Comentario de Colosenses 3:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Padres, no irritéis a vuestros hijos, para que no se desanimen.
3:21 Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten. — «Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos» (Efe 6:4). Hay muchas maneras de exasperar o irritar (o provocar a ira) a los hijos : (1) abusar de la autoridad, siendo crueles, abusivos tanto con palabras como con hechos; (2) criticar sin cesar a sus hijos — aun haciendo burla de ellos — y nunca hablándoles palabras de aprobación; (3) ser injustos en la disciplina (administrar castigo que no es apropiado, por ser excesivo o inadecuado, o motivado por el enojo); «Demasiada severidad conduciría únicamente a la frustración de los hijos» (DG); (4) ser parciales (Gén 37:3-4); (5) por usar amenazas huecas; (6) avergonzarlos innecesariamente delante de sus hermanos y amigos; (7) usar medios necios para «castigar» (encerrarlos en un cuarto oscuro; asustarlos con mentiras; decirles, «te voy a regalar a otros»); (8) no hacerles caso; (9) esperar demasiado de ellos (como si fueran adultos); en fin, los padres mismos, si no son maduros, pueden provocar a ira o exasperar a sus hijos. Muchas veces los padres son más «niños» que los niños.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Sal 103:13; Pro 3:12; Pro 4:1-4; Efe 6:4; 1Ts 2:11; Heb 12:5-11.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
PADRES, NO EXASPERÉIS A VUESTROS HIJOS. Véase el ARTÍCULO PADRES E HIJOS, P. 1716. [Col 3:21], para un estudio de este pasaje, que incluye los quince pasos sobre cómo los padres pueden ganar a sus hijos para Cristo.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
ARTÍCULO
Padres e hijos
Col 3:21 Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.
Es la solemne obligación de los padres (gr. pater; plural, pateres, puede significar: «padres» o «padre y madre») darles a sus hijos la instrucción y corrección que corresponden a la crianza cristiana. Los padres deben dar ejemplo de vida y conducta cristiana, e interesarse más en la salvación de los hijos que en sus empleos, profesiones, ministerio en la iglesia o posición social (cf. Sal 127:3).
(1) Según el mensaje de Pablo en Efe 6:4 y Col 3:21, así como en las instrucciones de Dios en muchos pasajes del AT (véanse Gén 18:19, nota; Deu 6:7, nota; Sal 78:5, nota; Pro 4:1-4, nota; Pro 6:20, nota), es responsabilidad de los padres darles a sus hijos la crianza que los prepare para la vida que agrada a Dios. Es la familia y no la iglesia ni la escuela cristiana, la que tiene la responsabilidad primordial de la instrucción bíblica y espiritual de los hijos. La iglesia y la escuela cristiana sólo ayudan en el adiestramiento que dan los padres.
(2) La esencia de la educación cristiana es: El corazón del padre debe volverse al corazón del hijo a fin de llevar el corazón del hijo al corazón del Salvador (véase Luc 1:17, nota).
(3) Al criar a sus hijos, los padres no deben mostrar favoritismo. Tienen que alentar y corregir, castigar únicamente el mal intencional, y dedicar su vida en amor a sus hijos con compasión, bondad, humildad, ternura y paciencia (Col 3:12-14; Col 3:21).
(4) Los padres deben dar estos quince pasos para guiar a sus hijos a la vida piadosa en Cristo:
(a) Dedicar a sus hijos a Dios desde el comienzo de su vida (1Sa 1:28; Luc 2:22).
(b) Enseñarles a temer al Señor y a apartarse de la maldad, a amar la justicia y a odiar el pecado. Inculcarles la conciencia de la actitud y del juicio de Dios hacia el pecado (véase Heb 1:9, nota).
(c) Enseñarles a obedecerlos mediante la disciplina bíblica (Deu 8:5; Pro 3:11-12; Pro 13:24; Pro 23:13-14; Pro 29:15; Pro 29:17; Heb 12:7).
(d) Protegerlos de las influencias impías estando conscientes de los esfuerzos de Satanás por destruirlos espiritualmente por la atracción al mundo y por medio de compañeros inmorales (Pro 13:20; Pro 28:1-28; Pro 7:1-27; 1Jn 2:15-17).
(e) Hacerles saber que Dios siempre está observando y evaluando lo que hacen, piensan y dicen (Sal 139:1-12).
(f) Llevarlos en los primeros años de la vida a la fe personal, al arrepentimiento y al bautismo en agua en Cristo (Mat 19:14).
(g) Establecerlos en una iglesia espiritual donde se proclame la Palabra de Dios, se honren sus normas de justicia y se manifieste el Espíritu Santo. Enseñarles el lema: «Compañero soy yo de todos los que te temen» (Sal 119:63; véase Hch 12:5, nota).
(h) Animarlos a que se mantengan separados del mundo y que testifiquen y trabajen para Dios (2Co 6:14-18; 2Co 7:1; Stg 4:4). Enseñarles que son extranjeros y peregrinos en esta tierra (Heb 11:13-16), que su verdadero hogar y ciudadanía están en el cielo con Cristo (Flp 3:20; Col 3:1-3).
(i) Instruirlos en cuanto a la importancia del bautismo en el Espíritu Santo (Hch 1:4-5; Hch 1:8; Hch 2:4; Hch 2:39).
(j) Enseñarles que Dios los ama y tiene un plan específico para la vida de ellos (Luc 1:13-17; Rom 8:30; 1Pe 1:3-9).
(k) Instruirlos diariamente en la Palabra de Dios, en la conversación y en un tiempo devocional familiar (Deu 4:9; Deu 6:5-7; 1Ti 4:6; 2Ti 3:15).
(l) Alentarlos, mediante el ejemplo y la exhortación, a la vida de oración (Hch 6:4; Rom 12:12; Efe 6:18; Stg 5:16).
(m) Prepararlos para sufrir y soportar la persecución por causa de la justicia (Mat 5:10-12). Deben saber que «todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución» (2Ti 3:12).
(n) Encomendarlos a Dios con intercesión constante e intensa (Efe 6:18; Stg 5:16-18; véase Jua 17:1, nota sobre la oración de Jesús por sus discípulos como modelo de las oraciones de los padres por sus hijos).
(ñ) Tener tal amor e interés por sus hijos que ellos, como padres, estén dispuestos a derramar la vida como si fuera un sacrificio al Señor, para profundizar la fe de sus hijos y hacer de su vida lo que debe ser en el Señor (véase Flp 2:17, nota).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
exasperéis. Vea las notas sobre Efe 6:4. También se traduce «no provocar a ira». La connotación de esta palabra es abstenerse de irritar o revolver.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
3:21 Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten. — «Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos» (Efe 6:4). Hay muchas maneras de exasperar o irritar (o provocar a ira) a los hijos : (1) abusar de la autoridad, siendo crueles, abusivos tanto con palabras como con hechos; (2) criticar sin cesar a sus hijos — aun haciendo burla de ellos — y nunca hablándoles palabras de aprobación; (3) ser injustos en la disciplina (administrar castigo que no es apropiado, por ser excesivo o inadecuado, o motivado por el enojo); «Demasiada severidad conduciría únicamente a la frustración de los hijos» (DG); (4) ser parciales (Gén 37:3-4); (5) por usar amenazas huecas; (6) avergonzarlos innecesariamente delante de sus hermanos y amigos; (7) usar medios necios para «castigar» (encerrarlos en un cuarto oscuro; asustarlos con mentiras; decirles, «te voy a regalar a otros»); (8) no hacerles caso; (9) esperar demasiado de ellos (como si fueran adultos); en fin, los padres mismos, si no son maduros, pueden provocar a ira o exasperar a sus hijos. Muchas veces los padres son más «niños» que los niños.
En Efe 6:4 Pablo agrega, «sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor». La palabra «disciplina» abarca todo el proceso de criar y entrenar a los hijos. Los hijos consentidos tendrán una vida de miseria. «El muchacho consentido avergonzará a su madre» (Pro 29:15). La palabra «consentido» en este texto significa «dejado solo»; «dejado al gobierno de sí mismo» (VM). En Job 39:5 esta palabra se traduce «echar libre» («¿Quién echó libre al asno montés, y quién soltó sus ataduras?») Los hijos no deben andar libres como el «asno montés», pues no es para su bienestar, sino para su ruina.
Para obedecer estos mandamientos, los padres deben poner el buen ejemplo en todo. Los hijos aprenden mucho del ejemplo de sus padres. Deben ser, pues, fieles y constantes siempre en el habla, en la conducta, en la asistencia a las reuniones de la iglesia, en la obra personal, y aun en su actitud. Debe haber paz y armonía en el hogar, porque el ambiente en el cual se crían nuestros hijos es un factor muy importante en su crianza.
Además, los padres deben instruir con toda diligencia a sus hijos. No deben depender de la iglesia, sino que deben aceptar la responsabilidad que Dios les ha dado. Léanse con cuidado los siguientes textos sobre este asunto: Gén 18:19; Deu 6:5-9; 2Ti 1:5; 2Ti 3:14-15. Lo importante es que cada hijo tenga convicciones, que crea en Dios de todo corazón y que ame a Dios de todo el corazón, y con toda su alma, y con todas sus fuerzas, y con toda su mente. Debe estar bien doctrinado, para que no caiga en el error sectario. Para estar seguro de esto, los padres deben animar a los hijos a expresarse, a hacer comentarios, a hacer preguntas o a expresar dudas. Muchos padres suponen que sus hijos creen cuando, en realidad, son incrédulos o indiferentes. Léase Job 1:5.
Los padres deben enseñar repetidas veces a sus hijitos acerca de las maravillosas obras de Dios, y acerca de Noé, Abraham, José, Moisés, Josué, Samuel, etc. Los hijos tendrán fe no fingida (2Ti 1:6) y un deseo ferviente de ser fieles a Dios si se les enseña con mucha convicción y entusiasmo acerca de la obediencia de Noé y Abraham, de la fidelidad y el espíritu de perdonar de José, del valor de Daniel y los tres jóvenes hebreos, de la paciencia de Job y, sobre todo, acerca de Jesús y sus apóstoles.
Es muy importante que cada hijo sea enseñado, entrenado y corregido de acuerdo con su propia personalidad o disposición (individualidad). Muchos padres tienen problemas con sus hijos porque no cumplen con este deber. Dice Pro 22:6, «Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él». La expresión «en su camino» puede traducirse «conforme a su camino»; es decir, según la naturaleza del niño, según su edad, su mentalidad, su carácter, su disposición y aptitudes. Cada hijo es un individuo, diferente y único; debe ser enseñado y guiado según su propia mentalidad, capacidad (aptitudes) y disposición. Los hijos no se pueden criar «en grupos», sino que necesitan de atención individual.
La corrección debe ser estrictamente corrección, ni más, ni menos. Léase otra vez la manera en que los padres pueden provocar a ira a sus hijos. El hijo debe obedecer, y cuando obedece, debe ser alabado y alentado. Debe saber que la obediencia le agrada a Dios y a sus padres. También debe aprender que la desobediencia no se tolera, y que será castigada. Los padres no deben requerir o prohibir alguna cosa si no esperan la obediencia. Un problema muy grande en el hogar es que los padres siempre mandan y prohíben a la ligera, y no exigen que los hijos les hagan caso.
Léanse con cuidado los textos en Proverbios sobre la corrección: 13:24; 19:18; 22:15; 23:13, 14; y 29:15. Son consejos muy prácticos, y buenos comentarios sobre Efe 6:4.
Fuente: Notas Reeves-Partain
REFERENCIAS CRUZADAS
x 199 Efe 6:4
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Padres, no exasperéis. Véase coment. en Ef 6:4.
Fuente: La Biblia de las Américas
No irritéis… Esto es, regañar como hábito y sin razones justas. → Efe 6:4.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Algunos mss. antiguos dicen: no provoquéis a ira
Fuente: La Biblia de las Américas
g Es decir, regau241?ar como hábito y sin mayores razones.
3.21 g Efe 6:4.