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Comentario de Deuteronomio 4:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Deuteronomio 4:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“Ahora pues, oh Israel, escucha las leyes y decretos que yo os enseño que hagáis, a fin de que viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que os da Jehovah, Dios de vuestros padres.

oye los estatutos. Estatutos, todo aquello concerniente a la moral y los ritos y ceremonias de la religión. Decretos, todo asunto concerniente a lo correcto e incorrecto en el orden civil. Deu 4:8, Deu 4:45; Deu 5:1; Deu 6:1, Deu 6:2; Deu 8:1; Deu 11:1, Deu 11:32; Lev 19:37; Lev 20:8; Lev 22:31; Sal 105:45; Sal 119:4; Eze 11:20; Eze 36:27; Eze 37:24; Mat 28:20; Luc 1:6; Jua 15:14.

para que los ejecutéis. Lev 18:5; Eze 20:11, Eze 20:21; Rom 10:5.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Una exhortación a la obediencia, Deu 4:1-40.

Moisés establece las tres ciudades de refugio del otro lado del Jordán, Deu 4:41-43.

Resumen, Deu 4:44-49.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La exhortación a escuchar incluye un estímulo a obedecer (Deu 5:1Deu 6:3Deu 6:4Deu 9:1Deu 20:3Deu 27:9).

viváis: En contraste, Moisés no podía entrar en la tierra (v. Deu 5:22). Pero para el pueblo, el regalo de Dios de su Ley estaba concebido para su bien. Al obedecer la Ley, el pueblo podía experimentar una vida fructífera. (Deu 6:1-3).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

PARA QUE LOS EJECUTÉIS. Y VIVÁIS. La vida, la bendición y la posesión de Canaán dependían de la relación de Israel con Dios (vv. Deu 4:1 Deu 4:6 Deu 4:15-26 Deu 4:40). Las promesas de Dios están vinculadas, para cada generación subsiguiente, con el seguir al Señor (v. Deu 4:4), el temerle (v. Deu 4:10), el enseñarles a los hijos los caminos del Señor (vv. Deu 4:9-10) y el buscarlo con todo el corazón y toda el alma (v. Deu 4:29) en verdadera fe y amor (Deu 5:29 Deu 6:5; véanse Jua 14:21, nota; Rom 1:5, nota; Gál 5:6, nota; cf. Hab 2:4; Amó 5:4).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

4. Consideraciones Parenéticas.

Exhortación a la Observancia de la Ley (1-24).
Después de enumerar los principales hechos del desierto a partir del Sinaí, en los que se mostró la especialísima providencia de Yahvé para con Israel, el profeta exhorta al cumplimiento de la ley divina, recordando la situación privilegiada de los hebreos al ser elegidos por Dios entre todos los pueblos, pudiendo sólo ellos acercarse a la divinidad en un grado de intimidad desconocido a los gentiles.

1“Ahora, pues, Israel, guarda las leyes y mandamientos que yo te inculco y ponlos por obra, para que vivas y entréis y os posesionéis de la tierra que os da Yahvé, Dios de vuestros padres. 2No añadáis nada a lo que yo os prescribo ni nada quitéis, sino guardad los mandamientos de Yahvé, vuestro Dios, que yo os prescribo. 3Con vuestros ojos habéis visto lo que hizo Yahvé por lo de Baal Fegor. A cuantos se fueron tras Baal Fegor los exterminó Yahvé, vuestro Dios, de en medio de vosotros. 4Por lo contrario, vosotros, los que fuisteis fieles a Yahvé, vuestro Dios, estáis todavía vivos todos. 5Mirad: Yo os he enseñado leyes y mandamientos, como Yahvé, mi Dios, me los ha enseñado a mí, para que los pongáis por obra en la tierra que vais a entrar para poseerla. 6Guardadlos y ponedlos por obra, pues en ellos está vuestra sabiduría y vuestro entendimiento a los ojos de los pueblos, que, al conocer todas estas leyes, se dirán: “Sabia e inteligente es, en verdad, esta gran nación.” 7Porque ¿cuál es, en verdad, la gran nación que tenga dioses tan cercanos a ella como Yahvé, nuestro Dios, siempre que le invocamos ? 8Y ¿cuál la gran nación que tenga leyes y mandamientos justos, como toda esta Ley que yo os propongo hoy? 9Cuida, pues, con gran cuidado no olvidarte de cuanto con tus ojos has visto y no dejarlo escapar de tu corazón por todos los días de tu vida; antes bien, enséñaselo a tus hijos y a los hijos de tus hijos. 10Acuérdate del día en que estuviste ante Yahvé, tu Dios, en Horeb; cuando Yahvé me me dijo: “Convoca al pueblo a asamblea para que yo le haga oír mis palabras y sepan temerme todos los días de su vida sobre la tierra y se lo enseñen a sus hijos.” 11Vosotros os acercasteis, quedándoos en la falda del monte, mientras éste ardía en fuego, cuyas llamas se elevaban hasta el corazón del cielo: tiniebla, nube y oscuridad. 12Entonces os habló Yahvé de en medio del fuego, y oísteis bien sus palabras, pero no visteis figura alguna; era sólo una voz. 13Os promulgó su alianza y os mandó guardarla: los diez mandamientos, que escribió sobre las tablas de piedra. 14Y a mi me mandó entonces Yahvé que os enseñase las leyes y mandatos que habéis de guardar en la tierra que vais a pasar para poseerla. 15Puesto que el día en que os habló Yahvé de en medio del fuego, en Horeb, no visteis figura alguna, 16guardaos bien de corromperos haciéndoos imagen alguna tallada ni de hombre ni de mujer, 17ni de animal ninguno de cuantos viven sobre la tierra, ni de ave que vuela en el cielo, 18ni de animal que repta sobre la tierra, ni de cuantos peces viven en el agua, debajo de la tierra; 19ni alzando tus ojos al cielo, al sol, a la luna, a las estrellas, a todo el ejército de los cielos, te engañes, adorándolos y dándoles culto, porque es Yahvé, tu Dios, quien se los ha dado a todos los pueblos de debajo los cielos. 20Pero a vosotros os tomó Yahvé y os sacó del horno de hierro de Egipto para que fuerais el pueblo de su heredad, como lo sois hoy. 21Yahvé se irritó contra mí por causa vuestra, y juró que yo no pasaría el Jordán y no entraría en la buena tierra que Yahvé, tu Dios, te da en heredad. 22Voy a morir en esta tierra sin pasar el Jordán; vosotros lo pasaréis y poseeréis esa buena tierra. 23Guardaos, pues, de olvidaros de la alianza que Yahvé, vuestro Dios, ha hecho con vosotros y guárdate de hacerte imagen esculpida de cuanto Yahvé, tu Dios, te ha prohibido, 24porque Yahvé, tu Dios, es fuego abrasador, es un Dios celoso.”

En tono no de legislador, sino de predicador – al estilo de los profetas y libros sapienciales -, Moisés es presentado exhortando al pueblo a guardar los preceptos divinos. Tres cosas se destacan en este sermón parenético: a) la presencia de Dios en medio de Israel y su prontitud a escucharle; es el gran privilegio de Israel (v.1-4); b) Israel recibió de Dios una ley santa como no la tiene ningún pueblo (v.5-14). En efecto, Israel, pueblo pequeño e insignificante en comparación con los que le rodeaban – de cultura superior material -, tiene un contenido religioso inasequible a los pueblos más cultos de la antigüedad. Su ley, perfeccionada por la revelación evangélica, ha venido a ser la norma religiosa del mundo civilizado. Por eso los judíos de la diáspora se gloriaban de tener una dogmática y moral religiosa superior a la de los propios helenos; c) se recuerda la teofanía del Sinaí, en la cual el pueblo oyó la voz de Dios, pero no vieron figura de las que estaban acostumbrados a ver en los templos egipcios para representar a los dioses con figuras zoomórficas. Yahvé es inmaterial, y, por tanto, no deben representarle bajo ninguna figura sensible (v.15-20). En las tribus antiguas árabes aisladas no se permitían representaciones sensibles de la divinidad1 La legislación mosaica, pues, tiene un precedente, que aprovecha para crear una noción alta y misteriosa del Dios de Israel. Se prohibe también todo culto astral, tan extendido en Egipto y Oriente antiguo2. Y por fin, para encarecer el cumplimiento de tales preceptos, Moisés declara el castigo que pesa sobre él al no poder entrar en la tierra de promisión por no haber sido totalmente fiel a los mandatos divinos.

Conminaciones contra los Transgresores (25-31).
25“Cuando tengáis hijos e hijos de vuestros hijos y ya de mucho tiempo habitéis en esa tierra, si corrompiéndoos os hacéis ídolos de cualquiera clase, haciendo el mal a los ojos de Yahvé, vuestro Dios, y provocando su indignación, 26yo invoco hoy como testigos a los cielos y a la tierra que de cierto desapareceréis de la tierra de que, pasado el Jordán, vais a posesionaros; no se prolongarán en ella vuestros días; seréis enteramente destruidos. 27Yahvé os dispersará entre las gentes, y sólo quedaréis de vosotros un corto número en medio de las naciones a que Yahvé os dispersará. 28Allí serviréis a sus dioses, obra de las manos de los hombres, de madera y de piedra, que ni ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. 29Allí buscaréis a Yahvé, vuestro Dios, y le hallaréis si con todo tu corazón y con toda tu alma le buscas. 30En medio de tus angustias, cuando todo esto haya venido sobre ti, en los últimos tiempos, te convertirás a Yahvé, tu Dios, y le oirás; 31porque Yahvé, tu Dios, es misericordioso. No te rechazará ni destruirá del todo, ni se olvidará de la alianza que a tus padres juró.”

El contenido de esta perícopa lo hemos de ver repetido en este libro, y más todavía en la predicación de los profetas. La inclinación de Israel al culto de los ídolos era algo incorregible en los tiempos anteriores al exilio babilónico a pesar de las continuas reprensiones de los profetas. Al fin vendría sobre él el castigo con que éstos tantas veces le amenazaban: la cautividad. Es justamente lo que aquí anuncia el propio Moisés. El deuteronomista refleja los tiempos de la predicación profética (s.VIII-VII a.C.) y presenta la doctrina de los profetas como esbozada por el primero de los profetas mayores. Conforme a la teología profética, el castigo del exilio es temporal, de forma que, si con corazón contrito los israelitas se vuelven a Yahvé y reconocen sus faltas, serán oídos, porque es, ante todo, un Dios misericordioso (v.31)3.

Israel, Privilegiado entre todos los Pueblos (32-40).
32“Pregunta a los días que te han precedido, desde aquel en que Dios creó al hombre sobre la tierra, y desde el uno al otro cabo de los cielos si se ha visto jamás cosa tan grande ni se ha oído nada semejante. 33¿Qué pueblo ha oído la voz de su Dios hablándole en medio del fuego como la has oído tú, quedando con vida? 34Jamás probó un dios a venir a tomar por sí un pueblo de en medio de pueblos a fuerza de pruebas, de señales y prodigios, de luchas a mano fuerte y brazo extendido, de tremendas hazañas, como las que hizo por vosotros en Egipto Yahvé, vuestro Dios, viéndolas tú con tus mismos ojos. 35A ti se te hicieron ver para que conocieras que Yahvé es en verdad Dios y que no hay otro Dios más que El. 36Desde el cielo te habló para enseñarte, y sobre la tierra te ha hecho ver su gran fuego, y de en medio del fuego has oído sus palabras. 37Porque amó a tus padres, eligió después de ellos a su descendencia; y con su asistencia, con su gran poder, te sacó de Egipto, 38arrojó de ante ti a pueblos más numerosos y más fuertes que tú, para darte entrada en su tierra y dártela en heredad, como hoy lo ves. 39Reconoce, pues, hoy y revuelve en tu corazón que Yahvé sí que es Dios arriba, allá en los cielos, y abajo, aquí sobre la tierra, y que no hay otro sino El. 40Guarda sus leyes y sus mandamientos que hoy yo te prescribo, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y permanezcas largos años en la tierra que te da Yahvé, tu Dios.”

El profeta recuerda a Israel su liberación de Egipto, llevada a cabo por la omnipotencia de Yahvé. Jamás ha sucedido algo parecido en la historia de los pueblos desde la creación del hombre (v.32). Israel oyó en el Sinaí la voz de Dios, sin ser herido de muerte4, después de haber sido testigo de los prodigios obrados en su beneficio al salir de Egipto. Todo esto prueba que Yahvé es Dios y que no hay otro Dios fuera de El (v.35). En medio del trueno y del fuego comunicó su Ley al pueblo elegido rodeado de majestad; no como los oráculos paganos, proferidos bajo un árbol, una fuente o una piedra. Todas las circunstancias que rodean el nacimiento de Israel como nación escogida son sobrecogedoras y dignas del Dios majestuoso y omnipotente del Sinaí5. Este Dios terrible y celoso es el mismo que ha hecho promesas de bendición a los patriarcas hebreos (v.37), y para ser fiel a ellas desplegó su poder en beneficio de Israel para sacarlo de Egipto, y lo desplegará para expulsar a los cananeos de su tierra, de forma que su pueblo pueda instalarse en ella. Por eso debe Israel reconocerle como Dios único y guardar sus leyes (v.40). Por su parte, Yahvé le asegurará una existencia feliz y duradera en la tierra de promisión en premio a la fidelidad a sus preceptos.

Ciudades de Refugio al Oriente del Jordán (41-43).
41Entonces Moisés eligió tres ciudades de la región al oriente del Jordán 42que sirviesen de refugio al homicida que hubiera matado involuntariamente a su prójimo, sin ser antes enemigo suyo; para que, refugiándose en una de ellas, tuviera salva la vida: 43 Beser, en el desierto, en la altiplanicie, para los rubenitas; Ramot, en Galaad, para los gaditas, y Golán, en Basan, para los manaseítas.

En Num 35:15 se dispone la designación de seis ciudades de refugio, tres en Transjordania y tres en Canaán, para refugio de los homicidas involuntarios. Ahora, una vez instaladas tres tribus al oriente del Jordán, se concretan las ciudades que han de ser de refugio, convenientemente distribuidas según el territorio de las tres tribus: Beser, para los rubenitas, localidad mencionada en la estela de Mesa, rey de Moab (s.IX a.C)., pero aún no localizada; Ramot, generalmente identificada con la actual Es-Salt, capital del Ahjlun; Golán, la actual Sainan el Djolan, al este de Tiberíades, dando nombre a la antigua Gaulanítide, que con la Traconítide, la Batanea y la Auranítide forman los distritos de Basan, territorio que después de la muerte de Herodes el Grande constituyó la te-trarquía de Filipos.
Esta perícopa interrumpe el discurso exhortatorio de Moisés y es una adición de un glosista, siendo su lugar propio el de Deu 19:3-5. Sin duda que el redactor quiere defender la tradición mosaica de la designación de las tres ciudades de refugio en Transjordania, y así supone que el propio Moisés las determinó antes de morir.

Nuevo Discurso de Moisés; Proemio (44-49).
Esta perícopa puede ser considerada como una conclusión del discurso anterior o como una introducción al que sigue. La supuesta situación histórica del discurso de Moisés es la misma del sermón anterior, y por eso puede valer para los dos.

44Esta es la Ley que Moisés puso ante los ojos de los hijos de Israel. 45 Estos son los estatutos, leyes y mandamientos que Moisés había dado a los hijos de Israel, a su salida de Egipto, 46 al otro lado del Jordán, en el valle que hay frente a Bet-Peor, en la tierra de Seón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesebón y había sido derrotado por Moisés y los hijos de Israel a su salida de Egipto. 47Se apoderaron de su tierra y de la de Og, rey de Basan, dos de los reyes de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán, al oriente; 48su territorio se extendía desde Aroer, a orillas del torrente del Amón, hasta el monte Siryon, 49con todo el Araba, que es el Hermón, del otro lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del Araba, al pie del Pasga.

El marco geográfico es el mismo conocido en la introducción anterior. En el v.48, el TM dice Sy’on en vez de Siryon, como se desprende de la explícita identificación con el Hermán. En realidad, la grafía hebraica de la colina del templo de Jerusalén es diversa (Syon), y, por otra parte, su mención en. TransJordania está fuera de lugar. Los LXX leen σηών, y la versión siríaca Siryon.

1 Cf. Kortleitner, Quaestiones de Vetere Testamento et comparativa religionum historia recentiore aetale propositae 28-35. – 2 Cf. Phorme, La religión assyro-babylonienne 53-55. – 3 Cf. Ose 1:16-17; Ose 3:4; Jer 3:23-24; Lev 26:22-40; Deu 28:64-68. – 4 Cf. Gen 16:13; Gen 32:31; Exo 20:19; Exo 33:20. – 5 Exo 19:16.

Fuente: Biblia Comentada

oh Israel, oye. Moisés llamó al pueblo a oír y obedecer las reglas de conducta que Dios les había dado para que las observaran. La conquista exitosa y el poder disfrutar en su totalidad de la vida en la tierra estaban basados en la sumisión a la ley de Dios. los estatutos y decretos. Los primeros son reglas permanentes para la conducta establecidas por la autoridad reinante, mientras que los segundos tienen que ver con decisiones judiciales que servían como precedentes para guía futura.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Estos versículos son primordialmente el primer discurso de Moisés. Moisés introdujo su explicación de la ley con un llamado a entrar a la tierra de Canaán (vv. Deu 1:6-8), la cual había sido prometida por el pacto abrahámico de Dios (cp. Gén 15:18-21). A lo largo de este libro, él se refiere a esa promesa de pacto (Deu 1:35; Deu 4:31; Deu 6:10; Deu 6:18; Deu 6:23; Deu 7:8; Deu 7:12; Deu 8:1; Deu 8:18; Deu 9:5; Deu 10:11; Deu 11:9; Deu 11:21; Deu 13:17; Deu 19:8; Deu 26:3; Deu 26:15; Deu 27:3; Deu 28:11; Deu 29:13; Deu 30:20; Deu 31:7; Deu 31:20-23; Deu 34:4). Él entonces dio un repaso histórico de las obras de gracia de Dios (Deu 1:9Deu 3:29) y un llamado a Israel para la obediencia al pacto dado a ellos por el Señor en Sinaí (Deu 4:1-40). Esta sección introductoria termina con una breve narración relatando el establecimiento de las tres ciudades de refugio al E del Jordán (Deu 4:41-43).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta solemne exhortación presupone el relato histórico de los cps. Deu 1:1-46; Deu 2:1-37; Deu 3:1-29. Israel debe ser fiel al Dios que estableció con él una alianza (Deu 4:23), le prescribió sus mandamientos (v. Deu 4:5) y lo guió desde el monte Horeb hasta la entrada a la tierra prometida (Deu 4:22).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Deu 4:44-49; Deu 5:1-33; Deu 6:1-25; Deu 7:1-26; Deu 8:1-20; Deu 9:1-29; Deu 10:1-22; Deu 11:1-32 : Esta segunda sección de Deuteronomio incluye básicamente lo fundamental del segundo discurso de Moisés a los israelitas antes de atravesar el Jordán y de entrar en posesión de la tierra prometida. Es un discurso interrumpido por la inserción del gran Código Deuteronómico (Deu 12:1-32; Deu 12:32-17; Deu 14:1-29; Deu 15:1-23; Deu 16:1-22; Deu 17:1-20; Deu 18:1-22; Deu 19:1-21; Deu 20:1-20; Deu 21:1-23; Deu 22:1-30; Deu 22:30-24; Deu 24:1-22; Deu 25:1-19; Deu 26:1-15) al que, a su vez, sirve de introducción exhortativa. Lo mismo que el primero (ver Deu 1:1-5), este segundo discurso va precedido de un prólogo histórico en el que se indican las circunstancias de tiempo y lugar en el que fue pronunciado.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Leyes y decretos. Típicamente, Deut. usa varias palabras diferentes para “ley”. Aquí en los vv. 1 y 2 aparecen tres (leyes, decretos y mandamientos), sin incluir “palabras” (traducido que yo os mando), la cual quizá tenga el mismo significado. El v. 1 declara que guardar los mandamientos los guiaría a la vida, una idea importante en el libro (ver 30:19, 20).

Esta idea puede sorprender al lector que está acostumbrado a las enseñanzas del NT en cuanto a que la salvación no es por obras de la ley, sino por medio de la fe (Rom. 9:31, 32). Pablo hasta pareciera oponerse a este versículo bajo consideración, con Lev. 18:5, en Rom. 10:5 (para entender el pasaje en Rom., véase el comentario sobre Rom., y más adelante sobre Deut. 30:11-14). Sin embargo, debemos guardar en mente que Deut. busca la obediencia de corazón (6:5; 10:6). Esto es diferente al legalismo crudo.

Moisés continuó mostrando que la fidelidad a Dios ya había producido vida, y la debilidad muerte, en la experiencia de Israel (vv. 3, 4). Entendido debidamente, el guardar las leyes de Dios produce libertad y gozo (ver Sal. 119:45, 47). Este era el verdadero destino de Israel en la tierra. Otras naciones tenían su sabiduría, pero iban a envidiar la de Israel, cuyas leyes eran sabiduría (v. 6). Las leyes de Israel no eran como otras, de la misma ma nera que su Dios no era como otros (ver 3:24). Su justicia (v. 8) implica que ellas producen salvación. La ley y la vida están íntimamente relacionadas.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

4.2 ¿Qué se quiere decir con añadir o disminuir a los mandamientos de Dios? Estas leyes eran la Palabra de Dios y por lo tanto estaban completas. ¿Cómo podría cualquier ser humano, con una visión y un conocimiento limitados, alterar las leyes perfectas de Dios? Añadir algo a las leyes las convertiría en una carga, disminuirlas las dejaría incompletas. Así que las leyes debían permanecer inalterables. Pretender hacer cambios a la ley de Dios es asumir una posición de autoridad sobre Dios, que dio las leyes (Mat 5:17-19; Mat 15:3-9; Rev 22:18-19). Los líderes religiosos en los tiempos de Cristo hicieron exactamente eso; elevaron sus propias leyes al mismo nivel de las de Dios. Jesús los reprendió por ello (Mat 23:1-4).4.8 ¿Serán todavía aplicables a los cristianos de hoy las leyes que Dios dio a los israelitas? Las leyes de Dios están diseñadas para guiar a cualquier persona a una vida saludable, recta y dedicada a Dios. Su propósito era señalar el pecado (o pecado potencial) y señalar la forma adecuada de enfrentarlo. Los Diez Mandamientos, lo fundamental de la ley de Dios, son tan aplicables hoy como lo fueron tres mil años atrás porque proclaman un estilo de vida que Dios respalda. Son la expresión perfecta de quién es Dios y cómo quiere El que la gente viva.Pero Dios dio otras leyes además de los Diez Mandamientos. ¿Son estas igual de importantes? Dios nunca dictó una ley que no tuviera un propósito. Sin embargo, muchas de las leyes que leemos en el Pentateuco estaban dirigidas especialmente a la gente de esa época y de esa cultura. Aunque una ley en particular puede no ser aplicable a nosotros, sí lo es la verdad eterna y el principio que la respalda.Por ejemplo, los cristianos no practican sacrificios de animales en la adoración. Sin embargo, los principios que los fundamentaban -perdón del pecado y gratitud a Dios- se aplican todavía. Los sacrificios apuntan al sacrificio supremo que Jesucristo hizo por nosotros. El Nuevo Testamento dice que con la muerte y la resurrección de Jesucristo se cumplieron las leyes del Antiguo Testamento. Esto significa que mientras las leyes del Antiguo Testamento nos ayudan a reconocer nuestros pecados y a corregir nuestra maldad, es Jesucristo quien quita nuestros pecados. Jesús es ahora nuestro ejemplo máximo porque obedeció perfectamente la ley y modeló su intención verdadera.4.9 Moisés quería asegurarse de que el pueblo no olvidaría todo lo que había visto hacer a Dios, así que instó a los padres a que enseñaran a su hijos los grandes milagros de Dios. Esto ayudaba a los padres a recordar la fidelidad de Dios y servía para transmitir de una generación a otra las historias que narraban los grandes hechos de Dios. Es fácil olvidar las formas maravillosas en que Dios ha trabajado en la vida de su pueblo. Pero usted puede recordar los grandes hechos de la fidelidad de Dios al contar a sus hijos, amigos y colegas lo que le ha visto hacer.4.19 Dios no estaba disculpando la idolatría de las demás naciones. Simplemente estaba diciendo que mientras el juicio se retardaría para aquellas otras naciones, sería rápido y completo para Israel porque Israel conocía las leyes de Dios. Debemos recordar que la idolatría no era tan sólo tener estatuas en la casa: montones inofensivos de arcilla, madera y hierro. Era el compromiso con otras cualidades, creencias y prácticas malignas que estaban representadas por los ídolos (tales como asesinato, prostitución, crueldad en la guerra, egocentrismo) o a las fuerzas y atributos de la humanidad, del reino animal, del orden de las estrellas que eran reverenciadas sin hacer referencia a Dios que los había creado. Debido a que Dios se había revelado a sí mismo tan claramente en la historia de Israel, los israelitas no tenían excusa para adorar a nadie más que al Dios verdadero.4.24 Dios es fuego consumidor. Ya que es moralmente perfecto, aborrece el pecado y no puede aceptar a los que lo practican. El pecado de Moisés le impidió entrar en la tierra prometida, y ningún sacrificio pudo evitar ese dictamen. El pecado nos impide entrar a la presencia de Dios, pero Jesucristo pagó la multa por nuestro pecado y con su muerte nos liberó para siempre del juicio de Dios. Confiar en Jesucristo nos salva de la ira de Dios y nos permite comenzar una relación personal con El.4.24 Los celos demandan afecto y lealtad exclusivos. Algunos celos son malos. Es destructivo que un hombre se moleste cuando su mujer habla placenteramente con otro hombre. Pero hay celos que son buenos. Es correcto que un hombre exija que su mujer lo trate a él, y sólo a él, como esposo. Por lo común, utilizamos la palabra celos con su connotación negativa. Pero el celo de Dios es adecuado y bueno. El está defendiendo su Palabra y su alto honor. El nos hace una exigencia fuerte: solo al Señor, y a nadie más en todo el universo, debemos tratarlo como Dios.4.29 ¿Quiere conocer a Dios? Dios prometió a los israelitas que lo encontrarían cuando lo buscaran con toda su alma y con todo su corazón. A Dios se le puede conocer y, El quiere que lo conozcan, pero tenemos que querer conocerlo. Los actos de servicio y adoración deben estar acompañados de una devoción sincera que salga del corazón. Como dice Heb 11:6, «es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan». Dios premiará a los que buscan una relación con El.4.32 ¡Cuán tentados nos sentimos de mirar a todas partes menos a Dios en cuanto a guía y conducción! Confiamos en los médicos, en los consejeros financieros y en los comentaristas de noticias, pero ¿confiamos en Dios? Busque primeramente el consejo de Dios (4.39, 40), y reconozca su autoridad sobre cada dimensión de la vida.4.40 ¿Tenía Israel la garantía de prosperidad si obedecía las leyes de Dios? Sí, pero tenemos que ver cuidadosamente qué significaba eso. Las leyes de Dios se diseñaron para hacer de esa nación escogida una nación saludable, justa y misericordiosa. Cuando el pueblo seguía esas leyes, prosperaba. Sin embargo, esto no quiere decir que no había enfermedades, ni tristezas ni incomprensiones entre ellos. En lugar de eso, significa que prosperaron como nación, y que los problemas individuales los manejaron de la manera más justa posible. Actualmente la promesa de Dios de prosperidad -su presencia constante, su consuelo y los recursos para vivir como debemos- se extiende a todos los creyentes. Enfrentaremos pruebas, Jesús nos lo aseguró. Pero evadiremos la calamidad que es resultado directo del pecado intencional y sabremos que en el cielo nos espera un gran tesoro.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 212 Lev 18:5; Eze 20:11; Rom 10:5

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

escucha…viváis…tomar posesión. Escuchar y obedecer forma un tema frecuente en Deuteronomio (cp., 5:1; 6:3 ,4; 9:1; 20:3). Moisés enseña al pueblo los estatutos y decretos, insistiendo en la obediencia como condición de vivir y poseer la tierra.

Fuente: La Biblia de las Américas

El primer discurso de Moisés llega a su punto culminante en este capítulo. Los capítulos 1– 3 son un recuento de la experiencia de Israel con Dios. En el cap. 4, la historia de Israel pasa a un segundo término, y hay un discurso sobre el pacto y la ley. Es una súplica de Moisés para que tengan fe y obedezcan. El autor del pacto está implícito (vers. 1, 2, 5, 10); las acciones históricas anteriores son recordadas; se dan las estipulaciones del pacto;, hay una súplica para la obediencia; también se determinan las sanciones, las bendiciones y las maldiciones del pacto; se citan los testigos (vers. 26) y se expresa la necesidad de revelar el conocimiento del pacto a las generaciones futuras (vers. 10).

Fuente: La Biblia de las Américas

enseño… Heb. melamed (de la raíz lamad). En este caso, enseñar. Es la primera vez que aparece este verbo en todo el VP. El sujeto aquí es Moisés, quien desea que el pueblo estudie y aprenda la Ley, no sólo como rigurosa instrucción sino como una enseñanza práctica; y seáis multiplicados… TM omite. Se sigue LXX

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Heb. melamedde la raíz lamady que en este caso significa enseu241?ar. Es la primera vez que aparece este verbo en todo el AP. El sujeto aquí es Moisés, quien está interesado en que el pueblo estudie y aprenda la Ley, no solo como rigurosa instrucción sino como una enseñanza práctica.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

Heb. melamed de la raíz lamad y que en este caso significa enseu241?ar. Es la primera vez que aparece este verbo en todo el AP. El sujeto aquí es Moisés, quien está interesado en que el pueblo estudie y aprenda la Ley, no solo como rigurosa instrucción sino como una enseñanza práctica.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[=] *Dt 6:1 *Lv 18:5

[.] Moisés saca lección de las experiencias pasadas y, para persuadirnos de que observemos la Ley de Dios, nos invita a abrir los ojos Ustedes, que fueron fieles a Yavé, su Díos, están hoy todos vivos mientras que los demás han muerto. Entre los muchos «muertos» que se agitan y pelean entre sí en nuestro mundo, el creyente vive. Y también, pregunta Moises ¿Qué nación hay tan grande que tenga normas y mandamientos tan justos como esta ley? Sin embargo, hay momentos en la vida en que nos asaltan las tentaciones y nos parece que, al dejar a un lado la orden divina, encontraríamos la felicidad; es entonces cuando debemos recordar que ésta es ley divina y no necesita nuestra aprobación no añadirás ni quitarás nada. ¿Qué nación hay tan grande, cuyos dioses se acerquen como Yavé? (7). Los dioses, falsos amigos, proyección de nuestros fantasmas; jugamos con ellos y tratamos de ganarles para que se realicen nuestros planes. Dios, en cambio, está con el peso de su misterio tan presente como fuera de nuestro alcance. A pesar de que no lo vemos, con toda certeza lo reconocemos y, siempre que se acerca, nos deja seguros. Toda la Biblia insiste en la realidad, en el valor histórico de dichas intervenciones Ten mucho cuidado de no olvidarte de estas cosas que tus ojos han visto (9). Bien es cierto que la historia de Moisés se escribió siglos después y que los recuerdos de dicha peregrinación por el desierto se transformaron en leyendas. Pero no se habrían forjado las leyendas referentes al maná, la nube y el paso del mar, si la comunidad de Israel no hubiera experimentado la Providencia de Dios y su mano firme en muchas ocasiones. El que lea la Biblia sin compartir la fe que la anima, piensa que todo lo sobrenatural fue pura imaginación y procede de mentalidad primitiva. En cambio, el que ha reconocido la presencia de Dios en el mundo, entiende que también a Israel le sobraron motivos para reconocer que Dios lo había elegido.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[2] No haréis lo contrario de lo que Dios os ha mandado ni omitiréis lo que debéis hacer. Moisés quiere evitar la superstición e idolatría de los judíos, impidiendo cualquier rito de las naciones idólatras entre quienes vivían.[3] Num 25, 4.[9] Con la observancia de esta ley santa.[13] Ex 30, 21; 31; 32.[19] Se describe la idolatría.[21] Deut 1, 37.[24] Hebr 12, 29.[26] Los hebreos dicen que se señala el tiempo que transcurrió desde Moisés hasta la cautividad en Babilonia, cuando los israelitas fueron llevados a otras regiones.[30] Rom 11, 25.[34] En los tres días de tinieblas, antes de la salida de los hebreos, se refieren fenómenos extraños. Sab 17, 8-9.[48] Este monte es diferente del otro del mismo nombre, que está en Jerusalén.

Fuente: Notas Torres Amat