Los reyes de la tierra, los grandes, los comandantes, los ricos, los poderosos, todo esclavo y todo libre se escondieron en las cuevas y entre las peñas de las montañas,
6:15 — Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes — Toda clase de gente, desde los reyes hasta los siervos, por ser de la nación pagana y perseguidora, ahora buscaba refugio de la ira de Dios, pero sería en vano.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
los reyes de la tierra. Apo 18:9-11; Apo 19:13-21; Job 34:19, Job 34:20; Sal 2:10-12; Sal 49:1, Sal 49:2; Sal 76:12; Sal 110:5, Sal 110:6; Isa 24:21, Isa 24:22.
se escondieron en las cuevas. Jos 10:16, Jos 10:17; Jue 6:2; 1Sa 13:6; Isa 2:10, Isa 2:19; Isa 42:22; Miq 7:17; Heb 11:38.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La ira de Dios se revela en el presente en contra de los incrédulos al permitirles seguir sus caminos y enfrentar las consecuencias de esos comportamientos (Rom 1:18-32). Sin embargo, el gran día de su ira (Rom 2:5) aún está por venir. La pregunta de quién podrá sostenerse en pie, se responde en el contexto próximo. Los incrédulos, sin importar cuán poderosos sean, no podrán resistir. Aquellos que el Señor protege podrán sostenerse en pie, ya sea en la tierra (Apo 7:1-8) o en la presencia de Dios en el cielo (Apo 7:9-17).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
6:15 — Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes —
Toda clase de gente, desde los reyes hasta los siervos, por ser de la nación pagana y perseguidora, ahora buscaba refugio de la ira de Dios, pero sería en vano.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL TIEMPO DEL TERROR
Apocalipsis 6:15-17
Los reyes de la Tierra, y los grandes, y los capitanes, y los ricos, y los fuertes, lo mismo que todos los esclavos y todos los libres, se escondieron en las cuevas y en las peñas de los collados, y dijeron a las montañas y a las rocas:
-¡Caed sobre nosotros y escondednos del rostro del Que está sentado en el trono y de la ira del Cordero! Porque ha llegado el gran día de Su ira, ¿y quién podrá mantenerse en pie?
Tal como lo vio Juan en su visión, el tiempo del fin había de ser de terror universal. Aquí está también manejando imágenes que les resultarían familiares a todos los que conocieran el Antiguo Testamento y los últimos escritos judíos. Cuando llegara el Día del Señor, todo el mundo estaría aterrado; angustias y dolores se apoderarían de ellos como de la mujer de parto; y se asombraría cada cual de su compañero (Isa 13:6; Isa 13:8 ). Entonces, hasta los valientes gritarían de terror (Sof 1:14 ). Temblarían todos los habitantes de la Tierra (Jl 2:1 ). Estarían aterrados; no tendrían adónde huir ni dónde esconderse; las criaturas de la Tierra temblarían de miedo (Henoc 102:1,3). Dios Se presentaría como testigo contra Su pueblo pecador (Mi 1:1-4 ). Sería como fuego purificador, ¿y quién podría soportar el tiempo de Su venida? (Mal 3:1-3 ). El Día del Señor sería grande y terrible, ¿y quién podría soportarlo? (Jl 2:11 ). La gente le diría a los montes: » ¡Cubridnos!» y a los collados: » ¡Caed sobre nosotros!» (Os 10:8 ), palabras que citó Jesús cuando iba de camino hacia la Cruz (Lc 23:30 ).
Este pasaje tiene dos cosas significativas que decir acerca de este terror.
(i) Es universal. El versículo 15 menciona a los reyes, los capitanes, los grandes, los ricos, los fuertes, los esclavos y los libres. Se ha hecho notar que estas siete palabras incluyen » toda la gama de la sociedad humana.» Nadie estará exento del juicio de Dios. Los grandes puede que fueran los gobernadores Romanos que persiguieron a la Iglesia; los capitanes, las autoridades militares. Por muy grandes que fueran eran hombres, y por mucho poder que manejaran estaban sujetos al juicio de Dios. Por muy rica que sea una persona, por muy fuerte, por muy libre que se considere, por muy insignificante que fuera un esclavo, no escaparía al juicio de Dios.
(ii) Cuando llega el Día del Señor, Juan ve a la gente buscando dónde esconderse. Aquí tenemos la gran verdad de que el primer instinto del pecado es esconderse. En el Jardín del Edén, Adán y Eva trataron de esconderse (Ge 3:8 ). H. B. Swete dice: » Lo que más temen los pecadores no es la muerte sino la presencia reveladora de Dios.» Lo terrible del pecado es que convierte al hombre en un fugitivo de Dios; y lo supremo de la obra de Jesucristo es que pone al hombre en una relación con Dios en la que ya no necesita esconderse, sabiendo que puede confiarse al amor y la misericordia de Dios.
(iii) Notemos una última cosa. De lo que huye la gente es de la ira del Cordero. Aquí tenemos una paradoja; no asociamos fácilmente la ira con el Cordero, sino más bien la benignidad y la amabilidad. Pero la ira de Dios es la ira del amor, que no trata de destruir, sino que hasta en la indignación trata de salvar al que ama.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
NOTAS
(1) O: “los quiliarcas”, cada uno al mando de 1.000 soldados.
REFERENCIAS CRUZADAS
l 334 Isa 2:10; Isa 2:19; Eze 33:27
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
15 super (1) Lit., capitanes sobre mil hombres.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
se escondieron… → Isa 2:10; Isa 2:19; Isa 2:21.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Gr., quiliarcas; i.e., oficiales militares romanos al mando de mil soldados
Fuente: La Biblia de las Américas
g Isa 2:10.