Comentario de Apocalipsis 3:8 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Yo conozco tus obras. He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque tienes un poco de poder y has guardado mi palabra y no has negado mi nombre.

ENCOMIO Y ALABANZA (Nada de condenación para esta iglesia):

3:8 — Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre

— Yo conozco… puede cerrar — Dios dio a esta iglesia oportunidades para obra de evangelismo. Compárense 1Co 16:9; 2Co 2:12; Col 4:3.

— tienes poca fuerza — puede significar que era iglesia de pocos miembros, y pobres en lo material. En la vista de los hombres parecían de poca fuerza (mientras que la iglesia en Sardis parecía ser fuerte y viva).

— has guardado mi palabra = eran fieles, sanos, y leales respecto a la verdad. Véase versículo 10.

— y no has negado mi nombre = “retienes mi nombre” (2:13).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

yo conozco tus obras. Apo 3:1, Apo 3:15; Apo 2:2.

he puesto una puerta abierta. Apo 3:7; 1Co 16:9; 2Co 2:12; Col 4:3.

tienes pocas fuerzas. Dan 11:34; 2Co 12:8-10; Flp 4:13.

has guardado mi palabra. Apo 3:10; Apo 22:7; Jua 14:21-24; Jua 15:20; Jua 17:6; 2Ti 4:7.

y no has negado mi nombre. Apo 2:13; Pro 30:9; Mat 26:70-72; Luc 12:9; Hch 3:13, Hch 3:14; 1Ti 5:8; 1Jn 2:22, 1Jn 2:23; Jud 1:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La puerta que nadie puede cerrar parece ser, en este contexto, la entrada al cielo y a la «Nueva Jerusalén» (vv. Apo 3:12, Apo 3:21, Apo 3:22). Es posible que la puerta abierta también sea una entrada para el testimonio o el servicio (Col 4:3). Pese a tener poca fuerza, los creyentes de Filadelfia han guardado obedientemente la palabra de Cristo (Apo 1:3; Mat 28:20) y no han negado su nombre.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

una puerta abierta. Esto indica la admisión al reino (vea el v. Apo 3:7) o una oportunidad para el servicio (cp. 1Co 16:9; 2Co 2:12; Col 4:3).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

ENCOMIO Y ALABANZA (Nada de condenación para esta iglesia):
3:8 — Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre —
— Yo conozco… puede cerrar — Dios dio a esta iglesia oportunidades para obra de evangelismo. Compárense 1Co 16:9; 2Co 2:12; Col 4:3.
— tienes poca fuerza — puede significar que era iglesia de pocos miembros, y pobres en lo material. En la vista de los hombres parecían de poca fuerza (mientras que la iglesia en Sardis parecía ser fuerte y viva).
— has guardado mi palabra = eran fieles, sanos, y leales respecto a la verdad. Véase versículo 10.
— y no has negado mi nombre = “retienes mi nombre” (2:13).

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

a 175 Rev 2:2

b 176 1Co 16:9; 2Co 2:12

c 177 Mat 25:21

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

8 (1) Puesto que el Señor tiene la llave de David y puesto que El abre y nadie puede cerrar, El le ha abierto una puerta a la iglesia recobrada, la cual nadie puede cerrar. Desde que comenzó el recobro de la adecuada vida de iglesia, a principios del siglo diecinueve, hasta ahora, siempre ha habido una puerta totalmente abierta para el recobro del Señor. Cuanto más trata de cerrar la puerta el cristianismo organizado, más se abre ésta. A pesar de tanta oposición, hoy la puerta está abierta en todo el mundo. Aquel que es Cabeza de la iglesia tiene la llave; no la tienen los opositores.

8 (2) Esto indica que al Señor no le complace que hagamos mucho por El, sino que hagamos por El cuanto podamos con lo que tenemos.

8 (3) La palabra del Señor es Su expresión, y Su nombre es El mismo. La iglesia apóstata se desvió de la palabra del Señor y vino a ser hereje. Aunque la iglesia reformada recobró la palabra del Señor hasta cierto punto, ha negado el nombre del Señor al ponerse otros nombres, tales como luteranos, wesleyanos, anglicanos, presbiterianos, bautistas, etc. La iglesia recobrada no sólo ha regresado por completo a la palabra del Señor, sino que también ha abandonado todos los demás nombres que no sean el nombre del Señor Jesucristo. La iglesia recobrada le pertenece exclusivamente al Señor, y no tiene nada que ver con ninguna denominación (ningún nombre). Desviarse de la palabra del Señor es apostasía, y denominar a la iglesia tomando cualquier otro nombre que no sea el del Señor es fornicación espiritual. La iglesia, como virgen pura desposada con Cristo ( 2Co_11:2), no debe tener otro nombre que no sea el de su Marido. Todos los otros nombres son una abominación a los ojos de Dios. En la vida de iglesia recobrada no hay lugar para la enseñanza de Balaam (2:14), ni la de nicolaítas (2:15), ni la de Jezabel (2:20), ni las doctrinas misteriosas de Satanás (2:24); sólo existe la palabra pura del Señor. La iglesia recobrada no tiene denominaciones (nombres); sólo tiene el nombre del Señor Jesucristo, Desviarse de la palabra y adherirse a las herejías y exaltar muchos otros nombres que no sean el de Cristo son las señales más notorias del cristianismo degradado. Regresar a la palabra pura apartándose de todas las herejías y tradiciones, y exaltar el nombre del Señor abandonando cualquier otro nombre constituye el testimonio más animante en la iglesia recobrada. Por esta razón la iglesia en el recobro del Señor tiene la revelación y la presencia del Señor y lo expresa de una manera viva, llena de luz y con las riquezas de vida.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

he puesto… Lit. he dado.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R420 Μικράν aparece en esta posición por causa de la tendencia de los escritores del N.T. a colocar los pronombres (y a veces los sustantivos) en la primera parte de la oración (a causa de la flexibilidad de la lengua griega, el lenguaje vivo y apasionado fácilmente da origen a estas dislocaciones -BD473[2]).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit. he dado.

Fuente: La Biblia Textual III Edición