Sal 78:47.

Fuente: Biblia Comentada

La primera visión simboliza la acción de Dios y consistió en una nube de langostas que devoraba la última cosecha del pueblo, después de que el rey recogió la primera cosecha.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Amós introdujo cinco visiones con un interludio histórico (Amó 7:10-17). Las primeras dos ilustran el compromiso del Señor para librar a un remanente de la destrucción, mientras que las últimas tres ratifican el carácter inevitable de ese juicio.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— una plaga de langostas: Las langostas (es decir, saltamontes de gran tamaño), se cernían con frecuencia en cantidades masivas sobre los campos de cultivo y arrasaban todo tipo de cosechas; constituían, por tanto, una plaga terrible para un pueblo de agricultores.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Deu 28:38; Joe 1:4-7.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La devastación que no será

La intercesión era parte de la tarea del profeta (Gén. 20:7; Jer. 7:16). Amós no ora contra el juicio, sino contra la forma particular que él ve que está tomando el juicio. (i) Vv. 1-3, una plaga de langosta tan sincronizada que la supervivencia está fuera de cuestión. (ii) Vv. 4-6, un fuego capaz de devorar hasta el mar y la tierra. Amós rogó contra la total destrucción de Jacob y su ruego fue escuchado. La repetición del asunto subraya su certeza (Gén. 41:32); el contraste entre una plaga natural (langosta) y una visitación sobrenatural (fuego) abarca toda clase de plaga. La totalidad es expresada por el contraste (véase la introducción a 6:1-7). Sin embargo, la destrucción total del pueblo del Señor es cancelada y la esperanza es establecida.

1 He aquí que él formaba; la mano de Dios estaba directamente detrás del acontecimiento. Después de la siega del rey … presumiblemente un impuesto real. El heno tardío era del que dependía el sembrador. Sin éste, seguía la pobreza. 3 Desistió puede significar “se arrepintió”, pero ¿cambia de parecer un verdadero “Dios soberano”? Según 1 Sam. 15:29, “no mentirá ni se arrepentirá”, pero según 1 Sam. 15:35, “a Jehovah le pesaba el haber consituido a Saúl como rey sobre Israel”. El primer versículo declara la verdad “absoluta” de Dios; el último indica que su voluntad inalterable de hecho ha tomado en cuenta toda la variabilidad de la experiencia y la respuesta humanas. En consecuencia, necesariamente nos parece a nosotros que Dios cambia el rumbo y que esto es lo que la Biblia lla ma su “arrepentimiento”: la voluntad de Dios, aunque inflexible, no es insensible sino que tiene en amorosa consideración nuestras debilidades y necedades en el perfecto y soberano orden de su mundo. 4 Consumió … Lit. “devoró … empezó a devorar”). Ese fuego inevitablemente señala el aspecto de juicio de la santidad divina. Sólo el fuego de Dios podría “consumir” toda su creación (2 Ped. 3:10, 12).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

7.1ss La siguiente serie de visiones llevaban el mensaje de Dios al pueblo utilizando imágenes que les eran familiares: langostas, fuego y plomada de albañil.7.1-6 En dos ocasiones se le mostró a Amós una visión del castigo inminente de Israel, y su respuesta inmediata fue orar para que Dios perdonara la vida de Israel. La oración es un privilegio poderoso. Las oraciones de Amós deben recordarnos que debemos orar por nuestra nación.7.7-9 Una plomada de albañil era un instrumento utilizado para verificar si una pared estaba derecha. Una pared que no está derecha a la larga se derrumbará. Dios quería que su pueblo fuera recto con El; quería que el pecado que nos tuerce fuera retirado de inmediato. La Palabra de Dios es la plomada que nos ayuda a estar conscientes de nuestro pecado. Si se mide con esta plomada ¿qué descubrirá usted en su vida?7.10 Los profetas como Amós a menudo eran vistos como traidores debido a que hablaban en contra del rey y de sus consejeros, cuestionando su autoridad y exponiendo sus pecados. El rey vio al profeta como enemigo en vez de verlo como alguien que estaba tratando de ayudarlo a él y a la nación.7.10ss Amasías era el jefe de los sacerdotes en Bet-el, representaba la religión oficial de Israel. No le importaba escuchar el mensaje de Dios; solo estaba preocupado por su propia posición. El mantener su cargo era más importante que escuchar la verdad. No deje que su ambición de prestigio, autoridad y dinero lo ate a un trabajo o a una posición que no pueda dejar. No deje que nada interfiera entre usted y su obediencia a Dios.7.14, 15 Sin ninguna preparación, educación ni crianza especial, Amós obedeció el llamado de Dios: «Vé y profetiza a mi pueblo Israel». La obediencia es la prueba de un siervo fiel de Dios. ¿Está usted obedeciendo la Palabra de Dios?. VISIONES DE AMOS

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) “Sembrado tardío”, es decir, durante enero y febrero. Véase Ap. 8B.

(2) “Y, ¡mire!, una langosta era Gog el rey”, LXX. Compárese con Eze 38:2.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 236 Joe 1:4; Joe 2:25

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

me mostró el Señor D ios . Estas visiones sirven para justificar el mensaje negativo de Amós y su responsabilidad de proclamarlo. No sólo viene el mensaje del S eñor , sino que el profeta se resistió a aceptarlo (v. 7:2, 5) hasta la tercera visión (7:7– 9), cuando ya no intercede a favor de Israel. Al fin se convenció de la necesidad de un mensaje negativo contra Israel.

la cosecha de primavera. Esta cosecha era muy importante para el pueblo, porque sería su alimento principal durante la larga sequía del verano.

Fuente: La Biblia de las Américas

Estos dos capítulos incluyen el informe de Amós sobre las cuatro cosas que el S eñor le había mostrado, así como los mensajes que formaban parte de las visiones. Lo que él vio dio origen al mensaje del profeta, pero la palabra del S eñor era necesaria en algunos casos para dar a entender adecuadamente lo que el profeta había visto. En las dos primeras visiones 7:1– 6 no hay explicación directa, pero Amós las entiende. En las dos últimas visiones (7:7– 8:3) el sentido no está de momento claro hasta que se da una palabra reveladora del S eñor . Las parábolas de Cristo funcionaban de semejante manera. Sólo los que tenían oídos para oír podían entender y responder a su mensaje.

Fuente: La Biblia de las Américas

Amós tuvo la visión de un enjambre de langostas que destruía la segunda recogida del heno que pertenecía al pueblo después que el rey había recibido la primera recogida para sus animales.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

langosta, rey…Pro 30:27; Eze 38:18; Apo 9:3; Apo 9:11; Apo 20:8.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., Así, también en los vers. 4 y 7

Heb., YHWH, generalmente traducido {I SEÑOR;} y así en el resto del cap.

Lit., al principio del retoño de

O, del esquileo

Fuente: La Biblia de las Américas

[4] El fuego fue la guerra que hizo Teglatfalasar. Las aguas simbolizan el pueblo que se llevó cautivo. 2 Re 15.[11] La predicción de Amós no se refería a Jeroboam, sino a su hijo.[14] No soy profeta por interés o por familia.[17] Descripción típica de la invasión y del destierro.

Fuente: Notas Torres Amat