Comentario de Efesios 6:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Tomad también el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios,

6:17 — «Y tomad el yelmo de la salvación». Este yelmo que protege la cabeza es la esperanza (véase 1 Tesal 5:8). «Porque en esperanza fuimos salvos» (Rom 8:24). La esperanza es el ancla del alma del cristiano (Heb 6:18-19). «Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados» (1Jn 2:28). En la lucha diaria es indispensable que el cristiano tenga confianza y esperanza. De otro modo se desalienta y desmaya. En su primera carta el apóstol Juan dice «sabemos» unas trece veces. Leamos esta carta frecuentemente para que recordemos la base de nuestra confianza en Cristo.

— «y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios». No se necesita otra arma ofensiva, aparte de la palabra de Dios, para combatir y vencer las huestes de Satanás. Por medio de su palabra Dios creó el universo y sostiene todas las cosas. La palabra predicada convence y convierte almas, porque corta y penetra el corazón (Hch 2:22-37; Hch 5:33; Hch 7:54; Heb 4:12). Jesús dijo a sus apóstoles, «yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir» (Luc 21:15). La «espada del Espíritu» debe ser empleada para exponer y derrotar toda forma de pecado y error, las religiones falsas, y las filosofías humanas. Jesús usó esta espada cuando fue tentado (Mat 4:1-11); tres veces fue tentado, y tres veces dijo «Escrito está». Recuérdese 2Co 10:3-5. Los dardos de Satanás son de fuego, pero «¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?» (Jer 23:29). Esta «espada» es eterna (1Pe 1:23-25). Isaías (11:4) dice acerca del ministerio de Cristo: «Juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío» (compárese Apo 1:16).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

el yelmo de la salvación. 1Sa 17:5, 1Sa 17:58; Isa 59:17; 1Ts 5:8.

la espada del Espíritu. Isa 49:2; Heb 4:12; Apo 1:16; Apo 2:16; Apo 19:15.

que es la palabra de Dios. Mat 4:4, Mat 4:7, Mat 4:10, Mat 4:11; Heb 12:5, Heb 12:6; Heb 13:5, Heb 13:6; Apo 12:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

el yelmo de la salvación: El complejo diseño del casco romano protegía la cabeza del soldado y hacía además que se viera más alto e impresionante.

la espada del Espíritu es la única arma ofensiva en la armadura del creyente. Esta arma no es necesariamente la Biblia completa, sino la palabra específica que se requiere pronunciar en una situación específica. Para poder tener la palabra precisa el cristiano debe tener un profundo conocimiento de la Biblia.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LA ESPADA DEL ESPIRITU. «La espada del Espíritu» es el arma ofensiva del creyente para la guerra contra el poder del mal. Satanás no escatimara esfuerzo para socavar y destruir la confianza del creyente en esa espada, «que es la Palabra de Dios». La iglesia debe defender las Escrituras inspiradas contra los argumentos de que la Biblia no es la Palabra de Dios en todo lo que enseña. Abandonar la actitud de Cristo y los apóstoles respecto a la Palabra inspirada de Dios es destruir su poder para reprender o corregir, redimir, sanar, expulsar demonios y vencer todo mal. Negar que son absolutamente fidedignas las Escrituras en todo lo que enseñan es entregarse a las manos de Satanás (cf. 2Pe 1:21, nota; Mat 4:1-11; véase el ARTÍCULO LA INSPIRACION Y LA AUTORIDAD DE LA BIBLIA, P. 1756. [2Ti 3:16-17]).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

el yelmo de la salvación. El yelmo o casco protegía la cabeza que siempre es un objetivo en el campo de batalla. Pablo habla a personas que ya han sido salvas, por eso no se refiere aquí a la necesidad de obtener la salvación. Lo que sucede es que Satanás busca destruir la seguridad de salvación de un creyente con sus armas de duda y desánimo. Esto es claro en la referencia de Pablo a «la esperanza de salvación como yelmo» (cp. Isa 59:17 y vea la nota sobre 1Ts 5:8). Así los sentimientos de un cristiano sufran daños graves a causa de las dudas inspiradas por Satanás, su salvación misma está protegida por la eternidad y no tiene por qué temer su pérdida. Satanás quiere maldecir y atribular al creyente con dudas pero el cristiano puede ser fuerte en las promesas de salvación eterna que Dios le da en las Escrituras (vea Jua 6:37-39; Jua 10:28-29; Rom 5:10; Rom 8:31-39; Flp 1:6; 1Pe 1:3-5). Esta seguridad de salvación es un hecho, pero el sentimiento de seguridad viene como resultado que el cristiano viva en obediencia (1Pe 1:3-10). la espada del Espíritu. Así como la espada era la única arma ofensiva del soldado, la Palabra de Dios es la única arma necesaria porque es infinitamente más poderosa que cualquier arma satánica. El término griego se refiere a un arma pequeña de unos 15 a 40 cm de largo. Se emplea tanto a la defensiva frente a los ataques iniciados por Satanás, como a la ofensiva para contribuir a la destrucción de las estrategias del enemigo. Esta espada precisa y eficaz es la verdad de las Escrituras. Vea las notas sobre 2Co 10:3-5; Heb 4:12.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

6:17 — «Y tomad el yelmo de la salvación». Este yelmo que protege la cabeza es la esperanza (véase 1 Tesal 5:8). «Porque en esperanza fuimos salvos» (Rom 8:24). La esperanza es el ancla del alma del cristiano (Heb 6:18-19). «Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados» (1Jn 2:28). En la lucha diaria es indispensable que el cristiano tenga confianza y esperanza. De otro modo se desalienta y desmaya. En su primera carta el apóstol Juan dice «sabemos» unas trece veces. Leamos esta carta frecuentemente para que recordemos la base de nuestra confianza en Cristo.
— «y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios». No se necesita otra arma ofensiva, aparte de la palabra de Dios, para combatir y vencer las huestes de Satanás. Por medio de su palabra Dios creó el universo y sostiene todas las cosas. La palabra predicada convence y convierte almas, porque corta y penetra el corazón (Hch 2:22-37; Hch 5:33; Hch 7:54; Heb 4:12). Jesús dijo a sus apóstoles, «yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir» (Luc 21:15). La «espada del Espíritu» debe ser empleada para exponer y derrotar toda forma de pecado y error, las religiones falsas, y las filosofías humanas. Jesús usó esta espada cuando fue tentado (Mat 4:1-11); tres veces fue tentado, y tres veces dijo «Escrito está». Recuérdese 2Co 10:3-5. Los dardos de Satanás son de fuego, pero «¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?» (Jer 23:29). Esta «espada» es eterna (1Pe 1:23-25). Isaías (11:4) dice acerca del ministerio de Cristo: «Juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío» (compárese Apo 1:16).

Fuente: Notas Reeves-Partain

El verbo griego que se traduce como tomad también se puede traducir como “recibid”. La idea sería que una vez que el guerrero se ha puesto las anteriores partes de la armadura, ahora “recibe” de alguien su yelmo. El yelmo era un casco rígido que el soldado usaba para proteger su cabeza. La palabra salvación en este contexto quiere decir la seguridad de que Dios nos ha salvado, y nos salvará del poder de Satanás (véase también 1Ts 5:8 donde Pablo dice que “la esperanza de salvación” es nuestro casco), y que prosperará la obra de nuestras manos para construir la justicia y la paz en el mundo, contra todas las adversidades posibles. Este conocimiento nos protege en nuestra lucha contra Satanás y sus ejércitos, así como el casco protege la cabeza del soldado.

La expresión yelmo (casco) de la salvación es una metáfora que habla de la importancia vital de la seguridad plena en la victoria. Esto es parte del armamento psicológico de todo guerrero: contemplar con mayor o menor certeza que será victorioso. Así pues, en el contexto de la carta, la seguridad de la victoria descansa en un hecho poderoso: Cristo ya venció a los enemigos y reina sobre todos ellos (Efe 1:20-23) y nos ha hecho, por su gracia, partícipes de su victoria (Efe 2:4-7). Con esa seguridad en el amor salvador de Dios (Rom 8:28-39; Isa 59:17; 1Ts 5:8; Efe 1:13; Efe 2:5, Efe 2:8; Efe 5:23) podemos hacer frente a los enemigos. Tenemos bien puesto el yelmo de la esperanza de la salvación (1Ts 5:8). Pero entendemos la salvación no sólo en un sentido individualista, sino en otra dimensión que el texto tiene. Viene del texto de Isa 59:17, que es de donde procede la metáfora. En Isaías se refiere al casco que el Mesías y Señor se pone para establecer justicia en un mundo donde ésta no se ve por ningún lado (Isa 59:1-16). Como hemos visto ya, la justicia es integral a la tarea de la iglesia como hacedora de paz. La salvación está ligada íntimamente a la justicia; no puede haber paz sin justicia. En su tarea artesanal de hacer la paz, los creyentes deben armarse de la certeza de que su tarea no es en vano. Están seguros, como con un yelmo, de que su obra no es en vano (1Co 15:58) y como su Señor no descansan hasta ver que la justicia se ha establecido en el mundo (Isa 11:3-5 y Mat 12:15-23).

El texto se refiere a la importancia de armarse con el conocimiento de lo que Dios ha hecho por nosotros y que hemos conocido en el evangelio (Efe 1:13). Es el reconocimiento del hecho de que ya hemos sido liberados de los poderes que en este mundo nos mantenían esclavizados (Efe 2:1-3) y que ahora por la gracia de Dios tenemos un nuevo estatus y gozamos de una nueva realidad (Efe 2:5, Efe 2:8). Es asumir nuestra nueva posición en Cristo (Efe 2:4-10), que por la gracia de Dios tenemos, y hacerla eficaz cotidianamente: sentados en los lugares celestiales muy por encima de las fuerzas del mal (Efe 1:20-23). Es reconocer que somos llamados a continuar la misión de Jesús, hacer la paz (Efe 2:11-22), y tener la plena certeza de que nuestra obra, aunque plagada de dificultades y atacada por dardos de fuego, alcanzará la victoria total.

La enseñanza tanto del AT como del NT es amplia con respecto al poder y eficacia de la palabra de Dios. Es “poder de Dios para salvación” (Rom 1:16; 1Ts 4:8; Apo 19:15. Ver también Isa 11:4. Efe 1:13; Efe 5:26). El trasfondo de esta imagen es Isa 11:4. Es la espada que el Mesías usa para establecer la paz y la justicia en este mundo. En el contexto de Efesios es también una indicación del evangelio como buenas noticias de paz (Efe 6:15, Efe 6:19). Como hemos señalado en Efe 1:13-14 y Efe 5:26, esa espada es el mensaje de las buenas nuevas de paz y reconciliación que Pablo se gozaba en anunciar y dar a conocer (Efe 3:1-13). Es el mensaje que anuncia y hace posible la reconciliación con Dios (Efe 2:4-10, Efe 2:17-18) y la reconciliación entre seres humanos divididos por muros de odio y enemistad, de raza y religión (Efe 2:11-16, Efe 2:19-22).

Ese mensaje ataca toda teología e ideología racistas y clasistas que se oponen a la reconciliación y hermandad en el mundo; socava la ideología dominante del imperio que impone su “paz” por la fuerza de la cruz y siembra el terror por medio de su brutal e inhumano poderío militar; quita los fundamentos a toda práctica social que construye las relaciones humanas a partir de estructuras jerárquicas que destruyen la dignidad y libertad de toda persona, en particular de mujeres, niños y esclavos, convirtiéndoles en siervos, clientes y consumidores. Es importante esgrimir la palabra de Dios contra teologías e ideologías que son contrarias al Reino de Dios y su justicia.

La espada del Espíritu quiere decir la espada que el Espíritu Santo nos da, la espada que proviene de él, o la espada que el mismo Espíritu usa en su batalla. El cristiano debe usar la palabra de Dios como un arma para atacar a Satanás, porque es un arma muy poderosa (Heb 4:12). Jesús nos dio el ejemplo (véase Mat 4:1-10). El significado de esta metáfora puede ser descrito así: Cuando Satanás los tiente o ataque, deben usar la palabra de Dios (leyéndola, citándola, hablándola). “Es como una espada que pueden usar para pelear contra Satanás” (NTE).

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Isa 11:4; Isa 49:2; Isa 59:17; Ose 6:5; Apo 1:16.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

l 356 Isa 59:17; 1Ts 5:8

m 357 Isa 49:2

n 358 Jua 6:63

ñ 359 Heb 4:12

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

17 (1) Recibir el yelmo de la salvación sirve para proteger nuestra mente, nuestro intelecto, contra los pensamientos negativos inyectados por el maligno. Este yelmo, esta protección, es la salvación de Dios. Satanás inyecta amenazas, preocupaciones, ansiedades, y otros pensamientos debilitantes en nuestra mente. La salvación de Dios es la protección que tomamos contra todo esto. Tal salvación es el Cristo salvador a quien experimentamos en nuestra vida diaria ( Jua_16:33).

17 (2) De las seis partes de la armadura de Dios, ésta es la única que es usada para atacar al enemigo.

17 (3) Espíritu es el antecedente de la expresión el cual esto indica que el Espíritu es la palabra de Dios. Tanto el Espíritu como la palabra son Cristo ( 2Co_3:17 Rev_19:13). Cristo como el Espíritu y la palabra nos provee de una espada como arma ofensiva para derrotar y matar al enemigo.

17 (4) La palabra hablada en el momento por el; Espíritu en cualquier situación. La espada, el Espíritu y la palabra son uno. Cuando la palabra constante en la Biblia viene, a ser la palabra específica para el momento, esa palabra es el Espíritu como la espada que mata al enemigo.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

tomad. Lit., recibid, término diferente del empleado en el v. Efe 6:16. La salvación es un don.

espada. No se trata de la espada larga, usada para el ataque, sino de la daga o machete corto, empleado en la defensa cuerpo a cuerpo.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

aceptad… Nótese el cambio del verbo tomar – aceptar (v. Efe 6:13; Efe 6:16). Verdad y justicia, evangelio y fe deben ser tomados (asidos, aferrados) en tanto que la salvación y la Palabra han de ser aceptadosIsa 59:17; espada… Aquí se refiere a la daga o espada corta de doble filo utilizada en la lucha cuerpo a cuerpo.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

B295 La segunda parte de este versículo debe traducirse: la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios (las palabras ὅ ἐστιν constituyen un explicativo que no toma en cuenta el género del antecedente -R411).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Comparar el cambio del verbo g v.13-16.

6.17 g Isa 59:17.

6.17 Aquí se refiere a la daga o espada corta para defenderse en la lucha cuerpo a cuerpo.

Fuente: La Biblia Textual III Edición