con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos los unos a los otros en amor;
4:2 — «con toda humildad y mansedumbre». La palabra «humilde» significa (según Larousse) «que se rebaja voluntariamente». Si esto describe nuestro carácter, ya hemos dado el primer paso importante para efectuar buenas relaciones con los hermanos. «No tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura… No seáis sabios en vuestra propia opinión» (Rom 12:3; Rom 12:16). «Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña» (Gál 6:3). También, y muy relacionado a esto, cada miembro del cuerpo de Cristo debe ser manso («suave, apacible», Larousse). «Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra» (Núm 12:3). «Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas» (Mat 11:29). Estas palabras no deben confundirse con conceptos de debilidad. Moisés y Cristo demostraron toda clase de fuerza, pero los dos eran mansos. Una persona débil difícilmente sería clasificada como mansa, porque la palabra «mansedumbre» se usa para describir personas fuertes que también pueden ser tiernas con la gente. Pablo demostró su mansedumbre cuando dijo, «fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos… como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros» (1Ts 2:7; 1Ts 2:11). ¿Quién acusaría a Pablo de ser hombre débil y tímido?Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
con toda humildad. Núm 12:3; Sal 45:4; Sal 138:6; Pro 3:34; Pro 16:19; Isa 57:15; Isa 61:1-3; Sof 2:3; Zac 9:9; Mat 5:3-5; Mat 11:29; Hch 20:19; 1Co 13:4, 1Co 13:5; Gál 5:22, Gál 5:23; Col 3:12, Col 3:13; 1Ti 6:11; 2Ti 2:25; Stg 1:21; Stg 3:15-18; 1Pe 3:15.
soportando con paciencia. Mar 9:19; Rom 15:1; 1Co 13:7; Gál 6:2.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
con toda humildad y mansedumbre: Estas fueron las actitudes que demostró Jesús cuando estuvo en la tierra (Flp 2:5-8). Se trata de actitudes que no afloran naturalmente, sino que deben cultivarse con la determinación de colocar al otro por sobre uno mismo. Sólo el Espíritu puede darnos la capacidad de actuar de este modo con los demás en forma constante.
soportándoos se utiliza en el sentido de sobrecargar o sobrellevar; no obstante, el uso que le da Pablo a este vocablo tiene una connotación positiva. Denota la idea de ser paciente frente a las debilidades de los demás. A menudo le pedimos a Dios que tenga paciencia con nuestras debilidades, sin embargo, no ejercemos este mismo tipo de paciencia con los demás.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
humildad. «Humildad» es un término que no se encuentra en el vocabulario latín o griego del tiempo de Pablo. Parece que la palabra griega fue acuñada por los cristianos, quizá por Pablo mismo, para describir una cualidad que no podía describirse con otra palabra existente en la época. La humildad es la virtud cristiana más fundamental (Stg 4:6), y es la cualidad del carácter que Dios manda en la primera bienaventuranza (Mat 5:3). También describe y refleja la gracia noble de Cristo (Flp 2:7-8). mansedumbre. Es un producto inevitable de la humildad y se refiere a la actitud de un espíritu tranquilo con emociones y mente bajo su control (cp. Mat 5:5; Mat 11:29; Gál 5:23; Col 3:12). paciencia. El significado literal de la palabra griega es longanimidad y se refiere a una paciencia resuelta que es el producto de la humildad y la mansedumbre (cp. 1Ts 5:14; Stg 5:10). soportándoos … los unos a los otros en amor. La humildad, la mansedumbre y la paciencia se reflejan en un amor benévolo y aguantador a los demás que se expresa de forma continua e incondicional (cp. 1Pe 4:8).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
4:2 — «con toda humildad y mansedumbre». La palabra «humilde» significa (según Larousse) «que se rebaja voluntariamente». Si esto describe nuestro carácter, ya hemos dado el primer paso importante para efectuar buenas relaciones con los hermanos. «No tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura… No seáis sabios en vuestra propia opinión» (Rom 12:3; Rom 12:16). «Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña» (Gál 6:3). También, y muy relacionado a esto, cada miembro del cuerpo de Cristo debe ser manso («suave, apacible», Larousse). «Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra» (Núm 12:3). «Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas» (Mat 11:29).
Estas palabras no deben confundirse con conceptos de debilidad. Moisés y Cristo demostraron toda clase de fuerza, pero los dos eran mansos. Una persona débil difícilmente sería clasificada como mansa, porque la palabra «mansedumbre» se usa para describir personas fuertes que también pueden ser tiernas con la gente. Pablo demostró su mansedumbre cuando dijo, «fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos… como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros» (1Ts 2:7; 1Ts 2:11). ¿Quién acusaría a Pablo de ser hombre débil y tímido?
— «soportándoos con paciencia». Nunca faltarán entre hermanos diferencias y desacuerdos de alguna clase. Hay gran diversidad de preferencias personales y opiniones entre hermanos que no deben interrumpir la comunión. Si hay humildad en lugar de orgullo, y si hay mansedumbre en lugar de despotismo, tales diferencias no serán la causa de ningún problema. Nos soportaremos con paciencia si hay amor bíblico.
El amor bíblico se describe en 1Co 13:4-7 : es sufrido, es benigno, no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor «no se irrita», sino soporta con paciencia. Efe 4:31-32; Efe 5:1-2 describe el amor bíblico.
No hay ningún conflicto entre las palabras «humildad» y «mansedumbre» y los mandamientos que requieren el «reprender» y «redargüir», etc. Porque estos son actos de amor. Recuérdese siempre que Cristo y Moisés eran muy mansos, aunque condenaron fuertemente toda rebelión contra Dios.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Dos expresiones verbales, a manera de gerundios, soportándoos procurando , dominan este párrafo. De hecho, el primero funciona como verbo principal. Los dos gerundios cumplen la misma función y muestran la manera en que se ha de vivir a la altura de nuestra vocación.
El primero, soportándoos, está calificado por dos frases que usan la preposición con (gr. meta) y que introducen esta exhortación: con toda humildad y mansedumbre con paciencia. Los tres términos usados aquí (cf. Col 3:12) son de suma importancia como una descripción o alusión al fruto del Espíritu (Efe 5:9 cf. Gál 5:22-23). Son virtudes engendradas en la vida del cristiano por la obra del Espíritu.
Es interesante que la expresión con toda humildad sea la misma que Pablo usa en su discurso de despedida de los ancianos de la iglesia de Éfeso para describir su propia actitud de servicio (Hch 20:19). Si Pablo es el autor de esta carta, usa las mismas palabras con las que describió su propio ministerio, para exhortar ahora a los efesios a asumir la misma conducta caracterizada por una completa humildad. Si la carta la escribió uno de sus discípulos, éste apela al ejemplo y discurso de Pablo para motivar a sus lectores.
Humildad (Efe 4:2) describe la actitud de una persona que no es pretenciosa en su conducta y relación con otros, que no llama la atención a sí misma, no insiste en sus derechos o supuesta superioridad (Hch 20:19; Efe 4:2; Flp 2:3; Col 2:18, Col 2:23; Col 3:12; 1Pe 5:5). Es la actitud de quien sabe que todos son iguales por ser creados a la imagen de Dios. Es lo contrario a la arrogancia y a la soberbia. Jesús usó esta palabra para definirse a sí mismo (Mat 11:29) en conjunción con la palabra manso (cf. Mat 5:5; Mat 21:5; 1Pe 3:4) que también se usa aquí.
La palabra toda le da a ambas virtudes una mayor importancia. La persona está llamada a mostrar tales actitudes en su totalidad y no parcialmente. Ellas deben infiltrar constantemente toda la vida y no ser actos esporádicos y ocasionales. La NBE traduce: «sed de lo más humilde y sencillo». La razón para ello se encuentra en las realidades de maldad ya mencionadas anteriormente (Efe 2:1-3) que siguen ejerciendo influencia sobre las comunidades cristianas en todas las áreas de la vida.
Mansedumbre (Efe 4:2) denota una actitud amable y cortés hacia los demás, en contraste con la dureza, rudeza, falta de sensibilidad y respeto a los demás. La mansedumbre no guarda resentimiento ni busca venganza. Es la consideración, cortesía, respeto y genuino aprecio por los demás. Es la disposición a renunciar a los derechos propios por el bien común. El término no sugiere debilidad o falta de carácter; al contrario, es fuerza bajo control, es dominio propio (1Co 4:21; 2Co 10:1; Gál 5:23; Gál 6:1; Col 3:12; 2Ti 2:25; Tit 3:2; Stg 1:21; Stg 3:13, Stg 3:15).
Paciencia es saber y querer esperar; es el constante ejercicio de la humildad (Rom 2:4; Rom 9:22; 2Co 6:6; Gál 5:22; Col 1:11; Col 3:12; 1Ti 1:16; 2Ti 3:10; 2Ti 4:2; Heb 6:12; Stg 5:10; 1Pe 3:20; 2Pe 3:15). Describe la actitud tolerante y paciente de quien no busca vengarse de las injusticias que sufre. Es la persona que persevera en su ánimo a pesar de las frustraciones y adversidades que los demás o las circunstancias de la vida le traen. La BNM lo traduce como «capacidad para soportar». De hecho, el siguiente enunciado soportándoos los unos a los otros en amor(cf. Col 3:13; 2Co 11:19) define su significado y por ello RV95 la ha encapsulado como parte integral de esta expresión. Soportar es aceptar a los demás tal y como son, sin querer que sean o se comporten como a nosotros nos agrada.
La frase unos a otros, que será clave en estos últimos tres capítulos (Efe 4:2, Efe 4:25, Efe 4:32; Efe 5:21 cf. los paralelos en Flp 2:3 y Col 3:9, Col 3:13), se refiere a la mutualidad y reciprocidad necesarias en las relaciones interpersonales. Lo que esperamos de otros es lo que debemos ofrecer. Dicho de otra manera, damos aquello que esperamos de los demás. Esta es otra forma de expresar la regla de oro: «Traten a los demás como ustedes quisieran ser tratados» (Mat 7:12, TLA).
La frase en amor (cf. Efe 1:15) también se puede traducir “con amor”. Puesto que surge al final de esta lista de virtudes cristianas, se puede entender como el corolario de todas ellas, o la cualidad que debe “abrazarlas” a todas. Aunque se puede decir que estrictamente sólo califica al gerundio soportándoos, sin embargo es legítimo considerarla como la virtud que abarca y expresa las que ya se han mencionado (cf. Efe 5:1-2 y Col 3:14 que describe al amor como el vínculo perfecto).
Si deseamos una expresión concreta de estos términos debemos contemplar a Jesús y la manera en que se relacionó con otras personas. Trató a todos con respeto y genuino aprecio, sin hacer diferencia entre ellos por causa de su raza, religión, género, clase social o títulos. Fue tolerante y soportó las maldades, flaquezas y debilidades de la gente y, en especial, de sus discípulos. Su amabilidad, respeto, genuino interés y amor por los demás se echan de ver en cada encuentro que tuvo con otras personas, como podemos leer en los evangelios.
Estas actitudes dan por sentada la realidad de relaciones interpersonales dañadas severamente por la maldad humana. De otra manera, la humildad, paciencia, mansedumbre y amor no serían necesarias. Suponen el abuso, la injuria, la mentira y la violencia que dañan y rompen las relaciones (como se hará explícito en Efe 4:17-32). Ante estas realidades, tan comunes y cotidianas, se debe anteponer el carácter de Jesús, el fruto que la presencia del Espíritu produce en nosotros (Efe 5:9).
El traductor debe buscar en su propia cultura aquellas actitudes y términos que corresponden a estos conceptos bíblicos y los expresan mejor. A veces se pueden expresar positivamente (“sean humildes”) o a veces una expresión negativa puede resultar mejor (“no se crean mucho”, “no se consideren superiores a los demás”).
Al mismo tiempo, tales características del cristiano llevan implícito el reconocimiento del valor y dignidad de nuestros hermanos y hermanas como portadores de la imagen de Dios y como miembros de la misma familia de Dios. Llevan implícita la igualdad de todos ante los ojos de Dios y por ello constituyen la mejor manera de mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz (v. Efe 4:3). Dadas las severas dificultades que judíos y gentiles tenían por igual para mantener buenas relaciones entre sí, este llamado resulta oportuno y pertinente.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Gál 6:2; Col 3:12-13.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
d 180 Mat 11:29; Hch 20:19; Rom 12:3; Flp 2:3; 1Pe 5:5
e 181 2Co 6:6; 1Ts 5:14
f 182 1Co 13:4
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
2 super (1) Ser humilde es permanecer en un nivel bajo, y ser manso significa no pelear por uno mismo. Debemos ejercitar estas dos virtudes al tratar con nosotros mismos. Tener longanimidad es sufrir el mal trato. Debemos ejercitar esta virtud al tratar con otros. Por medio de estas virtudes nos sobrellevamos (no sólo nos toleramos) los unos a los otros; es decir, no nos olvidamos de los que causan problemas, sino que los sobrellevamos en amor. Esta es la expresión de vida.
Estas virtudes no se encuentran en nuestra humanidad natural, pero se encuentran en la humanidad de Jesús. El hecho de que las virtudes se mencionen aquí, antes de la unidad del Espíritu mencionada en el v.3, indica que debemos tener estas virtudes a fin de guardar la unidad del Espíritu. Esto implica que en el Espíritu que nos une existe la humanidad transformada, es decir, la humanidad transformada por la vida de resurrección de Cristo.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
con toda humildad… → Col 3:12-13; soportándoos… Otra traducción posible: aguantándoos.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R807 En ἀνεχόμενοι ἀλλήλων se usa la voz media directa: soportándose los unos a los otros.
R946 El participio ἀνεχόμενοι se usa como un imperativo (sean perdonadores los unos a los otros -TGr66. Se usa como un imperativo [aunque el participio puede depender del verbo que le antecede] -T343. Este participio y σπουδάζοντες, en el v. 3, se usan como imperativos -BD468[2]; comp. MT181). [Editor. Parece que los participios obtienen su sentido imperativo del verbo de exhortación que los precede (en el v. 1).]
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O aguantándoos.
4.2 g Col 3:12-13.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
Biblia Peshitta 2006 Notas:
[4] 4.2 Arameo, nijuta, de la raíz noj, que puede traducirse descanso, tranquilidad, reposo, quietud, estar en calma, cesar de algo. Tal vez el concepto de la mansedumbre del Señor, y la de los cristianos que han madurado más, apegado a lo que nuestro Dios desea, es un estado de quietud interior frente a cualquier situación.
Fuente: Peshitta en Español