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Comentario de Efesios 4:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Efesios 4:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,

4:12 — «a fin de perfeccionar a los santos». «Para la capacitación de los santos» (La Biblia de las Américas). La palabra empleada aquí (katartizo) significa equipar, poner en orden, arreglar, ajustar; en fin, preparar y capacitar, para algún servicio; luego, fortalecer, perfeccionar, y hacer de uno lo que debe ser.

Oramos por vuestra perfección… perfeccionaos» (2Co 13:9; 2Co 13:11). «Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos» (1Jn 1:8); la palabra «perfeccionar» no significa «sin pecado», sino que seamos maduros. «Vamos adelante a la perfección (madurez)» en el conocimiento (Heb 5:14; Heb 6:1); «sed perfectos» en amor, amando tanto a los enemigos como a los amigos (Mat 5:48); «perfeccionando la santidad» (2Co 7:1); «seáis perfectos» soportando pruebas (Stg 1:2-4); y perfeccionar la fe por las obras (Stg 2:22).

— «para la obra del ministerio». Se refiere al servicio en general, tanto el servicio de ministrar a las necesidades físicas de los miembros, como también al ministerio de la palabra.

— «para la edificación del cuerpo de Cristo», el gran propósito de estos oficios, dones, ayudas, facultades y poderes espirituales, tanto los milagrosos como los no milagrosos. Recuérdese que todavía la iglesia tiene a los apóstoles y profetas en sus escritos, y éstos siguen enseñando, exhortando, reprendiendo y confirmando.

Igualmente los oficios de evangelistas y pastores (y maestros) son para la edificación del cuerpo. Lo que edificaba a la iglesia en el primer siglo fue la palabra, no los milagros. Hch 20:32, Pablo no dice «os encomiendo a Dios y a los milagros que tienen poder para sobreedificaros», sino «os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros». En la actualidad nosotros tenemos esa misma palabra, inspirada por Dios, que la iglesia primitiva recibió, y esa palabra tiene el mismo poder ahora que el que tenía en aquel entonces «para la edificación del cuerpo de Cristo».

En el primer siglo había hombres inspirados para escribir un libro inspirado (el Nuevo Testamento). Nosotros tenemos en la actualidad ese mismo libro inspirado.

En cuanto al uso correcto de los dones milagrosos (los nueve dones del Espíritu) véase 1Co 14:1-40, capítulo largo que analiza el uso correcto de los dones para este fin, y corrige los abusos de hablar en lenguas cuando no había interpretación, cosa que no edificaba.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

a fin de perfeccionar, o capacitar. Luc 22:32; Jua 21:15-17; Hch 9:31; Hch 11:23; Hch 14:22, Hch 14:23; Hch 20:28; Rom 15:14, Rom 15:29; 1Co 12:7; 2Co 7:1; Flp 1:25, Flp 1:26; Flp 3:12-18; Col 1:28; 1Ts 5:11-14; Heb 6:1; Heb 13:17.

para la obra del ministerio. Hch 1:17, Hch 1:25; Hch 20:24; Rom 12:7; 1Co 4:1, 1Co 4:2; 2Co 3:8; 2Co 4:1; 2Co 5:18; 2Co 6:3; Col 4:17; 1Ti 1:12; 2Ti 4:5, 2Ti 4:11.

para la edificación. Efe 4:16, Efe 4:29; Rom 14:19; Rom 15:2; 1Co 14:4, 1Co 14:5, 1Co 14:12, 1Co 14:14, 1Co 14:26; 2Co 12:19; 1Ts 5:11.

del cuerpo de Cristo. Efe 4:4; Efe 1:23; Col 1:24.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Se presentan aquí tres etapas de crecimiento: a los líderes dotados se les hace responsables de perfeccionar a los santos; los santos perfeccionados realizan la obra del ministerio; y el resultado es la edificación del cuerpo de Cristo. La meta final es la madurez, la verdad y el amor.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

perfeccionar. Esto se refiere a restaurar algo a su condición original, o a que sea hecho apto o completo. En este contexto se refiere a llevar a los cristianos del pecado a la obediencia. La Palabra de Dios es el elemento clave de este proceso (vea las notas sobre 2Ti 3:16-17; cp. Jua 15:3). santos. Todos los que creen en Jesucristo. Vea la nota sobre Efe 1:1. la obra del ministerio. El servicio espiritual requerido de todo cristiano y no solo de los líderes en la iglesia (cp. 1Co 15:58). la edificación del cuerpo de Cristo. La edificación, la nutrición y el desarrollo espiritual de la Iglesia (cp. Hch 20:32).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

4:12 — «a fin de perfeccionar a los santos». «Para la capacitación de los santos» (La Biblia de las Américas). La palabra empleada aquí (katartizo) significa equipar, poner en orden, arreglar, ajustar; en fin, preparar y capacitar, para algún servicio; luego, fortalecer, perfeccionar, y hacer de uno lo que debe ser.
Oramos por vuestra perfección… perfeccionaos» (2Co 13:9; 2Co 13:11). «Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos» (1Jn 1:8); la palabra «perfeccionar» no significa «sin pecado», sino que seamos maduros. «Vamos adelante a la perfección (madurez)» en el conocimiento (Heb 5:14; Heb 6:1); «sed perfectos» en amor, amando tanto a los enemigos como a los amigos (Mat 5:48); «perfeccionando la santidad» (2Co 7:1); «seáis perfectos» soportando pruebas (Stg 1:2-4); y perfeccionar la fe por las obras (Stg 2:22).
— «para la obra del ministerio». Se refiere al servicio en general, tanto el servicio de ministrar a las necesidades físicas de los miembros, como también al ministerio de la palabra.
— «para la edificación del cuerpo de Cristo», el gran propósito de estos oficios, dones, ayudas, facultades y poderes espirituales, tanto los milagrosos como los no milagrosos. Recuérdese que todavía la iglesia tiene a los apóstoles y profetas en sus escritos, y éstos siguen enseñando, exhortando, reprendiendo y confirmando.
Igualmente los oficios de evangelistas y pastores (y maestros) son para la edificación del cuerpo. Lo que edificaba a la iglesia en el primer siglo fue la palabra, no los milagros. Hch 20:32, Pablo no dice «os encomiendo a Dios y a los milagros que tienen poder para sobreedificaros», sino «os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros». En la actualidad nosotros tenemos esa misma palabra, inspirada por Dios, que la iglesia primitiva recibió, y esa palabra tiene el mismo poder ahora que el que tenía en aquel entonces «para la edificación del cuerpo de Cristo».
En el primer siglo había hombres inspirados para escribir un libro inspirado (el Nuevo Testamento). Nosotros tenemos en la actualidad ese mismo libro inspirado.
En cuanto al uso correcto de los dones milagrosos (los nueve dones del Espíritu) véase 1Co 14:1-40, capítulo largo que analiza el uso correcto de los dones para este fin, y corrige los abusos de hablar en lenguas cuando no había interpretación, cosa que no edificaba.

Fuente: Notas Reeves-Partain

En los enunciados siguientes (vv. Efe 4:12-13), debemos notar la manera en que éstos se encuentran estructurados para descubrir cómo se relacionan entre sí las diversas oraciones gramaticales. La idea dominante viene del v. Efe 4:11 : Cristo dio dones y ministerios a la iglesia. Esto tiene un propósito específico: a fin de perfeccionar a los santos. A la vez, este propósito, que no es un fin en sí mismo, tiene dos objetivos concretos, introducidos por la misma preposición griega eis, traducida aquí con para:

para la obra del ministerio,

para la edificación del cuerpo de Cristo.

Dichos objetivos son tarea permanente de todos hasta que (nótese esta condición temporal) se logre una doble finalidad (gr. eis), a la:

todos lleguemos a la unidad de la fe

y del conocimiento del Hijo de Dios,

Luego, usando dos veces más la misma preposición (gr. eis), traducida al y a la, se indica la dirección hacia la que todo lo anterior se dirige, es decir, hacia la meta última del ministerio de los dones especiales y de los santos:

al hombre perfecto,

a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

Consideremos ahora algunas de las palabras clave de estos enunciados a fin de traducirlas adecuada y claramente.

Perfeccionar puede sugerir, en castellano y en otros idiomas, la idea de que se busca que la persona no tenga errores ni defectos, que sea perfecta. El término griego más bien sugiere la idea de lograr que alguien esté totalmente preparado para desempeñar eficientemente una tarea. Algunos de sus usos literales eran reparar, restaurar, reubicar. Por ello, las traducciones han optado por términos como «capacitar» (TLA, NVI, BLA), «preparar» (DHH, BL), «equipar» (NBE, BNM), «formar» (BP), «el recto ordenamiento de los santos» (BJ), «organizar» (LPD). La tarea de los oficios mencionados en el v. Efe 4:11 es la de habilitar y ayudar a los santos (véase explicación en Efe 1:1), al resto del pueblo de Dios, a cumplir con su tarea específica, que a continuación comentamos.

Obra del ministerio (gr. ergon diakonias). La tarea de los dones mencionados en el v. Efe 4:11 es preparar al pueblo santo de Dios para el servicio a otros. La diaconía es vocación de todos los cristianos. Esa debe ser su marca distintiva. El sustantivo, diakonos, se usaba para describir a quienes realizaban tareas de servidumbre, como servir a la mesa. El sentido de la palabra es ayudar a otros realizando tareas consideradas propias de la servidumbre. El autor se describe a sí mismo como diácono (Efe 3:7), y luego usa el mismo título para describir a Tíquico, el posible pastor de las iglesias receptoras de la carta (Efe 6:21). Aunque la palabra ministerio es acertada, para mucha gente esconde la idea de servicio. Por ello es que las virtudes mencionadas al principio de éste capítulo (Efe 4:2) son tan importantes: “humildad, mansedumbre, paciencia, amor”. Ellas constituyen el ropaje del diácono. Esa es la vestidura que ha de engalanar a la iglesia en su ministerio (diaconía) en el mundo.

La siguiente expresión contiene dos metáforas que no se llevan bien una con otra. La primera, edificar, pertenece al lenguaje de la construcción de edificios, y el autor la ha usado para referirse a la iglesia como el edificio o templo santo de Dios (Efe 2:20-22). La segunda metáfora, el cuerpo de Cristo, también se refiere a la iglesia pero ahora comparada con el cuerpo humano. Estrictamente hablando, no describimos el desarrollo del cuerpo como una edificación, no hablamos de edificar un cuerpo. Esto podría ser un problema en algunos idiomas. En tal caso, se puede usar una expresión como “edificar la iglesia de Cristo” o “fortalecer el cuerpo de Cristo”.

Ambas expresiones, perfeccionar a los santos para la obra del ministerio y la edificación del cuerpo de Cristo, son paralelas y se definen mutuamente. Pueden verse como dos lados de la misma moneda. La primera tiene que ver con la preparación que todo cristiano ha de recibir para servir a los demás. La segunda, se refiere a la responsabilidad que todos tenemos de edificarnos unos a otros (idea que se reiterará en Efe 4:16 y que se desglosará en el resto del capítulo, por ejemplo en Efe 4:29). La primera es requisito de la segunda. La segunda es consecuencia de la primera. Ambas, sin embargo, se desarrollan simultáneamente, en una continua circulación. A medida que somos capacitados, servimos a los demás y los hacemos crecer y madurar. Y cuando crecemos como resultado del servicio que damos y recibimos, estamos mejor capacitados para seguirlo haciendo.

En la traducción que hace TLA del v. Efe 4:12 queda bien claro que el ministerio es tarea de todos los cristianos; se expresa de manera excelente dicho ministerio en términos de servicio y se interpreta la edificación como instrucción. Esto último, a nuestro juicio, limita a un solo aspecto lo que la misma carta considera fruto del uso de múltiples dones, personas y circunstancias. LPD traduce así: «Así organizó a los santos para la obra del ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo». Es importante resaltar que esta versión liga el establecimiento de líderes (v. Efe 4:11), por medio de la palabra «así», para referirse a la manera de organizar a los santos. Además, considera la primera parte como preparatoria para la segunda. BNM tiene una muy buena traducción: «con objeto de equipar a los hermanos en la fe para las tareas del servicio divino, y hacer que así se desarrolle el cuerpo de Cristo». Como se puede observar, los dones enlistados en el versículo anterior tienen un objetivo: “equipar”. La versión ha usado «hermanos en la fe» para santos, que no es la mejor equivalencia (NBE ofrece una mejor traducción: «consagrados»). Diakonía se ha traducido como «servicio divino». Esta forma de calificar el servicio puede resultar inadecuada en otros contextos. También se considera la primera parte como preparatoria para la segunda. Se ha cambiado la metáfora edificar por una más apropiada a la idea del cuerpo: «desarrollar».

La finalidad última de todo este proceso, expresada en el v. Efe 4:13 por la triple repetición de la preposición griega eis, es que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios. Primero debemos notar la importancia que la palabra todos tiene en este contexto. Ella acentúa el carácter comunitario de la vida cristiana. El crecimiento y la madurez no se alcanzan aislados de los demás, individual y egoístamente. Todos debemos llegar juntos a la meta. La traducción debe dejar claro este elemento y acentuarlo. Ya hemos visto poco antes su importancia en Efe 3:18.

Esa meta se expresa, en primer lugar, como la unidad de la fe (véase el comentario en Efe 4:3 y Efe 4:5). La expresión es un tanto críptica y requiere entenderse mejor para traducirse con claridad. En Efe 4:3-4 se usó esta idea por primera vez. Es interesante que la unidad que somos llamados a guardar sea también una meta. Es punto de partida y de llegada. Es también camino por el cual debemos andar.

Un significado de esa expresión, tomada en el sentido subjetivo de la fe, se puede parafrasear así: “hasta que todos lleguemos a tener la misma fidelidad al Señor”. La mayoría de los exegetas optan por el sentido objetivo de la fe y hablan de tener una misma fe o “conjunto de creencias”. Ambos sentidos ponen de realce la tarea de los diversos ministerios de la Palabra, del v. Efe 4:11. Esto parece ser el sentido de la expresión, sobre todo si entendemos que la frase siguiente, del conocimiento del hijo de Dios, es explicación de ésta.

En circunstancias históricas en las que la fidelidad de la iglesia está en juego, debido a las presiones y seducción de un medio hostil al evangelio, los cristianos deben caracterizarse por su lealtad y fidelidad al hijo de Dios. Los diversos ministerios de la Palabra producirían este tipo de fidelidad. En un contexto en el que existían diversas interpretaciones y evangelios con respecto a Jesús, el Hijo de Dios, o bien “otros evangelios”, era de suma importancia enseñarle a la iglesia para que llegará a tener una sola doctrina (fe) acerca de quién es el Hijo de Dios. De hecho, esta idea ya la hemos encontrado en Efe 3:18-19 en el contexto de la intercesión del autor por sus lectores: “Que lleguen a conocer la plenitud del amor de Cristo”. Ahora descubrimos el cómo de ese conocimiento. Ambas interpretaciones de la unidad de la fe no se contraponen sino que más bien se complementan. De hecho, un poco adelante (v. Efe 4:14), al establecer un contraste con éste versículo, descubrimos que en la mente del autor existe la preocupación de que los cristianos de las iglesias no sean llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.

Nos podemos preguntar si la palabra unidad rige ambas expresiones de la fe y también del conocimiento del Hijo de Dios. Desde la perspectiva sintáctica es lo más posible, y en ese caso se refuerza la unidad como un valor central en la carta. Entonces, el autor busca que esa unidad se exprese en las enseñanzas que concretamente tiene que ver con el Hijo de Dios. El paralelismo sería de lo general, la fe, a lo particular, el Hijo de Dios.

Debemos recordar, sin embargo, que el conocimiento no es una mera percepción intelectual. No son solamente datos en la cabeza. El sentido bíblico es más profundo y se refiere a la plena experiencia de la relación con Jesús (cf. Efe 1:17 y nuestro comentario a ese versículo), como se indica claramente también en Efe 3:16-19. Sólo la BJ y la BNM han expresado el sentido intensivo del verbo griego epignosei traduciéndolo como «conocimiento pleno» (BJ) y como «verdadero conocimiento» (que introduce con «verdadero» una noción ajena al verbo griego).

Otro sentido que también es posible se deriva de considerar el genitivo del Hijo de Dios en su sentido posesivo. Entonces estaríamos hablando de la unidad de la fe del Hijo de Diosy de la unidad del conocimiento del Hijo de Dios. En otras palabras, la fe y el conocimiento no son con respecto al Hijo de Dios, sino más bien cualidades del Hijo de Dios. La meta deseada sería entonces que “lleguemos a la unidad que se manifiesta en la fidelidad y conocimiento que tenía el Hijo de Dios”. Esta posibilidad se refuerza por las cláusulas siguientes en las que el Cristo es el modelo de madurez. Ninguna traducción en castellano ha seguido esta posibilidad.

La segunda meta (eis) se expresa en términos de madurez: al hombre perfecto. La madurez en la conducta moral es el objetivo de la formación del creyente. Se debe evitar el uso sexista de esta expresión y traducir “persona madura” o alguna expresión similar como lo han hecho algunas traducciones. Esta expresión es explicada (uso epexegético de la conjunción y) con el siguiente paralelismo, que sería la culminación de los anteriores: a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

En otras palabras, la medida de la plena madurez es el Señor Jesús, el Mesías. El es nuestro modelo y paradigma.

La traducción del v. Efe 4:13 que presenta la DHH indica que la unidad se logra por medio de la fe y el conocimiento. En lugar de hombre perfecto se habla de «edad adulta» y esta se mide de acuerdo con la «plena madurez de Cristo» (misma expresión que usa la BNM). En la traducción de la TLA, la unidad y la plenitud son el resultado final del proceso formativo. Eso es correcto, como se ha indicado anteriormente. El tercer objetivo, aquí se expresa con la expresión «seremos perfectos», que, a nuestro juicio, no es el mejor término para comunicar la idea que el autor expresa. También, como en otras versiones, se considera que la fe y el conocimiento son causales de los objetivos mencionados. En otras palabras, conocer al Hijo de Dios y confiar en él son las causas por las que llegamos a la unidad, plenitud y perfección. En la traducción de la NVI la segunda mitad del versículo dice acertadamente: « a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo». Se ha evitado el término hombre (también lo hace la BNM) y se hace claro que dicha “perfección” tiene su medida en Cristo. NBE, como de costumbre, ofrece una lectura fresca y audaz del texto: «hasta que todos sin excepción alcancemos la unidad que es fruto de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, la edad adulta, el desarrollo que corresponde al complemento del Mesías». La versión ha logrado poner énfasis en el todos al añadirle «sin excepción». También ha hecho claro que la unidad «es fruto de la fe y el conocimiento». Luego, usando dos aposiciones ha interpretado la unidad como «edad madura y como desarrollo». Sólo la última frase no logró descifrar el sentido original, en realidad lo oscureció.

Resumiendo. La unidad y madurez cristianas, que se miden de acuerdo con el modelo de Jesús el Mesías, son objetivo y meta de los que sirven con la Palabra. Para lograr esas metas, la revelación, iluminación, proclamación y enseñanza de la Palabra que realizan los “dones” que Cristo ha dado a la iglesia (v. Efe 4:11) es fundamental. La misma verdad se expresa, por medio de un contraste, en el siguiente versículo (Efe 4:14) y luego se reiterará de manera positiva y paralela en los vv. Efe 4:15 y Efe 4:16.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

— creyentes: Lit. santos. Ver nota a Rom 1:7.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

2Ti 3:17; 1Pe 2:4-5.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “Al reajuste de.” O: “al poner en debida alineación a”.

REFERENCIAS CRUZADAS

z 203 1Co 12:7

a 204 1Co 14:26

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

capacitar. Los líderes mencionados en el vers. 11 han sido dados a la iglesia para preparar a todos los creyentes en el ministerio y crecimiento del cuerpo de Cristo, o sea, la iglesia (vers. 16).

Fuente: La Biblia de las Américas

12 (1) O, equipar, proveer las funciones.

12 (2) Aquí, para significa dando por resultado, con el propósito de, o con miras a.

12 (3) Las muchas personas dotadas que se mencionan en el versículo anterior tienen un solo ministerio, a saber, ministrar a Cristo para la edificación del Cuerpo de Cristo, la iglesia. Este es el único ministerio en la economía del Nuevo Testamento ( 2Co_4:1 1Ti_1:12).

12 (4) Según la construcción gramatical, la obra del ministerio es la edificación del Cuerpo de Cristo. Todo lo que las personas dotadas mencionadas en el v.11 hagan como obra del ministerio, debe tener como fin la edificación del Cuerpo de Cristo. Sin embargo, esta edificación no es llevada a cabo directamente por las personas dotadas, sino por los santos que han sido perfeccionados por ellos.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

servicio… Gr. diakonía → §314.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit. equipar.

Fuente: La Biblia Textual III Edición