Comentario de Efesios 1:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el pleno conocimiento de él;
1:17 — «el Padre de gloria», una característica permanente del Padre (el Padre glorioso, Hch 7:2). — «os dé espíritu de sabiduría y de revelación», Col 1:9; Stg 1:5; para poder comprender y apreciar todas las revelaciones y doctrinas de Cristo, para tener más íntima comunión con El.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
que el Dios de nuestro Señor Jesucristo. Efe 1:3; Jua 20:17.
el Padre. 1Cr 29:11; Sal 24:7, Sal 24:10; Sal 29:3; Jer 2:11; Mat 6:13; Luc 2:14; Hch 7:2; 1Co 2:8; Stg 2:1; Apo 7:12.
os de espíritu de sabiduría. Gén 41:38, Gén 41:39; Isa 11:2; Dan 5:11; Luc 12:12; Luc 21:15; Jua 14:17, Jua 14:26; Hch 6:10; 1Co 12:8; 1Co 14:6; Col 1:9; Col 2:3; Stg 3:17, Stg 3:18.
y de revelación. Efe 3:5; Dan 2:28-30; Dan 10:1; Mat 11:25; Mat 16:17; 1Co 2:10; 2Co 12:1.
en el conocimiento de él. Efe 3:18, Efe 3:19; Pro 2:5; Jer 9:24; Jer 24:7; Jer 31:34; Mat 11:27; Jua 8:54, Jua 8:55; Jua 16:3; Jua 17:3, Jua 17:25, Jua 17:26; Rom 1:28; Col 1:10; Col 2:2; 2Ti 2:25; Tit 1:1; 2Pe 1:3; 2Pe 3:18; 1Jn 2:3, 1Jn 2:4.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
el Dios de nuestro Señor Jesucristo. Esta es una designación de Dios que vincula al Padre y al Hijo en su naturaleza esencial como la deidad (cp. el v. Efe 1:3 a; Rom 1:5-6; 1Co 1:3; Flp 2:9-11; 1Pe 1:3; 2Jn 1:3).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
espíritu de sabiduría y de revelación. Pablo oraba para que los creyentes tuvieran la disposición del conocimiento piadoso y la sabiduría que la mente santificada es capaz de adquirir y aplicar (v. Efe 1:8), de tal modo que pudieran captar la grandeza de la esperanza (Rom 8:29; 1Jn 3:2) y la herencia que es suya en Cristo (vv. Efe 1:3-14).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:17 — «el Padre de gloria», una característica permanente del Padre (el Padre glorioso, Hch 7:2).
— «os dé espíritu de sabiduría y de revelación», Col 1:9; Stg 1:5; para poder comprender y apreciar todas las revelaciones y doctrinas de Cristo, para tener más íntima comunión con El.
— «en el conocimiento de él», conocimiento pleno y perfecto.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Los vv. Efe 1:17 al Efe 1:19 descubren el contenido de la oración. Son tres peticiones específicas introducidas por una cláusula de propósito, para que, seguida por un verbo en modo optativo en el griego, “les dé/les conceda”. El uso de ese modo sugiere que “la intención de la oración de petición es dejada al buen criterio del Dador.” (CLNTG). RV95 tiene esa idea de propósito: para que el Dios de nuestro Señor (También BJ).
La cláusula griega jina, también puede traducirse como “que” introduciendo así el contenido de la oración: «Que el Dios del Señor nuestro Jesucristo» (RV). Siguen este sentido DHH, NVI y TLA.
Dios es descrito en términos de su relación con Jesús y con nosotros, «de nuestro Señor, Jesús el Mesías» (NBE). La misma expresión se usó en Efe 1:3. Además, es llamado el Padre de gloria*. Nuevamente, el genitivo señalado por la preposición de, puede traducirse de varias maneras. Una es como un adjetivo que califica al Padre: «Padre glorioso» (NVI, DHH, BNM), «Padre maravilloso» (TLA). Otra alternativa es mantener el sentido posesivo del genitivo y ligar a Dios la idea de la gloria de una manera íntima y profunda. La NBE traduce así: «El Padre que posee la gloria».
Sin duda, es clave en este pasaje entender el concepto gloria. La palabra gloria sería una referencia a las diversas manifestaciones salvíficas de Dios en el AT, en las cuales ha dado a conocer su gloria. Esta idea encaja muy bien con las palabras siguientes del texto, en las que Pablo ruega al Padre de la gloria que revele a su pueblo realidades fundamentales de su existencia y ministerio en el mundo.
os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento* de él. La expresión espíritu de sabiduría y de revelación es susceptible de varias interpretaciones que siempre se reflejan en la traducción. Espíritu puede ser una indicación del Espíritu de Dios o también del espíritu humano bendecido con sabiduría, y en ese sentido puede referirse a un don espiritual. Como puede apreciarse, las diferencias no son fuertes ya que en ambos casos la obra del Espíritu de Dios es patente. Es más una cuestión de énfasis. Las traducciones siguen estas opciones. RV95 parece referirse al espíritu humano. DHH dice: «que les conceda el don espiritual de la sabiduría» (la segunda opción). TLA opta por la primera opción mencionada y dice: «que les dé su Espíritu para que sean sabios y puedan entender cómo es Dios».
La presencia del Espíritu de Dios en nuestra vida es garantía de sabiduría y entendimiento. Los creyentes han sido ya sellados con el Espíritu (Efe 1:13-14). Su presencia es sello y garantía de la redención final y, a la luz de este pasaje, es quien nos enseña, descubre y guía a entender la verdad y vivirla con sabiduría. (Efe 5:1-21; cf. Jua 14:17, Jua 14:26; Jua 16:8-15)
Esta realidad está íntimamente ligada al ministerio educativo de la iglesia (Efe 4:11-16). Es decir, que no es tanto una revelación mística y directa del Espíritu en la mente de los creyentes, sino que se efectúa por la mediación del ministerio docente de la iglesia, “los dones de Cristo a su cuerpo”. Las personas que a su vez son dones, usan la Palabra y edifican la iglesia para que llegue a la «unidad de la fe y del conocimiento (gr. epignoseos) del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo» (NVI). Es decir, a la plena expresión del shalom en el cuerpo de Cristo. Eso está perfectamente ilustrado en el ministerio que Pablo mismo está desempeñando a favor de la iglesia en esta misma carta, y por lo cual en este pasaje “ora y labora”.
de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él. Esta expresión se debe relacionar con su antecedente en los vv. Efe 1:8 y Efe 1:9, donde el autor indica que una de las manifestaciones de la gracia, que Dios ha derramado generosa y abundantemente en nosotros, es precisamente que en toda sabiduría e inteligencia, Él nos dio a conocer el misterio de su voluntad. Tal misterio, como ya lo vimos, tiene que ver con la construcción del shalom. Lo que primero experimentaron los apóstoles y profetas (Efe 1:8-9; Efe 3:5) es ahora un ruego a favor de toda la iglesia.
Espíritu de sabiduría y revelación (Efe 1:17). La expresión como tal parece ser una alusión a Isa 11:2. (Véase el paralelo en Col 1:9-10), y por lo tanto le añade a nuestro texto un sentido profundamente significativo. El profeta Isaías anticipaba que el Mesías habría de ser ungido con el espíritu de Dios y que su ministerio se caracterizaría por la sabiduría, conocimiento y temor de Dios (recordar el antecedente de Salomón pidiendo sabiduría). Los resultados de dicha unción serían la justicia, la verdad (Isa 11:3-5), que se describen con la imagen de la armadura del guerrero (vv. Efe 1:4 y Efe 1:5 cf. Efe 6:10-20) y la paz-shalom (Isa 11:6-9).
Sabiduría se define bíblicamente como una actitud de respeto a Dios. Es la piedad unida al amor, es reverencia que produce obediencia, y que resulta en ser sabios artesanos de nuestra vida y del shalom al que Dios nos convoca (Efe 1:8; Efe 3:10; Efe 5:5; Col 1:9, Col 1:28; Col 2:3, Col 2:23; Col 3:16; Col 4:5). Un análisis cuidadoso de los versículos citados nos permite ver que la sabiduría es indispensable para discernir la voluntad de Dios en las circunstancias cotidianas.
El uso paulino de esta palabra rescata el sentido que ésta tiene en los libros sapienciales del AT (sabiduría como conocimiento práctico y la habilidad de vivir correctamente como fruto del temor de Dios). Además, en el contexto de esta carta, “es el discernimiento de la actividad de Dios en Cristo por medio de la iglesia, y la capacidad de ajustar nuestra vida a su propósito de armonía y paz”.
Revelación es un término que pone el énfasis en la acción de Dios. Eso, además, nos lleva al capítulo Efe 3:1-21 donde Pablo se refiere de nuevo a la revelación del misterio de Dios, pero en relación con su propio ministerio de la predicación y la enseñanza. A Pablo mismo le fue revelado el misterio (vv. Efe 1:3 y Efe 1:9) que antes había estado oculto (vv. Efe 1:4-5) pero que ahora Dios ha dado a conocer a sus santos apóstoles y profetas (v. Efe 1:5), con respecto a la incorporación de los gentiles en el pueblo de Dios con iguales derechos y privilegios que los judíos (v. Efe 1:6). Primicias de la nueva creación en armonía. El apóstol lo debe anunciar y aclarar a todos (vv. Efe 1:7-9). Por eso ahora intercede por los efesios para que Dios les conceda esa sabiduría y revelación para conocer a Dios y discernir sus propósitos más plenamente.
La palabra que se traduce como conocer, se refiere a un conocimiento profundo y personal. Es posible que por esa razón DHH hace esta traducción: «para que puedan conocerlo verdaderamente». La NBE dice: «os dé un saber y una revelación interior con profundo conocimiento de él». Ese conocimiento está relacionado con lo que se ha dicho antes (vv. Efe 1:9 y Efe 1:10 con respecto al misterio) y se dirá a continuación en los versículos siguientes.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Isa 11:2; Sab 7:7; 1Co 2:10.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) Lit.: “quitar la cubierta; develar”. Gr.: a·po·ka·lý·pse·os.
REFERENCIAS CRUZADAS
s 46 Pro 2:6
t 47 Col 1:9; 1Ti 2:4
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
17 (1) En la encarnación el Señor Jesucristo, Dios mismo ( Flp_2:6) , se hizo hombre. Como tal El está relacionado con la creación; por lo tanto, Dios el Creador es Su Dios. Su encarnación introdujo a Dios el Creador en el hombre, la criatura. El es un hombre en quien Dios se encarnó.
17 (2) El título Padre implica regeneración, y la gloria es Dios expresado. Así que, el Padre de gloria es el Dios que regenera, expresado a través de Sus muchos hijos. Ya hemos sido regenerados ( 1Pe_1:3) , y seremos glorificados en la expresión de la gloria de Dios ( Rom_8:30).
17 (3) El espíritu que se menciona aquí debe de ser nuestro espíritu regenerado donde mora el Espíritu de Dios. Tal espíritu nos es dado por Dios a fin de que tengamos sabiduría y revelación para conocerlo a El y Su economía.
17 (4) La sabiduría está en nuestro espíritu para que conozcamos el misterio de Dios, y la revelación viene del Espíritu de Dios para mostrarnos la visión quitando el velo. Primero, tenemos sabiduría, la capacidad de entender, la cual nos hace aptos para conocer las cosas espirituales; luego el Espíritu de Dios revela las cosas espirituales a nuestro entendimiento espiritual.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
MT196 Si se lee ἵνα δῴη, tendría que ser tácitamente una cláusula de deseo, en la cual ἵνα sólo serviría para unir dicha cláusula con el verbo anterior, pero es preferible δώῃ (una cláusula subjuntiva de propósito; comp. T128): que Dios … de.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, verdadero conocimiento