Comentario de Cantares 8:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
¡Oh, cómo quisiera que fueses mi hermano, que mamó los pechos de mi madre! Así, al encontrarte afuera, yo te besaría sin que nadie me menospreciara.
Oh, si tu fueras como un hermano. Isa 7:14; Isa 9:6; Hag 2:7; Zac 9:9; Mal 3:1; Mat 13:16, Mat 13:17; Luc 2:26-32, Luc 2:38; Luc 10:23, Luc 10:24; 1Ti 3:16; Heb 2:11, Heb 2:12.
Que mamó los pechos. Isa 66:11, Isa 66:12; Gál 4:26.
hallándote fuera. Jua 1:14; Jua 3:13; Jua 8:42; Jua 13:3; Jua 16:28; Heb 2:9-14; Heb 9:26-28.
te besaría. Cnt 1:2; Sal 2:12; Sal 45:10, Sal 45:11; Luc 7:45-48; Luc 9:26; Luc 12:8; Jua 7:46-52; Jua 9:25-38; Gál 6:14; Flp 3:3, Flp 3:7, Flp 3:8.
Y no me menospreciarían. Sal 51:17; Sal 102:16, Sal 102:17; Isa 60:14; Mar 12:42-44; Mar 14:6-9; Luc 10:16; Luc 18:9; 1Co 1:28.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El amor de la esposa por el esposo, Cnt 8:1-5.
La viña del esposo, Cnt 8:8-13.
El ruego de la esposa, Cnt 8:14.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
como un hermano mío: El cariño de la novia por su amado era tan intenso que deseó haberlo conocido bien toda su vida.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Poema Séptimo (8:1-7).
D e nuevo empieza la formulación de los anhelos insatisfechos de la esposa por unirse a su esposo. Ya que no puede abrazarlo como esposo, al menos quisiera sentirlo a su lado como hermano. Después sigue la posesión amorosa mutua como en los poemas anteriores 1.
Anhelos de unión (8:1-2).
Esposa.
1 ¡Quién me diese que fueses hermano mío, amamantado a los pechos de mi madre, para que al encontrarte en la calle pudiera besarte sin que me despreciaran. 2 Yo te llevaría y te introduciría en la casa de mi madre, (en la alcoba de la que) me engendró 2, y te daría a beber del vino adobado y del mosto de granados.
En las costumbres orientales no está permitido hacer manifestaciones públicas afectuosas entre los esposos; por eso, la esposa del Cantar desea que su amado fuera su hermano reconocido, para, sin temor a habladurías públicas, poder manifestar su amor aun en la calle. La esposa, pues, aun permaneciendo tal, desea también participar de los privilegios de la fraternidad para dar nuevas pruebas de amor a su esposo. Antes había sido calificada como esposa-hermana; ahora quiere que su amado sea esposo-hermano, es decir, que polarice todo su amor en sus manifestaciones más profundas y elevadas. Como en 4:4, ansia introducirlo en su casa materna para poseerlo plenamente. El vino adobado y el mosto de granados simbolizan la entrega del amor en su plena manifestación marital.
La mutua posesión (3-7).
Esposa. 3 Su izquierda descansa bajo mi cabeza
y su diestra me abraza.
Esposo. 4 Os conjuro, hijas de Jerusalén,
(por las gacelas y ciervas) 3,
que no despertéis ni inquietéis a mi amada
hasta que a ella le plazca.
Coro. 5 ¿Quién es esta que sube del desierto
apoyada sobre su amado?
Esposo. Yo te desperté debajo del manzano,
allí donde te concibió tu madre,
donde te concibió la que te engendró.
Esposa. 6 Ponme como un sello sobre tu corazón,
ponme en tu brazo como sello.
Que es fuerte el amor como la muerte
y son como el “seol” duros los celos.
Son sus dardos saetas encendidas,
son llamas de Yahvé.
7 No pueden aguas copiosas extinguirlo
ni arrastrarlo los ríos.
Si uno diera por el amor toda la hacienda de su casa,
sería sobremanera despreciado.
El esposo ha accedido a los anhelos de su amada, y ésta se siente feliz en sus brazos4. Aquél vuelve a pedir silencio a los circunstantes para que no interrumpan el éxtasis de amor de su esposa 5.
El cortejo nupcial interviene, evocando la llegada de los dos amantes del desierto, de la campiña, donde se han manifestado por primera vez sus amores 6. Ahora se han cumplido plenamente los festejos nupciales, y les toca desaparecer de la escena para dejar a los dos esposos en un diálogo amoroso que sella la mutua entrega de los corazones, para no volver a separarse. Sólo el esposo tiene derecho a despertarla del sueño amoroso. Es justamente lo que declara ahora a su amada: Te desperté debajo del manzano (v.5b). El esposo había sido comparado por la esposa a un manzano – símbolo de los árboles frutales y beneficiosos – en medio de los árboles silvestres7. Ella misma había declarado: “a la sombra (del manzano) me he sentado, y su fruto es dulce a mi paladar.” 8 Ahora justamente se halla a su sombra – en sus manos -, gustando de las delicias de su amor. “Estar sentado a la sombra del manzano y descansar en los brazos del amado son dos metáforas que en el Cantar tienen la misma significación… El manzano no es otro que el esposo en persona. Guardián del sueño de la esposa, conjuraba a las hijas de Jerusalén para no despertarla hasta que ella quisiera.” 9 Pero, si las amigas de la amada no tienen el derecho de despertarla, el esposo tiene este derecho y puede hacer uso de él. Lo hace aquí, sin duda, para que la esposa tome conciencia y goce de su dicha. El lo ha declarado sirviéndose de la propia figura que ella había imaginado: Bajo el manzano yo te desperté 10. Es justamente en la casa materna donde, según deseo expreso de la esposa, se cumple esta plena posesión del amado11: donde te concibió tu madre… Esta expresión es una de las que en el Cantar indica la dicha de la posesión mutua, como la sombra del manzano, la sala del festín, el jardín de las delicias. No es sorprendente, pues, que en este pasaje del poema, que describe la felicidad de los dos esposos, la sombra del manzano esté en paralelo con la casa de la esposa, pues las dos imágenes son sinónimas. El esposo quiere decir que es él mismo, y no otro, el que ha despertado a su amada, y que la ha despertado en la casa materna, “donde ella se había dormido.”12 No parece que haya más misterio en esta expresión, que a primera vista parece desconcertante.
La esposa responde a estas insinuaciones del amado afirmando su deseo de permanecer unido a él: ponme como un sello sobre tu corazón. Los antiguos llevaban su sello personal – que autenticaba su personalidad jurídica – sobre el pecho o el antebrazo, para guardarlo con más cuidado. Aún hoy día los árabes notables llevan solemnemente sobre su pecho el sello personal. A esta costumbre parece aludir la esposa cuando pide a su esposo que la lleve como un sello sobre su corazón o sobre su brazo. Es un modo de decir que la tenga presente en sus pensamientos y afectos más íntimos. La razón de su súplica está en el amor profundo, que es insaciable y exigente como las fauces del seol, la región subterránea de los muertos, que está siempre tragando hombres, sin satisfacer sus ansias de vidas humanas; es el poder insaciable de la muerte 13, que con el seol se muestran celosos de sus víctimas, que aprietan con sus garras. Con un segundo símil describe el efecto mortífero del amor: sus dardos encendidos queman y abrasan al que está enamorado, como los rayos – llamas de Yühvc – siembran la desolación y la ruina. Es inútil querer extinguir sus llamas devoradoras con las copiosas aguas del mar o de las inundaciones. Por otra parte, es de tal valor la llamarada de amor, que no tiene precio computable: es superior al precio de toda la hacienda familiar; por eso, si alguno intentara con todos sus bienes comprarlo, sería objeto de desprecio por parte de los circunstantes. Con estas palabras encomiásticas del amor puro se cierra el séptimo poema del Cantar y el tema del libro. La apoteosis final se cierra con la plácida posesión de los dos esposos.
Apéndices (8-14).
E stos versos tienen el aire de una adición redaccional, sin relación con el tema de los poemas anteriores. Incluso el vocabulario parece de otra pluma, y la métrica también es diferente. Por el contenido parece que se trata de enigmas o acertijos, recogidos por el compilador e incrustados en el libro del amor.
Primer enigma: la hermanita (8-10).
8 Nuestra hermana es pequeñita, no tiene pechos todavía.
¿Qué haremos a nuestra hermana cuando un día se trate de ella?
9 Si ella es un muro,
edificaremos sobre ella almenas de plata; si puerta, le haremos batientes de cedro.
10 Sí, muro soy, y torres son mis pechos. He venido a ser a sus ojos
como quien halla la paz.
Los hermanos están preocupados con el porvenir social de su hermana menor, indefensa ante la vida. Quieren encontrar una solución en consonancia con sus habilidades: si es muro, rematarlo con almenas de plata; si puerta, poner batientes dignos, de cedro. En todo caso, quieren los hermanos que prospere en la vida social y que luzca sus galas de mujer. El dilema planteado por los hermanos es resuelto por la hermanita diciendo que es muro, y, siguiendo el símil, compara sus pechos a las torres. En todo caso, ella da por resuelto el problema de su porvenir, ya que ha encontrado la paz 14.
Segundo enigma: la viña de Salomón (11-12).
11 Una viña tenía Salomón en Baal-Hamón; la entregó a sus guardas,
que habían de traerle por su fruto mil siclos de plata.
12 Mi viña la tengo ante mis ojos. Para ti, Salomón, los mil (siclos), y doscientos para los que guardan su fruto.
Este segundo epigrama resulta también misterioso. Tiene el aire de una parábola en la que se alaba la honestidad profesional de un buen administrador de una viña que se le ha confiado. Esta es localizada en Baal-Hamón y se considera como propiedad del opulento Salomón de los mejores tiempos de Israel. La localidad nos es desconocida, pero se la ha relacionado con Baal-Hasor, donde se reunían los hijos de David 15. La posesión era de excepcional valor, porque el importe del arriendo llegaba a mil siclos de plata 16. El intendente la ha cuidado – la tengo ante mis ojos -, pero no ha conseguido sacar mucha utilidad sobre el precio del arriendo. Con todo, ha pagado escrupulosamente lo estipulado al rey, y aun ha pagado doscientos siclos a los obreros encargados de guardarla y cultivarla. Su honradez profesional ha quedado a salvo.
La despedida de los esposos (13-14).
13 ¡Oh tú, que habitas en jardines, los compañeros atienden a tu voz: hazme oírla!
14 Huye, amado mío, semejante a la gacela o al cervatillo por los montes de las balsameras.
Este fragmento está dentro de la línea general del Cantar y resulta desplazado. El esposo supone que su amada mora en los jardines, símbolo de los amores conyugales, y se presenta con su cortejo de fieles amigos para reunirse con ella y oír su voz. La reacción de la esposa supone un cambio de escena, conforme a las veleidades del amor, y así invita a su esposo a emprender la huida, triscando por los montes perfumados de las balsameras, que simbolizan también las fiestas nupciales 17. Los poemas del Cantar de los Cantares son un jugar al escondite entre dos enamorados que se buscan, se encuentran y se ausentan, para con la ausencia excitar más el mutuo amor. Estos versos están dentro de esta línea, y bien pueden estar desplazados al final por razones que a nosotros se nos escapan.
1 Cf. Can 2:4; Can 3:4; Can 4:16; Can 5:1. – 2 Así según los LXX. El TM: “en la casa de mi madre tú me enseñarás.” – 3 Falta en el TM, pero está en los LXX, y es exigido por el paralelismo con el estribillo ya tantas veces recitado. – 4 Cf. Can 2:6; Can 3:4 – 5 Cf. Can 2:7; Can 3:5 – 6 Los alegoristas ven en esta evocación del desierto la repatriación de los exilados de Babilonia a través de la estepa. – 7 Cf. Can 2:3a. – 8 Cant 2,sb. – 9 Cf. Can 2:7; 3:4- – 10 No hay ninguna alusión al pecado de Eva tomando del árbol prohibido, como gratuitamente han supuesto no pocos comentaristas. Esto está fuera de contexto. – 11 Cf. Can 3:4; Can 8:2. – 12 D. Buzy, o.c., 357. – 13 Cf. Pro 30:15-16; Eco 24:29. – 14 Los alegoristas suponen que habla la ciudad de Jerusalén, reconstruida después del exilio. – 15 Cf. 2Sa 13:23. – 16 El siclo equivalía a 13 gr., más o menos. El valor de mil siclos equivaldría al de mi dólares aproximadamente. – 17 Cf. Can 4:6.
Fuente: Biblia Comentada
como un hermano mío. De esta manera podría darle muestras de afecto en público sin azoramiento.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
La pareja soluciona sus dificultades y vuelve a encender su amor.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Esta primera sección principal presenta el primer desencuentro de la pareja (Cnt 5:2-16; Cnt 6:1-3) y su reconciliación (Cnt 6:4-13; Cnt 7:1-13; Cnt 8:1-14).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
í la esposa canta para sí acerca de su amado. En el antiguo Israel no era la práctica que la mujer expresara su amor en público, ni aun el amor entre marido y mujer. Por eso ella querría haber sido hermana de él para poder besarlo cada vez que quisiera, aun en el mercado, sin que el público la menospreciara. Pero sabe también la importancia del dominio propio y de lo “socialmente aceptable”. Lo aprendió de su madre (“que me enseñaba”, BA). Ella no ha olvidado su sana y sabia crianza, y no es de sorprender que quiera llevar a su marido a su viejo hogar donde ella tiene sus raíces. Los padres tienen todavía la obligación de enseñar a sus hijos sobre el no viazgo aun cuando a temprana edad no puedan entenderlo plenamente. 3 Nuevamente ella piensa con gozosa anticipación sobre su próximo encuentro, cuando en amor íntimo se abrazarán, no de pie sino acostados, porque su brazo izquierdo está debajo de su cabeza. Este uso de la imaginación es parte genuina del amor. Es muy distinto al fantasear en el cual se le permite a la mente pensar y detenerse en relaciones físicas erróneas. El v. 4 repite el estribillo de 2:7 y 3:5.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
8.1 En el antiguo Cercano Oriente, era impropio mostrar el afecto públicamente, excepto entre miembros de la familia. La joven deseaba mostrar con libertad el afecto por su amado aun en público.8.6, 7 En esta descripción final de su amor, la joven incluye algunas de sus características significativas (véase también 1 Corintios 13). El amor es tan fuerte como la muerte, no puede aniquilarlo el tiempo ni un desastre, ni puede comprarse por ningún precio porque se da libremente. El amor no tiene precio e incluso hasta el rey más rico no puede comprarlo. Se debe aceptar como un regalo de Dios para luego disfrutarlo dentro de las reglas establecidas por El. Acepte el amor de su cónyuge como un regalo de Dios y luche por hacerlo un reflejo del amor perfecto que viene de Dios mismo.8.8, 9 La joven medita en los días cuando era más joven y estaba bajo el cuidado de sus hermanos, que se preguntaban cómo podían ayudarla a prepararse para el matrimonio. Decidieron que si era como un muro, firme ante cualquier tentación sexual, la alabarían. Pero si era como una puerta, abierta a la inmoralidad, tomarían las medidas necesarias para guardarla de realizar algo tonto. En 8.10, ella testifica que ha persistido en su moralidad y por lo tanto ha encontrado gracia ante los ojos de Salomón.8.11, 12 Salomón podía demandar por el alquiler a los inquilinos de su viñedo, pero la doncella tenía su propia viña y estaba en su derecho de asignarla a quien quisiera. Pero ella entregó de buena voluntad su fruta a Salomón. En el matrimonio no existe la propiedad privada, ya que todo se comparte entre los cónyuges. Nota: Esta es la única mención de Baal-hamón en la Biblia y su ubicación se desconoce.8.14 El amor entre Salomón y su esposa no disminuyó en intensidad desde la noche de bodas. Los enamorados confiaron el uno en el otro y no tuvieron secretos. La devoción y el compromiso fueron la clave de su relación, así como los son también en nuestras relaciones conyugales, y nuestra relación con Dios. La fidelidad de nuestro amor matrimonial debe reflejar la perfecta fidelidad de Dios para con nosotros.Pablo nos muestra cómo el matrimonio representa la relación de Cristo con su Iglesia (Eph 5:25-33), y Juan nos ilustra la Segunda Venida como una gran fiesta de bodas para Cristo y su Esposa, sus seguidores fieles (Rev 19:7-8; Rev 21:1-2). Muchos teólogos consideran que Cantar de los cantares es una alegoría que muestra el amor de Cristo por su Iglesia. Tiene aún más sentido decir que es un poema de amor sobre una relación amorosa real y humana, y que todos los matrimonios amorosos y comprometidos reflejan el amor de Dios.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 212 Cnt 1:6
b 213 Gál 4:26
c 214 Sal 2:12; Cnt 1:2
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
si tú fueras como mi hermano. Ella podría besar a su hermano sin provocar sospechas. En la cultura del Cercano Oriente las expresiones públicas de afecto entre esposa y esposo no eran apropiadas.
Fuente: La Biblia de las Américas
La sulamita desea que Salomón hubiera sido su hermano natural para poder expresar públicamente su afecto hacia él, algo impropio de una pareja casada en aquella cultura.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
[3] En términos figurados y poéticos se alude a las prácticas y usos de las bodas. Gen 24, 67.[4] Finaliza el festejo de las bodas.[7] Todo esto en un sentido espiritual se aplica al amor perfecto de Dios en las almas.[8] Los versos del 8 al 14 han sido unidos al Cantar porque alude a las bodas y parecen ser fragmentos de un poema perdido.[11] Cerca a Jerusalén.