Comentario de Efesios 1:19 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
y cuál la inmensurable grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la operación del dominio de su fuerza.
1:19 — «supereminente», exceder, sobrepujar (2:7, «abundantes»; 3:19, «excede»; 2Co 3:10, «más eminente»; 2Co 9:14, «superabundante»). Pero si no tenemos nuestros «ojos alumbrados», no sabemos apreciar «la supereminente grandeza de su poder». El mismo poder creador revelado en Gén 1:1-31 y el poder que resucitó a Cristo (1:20), obra en nosotros para efectuar nuestra completa conversión y transformación a la imagen de Su Hijo (2Co 3:18), y un día este mismo poder «transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas» (Flp 3:21).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
la supereminente grandeza de su poder. Efe 2:10; Efe 3:7, Efe 3:20; Sal 110:2, Sal 110:3; Isa 53:1; Jua 3:6; Hch 26:18; Rom 1:16; 2Co 4:7; 2Co 5:17; Flp 2:13; Col 1:29; Col 2:12; 1Ts 1:5; 2Ts 1:11; Stg 1:18.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
SU PODER. Para que los creyentes crezcan en gracia, logren victoria sobre Satanás y el pecado, testifiquen de Cristo con eficacia y alcancen la salvación final, deben conocer el accionar del poder de Dios (cf. 1Pe 1:5). Ese poder es acción, manifestación y fortaleza del Espíritu Santo obrando dentro de los creyentes fieles. Es el mismo poder y Espíritu que resucito a Cristo y lo sentó a la derecha de Dios (Efe 1:20; Rom 8:11-16; Rom 8:26-27; Gál 5:22-25).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
supereminente grandeza de su poder. El gran poder de Dios, aquel mismo poder que resucitó a Jesús de los muertos y lo levantó en su ascensión para llevarlo de regreso a la gloria para sentarse a la diestra de Dios, es dado a cada creyente en el momento de su salvación y siempre está a su disposición (cp. Hch 1:8; Col 1:29). Por ende, Pablo no oró para que el poder de Dios fuera dado a los creyentes, sino que los creyentes fueran conscientes del poder que ya poseían en Cristo y que lo usaran (cp. Efe 3:20).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:19 — «supereminente», exceder, sobrepujar (2:7, «abundantes»; 3:19, «excede»; 2Co 3:10, «más eminente»; 2Co 9:14, «superabundante»). Pero si no tenemos nuestros «ojos alumbrados», no sabemos apreciar «la supereminente grandeza de su poder». El mismo poder creador revelado en Gén 1:1-31 y el poder que resucitó a Cristo (1:20), obra en nosotros para efectuar nuestra completa conversión y transformación a la imagen de Su Hijo (2Co 3:18), y un día este mismo poder «transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas» (Flp 3:21).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Nuevamente nos encontramos, al principio y final de este versículo, con tres sustantivos colocados en sucesión y ligados con genitivos. (cf. Efe 2:7 y Efe 3:7, Efe 3:19; Efe 6:10; Col 1:11). Este uso de sinónimos, común en la carta, busca lograr un efecto retórico considerable. Es un notable intento de describir la plenitud y grandeza del poder divino.
El primer término, “incomparable” (extraordinaria), es un participio en griego que funciona como un superlativo y que manifiesta el hecho de que no existe punto o grado de comparación para el poder de Dios. El segundo término, grandeza, señala el punto o grado más alto de una categoría (único lugar que ocurre en el NT). Poder se refiere a la capacidad para realizar o lograr lo propuesto (BP lo traduce como «eficacia»). El énfasis cae en la “potencialidad” para realizar algo.
Ese poder es para con nosotros los que creemos. Expresión que señala la realidad de que dicho poder ya se ha ejercido en nosotros cuando creímos en el evangelio (Efe 1:13-14; Efe 2:1-10), se sigue ejerciendo en el presente, y seguirá siendo una realidad en el futuro. Ya hemos dicho que el poder es una alusión directa al Espíritu Santo que está en la vida del cristiano.
La acción de su fuerza poderosa. Como si fuera poco, nuevamente el autor hace una nueva referencia al poder de Dios con otra acumulación de términos, igualmente cargada y significativa. La expresión busca intensificar al máximo la descripción del poder divino. Así, se indica la forma más alta y sublime del poder de Dios. Pablo quiere señalar la superioridad única y absoluta del poder que Dios ejerció en la resurrección de Jesús (Efe 1:21-23) y en la de su pueblo (Efe 2:1-10). A esa fuerza poderosa ahora la introduce con la palabra según. El término se refiere a la manera por la cual Dios obra a favor de su Mesías y de su pueblo, como veremos a continuación. La palabra se puede traducir “de acuerdo con”, “como se vio en”, e indica la conformidad con una norma. Algunos comentaristas hacen una distinción entre los tres términos. El primero indica su acción o efecto real; el segundo, su carácter y el tercero, su naturaleza inagotable. Otros más, los consideran sinónimos.
Más importante es señalar que al usar cuatro términos para referirse al poder de Dios, Pablo puede estar haciendo uso de un recurso retórico por el cual se indica la totalidad y plenitud de algo, por medio del número cuatro. Esto sería paralelo a la repetición en el versículo Efe 1:21 de cuatro poderes espirituales perversos. Así, a ellos se contrapone el poder superior e incomparable de Dios para vencerlos, el Espíritu Santo, como efectivamente se indica en los vv. Efe 1:20 al Efe 1:23.
Veamos ahora lo que han hecho las distintas versiones. RV tiene una bella expresión que capta muy bien el sentido del original: «aquella supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, por la operación de la potencia de su fortaleza». La primera expresión manifiesta bien la intensificación del texto original y usa términos superlativos. Lo mismo sucede con la segunda. Similar traducción encontramos en la BNM: «soberana grandeza de su poder». Idéntica la BJ: « acción de su potente fuerza».
RV95 cuál la extraordinaria grandeza de su poder (idéntico el LPD) para con nosotros los que creemos, según la acción de su fuerza poderosa. Sigue de cerca a la RV pero sustituye algunos términos haciéndolos más precisos y claros para el lector moderno. En el proceso, pierde fuerza y no logra transmitir la fuerza del sentido original. NBE traduce: «qué extraordinaria su potencia (BP la grandeza extraordinaria de su poder) eficacia de su poderosa fuerza». NVI es muy similar: «cuán incomparable es la grandeza de su poder la fuerza grandiosa y eficaz».
DHH: « y cuán grande y sin límites es su poder, el cual actúa en nosotros los creyentes. Este poder es el mismo que Dios mostró con tanta fuerza y potencia cuando resucitó a Cristo». Aquí aunque la traducción hace más fácil la lectura, no logra transmitir la fuerza del original. En ambas expresiones, le ha dado a los dos primeros términos un sentido adjetival.
TLA: « el gran poder con que nos ayuda en todo. Es un poder sin límites, el mismo que Dios usó para resucitar a Cristo». En forma similar a DHH, el texto comunica con claridad y sencillez la idea, pero pierde mucha de la fuerza original, e incluso elimina uno de los términos, en cada expresión. La virtud de esta traducción es que evita la abstracción de los términos para poder y los hace concretos al hablar del «gran poder de Dios con el que nos ayuda en todo». La BL ha reducido de tal manera ambas expresiones que empobreció sobremanera su traducción: con qué extraordinaria fuerza actúa El en favor de los que hemos creído.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Rom 1:4; Rom 8:11; 1Co 6:14; Col 2:12; Flp 3:10.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
z 53 2Co 13:4
a 54 Col 1:29
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
19 super (1) Según la oración del apóstol, el tercer aspecto que debemos conocer es la supereminente grandeza del poder de Dios para con nosotros. Para nosotros hoy esto es muy subjetivo y lo podemos experimentar. El poder de Dios para con nosotros es sumamente grande. Necesitamos conocerlo y experimentarlo.
19 super (2) La supereminente grandeza del poder de Dios para con nosotros concuerda con la operación del poder de Su fuerza, que El hizo operar en Cristo. El poder de Dios para con nosotros es el mismo poder que El hizo operar en Cristo. Cristo es la Cabeza, y nosotros somos el Cuerpo. El Cuerpo participa del poder que opera en la Cabeza.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
poderosa fuerza… Genitivo atribuido.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
O, la energía