Por lo tanto, habiendo dejado la mentira, hablad la verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros.
4:25 — «Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros». Obsérvense las palabras conectivas, «Por lo cual» (véase 1:15, notas). La primera aplicación práctica hecha por Pablo de su enseñanza acerca de «despojarse» y «vestirse» es desechar la mentira y hablar verdad. ¡Qué difícil es dejar la mentira! ¡cuántos nuevos conversos luchan constantemente con esta tentación! La mentira es un «modo de vivir» de mucha gente inconversa. Se usa en el hogar, en el trabajo, en los negocios, y casi en toda faceta de sus vidas. Las vidas de los del mundo están llenas de «toda injusticia… engaños y malignidades» (Rom 1:29). La mentira debe desecharse porque es una causa mayor de la condenación del viejo hombre. «Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira» (Rom 1:25) cayeron en abominables idolatrías. Convenciéndose que eran sabios (una mentira), rechazaron la sabiduría de Dios. Las mentiras que los hombres fabrican, creen y enseñan acerca de Dios les conducen a aceptar filosofías huecas, tales como la «evolución» y otra «ciencia» falsamente así llamada (1Ti 6:20). Las mentiras propagadas por los mormones, los «testigos», los «solo-Jesús», etc. les mueven a resistir y a pelear contra el Dios verdadero y la doctrina sana de la Biblia. La mentira arrulla al hombre moral con el refrán mortal de que «no he hecho nada digno de castigo eterno».Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
desechando la mentira. Lev 19:11; 1Re 13:18; Sal 52:3; Sal 119:29; Pro 6:17; Pro 12:19, Pro 12:22; Pro 21:6; Isa 9:15; Isa 59:3, Isa 59:4; Isa 63:8; Jer 9:3-5; Ose 4:2; Jua 8:44; Hch 5:3, Hch 5:4; Col 3:9; 1Ti 1:10; 1Ti 4:2; Tit 1:2, Tit 1:12; Apo 21:8; Apo 22:15.
hablad verdad cada uno. Efe 4:15; Pro 8:7; Pro 12:17; Zac 8:16, Zac 8:19; 2Co 7:14; Col 3:9.
porque somos miembros. Efe 5:30; Rom 12:5; 1Co 10:17; 1Co 12:12-27.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Citando Zac 8:16, Pablo pide a los creyentes que se hablen unos con otros con la verdad, puesto que todos los creyentes están unidos en Cristo. En Proverbios se menciona la lengua mentirosa como una de las seis cosas que Dios aborrece (Pro 6:17).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
desechando la mentira. Más que el simple hecho de decir falsedades directas, la mentira incluye cosas como la exageración y añadir a algo que es verdadero. Las trampas, las promesas falsas, la traición de una confidencia y la presentación de excusas falsas son variaciones de la mentira que los cristianos deberían desechar por completo en su vida (cp. Jua 8:44; 1Co 6:9; Apo 21:8). hablad verdad cada uno con su prójimo. Cita de Zac 8:16. La obra de Dios en el mundo se basa en la verdad y ni la iglesia ni creyentes individuales pueden ser instrumentos adecuados para ser usados por el Señor si no son veraces en todo.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
4:25 — «Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros». Obsérvense las palabras conectivas, «Por lo cual» (véase 1:15, notas). La primera aplicación práctica hecha por Pablo de su enseñanza acerca de «despojarse» y «vestirse» es desechar la mentira y hablar verdad. ¡Qué difícil es dejar la mentira! ¡cuántos nuevos conversos luchan constantemente con esta tentación! La mentira es un «modo de vivir» de mucha gente inconversa. Se usa en el hogar, en el trabajo, en los negocios, y casi en toda faceta de sus vidas. Las vidas de los del mundo están llenas de «toda injusticia… engaños y malignidades» (Rom 1:29).
La mentira debe desecharse porque es una causa mayor de la condenación del viejo hombre. «Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira» (Rom 1:25) cayeron en abominables idolatrías. Convenciéndose que eran sabios (una mentira), rechazaron la sabiduría de Dios. Las mentiras que los hombres fabrican, creen y enseñan acerca de Dios les conducen a aceptar filosofías huecas, tales como la «evolución» y otra «ciencia» falsamente así llamada (1Ti 6:20). Las mentiras propagadas por los mormones, los «testigos», los «solo-Jesús», etc. les mueven a resistir y a pelear contra el Dios verdadero y la doctrina sana de la Biblia. La mentira arrulla al hombre moral con el refrán mortal de que «no he hecho nada digno de castigo eterno».
¡Cuántos hogares y cuántas congregaciones se han destruido por la mentira en forma de chismes y calumnias! «Desechando la mentira, hablad verdad». Y recuérdese que es posible mentir, no solamente con palabras, sino también con los ojos, con los hombros (encogidos para indicar «no sé»), con el silencio, con alguna expresión del rostro, o con algún gesto de las manos, etc. Si el propósito de alguno es engañar o dejar alguna impresión falsa o errónea, es mentira. También, la verdad a medias es una mentira (Gén 12:13).
Fuente: Notas Reeves-Partain
LO QUE DEBE DESTERRARSE DE LA VIDA
Efesios 4:25-32
Así que despojaos de la falsedad, y decidle la verdad cada uno de vosotros a los demás; porque somos todos miembros del mismo Cuerpo. Si os enfadáis, cuidaos muy mucho de no caer en pecado. No dejéis que se ponga el sol sin haber hecho las paces, ni le deis oportunidades al diablo. El que antes fuera ladrón, que deje definitivamente de robar; que se aficione más bien a trabajar duro, y a hacer cosas productivas con sus manos, a fin de poder compartir lo que tenga con los que tengan necesidad. Que no se os escape nunca ninguna palabra sucia, sino que todas vuestras palabras sean buenas, encaminadas a la buena edificación, para que puedan producir beneficio a los que las oigan. No hagáis que se ponga triste el Espíritu Santo de Dios con el Cual estáis sellados hasta que llegue el día de vuestra redención. Que toda clase de amargura, todas las rabietas, todo el rencor a largo plazo, todas las griterías, todo el lenguaje insultante desaparezcan de vosotros con todas las otras clases de mal. Sed amables unos con otros, compasivos, perdonándoos mutuamente como Dios os perdonó a vosotros en Cristo.
Pablo ha estado diciendo que cuando uno se convierte a Cristo debe despojarse de la vida vieja como se quitaría de encima una ropa que ya no le sirve. Aquí habla de las cosas que hay que desterrar de la vida cristiana.
(i) Ya no debe tener cabida en ella la falsedad. Hay más de una clase de mentira en este mundo.
Existe la mentira que se dice, algunas veces deliberadamente, y otras casi sin querer. El Doctor Johnson nos da un consejo interesante en relación con la educación de los niños: » Acostumbrad a vuestros hijos continuamente a decir la verdad; si pasa algo en una ventana, y ellos cuando lo cuentan dicen que sucedió en otra, no se lo paséis por alto, sino corregídselo inmediatamente; si no, no sabéis adónde puede conducir eso de apartarse de la verdad… Es muchas veces más por descuido de la verdad que por mentira intencionada por lo que hay tanta falsedad en el mundo.»
También se puede mentir guardando silencio, y puede que sea la forma más corriente. André Maurois, en una frase memorable, habla de «la amenaza de las cosas que no se dicen.» Puede ser que en una conversación una persona muestre con su silencio estar de acuerdo o dar su aprobación a alguna manera de actuar que sabe que no es como es debido. Puede ser que una persona se calle una advertencia, o una reprensión, cuando sabe muy bien que debería darlas. Cuidado con aquello de que «el que calla otorga.»
Pablo da la razón para decir la verdad: Es porque somos todos miembros del mismo Cuerpo. Podemos vivir tranquilos solamente porque los sentidos y los nervios pasan mensajes veraces al cerebro. Si se acostumbraran a enviar mensajes falsos, y, por ejemplo, le dijeran al cerebro que algo está frío y se puede tocar cuando en realidad está muy caliente y quema, la vida se acabaría muy pronto. Un cuerpo puede funcionar con salud solamente cuando cada uno de sus miembros le pasa mensajes veraces al cerebro. Así que si estamos todos incluidos en -un cuerpo, ese cuerpo podrá funcionar como es debido solamente si decimos la verdad.
(ii) Es normal que se tengan enfados en la vida cristiana, pero no se debe uno pasar. El mal genio no tiene disculpa; pero existe una indignación que muchas veces hace que el mundo no sea peor de lo que es. El mundo habría perdido mucho si no hubiera sido por la ardiente indignación de Wilberforce contra la trata de esclavos, o de Shaftesbury contra las condiciones laborales del siglo XIX.
El Doctor Johnson era a veces un poco áspero. Cuando creía que algo estaba mal, lo decía claro. Cuando estaba a punto de publicar su Viaje a las Hébridas, Hannah More le pidió que mitigara algo de sus asperezas. Ella cuenta que la respuesta de Johnson fue que «él no podía limarse las garras, ni hacer que el tigre fuera un gatit para darle gusto a nadie.» El tigre tiene su papel en la vida; y cuando el tigre se convierte en un gatit, algo se ha perdido en el mundo.
Hubo momentos cuando Jesús se enfadó terrible y majestuosamente. Se enfadó cuando los escribas y los fariseos Le estaban observando para ver si curaba al hombre del brazo seco en sábado (Mr 3:5 ). No fue el que Le criticaran lo que Le molestó; se enfadó porque la ortodoxia rígida de ellos quería imponerle a un semejante un sufrimiento innecesario. Estaba enfadado cuando hizo el azote de cuerdas y echó de los atrios del templo a los cambistas de dinero y a los vendedores de animales para los sacrificios Jn 2:13-17 ).
John Wesley decía: «Dadme cien hombres que no teman más que a Dios, y que no odien más que el pecado, y que no conozcan a nadie más que a Jesucristo, y sacudiré el mundo.»
La ira egoísta y desatada es cosa peligrosa que debe desterrarse de la vida cristiana. Pero la indignación generosa que se mantiene en la disciplina del servicio de Cristo y de nuestros semejantes es una de las grandes fuerzas bienhechoras.
LO QUE DEBE DESTERRARSE DE LA VIDA
Efesios 4:25-32 (continuación)
(iii) Pablo sigue diciendo que el cristiano no debe dejar que se ponga el sol sobre su indignación. Plutarco decía que los discípulos de Pitágoras tenían entre las reglas de su sociedad que si durante el día la ira les había hecho hablarse despectivamente, antes de que se pusiera el sol se daban las manos, se besaban y se reconciliaban. Hubo un rabino judío que Le pedía a Dios que no le permitiera acostarse nunca con ningún pensamiento negativo contra un semejante en su mente.
El consejo de Pablo es sano, porque cuanto más aplazarnos el zanjar nuestras diferencias, menos probable es que lleguemos a remediarlas. Si hay un disgusto entre nosotros y otra persona, si hay problemas en una iglesia o en una sociedad en la que se reúne la gente, la mejor manera de resolverlos es en seguida. Cuanto más se deje crecer, más amarga se hará. Si no hemos tenido razón, debemos pedirle a Dios que nos dé la gracia de reconocerlo; y aunque hayamos tenido razón, debemos pedirle a Dios que nos dé la gracia que nos permita dar el primer paso para remediar las cosas.
Al lado de esta frase, Pablo coloca otro mandamiento. El original griego puede querer decir una de dos cosas. Puede querer decir: «No le deis su oportunidad al diablo.» Una disensión que no se haya zanjado es una oportunidad magnífica para que el diablo siembre división. Muchas veces una iglesia se ha desgarrado en grupitos porque dos personas se pelearon, y dejaron que se pusiera el sol sobre su ira. Pero esta frase puede tener otro sentido. La palabra para diablo en griego es diábolos. Pero diábolos es también la palabra normal para calumniador. Lutero, por ejemplo, consideraba que esto quería decir: «No le hagáis sitio en vuestra vida al calumniador.» Puede ser que ese sea el verdadero sentido de lo que Pablo quiere decir. No hay persona en este mundo que pueda causar más males que un calumniador correveidile. Muchas buenas
famas se han asesinado mientras se bebían unas cañas. Cuando veas venir al correveidile, lo mejor que puedes hacer es cerrarle la puerta en las narices.
(iv) El que era ladrón debe convertirse en un trabajador honrado. Este era un consejo muy necesario, porque en el mundo antiguo el latrocinio estaba a la orden del día. Era especialmente corriente en dos sitios: en los puertos y, sobre todo, en los baños públicos. Los baños públicos eran los clubes de entonces, y el robar las pertenencias de los que se estaban bañando era uno de los crímenes más corrientes en cualquier ciudad griega.
Lo más interesante de este dicho es la razón que da Pablo para ser un honrado trabajador. No dice: «Vuélvete un honrado trabajador para que puedas mantener tu casa;» dice: «Conviértete en un honrado trabajador para que puedas tener algo que darles a los que son más pobres que tú.» Aquí tenemos una idea nueva y un nuevo ideal: el de trabajar para poder ayudar a otros.
James Agate nos habla de una carta del famoso novelista Arnold Bennett a un escritor menos afortunado. Bennett era un hombre ambicioso y, en muchos sentidos, mundano; pero en esta carta a un compañero de profesión al que apenas conocía, dice: «Acabo de mirar mi libro de cuentas, y descubro que tengo cien libras esterlinas que no necesito; te mando un cheque por esa cantidad.»
En la sociedad moderna nadie tiene demasiado para dar; pero haremos bien en recordar que el ideal cristiano es el trabajar, no para amasar riquezas, sino para compartir con los menos afortunados.
(v) Pablo prohibe las conversaciones sucias; y a continuación pasa a recomendar lo positivo: otra manera de ayudar a los demás. El cristiano debe caracterizarse por palabras que ayudan a sus semejantes. Elifaz Temanita le dedica a Job un elogio estupendo: «Tus palabras han hecho que pudieran ir con la cabeza alta muchas personas» (Job 4:4 ). Tales son las palabras que todo cristiano debe decir.
(vi) Pablo nos exhorta a que no pongamos triste al Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el Guía de nuestra vida. Cuando hacemos lo contrario de lo que nos aconsejan nuestros padres cuando somos jóvenes, les hacemos daño. De igual modo, el actuar de una manera contraria a la dirección del Espíritu Santo es entristecerle y herir el corazón de Dios, nuestro Padre, Que, por medio de Su Espíritu, nos envía Su Palabra.
LO QUE DEBE DESTERRARSE DE LA VIDA
Efesios 4:25-32 (conclusión)
Pablo termina este capítulo con una lista de cosas que deben desaparecer de la vida.
(a) Está la amargura (pikría): Los griegos definían esta cualidad como un resentimiento imborrable, como el espíritu que se niega a aceptar la reconciliación. Hay muchas personas que tienen la manía de abrigar resentimientos para mantenerlos calentits, y rumiar los insultos y las injurias que han recibido. Los cristianos debemos pedirle a Dios que nos enseñe a perdonar.
(b) Están los teleles de pasión (thymós) y la ira inveterada (orgué). Los griegos definían thymós como la clase de ira que es como humo de pajas: arde en seguida y desaparece en seguida. Por otra parte, describían orgué como la ira que se ha convertido en un hábito. Para el cristiano están igualmente prohibidas la eclosión de mal genio y la ira inveterada.
(c) Están el hablar a voces y el lenguaje insultante. Cierto famoso predicador cuenta que su mujer solía aconsejarle: «En el púlpito, no levantes mucho la voz.» Siempre que en una conversación o discusión nos demos cuenta de que levantamos la voz, es el momento de callarnos. Los judíos hablaban de lo que ellos llamaban «el pecado del insulto,» y mantenían que Dios no da por inocente al que se dirige de una manera insultante a su hermano.
En la obra de Shakespeare, el rey Lear decía de Cordelia que » su voz siempre era suave, amable y sencilla: una cualidad excelente en una mujer.» Y en cualquier persona.
Se ahorrarían muchos disgustos en el mundo si aprendiéramos sencillamente a mantener el nivel de nuestra voz, y si, cuando no tenemos nada bueno que decirle a una persona, no le dijéramos nada. El argumento que hay que mantener a gritos no es tal argumento, y la discusión que se tiene que llevar a cabo con insultos no merece seguirse.
Así que Pablo llega a la cima de sus consejos. Nos dice que seamos amables (jréstós). Los griegos definían esta cualidad como la disposición de la mente que tiene tanto en cuenta los asuntos del prójimo como los propios. La amabilidad ha aprendido el secreto de mirar siempre hacia fuera, y no solamente hacia dentro. Pablo nos dice que perdonemos a los demás como Dios nos ha perdonado a nosotros. Así, en una frase, Pablo establece la ley de las relaciones personales: Debemos tratar a los demás como Jesucristo nos ha tratado a nosotros.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Maneras concretas de vivir como una nueva humanidad, Efe 4:25-32; Efe 5:1-2
Análisis de discurso
Después del llamado a un cambio de mentalidad y conducta, el autor ilustra su exhortación general con una serie de situaciones concretas en las que se debe trabajar cotidianamente para efectuar el cambio. Después de enunciar los principios que rigen la vida cristiana, se avoca a lo que ellos significan en la práctica. La sociedad alternativa se construye en la vida cotidiana y allí es donde los cristianos deben actuar como nuevas criaturas.
Estilísticamente, encontramos diez mandamientos en Efe 4:25-32; Efe 5:1-2. Los primeros ocho (Efe 4:25-32), son situaciones específicas seguidas en Efe 5:1-2 por dos mandatos más generales que resumen y compendian los primeros ocho. Cada mandato inicia haciendo alusión a la contraparte negativa del mismo, para luego apuntar a la dimensión positiva. Además, cada uno cierra indicando una razón, propósito o modelo que deben alentar y estimular a la obediencia. Es el esquema imperativo-indicativo, donde éste último apunta a alguna realidad que debe motivarnos a obedecer y que de hecho es donde radica el poder para obedecer.
TÍTULO: Hemos titulado este párrafo Maneras concretas de vivir como una nueva humanidad. Este pasaje se caracteriza por lo concreto de las situaciones que plantea. La idea de la nueva humanidad la hemos tomado del pasaje anterior. Se puede también tomar la idea final del pasaje y titular este pasaje Viviendo como Jesús. Incluso se puede tomar la idea de Efe 5:1 y decir: Comportándonos como hijos de Dios.
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Las palabras por eso establecen la conexión con lo anterior. Lo que ahora se dice es consecuencia de lo expresado anteriormente. El autor acaba de mencionar que debemos vestirnos del ropaje que procede de la verdad. Ahora nos da un caso específico: hablar con verdad. Puesto que somos las primicias de la nueva humanidad creada por Dios, debemos vivir de manera cualitativamente distinta a los que no conocen a Dios.
El verbo principal de este enunciado es el imperativo hablad. El gerundio que le precede, desechando, califica al verbo principal indicando la manera en que se ha de hablar con verdad: desechando la mentira. En la traducción se puede colocar este enunciado después del principal, hablad verdad cada uno con su prójimo, a fin de dar realce a la idea principal. Esta idea es una cita literal de Zac 8:16 (por ello BNM la pone entre comillas y la NBE con cursivas). En el contexto de la restauración posterior al exilio, el Señor exhorta al pueblo por medio del profeta y le indica aquello que es fundamental para emprender la reconstrucción de la vida nacional, en particular en su situación social y comunitaria: Estas son las cosas que habéis de hacer: hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas. Ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso, porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehová. (Zac 8:16-17).
Es muy interesante que el texto de Zacarías ponga de relieve el hecho que para construir el shalom, la verdad es como el cemento que une cada una de las piedras que componen el edificio. La cita en efesios trae a la mente ese contexto y así reitera que lo que está en juego es la viabilidad del proyecto de Dios en este mundo. La expresión histórica del shalom por medio de la iglesia, la nueva humanidad.
El enunciado principal está modificado por un enunciado preposicional que da la razón de la orden: porque somos miembros unos de otros. Se apela a la profunda y significativa realidad de que somos parte del mismo cuerpo y por ello interdependientes unos de otros. Así se evita caer en un mero moralismo y se indica la realidad última y trascendente de lo que somos.
En esta parte exhortativa o parenética se da una gran importancia a la verdad (cf. Efe 4:15) como instrumento para la edificación mutua. En este caso, la honestidad, sinceridad, integridad y transparencia de nuestras palabras es de vital importancia para edificarnos unos a otros (Efe 4:29). Es, además, una de las tres principales evidencias del fruto del Espíritu (Efe 5:9) y parte indispensable de nuestra armadura; con ella nos ceñimos la cintura (Efe 6:14) para vencer a las fuerzas del mal.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Zac 8:16; Rom 12:5; 1Co 12:12.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
¡Vivid en la verdad cuyo modelo es Cristo Jesús! Si la humanidad de la nueva creación refleja “la verdad” revelada en Jesús (21, 24), en lugar del “engaño” de la antigua, inevitablemente requerirá que los cristianos hablen la verdad, y no engaño. Pero la verdad revelada se centra en la reconciliación y unidad cósmicas, y por ello Pablo agrega que debemos abstenernos de mentir, porque somos miembros los unos de los otros. Es decir, que ya no somos seres apartados e independientes, sino gente que ahora tiene un sentido de pertenencia, en unidad con otros a quienes no debemos robarles la verdad según la cual ellos habrán de decidir y actuar. La enseñanza que sigue en esta sección se concentra especialmente en el pecado del enojo y su efecto separador (26), y los pecados relacionados con él (29-31). En lugar de éstos, los creyentes son llamados a seguir el modelo de la verdad de Dios revelada en Jesús (4:32-5:2). Toda la sección es, en esencia, una reescritura de Col. 3:8-12.
26 Introduce el tema principal del pasaje: el enojo. La traducción que encontramos en la mayoría de las versiones castellanas, enojaos, pero no pequéis pierde por completo la fuerza del original. No es un estímulo para la ira justificada (por cierto, toda clase de ira es condenada en 4:31); es una advertencia: “Si te enojas, ¡ten cuidado! ¡Estás a las puertas del pecado!” En Occidente el enojo es considerado señal de masculinidad, pero la tradición judía era más consciente de su poder divisivo, satánico y corruptor (ver la incisiva crítica sobre el enojo y sus peligros en el Testamento de Daniel 1:18-5:2). El enojo y los pecados relacionados con él, mencionados en los vv. 29 y 31, son el epítome de los pecados socialmente destructivos y alienantes, tan característicos de la antigua creación. El robo (28) es otro de ellos; ya que se lo experimenta no sólo como la privación de la propiedad (que es similar a la pérdida accidental), sino como un ataque que mancha la esfera privada personal, y como un destructor de la confianza en el seno de la comunidad. Estas cosas y otras similares “entristecen” al Espíritu Santo (una reveladora alusión a Isa. 63:10) en el sentido de que se oponen a la dirección misma del Espíritu en su obra reconciliadora, unificadora y de llevar a cabo la nueva creación en el creyente. En lugar de estas actividades socialmente destructivas, Pablo aboga por otras correspondientes que son cohesivas, edificantes y marcan las características de la existencia de la nueva creación, resumida y hecha realidad en Cristo: el que antes robaba, debe volverse filántropo (28); la capacidad de hablar no debe usarse para destruir y maldecir, sino para el bien (29); en lugar de ira, el creyente debe mostrar el carácter perdonador de Dios (32; 5:1) y el amor sacrificado de Cristo que murió para expiar nuestros pecados (5:2).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
f 236 Hch 5:2; Col 3:8
g 237 Zac 8:16; Col 3:9; Rev 21:8
h 238 Rom 12:5
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
25 (1) Los vs.25-32 dan una descripción de nuestro diario vivir práctico al aprender a Cristo.
25 (2) La mentira se refiere a todo aquello que es falso en naturaleza. Debido a que nos despojamos del viejo hombre, también nos despojamos de todo lo que sea falsa en naturaleza. Por lo tanto, hablamos verdad, esto es, hablamos las cosas que son verdaderas.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
prójimo… → Zac 8:16.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
g Zac 8:16.