Biblia

Comentario de Colosenses 3:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Colosenses 3:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Ocupad la mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra;

3:2 Poned la mira (la mente) — Meditar, estudiar, concentrarse, fijar los pensamientos, deseos y afectos. «No solamente buscar el cielo, sino que el cielo sea su pensamiento» (Lightfoot, citado por MRV). El cristiano no debe tener una mentalidad terrenal sino una mentalidad celestial (Flp 3:20). ¿Queremos ir al cielo? ¿Cuándo? Pablo nos exhorta que » en corazón ascendamos al cielo ahora» (E-AB). Como Cristo ascendió al cielo literalmente, nosotros podemos ascender figuradamente, «Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Mat 6:21). Entonces, un día de estos

— un día pronto — cuando Cristo «se manifieste», ascenderemos literalmente con El (1Ts 4:16-17).

— en las cosas de arriba, no en las de la tierra. — En este contexto «las cosas de arriba» son las verdades, los mandamientos y las promesas

— todos los tesoros — del evangelio verdadero, y las cosas de la tierra son los rudimentos en cuanto a cosas que perecen, y que sólo promueven la carnalidad. El discípulo de Cristo debe tener la mente de Cristo: Flp 2:5, «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús». Lo opuesto de esto es la mente carnal: Rom 8:1; Rom 8:5; Flp 3:19. «Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad» (Flp 4:8).

En este texto (3:14:6) Pablo presenta el contraste entre las obras de la carne y el fruto del Espíritu (como lo hace en Gál 5:19-23), pero primero enfatiza la necesidad de la mira (la mente), porque la conversión se efectúa por medio de la renovación de la mente (Rom 12:1-2; Efe 4:23). Sin el cambio radical del corazón (el verdadero arrepentimiento) la transformación de carácter que el Señor requiere es imposible (Rom 8:29; 2Co 3:18).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

poned la mira en las cosas de arriba. Col 3:1; 1Cr 22:19; 1Cr 29:3; Sal 62:10; Sal 91:14; Sal 119:36, Sal 119:37; Pro 23:5; Ecl 7:14; Mat 16:23; Rom 8:4-6; Flp 1:23; 1Jn 2:15-17.

no en las de la tierra. Col 3:5; Sal 49:11-17; Mat 6:19; Luc 12:15; Luc 16:8, Luc 16:9, Luc 16:11, Luc 16:19-25; Flp 3:19; 1Jn 2:15.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

PONED LA MIRA EN LAS COSAS DE ARRIBA. Debido a que su vida está con Cristo en el cielo (v. Col 3:3), el creyente debe pensar en las cosas de arriba y dejar que determinen su actitud. Debe valorar, juzgar y considerar todas las cosas desde una perspectiva eterna y celestial. Las metas y los esfuerzos del creyente deben ser buscar las cosas espirituales (vv. Col 3:1-4), resistir al pecado (vv. Col 3:5-11) y revestirse del carácter de Cristo (vv. Col 3:12-17). La gracia, el poder, las experiencias y las bendiciones espirituales están con Cristo en el cielo. Él otorga esas cosas a quienes las piden con sinceridad, buscan con diligencia y llaman con persistencia (Luc 11:1-13; 1Co 12:11; Efe 1:3; Efe 4:7-8).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Poned la mira. También se puede traducir en el sentido de «pensar bien» o «tener la disposición interior correcta». Así como una brújula señala en dirección norte, la disposición entera del creyente debería dirigirse hacia las cosas del cielo. Los pensamientos celestiales solo vienen como resultado de entender las realidades espirituales expuestas en la Biblia (cp. Rom 8:5; Rom 12:2; Flp 1:23; Flp 4:8; 1Jn 2:15-17; vea la nota sobre Mat 6:33).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3:2 Poned la mira (la mente) — Meditar, estudiar, concentrarse, fijar los pensamientos, deseos y afectos. «No solamente buscar el cielo, sino que el cielo sea su pensamiento» (Lightfoot, citado por MRV). El cristiano no debe tener una mentalidad terrenal sino una mentalidad celestial (Flp 3:20). ¿Queremos ir al cielo? ¿Cuándo? Pablo nos exhorta que » en corazón ascendamos al cielo ahora» (E-AB). Como Cristo ascendió al cielo literalmente, nosotros podemos ascender figuradamente, «Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Mat 6:21). Entonces, un día de estos — un día pronto — cuando Cristo «se manifieste», ascenderemos literalmente con El (1Ts 4:16-17).
— en las cosas de arriba, no en las de la tierra. — En este contexto «las cosas de arriba» son las verdades, los mandamientos y las promesas — todos los tesoros — del evangelio verdadero, y las cosas de la tierra son los rudimentos en cuanto a cosas que perecen, y que sólo promueven la carnalidad. El discípulo de Cristo debe tener la mente de Cristo: Flp 2:5, «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús». Lo opuesto de esto es la mente carnal: Rom 8:1; Rom 8:5; Flp 3:19. «Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad» (Flp 4:8).
En este texto (3:1 – 4:6) Pablo presenta el contraste entre las obras de la carne y el fruto del Espíritu (como lo hace en Gál 5:19-23), pero primero enfatiza la necesidad de la mira (la mente), porque la conversión se efectúa por medio de la renovación de la mente (Rom 12:1-2; Efe 4:23). Sin el cambio radical del corazón (el verdadero arrepentimiento) la transformación de carácter que el Señor requiere es imposible (Rom 8:29; 2Co 3:18).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Mat 6:33.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

d 151 Flp 3:20; Flp 4:8; 1Pe 1:13

e 152 Jua 3:31; 1Jn 2:15

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

2 super (1) Las cosas de la tierra incluyen la cultura, la religión, la filosofía y el mejoramiento de la conducta, como se dijo en los dos capítulos anteriores.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

O, Fijad vuestra mente

Fuente: La Biblia de las Américas