Comentario de Colosenses 3:5 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Por lo tanto, haced morir lo terrenal en vuestros miembros: fornicación, impureza, bajas pasiones, malos deseos y la avaricia, que es idolatría.
3:5 Haced morir, pues, — como dice Rom 4:19, el cuerpo de Abraham «que estaba ya como muerto». Diariamente, con esfuerzo voluntario e intensivo, debemos controlar y sujetar los miembros del cuerpo a la voluntad de Dios, y no dejar que vuelvan a ser miembros del pecado. — lo terrenal en vosotros: (considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la, LBLA) — «ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad» (Rom 6:13); «Los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos» (Gál 5:24). Este lenguaje significa acabar con las obras (pensamientos, acciones y palabras) pecaminosas.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
haced morir. Rom 6:6; Rom 8:13; Gál 5:24; Efe 5:3-6.
los miembros de vuestros cuerpo. Rom 6:13; Rom 7:5, Rom 7:23; Stg 4:1.
fornicación. Mat 15:19; Mar 7:21, Mar 7:22; Rom 1:29; 1Co 5:1, 1Co 5:10, 1Co 5:11; 1Co 6:9, 1Co 6:13, 1Co 6:18; 2Co 12:21; Gál 5:19-21; Efe 5:3; 1Ts 4:3; Heb 12:16; Heb 13:4; Apo 21:8; Apo 22:15.
pasiones desordenadas. Rom 1:26; 1Ts 4:5.
malos deseos. Rom 7:7, Rom 7:8; 1Co 10:6-8; Efe 4:19; 1Pe 2:11.
y avaricia. 1Co 6:10; Gál 5:19-21; Efe 5:3, Efe 5:5.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Mientras que la obediencia a las leyes no trae la salvación, los que son salvados deben vivir dignamente para merecer esa salvación. En consecuencia, Pablo les da instrucciones a los colosenses sobre la conducta apropiada. Establece en términos positivos y negativos el tipo de vida que Dios quiere que llevemos. Aunque los creyentes de Colosas una vez estuvieron cautivos en las prácticas paganas que se enumeran en los (vv. Col 3:5, Col 3:8, Col 3:9), ellos iban a abandonar tales prácticas.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
AVARICIA, QUE ES IDOLATRÍA. ¿Qué es la idolatría?
(1) Es permitir que las cosas se conviertan en el foco de los deseos, los valores y la dependencia de una persona, desplazando la confianza y la fe en Dios mismo (cf. Éxo 20:3-6; Deu 7:25-26; Isa 40:18-23; véase el ARTÍCULO LA ESENCIA DE LA IDOLATRÍA, P. 372. [1Sa 12:20-21]). Por eso se le llama idolatría a la avaricia.
(2) La idolatría puede incluir profesarle fidelidad a Dios y a su Palabra mientras que al mismo tiempo se les da igual o mayor fidelidad a las personas, instituciones, tradiciones o autoridades en la tierra. No hay nada que deba tenerse en mayor estima que una relación fiel con Dios y su Palabra tal como está revelada en la Biblia (Rom 1:22-23; Efe 5:5).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Haced morir. Vea la nota sobre Rom 8:13; (cp. Zac 4:6; Efe 5:18; Efe 6:17; 1Jn 2:14). Esto se refiere a un esfuerzo consciente de aniquilar lo que queda de pecado en nuestra carne. fornicación. También se traduce «inmoralidad» y se refiere a cualquier variedad de pecado sexual (vea la nota sobre Gál 5:19; cp. 1Ts 4:3). impureza. Un término que va más allá de los actos sexuales de pecado para incluir también los pensamientos e intenciones ruines (vea la nota sobre Gál 5:19; cp. Mat 5:28; Mar 7:21-22; 1Ts 4:7). pasiones desordenadas, malos deseos. Términos similares que se refieren a la lujuria sexual. «Pasiones» es el aspecto físico de esos vicios y «malos deseos» el aspecto mental (vea las notas sobre Rom 1:26; 1Ts 4:3; cp. Stg 1:15). avaricia. También se traduce «codicia» y su significado literal es «tener más». Es el deseo insaciable de poseer más a cualquier precio, en especial aquellas cosas que son prohibidas (cp. Éxo 20:17; Deu 5:21; Stg 4:2). que es idolatría. Cada vez que los seres humanos incurren en la avaricia o en los pecados sexuales que Pablo ha catalogado, siguen sus deseos en lugar de los deseos de Dios, y en esencia rinden culto a sí mismos lo cual es idolatría (Núm 25:1-3; Efe 5:3-5).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
3:5 Haced morir, pues, — como dice Rom 4:19, el cuerpo de Abraham «que estaba ya como muerto». Diariamente, con esfuerzo voluntario e intensivo, debemos controlar y sujetar los miembros del cuerpo a la voluntad de Dios, y no dejar que vuelvan a ser miembros del pecado.
— lo terrenal en vosotros: (considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la, LBLA) — «ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad» (Rom 6:13); «Los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos» (Gál 5:24). Este lenguaje significa acabar con las obras (pensamientos, acciones y palabras) pecaminosas.
Se encuentra la enseñanza de hacer morir lo terrenal en nosotros — expresada de varias maneras — en muchos textos: (1) Rom 6:2, «los que hemos muerto al pecado»; (2) Rom 6:6, «nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él»; (3) Rom 8:1; Rom 8:5, «no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu»; (4) Rom 8:5, «los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu»; (5) Rom 13:14, » No proveáis para los deseos de la carne»; (6) Gál 5:16, «Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne»; (7) Efe 4:22-30, «despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos»; (8) Efe 4:31, «Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia»; (9) 2Ti 2:22, «Huye de los deseos juveniles»; (10) Tit 2:12, » renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos»; (11) 1Pe 2:11, » que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma» (12) Stg 4:8, «purificad vuestros corazones». En estos textos, el Señor nos dice lo que debemos hacer con el «viejo hombre» (la carne).
Es importante que se enfatice que estos textos se dirigen a los discípulos de Cristo (a los santos). Pablo dice, «Quítense de vosotros»; Santiago dice, «Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón… «; Dice Pedro, «que os abstengáis… «.
Pero, sobre todo, recordemos lo que Pablo dice en Gál 5:16, «Andad en el Espíritu y no cumpliréis (no satisfaréis) el deseo de la carne (no cumpliréis el deseo, LBLA) de la carne». La traducción de LBLA es correcta aquí; Pablo dice que si andamos por el Espíritu no cumpliremos los deseos malos. La palabra deseos ( EPITHUMIAN ) se usa en sentido bueno en Luc 22:15; Flp 1:23; y 1Ts 2:17, etc., pero la expresión «deseos de la carne» se refiere a deseos malos en Efe 2:3; 1Pe 2:11; 2Pe 2:18; 1Jn 2:16. Estos textos no se refieren a los deseos inocentes (normales) del hombre. También se usa en Stg 1:14 («concupiscencia»).
Los deseos de la carne son simplemente los deseos del corazón malo. La palabra corazón se usa en la Biblia muchísimas veces para hablar del intelecto, la voluntad, las emociones y la conciencia. Pablo habla de «las concupiscencias (deseos malos) de sus corazones » (Rom 1:24) y luego hace una lista larga de pecados como los de Gál 5:19-21. También dice que «su necio corazón fue entenebrecido » (Rom 1:21). Entonces (2:5) habla del » corazón no arrepentido «. Al hablar de tales pecados en Efe 4:18 se refiere a «la dureza de su corazón «. Jesús dice, «Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez» (Mar 7:21-22). ¡Los «deseos de la carne» son, pues, los deseos del corazón malo!
En lugar de traducir la palabra griega SARX como carne, algunas versiones la traducen «la naturaleza pecaminosa», pero éstas no son consecuentes. Por ejemplo, la palabra SARX aparece diez veces en Efesios, pero la Nueva Version Internacional la traduce «naturaleza pecaminosa» solamente en Efe 2:3; la palabra aparece nueve veces en Colosenses, pero la traduce «naturaleza pecaminosa» solamente en Col 2:11; Col 2:13. Es decir, la traducen así cuando les conviene para dar aparente apoyo a la doctrina falsa de la depravación hereditaria total del hombre.
Pero ¿qué dice la Biblia? Eze 18:20 enfáticamente enseña que «El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre». Jesús dice (Mat 18:2-4) que tenemos que ser como niños para heredar el reino de los cielos; por eso, los niños no son pecadores. En la parábola del sembrador hay cuatro clases de tierra (cuatro clases de corazón) y ninguna de las cuatro es depravada. Una de las cuatro es tierra buena (Luc 8:15).
La verdad es que el hombre no nace con naturaleza corrupta (Eze 18:20; Mat 18:3; Luc 18:16). El hombre es responsable por sus pensamientos y sus hechos y puede controlarlos. Tiene malos pensamientos porque quiere tenerlos y hace maldades porque las quiere hacer. La Biblia condena los malos pensamientos y los malos deseos. El que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón (Mat 5:28); el que aborrece a su hermano ya es homicida (1Jn 3:15); el avaro es idólatra (Col 3:5). Por lo tanto, Pablo dice, «Andad por el Espíritu y no cumpliréis el deseo de la carne», porque los deseos de la carne no caracterizan la «nueva criatura en Cristo» sino el viejo hombre (Rom 6:6; Efe 4:22-32; Col 3:5-14, etc.).
Algunos filósofos griegos explicaron este conflicto diciendo que el cuerpo es malo, que es la cárcel del alma, que el alma está corrompida por el cuerpo, etc., pero véanse Rom 12:1; 1Co 6:19. De tal filosofía falsa vino la doctrina del pecado original y de la depravación hereditaria total del hombre. El calvinismo enseña que la carne es «la naturaleza corrupta» o «la naturaleza pecaminosa». Muchos religiosos enseñan la «depravación hereditaria total» del hombre, es decir, que nace totalmente depravado, y que no puede creer en Dios ni amar a Dios hasta que el Espíritu Santo lo mueva. Se enseña que el hombre peca porque tiene que pecar (peca porque es hombre). Se enseña esta teología torcida porque los hombres quieren evitar la responsabilidad por sus pecados. Si el hombre nace pecador, ¿de quién será la culpa? Desde luego, el hombre no tiene la culpa porque no escogió nacer, mucho menos nacer pecador. No lo quieren admitir pero los proponentes de la teoría del pecado original y de la depravación hereditaria total del hombre (que el hombre nace con naturaleza corrupta) en realidad están culpando a Dios, porque El es el Padre de nuestros espíritus (Heb 12:9).
Los miembros del cuerpo son los instrumentos que se emplean en el servicio del pecado, de las siguientes maneras: «fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría».
— fornicación ( PORNEIA) — Algunos enseñan que esta palabra se refiere al pecado sexual cometido sólo por solteros, pero en la Biblia se refiere a toda relación sexual ilícita. Incluye el adulterio (Mat 5:32; Mat 19:9); el incesto (1Co 5:1); y la homosexualidad (Jud 1:7).
Algunos de los promotores principales de la fornicación son los siguientes: (1) los que producen las películas para el cine y la televisión que la presentan como un modo de vivir normal y aceptable. Tal vez el medio más potente es la televisión, puesto que tantas personas pasan varias horas cada día viéndola; (2) los que publican toda clase de pornografía (libros, revistas, periódicos, fotos); (3) las escuelas que no sólo enseñan que la fornicación es conducta aceptable, sino que reparten contraceptivos a los alumnos, incluyendo información acerca del aborto fácil; (4) las iglesias sectarias, como también los hermanos liberales y algunos que profesan ser hermanos conservadores, que rechazan la enseñanza del Nuevo Testamento con respecto al divorcio y segundas nupcias.
Cada vez más Satanás logra su propósito, lavando cerebros, para que se acepte toda forma de la fornicación. ¿Cómo presenta la televisión a los que se oponen a la fornicación? Como fanáticos, ignorantes y extremistas. Hay cada vez menos crítica a la fornicación, y cada vez más crítica a los que la condenan. Por ejemplo, cuando alguno se opone a la homosexualidad, como protesta muchos gritan «homofobia» para hacer callar la oposición. El vocablo «homofobia» (homo=mismo; fobia=temor) es una palabra nueva, inventada por los homosexuales y quienes simpatizan con ellos, para acusar a sus oponentes de temer las relaciones íntimas entre los del mismo sexo. De una cosa estamos seguros: aunque la fornicación sea aceptable según los hombres, sigue siendo abominable ante los ojos de Dios.
A pesar de lo abominable de la fornicación ante los ojos de Dios, los santos pasan muchas horas viendo la fornicación (adulterio, homosexualidad, incesto), la desnudez, y la violencia excesiva, y escuchando lenguaje vergonzoso en la televisión. No se permite que se practique la fornicación en los hogares cristianos, pero sí se permite que se practique repetidas veces día y noche en la televisión. No se permite el lenguaje vergonzoso en los hogares de los hermanos a menos que sea en la televisión.
La única explicación de tal conducta es que a los tales les gusta alimentar su alma con la putrefacción. No hay otro medio que promueva la fornicación como lo hace la televisión, pero en muchísimos hogares de los santos el televisor se prende cuando la primera persona se levanta por la mañana y se apaga cuando la última persona se acuesta en la noche. Aunque llueva, truene, relampaguee, está funcionando el televisor. En el hogar de muchos de los santos ni siquiera se apaga el televisor cuando llega visita (mucho menos si es el predicador). Muchos son expertos en platicar con el predicador sin perder ningún detalle de las actividades de los fornicarios y borrachos de la novela. Los tales no solamente son de doble ánimo, también tienen doble visión y doble oído. Al igual que los inconversos muchísimos santos están completamente adictos al vicio de la televisión como el borracho está adicto al alcohol y el fumador al cigarrillo.
¿Cómo se evita la fornicación? (1) «Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca» (1Co 6:18); es decir, otros vicios hacen daño al cuerpo, pero en la fornicación el cuerpo mismo es el instrumento del pecado. (2) Evítese la mala compañía (1Co 15:33). (3) Evítense los libros, revistas, películas, etcétera, que propagan la fornicación (sobre todo, apáguese el televisor; si no se puede controlar, fuera mejor tirarse). (4) «A causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido» (1Co 7:2). Dios «dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar» (1Co 10:12). ¿Cuál es? El matrimonio es la salida de la tentación de fornicar. «La voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa (SKEUOS , vaso, LBLA, margen, cuerpo; o, posiblemente, esposa) en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia» (1Ts 4:3-5).
El adulterio, (MOICHEIA) se define como la relación ilegítima con la esposa de otro, pero en Rom 13:9 y otros textos se refiere al pecado sexual en general. Este pecado no solamente destruye al que es culpable del acto, sino también al hogar. Al destruir la familia también destruye la sociedad, porque la familia es el fundamento de la sociedad. Por eso, Jesús condenó este pecado aun en el corazón antes de que físicamente se cometiera («cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón» Mat 5:28).
Algunos hermanos enseñan que el adulterio de Mat 5:32; Mat 19:9 no es sexual, sino que consiste en repudiar al cónyuge y en volverse a casar. Dicen esto para justificar a los que están mal en segundas nupcias; es decir, según ellos, los que se han divorciado de sus cónyuges y vuelto a casar solamente deben arrepentirse de estos dos actos y entonces podrían — con la aprobación de Dios — continuar viviendo como esposos. Desde luego, esta «definición» de la palabra «adulterio» no se encuentra en ningún léxico griego, ni en ningún diccionario de palabras bíblicas, sino que es una invención de conveniencia de falsos maestros con el propósito de justificar y legalizar el adulterio.
Muchos santos cometen el adulterio mencionado por Jesús en Mat 5:32; Mat 19:9, pues se divorcian no por fornicación y vuelven a casarse. Suponen que por haber conseguido licencia y por estar bien ante el gobierno y ante el pueblo (aun ante miembros de la iglesia), están bien ante los ojos de Dios, pero Jesús dice que «el que repudia a su mujer salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera». Muchísimas personas que no se atreverían a cometer el adulterio a escondidas lo hacen abiertamente, y no se avergüenzan porque han legalizado su unión adúltera. El gobierno los aprueba, la sociedad los aprueba y muchas iglesias de Cristo los aprueban, pero Jesús dice que cometen adulterio.
— impureza — akatharsia, suciedad, (Rom 1:24; 2Co 12:21; Efe 4:19; 1Ts 2:3, impureza; Efe 5:3; Col 3:5). La inmundicia está asociada con el adulterio y la fornicación e incluye la impureza de corazón que lleva a estos pecados. «Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios» (Mat 5:8). Recuérdese que el libro de Levítico habla mucho de los inmundos que estaban separados de Dios, que por causa de su impureza no podían acercarse a El. No estamos bajo aquella ley, pero el Nuevo Testamento condena la impureza. «Después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza» (Efe 4:19). No hay otra palabra que describa mejor el desenfreno y la desvergüenza de mucha gente moderna que la palabra avidez, pues ansiosamente practican el mal. En cuanto a los deseos y pasiones carnales son glotones, cuyo apetito es insaciable. Liberan desenfrenadamente las emociones. Sus canciones son gritos de disolución, de rebeldía, y a la vez una profunda expresión de su miseria. De hecho, su gozo principal es su miseria. Rápidamente va degenerando su moralidad: los homosexuales ya salieron del escondrijo y abiertamente exigen sus derechos; más de un millón y medio de abortos (homicidios) se practican cada año en Estados Unidos cuya moneda dice «En Dios Confiamos»; se da el divorcio a la mitad de las parejas que se casan (algunos «se casan» para poder cruzar fronteras legalmente sin ningún pensamiento de ser esposos); los criminales se prenden para ser puestos en libertad o inmediatamente o en muy poco tiempo; el comercio en drogas y todos los problemas causados por su uso han llegado a niveles catastróficos; y todas estas cosas se cometen «con avidez», con ansia.
La palabra lascivia (ASELGEIA) es otro término que frecuentemente se asocia con la impureza, la fornicación, etc. Quiere decir el exceso, la licencia, o ausencia de freno, sin dominio propio, indecencia, disolución; Rom 13:13; 2Co 12:21. A los que practican la lascivia no les importa lo que otros piensen. Son totalmente indiferentes hacia la opinión pública. La decencia no les interesa. Son insolentes y abusivos y no respetan a nadie. No consideran los derechos ni los deseos de otros. Son totalmente indisciplinados y desenfrenados. Son víctimas de sus pasiones, emociones y sentimientos. «Los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza» (Efe 4:19). Dan rienda suelta a las pasiones y practican las cosas más vergonzosas. «¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza (ni aún han sabido ruborizarse, LBLA); por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová» (Jer 6:15). Este texto bien describe a muchísimas personas hoy en día; por ejemplo, a las mujeres que llevan ropa deshonesta (traje de baño, minifalda, blusa transparente, shorts, ropa muy ajustada al cuerpo) y no saben ruborizarse.
Según el léxico griego de Grimm-Thayer, esta palabra describe movimientos indecentes del cuerpo (p. ej., el baile) como también el manosear de cuerpos de hombres y mujeres. Sale por televisión en un canal por cable de Estados Unidos un programa que se identifica con las letras MTV que presenta música y actuación de la más vil y corrupta. Este programa — como la mayoría de los programas de televisión — podríamos decir que se origina en la fosa séptica.
— pasiones desordenadas ( PATHOS ) — Deseos llenos de pasión (WEV). «Pasiones vergonzosas» (Rom 1:26); «pasión de concupiscencia» (1Ts 4:5). «Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos» (Gál 5:24). La crucifixión era una muerte cruel y dolorosa; por eso, este término implica sufrimiento y sacrificio.
— malos deseos ( EPITHUMIAN ) — Pasiones desordenadas y malos deseos son pecados del corazón: son la fuente y raíz del pecado (Mar 7:21), porque «cada uno es tentado cuando por su propia concupiscencia (EPITHUMIAS) es atraído y seducido» (Stg 1:14).
— y avaricia (PLEONEXIA) — La definición de avaricia: Codicia; literalmente, «un deseo de tener más, siempre en mal sentido… Mar 7:22, avaricias… esto es, las varias formas en que se revela la avaricia; Rom 1:29; Efe 5:3; 1Ts 2:5… el avaro es… tacaño y mezquino» (WEV). «Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos» (Efe 5:3).
Pablo dice (3:4) que Cristo es nuestra vida, pero la vida del avaro no es Cristo sino los bienes materiales. Sus ojos nunca están satisfechos (Pro 27:20).
Los hermanos avaros deben ser disciplinados. La iglesia de Corinto había de apartarse de los avaros: «No os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis» (1Co 5:11), porque los avaros se encuentran entre los peores pecadores: «No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones (los homosexuales, LBLA), ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios» (1Co 6:9-10).
Pero ¿qué iglesia en el vasto mundo se ha apartado de algún avaro ? «Un sacerdote católico dice que durante sus largos años de escuchar en el confesional la confesión de toda clase de pecados y crímenes, nunca oyó la confesión del pecado de la avaricia» (RCHL).
¿Cómo se identifica al avaro?
1. Por ser avaros algunos practican el engaño y fraude en su negocio o en su empleo; es decir, son ladrones. Siendo avaro y ladrón Judas vendió al Señor por treinta piezas de plata (Jua 12:6; Mat 26:15).
2. Algunos, por causa de su mucho afecto por las cosas materiales, contraen deudas que no pueden pagar. ¿Cuál es peor, el ladrón que roba en secreto de noche o el ladrón que «compra» mercancía que no puede o no quiere pagar?
3. El hombre de la parábola de Luc 12:16-21 era avaro (véase el ver. 15, «Guardaos de toda avaricia»).
4. Si algún hermano deja de reunirse por causa del negocio (o empleo), es avaro, porque no pone a Dios en primer lugar; no busca primeramente el reino de Dios y su justicia (Mat 6:33). Más bien, el ganar dinero es su religión.
5. En realidad si algún miembro de la iglesia que tenga ingresos ya no ofrenda cada primer día de la semana por cualquier motivo, es obvio que ama su dinero más que ama a Dios.
6. Si alguno no ofrenda según Dios le haya prosperado (1Co 16:2), es avaro. Lo opuesto de la avaricia es la generosidad (2Co 9:5-6).
7. Muchos líderes religiosos son avaros : «Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él» (Luc 16:14). «Por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas» (2Pe 2:3). «No somos como muchos que comercian con la palabra de Dios» (2Co 2:17, LBLA). Uno de los requisitos para ser un anciano de la iglesia es «no codicioso de ganancias deshonestas» (1Ti 3:3), porque muchos enseñan «por ganancia deshonesta lo que no conviene» (Tit 1:11).
Por esta causa Pablo enfatizaba que en sus acciones y enseñanzas no era motivado por el amor al dinero (Hch 20:33-35; 1Ts 2:5).
8. Muchos gobernantes son avaros. Jetro dijo a Moisés, «escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia » (Éxo 18:21). «No anduvieron los hijos por los caminos de su padre (Samuel), antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho» (1Sa 8:3). Al hablar de los pastores de Israel, Isaías dijo, «Y esos perros comilones son insaciables… cada uno busca su propio provecho» (Isa 56:11). Félix «Esperaba… que Pablo le diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas veces lo hacía venir y hablaba con él» (Hch 24:26).
9. Muchos textos hablan de cómo los ricos se aprovechan de los pobres (Pro 30:14; Amó 8:6; Stg 5:1-5).
10. La avaricia es el egoísmo: «¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad!» (Isa 5:8). El avaro desprecia los derechos de otros: «¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que también holláis con vuestros pies lo que de vuestros pastos queda?» (Eze 34:18). El avaro (egoísta) es como el sacerdote y el levita que pasaron «de largo» y no ayudaron al herido (Luc 10:31-32); es indiferente hacia su hermano y no le ayuda (Mat 25:43). El cristiano tiene que hacer morir el egoísmo (la avaricia) o, de otro modo, perderá su alma. «Ninguno busque su propio bien, sino el del otro (1Co 10:24). «Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos» (2Co 8:9).
Por esta razón Cristo enseñaba mucho sobre la mayordomía : Mat 6:19-24; Mat 16:26, «Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?»; 19:21; Mar 12:41-44; Luc 12:15-21; Luc 16:1-16. Véase también 1Ti 6:1-10; 1Ti 6:17-18.
— que es idolatría; — Porque el avaro desconfía de Dios, pues tiene su propio dios; por eso, se puede decir que la avaricia es una religión (MRW). «Es cierto que de todas las pasiones, aquella de la que el hombre es más absoluta y constantemente esclavo es la avaricia; hace por el dinero todo lo que debería hacer por Dios» (B-S). «No podéis servir a Dios y a las riquezas («MAMONA, riqueza idolatrada; la riqueza personificada, convertida en base de la fe y del afecto servil de alguien», FL). Pablo dice que la avaricia es idolatría, pues «los que quieren enriquecerse» (1Ti 6:9-10) ponen las cosas materiales en lugar de Dios (Mat 6:24). Todos entienden lo que es un ídolo literal y lo que es la idolatría literal, pero muchos no toman en cuenta que también la avaricia es idolatría.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LO QUE QUEDA ATRÁS
Colosenses 3:5-9a
Así es que haced morir esa parte de vosotros que es terrenal fornicación, inmundicia, pasión, malos deseos, el deseo de obtener más de lo que nos corresponde- porque esto es una forma de idolatría que hace que la ira de Dios caiga sobre los desobedientes. Era a estas cosas a las que vosotros dedicabais vuestra vida en otro tiempo, cuando vivíais entre ellas; pero ahora os debéis despojar de todas esas cosas -rabia, genio, malicia, calumnia, expresiones soeces que salen de vuestra boca. No os mintáis unos a otros.
Aquí tiene lugar el cambio que siempre se produce en las cartas de Pablo: después de la teología viene la demanda ética. Pablo podía pensar más profundamente que ninguna otra persona que haya tratado nunca de expresar la fe cristiana; podía recorrer sendas inexploradas de pensamiento; podía escalar cimas de contemplación por las que a los teólogos mejor equipados les resulta difícil seguirle; pero siempre, al final de sus cartas, volvía a las consecuencias de todo aquello. Siempre terminaba con una exposición ineludible y clara de las demandas éticas del Evangelio en la situación en que se encontraban entonces sus amigos.
Pablo empieza con una demanda enérgica. El Nuevo Testamento no vacila nunca en exigir con cierta violencia la total eliminación de todo lo que está contra Dios. La Biblia del Oso traducía así la primera parte de esta sección: «Mortificad pues vuestros miembros que están sobre la tierra.» En el español de tiempo de Cervantes eso estaba suficientemente claro; pero ha perdido algo de su fuerza en el lenguaje moderno, lo mismo que el amortiguad de las primeras revisiones de la ReinaValera. Ahora mortificar la carne quiere decir practicar una disciplina ascética y de autonegación; pero eso no es suficiente. Lo que Pablo está diciendo es: «Dad muerte a cualquier parte de vuestro yo que esté contra Dios y os impida cumplir Su voluntad.» Sigue la misma línea de pensamiento que en Rm 8:13 : «Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; pero si por el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.» Y es exactamente lo que Jesús demandaba: que se cortara una mano o un pie o se sacara un ojo cuando impulsaran al pecado (Mt 5:29 s).
Podemos expresar esto de una manera más actual, como hace C. F. D. Moule. El cristiano debe matar su egotismo, y dar por muertos todos sus deseos y ambiciones egoístas. Debe haber en su vida una transformación radical de voluntad y un desplazamiento radical del yo del centro de su universo. Todo lo que le impidiera obedecer plenamente a Dios y rendirse totalmente a Cristo ha de ser eliminado quirúrgicamente.
Pablo procede a hacer una lista de algunas de las cosas que los Colosenses deben suprimir de su vida.
La fornicación y la inmundicia tienen que desaparecer. La castidad fue la única virtud totalmente nueva que aportó el Cristianismo al mundo. En el mundo antiguo, las relaciones sexuales antes o fuera del matrimonio se consideraban normales y eran práctica aceptada. El deseo sexual se consideraba que había de gratificarse, no de controlarse. Esa es una actitud que no nos es extraña hoy en día, y que se defiende a menudo con extensos razonamientos. En su autobiografía, Memoria a memoria, Sir Amold Lunn dedica un capítulo al famoso filósofo Cyril Joad, al cual conocía muy bien. Antes de convertirse al Cristianismo Joad podía escribir: » El control de la natalidad (quería decir el uso de preservativos) aumenta las posibilidades de placer humano. Al permitir que los placeres del sexo se disfruten sin sus consecuencias indeseadas se ha eliminado el más formidable impedimento, no solamente para el uso regular de la relación sexual, sino también para el uso irregular… El clérigo medio se escandaliza y enfurece ante la perspectiva de placeres ilimitados sin remordimientos ni consecuencias que el control de la natalidad ofrece a los jóvenes; y si pudiera, lo impediría.» Hacia el final de su vida Joad regresó a la religión y volvió a la familia de la Iglesia; pero no fue sin lucha, y fue la insistencia de la Iglesia Cristiana en la pureza sexual lo que le retuvo mucho tiempo de hacer su decisión final. «Es un gran paso –decía-, y no me puedo convencer de que la actitud rigurosa en cuanto al sexo que la Iglesia considera necesario adoptar está realmente justificada.» Pero la ética cristiana insiste en la castidad porque considera que la relación física entre los sexos es algo tan precioso que no se debe permitir un uso indiscriminado que acabaría por deteriorarla.
Estaban la pasión y los malos deseos. Hay un tipo de persona que es esclava de las pasiones (pathos) y que es llevada de acá para allá por el deseo de lo que no es debido (epithymía).
Está el pecado que la Reina-Valera llama avaricia (pleonexía). Pleonexía es uno de los pecados más feos; pero, aunque está suficientemente claro lo que quiere decir, no es ni mucho menos tan fácil encontrar una sola palabra para traducirlo. Viene de dos palabras griegas: la primera parte, de pleon, que quiere decir mas, y la segunda parte, de éjein, que quiere decir tener. Pleonexía es básicamente el deseo de tener más. Los griegos lo definían como un deseo insaciable, y decían que era como tratar de llenar de agua un recipiente que tuviera un agujero en el fondo. Lo definían como el deseo pecaminoso de lo que pertenece a otros. Se ha descrito como egoísmo despiadado. Su idea básica es el deseo de lo que uno no tiene derecho a poseer. Es, por tanto, un pecado que tiene una gama muy amplia. Es el deseo de dinero que conduce al robo; de prestigio, que lleva a una ambición desmedida; de poder, que inspira una tiranía sádica; si es el deseo de poseer a una persona, induce al pecado sexual. C. F. D. Moule lo describe bien como «lo contrario del deseo de dar.»
Tal deseo, dice Pablo, es idolatría. ¿Cómo puede ser así? La esencia de la idolatría es el deseo de obtener. Una persona se hace un ídolo y lo adora porque desea que le proporcione algo. Para citar otra vez a C. F. D. Moule: «La idolatría es un intento de utilizar a Dios para satisfacer los deseos de uno, en lugar de entregarse uno al servicio de Dios.» La esencia de la idolatría es, de hecho, el deseo de tener más. O, para llegar a ello por otro camino, la persona cuya vida está dominada por el deseo de obtener cosas ha puesto las cosas en el lugar que sólo Le corresponde a Dios -y eso es precisamente la idolatría.
La ira de Dios no puede por menos de recaer sobre esas cosas. La ira de Dios es sencillamente la regla del universo que dice que una persona segará lo que haya sembrado, y que nadie puede evadir las consecuencias de su pecado. La ira de Dios y el orden moral del universo son la misma cosa.
LAS COSAS QUE HAY QUE DEJAR ATRÁS
Colosenses 3:5-9a (conclusión)
Pablo dice en el versículo 8 que hay ciertas cosas de las que los Colosenses deben despojarse. La palabra que usa quiere decir quitarse la ropa. Aquí tenemos un cuadro de la vida de los cristianos originales. Cuando uno se bautizaba se quitaba la ropa antigua para bajar al agua; y cuando salía otra vez se ponía una túnica blanca nueva. Se despojaba de una clase de vida y asumía otra. En este pasaje habla Pablo de las cosas que el cristiano debe quitarse, y en el versículo 12 continúa la escena hablando de las cosas que el cristiano debe ponerse. Vamos a mirarlas una a una.
El cristiano debe despojarse de la rabia y el genio. Las dos palabras son en el original orgué y thymós, y la diferencia que hay entre ambas es la siguiente. Thymós es una explosión de rabia repentina que se produce de pronto y desaparece de pronto. Los griegos la comparaban con un fuego de paSantiago Orgué es la ira que se ha vuelto inveterada; de larga duración, de lenta consunción, que se niega a ser pacificada y abriga el disgusto para mantenerlo calentit. Para el cristiano, tanto el estallido de rabia como la ira duradera son cosas prohibidas.
Está la malicia. La palabra que traduce es kakía; es difícil de traducir porque quiere decir realmente la crueldad mental de la que brotan los vicios concretos. Es una maldad inclusiva.
Los cristianos deben despojarse de la calumnia y de las expresiones soeces, y no deben mentirse unos a otros. La palabra para calumnia es blasfémía, que la Reina-Valera traduce por blasfemia. Blasfémía es hablar calumniosamente en general; cuando las expresiones insultantes se dirigen contra Dios, es propiamente blasfemia. En este contexto es mucho más probable que lo que se prohíbe es hablar calumniosamente de los semejantes de uno. La palabra que hemos traducido por expresiones soeces es aisjrologuía; puede querer decir lenguaje obsceno. Estas tres últimas cosas prohibidas están relacionadas con el habla. Y si las ponemos en forma de mandamientos positivos en vez de prohibiciones negativas encontramos tres leyes sobre el habla cristiana.
(i) El habla cristiana debe ser amable. Toda manera de hablar que sea calumniosa y maliciosa está prohibida. Sigue en pie el antiguo consejo que dice que antes de repetir nada sobre cualquier persona nos debemos hacer tres preguntas: » ¿Es verdad? ¿Es necesario? ¿Es amable?» El Nuevo Testamento condena incesantemente la lengua crítica con veneno de verdad.
(ii) El habla cristiana debe ser pura. Puede que no haya habido en el pasado ningún tiempo en que se usara tanto el lenguaje soez como en el nuestro. Y lo trágico es que muchos se han acostumbrado de tal manera a él que ya ni se dan cuenta cuando lo están usando. El cristiano no debe olvidar nunca que tendrá que dar cuenta de cada palabra ociosa.
(iii) El habla cristiana debe ser veraz. El doctor Johnson creía que se dicen muchas más falsedades inconscientemente que deliberadamente; y creía que se debía corregir a un muchacho cuando se desviara lo más mínimo de la verdad. Es fácil tergiversar la verdad; se puede lograr con un cambio en el tono de voz o una mirada elocuente; y hay silencios que pueden ser tan falsos y engañosos como muchas palabras.
El habla cristiana debe ser amable, pura y veraz para con todos y en cualesquiera circunstancias.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Rom 6:6; Rom 6:11; Rom 8:13; Gál 5:24.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Despojaos de Los Pecados Del Pasado
Al instarlos a concentrarse en las cosas celestiales (1, 2) Pablo no sugiere que los cristianos deben estar viviendo en las nubes. Más bien, el ocupar sus mentes en las cosas de arriba resultará en una concreta obediencia a lo siguiente: por lo tanto, haced morir, (5), dejad también (8), no mintáis (9) y vestíos (12). De hecho toda la sección desde 3:5 a 4:6, una pieza de temprana instrucción cristiana, fluye de 3:1-4. ¡El creyente cuya mente realmente está ocupada en las cosas celestiales será de máximo provecho terrenal! La lucha entre la carne y el Espíritu persistirá hasta el último día y somos ins tados por el Apóstol a proseguir en nuestras vidas cristianas, a la vez anhelando todos la adopción final, la redención de nuestros cuerpos.
5 Haced morir hace recordar la unión de ellos con Cristo en su muerte (2:20; 3:3; cf. 2:11, 12): ellos han muerto con Cristo, por lo tanto, han de dar el golpe de gracia a sus malos hábitos y pensamientos. Hay dos listas, cada una de cinco pecados (cf. v. 8), similar a aquellas encontradas entre los moralistas paganos y en los argumentos judíos an tipaganos, seguidos por cinco gracias en el v. 12. Los cinco pecados pertenecientes a su pasado pagano se asocian con su naturaleza terrenal (lit. “los miembros que están sobre esta tierra”). Pablo prácticamente identifica a tales miembros con los pecados cometidos por ellos a medida que describe primero la manifestación externa del pecado (fornicación), y luego los deseos internos insaciables del corazón (cruel avaricia). El peligro de la avaricia se enfatiza especialmente como un pecado grosero en que se la iguala a la idolatría. Tal persona, en vez de enfocar toda su vida en las cosas de arriba donde Cristo gobierna como Rey, está buscando las cosas de abajo y, por lo tanto, adora y sirve a las criaturas en vez de al Creador (Rom. 1:25). Pablo conocía lo mortífero de este pecado (Rom. 7:7, 8; cf. Mat. 6:24). Quizás es tan peligroso porque pue de tomar muchas formas respetables. Después de todo, ¿no consideramos simplemente como “necesidades” aquellas cosas que no tenemos pero que anhelamos? Nos engañamos a nosotros mismos al hacer ídolos de nuestras propias demandas.
6 Aquí, como también en otras partes, la lista de pecados paganos está ubicada dentro del contexto del juicio de Dios. La ira de Dios (cf. Rom. 1:18-32) describe su ira santa contra el pecado y el juicio que resulta del mismo. No tiene nada que ver con las reacciones vengativas o los desbordes de pasión. Ni siquiera es un inmutable proceso de causa y efecto. Es, en cambio, la manifestación de la santidad de Dios contra toda injusticia. Viene indica que Dios castiga el pecado en el presente tanto como en el día final.
7, 8 Al usar un contraste, en otro tiempo … pero ahora, Pablo pretende mostrar a sus lectores cómo su conducta del presente debe ser diferente a la de su pasado pagano. Anteriormente sus vidas se caracterizaban por los muchos vicios sobre los cuales viene la ira de Dios. (Sobre el término andar que describe a la vida cristiana, ver sobre 1:10.) 8 Deben dejar (lit. quitarse de encima) sus hábitos vie jos y repulsivos, incluyendo su lenguaje grosero, tal como si fueran prendas raídas y viejas: la ira y el enojo destruyen la armonía en las relaciones humanas. La malicia es un término general que des cribe una fuerza maligna que hace naufragar el compañerismo. La blasfemia aquí significa insultar al carácter humano, pero también puede significar una blasfemia contra Dios (Rom. 2:24; 1 Tim. 6:1). Las palabras groseras son lo último de la serie, pero se subraya que deben frenarse antes de que salgan de sus bocas.
9 Se dan dos razones para el abandono de estas formas de vida pecaminosa. Primera, es que ellos se habían despojado del viejo hombre con sus prácticas. El viejo hombre habla de la personalidad entera de un individuo gobernado por el pecado (cf. Rom. 6:6; Ef. 4:22); al mismo tiempo señala a aquella persona que pertenece a la vieja humanidad pecaminosa en Adán. Las prácticas inclu ye las dos listas de vicios en los vv. 5 y 8. Puesto que ellos se han despojado de todo en la muerte de Cristo, los colosenses no tienen nada que hacer con un hablar falso y con otros hábitos repulsivos mencionados antes.
10 La segunda razón es que el nuevo hombre ha sido puesto en el lugar del viejo. El nuevo hombre significa una nueva naturaleza con que cada uno de los colosenses se había vestido cuando se unieron a Cristo en su resurrección. La frase quiere decir lit. “el nuevo hombre” y también significa una figura corpórea que se refiere a la nueva humanidad en Cristo (cf. 2 Cor. 5:17; Gál. 6:15). La imagen de aquel que lo creó sirve como modelo para la renovación de esa nueva persona, una renovación que tiene en vista el incremento progresivo del conocimiento de los lectores, el cual incluye su habilidad para reconocer la voluntad de Dios y sus mandamientos (cf. 1:9). Conforme a la imagen de aquel que lo creó (cf. Gén. 1:27), a la luz de 1:15 donde Cristo es adorado como “la imagen de Dios”, significa que la recreación que Dios realiza de la humanidad es “según el modelo de Cristo, quien es la semejanza absoluta de Dios” (C. F. D. Moule). Hay una idea similar en Rom. 8:29 (cf. 1 Cor. 15:49) donde el cambio del cristiano es “según la imagen de Cristo”. 11 Dentro de esta nueva hu manidad no hay inferioridad de una clase a otra. Hombres y mujeres de orígenes completamente diferentes se reúnen en una unidad en Cristo, compartiendo una alianza común con su Señor. Cristo es todo lo que importa; él vive en todos los miembros de su cuerpo, sin distinción de razas, clases sociales u orígenes, dándoles vida y poder.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) “Fornicación.” Gr.: por·néi·an; lat.: for·ni·ca·ti·ó·nem; J17,22(heb.): haz·zenúth, “la fornicación”. Véase Ap. 5A.
(2) O: “suciedad; depravación; lascivia”. Gr.: a·ka·thar·sí·an; J17,22(heb.): wehat·tum·’áh, “y la inmundicia”. Véase 2Co 12:21, n: “Inmundicia”.
(3) Lit.: “pasión”. Gr.: pá·thos.
REFERENCIAS CRUZADAS
l 159 Gál 5:24
m 160 Mar 9:43
n 161 1Co 6:18; Efe 5:3; 2Ti 2:22
ñ 162 Éxo 20:17
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
considerad los miembros…como muertos. Véase coment. en Ro 6:11.
Fuente: La Biblia de las Américas
5 (1) Esto se basa en el hecho de que fuimos crucificados con Cristo ( Gál_2:20 a) y bautizados en Su muerte ( Rom_6:3). Aplicamos la muerte de Cristo a nuestros miembros pecaminosos al crucificarlos, por la fe, mediante el poder del Espíritu ( Rom_8:13). Esto corresponde a Gál_5:24 . Cristo llevó a cabo la crucifixión todo-inclusiva. Ahora la aplicamos a nuestra carne lujuriosa. Esto es muy diferente del ascetismo.
5 (2) En nuestros miembros pecaminosos se encuentra la ley del pecado, que nos hace cautivos del pecado y convierte nuestro cuerpo corrupto en el cuerpo de muerte ( Rom_7:23-24). Por lo tanto, nuestros miembros, los cuales son pecaminosos, son identificados con las cosas pecaminosas, tales como la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
R727 El pronombre ἥτις es sólo explicativo (causal -R960). [Editor. Por lo general este pronombre se usa en el N.T. para introducir una explicación (comp. Efe 5:5).]
TGr105 El adjetivo μέλη debe tomarse como un sustantivo en vocativo. Así una frase adjetival (que están sobre la tierra) se cambia por una frase sustantival (las cosas que …) y llega a ser el complemento directo imperativo: hagan morir. La frase se lee así: miembros de mi cuerpo, hagan morir las cosas que están sobre la tierra: fornicación, impureza, pasiones desordenadas … Tal vez sea más significativo en este contexto entender miembros como miembros del Cuerpo de Cristo. Pablo pudiera referirse a los cristianos en general y a sus lectores en particular.
BD258 A menudo el artículo se ausenta de los sustantivos abstractos, pero aquí aparece con el último sustantivo, y significa: y aquel vicio principal, la avaricia (la adición de la cláusula relativa ocasiona el uso del artículo, el cual hace que el sustantivo precedente sea definido; comp. Hch 19:13; Hch 26:27; 2Co 8:18).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., dad muerte a los miembros que están sobre la tierra