Comentario de Efesios 5:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Y no os embriaguéis con vino, pues en esto hay desenfreno. Más bien, sed llenos del Espíritu,

5:18 — «No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución (libertinaje)». El embriagarse y el libertinaje son íntimos compañeros, porque el alcohol suprime o quita la restricción moral y calla la conciencia. Por lo tanto, los que están bajo la influencia del alcohol, toman libertades para decir o hacer cosas que normalmente no dicen ni hacen. Es por esto que muchos se sienten más valientes cuando beben alcohol; la timidez se suprime. Pero no reconocen el efecto que el alcohol tiene sobre su mente. Creen que pueden conducir un auto mejor que nunca, y por eso en más de la mitad de los accidentes de automóviles está involucrado el alcohol.

Pero la sociedad no quiere hablar de «borrachos» (se dice «alcohólicos»), y, desde luego, para muchos la borrachera no es pecado, sino una enfermedad. Según la mentalidad moderna, los «alcohólicos» son víctimas de los tiempos y de las presiones de la civilización moderna. ¿Quién debe hacer algo para corregir el problema? Pues, el gobierno, sin lugar a dudas (porque los del mundo no creen en la responsabilidad individual, ni en la del hogar). Pero el gobierno no puede corregir el mal, porque muchos senadores, representantes, jueces, etc. practican este vicio.

Además, la industria de toda clase de bebidas alcohólicas paga muchos impuestos, ayuda en las campañas políticas, y pone mucha presión sobre los gobernantes para que no haya problemas grandes.

Hay hermanos que enseñan que está bien tomar alcohol con moderación, y defienden la «bebida social». Dicen que la Biblia condena solamente la borrachera. Pero considérese bien 1Pe 4:3, que menciona «borracheras» (oinophlugiais), y en el mismo versículo dice, » potois » que tiene que ver con beber bebidas alcohólicas, pero no necesariamente con exceso. La Versión New American Standard Bible traduce la palabra «potois» como «fiestas para beber»; esto demuestra que no se condena solamente la borrachera, sino el beber mismo.

Dice el Sr. R. C. Trench en su libro, «Synonyms of the New Testament» que la palabra » potos » no significa necesariamente el exceso de beber, sino que da oportunidad para el exceso. El punto es que Pedro condena esta práctica de beber y no solamente la borrachera. El emplea tres palabras: potois, komois, y oinophlugiais. Representan tres niveles: » potois » se refiere a los que están simplemente tomando, y no necesariamente en exceso; » komois » se refiere a los que han tomado más y están más bajo la influencia del alcohol (pero todavía están muy vivos, hablan y cantan, y se gozan de la ocasión); luego viene la borrachera, el estado de aquel que tropieza y se cae, habla y canta pero puras tonterías, se duerme en un estupor, y luego se despierta con martillazos en el cerebro.

— «antes bien sed llenos del Espíritu», un contraste entre «llenos del Espíritu» y llenos del alcohol. Y ¡qué contraste! El Espíritu Santo ilumina la mente, mientras que el vino la oscurece y destruye. El Espíritu de Dios nos ayuda a gobernar nuestro cuerpo con sus apetitos, pero el vino suprime el impulso moral, y quita la fuerza y control del dominio propio. El vino quita los frenos que la conciencia aplica a la conducta. El desenfreno causado por el vino produce pleitos (porque quita inhibiciones y da valor), adulterios (porque quita inhibiciones morales), y toda forma de libertinaje y disolución. «El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, y cualquiera que por ellos yerra no es sabio» (Pro 20:1; véase también Pro 23:29-35).

Como el vino promueve toda forma de destrucción, el Espíritu promueve toda forma de edificación. Construye y fortalece los muros de defensa contra tentaciones; fortalece nuestra voluntad, y da dirección a las emociones.

¿Quién está en verdad lleno del Espíritu? ¿Los carismáticos que hablan tanto del Espíritu Santo? Se requiere mucho más que el sólo pronunciar su nombre. Los que están verdaderamente llenos del Espíritu son aquellos que están completamente bajo su dirección a través de su Palabra. «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios» (Rom 8:14). Estos llevarán el «fruto del Espíritu» (Gál 5:21-22). Los que no siguen las enseñanzas del Espíritu Santo entregadas por los hombres inspirados del primer siglo, y que no llevan el fruto del Espíritu no son llenos del Espíritu, no obstante lo fuerte de sus gritos acerca del Espíritu Santo.

La expresión “llenos del Espíritu” no implica que alguno pueda ser medio lleno del Espíritu, porque si no estamos “llenos del Espíritu”, estamos “llenos” de Satanás (cosas malas; compárense Efe 5:18, vino; Luc 4:28-29, ira; Hch 5:3, engaño, 17, celos, etc.).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

no os embriaguéis con vino. Gén 9:21; Gén 19:32-35; Deu 21:20; Sal 69:12; Pro 20:1; Pro 23:20, Pro 23:21, Pro 23:29-35; Isa 5:11-13, Isa 5:22; Mat 24:49; Luc 12:45; Luc 21:34; Rom 13:13; 1Co 5:11; 1Co 6:10; 1Co 11:21; Gál 5:21; 1Ts 5:7.

en lo cual hay disolución. Mat 23:25; 1Pe 4:3, 1Pe 4:4.

sed llenos del Espíritu. Sal 63:3-5; Cnt 1:4; Cnt 7:9; Isa 25:6; Isa 55:1; Zac 9:15-17; Luc 11:13; Hch 2:13-18; Hch 11:24; Gál 5:22-25.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Tal como una persona embriagada con vino está bajo la influencia del alcohol, los creyentes llenos del Espíritu están bajo la influencia del Espíritu Santo. Ser llenos es un paso más allá de ser sellados por el Espíritu Santo (Efe 1:3). Sellar es algo que Dios hace en el momento de nuestro nuevo nacimiento. La forma verbal de la palabra griega que se traduce llenos indica que este llenarse es una acción que se repite en el tiempo una y otra vez. Es algo que Pablo pide a los creyentes de Éfeso que hagan. En otras palabras, no todos los cristianos están llenos del Espíritu en cambio todos fueron sellados (Efe 4:30).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

VINO. La plenitud del Espíritu Santo depende de la respuesta de los creyentes a la gracia que se le ha dado para alcanzar y mantener la santificación. Es decir, no se puede estar embriagado «con vino» y al mismo tiempo ser lleno «del Espíritu». Pablo advierte a todos los creyentes acerca de las obras de la carne, que los que las hacen «no heredaran el reino de Dios» (Gál 5:19-21; cf. Efe 5:3-7). Además, los que «practican tales cosas» (Gál 5:21) no disfrutaran de la presencia permanente ni de la plenitud del Espíritu Santo. Es decir, la ausencia del «fruto del Espíritu» (Gál 5:22-23) indica que se carece de la plenitud del Espíritu (véase Hch 8:21, nota).

LLENOS DEL ESPÍRITU. «Sed llenos» tiene el significado en griego de «ser llenos repetidas veces». Los hijos de Dios deben ir renovándose al experimentar constantemente la plenitud del Espíritu Santo (Efe 3:14-19; Efe 4:22-24; Rom 12:2).

(1) Los creyentes deben ser bautizados en el Espíritu Santo después de la conversión (véanse Hch 1:5; Hch 2:4), pero también deben ser llenos del Espíritu repetidas veces para la adoración, el servicio y el testimonio (véase Hch 4:31-33, nota).

(2) El Espíritu llena a los creyentes de continuo cuando mantienen la fe viva en Jesucristo (Gál 3:5), están llenos de la Palabra de Dios (Col 3:16), oran, dan gracias y cantan al Señor (Efe 5:19-20; 1Co 14:15), sirven a los demás (Efe 5:21) y hacen lo que desea el Espíritu (Efe 4:30; Rom 8:1-14; Gál 5:16 ss; 1Ts 5:19).

(3) A continuación se observan varios resultados del ser llenos del Espíritu:

(a) Hablarle a Dios con alegría, cantando salmos, himnos y canticos espirituales (Efe 5:19);

(b) dar gracias (Efe 5:20) y

(c) someterse unos a otros (Efe 5:21).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

No os embriaguéis con vino. Aunque en las Escrituras siempre se condena todo tipo de embriaguez (vea las notas sobre Pro 23:35 ; Pro 31:4-5; Isa 5:11-12 ; Isa 28:7-8; cp. 1Co 5:11; 1Pe 4:3), el contexto indica que Pablo hace alusión específica a las orgías embriagadoras que se asociaban con muchas ceremonias religiosas paganas de la época. Al parecer, en ellas se inducía algún tipo de comunión extática con supuestas deidades. Pablo se refiere en otro texto a este tipo de participación pecaminosa en «la copa de los demonios» (vea las notas sobre 1Co 10:19-20). antes bien sed llenos del Espíritu. Vea las notas sobre Hch 2:4 ; Hch 4:8 ; Hch 4:31 ; Hch 6:3. La comunión verdadera con Dios no se induce por la embriaguez sino por el Espíritu Santo. Pablo no está hablando de la morada del Espíritu Santo (Rom 8:9) o del bautismo por Cristo con el Espíritu Santo (1Co 12:13), porque todo cristiano es habitado y bautizado por el Espíritu en el momento de la salvación. El apóstol presenta más bien un mandato para que los creyentes vivan todo el tiempo bajo la influencia del Espíritu al permitir que la Palabra de Dios los controle (vea la nota sobre Col 3:16) y al llevar una vida pura, confesar todos sus pecados, morir a sí mismos, rendirse a la voluntad de Dios y depender de su poder en todas las cosas. Ser llenos del Espíritu significa vivir en la presencia consciente del Señor Jesucristo y permitir que su mente, por medio de la Palabra, domine todo lo que se piensa y se hace. Ser llenos del Espíritu es lo mismo que andar en el Espíritu (vea las notas sobre Gál 5:16-23). Cristo ejemplificó a perfección esta manera de vivir (Luc 4:1).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:18 — «No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución (libertinaje)». El embriagarse y el libertinaje son íntimos compañeros, porque el alcohol suprime o quita la restricción moral y calla la conciencia. Por lo tanto, los que están bajo la influencia del alcohol, toman libertades para decir o hacer cosas que normalmente no dicen ni hacen. Es por esto que muchos se sienten más valientes cuando beben alcohol; la timidez se suprime. Pero no reconocen el efecto que el alcohol tiene sobre su mente. Creen que pueden conducir un auto mejor que nunca, y por eso en más de la mitad de los accidentes de automóviles está involucrado el alcohol.
Pero la sociedad no quiere hablar de «borrachos» (se dice «alcohólicos»), y, desde luego, para muchos la borrachera no es pecado, sino una enfermedad. Según la mentalidad moderna, los «alcohólicos» son víctimas de los tiempos y de las presiones de la civilización moderna. ¿Quién debe hacer algo para corregir el problema? Pues, el gobierno, sin lugar a dudas (porque los del mundo no creen en la responsabilidad individual, ni en la del hogar). Pero el gobierno no puede corregir el mal, porque muchos senadores, representantes, jueces, etc. practican este vicio.
Además, la industria de toda clase de bebidas alcohólicas paga muchos impuestos, ayuda en las campañas políticas, y pone mucha presión sobre los gobernantes para que no haya problemas grandes.
Hay hermanos que enseñan que está bien tomar alcohol con moderación, y defienden la «bebida social». Dicen que la Biblia condena solamente la borrachera. Pero considérese bien 1Pe 4:3, que menciona «borracheras» (oinophlugiais), y en el mismo versículo dice, » potois » que tiene que ver con beber bebidas alcohólicas, pero no necesariamente con exceso. La Versión New American Standard Bible traduce la palabra «potois» como «fiestas para beber»; esto demuestra que no se condena solamente la borrachera, sino el beber mismo.
Dice el Sr. R. C. Trench en su libro, «Synonyms of the New Testament» que la palabra » potos » no significa necesariamente el exceso de beber, sino que da oportunidad para el exceso. El punto es que Pedro condena esta práctica de beber y no solamente la borrachera. El emplea tres palabras: potois, komois, y oinophlugiais. Representan tres niveles: » potois » se refiere a los que están simplemente tomando, y no necesariamente en exceso; » komois » se refiere a los que han tomado más y están más bajo la influencia del alcohol (pero todavía están muy vivos, hablan y cantan, y se gozan de la ocasión); luego viene la borrachera, el estado de aquel que tropieza y se cae, habla y canta pero puras tonterías, se duerme en un estupor, y luego se despierta con martillazos en el cerebro.
— «antes bien sed llenos del Espíritu», un contraste entre «llenos del Espíritu» y llenos del alcohol. Y ¡qué contraste! El Espíritu Santo ilumina la mente, mientras que el vino la oscurece y destruye. El Espíritu de Dios nos ayuda a gobernar nuestro cuerpo con sus apetitos, pero el vino suprime el impulso moral, y quita la fuerza y control del dominio propio. El vino quita los frenos que la conciencia aplica a la conducta. El desenfreno causado por el vino produce pleitos (porque quita inhibiciones y da valor), adulterios (porque quita inhibiciones morales), y toda forma de libertinaje y disolución. «El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, y cualquiera que por ellos yerra no es sabio» (Pro 20:1; véase también Pro 23:29-35).
Como el vino promueve toda forma de destrucción, el Espíritu promueve toda forma de edificación. Construye y fortalece los muros de defensa contra tentaciones; fortalece nuestra voluntad, y da dirección a las emociones.
¿Quién está en verdad lleno del Espíritu? ¿Los carismáticos que hablan tanto del Espíritu Santo? Se requiere mucho más que el sólo pronunciar su nombre. Los que están verdaderamente llenos del Espíritu son aquellos que están completamente bajo su dirección a través de su Palabra. «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios» (Rom 8:14). Estos llevarán el «fruto del Espíritu» (Gál 5:21-22). Los que no siguen las enseñanzas del Espíritu Santo entregadas por los hombres inspirados del primer siglo, y que no llevan el fruto del Espíritu no son llenos del Espíritu, no obstante lo fuerte de sus gritos acerca del Espíritu Santo.
La expresión “llenos del Espíritu” no implica que alguno pueda ser medio lleno del Espíritu, porque si no estamos “llenos del Espíritu”, estamos “llenos” de Satanás (cosas malas; compárense Efe 5:18, vino; Luc 4:28-29, ira; Hch 5:3, engaño, 17, celos, etc.).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Aunque en nuestra versión base tenemos tres oraciones gramaticales, en el texto griego encontramos una sola, por lo menos hasta el v. Efe 5:21. La siguiente estructura arbórea nos permite apreciar mejor la relación que existe entre las varias cláusulas y enunciados de este párrafo.

Sed llenos del Espíritu

hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales,

cantando y

alabando al Señor

en vuestros corazones;

dando siempre gracias

por todo

al Dios y Padre,

en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Sujetados los unos a los otros en el temor de Dios.

Como habíamos ya indicado, este es el tercer imperativo que incluye tanto una prohibición como una orden positiva: No os embriaguéis antes bien sed llenos El contraste y la imagen que este imperativo evoca iluminan considerablemente el significado del texto. Ambas imágenes tienen en común la idea de abundancia. Estar lleno de vino o del Espíritu. La embriaguez con vino (cf. Pro 23:31, LXX) conduce a la disolución. Es una alusión a la persona que se encuentra regularmente (tiempo presente del imperativo) bajo la influencia total del alcohol y pierde el control de sí misma, y actúa estúpidamente haciendo toda clase de barbaridades y tonterías. Es la falta de control que conduce a sufrir consecuencias desastrosas. Obviamente, va en contra de lo que se acaba de decir en los versículos anteriores sobre la urgencia de conducirnos con sabiduría y discernimiento. La mención del abuso del vino responde, en parte, a que éste era uno de los problemas más característicos del mundo pagano en aquellos días. Ese problema, además de ser una realidad social, era también parte de la vida religiosa de muchos ritos en el Asia Menor. Tenemos, por ejemplo, el culto ofrecido al dios Baco, que culminaba con las famosas bacanales en las que el desenfreno y la inmoralidad reinaban.

En contraste, se sugiere, la vida llena del Espíritu conduce a una vida integrada, de genuino y duradero gozo y de dominio propio (que es fruto del Espíritu en Gál 5:23) que significa el control de las pasiones y deseos perversos (como la inmoralidad sexual y la avaricia de Efe 5:3-5). Es significativo hacer un rápido análisis morfosintáctico del verbo sed llenos ya que nos arroja información importante. El imperativo es eso, un mandato, una orden y por ello no es opcional para la comunidad cristiana: “Deben ser llenos”. No hacerlo es desobedecer a Dios. Además, su número es plural: “ustedes”, toda la comunidad y no sólo una elite de ella: “Todos ustedes deben ser llenos”. El tiempo del gerundio es presente, lo cual en el griego indica una acción continua y repetida. Esto nos indica que el autor no tiene en mente un acto esporádico sino una cualidad constante: “todos ustedes deben estar todo el tiempo/continuamente llenos del Espíritu”. Y por último, la voz es pasiva, con lo cual se señala que quien realiza la acción no es la comunidad cristiana sino alguien fuera de ella, que puede ser Dios Padre, el Hijo o el Espíritu mismo (así lo hacen explícito TLA, BNM): “Todos ustedes deben ser llenados continuamente del Espíritu”. Como esta voz en el castellano es estilísticamente poco recomendable, la mayoría de las versiones usan la voz media o reflexiva.

Es posible que resulte difícil traducir la expresión ser lleno en algunos idiomas. Se puede dar la impresión de que el Espíritu es un líquido o gas. Puesto que el Espíritu Santo es una persona divina, es importante que el traductor busque la manera de expresar en su idioma la expresión que mejor capte esa idea. Por ello se puede traducir como “Estar bajo la influencia o control del Espíritu”. Así lo ha hecho explícito la TLA «permitan que el Espíritu Santo los llene y controle». BNM traduce así: BNM: « lo cual significa disipación, sino dejaos llenar por el Espíritu».

Al mandato sed llenos se le subordinan una serie de cuatro gerundios y un participio. Estos comunican la idea adverbial de resultado o finalidad, es decir, señalan cuáles son las manifestaciones de una vida llena del Espíritu. También se puede decir que los gerundios muestran distintas facetas de una vida plena del Espíritu. Si queremos saber en qué consiste o cómo se muestra una vida bajo el control del Espíritu, Pablo la describe por medio de esos cinco participios griegos. Si esas características están ausentes de nuestra vida, entonces nuestra vida espiritual es muy pobre. Para comunicar esta idea se puede traducir: “vivan bajo el control del Espíritu de manera que hablen canten y alaben den gracias y se sujeten unos a otros”. Esta es otra manera de reiterar algo ya dicho. Sólo es posible vivir a la altura de nuestra vocación y hacer la voluntad de Dios en todas las áreas de la vida, si vivimos bajo el poder del Espíritu Santo (cf. Efe 1:13). Si somos llenos de su plenitud, podremos vivir plenamente para la gloria de Dios.

Las manifestaciones de una vida llena del Espíritu se dan en las siguientes áreas de la vida cristiana:

La adoración gozosa y exuberante:

hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales,

cantando y

alabando al Señor

en/con vuestros corazones

Es sumamente interesante que el primer gerundio tiene un sentido horizontal, es decir, es una acción que se da recíprocamente entre los miembros de la comunidad cristiana: “háblense los unos a los otros/entre ustedes”. El sentido es que el canto litúrgico antifonal es también un medio para edificar a nuestras hermanas y hermanos en la fe. (cf. Col 3:16). Se puede referir a la práctica de recitar cantos ante otros (así traducen BJ, LPD), a una especie de canto antifonal en el que se establece un diálogo entre distintas partes de la congregación o incluso a que al conversar se citen dichos cánticos como otra manera de edificarse mutuamente.

Los diferentes nombres que se le dan a los cantos, salmos, himnos y cánticos espirituales, en realidad no hacen más que acentual su variedad y diversidad. Son sinónimos y su número sirve para intensificar el pensamiento, para dar fuerza retórica a la expresión. En los días del NT los tres términos se usaban indiscriminadamente (ISBE). Algunos identifican los salmos con los que encontramos en el AT; himnos se cree que es una alusión a composiciones cristianas (en el ámbito no cristiano se usaba la palabra como un canto a alguna deidad). Los cánticos espirituales son cánticos inspirados por el Espíritu Santo. Por ello se puede traducir así: “cánticos inspirados por el Espíritu”. En este último sentido algunos piensan que la expresión se refiere a cantar en lenguas. Algunos interpretes sugieren que el adjetivo espirituales se refiere a los tres tipos de cánticos y no solo al último mencionado. De esa manera se haría una distinción entre canciones en general y el canto propiamente cristiano, inspirado por el Espíritu Santo.

De los otros dos gerundios, cantando y alabando, éste último se puede traducir como “tocar un instrumento”. Por eso NBE dice: «cantando y tocando con toda el alma La BP dice: cantando y tañendo ».

Esos cantos también tienen un sentido vertical; se dirigen al Señor. Y, además, han de surgir del fondo de nuestro ser: «de todo corazón» (TLA). En realidad, la preposición griega ense puede traducir al menos con tres preposiciones en castellano: en, por y con/de. Algunas traducciones han optado por “en”, lo cual sugiere un cantar que se hace dentro de uno, en el ámbito del corazón. Da la impresión de ser algo privado e íntimo. Esto va en contra del contexto que señala una adoración comunitaria (véanse como ejemplo de esto RV95 y BL: «Canten y celebren interiormente al Señor»). Otras versiones han optado por la preposición “con” y así traducir la expresión con un sentido de fuerza, profundidad e intencionalidad. Es la fuente y origen de nuestra alabanza. Todo nuestro ser debe estar involucrado en la adoración, ya que el corazón en su sentido bíblico se refiere a la sede de nuestros pensamientos, sentimientos y voluntad: «Canten y alaben al Señor con el corazón» (NVI); «cantando y tocando con toda el alma para el Señor» (NBE).

La gratitud como una actitud fundamental y constante ante la vida cotidiana.

Dando gracias

siempre

por todo

al Dios y Padre,

en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Decimos que la gratitud (cf. Efe 1:16 y Col 3:17) ha de ser una actitud fundamental y constante porque los dos adverbios que la califican, claramente lo indican así: siempre (una cualidad relativa al tiempo) y por todo (cualidad que se refiere a todas las circunstancias de la vida, a todo lo que pasa o acontece). Además la gratitud se dirige al Dios y Padre ya que reconoce que él es la fuente de todas las cosas, aun aquellas que nos son adversas (Rom 8:18-39), y que él es quien tiene todas las cosas bajo su control y las encamina para el bien de los que le aman (Rom 8:28, cf. Job 1:21). Y, finalmente, la gratitud se expresa en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Con ello se señala que sólo en unión con Jesús es posible vivir así. Sólo cuando Jesús habita plenamente en nuestros corazones (Efe 3:17) podemos ser llenos de la plenitud de Dios (Efe 3:19). Esta es otra manera de expresar lo que significa la vida llena del Espíritu. Debido a nuestra unión con el Señor es que le damos gracias. La mayoría de las versiones hacen una traducción literal de esta expresión, como nuestra versión base. La NBE es la única excepción: «Por medio de nuestro Señor, Jesús Mesías, dad gracias por todo ».

La vida doméstica como terreno y ocasión para la entrega y servicio mutuos.

«Sujetados los unos a los otros en el temor de Dios» (RV)

La vida familiar es el tercer espacio que el escritor expresa como manifestación y muestra de una vida llena del Espíritu Santo (cf. el pasaje paralelo en Col 3:18-25; Col 4:1). Las relaciones entre esposa y esposo, hijos y padres y esclavos y amos (que en esa época eran considerados como parte de la familia) son el ámbito propicio y estratégico para mostrar el poder del Espíritu. Esas relaciones se describen por medio del verbo someteos o «sujetados» (cf. Efe 1:22). Esto significa poner primero al otro y buscar su satisfacción y bienestar antes del propio. El pronombre recíproco es de suma importancia: unos a los otros. Aunque más adelante se va a especificar los grupos en los que se está pensando, este versículo establece la norma que es común a todos y cada uno de los miembros de la familia. Todos están llamados a someterse.

Además se añade, en el temor de Dios. La expresión nos recuerda el lenguaje sapiencial del AT, “el temor de Dios es el principio de la sabiduría,” (Pro 1:7) y apunta a la actitud básica de supremo respeto y devoción hacia Dios como la motivación más alta para la conducta. En las relaciones domésticas, los miembros de la familia se someten voluntariamente los unos a los otros motivados por su profundo amor a Dios y en imitación de su Señor Jesús. Por eso se puede traducir: “como prueba de su devoción a Cristo/como muestra de que honran a Cristo”. Nos respetamos mutuamente por respeto a Jesús nuestro Señor: «Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo» (NVI); «Sed dóciles unos con otros por respecto a Cristo» (NBE).

El servicio mutuo y abnegado es la mejor y mayor demostración del poder extraordinario del Espíritu Santo. Es el uso del “poder para servir” como lo ilustra por excelencia Jesús en su vida y ministerio (Efe 5:2 cf. con Mat 20:25-28; Mar 10:42-45; Luc 22:24-27; Rom 12:10; Gál 5:3; Flp 2:3; 1Pe 5:5). Es el “reino del revés”.

Es de suma importancia mantener y acentuar la relación sintáctica que el participio «sujetados» (v. Efe 5:21) guarda con el imperativo sed llenos (v. Efe 5:18). Sólo la RV en su traducción literal refleja esta conexión estrecha. La mayoría de las versiones han hecho un corte precisamente en el v. Efe 5:21 y de hecho lo traducen como otro imperativo iniciando también con él otro párrafo (TLA, BL, BP). Algunas incluso han colocado un subtítulo entre los vv. Efe 5:20 y Efe 5:21 haciendo más drástica la separación (RV95, DHH, BJ, BNM, LPD, NBE).

Es cierto que en ocasiones los participios se pueden traducir con un sentido imperativo; sin embargo, nos parece que en este caso sintáctica y teológicamente eso es incorrecto. Sólo es posible vivir el tipo de vida descrito en esta sección (Efe 5:21-33; Efe 6:1-9) como resultado de una vida llena continuamente por el Espíritu Santo. Esta nota, aunque no se refleja en las traducciones, es ampliamente aceptada por los comentaristas y eruditos bíblicos (cf. ExSu, s.v.)

En Efe 5:21 el Textus Receptus dice en el temor de Dios. Todas las ediciones modernas del NT griego prefieren “en el temor de Cristo” por estar apoyada por los manuscritos más antiguos.

Reflexión bíblica y pastoral

Somos llamados a vivir con sabiduría y santidad discerniendo y haciendo la voluntad de Dios. Esto sólo es posible cuando el Espíritu Santo habita en nosotros en toda su plenitud. Esa plenitud se manifiesta en tres áreas fundamentales: la adoración comunitaria, nuestra actitud agradecida ante la vida y la sumisión mutua en el hogar.

El imperio en turno tiene su propio modelo de convivencia social basado en la coerción e impuesto por la fuerza. Habla de establecer sistemas democráticos en todas las naciones, como si fuera la panacea de todos los males, y usa su poderío militar para ampliar su dominio y control de los recursos de muchos pueblos. Como resultado de sus invasiones, los pueblos están plagados de pobreza, violencia y más terror.

El modelo político-económico de los pocos dueños del dinero ha incrementado la pobreza a niveles vergonzantes. El tejido social se sigue deteriorando aceleradamente y la fragmentación familiar multiplica los problemas sociales de manera alarmante.

El texto bíblico es sin embargo optimista. Debemos en medio de tales días malos vivir con sabiduría e integridad. Somos llamados a manifestar un estilo de vida diametralmente opuesto al que nos ofrecen e ilustran los políticos, los dueños del capital, los artistas y la sociedad consumista y hedonista.

Tenemos en nosotros el extraordinario poder del Espíritu y vivimos con la profunda motivación del amor de Cristo por nosotros. Por ello, podemos vivir como Jesús vivió en este mundo. Usando nuestra vida, dones, talentos y recursos, para el beneficio de los demás. Nuestra escuela primaria y campo de preparación es el ámbito familiar.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

REFERENCIAS CRUZADAS

j 292 Isa 5:11

k 293 Hab 2:15

l 294 Hch 2:4

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

llenos del Espíritu. El creyente debe depender del poder del Espíritu para cada aspecto de su vida. Tal poder es inseparable de la Palabra (6:17).

Fuente: La Biblia de las Américas

18 super (1) Embriagarnos con vino es ser llenos en el cuerpo, mientras que ser llenos en el espíritu (nuestro espíritu regenerado, no el Espíritu de Dios) es ser llenos de Cristo (1:23) hasta la medida de la plenitud de Dios (3:19). Embriagarnos con vino en nuestro cuerpo físico nos trae disolución, pero ser llenos de Cristo, la plenitud de Dios, en nuestro espíritu, hace que rebosemos de Cristo en hablar, cantar, salmodiar y en dar gracias a Dios (vs.19-20), y también hace que nos sometamos unos a otros (v.21).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

sed llenos del Espíritu Santo. Pablo ha enseñado en esta epístola que todos los creyentes son sellados con el Espíritu al creer (Efe 1:13-14; Efe 4:30), pero no todos son llenados, puesto que esto depende de la entrega a la voluntad de Dios (Efe 5:17). La «llenura» es una experiencia que puede repetirse (Hch 2:4; Hch 4:31), y aquí, como en Hechos, está conectada con gozo, denuedo, espiritualidad y carácter cristiano.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

R533 Οἰνῷ se usa como un dativo de medios: no se embriaguen con vino.

R854 La prohibición en presente μὴ μεθύσκεσθε puede implicar que algunos de ellos se embriagaban (comp. aun en la mesa del Señor, 1Co 11:21; en la prohibición μὴ μεθύσκεσθε, el apóstol estaba pronunciando advertencias urgentes contra pecados que seguramente reaparecerían en la comunidad cristiana, o que hasta ese momento sólo habían sido expulsados de manera imperfecta -MT126).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego