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Comentario de Efesios 1:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Efesios 1:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

habiendo sido iluminados los ojos de vuestro entendimiento, para que conozcáis cuál es la esperanza a que os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,

1:18 — «alumbrando los ojos de vuestro entendimiento». Jesucristo nos dice en Mat 6:22-23, «La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas». «Lo que el ojo es al cuerpo, el entendimiento lo es al alma» (Filo).

Cristo abrió los ojos físicos para que creamos que El puede abrir los ojos espirituales.

El evangelio es el instrumento, Hch 26:18. El prejuicio y la rebeldía ciegan los ojos (Mat 13:11-16; 2Co 4:4). La falta de entendimiento queda en uno mismo; nadie puede inculpar a Dios. Pablo quiere que el entendimiento sea completo y correcto. Si el hombre se instruye incorrectamente, de nada le sirve el celo (Rom 10:2-3). Por lo tanto, Pablo dice en esta carta (5:17), «no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor».

— «cuál es la esperanza», la plenitud de ella; porque «la tenemos como segura y firme ancla del alma» (Heb 6:19). Esta esperanza no será realizada si no tenemos sincera devoción para con Cristo. Es imposible ver al cielo sino por El. Si no sentimos gozo en los servicios de culto, alabando a Cristo y sirviéndole «de corazón» (Col 3:23), y si Cristo no es nuestra vida ahora (Flp 1:21; Col 3:4), entonces ¿cuál es nuestra esperanza de estar con El en el cielo? Un gran equívoco de muchos es que piensan tener esperanza del hogar celestial sin vestirse de Cristo en su vida diaria. Léase con cuidado Flp 1:20-24; Flp 3:8-14; la actitud de Pablo era de que Cristo es el objeto supremo de nuestra existencia, en la vida o en la muerte. Es cierto que el cristiano espera heredar el hogar celestial, pero es necesario tener presente que Cristo es la puerta, El es nuestra esperanza.

En este texto (1:17-19) Pablo carga su expresión con el ferviente deseo de que reconozcamos más profundamente lo excelente, lo grandioso, lo rico de nuestras bendiciones en Cristo. No basta dar servicio de labios a estas grandes verdades cuando el corazón está lejos de El (Mat 15:8). Nos urge tener amplia comprensión de su amor (3:16-19), y la consecuente devoción que ésta producirá.

Es posible que un grupo de discípulos se reúna cada domingo para cantar himnos sin que la cuerda del corazón sea tocada una sola vez (5:19). Se puede dar aprobación a toda verdad celestial sin sentir alguna emoción. Pero si el cristiano escucha con atención a lo que le dice Pablo en este texto, y si se esfuerza por cumplir con esta exhortación, será humillado cuando peque, y su vida se irá afinando espiritualmente para que esta bendita fe y esperanza produzcan la devoción que caracterizaba a la vida de Pablo. Estas verdades producirán gozo inefable, y trasformarán su vida.

Sin embargo, si es negligente, y si no crece continuamente en el conocimiento y en el aprecio de las riquezas de Cristo, entonces su servicio será una carga pesada en lugar de gozo.

— «riquezas», las riquezas gloriosas de la herencia (1:7). esta riqueza es la herencia de Dios («su herencia»). Es su riqueza » en los santos» (no dice «de» los santos). «Nuestras riquezas están en Dios, las de El en nosotros» (Robertson).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

alumbrando los ojos de vuestro entendimiento. Efe 5:8; Sal 119:18; Isa 6:10; Isa 29:10, Isa 29:18; Isa 32:3; Isa 42:7; Mat 13:15; Luc 24:45; Hch 16:14; Hch 26:18; 2Co 4:4, 2Co 4:6; Heb 10:32.

cuál sea sea la esperanza. Efe 2:12; Efe 4:4; Rom 5:4, Rom 5:5; Rom 8:24, Rom 8:25; Gál 5:5; Col 1:5, Col 1:23; 1Ts 5:8; 2Ts 2:16; Tit 2:13; Tit 3:7; 1Pe 1:3; 1Jn 3:1-3.

a que él os ha llamado, o de su llamamiento. Efe 4:1; Rom 8:28-30; Flp 3:14; Col 3:15; 1Ts 2:12; 2Ts 1:11; 1Ti 6:12; 1Pe 3:9; 1Pe 5:10.

las riquezas de la gloria de su herencia. Efe 1:7, Efe 1:11; Efe 3:8, Efe 3:16.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

los ojos de vuestro entendimiento: Alude al entendimiento espiritual. Para hablar de esto, Pablo usa palabras que describen al corazón que busca con ojos que fueron encendidos con luz divina.

cuál es la esperanza: Un cristiano puede esperar muchas cosas, pero hay sólo una que todos los cristianos tienen en común (Efe 4:4), el Señor Jesucristo (Col 1:5, Col 1:27). En Él encontramos verdadera esperanza y verdadera riqueza.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

alumbrando los ojos de vuestro entendimiento. Una mente con iluminación espiritual es el único medio que permite entender y apreciar de verdad la esperanza y la herencia en Cristo, así como vivir para Él en obediencia.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:18 — «alumbrando los ojos de vuestro entendimiento». Jesucristo nos dice en Mat 6:22-23, «La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas». «Lo que el ojo es al cuerpo, el entendimiento lo es al alma» (Filo).
Cristo abrió los ojos físicos para que creamos que El puede abrir los ojos espirituales.
El evangelio es el instrumento, Hch 26:18. El prejuicio y la rebeldía ciegan los ojos (Mat 13:11-16; 2Co 4:4). La falta de entendimiento queda en uno mismo; nadie puede inculpar a Dios. Pablo quiere que el entendimiento sea completo y correcto. Si el hombre se instruye incorrectamente, de nada le sirve el celo (Rom 10:2-3). Por lo tanto, Pablo dice en esta carta (5:17), «no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor».
— «cuál es la esperanza», la plenitud de ella; porque «la tenemos como segura y firme ancla del alma» (Heb 6:19). Esta esperanza no será realizada si no tenemos sincera devoción para con Cristo. Es imposible ver al cielo sino por El. Si no sentimos gozo en los servicios de culto, alabando a Cristo y sirviéndole «de corazón» (Col 3:23), y si Cristo no es nuestra vida ahora (Flp 1:21; Col 3:4), entonces ¿cuál es nuestra esperanza de estar con El en el cielo? Un gran equívoco de muchos es que piensan tener esperanza del hogar celestial sin vestirse de Cristo en su vida diaria. Léase con cuidado Flp 1:20-24; Flp 3:8-14; la actitud de Pablo era de que Cristo es el objeto supremo de nuestra existencia, en la vida o en la muerte. Es cierto que el cristiano espera heredar el hogar celestial, pero es necesario tener presente que Cristo es la puerta, El es nuestra esperanza.
En este texto (1:17-19) Pablo carga su expresión con el ferviente deseo de que reconozcamos más profundamente lo excelente, lo grandioso, lo rico de nuestras bendiciones en Cristo. No basta dar servicio de labios a estas grandes verdades cuando el corazón está lejos de El (Mat 15:8). Nos urge tener amplia comprensión de su amor (3:16-19), y la consecuente devoción que ésta producirá.
Es posible que un grupo de discípulos se reúna cada domingo para cantar himnos sin que la cuerda del corazón sea tocada una sola vez (5:19). Se puede dar aprobación a toda verdad celestial sin sentir alguna emoción. Pero si el cristiano escucha con atención a lo que le dice Pablo en este texto, y si se esfuerza por cumplir con esta exhortación, será humillado cuando peque, y su vida se irá afinando espiritualmente para que esta bendita fe y esperanza produzcan la devoción que caracterizaba a la vida de Pablo. Estas verdades producirán gozo inefable, y trasformarán su vida.
Sin embargo, si es negligente, y si no crece continuamente en el conocimiento y en el aprecio de las riquezas de Cristo, entonces su servicio será una carga pesada en lugar de gozo.
— «riquezas», las riquezas gloriosas de la herencia (1:7). esta riqueza es la herencia de Dios («su herencia»). Es su riqueza » en los santos» (no dice «de» los santos). «Nuestras riquezas están en Dios, las de El en nosotros» (Robertson).

Fuente: Notas Reeves-Partain

La expresión con la que inicia el texto es sinónima de la anterior, es una aposición, que a la vez intensifica y lleva el pensamiento un paso más adelante: que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento (lit. “corazón”). Esta metáfora se puede interpretar como una comprensión más profunda de la voluntad de Dios. Así lo hace TLA: «le pido a Dios que les haga comprender con claridad». DHH interpreta la expresión como una referencia a la mente: «Pido que Dios les ilumine la mente». Recordemos que tanto Efe 1:17 como Efe 1:18 no se refieren a un mero conocimiento intelectual de datos e información. Apuntan a un conocimiento íntimo que es experimental, que afecta todo el ser. Cuando en Flp 3:10 Pablo habla de conocer el poder de su resurrección (que es un paralelo importante para este texto), no está pensando en simple información. Habla de experimentar aquí y ahora ese poder de la nueva vida en Jesús, el Mesías.

A continuación, el autor enumera las tres realidades que los efesios deben comprender claramente: La esperanza a que él os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos Efe 1:19 y cuál la extraordinaria grandeza de su poder. Estas constituyen dimensiones del conocimiento de Dios por las cuales Pablo ora a favor de la iglesia. Es decir, ellas explicitan lo que ha dicho en Efe 1:17 sobre el pleno conocimiento de Dios.

Los comentaristas han propuesto distintas maneras de entender estas realidades. Algunos descubren un movimiento de menos a más, en el cual la última petición representa el clímax. Otros piensan que la segunda y tercera peticiones explican la primera. Otros consideran que la tercera indica el medio por el cual las primeras llegan a ser una realidad. Unos más piensan que la segunda indica el contenido de la primera, y la tercera es la base de la segunda.

Es importante anotar aquí que aquello por lo cual Pablo “ora”, es por lo que también “labora”. Al pedir que Dios les ayude a tomar conciencia de las realidades mencionadas y experimentarlas, él mismo ya ha empezado a descubrirles en qué consisten (Efe 1:3-14) y seguirá haciéndolo en el resto de la carta (Efe 1:20-23; Efe 2:1-22; Efe 3:1-21).

Tres de los verbos principales que se usan en Efe 1:3-14 tiene una conexión directa con las tres peticiones de este ruego. Así pues, «la esperanza de su vocación» (RV) ya ha sido señalada en Efe 1:4 con el verbo griego exeléxato, “elegir,” que indica que Dios nos ha elegido “para” un propósito específico: ser santos y sin mancha, ser su ekklesia. (Efe 1:1). Esa es nuestra klesis, “vocación” o “llamamiento,” a la que Pablo regresará en Efe 4:1, Efe 4:4.

De la misma manera, en Efe 1:11 el autor habló de que tuvimos herencia o “fuimos hechos su herencia”. Ahora, Pablo ruega a Dios que abra nuestra mente para darnos cuenta de esa herencia. La volverá a mencionar en Efe 5:5 (cf. Col 1:12; Col 3:24).

En Col 1:13-14 Pablo mencionó que “hemos sido sellados” con el Espíritu. Ahora pide al Padre que nos permita reconocer ese poder que está en nosotros. No es un poder abstracto, es la presencia misma de Dios en nosotros por medio del Espíritu Santo. Este tema abunda en la carta (Efe 1:3, Efe 1:13-14, Efe 1:17, Efe 1:19; Efe 2:18, Efe 2:22; Efe 3:5, Efe 3:7, Efe 3:16; Efe 4:3, Efe 4:4, Efe 4:30; Efe 5:9, Efe 5:18-19; Efe 6:17-18).

«La esperanza de su vocación» (RV) es una indicación de lo que significa ser iglesia. En la medida en que la iglesia tenga una clara visión del para qué fue llamada, de su propósito, la iglesia podrá vivir a la altura de su vocación y mantendrá a toda costa la unidad creada por el Espíritu. El tema de la vocación es central en Efesios, y tiene que ver con la elección a vivir una vida impecable en este mundo (Efe 1:4) como hijos de Dios (Efe 1:5) y como primicias de su nueva creación (Efe 1:9, Efe 1:10) que se manifiesta en la unidad y el shalom (Efe 4:1-4).

Cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos. La expresión está cargada de significado y esto se refleja en los genitivos que se usan. Riquezas se refiere a la extensión de la gloria, que a su vez explica la naturaleza de la herencia.

La herencia es calificada por el genitivo anterior: la gloria. Se puede así traducir como “la gloriosa herencia”. Se refiere así a la grandeza, belleza y honor de la herencia reservada para los santos. Pero además se añade a esta expresión las riquezas. De esta manera el apóstol nos permite ver cuán grande, abundante, plena, rica y gloriosa es la herencia (cf. Efe 3:16 y Col 1:27). Veamos lo que hacen las distintas versiones. RV95 hace una traducción literal y deja la expresión tal y como aparece en el griego. DHH hace de los dos primeros términos adjetivos de la herencia: «cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da al pueblo santo». Algo similar hace la BL traduciendo los dos términos con las palabras «grande y deslumbrante». La TLA interpreta herencia como salvación, deja fuera la gloria o la considera sinónimo de riqueza (lo cual es legítimo, véase BP) y así expresa esa intensificación: «el gran valor de la salvación que él ha dado a los que son suyos» (en forma similar traducen NVI, BNM, NBE). La LPD traduce «los tesoros de gloria que encierra su herencia».

En este caso, tanto DHH como TLA interpretan la herencia como aquello (salvación) que Dios da a su pueblo (también NBE, NVI, BNM, BP, BL) y no en el otro sentido antes indicado, el pueblo de Dios como la herencia de Dios. RV, RV95 y LPD mantienen la ambigüedad del texto griego. Parece ser que casi todas las traducciones siguen el primer sentido, aunque hay comentaristas que la interpretan en el segundo sentido, sugerido en pasajes tales como Deu 4:30; Deu 32:9; Sal 28:9.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

— corazón: Esta palabra debe ser entendida en el rico sentido bíblico que le es propio y según el cual se considera al corazón no sólo como sede de los sentimientos, sino también del conocimiento.

— a su pueblo: Lit. santos. Ver nota a Rom 1:7.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Efe 4:4; Rom 8:24-25; Col 1:5; Col 1:27.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “que él hereda en”.

REFERENCIAS CRUZADAS

u 48 2Co 3:16

v 49 Luc 10:23

w 50 1Pe 1:3

x 51 Col 1:27

y 52 Deu 33:3

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

riquezas de la gloria de su herencia. Se refiere a las abundantes bendiciones que reciben los creyentes.

Fuente: La Biblia de las Américas

18 (1) No sólo necesitamos sabiduría, revelación y ojos para ver, sino que también necesitamos luz para la iluminación de las cosas que nos son reveladas, de manera que tengamos una visión.

18 (2) Ojos para ver las cosas espirituales. Tenemos sabiduría, la capacidad de saber, y la revelación, el revelar las cosas espirituales. No obstante, de todos modos necesitamos ojos, la facultad espiritual de la vista ( Hch_26:18 ; Rev_3:18).

Para que los ojos de nuestro corazón sean alumbrados se requiere que nuestra conciencia, nuestra mente, nuestra parte emotiva y nuestra voluntad, es decir, los componentes de nuestro corazón, sean completamente purificados (cfr. nota 17 (1) del cap.3). Primero, necesitamos un espíritu abierto que tenga una conciencia purificada al confesarnos y deshacernos de nuestros pecados y al ser rociados por la sangre redentora de Cristo ( Heb_9:14 ; 10:22). Luego, necesitamos una mente sobria ( 2Ti_1:7 , y la nota 2), una parte emotiva llena de amor ( Jua_14:21), y una voluntad sumisa ( Jua_7:17), a fin de tener un corazón puro. Cuando tengamos tal espíritu y corazón, los ojos de nuestro corazón tendrán la capacidad de ver.

18 (3) La esperanza del llamamiento de Dios incluye: (1) a Cristo mismo y la salvación que nos traerá cuando regrese ( Col_1:27 ; 1Pe_1:5 , 1Pe_1:9); (2) el traslado que nos llevará de la esfera terrenal y física a la esfera celestial y espiritual, junto con la glorificación ( Rom_8:23-25 , Rom_8:30 ; Flp_3:21); (3) el gozo de ser reyes juntamente con Cristo en el milenio ( Rev_5:10 ; 2Ti_4:18); y (4) el disfrute consumado de Cristo en la Nueva Jerusalén, con las bendiciones universales y eternas en el cielo nuevo y la tierra nueva ( Rev_21:1-7 ; 22:1-5).

18 (4) El llamamiento de Dios es la suma total de todas las bendiciones enumeradas en los vs.3-14; la elección y predestinación de Dios el Padre, la redención de Dios el Hijo, y el sello y el darse en arras de Dios el Espíritu.

Cuando fuimos llamados, participamos de la elección y predestinación del Padre, la redención del Hijo, y el sellar y el darse en arras del Espíritu.

18 (5) La gloria de Dios tiene riquezas, las cuales son los muchos y variados atributos divinos de Dios, tales como luz, vida, poder, amor, justicia y santidad, expresados en varios grados.

18 (6) Primero, Dios nos hizo Su herencia (v.11a), Su posesión adquirida (v.14b), y nos hizo participar de todo lo que El es, de todo lo que El tiene y de todo lo que El ha realizado, como nuestra herencia (v. 14a). Finalmente, todo esto llegará a ser la herencia de Dios en los santos por la eternidad.

Esta será Su expresión eterna, Su gloria con todas Sus riquezas, las cuales lo expresarán plena, universal y eternamente.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

de vuestro entendimiento. Mejor, de vuestro corazón (RV 1977, margen). El «corazón», en las Escrituras, es considerado el verdadero centro de la vida.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

habiendo iluminado… Nótese que el participio gr. pefotisménous es término adicional del verbo dídomi → v. Efe 1:17. Es decir, después de haber iluminado los ojos del corazón, os dé; corazón… M↓ omiten corazón; sepáis… Lit. saber vosotros.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., siendo

Fuente: La Biblia de las Américas

Nótese que el participio gr. en acusativo es término adicional del verbo g v.17. Es decir, una vez que hayan sido iluminados los ojos del corazón, os déu8230?

1.18 M i omiten corazón.

Fuente: La Biblia Textual III Edición