Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad;
2:9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, — THEOTES, la esencia y naturaleza de Dios. Cristo no era solamente semejante a Dios, sino que era verdadero Dios (Rom 9:5; Tit 2:13; 2Pe 1:1; 1Jn 5:20). En cuanto al uso del tiempo presente («habita»), Cristo ya había ascendido al cielo pero este verbo puede referirse o al cuerpo glorioso de Cristo (Flp 3:21) o al significado duradero de la encarnación. De cualquier modo, esto no presenta problema, pues la plenitud de la Deidad siempre ha habitado en Cristo (Jua 1:1; Flp 2:6), y cuando vino a la tierra «fue hecho carne» (Jua 1:14) para dar a conocer al Padre (Jua 1:18) y hubiera sido imposible hacerlo sin tener la totalidad de los atributos de Dios, con pleno poder y autoridad. Según los herejes de Colosas, el poder divino estaba repartido entre muchos intermediarios, pero Pablo afirma que en Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Cristo está a la diestra de Dios (3:1) y «es el todo, y en todos» (3:11).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Porque en él habita. Col 2:2, Col 2:3; Col 1:19; Isa 7:14; Mat 1:23; Jua 10:30, Jua 10:38; Jua 14:9, Jua 14:10, Jua 14:20; Jua 17:21; 2Co 5:19; 1Ti 3:16; Tit 2:13; 1Jn 5:7, 1Jn 5:20.
corporalmente. Luc 3:22; Jua 1:14; Jua 2:21.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
En este versículo Pablo proclama abiertamente la encarnación, cuando Dios se convirtió en un hombre corporalmente. Esto contradice la idea de los gnósticos sobre la maldad inherente en los cuerpos físicos y la afirmación de que Jesús es simplemente un espíritu. Los gnósticos creen que la plenitud de Dios se divide en un número de seres angelicales que crearon el mundo material. En contraste con esta idea, Pablo dice que la plenitud de Dios existe en Cristo (vv. Col 2:6, Col 2:7).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
corporalmente. En el pensamiento griego la materia era mala y el espíritu era bueno. Por eso era impensable que Dios estuviera dispuesto a ocupar un cuerpo humano. Pablo refuta esa enseñanza falsa al recalcar la realidad de la encarnación de Cristo. Jesús no solo fue Dios a plenitud, sino también plenamente humano. Vea las notas sobre Flp 2:5-11. plenitud de la Deidad. Cristo posee la plenitud de la naturaleza y los atributos divinos (vea las notas sobre Col 1:19; Jua 1:14-16).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, — THEOTES, la esencia y naturaleza de Dios. Cristo no era solamente semejante a Dios, sino que era verdadero Dios (Rom 9:5; Tit 2:13; 2Pe 1:1; 1Jn 5:20). En cuanto al uso del tiempo presente («habita»), Cristo ya había ascendido al cielo pero este verbo puede referirse o al cuerpo glorioso de Cristo (Flp 3:21) o al significado duradero de la encarnación. De cualquier modo, esto no presenta problema, pues la plenitud de la Deidad siempre ha habitado en Cristo (Jua 1:1; Flp 2:6), y cuando vino a la tierra «fue hecho carne» (Jua 1:14) para dar a conocer al Padre (Jua 1:18) y hubiera sido imposible hacerlo sin tener la totalidad de los atributos de Dios, con pleno poder y autoridad.
Según los herejes de Colosas, el poder divino estaba repartido entre muchos intermediarios, pero Pablo afirma que en Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Cristo está a la diestra de Dios (3:1) y «es el todo, y en todos» (3:11).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Col 1:19; Jua 1:14; Jua 1:16.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) “Cualidad divina.” Lit.: “divinidad”. Gr.: the- ó·te·tos; lat.: di·vi·ni·tá·tis.
REFERENCIAS CRUZADAS
t 103 Efe 1:23; Col 1:19
u 104 Jua 1:16; Rom 1:20
v 105 Hch 17:29
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
plenitud de la Deidad. Véase coment. en 1:19.
corporalmente. El docetismo era una herejía gnóstica que decía que el cuerpo físico de Cristo no era real, sino aparente. Pero la plenitud de la Deidad estaba en Cristo durante su encarnación (Jn 1:14; 1 Jn 1:1– 3) así como lo estuvo antes de la encarnación (Jn 1:1, 18), y en su humanidad glorificada (Fil 2:9– 11).
Fuente: La Biblia de las Américas
9 (1) Se refiere al cuerpo físico, del cual Cristo se vistió en Su humanidad, lo cual indica que toda la plenitud de la Deidad mora en Cristo, quien tiene un cuerpo humano. Antes de la encarnación de Cristo, la plenitud de la Deidad moraba en El como la Palabra eterna, pero no corporalmente. Desde el momento en que Cristo se encarnó, es decir, desde que se vistió con un cuerpo humano, la plenitud de la Deidad empezó a morar en El de una manera corporal, y ahora y por siempre mora en Su cuerpo glorificado ( Flp_3:21).
9 (2) La palabra plenitud no se refiere a las riquezas de Dios, sino a la expresión de las riquezas de Dios. Lo que mora en Cristo no es sólo las riquezas de la Deidad, sino la expresión de las riquezas de lo que Dios es. Véase la nota 19 (3) de Ef 3.
9 (3) La Deidad misma es diferente de las características divinas manifestadas por las cosas creadas ( Rom_1:20). Esto muestra categóricamente la deidad de Cristo. La plenitud de la Deidad está en contraste con la tradición de los hombres y de los rudimentos del mundo. La tradición y los rudimentos del mundo simplemente no pueden compararse con la plenitud de la Deidad.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
En Jesucristo, la deidad (la naturaleza y los atributos divinos) habitaban en Su cuerpo terrenal, una fuerte declaración de la deidad y de la humanidad del Dios-hombre.