Biblia

Comentario de Cantares 8:5 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Cantares 8:5 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado? Debajo de un manzano te desperté; allí donde tu madre tuvo dolores, allí donde tuvo dolores la que te dio a luz.

Quién es ésta. Cnt 3:6; Cnt 6:10.

del desierto. Cnt 4:8; Sal 45:10, Sal 45:11; Sal 107:2-8; Isa 40:3; Isa 43:19; Jer 2:2; Apo 12:6.

Recostada sobre su amado. 2Cr 32:8; Sal 63:8; Isa 26:3, Isa 26:4; Isa 36:6; Miq 3:11; Jua 13:23; Hch 27:23-25; 2Co 12:9, 2Co 12:10; Efe 1:12, Efe 1:13; 1Pe 1:21.

Debajo de … te desperté. Cnt 2:3; Ose 12:4; Jua 1:48-51.

Allí tuvo dolores la que te dio a luz. Cnt 8:1; Cnt 3:4, Cnt 3:11; Isa 49:20-23; Rom 7:4; Gál 4:19.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El rey lleva a su novia para que visite su tierra natal. El manzano simboliza el lugar donde la sulamita despertó a su sexualidad y donde su madre la dio a luz.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

b te desperté. Esto se entiende mejor como dicho por Salomón. El sueño de la sulamita en Cnt 3:4 se ha hecho realidad ahora en su matrimonio. madre. Esta es la sexta referencia a la madre de la sulamita (cp. Cnt 1:6; Cnt 3:4; Cnt 6:9; Cnt 8:1; Cnt 8:2). En contraste, Betsabé, la madre de Salomón, es mencionada solo una vez (cp. Cnt 3:11).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta escena final describe el primer «encuentro matrimonial» en el que reafirman su amor mutuo.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Cnt 8:5-7 : En correspondencia con el prólogo inicial (Cnt 1:2-4), el Cantar concluye en un breve diálogo; son particularmente hermosas las palabras de la amada que definen de forma concisa y admirable el amor: su misteriosa capacidad de atracción, su fuerza, su naturaleza y su valor (Cnt 8:6-7).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— y te dio a luz: según Gr. la que te dio a la luz.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La naturaleza del amor verdadero

La introducción a esta descripción del verdadero amor está en forma de pregunta. La pareja es presentada disfrutando de un delicioso paseo en la campiña, a la que ambos pertenecen, y se ve a la Sulamita apoyándose al caminar sobre el fuerte cuerpo de su marido. “¿Quiénes son este hombre y esta mujer?” pregunta el escritor. Se deja a la es posa contestar la pregunta. Ella nos lleva de regreso, primeramente, al tiempo cuando se hicieron el amor en el lugar mismo donde él nació. Como hubo aquel primer nacimiento, fruto del amor de sus padres, hay ahora un se gundo nacimiento del amor verdadedro de él por la Sulamita. La palabra desperté debe ligarse con “despertaréis” en el v. 4. Ella proporciona el despertar genuino. El momento y las circunstancias son justamente apropiados; no hay transgresión sexual aquí. Tales principios deben todavía guiar toda unión sexual.

6, 7 El verdadero amor es ahora más definido, y hay varias lecciones importantes. Sello es una señal de pertenencia que cualquiera puede ver. Ella quie re que sea obvio para todos que ella pertenece totalmente a él, y de ninguna manera a ningún otro (comp. 2 Tim. 2:19). El sello debía estar en dos lugares: sobre el corazón de él (asiento de sus afectos), y sobre su brazo (símbolo de su fuerza física). El sería dueño total de ella, la amaría y protegería. Además, el amor verdadero es fuerte como la muerte en que ambos son irresistibles. Así también el amor de Cristo es totalmente conquistador. Pablo halló que el amor de Cristo le impulsaba irresis tiblemente (2 Cor. 5:14). El amor verdadero tiene unos celos que son un reflejo del celo de Dios (ver Exo. 20:5; 2 Cor. 11:2). Una esposa tiene todo derecho de estar celosa si su marido comienza a enre darse con otra mujer. Los celos hieren, y hieren mucho, y esa es la razón por la que pueden ser tan inconmovibles como el Seol. Además, el amor verdadero es tan inapagable como una llama de fuego (comp. con Exo. 3:2). Como poderosa llama puede leerse “como la llama misma del Señor”. El amor verdadero tiene su origen en Dios, porque Dios es amor. Tanto amor tiene un poder sobrenatural que ningún esfuerzo humano puede extinguir. La humanidad trató de apagar tal amor en el Calvario, pero sus esfuerzos fueron fútiles. Las aguas del pecado, la muerte, el Seol, Satanás y toda la rebeldía de la hu manidad no pueden apagar el amor de Cristo para el mundo. Finalmente, el amor verdadero no puede ser comprado. Aunque el precio ofrecido sea extremadamente elevado, el amor desprecia la compra. La invitación del evangelio es venir y comprar sin dinero (Isa. 55:1).

8-10 Este es un párrafo muy significativo sobre el tema de guardar para el tiempo correcto la expresión del amor físico. No es un tema nuevo en el li bro, pero aparece ahora de una manera distinta. Habla de una familia leal, considerada, que protege a su hermana menor del mal uso del sexo. Desde sus años tempranos, antes que se desarrollara físicamente (todavía no tiene pechos), sus hermanos mayores, en particular, le enseñaron y animaron a conservar su cuerpo sólo para aquel con quien se casaría. Cuando de ella se empiece a hablar es el tiempo de su edad casadera. Hasta ese momento tiene dos opciones: ser ya sea una muralla, resistiendo a todos los intentos de un amor falso, o una puerta permitiendo a cualquier hombre atravesar sus defensas y perder así su virginidad antes del tiempo de Dios. Todo esto se relaciona con el estribillo “no despiertes … el amor hasta que así lo desee.” Si se disciplina a sí misma, sus hermanos la premiarán con adornos. Si se defrauda a sí misma y a su familia, ellos serán aun más fuertes en su protección, y la recubrirán con paneles de cedro. El v. 10 indica cuán positivamente ha respondido a las enseñanzas. Ha alcanzado ahora madurez física y mental (mis pechos son torreones) y ha permanecido como una muralla. Como quien encuentra paz significa que ella ha encontrado verdadera integridad en la relación exclusiva con su marido. Dios sabe que sólo cuando obedecemos sus leyes en esto y en todas las áreas hallamos nuestra salud verdadera.

11, 12 El escritor continúa la línea de pensamiento: el amor no puede ser comprado. Estos versículos son una clase de parábola. Salomón había tenido una viña en Baal-hamón que había entregado a cuidadores por mil piezas de plata cada uno, y ellos a su vez tuvieron una ganancia de doscientas. En contraste, la viña de la vida y el carácter de la Sulamita no están en el mercado. Nadie invadirá su propiedad, no por precio alguno: mi viña está delante de mí.

13, 14 El singular cántico termina con una nota hermosa. En primer lugar hay un pedido del amante de escuchar la voz de su amada. Tal vez ella está conversando con sus amigos y hay un mur mullo general. El rey quiere que la voz de ella se distinga de todo el resto (comp. 2:14). Podemos compararlo con la voz del Padre entre el murmullo de este mundo: “Este es mi hijo amado; a él oíd” (Mar. 9:7). En segundo lugar tenemos aquí un pedido de la Sulamita a su amado para que le haga el amor una vez más (comp. con 2:17). En tal pedido escuchamos el deseo de Cristo, el esposo celestial, de oír las oraciones de su esposa; y el deseo de la iglesia de mantener una comunión cerrada e íntima con su Señor: “¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!” (Apoc. 22:20).

John A. Balchin

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) “Te”, masc.

REFERENCIAS CRUZADAS

h 219 Cnt 6:13; Cnt 7:10

i 220 Sal 45:10

j 221 Cnt 7:11

k 222 Gén 3:16

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

manzano. En el antiguo Cercano Oriente la concepción y el nacimiento estaban asociados con la imagen de un árbol frutal.

te desperté. Es decir, la invitó al amor.

Fuente: La Biblia de las Américas

La pregunta podía proceder de los aldeanos, junto a los cuales la sulamita se había criado, al ver que la pareja se acerca. En la última parte del versículo Salomón describe su primer encuentro con la sulamita.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

O, albaricoque

Los pronombres en el resto de este vers. son masculinos en el T. M., pero deben ser considerados femeninos como en la versión siriaca.

Fuente: La Biblia de las Américas