Comentario de Efesios 5:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero la inmoralidad sexual y toda impureza o avaricia no se nombren más entre vosotros, como corresponde a santos;

5:3 — «Pero fornicación», un vicio muy común entre los paganos, y parte integral del culto. Las «sacerdotisas» eran prostitutas. Esta palabra se usa alternativamente con la palabra «adulterio» pero «fornicación» comprende más que «adulterio», porque abarca toda forma de acto sexual ilícito (aun incluye la homosexualidad, Jud 1:7).

El cuerpo del cristiano no es para la fornicación (1Co 6:13-20), porque pertenece a Cristo quien lo compró. El cristiano debe aborrecer este pecado como Dios lo aborrece. Debe «huir» de la fornicación (1Co 6:18). Para huir de la fornicación el cristiano debe evitar el baile, la literatura y películas que exhiben la sensualidad y la desnudez, y también las canciones populares tan corruptas y tan entregadas a la suciedad inmoral. Es indispensable que el corazón se guarde de la corrupción, para que la conversación y la conducta sean limpias. «Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios» (Heb 13:4).

— «inmundicia», la impureza, sea de hecho, o de palabra, o de pensamiento.

— «avaricia», que es idolatría, v. 5; Col 3:5.

— «ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos», «ni siquiera se mencionen entre vosotros» (La Biblia de las Américas), que no haya nunca la más mínima sospecha de tal cosa entre los santos. Pablo no está prohibiendo la mención de estos vicios, porque él mismo lo hace repetidas veces, como aquí mismo, sino que los santos vivan sin reproche, que sean irreprensibles, y que no haya ninguna sospecha de que algún hermano sea culpable de tales cosas. «Andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados» (4:1); «las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia… como corresponde a mujeres que profesan piedad» (1Ti 2:9-10); «que os comportéis como es digno del evangelio» (Flp 1:27); «la santidad conviene a tu casa», (Sal 93:5).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

pero fornicación. Efe 5:5; Efe 4:19, Efe 4:20; Núm 25:1; Deu 23:17, Deu 23:18; Mat 15:19; Mar 7:21; Hch 15:20; Rom 1:29; Rom 6:13; 1Co 5:10, 1Co 5:11; 1Co 6:9, 1Co 6:13, 1Co 6:18; 1Co 10:8; 2Co 12:21; Gál 5:19-21; Col 3:5; 1Ts 4:3, 1Ts 4:7; Heb 12:16; Heb 13:4; 2Pe 2:10; Apo 2:14, Apo 2:21; Apo 9:21; Apo 21:8; Apo 22:15.

y toda avaricia. Efe 5:5; Éxo 18:21; Éxo 20:17; Jos 7:21; 1Sa 8:3; Sal 10:3; Sal 119:36; Pro 28:16; Jer 6:13; Jer 8:10; Jer 22:17; Eze 33:31; Miq 2:2; Mar 7:22; Luc 12:15; Luc 16:14; Hch 20:33; 1Co 6:10; Col 3:5; 1Ti 3:3; 1Ti 6:10; 2Ti 3:2; Tit 1:7, Tit 1:11; Heb 13:5; 1Pe 5:2; 2Pe 2:3, 2Pe 2:14.

ni aun se nombre. Efe 5:12; Éxo 23:13; 1Co 5:1.

como conviene a santos. Rom 16:2; Flp 1:27; 1Ti 2:10; Tit 2:3.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Con su templo pagano dedicado a la diosa romana Diana (Hch 19:23-31), Éfeso se parecía a nuestra sociedad actual en cuanto a que imperaban allí el desenfreno sexual y la autosatisfacción. Pablo advierte a los creyentes en Éfeso sobre la existencia de estos peligros.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

fornicación … avaricia. En contraste absoluto a la santidad y el amor de Dios, existen pecados como estos (también en el v. Efe 5:5), por medio de los cuales Satanás procura destruir la obra divina de Dios en sus hijos y alejarlos cuanto pueda de su imagen y voluntad. Como lo hacen muchas otras porciones de las Escrituras, este versículo muestra la conexión inmediata entre el pecado sexual y otras formas de inmundicia y codicia. A una persona inmoral le resulta inevitable ser avariciosa. Esos pecados son tan impíos que el mundo nunca debería tener razón para siquiera sospechar su presencia entre los cristianos.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:3 — «Pero fornicación», un vicio muy común entre los paganos, y parte integral del culto. Las «sacerdotisas» eran prostitutas. Esta palabra se usa alternativamente con la palabra «adulterio» pero «fornicación» comprende más que «adulterio», porque abarca toda forma de acto sexual ilícito (aun incluye la homosexualidad, Jud 1:7).
El cuerpo del cristiano no es para la fornicación (1Co 6:13-20), porque pertenece a Cristo quien lo compró. El cristiano debe aborrecer este pecado como Dios lo aborrece. Debe «huir» de la fornicación (1Co 6:18). Para huir de la fornicación el cristiano debe evitar el baile, la literatura y películas que exhiben la sensualidad y la desnudez, y también las canciones populares tan corruptas y tan entregadas a la suciedad inmoral. Es indispensable que el corazón se guarde de la corrupción, para que la conversación y la conducta sean limpias. «Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios» (Heb 13:4).
— «inmundicia», la impureza, sea de hecho, o de palabra, o de pensamiento.
— «avaricia», que es idolatría, v. 5; Col 3:5.
— «ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos», «ni siquiera se mencionen entre vosotros» (La Biblia de las Américas), que no haya nunca la más mínima sospecha de tal cosa entre los santos. Pablo no está prohibiendo la mención de estos vicios, porque él mismo lo hace repetidas veces, como aquí mismo, sino que los santos vivan sin reproche, que sean irreprensibles, y que no haya ninguna sospecha de que algún hermano sea culpable de tales cosas. «Andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados» (4:1); «las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia… como corresponde a mujeres que profesan piedad» (1Ti 2:9-10); «que os comportéis como es digno del evangelio» (Flp 1:27); «la santidad conviene a tu casa», (Sal 93:5).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Viviendo como hijos de luz, Efe 5:3-14

Análisis de discurso

Esta sección (Efe 5:3-14) es la tercera parte de la sección parenética o exhortativa que inició en Efe 4:17. La transformación de nuestra manera de pesar debe manifestarse en un nuevo estilo de vida. Sólo es posible cambiar la conducta cuando se ha cambiado la manera de pensar (véase en especial Efe 4:17-24, metanoia). En esta sección (Efe 5:3-14) el apóstol menciona algunos pecados que ya ha indicado antes y otros nuevos que eran propios de la inmoralidad prevaleciente en aquella cultura. La iglesia tiene una tarea profética ante la sociedad. Está llamada a ser la luz del mundo (Mat 5:13-16). Esta dimensión de nuestra misión profética, el ser luz, es el que ahora el autor desarrolla de manera elocuente y aguda. En este pasaje sobresalen los conceptos abstractos para describir vicios y virtudes. Como ya hemos mencionado antes, el traductor debe buscar maneras de expresar en formas concretas aquellos términos abstractos que usa el autor.

A partir de Efe 4:25, el autor provee ejemplos concretos del tipo de vida que se espera de los cristianos como hacedores de paz y primicias de una nueva humanidad. Se han de evitar todos aquellos pecados que dañan la vida comunitaria. Ahora en Efe 5:3-14 se nos exhorta a actuar como hijos de luz a fin de cumplir con la tarea profética que tenemos que cumplir ante la sociedad en que vivimos. Dicha tarea es de carácter fundamentalmente ético. Si hemos de ser luz y denunciar los males de la sociedad que nos rodea, es fundamental que los evitemos a toda costa. No pueden alumbrar a los demás quienes viven en tinieblas y son cegados por ellas. La congruencia ético-moral es sine qua non para vivir como hijos de luz. Si queremos funcionar como la conciencia de la sociedad es indispensable que esa conciencia esté limpia.

El marcado énfasis en la ética nos permite intuir que este era uno de los problemas principales experimentados por aquellas comunidades cristianas que vivían en una cultura permisiva, tolerante e incluso promotora de la inmoralidad. Ello se manifestaba, por ejemplo, en el seno de las mismas comunidades de fe que enfrentaban los embates y tentaciones de falsos maestros que promovían inmoralidades como alternativas legítimas y cristianas (véase Hch 20:29-31; 1Ti 4:1-5; 2Ti 3:1-5).

El lugar que este pasaje ocupa en la carta es sumamente significativo. En la primera parte de la carta (caps. Efe 1:1-23; Efe 2:1-22; Efe 3:1-21) se ha celebrado la redención extraordinaria que el Dios trino ha realizado a nuestra favor, manifestando así su profundo amor y gracia para nosotros. Esa redención es el medio por el cual Dios está cumpliendo su propósito a favor de toda su creación. Ese propósito o misterio es poner todas las cosas bajo el señorío de Jesús (Efe 1:10). Es la tarea de reconciliar consigo toda la creación para que viva en armonía (shalom) bajo el reino del Mesías Jesús (Efe 1:20-23). Esa realidad ya ha empezado a ponerse de manifiesto en la iglesia, primicias de la nueva creación que Jesús, por su muerte en la cruz, ya ha empezado a crear aquí y ahora. El ha hecho la paz, él es nuestra paz, él nos anuncia ahora las buenas nuevas de paz. La reconciliación entre los seres humanos se pone de manifiesto en las nuevas comunidades cristianas en las que judíos y gentiles forman una nueva familia (Efe 2:11-22).

Por ello es tarea de la iglesia, la nueva sociedad, vivir de tal manera que con sus valores, principios y conducta ilumine al resto de la sociedad y la atraiga a la luz. Esa nueva forma de vida se ha de manifestar en las relaciones internas (Efe 4:1-32; Efe 5:1-2) y también externas (Efe 5:3-14). Estas últimas tienen un carácter profético. La iglesia, como luz del mundo, debe vivir un estilo de vida alternativo al de la sociedad, ha de resistir ser asimilada a las conductas dominantes del mundo e incluso ha de denunciarlos y ponerlos al descubierto, buscando así atraer a los que están lejos a la luz del Mesías Jesús. La estrategia central del apóstol es a partir de la familia, del ámbito doméstico. Es en ese campo de batalla donde se ha manifestar un estilo de vida alternativo, caracterizado por el servicio mutuo (Efe 5:15-33; Efe 6:1-9) y donde se han de librar las férreas batallas contra los múltiples enemigos, señores y gobernadores de las tinieblas (Efe 6:10-24).

TÍTULO: Un título simple que capta el mensaje central del pasaje es La Iglesia es la luz del mundo. Se puede desglosar un poco y decir: La conducta cristiana, una luz para la sociedad. También sugerimos: Un estilo de vida distinto al de la sociedad. Si se quiere mantener la imagen de luz, hemos puesto arriba, Viviendo como hijos de luz.

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Estos tres versículos constituyen una unidad y por ello los consideramos juntos. Estructuralmente se presentan en una estructura concéntrica en la cual los vv. Efe 5:3 y Efe 5:5 son paralelos y el Efe 5:4 constituye el centro: A B A. Se pueden diagramar de la siguiente manera:

A. Ni aún se nombre entre vosotros

1. fornicación

2. impureza

3. avaricia

como conviene a santos

B. Tampoco digáis palabras deshonestas,

Necedades

Groserías que no convienen

sino más bien acciones de gracias

A’. Pues sabéis que ningún

1′. fornicario

2′. impuro

3′. avaro, que es idolatra

tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.

Se puede notar en este diagrama que el apóstol usa series de tres vicios para hacer su exhortación. La primera y tercera series coinciden en los mismos términos. La repetición no sólo sirve para reiterar la idea sino que también la intensifica.

Si en el primer caso se debe evitar incluso nombrar dichos pecados por no convenir a quienes son santos, en el segundo caso, se describe a quienes los practican, y por ello la advertencia es más grave: tales personas no tienen herencia en el reino. En el primer caso se menciona el concepto abstracto (p.ej. fornicación), en el segundo caso se concreta en personas caracterizadas por ese tipo de conducta (fornicario).

Esto es importante ya que nos permite ver que las personas asociadas con estos vicios son practicantes consuetudinarios. Es decir, no son personas que ocasionalmente cometen dichos pecados, sino aquellas que por cometerlos regular y continuamente son descritas con dichos términos. Esto es muy útil para el traductor ya que le permite expresar concretamente términos abstractos. Así, por ejemplo, puede ilustrar el concepto abstracto fornicación diciendo: “los que cometen todo tipo de inmoralidad sexual”.

Fornicación e impureza son pecados que se refieren a todo tipo de pecado y perversión sexuales (véase el pasaje paralelo en Col 3:5). Avaricia es el otro término asociado con los anteriores, y por ello algunos comentaristas quieren darle un sentido sexual a la palabra. Sin embargo, nos parece que el apóstol incluye aquí, dándole un realce extraordinario, un pecado que apunta a otra área de la vida de aquella sociedad (y aún más de la nuestra) que era igualmente nocivo para la vida: la obsesión con la acumulación de bienes materiales.

Así, la perversión sexual y la codicia enmarcan la conducta social e individual de aquella era. Ambas están, históricamente, bien documentadas. La inmoralidad sexual propia de aquella época llegó a ser proverbial. La conquista desenfrenada del imperio romano a fin de despojar a las naciones de sus riquezas y de su población constituye la mejor ilustración de pleonexia que podemos ofrecer.

Esto sin descontar otras prácticas expresivas de la avaricia (tales como el robo, despojo, saqueo, expropiación, etc.) que a nivel de cada nación y de cada grupo social (incluso bajo el amparo de leyes formuladas ad hoc) se vivían cotidianamente (véase Efe 4:28). Ambos atropellos tienen en común la ambición y el deseo incontrolable de satisfacer los deseos de acumular riquezas sin importar los obstáculos que haya en el camino y las acciones inmorales que se cometan para obtener lo buscado.

Esto, ni aun se nombre entre vosotros. La expresión tiene una enorme fuerza, ya que en realidad indica que los cristianos deben estar lo más lejos posible de cometer semejantes faltas. Si ni siquiera se deben nombrar, ¡mucho menos practicar! No quiere decir que un cristiano nunca hable de tales temas. La idea es, más bien, que esos pecados no deben practicarse entre ellos para que no sean tema de conversaciones o murmuraciones.

Como conviene a santos. El uso de la palabra santos pone de realce no solo la pureza moral que ha de caracterizar a los cristianos sino también la incompatibilidad de los pecados mencionados con su carácter. Por ello, aunque la TLA quiere evitar este término y lo sustituye por «pueblo de Dios», en este caso ha debilitado la fuerza de la expresión y el contraste sugeridos en el original. Por ello, se podría traducir: “como conviene a quienes se comportan con rectitud”.

Esta última expresión, «ni siquiera deben hablar », da lugar a la parte central de estos versículos (Efe 5:4), donde encontramos nuevamente una exhortación con respecto al uso de las palabras. Tema central en los párrafos anteriores (Efe 4:25, Efe 4:29, Efe 4:31) son los pecados de la lengua que aquí se reiteran, pero con términos que sólo aquí aparecen en todo el NT: palabras deshonestas, ni necedades, ni groserías. Las tres palabras sugieren en general el tipo de conversación cuyo contenido son obscenidades, tonterías y vulgaridades. La carga semántica apunta principalmente a una vulgarización de la sexualidad humana. Es una alusión a palabras de doble sentido, albures, chistes e insinuaciones de carácter sexual.

El primer término se puede también traducir como una referencia a una conducta inmoral y desvergonzada. Es lo que hacen BNM y LPD que usan las expresiones siguientes: «Ni tampoco haya obscenidad », «Lo mismo digo acerca de las obscenidades », que apuntan a un sentido más general del término y no solo al habla.

En tal caso, los dos términos siguientes son ilustraciones concretas de la “obscenidad” (véase Col 3:8). Necedades sería una alusión a las conversaciones frívolas e insustanciales. Necio es la persona que habla con frivolidad y cuya conversación no tiene ningún valor moral para los demás (véase Efe 4:29). Puede hacer alusión a su sentido sapiencial y referirse a la persona que habla sin temor alguno de Dios. Es quien no muestra respeto alguno a Dios o a las personas y que desconoce y se burla de todo (véase Sal 14:1, Sal 94:3-8; Pro 1:7; Luc 12:16-21). En contraste (por el uso del adversativo en el original), el autor usa la palabra groserías, y se refiere a aquellas palabras que son altamente ingeniosas y agudas, pero como las anteriores, muy poco edificantes (véase Efe 4:29). Este último término se puede ilustrar con los comediantes o cómicos modernos cuyo ingenio y habilidad humorística son innegables pero que poco a nada contribuye a edificar moralmente a las personas. Son personas que divierten tanto en el sentido de entretener como en el de “desviar”. Son eficaces en desviar porque lo hacen con humor.

A ellos se contrapone la cláusula acciones de gracias que será, poco más adelante, reiterada como expresión plena y continua de la vida llena del Espíritu (Efe 5:20). Esa virtud la ha ilustrado concretamente el autor en la acción de gracias con la que abre la carta (Efe 1:3-14), y luego con la que cierra la primera mitad de la misma (Efe 3:14-21). Es, por todo ello, uno de los conceptos centrales de la carta. Este se resalta cuando notamos que en contraste con la lista de seis pecados o vicios mencionados anteriormente, el autor menciona únicamente la gratitud. Esta constituye el terreno fértil del cual surgen otras virtudes propias de la vida cristiana. Por ello, la gratitud debe ser característica constante del pueblo santo de Dios.

Por el contexto en que aquí aparece, en contraste con las palabras sucias y obscenas, parece que el apóstol tiene en mente lo que acababa de decir en Efe 4:29 con respecto a lo significativa que debe ser la conversación: Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. A la luz de este paralelo, nuestras palabras deben ser buenas para edificar y “dar gracia” a los oyentes.

Por ello es que la acción de gracias aquí cumple con la misma función. En otras palabras, Pablo está pensando en el efecto que nuestra conversación tiene en los que nos oyen. Si damos gracias, “damos gracia a los oyentes”. Se puede entender en este contexto que la acción de gracias incluye una actitud positiva hacia la sexualidad humana. Lejos de hacer bromas obscenas con respecto a ella, le damos gracias a Dios por nuestra sexualidad.

El v. Efe 5:5, paralelo al v. Efe 5:3, reitera la idea ya mencionada, personalizando los términos abstractos y planteándolos así de manera concreta: ningún fornicario o inmundo o avaro. Ya hemos indicado que estos términos se aplican a personas que practican regularmente dichos pecados. Ya se indicó que fornicario e inmundo son hasta cierto punto sinónimos y apuntan a todo tipo de prácticas sexuales contrarias a la voluntad de Dios, como ésta se ha revelado en las Escrituras. Por ello TLA traduce «Bien saben ustedes que nadie que tenga relaciones sexuales prohibidas o indecentes ».

Es necesario notar que la cláusula con la que inicia este v. Efe 5:5, Sabéis esto, se puede también traducir con un sentido imperativo: “Sepan esto”. Así lo hacen BNM, LPD, BP, NBE, BL, BJ. Otras, como RV95 y la NVI mantienen el modo indicativo, apelando a un hecho ya conocido por los lectores de la carta. En ambos casos, es importante mantener la fuerza de la expresión en el original, que es muy enfática. Une dos formas verbales para expresar con fuerza una idea. Literalmente se podría traducir: “sepan esto, sabiéndolo bien” o “esto que lo tienen bien sabido, sépanlo de nuevo”. Los siguientes ejemplos lo ilustran: «Porque pueden estar seguros de que » (NVI); «Pues tengan por cierto que» (DHH); «Esto es algo que debéis saber claramente» (BNM); «Porque esto que digo tenedlo por sabido y resabido» (NBE). Sin duda, ésta última versión es la que mejor ha expresado la idea del original.

El avaro es descrito como idólatra. Esto pone sobre la avaricia una carga teológica muy significativa, y nos permite constatar que tal pecado alcanza dimensiones bastante serias. En la escala de valores del reino de Dios, la avaricia es uno de los pecados más graves. El hacer de la acumulación de bienes materiales un fin en sí mismo es un acto de idolatría. Ello significa que para el avaro el dinero está en el centro de su vida. Sus valores más íntimos y su cosmovisión giran alrededor de este vicio. Todas sus energías y talentos los emplea en la consecución de su meta última en la vida. Así lo expresan algunas versiones: « o se deja llevar por la avaricia (que es una especie de idolatría) (DHH); «Eso es tan malo como adorar a un ídolo» (TLA).

El dinero es uno de los “dioses olvidados” ya que poca atención se les presta cuando se estudia la idolatría en el Antiguo Testamento (cf. J.L. Sicre) o en el Nuevo. Aquí reaparece con una fuerza extraordinaria. Ya era una fuerza avasalladora en el primer siglo y lo sigue siendo ahora. La versión BL lo ha expresado con energía: «Sépanlo bien: ni los corrompidos, ni los impuros, ni los explotadores, que sirven al dios Dinero, tendrán parte en el reino de Cristo y de Dios».

Dichas personas no tienen herencia en el reino de Cristo y de Dios. Ya se había mencionado antes la herencia como uno de los conceptos importantes de la carta (Efe 1:14 y Efe 1:18). Es un término escatológico que contiene el objeto de la esperanza cristiana (véase Efe 1:14).

Por primera vez encontramos la palabra reino en la carta. Sin embargo, la idea corresponde con la tesis central de la misma, expresada en Efe 1:10 y después desarrollada en Efe 1:20-23. Lo cual nos permite ahora apreciar otra dimensión del reino del Mesías y de Dios. El que se describa dicho reino como propio del Mesías y de Dios se puede traducir así: “el reino de Cristo, es decir, de Dios”.

El propósito eterno de Dios es poner toda la creación bajo el señorío o reino del Mesías Jesús (Efe 1:10). Esto empezó a realizarse con la resurrección y ascensión del Mesías Jesús a la diestra del Padre, por encima de todo poder y autoridad terrena o espiritual (Efe 1:20-23). Ahora entendemos que ese reino excluye a todos aquellos que viven para sí mismos, para satisfacer sus pasiones, para servir a sus propios dioses y que no viven para la gloria de Dios (Efe 1:3-14). El reino del Mesías demanda una ética congruente con los valores de dicho reino y por ello nadie puede participar de sus riquezas si con su estilo de vida niega la presencia histórica de dicho reino aquí y ahora. Así pues, el reino, más que un lugar presente o futuro, es la acción misma de reinar o gobernar a otros. Por ello se puede traducir como “no tienen cabida entre aquellos sobre quienes Dios y el Mesías reinan”.

El verbo tiene señala el hecho de que el reino es una realidad presente, lo cual ya se ha establecido en Efe 1:10, Efe 1:20-23 con referencia al reinado presente de Jesús el Mesías a la diestra del Padre. Además, se ha indicado en Efe 2:5-6 la manera concreta en que participamos por la gracia de Dios del reino y de su rica y gloriosa herencia aquí y ahora. Tenemos una nueva vida y somos parte de una nueva humanidad (Efe 2:11-22).

Es en este contexto que podemos entender que los hijos de desobediencia no tienen parte ni se benefician del reino. No han sido liberados de la muerte (Efe 2:1-3) ni han recibido la nueva vida, propia de la nueva creación que Dios ya ha iniciado en Cristo (Efe 2:4-10). Viven, ciertamente, alejados de la vida de Dios (Efe 4:18). Por ello también Pablo dirá, poco más adelante (v. Efe 5:6), que la ira de Dios viene (otra vez en tiempo presente) sobre los hijos de desobediencia. Esto no elimina la manifestación futura de la ira de Dios. Más bien nos deja ver que esa ira (así como el reino de Dios) ya se manifiesta en el presente (cf. Jua 3:17-18).

A continuación, el apóstol alude a los falsos maestros, propaganda estatal e ideologías que iban en contra del reino de Dios y su justicia. Es de suma importancia mantenerse alertas y no ser víctimas del engaño y lavado de cerebro que desde muchos frentes se lanzan contra los cristianos (¿son los dardos de fuego del enemigo? (Efe 6:16).

Ya anteriormente hemos encontrado alusiones a falsos maestros e ideologías que tienen como objetivo desviar a los cristianos. Allí se identifican como artimañas del error (Efe 4:14 gr. methodeian tés planés) que es la misma expresión que luego se usa para referirse a las asechanzas del diablo (Efe 6:11 gr. methodeias tou diabolou). En ambos casos, el término se refiere a la inteligencia militar que elabora estrategias para vencer al enemigo. No olvidemos que en la cosmovisión bíblica reflejada en esta carta, las fuerzas espirituales y sus instrumentos políticos terrenales están íntimamente ligados. Detrás de los falsos maestros (sofistas, filósofos, poetas y propagandistas del imperio) están las fuerzas de maldad de las regiones celestiales con sus planes astutos para divertir a la gente (véase Col 2:8 que relaciona estrechamente ambas realidades).

Recordemos que uno de los principales centros de adoración al emperador era la provincia de Asia Menor, cuya capital Éfeso era quizás la más prominente y agresiva en ofrecer culto a Cesar. Como ello le daba beneficios económicos sobre todo a sus organizadores, su promoción e implementación eran llevadas al cabo con enorme celo y eficacia. La competencia entre las diversas ciudades de Asia Menor para organizar festivales en honor a Cesar era notable. Una de las principales motivaciones para hacerlo consistía en los beneficios económicos y políticos que tales eventos daban a sus promotores. Aunado a tales celebraciones era el ambiente de carnaval que perneaba durante los días que duraba el festival (por lo general una semana) y que involucraban a toda la población. Era el famoso “pan y circo”. La inmoralidad sexual asociada con cultos de la fertilidad como el de Diana de Éfeso, hacían más significativo y pertinente el mensaje de la carta.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

— creyentes: Lit. santos. Ver nota a Rom 1:7.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Efe 4:19-31; 1Co 6:9-10; Col 3:5; Col 3:8.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

¡Vivid en la luz que brota de Cristo! Esta sección se divide en dos partes: los vv. 3-7, advirtiendo a los creyentes que se aparten de la liviandad sexual, la promiscuidad y la avaricia propias del mundo gentil; y los vv. 8-14, caracterizando a estos pecados como pertenecientes a las tinieblas en que antes vivían los lectores, de las que han sido convertidos, y que ahora, como luz, ellos dejan al descubierto. La realidad divina a la que se refiriera anteriormente como “la verdad” en contraste con “el engaño” es ahora llamada “luz” en contraste con las “tinieblas” (cf. Sal. 27:1; Isa. 9:2; 42:6; 60:1-3; 2 Cor. 6:14). Un dualismo ético-religioso similar se desarrolló firmemente en Qumrán (y en los Testamentos de los Doce Patriarcas). En Pablo, la “luz” generalmente representa en forma específica las realidades de la salvación y la nueva creación ya iniciadas pero que aún no se han revelado totalmente (ver especialmente Rom. 13:11-14 y 1 Tes. 5:4-8 que son pasajes cercanamente paralelos a éste; también 2 Cor. 4:6; Col. 1:12).

3-7 La sección anterior advierte principalmente sobre pecados que se expresan en el habla, y lo mismo se aplica aquí; no se debe permitir el hablar sobre los pecados sexuales, no se nombren más entre vosotros, mucho menos bromear en cuanto a ellos (4). Esto no es una invitación a ser mojigatos, o a evitar la genuina honestidad pastoral, sino una advertencia contra el caer en una fascinación de palabras que casi inevitablemente lleva a las obras. Quizá ninguna generación ha sufrido sus efectos destructivos con tanta fuerza como la cultura occidental actual. Y Pablo advierte que estas cosas pertenecen a la vieja humanidad que está sujeta a la ira de Dios (6; cf. Col. 3:6) y están excluidas de la nueva creación (5; cf. 1 Cor. 6:9).

8-14 Nótese la fluidez con que se presenta aquí el lenguaje simbólico de “luz” y “tinieblas”: esencialmente, brota de Cristo (14b) como vida divina transformadora, vida de la que puede decirse que produce el fruto de verdad y santidad (9; cf. Gál. 5:22, 23). Pero las personas transformadas por ella también pueden ser llamadas luz (8), y sus acciones (cuando verdaderamente corresponden a la humanidad de la nueva creación) también son luz, ya que denuncian las pautas por las que vivían los gentiles como pertenecientes a las tinieblas (11, 13). El v. 14b parece ser un himno cristiano bautismal, basado en Isa. 26:19 y 60:1, 2. Se agrega, no para justificar el v. 14a, sino para resumir todo el llamado (2-14) a dejar atrás el reino de las tinieblas y de la muerte.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) O: “codicia”. Lit.: “tener más”, es decir, un deseo de tener más; insaciabilidad. Gr.: ple·o·ne·xí·a.

REFERENCIAS CRUZADAS

f 261 2Co 12:21

g 262 1Co 5:11

h 263 Col 3:5

i 264 1Ts 4:3

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

3 super (1) La fornicación es lo que más perjudica a la humanidad. Es perjudicial especialmente para el propósito e intención de Dios con respecto a la creación del hombre y también para la vida de iglesia de los creyentes en el Cuerpo de Cristo. Esto se basa en 1co 5.

3 super (2) Personas que están separadas para Dios y saturadas de El, y cuyas vidas concuerdan con la naturaleza santa de Dios.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

R753 Πᾶς μή expresa una negación universal (comp. Efe 4:29): que ninguna.

R1173 Μηδέ significa: ni aun.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Esto es, no se diga que existe entre vosotros.

Fuente: La Biblia Textual III Edición