Hay un grave mal que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por su dueño, para su propio mal;
Hay un mal doloroso. Ecl 4:8; Ecl 6:1, Ecl 6:2.
las riquezas guardadas. Ecl 8:9; Gén 13:5-11; Gén 14:16; Gén 19:14, Gén 19:26, Gén 19:31-38; Pro 1:11-13, Pro 1:19, Pro 1:32; Pro 11:4, Pro 11:24, Pro 11:25; Isa 2:20; Isa 32:6-8; Sof 1:18; Luc 12:16-21; Luc 16:1-13, Luc 16:19, Luc 16:22, Luc 16:23; Luc 18:22, Luc 18:23; Luc 19:8; 1Ti 6:9, 1Ti 6:10; Stg 2:5-7; Stg 5:1-4.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
su mal se refiere literalmente a un «esfuerzo sin valor» (cf. con Ecl 3:10).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Riquezas: amadas y perdidas. Pasamos a aquellos que tenían riqueza y la perdieron. Vemos riquezas adquiridas (13) y perdidas (14a). El rico no podía dejar nada a nadie (14b) ni llevar algo consigo (15).
16, 17 La facilidad con que la riqueza puede deslizarse de entre los dedos de uno es parte de la frustración de la vida (16a); al final una persona lleva muy exactamente (el heb. es enfático) lo que trajo: nada.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) “Para su magnífico dueño.” Heb.: liv·‛a·láv.
REFERENCIAS CRUZADAS
f 222 Pro 1:19; Pro 11:24; Pro 11:28; Luc 12:21; Stg 5:3
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
un grave mal. La obsesión por las riquezas impide gozar de lo que uno tiene (cp. 4:8; 5:16; 6:2).
guardadas por su dueño. El dinero guardado y amontonado se puede perder. Por tanto no puede obtenerse beneficio de él (vers. 14).
Fuente: La Biblia de las Américas
doloroso. Grave.