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Comentario de Deuteronomio 13:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Deuteronomio 13:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“Si se levanta en medio de ti un profeta o un soñador de sueños, y te da una señal o un prodigio,

profeta. 1Re 13:18; Isa 9:15; Jer 6:13; Jer 23:11; Eze 13:2, Eze 13:3, Eze 13:23; Zac 13:4; Mat 7:15; Mat 24:11; Luc 6:26; 2Pe 2:1; 1Jn 4:1.

soñador de sueños. Jer 23:25-28; Jer 27:9; Jer 29:8, Jer 29:24; Zac 10:2.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Los incitadores a la idolatría, Deu 13:1-5;

cerca o lejos de ti, Deu 13:6-8;

deben ser apedreados hasta morir, Deu 13:9-11.

Las ciudades idólatras no deben ser perdonadas, Deu 13:12-18.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Los peligros de los falsos profetas. El pueblo de Dios tenía que estar alerta porque los falsos profetas afirmarían que eran verdaderos. De este modo los israelitas tenían que discernir la intención del mensaje y el cumplimiento de las palabras proféticas para comprender si se trataba de un verdadero profeta (Deu 18:21Deu 18:22). En el Nuevo Testamento también hay advertencias a «probar los espíritus» (1Jn 4:1; cf. Hch 20:28-31).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

profeta o soñador: Las profecías y los sueños eran formas legítimas de revelación. El cumplimiento de una profecía, una señal o un prodigio de ordinario validaban todo el mensaje de un profeta (Deu 18:22).

sirvámosles: Aún si un prodigio acompañaba el mensaje, el profeta que llevaba al pueblo lejos del Dios vivo era un falso profeta. Tal como los israelitas, los cristianos de hoy tienen que discernir las falsas enseñanzas (Hch 20:28-31; Gál 1:8; 1Jn 4:1).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

13. Prevenciones Contra la Apostasia.
1“Si se alzare en medio de ti un profeta o un soñador que te anuncia una señal o un prodigio, 2aunque se cumpliere la señal o prodigio de que te habló, diciendo: “Vamos tras de otros dioses – dioses que tú no conoces – sirvámosles,” 3no escuches las palabras de ese profeta o ese soñador, porque te prueba Yahvé, tu Dios, para saber si amáis a Yahvé, vuestro Dios, con todo vuestro corazón y toda vuestra alma. 4Tras de Yahvé, vuestro Dios, habéis de ir; a El habéis de temer, guardar sus mandamientos, obedecer su voz, servirle y allegaros a El. 5Y ese profeta o soñador será condenado a muerte por haber aconsejado la rebelión contra Yahvé, vuestro Dios, que os sacó de Egipto y os libró de la casa de la servidumbre para apartaros del camino por donde Yahvé, tu Dios, te ha mandado ir. Así harás desaparecer la maldad de en medio de ti. 6Si tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo o tu hija, o la mujer que descansa en tu regazo, o tu amigo, aunque le quieras como a tu propia alma, te incitare en secreto, diciendo: “Vamos a servir a otros dioses – dioses que no conociste ni tú ni tus padres 7de entre los dioses de los pueblos que os rodean, cercanos o lejanos, del uno al otro cabo de la tierra -, 8no asientas ni le escuches, ni tenga tu ojo piedad de él, ni le tengas compasión ni le encubras; 9denuncíale irremisiblemente y sea tu mano la primera que contra él se alce para matarle, siguiendo después las de todo el pueblo; 10 le lapidaréis hasta que muera por haber buscado apartarte de Yahvé, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la casa de la servidumbre.11Así, todo Israel lo sabrá y temerá hacer más una semejante maldad en medio de ti. 12Si de una de las ciudades que Yahvé, tu Dios, te ha dado por morada oyeres decir: 13“Gentes malvadas, salidas de en medio de ti, andan seduciendo a los habitantes de la ciudad, diciendo: Vamos a servir a otros dioses, dioses que no has conocido,” 14inquirirás, examinarás y preguntarás cuidadosamente; si el rumor es verdadero y cierto el hecho, si se ha cometido en medio de ti tal abominación, 15entonces, dando al anatema esa ciudad con todo cuanto hay en ella y sus ganados, no dejes de pasarla a filo de la espada; 16y, reuniendo todo su botín en medio de la plaza, quemarás completamente la ciudad con su botín para Yahvé, tu Dios; sea para siempre un montón de ruinas y no vuelva a ser edificada.17Que no se te pegue a las manos nada de cuanto fue dado al anatema, para que se vuelva Yahvé del furor de su ira, y te haga gracia y misericordia, y te multiplique, como a tus padres se lo juró, 18si oyes la voz de Yahvé, tu Dios, y guardas todos sus mandamientos que yo hoy te prescribo, haciendo lo que es recto a los ojos de Yahvé, tu Dios.”

Este capítulo viene a ser una declaración Deu 12:29-32. El que, dándoselas de profeta, indujese al pueblo a dar culto a dioses extraños, debe ser condenado a muerte. Aunque sus señales se cumplan, es un falsario, y como tal debe ser tratado1. Otro caso análogo es cuando se trata de una persona de la familia o íntima en la amistad. Si alguno trata de inducir a la idolatría, debe ser denunciado y lapidado, siendo el denunciante el encargado de tirar la primera piedra (v.8). Si fuera una ciudad la inductora al pecado de idolatría, debe ser condenada al anatema o exterminio con todo lo que contiene2. La idolatría es un crimen de lesa majestad divina y nacional, y, por tanto, quedan justificadas estas penas se verisimas en la mentalidad teocrática del legislador hebreo. Pero de hecho, en la historia de Israel no se aplica esta pena a pesar de la propensión del pueblo y de los reyes y magnates hacia los cultos idolátricos. De hecho, en tiempos de Manasés (s.VII a.C.) la idolatría adquirió carta de naturaleza en las clases dirigentes de Jerusalén. Josías reaccionará contra esta perversión y procurará una reforma religiosa al estilo de la realizada un siglo antes por el rey Ezequías. Muchos autores ven en esta ley deuteronómica un eco de esta reforma religiosa que siguió al hallazgo del libro de la Ley (621 a.C.).

1 Cf. Jer 23:25; Jer 27:9; Jer 29:8. – 2 Véase A. Fernandez, El “herem” bíblico: Bi (1924) 3-35.

Fuente: Biblia Comentada

El corazón de Deuteronomio se encuentra en este largo segundo discurso de Moisés. «Esta, pues, es la ley» (Deu 4:44) la cual Moisés le explicó a Israel (cp. Deu 1:5). Después de una breve introducción (Deu 4:44-49), Moisés le dio al pueblo un entendimiento claro de lo que la ley dirigía con respecto a su relación con el Señor en el tierra (Deu 5:1Deu 26:19), después concluía al relatar las bendiciones o las maldiciones que vendrían sobre la nación como una consecuencia de su respuesta a las estipulaciones de esta ley (Deu 27:1Deu 28:68).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Habiendo delineado los principios generales de la relación de Israel con el Señor (Deu 5:1Deu 11:32), Moisés entonces explicó leyes específicas que ayudarían al pueblo a subordinar cada área de la vida de ellos al Señor. Estas instrucciones fueron dadas para que Israel las pusiera «por obra en la tierra» (Deu 12:1)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Las primeras instrucciones específicas que Moisés da tienen que ver con la adoración pública del Señor por parte de Israel conforme entran a la Tierra Prometida.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— un profeta: Los profetas solían añadir a sus palabras algunos signos portentosos, para confirmar la verdad de su mensaje (Éxo 4:29-31; 1Re 18:36-39; Isa 38:7-8). Pero también los falsos profetas realizaban a veces hechos extraordinarios, que podían engañar a los más desprevenidos (ver Éxo 7:11; Mat 24:24; Hch 8:11; 2Ts 2:9; Apo 13:13). De ahí la necesidad de tener un criterio seguro para distinguir al verdadero profeta del falso. Aquí la incitación a la idolatría es un criterio inequívoco para identificar al falso profeta. Ver Deu 18:15-22.

— visionario: Lit. soñador de sueños. En la antigüedad se consideraba que los sueños eran un medio para comunicar a los humanos la voluntad de la divinidad (ver Núm 12:6; 1Re 3:5).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Tentaciones de la idolatría. La preocupación principal de las leyes en relación con el primer mandamiento (lealtad exclusiva al Señor, 5:7) es lo que caracteriza a este capítulo, tal como lo hizo con el anterior. El mismo considera tres maneras en las cuales los israelitas podían ser desviados hacia la adoración de los dioses falsos.

La primera tentación posible viene de los falsos profetas. A veces no sería fácil para los israelitas reconocer a un falso profeta, ya que ellos podrían usar el lenguaje común, y reclamar haber tenido revelaciones que no serían fáciles de comprobar.

La primera prueba de un verdadero profeta residía en su lealtad al Señor (por lo menos habría una más; ver 18:20-22). Ningún tipo de experiencia o excelente discurso podía compensar por tal error tan básico. Todo el llamamiento de Israel podía ser puesto en peligro por una persona así; he aquí por qué se recuerda la redención de Egipto como parte de la motivación para rechazar al idólatra (v. 5), y la renovada apelación a amar al Señor (v. 3). El pueblo debía tratar severamente al falso profeta. (La prueba en el v. 3 no es algo deliberadamente planeado por el Señor; sin embargo, el falso profeta sí proveía una prueba de discernimiento y fidelidad.)

Segunda, la tentación a adoptar una falsa religión podía venir de cualquier miembro de la comunidad (vv. 6-11). En ese caso caía una penosa responsabilidad sobre el familiar y los amigos más cercanos de denunciarlo y tomar la iniciativa para eliminarlo.

Por último, el mismo rigor se debía aplicar a ciudades enteras donde se hubiera arraigado la adoración idólatra (vv. 12-18). Muy bien podía existir un motivo político en la apostasía de toda una ciudad, ya que la religión estaba muy unida con la política. Esta es la razón por la que si un pueblo se iba en pos de Baal sería como una especie de protesta en contra de pertenecer a “Israel”, según lo que esto significaba en el pacto mosaico. Dichas ciudades estarían sujetas a la misma “condenación” bajo la cual estaban las ciudades cananeas cuando Israel entró primero a la tierra (vv. 15, 16; ver 2:34; 7:1-5). Su suerte, dejándola como un montón de ruinas para siempre (v. 16), es justamente lo que más tarde acontecería con la ciudad de Hai a manos de Josué (Jos. 8:28). (Esto muestra, incidentalmente, que es la religión falsa y no la gente en cuestión, lo que Dios odia.)

Las medidas que se ordenan aquí son realmente severas, pero deben considerarse en el trasfondo de las fuertes tentaciones que Israel experimentó en el transcurso de su estadía en la tierra de Canaán. Los libros de Rey. contienen la historia de un fracaso crónico en este respecto. La idolatría minaría, y de hecho lo hizo, el mismo propósito por el cual Dios eligiera a Israel, el cual tenía como finalidad la salvación del mundo.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

13.1-3 Los líderes que impactan no son siempre líderes guiados por Dios. Moisés advirtió a los israelitas acerca de los falsos profetas que fomentaban la adoración de otros dioses. Pueden parecer atractivas las nuevas ideas de la gente inspiradora, pero debemos juzgarlas para saber si concuerdan con la Palabra de Dios. Cuando hoy día la gente asegura que habla de parte de Dios, debemos poner atención en las siguientes áreas: ¿Están diciendo la verdad? ¿Es Dios su enfoque central? ¿Están sus palabras de acuerdo con la verdad que usted ya conoce? Algunos hablan la verdad mientras lo conducen a uno a Dios, pero otros hablan en forma persuasiva mientras lo dirigen a uno hacia ellos mismos. Es posible incluso decir cosas correctas pero aún así estar guiando en la dirección equivocada. Dios no está en contra de nuevas ideas, sino en favor del discernimiento. Cuando usted escuche una idea nueva y atractiva, examínela cuidadosamente antes de entusiasmarse demasiado. En la actualidad todavía hay falsos profetas. Una persona sabia confrontará cuidadosamente las ideas con la verdad de la Palabra de Dios.13.2-11 A los israelitas se les había advertido que no escucharan a los falsos profetas o a cualquiera que tratara de hacerlos adorar a otros dioses, aun cuando esa persona fuera un amigo íntimo o un miembro de la familia. A menudo la tentación de abandonar los mandamientos de Dios se infiltra astutamente en nosotros. Puede que no llegue con un gran grito sino como una duda susurrante. Y los susurros pueden ser muy persuasivos, especialmente si vienen de los seres queridos. Pero el amor a los parientes no debe tener prioridad sobre la devoción a Dios. Podemos sobreponernos a esas tentaciones susurrantes si volcamos nuestros corazones en oración a Dios y por medio del estudio diligente de su Palabra.13.12-16 Una ciudad que rechazaba completamente a Dios tenía que ser destruida para que no extraviara al resto de la nación. Pero Israel no actuaba contra una ciudad mientras no constatara que el rumor de que rechazaban a Dios era verdadero. Esta pauta salvó muchas vidas cuando los líderes de Israel acusaron erróneamente a tres tribus de haberse extraviado de la fe (Josué 22). Si escuchamos que algún amigo se ha desviado de Dios o que iglesias enteras se han apartado, debemos verificar los hechos y encontrar la verdad antes de hacer o decir algo que pueda ser dañino. Hay ocasiones, por supuesto, cuando Dios quiere que actuemos: reprender a un amigo desobediente, disciplinar a un niño, rechazar una enseñanza falsa. Pero antes debemos asegurarnos de que contamos con todos los hechos correctos.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 784 Deu 18:22; Jer 6:13; Eze 13:2; Zac 13:4

b 785 Jer 23:25; Jer 27:9

c 786 Mar 13:22; 2Ts 2:9

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

El capítulo anterior trató sobre la destrucción de los lugares de adoración cananea y el establecimiento de un santuario central para la adoración al S eñor . Esta cuestión de la idolatría crea la preocupación principal del cap. 13.

Fuente: La Biblia de las Américas

señal… Heb. ‘ot= señal, prenda, milagro para confirmar un mensaje inspirado y para animar a los que son testigos a realizar la voluntad divina; prodigio… Heb. mofet= símbolo, portento enviado como señal de algún acontecimiento futuro.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

En el texto heb., cap. 13:2

Lit., da

Fuente: La Biblia de las Américas

Heb. ‘ot = seu241?al, prenda, milagro para confirmar un mensaje inspirado y para animar a los que son testigos a realizar la voluntad divina.

13.1 Heb. mofet = símbolo, portento enviado como señal de algún acontecimiento futuro.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[3] No se debe oír a nadie cuya doctrina aparte a los hombres del culto del verdadero Dios y de la observancia de sus preceptos.

Fuente: Notas Torres Amat