por encima de todo principado, autoridad, poder, señorío y todo nombre que sea nombrado, no sólo en esta edad sino también en la venidera.
1:21 — «sobre todo principado y autoridad y poder y señorío». Cristo fue exaltado a un nivel infinitamente más alto que cualquier ser celestial (Mat 28:18; Rom 8:38; Flp 2:9; 1Pe 3:22). En Efe 6:12 estos términos significan espíritus malos. En Col 1:15-18; Col 2:10 Pablo afirma con varios argumentos sumamente eficaces la supremacía y el preeminencia de Cristo. «Todos estos títulos (Efe 1:21) se usaban en las especulaciones gnósticas con respecto a una jerarquía angélica graduada» (Robertson). Y Pablo, empleando estos mismos términos, afirma el señorío de Cristo. ¡Qué lástima y tragedia que tantos hombres quisieran eclipsar para sí mismos este dominio de Cristo con el supuesto señorío de sus líderes religiosos!Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
sobre todo. Flp 2:9, Flp 2:10; Col 2:10; Heb 1:4.
principado. Efe 3:10; Efe 6:12; Dan 7:27; Rom 8:38, Rom 8:39; Col 1:15, Col 1:16; Col 2:15; Heb 4:14; 1Pe 3:22.
todo nombre que se nombra. Mat 28:19; Hch 4:12; Flp 2:9-11; Apo 19:12, Apo 19:13.
sino también en el venidero. Mat 25:31-36; Mat 28:18; Jua 5:25-29; Heb 2:5; Apo 20:10-15.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Los judíos de la época de Cristo entendían que los tiempos finales debían dividirse en períodos de tiempo, la era en que vivían y la era venidera. El Mesías, llamado «el que ha de venir», gobernaría en la era venidera.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Pablo quería que los creyentes comprendieran la grandeza de Dios en comparación a los demás seres y entidades celestiales. Los términos «principado y autoridad y poder y señorío» eran la alusión tradicional que hacían los judíos para designar a los seres angelicales de más alto rango entre las huestes de Dios, quien está por encima de todos ellos (cp. Apo 20:10-15).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:21 — «sobre todo principado y autoridad y poder y señorío». Cristo fue exaltado a un nivel infinitamente más alto que cualquier ser celestial (Mat 28:18; Rom 8:38; Flp 2:9; 1Pe 3:22). En Efe 6:12 estos términos significan espíritus malos. En Col 1:15-18; Col 2:10 Pablo afirma con varios argumentos sumamente eficaces la supremacía y el preeminencia de Cristo. «Todos estos títulos (Efe 1:21) se usaban en las especulaciones gnósticas con respecto a una jerarquía angélica graduada» (Robertson). Y Pablo, empleando estos mismos términos, afirma el señorío de Cristo.
¡Qué lástima y tragedia que tantos hombres quisieran eclipsar para sí mismos este dominio de Cristo con el supuesto señorío de sus líderes religiosos!
No hay más grandes ofensores en este respecto que los «Testigos» del Atalaya, quienes profesan aceptar este texto, pero niegan la deidad de Cristo. En su torcida «versión» (perversión) de Las Escrituras afirman que Cristo es «un dios» (véase Jua 1:1, Versión del Nuevo Mundo). Para los judíos la idea de llamar a Jesús un dios creado por Jehová hubiera sido politeísmo, la blasfemia más abominable. Si alguien se hubiera atrevido a enseñar tal doctrina en el primer siglo, los apóstoles lo hubieran denunciado con toda vehemencia, como Juan denunció a los anticristos (1Jn 2:18; 1Jn 4:3). Los «Testigos» son de los más activos anticristos de tiempos modernos.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Las primeras dos palabras (sobre todo) de este texto indican tanto la supremacía de Cristo como la amplitud de su soberanía. La versión que mejor capta su fuerza es la NVI: «muy por encima». Luego, se mencionan cuatro categorías de seres que poseen autoridad, sin indicar si son buenos o malos. El número cuatro representa una totalidad cósmica. Los nombres indican el alto rango que poseen: principado y autoridad, poder y señorío. (cf. Col 1:16; Col 2:10; 1Pe 3:21-22; cf. Efe 3:10; Efe 6:12).
Se han hecho intentos por explicar la lista como un orden jerárquico descendiente, mencionados de mayor a menor rango, o bien tomando el segundo y cuarto como explicaciones del primero y tercero respectivamente, y otras explicaciones similares. Ninguna con la fuerza suficiente para convencer a todos los exegetas. Es mejor considerarlos, como ya dijimos, como una manera de representar la totalidad de poderes en el universo que controlan la existencia humana.
Hay quienes consideran que estos términos son una metonimia por medio de la que se menciona el atributo de un ser para referirse a él mismo. Esta puede ser la razón de que algunas traducciones pongan con mayúsculas estos términos personificándolos. La BNM dice: «por encima de toda Jerarquía, Potestad, Virtud y Soberanía» (en forma similar la BL).
Es importante reconocer que estas categorías no siempre se pueden expresar con claridad en otros idiomas. En tal caso, será suficiente expresar el hecho de que Cristo tiene dominio sobre todo tipo de autoridad, terrena y espiritual. Es lo que hace la TLA cuando traduce así: «Con ese gran poder, Dios le dio a Cristo dominio sobre todos los espíritus que tienen poder y autoridad, y sobre todo lo que existe en este mundo y en el nuevo mundo que vendrá».
Nótese que TLA ha introducido la idea de «espíritus» al texto. En el contexto de la carta (Efe 3:10 y Efe 6:12) resulta claro que ese es el caso. En ambos pasajes se hace alusión a estos seres que habitan los lugares celestiales (Efe 3:10) o bien que no son de carne y sangre (Efe 6:12). Aún así, nos parece que no se justifica en este pasaje añadir la idea de que son seres espirituales. El autor puede estar pensando en términos más amplios y deliberadamente estar haciendo una alusión a los poderes políticos de su época. La interpretación de TLA limita las posibilidades del texto. La NVI en su traducción parece sugerir esa idea: muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio.
y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero. Esta expresión nos permite ver que la anterior lista no abarca todo lo que se quiere decir y que en realidad, ahora por medio de esta expresión, se abarca la totalidad de los poderes y autoridades en el universo, intensificando así la primera expresión por medio de este paralelismo. Tanto la primera parte de la expresión, todo nombre que se nombra, como la segunda, no solo en este siglo, sino también en el venidero, señalan con claridad la universalidad del señorío de Jesús. Jesús es Señor de todo el universo, por toda la eternidad (Mat 28:16-20).
La clave para la traducción de este versículo es entender a lo que la palabra nombre se refiere. Está claro, por el contexto mismo del pasaje, que no se refiere a nombres ordinarios de personas. Son más bien títulos de autoridad, rangos y jerarquías. Incluso, el adjetivo todo apunta e intenta cubrir la totalidad de los seres creados, en la tierra y en los cielos (y entre estos, buenos y perversos).
En este contexto debemos recordar que en la cultura de Asia Menor el papel que la magia, la astrología y las religiones de misterio jugaban era sumamente importante. Los nombres de dioses, espíritus y demonios eran portadores de poder, y su uso equivalía a desencadenar el poder de dicho ser a favor o en contra de la persona. Los nombres, entonces, eran de sumo valor. Los magos poseían el conocimiento secreto de ciertos nombres cuyo uso era de suprema importancia para manipular esas fuerzas espirituales y dirigirlas a la vida de las personas. Nuestro texto haría alusión a esta realidad y apuntaría al hecho de que la autoridad de Jesús es sumamente superior a cualquier nombre y a todos juntos.
Para apoyar la idea de que nombre se refiere a “títulos de autoridad” (HTE) y que es una manera de indicar que el nombre de Cristo es superior a cualquier nombre que exista en el universo, muchos exegetas citan algunos textos (Flp 2:9-11; Heb 1:4; 1Pe 3:22), en cuyo contexto se interpreta la palabra nombre como sinónimo de jerarquía o autoridad. Una posible traducción sería: “Su nombre/autoridad es superior y más importante que el nombre/autoridad de todos los jefes que gobiernan”. La NBE traduce así: «y de todo título reconocido no sólo en esta edad, sino también en la futura». La BP mantiene la idea con ligeras variaciones: «y de cualquier título que se pronuncie en este mundo o en el venidero». Esta traducción permite leer el uso mágico de los nombres o títulos. Nótese que también se ha cambiado “edad” por “mundo”.
La otra expresión importante, que ya señalamos en cuanto a su alcance, es no solo en este siglo, sino también en el venidero. La traducción de RV95 de la palabra siglo es acertada, ya que el término griego tiene el sentido temporal de «era», «edad» (NBE) o mejor «tiempo» (DHH). En su comprensión de la historia, los judíos hablaban de la era presente y de la era venidera, para referirse a los días antes de la llegada del Mesías y a los días de su reinado. A veces la palabra griega aioon también se traduce como “mundo.”
Veamos ahora cómo han traducido esta segunda parte del versículo las diversas traducciones, además de la RV95 que citamos arriba (que no difiere de la RV). DHH dice así: «poniéndolo por encima de todo poder, autoridad, dominio y señorío, y por encima de todo lo que existe, tanto en este tiempo como en el venidero». Esta versión ha generalizado la expresión «nombre» para referirse a toda la creación. La TLA traduce así: «y sobre todo lo que existe en este mundo y en el nuevo mundo que vendrá». También ha optado por una expresión genérica y ha usado la palabra «mundo» para traducir la expresión temporal aioon. La NVI alude al hecho del uso cúltico y mágico de los nombres en aquella época, cuando hace esta traducción: «y de cualquier otro nombre que se invoque, no sólo en este mundo sino también en el venidero». LPD lee: «de cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en este mundo como en el futuro». Dado que ha usado el nombre de los poderes con mayúscula, la lectura sigue aquí un sentido más secular y terreno de los términos. De manera similar la BNM, que también pone con mayúsculas los nombres de los poderes, traduce la segunda parte de esta manera: «y sobre todo título que se mencione no sólo en este mundo sino en el venidero». La BL ha puesto de realce la naturaleza sobrenatural de los “nombres” y ha hecho esta traducción: «y cualquier otra fuerza sobrenatural que se pueda mencionar, no sólo en este mundo sino también en el venidero». Como ya hemos explicado, esta traducción elimina el uso terreno que estos términos tienen en el lenguaje bíblico.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Mat 28:18; Flp 3:9; Col 1:15-20; Col 2:10; Heb 1:3-4.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— principado, potestad, autoridad y dominio: Nombres simbólicos utilizados en la angelología judía para designar a otras tantas jerarquías angélicas. El denominador común de las cuatro mencionadas (se solían enumerar hasta nueve en total) es el poder. Pueden designar tanto a los poderes del bien como a las fuerzas del mal (ver Col 2:15). La antigüedad consideraba que estas fuerzas espirituales participaban en el gobierno del universo físico y del mundo religioso (ver Col 1:16).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) O léase: “orden de cosas”. Gr.: ai·ó·ni; lat.: saé·cu·lo; J17,18,22(heb.): ba·‛oh·lám haz·zéh, “en este orden de cosas”.
REFERENCIAS CRUZADAS
e 58 1Co 15:24; Col 2:10; Heb 1:4
f 59 Hch 4:12; Flp 2:9
g 60 1Co 2:6
h 61 Heb 6:5
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
21 (1) Principado se refiere al cargo más elevado, autoridad a toda clase de poder oficial ( Mat_8:9); poder simplemente se refiere a la fuerza de la autoridad, y señorío a la preeminencia que el poder establece. Después de esto vemos que lo enumerado aquí incluye no sólo las autoridades angélicas y celestiales, ya sean buenas o malas, sino también las humanas y terrenales. El Cristo ascendido fue sentado por el gran poder de Dios, muy por encima de todo principado, autoridad, poder y señorío del universo.
21 (2) La expresión todo nombre que se nombra no sólo se refiere a los títulos de honor, sino también a todo nombre. Cristo fue sentado por encima de todo nombre que se nombra no sólo en este siglo, sino también en el venidero.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
principado y autoridad y poder y señorío. Estas palabras, en el argot rabínico de aquel tiempo, describían diferentes órdenes de ángeles (cp. Rom 8:38; Efe 3:10; Efe 6:12; Col 1:16; Col 2:10; Col 2:15; Tit 3:1).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
O, mundo, o, tiempo