Biblia

Comentario de Deuteronomio 28:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Deuteronomio 28:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“Pero si no escuchas la voz de Jehovah tu Dios a fin de procurar poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te mando hoy, todas estas maldiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán:

si no oyeres la voz de Jehová. Lev 26:14-46; Lam 2:17; Dan 9:11-13; Mal 2:2; Rom 2:8, Rom 2:9.

todas estas maldiciones. Deu 28:2; Deu 27:15-26; Deu 29:20; Isa 3:11; Gál 3:10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

si no oyeres: Las promesas de Dios en cuanto a la plenitud de su bendición dependían de la obediencia de su pueblo. Era renuente a sus maldiciones, pero ciertamente, eran un castigo a la desobediencia.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

ACONTECERÁ. Moisés profetizó las consecuencias de apartarse de Dios: castigo, destrucción, gran quebranto, cautiverio y diáspora entre las naciones (vv. Deu 29:11-16).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Cp. Jos 23:15-16.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Las maldiciones son bosquejadas conforme Dios advirtió a su pueblo del precio de la ausencia de amor por Él y la desobediencia.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Las maldiciones del pacto. Las maldiciones ocupan un poco más de espacio que las bendiciones, presuntamente con el fin de hacer hincapié sobre la gravedad de fallar en cumplir con el pacto. En esencia, las maldiciones son todo lo opuesto al cuadro de bendiciones presentado anteriormente, un lamentable retrato de toda la desdicha humana.

El primer grupo de maldiciones (vv. 15-19) hace eco de las bendiciones en los vv. 3-6. Aquí, lo que se observa es miseria en las cosas rutinarias o regulares de la vida, afectando las necesidades básicas y el bienestar de las familias; cada parte y momento de la vida.

La vida se retrata (vv. 20-24) en toda su incertidumbre, sujeta a una ruina repentina, enfermedades y sequías. Donde no se observa el pacto no hay “brazos eternos” (33:27) que protejan de estas cosas. Tampoco hay protección en contra de los enemigos, lo cual constituye una de las grandes promesas del pacto (12:9). Por el contrario, el pueblo apóstata queda expuesto a la derrota (cf. los vv. 25 y 7; el estado del pueblo en el v. 26 probablemente sea el resultado de la derrota). El Señor, lejos de apoyar a su pueblo como el padre que apoya a su hijo (1:31), ahora parece actuar activamente con hostilidad trayendo sobre ellos todos los males de los cuales los había rescatado alguna vez (vv. 27-29). Los vv. 30-35 se centran sobre el fracaso de no poder gozar las cosas que la ley había asegurado. Donde los hombres habían sido exentos del servicio militar con el propósito que se dedicaran a sus familias y simplemente gozaran las bendiciones de Dios, ahora el gozar con la esposa, los hijos, de su casa, los viñedos, ganados y rebaños se les escurrían por los dedos, y son otros quienes los gozan. Esto es lo opuesto a las posesiones inmerecidas mencionadas en 6:10, 11.

Las miserias ya mencionadas son muy severas, principalmente porque no hay esperanza de salvación. Todo se puede soportar si hay bases para esperar en Dios. Sin embargo, aquí la desagradable verdad es que esa ayuda ha sido removida. El pacto no ofrece ninguna esperanza para quienes se han olvidado de él.

Por el contrario, el panorama para el pueblo apóstata es bastante sombrío. Del cuadro total de miserias, la atención ahora se centra en eventos históricos futuros, los cuales traerán la caída del pueblo. Estos están entrelazados con otros vislumbres de privaciones más comunes, como en los vv. 38-44. Obsérvese el contraste entre lo que se dice en cuanto a “la cabeza … y … la cola” (vv. 43, 44) con el v. 13; 26:19; y nótese cómo la “señal y prodigio” de las pasadas victorias de Israel se vuelven en contra de ellos (v. 46; cf. 26:8). Ahora se presentan cuadros de derrota y exilio. Los vv. 36 y 37 lo proclaman en términos generales; los vv. 49-57 presentan los horrores de los sitios, durante los cuales la gente era sometida a todo tipo de barbaridades. Finalmente, se describe la miseria del exilio (vv. 64-68). Se presenta, simbólicamente, como un regreso a Egipto (v. 68), aunque de hecho el castigo sería infligido por Asiria sobre la parte más grande (o sea la parte norte) de Israel siglos después de Moisés, y sobre Judá, aun más tarde, por Nabucodonosor el rey de Babilonia.

El exilio es la peor maldición considerada en el pacto. De hecho, los vv. 58-63 la presentan como una reversión total y la anulación de todas las bendiciones prometidas en el pacto, y todo lo que el Señor había obtenido para su pueblo. Nótese cómo vienen las plagas sobre Israel (v. 59), de la manera en que alguna vez habían venido sobre Egipto; las enfermedades de Egipto, una vez dejadas atrás (7:15), ahora reaparecen (v. 60). Ahora se abandona la promesa de un pueblo numeroso en su propia tierra (vv. 62, 63; cf. Gén. 15:5, 7). La vida de Israel con el Señor estaba estrechamente atada con la tierra. Su pérdida es el clímax de las maldiciones que caen sobre el pueblo. Cuando esto suceda surgirá la pregunta: ¿Hay algún futuro para este pueblo?

Las bendiciones y maldiciones pudieran parecer como una manera un tanto cruda para motivar al pueblo a guardar el pacto. Sin embargo, por medio de ellas se afirman cosas importantes. Las naciones alrededor de Israel creían en un universo impredecible, en el cual varios dioses ejercían su influencia sobre los eventos, y podían hacerlo arbitrariamente, sin ningún principio moral. Israel, en su pacto con Dios, sabía que él solo controlaba los eventos, y que siempre actuaría de acuerdo con su carácter, tal como se lo había revelado. Las maldiciones muestran conocimiento, quizá pavor, de las peores cosas que pueden sucederle a las sociedades humanas. Pero el hecho de saber que es Dios quien controla todas las eventualidades en la vida humana, permite una cierta esperanza que es imposible para quienes no le conocen.

La motivación por medio del uso de recompensas y castigos no está limitada únicamente al AT; también se refleja en las enseñanzas de Jesús (Mat. 5:17-30; 25:31-46).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

d 1374 Lev 26:16; Dan 9:11; Mal 2:2; Gál 3:13

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Las seis maldiciones mencionadas aquí son lo opuesto de las seis bendiciones en vers. 3– 6. Empiezan una sección larga sobre las maldiciones, que se puede dividir como sigue: (1) vers. 15– 44, las consecuencias de la desobediencia del pueblo, terminando con las advertencias de los vers. 45, 46; (2) vers. 47– 57, los peligros de parte de los enemigos de Israel por la desobediencia; y (3) vers. 58– 68, el destierro de Israel de la tierra y su desesperación.

Fuente: La Biblia de las Américas

mandamientos… TM añade y sus estatutos. Se sigue LXX → §194.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., si no escuchas la voz del

Fuente: La Biblia de las Américas

[=] *Lv 26:14

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana