Comentario de Efesios 5:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Mirad, pues, con cuidado, cómo os comportáis; no como imprudentes sino como prudentes,

5:15 — «Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios «, mirando alrededor, a todos lados. El cristiano debe tener mucho cuidado, estar alerta, y nunca descuidar sus pasos. Debe demostrar claramente que se ha despojado del viejo hombre, y que se ha vestido del nuevo hombre. Esto requiere diligencia. El mundo está lleno de perversidad. Satanás ha colocado trampas en el camino para hacernos tropezar. En esta carta (6:10-20), Pablo emplea la figura de vestirnos «de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo». Dice Pedro, «Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar» (1Pe 5:8). En 2Ti 2:26 Pablo habla del «lazo del diablo» y de los «que están cautivos a voluntad de él». Pero afirma en 2Co 2:11 que «no ignoramos sus maquinaciones», y así será si miramos cómo andamos.

— «no como necios (imprudentes) sino como sabios». Dios nos proporciona la inteligencia y la sabiduría necesarias para evitar los lazos de Satanás (véanse 1:8, 17, 18; 3:3-5, 18; Col 1:9; Col 1:28; Col 3:16; Col 4:5). Desde el sermón del monte (Mat 7:24-27) y a través del Nuevo Testamento, hay contrastes fuertes entre los necios y los sabios.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Mirad, pues, con diligencia. Efe 5:33; Mat 8:4; Mat 27:4, Mat 27:24; 1Ts 5:15; Heb 12:25; 1Pe 1:22; Apo 19:10.

como andéis. Éxo 23:13; Mat 10:16; 1Co 14:20; Flp 1:27; Col 1:9; Col 4:5.

no como necios. 2Sa 24:10; Job 2:10; Sal 73:22; Pro 14:8; Mat 25:2; Luc 24:25; Gál 3:1, Gál 3:3; 1Ti 6:9; Stg 3:13.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Andar como sabios es andar cautelosamente. Debemos vigilar nuestras sendas para evitar el contacto con las influencias indeseables.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

con diligencia … andéis, no como necios sino como sabios. Este término significa «con precisión, minuciosidad y gran cuidado» (cp. Sal 1:1; Mat 7:14). Vivir con moralidad significa vivir con sabiduría. En sentido bíblico, un «necio» no se llama así por alguna limitación intelectual, sino debido a la incredulidad y las obras abominables que esta actitud traen como consecuencia (Sal 14:1; Rom 1:22). El necio vive separado de Dios y en contra de la ley de Dios (Pro 1:7; Pro 1:22; Pro 14:9), por eso no puede comprender la verdad (1Co 2:14) ni su condición verdadera (Rom 1:21-22). Es indiscutible que los creyentes deben evitar esa actitud y nunca comportarse como necios (vea Luc 24:25; Gál 3:1-3).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:15 — «Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios «, mirando alrededor, a todos lados. El cristiano debe tener mucho cuidado, estar alerta, y nunca descuidar sus pasos. Debe demostrar claramente que se ha despojado del viejo hombre, y que se ha vestido del nuevo hombre. Esto requiere diligencia. El mundo está lleno de perversidad. Satanás ha colocado trampas en el camino para hacernos tropezar. En esta carta (6:10-20), Pablo emplea la figura de vestirnos «de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo». Dice Pedro, «Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar» (1Pe 5:8). En 2Ti 2:26 Pablo habla del «lazo del diablo» y de los «que están cautivos a voluntad de él». Pero afirma en 2Co 2:11 que «no ignoramos sus maquinaciones», y así será si miramos cómo andamos.
— «no como necios (imprudentes) sino como sabios». Dios nos proporciona la inteligencia y la sabiduría necesarias para evitar los lazos de Satanás (véanse 1:8, 17, 18; 3:3-5, 18; Col 1:9; Col 1:28; Col 3:16; Col 4:5). Desde el sermón del monte (Mat 7:24-27) y a través del Nuevo Testamento, hay contrastes fuertes entre los necios y los sabios.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA COMUNIÓN CRISTIANA

Efesios 5:15-21

Tened mucho cuidado con cómo vivís. No viváis como los insensatos, sino como los que son prudentes. Aprovechad el tiempo con toda economía, porque vivimos en días malos. Esa es la razón por la que no debéis ser insensatos, sino debéis comprender cuál es la voluntad de Dios. No os emborrachéis de vino, que es destructor, sino llenaos del Espíritu Santo. Comunicaos entre vosotros con Salmos e himnos y cánticos que el Espíritu os enseñe. Que las palabras y la música de vuestras alaban zas a Dios os salgan del corazón. Dadle gracias por todas las cosas en todo momento a Dios Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Someteos los unos a los otros como expresión de vuestra sumisión a Cristo.

La exhortación general de Pablo termina con una llamada a sus conversos a vivir como sabios. Los tiempos en los que vivían eran malos; debían rescatar todo el tiempo que pudieran del mal uso que le daba el mundo.

Pablo pasa a presentar un contraste entre una reunión pagana y otra cristiana. Una reunión pagana solía degenerar en orgía. Es significativo que seguimos usando la palabra simposio con el sentido de «Conferencia o reunión en que se examina y discute determinado tema» (D R.A E.). La palabra griega sympósion quiere decir literalmente un guateque para beber. Una vez A. C. Welch estaba predicando sobre el texto «Sed llenos del Espíritu,» y empezó con una frase impactante: «¡Uno tiene que llenarse de algo!» Los paganos encontraban lo que buscaban emborrachándose de vino y entregándose a placeres mundanos; el cristiano encuentra la felicidad en estar lleno del Espíritu Santo.

De este pasaje podemos deducir ciertos Hechos acerca de las reuniones cristianas originales.
(i) La Iglesia Primitiva era una iglesia que cantaba. Se caracterizaba por los Salmos e himnos y canciones espirituales; estaba tan feliz que no podía por menos de cantar.

(ii) La Iglesia Primitiva era una iglesia que daba gracias a Dios. Le resultaba natural el darle gracias a Dios por todas las cosas, en todos los lugares y en todas las circunstancias. Crisóstomo, el gran predicador de la Iglesia un poco posterior, expone la idea curiosa de que el cristiano puede dar gracias hasta por el infierno; porque el infierno es una advertencia que nos ayuda a mantenernos en el buen camino. La Iglesia Original era una Iglesia que daba gracias porque sus miembros estaban alucinados con la maravilla de que el amor de Dios los hubiera buscado y salvado; y porque sus miembros estaban seguros de que estaban en las manos de Dios.

(iii) La Iglesia Original era una iglesia en la que los miembros se honraban y se respetaban mutuamente. Pablo dice que la razón de este mutuo honor y respeto era que honraban a Cristo. Se veían los unos a los otros, no a la luz de sus profesiones o niveles sociales, sino a la luz de Cristo; y por tanto veían la dignidad de cada persona.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Vivamos con sabiduría y llenos del Espíritu Santo, Efe 5:15-21

Análisis de discurso

En esta parte inicial del discurso nos encontramos con tres imperativos o mandatos que nos ayudan a captar la idea principal del autor: En el ámbito doméstico debemos vivir sabia y santamente llenos del Espíritu. Esa es la estrategia central de Pablo por medio de la cual plantea una alternativa al modelo imperial de la Pax Romana.

Esta nueva sección es parte de un discurso más largo que empieza en Efe 5:15 y se extiende hasta Efe 6:9. A la vez, esta sección es parte de toda la sección parenética o exhortativa que inició en el capítulo Efe 4:1. Así, el apóstol ha venido hablando de la ética que ha de normar la vida dentro de la comunidad cristiana (Efe 4:1-16); de la urgencia de un genuino y radical cambio de manera de pensar, metanoia, que se despoje de los hábitos y mentalidad propios de la vieja humanidad y se vista como es propio de la nueva humanidad en Cristo, con justicia y santidad genuinas (Efe 4:17-24).

Ello implica, evitar y resistir aquellos pecados que destruyen la vida comunitaria y cultivar aquellos que la construyen y edifican. El modelo para esta tarea es Jesús; su vida de servicio y entrega por amor a nosotros (Efe 4:25-32; Efe 5:1-2). Así podremos cumplir con nuestra tarea profética en la sociedad en que vivimos (inmoral, consumista e idolatra) y ser luz del mundo. Cumplimos esa función por medio de un estilo de vida alternativo al de la sociedad, una renuncia cotidiana a su hedonismo e idolatría consumista y una denuncia de los males que la destruyen (Efe 5:3-14).

Así pues, en esta sección que marca la transición del ámbito comunitario y social al doméstico, encontramos tres imperativos que marcan la pauta y sirven de guía fundamental para las relaciones familiares. Cada uno de los tres mandatos tiene la peculiaridad de que primero introduce una prohibición seguida de una orden positiva. Es una manera de hacer más claro el significado del mandato, mostrando los dos lados de la moneda. Esto puede ser algo problemático en algunos idiomas y por ello recomendamos que se busque la mejor manera de expresar las ideas. En algunos casos quizás sea necesario revertir el orden del imperativo y poner primero el sentido positivo y luego el negativo. Por ejemplo: “Miren cuidadosamente cómo se comportan, háganlo como gente sabia y no como tonta”.

TÍTULO: Hemos sugerido al principio de esta unidad el título: Vivamos con sabiduría y llenos del Espíritu Santo. También se puede titular “Una conducta sabia y santa,” lo cual capta dos elementos centrales el pasaje. Si queremos acentuar los imperativos, entonces podemos poner el título, “un llamado a vivir sabia y santamente.” Otra posibilidad que incluye elementos del contexto es esta: “viviendo con sabiduría y santidad en la sociedad y en el hogar.”

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

El primer imperativo es un llamado a comportarnos con sabiduría. El diagrama que se presenta a continuación, con algunas breves modificaciones que, a nuestro juicio, reflejan mejor la intención del texto original, permite observar la manera en que los diversos enunciados y cláusulas se relacionan entre sí.

Hay una variante textual de importancia que explicamos más adelante en la sección de Crítica Textual, y que puede modificar el sentido del texto. El diagrama siguiente concuerda con el texto de los manuscritos más antiguos y confiables.

Por tanto,

Mirad

con diligencia

cómo andéis

no como necios

sino como sabios

aprovechando bien el tiempo,

porque los días son malos.

En este diagrama notamos lo siguiente. El verbo principal, mirad, está modificado por la frase adverbial con diligencia. El complemento del verbo es la expresión cómo andéis. Está a su vez se califica con dos expresiones: no como necios, sino como sabios. El gerundio aprovechando expresa la idea adverbial de manera y nos dice cómo debemos comportarnos con sabiduría, es decir, en qué consiste comportarse como una persona sabia: aprovechando el tiempo.

La palabra griega oun, que se traduce pues/por tanto, se usa para introducir un enunciado o frase que exprese la idea de consecuencia, y así conecta lo dicho anteriormente con lo que ahora se plantea. De hecho, en la estructura de toda esta sección exhortativa (cap. Efe 4:1-32; Efe 5:1-33; Efe 6:1-24), cuatro veces se usa esta cláusula (Efe 4:17, Efe 4:25, Efe 5:1 y Efe 5:15) para conectar el argumento que ésta introduce como una consecuencia lógica de lo anteriormente dicho. De esta manera, se forma una especie de cadena de cuatro unidades.

Así, el pues/por tanto, nos remite al contexto inmediato del v. Efe 5:8 que indicaba: ahora sois luz en el Señor. Andad como hijos de luz. DHH acentúa con fuerza esta conexión cuando traduce: «Por lo tanto, cuiden mucho su comportamiento». NBE traduce: «Por consiguiente ». Es decir, en virtud de nuestro llamado a ser luz del mundo y realizar eficaz y fielmente nuestra misión profética ante la sociedad, “debemos cuidar meticulosamente nuestro comportamiento”.

Además, ya señalábamos anteriormente, que si vamos a cumplir con nuestra vocación profética, es fundamental que nuestra conducta muestre el fruto del Espíritu y sea una genuina alternativa ético-moral para la sociedad en que vivimos. Dicha conducta (Andad cf. Efe 2:2), como ya se indicaba en Efe 5:10 requiere sabiduría y discernimiento. Esa idea se reitera ahora en los vv. Efe 5:16 y Efe 5:17.

El adverbio o frase adverbial con diligencia califica al verbo mirad y nos indica cómo se ha de efectuar una vigilancia estrecha de nuestra conducta. Además de tomar en cuenta la traducción de la TLA, veamos algunos ejemplos sobre la traducción de este versículo: «Por lo tanto, cuiden mucho su comportamiento. No vivan neciamente, sino con sabiduría» (DHH); «Tened pues mucho cuidado de cómo os conducís » (BNM); «Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios» (NVI).

De manera que es deber del cristiano vigilar estrechamente su propia conducta para no ser como la de los tontos, sino como la persona sabia. Ya hemos indicado también (cf. Efe 1:8 y Efe 5:17) que la sabiduría en el sentido bíblico no tiene que ver con la acumulación de conocimientos o la capacidad de raciocinio. Es la sabiduría para conducir nuestra vida de acuerdo al propósito de Dios de establecer su reino de paz y justicia en este mundo, tal como lo inició el Mesías Jesús (Isa 11:1-9). Ser sabio es hacer que nuestra vida sea del agrado de Dios. Que nuestras decisiones éticas le honren y complazcan (Efe 5:10). En el contexto de la carta y del propósito eterno de Dios que es shalom (Efe 1:10), necesitamos al Espíritu de sabiduría y conocimiento (Efe 1:17) para que podamos manifestar su fruto que es bondad, justicia y verdad (Efe 5:9; cf. Mat 6:33 y Rom 14:17).

El Textus Receptus ha hecho un cambio de orden en el principio de este versículo y en él se lee «Mirad cómo andéis avisadamente» (RV). Es decir, la frase “con diligencia/avisadamente” modifica al verbo andéis y no a mirad. En tal caso, su traducción debe expresar la idea de “una estricta conformidad a una regla o norma” (BAG). La lectura “Mirad con diligencia”, se encuentra en los manuscritos más antiguos y confiables (papiro 46, el texto original del Sinaítico, el Vaticano y otros más).

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

¡Vivid en la sabiduría que da el Espíritu! Al llamado a dejar el engaño por la verdad en Jesús (4:17-5:2), y a dejar las tinieblas por la luz que brota de él (5:3-14), Pablo agrega ahora el llamado a dejar la insensatez para abrazar la sabiduría que da el Espíritu. Esa sabiduría se expresa especialmente en el sabio uso del tiempo, en una adoración y gratitud sinceras y en el respeto y la sumisión mutuos (15-21).

18-24 Gramaticalmente, estos versículos conforman una sola frase (algo que ninguna traducción refleja). Esto significa que la exhortación a las esposas y los esposos en los vv. 22-33 (junto con las palabras semejantes que encontramos en 6:1-9) son presentadas como un ejemplo típico de la sabiduría respetuosa y sumisa que debería caracterizar a los creyentes. Por cierto, el verbo “estén sujetas”, que la mayoría de las traducciones introducen en el v. 22, no tiene equivalente (no existe) en el gr. de la oración original de Pablo, sino que se lo da por entendido por aparecer en la proposición subordinada con gerundio “sometiéndoos unos a otros” del v. 21 (en consecuencia, la BJ traduce, iniciando el párrafo con el v. 21: “Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo. Las mujeres a sus maridos, como al Señor.”).

Aunque 5:22-6:9 está en estrecha unidad con 5:15-21, tiene independencia de forma y origen. Lutero se refirió a este material como las “normas para el hogar”, y es obvio que tenían amplia circulación en la iglesia (ver Col. 3:18-4:1; 1 Ped. 2:18-3:7). Normas similares se encuentran en el judaísmo y las discusiones éticas de los filósofos griegos. Las palabras y el contenido de la presentación más simple (que se preserva en Col.) sugieren que tuvo su origen en el cristianismo judío de habla gr. Mientras las normas griegas hablaban sólo a los hombres libres respecto de la manera en que debían tratar a esposa, hijos y esclavos; estas normas hablan y protegen, al estilo judío, a las partes más débiles también. El contenido específicamente cristiano de las normas escritas en Col., emerge principalmente en la repetición de “en el Señor” (Col. 3:18), “agradable en el Señor” (Col. 3:20), “temiendo a Dios” (Col. 3:22) (ver también Col. 3:23, 24). Están más elaboradas en el texto de Ef., que es una reedición y ampliación de la enseñanza de Col. 3:15-4:1. La reelaboración más dramática es la del consejo a los esposos y esposas, a quienes Pablo utiliza para ejemplificar la unión de Cristo y la iglesia. ¡Aquí, las 22 palabras de Col. 3:18, 19 se han convertido en 200!

Muchos comentaristas sostienen que la ética de estas normas era socialmente revolucionaria, y encuentran evidencias de esto en el pedido de sumisión mutua (21), que interpretan como significando que los esposos deben someterse a las esposas, los padres a los hijos, y los amos a los esclavos, y viceversa. Pero las normas son, cuando más, socialmente conservadoras, patriarcales, y dadas para confirmar que los cristianos no debían socavar la comprensión generalizada del orden social (ver Lincoln). La norma de Col. (escrita quizá sólo pocos días antes que la de Ef.) demanda exactamente las mismas clases de sumisión y obediencia externa que podrían encontrarse casi en cualquier otro escrito del mundo antiguo. No debe considerarse que el v. 21 anule a aquélla, sino que es un llamado a la sumisión mutua dentro de cada nivel jerárquico, y de los hijos a los padres y esclavos; los esclavos a los amos (¿y sus esposas?); y las esposas a los esposos. Si Pablo realmente hubiera querido hablar de una sumisión totalmente recíproca (que hubiera sido completamente inesperada en el mundo antiguo), debería haber aclarado al menos una vez, y en forma explícita, p. ej. que los padres deben someterse a los hijos.

Afirmar que estas normas eran socialmente más conformistas, en el aspecto social, que revolucionarias sería, no obstante, erróneo; dentro del orden jerárquico social que respetan eran radicales y profundamente liberadoras. Hablan específicamente a los esclavos, las esposas y los hijos (algo inusual en el mundo antiguo); a ellos se les declara su propio llamado a vivir delante del Señor, lo cual es tan responsable, honorable e importante como el llamado a vivir como amo, padre y esposo. Estos últimos pueden ser papeles diferentes, que conllevan mayor autoridad social y mayor responsabilidad, pero no son papeles mejores. Esto lo afirma la venida del Hijo en total sumisión al Padre y para servir a la iglesia dándose a sí mismo por ella. Por cierto, las mismas jerarquías sociales que la norma reconoce se consideran efímeras y de importancia secundaria ante Dios que es imparcial (9), y bajo el Señor para quien deben hacerse todas las cosas, y ante quien tanto el amo como el esclavo son igualmente responsables. Estas normas por tanto confirman también Gál. 3:28 y Col. 3:11; y Ef. brinda una nueva visión cristiana particularmente radical sobre el matrimonio (ver sobre 5:22, 23).

15-21 El llamado a una vida que refleje sabiduría, no imprudencia, se especifica de tres maneras relacionadas entre sí. La primera, se expresa bien en la traducción de la DHH y otras versiones: “Aprovechando bien el tiempo (presente), porque los días son malos” (16); y esto probablemente debe ser interpretado como que los poderes del mal tienen fuertemente atrapada a la humanidad en esta era, llevándola a una desobediencia autoindulgente (ver 2:1-3), pero los cristianos deben ordenar sus vidas y prioridades para la gloria de Dios. 17 Ofrece entonces una segunda especificación relacionada con la primera: la vida de insensatez debe ser abandonada en favor de una que desee descubrir y vivir la voluntad de Dios.

18 Presenta la tercera especificación, estableciendo el contraste entre una vida de embriaguez y una vida llena del Espíritu. No se presenta aquí un contraste entre dos formas de embriaguez: ésta era simplemente una expresión normal, verdaderamente proverbial de la insensatez en la literatura sapiencial judía, y se la contrasta con el Espíritu que (en forma igualmente proverbial) era considerado fuente de sabiduría y entendimiento (como en 1:17; 3:16-18). Ser llenos del Espíritu no debe entenderse aquí en un sentido distintivamente carismático (aunque puede incluirlo), sino a la luz del sentido dado a “llenar” y “plenitud” en otras partes de la carta (1:23; 3:19b; 4:10) como una presencia continua y activa del Espíritu que comunica a Cristo y la vida de la nueva creación. 19 Continúa la frase iniciada en el v. 18 y se detalla lo que significa ser llenos del Espíritu: se expresa en la adoración corporativa (19a), la canción de adoración (19b), el agradecimiento a Dios (20; cf. 1:3-14; 15, 16; 3:20, 21) y la sumisión mutua (21). Eclesiástico (un ejemplo de la literatura sapiencial del siglo II a. de J.C.) ofrece un buen paralelo con el pensamiento de Pablo aquí: “Si el gran Señor lo quiere, del espíritu de inteligencia será lleno: El mismo derramará como lluvia las palabras de su sabiduría, y en la oración dará gracias al Señor” (Eclesiástico 39:6, BJ).

22-24 El llamado a que las esposas obedezcan a sus esposos (y esto es aprox. lo que el verbo “estar sujetas” significa en este contexto; cf. 1 Ped. 3:5, 6) era virtualmente una convención universal en todo el mundo paulino. Pero el Apóstol refuerza esta convención con la afirmación de que el esposo es cabeza de la esposa, lo cual en 1 Cor. 11 está basado en el relato de Adán y Eva en Gén. “Cabeza” significa amo (ver sobre 1:22); contrariamente a lo que muchos afirman, la palabra nunca significó “origen” en el gr. bíblico. Entonces, el llamado es reforzado (trascendiendo a la convención) por la analogía que Pablo hace entre el matrimonio y la relación de Cristo con la iglesia, en la que se pide a la esposa que se sujete a Cristo en la misma forma que la iglesia se somete a su cabeza, Cristo (es decir, respondiendo a su amor, con gozo, y por un deseo de su corazón, no a regañadientes o bajo compulsión).

25-29 El encargo a los esposos de amar a sus esposas también está bien reflejado en las mejores convenciones de su época, pero Pablo le da aquí un contenido radicalmente nuevo por medio de la analogía Cristo-iglesia. Cristo se dio a sí mismo por la iglesia en amor, y en amor la perfecciona (habiéndola purificado … con la palabra) para el día en que se unirá más plenamente con ella. (La referencia del v. 26 no es al bautismo.) Pablo no cree que la analogía sea aplicable en todos sus detalles, sino que así como Cristo considera que la iglesia se ha convertido en su propio cuerpo, por medio del compromiso a unirse en matrimonio, y hace todo con amor y por su bien, así debería hacerlo el es- poso por su esposa (28). Debería reconocer que al amarla se ama a sí mismo; porque ella está unida a él en una sola carne (28, 29; cf. 31).

30-33 Pablo conocía perfectamente el significado lit. de Gén. 2:24, pero consideraba al misterio de la unidad cósmica en Cristo, y especialmente la unión entre Cristo y su cuerpo, prefigurados en cierto sentido en el lazo matrimonial. Para él hay una relación tipológica entre la creación en unidad con Dios y la redención que nos lleva a la unidad con Dios. Esa unidad original nunca estuvo mejor representada que en la unión de Adán con Eva anterior a la caída, y Pablo sostiene que la unión de Cristo con su iglesia es su contraparte redentora. El paralelo no era accidental: como observa Lincoln: “Cristo ya había sido considerado en términos adámicos en Ef. 1:2 … y por lo tanto un texto que se refiera a la unión física de Adán puede ahora ser utilizado para referirse a la unión de Cristo con la iglesia” (Lincoln, p. 382). Pero si Pablo ve al matrimonio como una ilustración de la unión de la nueva creación, debe tenerse en cuenta que también interpreta al matrimonio a la luz de esa unión Cristo-iglesia; y, por lo tanto, transforma el concepto de la relación del matrimonio, y le da al mundo el más alto ideal de matrimonio que éste haya conocido.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

e 287 Mat 10:16; 1Ti 4:8; 2Ti 2:22

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

15 super (1) El quinto punto de un andar digno del llamamiento de Dios consiste en que vivamos siendo llenos en el espíritu (vs.15-21). Los primeros cuatro aspectos de este andar digno son guardar la unidad, crecer en Aquel que es la Cabeza, aprender a Cristo y vivir en amor y en luz. El resultado de tener estos cuatro aspectos de un andar digno es que somos espontáneamente llenos en nuestro espíritu. De este llenar interno vendrá la sumisión, el amor, la obediencia, el cuidado por otros, y todas las otras virtudes de una vida cristiana apropiada con respecto a la vida de iglesia, la vida familiar y la vida comunitaria. ¡Qué vida tenemos cuando mostramos los cinco aspectos de un andar que es digno del llamamiento de Dios!

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

diligentemente… Lit. esmero.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., mirad cuidadosamente

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. esmero.

Fuente: La Biblia Textual III Edición