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Comentario de Esdras 2:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Esdras 2:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Estos son los hombres de la provincia que regresaron de la cautividad, a quienes Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivos a Babilonia. Ellos volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad;

los hijos de la provincia. Esd 5:8; Esd 6:2; Neh 7:6-73; Est 1:1, Est 1:3, Est 1:8, Est 1:11; Est 8:9; Hch 23:34.

que Nabucodonosor. 2Re 24:14-16; 2Re 25:11; 2Cr 36:1-23; Jer 39:1-18; Jer 52:1-34; Lam 1:3, Lam 1:5; Lam 4:22; Sof 2:7.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La cantidad de gente que vuelve, Esd 2:1-35;

de los sacerdotes, Esd 2:36-39;

de los levitas, Esd 2:40-42;

de los siervos del templo, Esd 2:43-54;

de los siervos Salomón, Esd 2:55-60.

de los sacerdotes que no podían demostrar su linaje, Esd 2:61-63.

El número total de ellos, con sus riquezas, Esd 2:64-67.

Sus ofrendas, Esd 2:68-70.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Aquí se encuentran los nombres y el total del pueblo judío que decidió regresar a Jerusalén (vv. Esd 2:1-67), como también las ofrendas y la ocupación de los que retornaron (vv. Esd 2:68-70). Salvo algunas pequeñas variaciones, el contenido de este capítulo se reproduce en Neh 7:6-73 (los vv. Esd 2:1Esd 2:2Esd 2:64 y Esd 2:69 contienen diferencias).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

los hijos de la provincia se refiere al pueblo judío de Judá (Esd 5:8; Neh 1:2, Neh 1:3; Neh 11:3). El uso de esta frase probablemente indica que el registro del capítulo Esd 2:1-70 fue compilado en Babilonia. La lista de Nehemías en Neh 7:4-73 pudo ser compuesta después que él llegó a Jerusalén, lo que puede explicar algunas de las diferencias entre los dos registros.

cada uno a su ciudad indica la ciudad donde ha vivido la familia de una persona.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

SUBIERON DEL CAUTIVERIO. El libro de Esdras describe dos de las tres olas de exiliados israelitas que retornaron a Judá.

(1) La primera ola ocurrió en 538 a.C. bajo el liderazgo de Zorobabel (v. Esd 2:2; Esd 3:8; cf. Hag 1:1; Hag 1:14; Zac 4:9). Retornaron aproximadamente cincuenta mil personas (vv. Esd 2:64-65) y reedificaron el templo, terminándolo en 516 a.C. (véase Esd 6:15, nota). Los profetas Hageo y Zacarías ministraron allí durante esa época (Esd 5:1-2).

(2) La segunda ola ocurrió en 457 a.C. bajo el liderazgo de Esdras (caps. Esd 7:1-28; Esd 8:1-36; Esd 9:1-15; Esd 10:1-44). Como líder, Esdras se concentró en promover la vida espiritual del pueblo y estimular su obediencia a la ley de Dios (Esd 7:10; Esd 10:1-6).

(3) La tercera ola tuvo lugar en 444 a.C. bajo el liderazgo de Nehemías, que fue a Jerusalén para reedificar el muro de la ciudad (Neh 2:17). Es probable que el profeta Malaquías ministrara en Judá durante los últimos días de Esdras y de Nehemías.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Regreso a la patria (2:1).
1 Estos son los de la provincia que volvieron del destierro, de los que había llevado cautivos a Babilonia Nabucodonosor, rey de Babilonia, y tornaron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad.

Con la palabra provincia (medinah) se quiere establecer la distinción entre los judíos de la cautividad y los que habitaban en Palestina. El término medinah corresponde en sentido amplio al de región (Lam 1:1; Eze 19:8; 1Re 20:14-17). En sentido estricto da a entender el texto que Judea estaba constituida en provincia autónoma, independiente de Samaría, gobernada por un peha, lo cual no tuvo lugar antes de Darío I (522-486). En el texto hebraico se emplean dos palabras casi sinónimas para designar el destierro: shebi, golah. “El primero se toma en sentido abstracto (1Re 3:8; 1Re 8:35), es decir, refiriéndose a la situación en que se hallaba Israel, la cautividad; mientras que el segundo puede entenderse, o bien del sitio, o bien de los desterrados (1Re 6:19-20; 1Re 8:35; 1Re 9:4). Por lo dicho se ve que los repatriados se llamaban bene hammedinah, en cuanto se hallaban ya en Judá, y bene haggolah, en cuanto habían estado en el destierro” (Fernández). El texto hace referencia exclusivamente a los deportados en tiempos de Nabucodonosor. Cada uno tornó a Jerusalén y a Judá, según eran o no sacerdotes. Estos últimos, por razón de sus funciones en el templo, habitaban en la Ciudad Santa y en sus alrededores. Los laicos marcharon cada uno % su ciudad natal. La llegada de los repatriados y su afincamiento en el territorio no fue nada fácil. Algunos encontraron sus casas destruidas, sin aperos de labranza, con los campos abandonados las cuadras vacías; pero otros ni siquiera les fue dado regresar a sus hogares ni ocupar sus campos, por haber pasado a poder de judíos que quedaron en Palestina o que habían pasado a ser propiedad de los paganos que se establecieron en Judea. Con tesón y dinero pudieron los repatriados volver a sus heredades, lo que hicieron los sionistas modernos al establecerse en Palestina amparados por la ley Balfour.

Jefes de expedición (1Re 2:2a).
2a Partieron con Zorobabel: Josué, Nehemías, Seraya, Ráelayas, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigraí, Rejum y Baana.

Esta misma lista aparece, con ligeras variantes, en Neh 7:7; Neh 7:3 Esd 5:8. Zorobabel no es el mismo personaje queSesbasar. En estos dos últimos libros se añade el nombre de Najamani entre Raelayas (Nehemías: Raamías) y Mardoqueo, que en 2 Esdr es llamado Euenius. Con este número doce (once en nuestro texto) se quiere aludir a las doce tribus de Israel, aunque solamente se repatriaran familias de las de Judá y Benjamín (Esd 6:17; Esd 8:35). El jefe de la expedición es Zorobabel, a causa de sus cualidades y por ser descendiente del rey Joaquim (Vulgata: Jeconías), en la línea de David (1Cr 3:17-19). Josué era hijo de Josadac (1Cr 5:2; Age 1:1; Age 1:1 Grón 6:14) y sobrino de Sarayas, el último sumo sacerdote del templo, muerto en Ribla, en tierras de Harnat, por Nabucodonosor (2 Re 25; 18-21). De regreso a Jerusalén ejerció las funciones sacerdotales (3:2; 5:2). No parece que el personaje al que se llama Nehemías deba identificarse con el autor del libro que lleva su nombre. El padre de Esdras es llamado Serayas (7:1); en la lista de Neh 7:7, en vez de Seraya, leemos Azaría. Raelayas (Neh 7:7 : Raamías) sólo es conocido por su nombre. Mardoqueo lleva un nombre derivado del dios babilónico Marduk; es distinto del Mardoqueo del libro de Ester.

1 RB 63 (1956) 423-427-
2 G. Cardascia, Les Archives de Murashu (París 1951).
3 “Ciencia Tomista,” Ant. lud. 11:1:2.
4 (1914-15) 353-374-
5 Batten, 61. Defienden la autenticidad del decreto: R. De Vaux, Les décvets de y et de Darius: RB 46 (1939) 27-57; J. Bickermann, The Edict of Cyrus in Ezra I: JBL 05 (1946) 249-275-
6 Les institutions Γ 17-43 .
7 Ant. lucí. 11:1:4.

Lista de Repatriados.
En el elenco de los que regresaron del exilio se observa un orden riguroso. Se mencionan en primer término los laicos (2:2-35), siguen los sacerdotes (v.36-39), los levitas (v.4o), cantores (v.41-42), porteros (v.42), netineos (v.43-54), hijos de los siervos de Salomón (v.55-58), los de origen israelita dudoso (v.59-63), suma total (v.64-67).

Laicos repatriados (2:2b-35).
2b Número de los hijos del pueblo de Israel: 3 Hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos. 4 Hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos. 5 Hijos de Araj, setecientos setenta y cinco. 6 Hijos de Pajat Moab, de los hijos de Josué y de Joab, dos mil ochocientos doce. 7 Hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro. 8 Hijos de Zatu, novecientos cuarenta y cinco. 9 Hijos de Zacaí, setecientos sesenta. 10 Hijos de Baní, seiscientos cuarent y dos. 11Hijos de Bebaí, seiscientos veintitrés.12 Hijos de Azgad, mil doscientos veintidós. 13 Hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y seis. 14 Hijos de Bigvaí, dos mil cincuenta y seis. 15 Hijos de A din, cuatrocientos cincuenta y cuatro. 16 Hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho. 17 Hijos de Besaí, trescientos veintitrés. 18 Hijos de Jora, ciento doce. 19 Hijos de Jasún, doscientos veintitrés. 20 Hijos de Gibar, noventa y cinco. 21 Hijos de Betlehem, ciento veintitrés. 22 De las gentes de Netofa, cincuenta y seis. 23 De las gentes de Anatot, ciento veintiocho. 24 Hijos de Asmavet, cuarenta y dos. 25 Hijos de Quiriat-Jearim, Que-fira y Beerot, setecientos cuarenta y tres. 26 Hijos de Rama y Gueba, setecientos veintiuno. 27 De las gentes de Mijmas, ciento veintidós. 28 De las gentes de Betel y Hai, doscientos veintitrés. 29 Hijos de Nebo, cincuenta y dos. 30 Hijos de Megbis, ciento cincuenta y seis. 31 Hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro. 32 Hijos de Jarim, trescientos veinte. 33 Hijos de Lod, Jadid y Ono, setecientos veinticinco. 34 Hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco. 35 Hijos de Senaa, tres mil seiscientos treinta.

En la larga lista de los laicos repatriados, diecisiete de ellos se citan con el respectivo nombre de familia; otros veintiuno, según el lugar de donde eran oriundos. A los diecisiete primeros se les llama hijos de (bene) Paros, etc., según el nombre de su familia o clan; los veintiuno restantes son conocidos por hombres de (anse) Gibar, etc., según las respectivas localidades de donde eran oriundos. En el primer caso, escribe Gelin, se refiere el autor a familias pertenecientes al proletariado (dalat haares); en el segundo, a los de posición confortable (am haares) 1. Los límites geográficos de las localidades citadas en el v.20-35 se ciñen al reducido territorio comprendido entre Betel y Hai, al norte; Belén y Netofa, al sur; entre Lod y Jericó, al este y oeste respectivamente.
Abren el elenco los hijos de Paros, clan que reaparece en 8:3; 10:25; Neh 3:25; Neh 10:5. El nombre significa “Pulga” y se ha encontrado en letras fenicias en un sello antiguo (DB 5:219). En el v.6 hablase de los hijos de Pahat Moab. ¿Debe entenderse como nombre propio o en el sentido de “gobernador” (peha) de Moab? Es probable que algún personaje de esta familia ejerciera durante la dominación asiría el cargo de gobernador de Moab (1Cr 4:22). Podemos suponer que el personaje que se esconde bajo las palabras pahat moab fuera tan conocido que no necesitaba ser nombrado con su nombre. De sus descendientes se habla en 8:4; 10:30; Neh 3:11; Neh 10:15. Sus hijos se ramificaron en dos familias, la de Josué y la de Joab (Neh 7:11). De Elam (1Cr 8:24) se habla nuevamente en el v.31: “Hijos del otro Elam.” Según Batten, es un caso de repetición accidental.
En la lista por localidades ofrece el texto ciertas particularidades. En vez de Gibar parece recomendarse la lectura de gibeon (Neh 7:25), La ciudad de Gabaón, la actual el-Djib, a unos diez kilómetros al noroeste de Jerusalén. En contra de esta identificación puede invocarse el hecho de que en la lista se empieza con las ciudades del sur terminándose con las del norte. En caso de tratarse de Gabaón, está el versículo desplazado de su lugar de origen. Belén pertenecía a la tribu de Judá Que 17:7; 1Sa 17:12), a diferencia del otro Belén, en Galilea, que pertenecía a la de Zabulón (Jos 19:15). El poblado de Netofa no se ha identificado plenamente. Algunos (Kos, Abel) lo emplazan en Jirbet Bedd Faíuh, a unos cuatro kilómetros al sudeste de Belén; otros (Fernández) lo buscan en Umm Tuba, al nordeste de la mencionada ciudad, o en Ramal Raheí, a cuatro kilómetros al sur de Jerusalén (Ubach). De Netofa era Marai, héroe de David (2Sa 23:28). Anatot es la patria de Jeremías (Jer 1:1), a unos cuatro kilómetros al norte de Jerusalén. Era una residencia sacerdotal (Jos 21:18; 1Cr 6:60). Azmavet (Bet-Azmavet, Neh 7:28) se hallaba a tres kilómetros al norte de Anatot (Neh 12:29), en el lugar conocido actualmente por Hizma. Conocida es la ciudad de Quiriat-Jearim (Jos 9:17; Jos 15:9, etc.), que se identifica con el actual Abu Gosh, a catorce kilómetros al oeste de Jerusalén. Quefira (Jos 18:26) es el actual Jirbet Kefire, a tres kilómetros al norte del anterior. En cuanto a Beerot (Jos 18:28), se identifica con Tell el-Nasbe (Fernández) o con el Bire, a doce o dieciséis kilómetros, respectivamente, al norte de Jerusalén.
Pertenecía Rama a la tribu de Benjamín (Jos 18:25), así como Gueba (Jos 18:24). Famosas son las localidades de Betel (Gen 28:19) y Hai (Jos 8:1-28), Beitin y et-Tell, respectivamente, de nuestros días, al norte de Jerusalén. Debe distinguirse el poblado de Nebo (Nob, Beit Nuba, Niba) de la ciudad homónima de la tribu de Rubén (Num 32:3; Num 32:38). Hemos hablado de la expresión “el otro Elam.” Tanto a éste como al que se menciona en el v.7 se asignan mil doscientos cincuenta y cuatro repatriados. Según unos (Pelaia), es nombre de persona; para otros (Fernández), de lugar. Dígase lo mismo de Jarim; en el v.39 reaparece el nombre como perteneciente a familia sacerdotal. Del extremo occidental de Judá se cita Lod (Neh 11:31-35), la actual Lidda, Ludd, y Ono (1Cr 8:12; Neh 6:2), el actual Kefr Ana, entre Lidda y Jafa, a unos ocho kilómetros al noroeste del primero. Por el este se menciona Jericó (Deu 37:3; Jos 6:1ss). Senaa debe encontrarse en los alrededores de Jericó (Neh 3:3), identificándose con Magdalsenna o Sheik Terimi, a unos once kilómetros al norte de la mencionada ciudad. Para Batten trátase de un nombre personal.

Lista de sacerdotes (Neh 2:36-39).

36 Sacerdotes: Hijos de Jedaya, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres. 37 Hijos de Immer, mil cincuenta y dos. 38 jos de Pasjur, mil doscientos cuarenta y siete. 39 Hijos de Jarim” mil diecisiete.

Los sacerdotes de la primera caravana ascendían a cuatro mil doscientos ochenta y nueve, repartidos en cuatro familias. Los de Jedaya, Immer y Jarim representan la segunda, la dieciséis y la tercera de las veinticuatro clases sacerdotales de David (1Cr 24:7-18). No se especifica si son o no familias sadocitas. Propiamente los sacerdotes “hijos de Jedaya” descendían de la familia de Josué, que ejercía el cargo de sumo sacerdote en tiempos de la vuelta a la patria. Cinco de los descendientes de Jarim habían contraído matrimonio con mujeres extranjeras (Esdr 10:21). Como puede observarse, dieron los sacerdotes ejemplo de valor al presentarse como voluntarios para regresar a la patria.

Levitas, cantores y porteros (2:40-42).

40 Levitas: Hijos de Jesúa y de Cadmiel, de los hijos de Odavías, setenta y cuatro. 41 Cantores: Hijos de Asaf, ciento veintiocho. 42 Porteros: Hijos de Salum, hijos de Ater, hijos de Taimó, hijos de Acub, hijos de Jetita, hijos de Sobaí, todos ciento treinta y nueve.

Trátase de tres familias distintas de levitas: Jesúa, Cadmiel y Odavías (3:9; Neh 9:5). Del primer texto parece deducirse que de Odavías se pasaba a Cadmiel. Gelin traduce: “Los hijos de Josué, a saber, Cadmiel, Binnoni (3 Esdr 5:26), Odavías.” Pocos fueron los levitas que regresaron, porque, “habiendo disminuido su dignidad en la perspectiva deuteronómica y de Ezequiel (Eze 44:9-14), tuvieron pocos deseos de regresar (Eze 8:15). Puede darse también que fueran pocos los levitas deportados por pertenecer a una clase social pobre (dalat haares), que no interesaba al vencedor en 587 (Gelin, Ubach).
Además de los levitas propiamente dichos, que ayudaban a los sacerdotes en el servicio del templo, existían los cantores, cuyo oficio era acompañar con instrumentos músicos los cantos litúrgicos (Neh 12:24-30; 1Cr 9:33-34; 1Cr 15:16). David los había distribuido en veinticuatro clases bajo la dirección de Asaf, Hernán y Jedutún (1Cr 15:16-17; 1Cr 25:1). Constituían los porteros la tercera categoría de los levitas (Neh 10:24-26; Neh 13:22; 1Cr 9:17-26; 2Cr 8:4). Su oficio consistía en guardar “las puertas de la casa de Yahvé y de la casa de la tienda” (1Cr 9:23). Recogían las limosnas que se ofrecían para el templo (2Re 22:4). Tres de los mencionados aparecen también juntos en otros textos (Neh 12:25; 1Cr 9:17). En Jeremías se habla de “Maasías, hijo de Salum, el guarda del vestíbulo” (1Cr 35:4). Un levita llamado Acub aparece en Neh 8:7 interpretando la Ley al pueblo. De las palabras del Sal 84:11 : “Prefiero estar a la puerta de la casa de mi Dios a morar en las tiendas de iniquidad,” deduce Batten que este oficio debía ser considerado como una persona humilde.

Los netineos (Sal 2:43-54).

43 Netineos: Hijos de Šija, hijos de Jasufa, hijos de Tabaot 44 hijos de Queros, hijos de Sía, hijos de Fadón, 45 hijos de Lebana, hijos de Jagaba, hijos de Acub, 46 hijos de Jagab, hijos de Sanlaí, hijos de Janón, 47 hijos de Guidel, hijos de Gajar hijos de Reaya, 48 hijos de Resín, hijos de Necoda, hijos de Gazam, 49 hijos de Uza, hijos de Paseaj, hijos de Besaí, 50 hijos de Asena, hijos de Meunim, hijos de Nefasim, 51 hijos de Bacbuc hijos de Jacufa, hijos de Jarjur, 52 hijos de Baslut, hijos de Me-jida, hijos de Jarsa, 53 hijos de Barcos, hijos de Sisera, hijos de Tamaj, 54 hijos de Nesiaj, hijos de Jatifa.

Descendían los netineos de los prisioneros de guerra que Josué destinó a cortar leña y a sacar el agua para la asamblea y para el altar de Yahvé (Jos 9:27). Propiamente su institución se remonta a David (Esdr 8:9), que los sometió a las órdenes de los levitas, ayudándoles en los trabajos más humildes de cortar leña, acarrear agua, barrer el santuario, etc. Ya desde Moisés (Num 31:47) disponían los levitas de prisioneros como ayudantes. Su mismo nombre en hebreo, Netinnim, y en griego, oí dedomenoi, significa los donados, los oblatos. Estos nombres reciben también en algunas órdenes religiosas los que entran en religión con el fin de ocuparse en trabajos ordinarios y humildes. Tanto el libro de Esdras (Num 2:43-58-70; Num 7:7-22; Num 8:17-20) como el de Nehemías (Num 3:26-31; Num 7:46-60-73; Num 10:29; Num 11:3-21) dan mucha publicidad a estos abnegados trabajadores que regresaron del exilio para continuar su tarea al servicio del templo. En los “hijos de Meusim” ven algunos autores a descendientes de los maonitas o míneos, que venció el rey Azarías y puso al servicio del templo (1 Grón 4:41; 2 Grón 26:7). Los Nefasim acaso sean descendientes de la tribu ismaelítica de Nafis (Gen 25:15-16).

Los siervos de Salomón (Gen 2:55-58).

55 Hijos de los siervos de Salomón: hijos de Sotaí, hijos de Soferet, hijos de Peruda, 56 hijos de Jaala, hijos de Darcón, hijos de Gudel, 57 hijos de Sefatías, hijos de Jatil, hijos de Pogueret, Asebaim, hijos de Arní. 58 Todos los netineos e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.

Con este nombre se designan los descendientes de los amorreos, jéteos, fereceos, de los jeveos y de los jebuseos que habían quedado en Palestina y que los hijos de Israel no habían podido dar al anatema. A todos obligó Salomón a prestación personal (1Re 9:21-22), a la manera como hacían los netineos (Neh 11:3).

De origen y dignidad indefinidos (Neh 2:59-63).

59 Estos son los que subieron de Tel Mela, Tel Harsa, Querub, Addán e Immer, sin poder dar Tazón de su casa paterna y de su estirpe para probar que eran de Israel. 60 Hijos de Delaya” hijos de Tobías, hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos. 61 Y de los hijos de los sacerdotes, hijos de Abaya, hijos de Cos, hijos de Barzilai, que tomó por mujer a una de las hijas de Bar-zilai, galadita, y fue llamado con el nombre de ellos; 62 éstos buscaron sus registros genealógicos, pero no los hallaron y fueron excluidos del sacerdocio, 63 y el gobernador les prohibió comer las cosas santas mientras un sacerdote no consultase los “urim” y “tummim.”

Algunos laicos no pudieron presentar pruebas de su pertenencia al pueblo judío, a pesar de llevar algunos de ellos nombres israelitas y yahvistas. Tampoco pudieron demostrar su ascendencia sacerdotal algunos que se preciaban de serlo. Por precaución, el gobernador les prohibió comer las cosas santas mientras un sacerdote no consultase los urim y tummim (1Sa 14:41; Exo 28:30; Lev 8:8; Num 27:21; Deu 33:8), o sea, las suertes que llevaba en su pectoral el sumo sacerdote. Todos ellos procedían de cinco localidades babilónicas no identificadas. Puede darse que estos hombres fueran prosélitos o descendientes de matrimonios mixtos.
De entre los tres grupos pertenecientes al sacerdocio se citan Abaya, Cos, Barzilai. Sabemos que fue Cos el jefe de la séptima clase de los sacerdotes (1Cr 24:10). Hablase de Barzilai en 2Sa 17:27; 2Sa 19:32-39, por ser bienhechor y favorito de David. Una hija suya contrajo matrimonio con un sacerdote, del cual se desconoce el nombre. A causa de querer conservar el nombre de tan gran personaje, o porque, habiéndose extinguido la línea del padre, pasó la herencia a las hijas, perdióse el nombre del sacerdote, adoptando sus descendientes el de la madre. Puede darse muy bien que la hija de Barzilai hubiera sido la heredera (Num 36:1-13). Con los sacerdotes procedióse con rigor, tomándose todas las precauciones para no autorizar el uso de los privilegios a unos individuos que no podían acreditar sus títulos. El tirsata, o sea el gobernador (Neh 7:65-70; Neh 8:9; Neh 10:2), tomó cartas en el asunto. La solución definitiva de esta cuestión dejóse para un tiempo en que el sacerdote consultase a Dios sirviéndose de las suertes urim y tummim. Después del exilio cayeron en desuso; sin embargo, del texto cabe inferir que existía la esperanza de que entrarían de nuevo en acción una vez reconstruido el templo. Según el Talmud (Yoma 21:2), faltaron cinco cosas al nuevo templo: el arca de la alianza, el fuego celestial, los urim y tummim, la shekinah o presencia divina y el aceite santo.

Suma total (2:64-67).

64 La congregación toda entera era de cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas, 65 sin contar los siervos y siervas, en número de siete mil trescientos treinta y siete. Entre ellos había trescientos cantores y cantoras. 66 Tenían setecientos treinta y seis caballos, doscientos cuarenta y cinco mulos, 67 cuatro cientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte asnos.

El término hebraico qahal significa la comunidad o congregación que formaban los que se habían ofrecido voluntariamente a regresar a la patria. El término indica un cuerpo organizado, lo cual no es estorbo para extenderlo a esta multitud pronta para partir. En el texto se habla de cantores y cantoras, lo que pone de relieve la existencia de agrupaciones que tenían por misión alegrar con sus cantares los banquetes o acompañar con sus lúgubres acentos las ceremonias funerarias. Algunos exegetas encuentran exagerado el número de camellos con relación a unos pobres exilados. Pero, dado el interés que puso el rey en formar el primer contingente, el interés de la vecindad, persa y judía, por dotar de todo lo necesario a los que partían, se comprende que tenían necesidad de muchos animales de carga. Además, iban en la caravana mujeres y niños, que no podían andar a pie largo trecho. Tampoco parece cierto que los repatriados fueran todos pobres.

Ofrendas para el templo (2:68-70).
68 Muchos de los jefes de familias, al llegar a la casa de Yahvé en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de Yahvé, para reedificarla en el lugar en que había estado. 69 Dieron para el tesoro de la obra, según sus medios, sesenta y un mil dáricos de oro, y cinco mil minas de plata, y cien túnicas sacerdotales. 70 Los sacerdotes y levitas y las gentes del pueblo, los cantores, los porteros y los netineos se establecieron en sus ciudades. Todo Israel habitó en sus ciudades.

Quería Ciro que los judíos se repatriasen, con la finalidad de reconstruir cuanto antes el templo de Yahvé en Jerusalén. Al llegar allí la primera expedición encontró el templo convertido en un montón de escombros. Impresionados por ello, y antes de pensar en el establecimiento propio, hicieron cuantiosas limosnas, en metálico y en especie. La moneda persa dracma o dárico (8:27) equivalía aproximadamente a una libra esterlina. Según cálculos, la suma recaudada monta a medio millón de dólares, “enorme suma, que estas gentes no podían entregar” (Batten). La mencionada cantidad procedía en parte de los donativos de los ricos judíos de Babilonia. También entre los modernos sionistas prevalece el inmigrante de clase modesta; pero, sin embargo, la banca judía mundial provee a los repatriados de lo necesario y les entrega enormes sumas pan la transformación del territorio que debe ser el “Hogar judío.” Un vestido sacerdotal completo constaba de unos pantalones, túnica con mangas hasta los pies, cíngulo y turbante para la cabeza.

1 Würthwein, Der amm ha arez irn Alten Testament (Stuttgart 1936); S. Zeitlin, «e Am haarez: Jor 23 (1932-33) 45-61; E. Klamroth, Die Jüdischen Exulanten in Babylonio (.Leipzig 1912) p. 99 10-1

¿Hubo una Repatriación en Tiempos de Ciro?
Algunos críticos independientes dudan de la autenticidad de las listas de repatriados que acabamos de ver. Sus razones, en síntesis, son: 1) Número excesivo de ellos. 2) No se comprende el cese del sacerdocio antes de la reconstrucción del templo. 3) Hablar de la provincia (hammedinah) de Judea en tiempos de Ciro es anacrónico. 4) El término qahal significa una asamblea o comunidad de hombres ya organizada. 5) Nada dicen los profetas Ageo y Zacarías de una repatriación anterior al año segundo del rey Darío (520 a.C.).
A esto cabe responder: 1) Los repatriados suman, en cifras redondas, unos cincuenta mil, número muy insignificante si tenemos en cuenta el número de deportados en los años 598-597 y 587-586 (2Re 24:13-16; 2Re 25:11-12). Según Van Hoonacker, el número global de deportados en los mencionados años “sobrepasaba con mucho los doscientos mil hombres.” 2) No cabe invocar el testimonio Deu 2:62; Neh 7:64, para decir que los sacerdotes no ejercían sus funciones sagradas. únicamente se deduce de dichos textos que se mantenían alejados provisionalmente del ministerio los que no podían justificar su genealogía sacerdotal. 3) Hemos visto que la palabra medinah puede tener un sentido amplio de región, como aparece en los textos ya mencionados. 4) El vocablo qahal, además de significar comunidad organizada, admite otros más genéricos de “cualquier muchedumbre de hombres” (Gesenius; Jer 31:8; Jer 44:15; Eze 16:40; Eze 23:46-47; Eze 27:27; Eze 32:22-23).
En cuanto a lo de Ageo y Zacarías, cabe decir que no era conveniente recordar a los judíos de tiempos de Darío el intento fallido de restaurar el templo. Pero Ageo alude a una vuelta del destierro, al decir: “A causa de mi casa, que está en ruinas, mientras que vosotros andáis corriendo cada cual hacia su propia casa” (Eze 1:9), palabras que indican celo en los repatriados para reconstruir sus casas, olvidando la de Yahvé. En cuanto a Zacarías (Eze 6:9-15), dice Van Hoonacker: “Zacarías afirma en términos explícitos que la gola, los judíos vueltos de Babilonia, están ya establecidos en Judea.” En conclusión: la historicidad de las listas de los repatriados en tiempos de Ciro (Esdr 2:2-70; Neh 7:7-22) va afianzándose cada día más.

Fuente: Biblia Comentada

la provincia. Esto se refiere a Judá, reducida de ser un reino ilustre, independiente y poderoso a la condición de una pobre y sumisa provincia del Imperio Persa. Los judíos que regresaron seguían siendo considerados súbditos de Ciro que vivían en una provincia persa.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta lista se da de forma casi idéntica en Neh 7:6-73 (vea las notas sobre este pasaje).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— Esta es la lista: La lista de repatriados presenta el siguiente esquema: a) laicos identificados por su ascendencia y lugar de origen (3-35); b) sacerdotes (36-39); c) levitas, cantores y sirvientes del Templo (40-58); d) los que no pudieron demostrar su ascendencia israelita con el correspondiente registro (59-63). Una lista similar la encontramos en Neh 7:6-63.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Esd 2:1-63 : Esta es la lista: La lista de repatriados presenta el siguiente esquema: a) laicos identificados por su ascendencia y lugar de origen (Esd 2:3-35); b) sacerdotes (Esd 2:36-39); c) levitas, cantores y sirvientes del Templo (Esd 2:40-58); d) los que no pudieron demostrar su ascendencia israelita con el correspondiente registro (Esd 2:59-63). Una lista similar la encontramos en Neh 7:6-63.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Neh 7:6-72.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La lista de los exiliados que regresaron

Es evidente por los últimos versículos del capítulo, que esta lista fue compilada bastante después del regreso. Exactamente por qué y cuándo no se sabe, pero una sugerencia atractiva es que respondía al pedido oficial de los nombres de los que se ocupaban de la edificación del segundo templo (5:4). Si es cierto, entonces puede ser que la lista incluye no sólo a los que regresaron inmediatamente después del pregón de Ciro, sino también a los que los siguieron en los 10 ó 12 años subsiguientes. La lista se repite en Neh. 7:6-73, donde “los que habían su bido la primera vez” (v. 5) se debe interpretar en un sentido general, ya que se dan en contraste con las otras tandas de los que regresaron como la que dirigió Esdras (cf. Esd. 8). La explicación que se ha dado por las pequeñas diferencias entre las dos versiones de la lista, que conciernen mayormente a cifras, es que se deben a problemas típicos que aparecieron más tarde en la reproducción de un sistema de escribir números muy complicado durante esa época.

Después de los nombres de los 12 jefes (ver Neh. 7:7), el orden de la lista es este: familias laicas (3-35), sacerdotes (36-39), levitas (40) y servidores del culto (41-58). A esto le siguen detalles acerca de los que no pudieron establecer su linaje (59-63), un resumen como conclusión (64-67) y otros detalles breves. La sección larga de laicos no parece ser una unidad ya que algunos están registrados por fa milia y otros por domicilio. Es posible que estos últimos hayan sido personas que no fueron exiliadas pero que de todos modos se unieron con los que regresaron para reconstruir el templo.

La razón teológica principal por incluir esta lista es acentuar nuevamente la continuidad entre la comunidad posterior al exilio y el antiguo pueblo de Is rael. Esto lo indican especialmente las observaciones de los vv. 59-63 sobre los que no pudieron en ese momento establecer su linaje para la satisfacción pública, y el número de jefes (12) que recuerda el número de tribus de Israel. Además, el énfasis al principio y al final de la lista en cada persona que regresa a su propia ciudad (vv. 1 y 70) señala la estrecha asociación también en otras partes del AT entre el pueblo y la tierra, de modo que el capítulo funciona de la misma manera que las listas en la segunda parte del libro de Jos. Lo que insinúa, por consiguiente, es que se cumple parcialmente la promesa básica a Abraham (Gén. 12:2, 3).

Por supuesto, el sentido de exclusividad que expresa este capítulo debe equilibrarse con la característica inclusiva de los propósitos de Dios atestiguada en otras partes de las Escrituras, inclusive en el AT (y como lo sugiere este capítulo por la cantidad de nombres extranjeros, especialmente en los vv. 43-58). Pero en el contexto actual, que es un período de transición crucial, era inevitable que se acentuara la importancia del sentido de identidad de la comunidad y el mantenimiento de una clase de continuidad correspondiente al pasado.

Asimismo, las comunidades cristianas deben aprender a ser más sensitivas a las prioridades que su situación demande. La visión suprema siempre ha sido reflejar la gracia de Dios que siempre nos acepta. A veces, sin embargo, fallas morales o doc trinales resultan en una iglesia que casi ni se puede distinguir de la sociedad que la rodea. En tales casos es posible que se tenga que acentuar la necesidad de volver a las reformas y a definir los límites nuevamente, lo cual es un proceso que aparenta ser exclusivista. Su propósito, sin embargo, debería ser el recrear un centro cristiano vibrante que pueda funcionar eficazmente una vez más para atraer a otras personas a la experiencia del amor de Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

2.2 Este es un Nehemías diferente al que reconstruyó los muros de Jerusalén ochenta años más tarde, y el Mardoqueo que se menciona aquí no es el que aparece en el libro de Ester.2.2 Esta primera lista fue confeccionada con los nombres de aquellos hombres que eran líderes. La misma lista aparece en Neh 7:7.EL VIAJE DE REGRESO : Un grupo de cautivos comenzó el largo viaje de regreso a su tierra natal. Sin embargo, muchos cautivos prefirieron la comodidad y la seguridad que tenían en Babilonia n lugar del peligroso viaje a Jerusalén, y por lo tanto decidieron permanecer en Babilonia.2.2-35 Estas personas eran de las tribus de Judá y Benjamín (1.5).2.3-35 Esta lista es del grupo mayor de los que retornaron, dividida por familias (2.3-20) o por ciudades (2.21-35). El versículo 36 comienza enumerando sacerdotes, levitas y otros servidores del templo.2.59-63 Las genealogías eran credenciales muy importantes para los hebreos. Si no podían probar que descendían de Abraham, no eran considerados verdaderos judíos y eran excluidos de algunos privilegios especiales en la vida de la comunidad judía. Además, algunos de los privilegios estaban restringidos a los miembros de determinadas tribus. Por ejemplo, sólo los descendientes de Leví (bisnieto de Abraham) podían servir en el templo.2.63 El gobernador mencionado aquí era probablemente Zorobabel. El Urim y el Tumim eran dos objetos, tal vez en forma de piedras planas, que originalmente eran llevadas dentro de la vestimenta del sumo sacerdote. Eran usados para determinar la voluntad de Dios en asuntos importantes. (Véase la nota a Lev 8:8.) «Que no comiesen de las cosas más santas» se refiere a la comida que sólo los sacerdotes podían comer. Era la porción de carne sacrificada sobre el altar que se les había asignado.2.68, 69 Conforme progresaba la reconstrucción del templo, todos contribuían libremente, con ofrendas de acuerdo con sus habilidades. Algunos pudieron dar regalos cuantiosos y lo hicieron con generosidad. Se requería el esfuerzo y la cooperación de todos, y el pueblo dio cuanto pudo. A menudo limitamos nuestra ofrenda al diez por ciento de nuestro ingreso. La Biblia, sin embargo, hace énfasis en que debemos dar de corazón todo lo que podamos (2Co 8:12; 2Co 9:6). Deje que la cantidad de su ofrenda sea decidida por el llamado de Dios de dar generosamente, no por la cantidad de sobrantes.2.69 Dracmas y libras eran monedas de oro y de plata. El dinero que se dio fue suficiente para comenzar la reconstrucción del templo. El pueblo entregó todos sus recursos para que se usaran de la mejor manera. Estaban entusiasmados y eran sinceros, pero este templo nunca igualaría el esplendor del templo de Salomón. El dinero que David reunió para comenzar la construcción del templo de Salomón fue mil veces mayor (1Ch 22:14). Algunas personas lloraron al recordar el glorioso templo que había sido destruido (3.RETORNO DEL CAUTIVERIO538 a.C.Número de personas que retornaron : 50,000 bajo Ciro y liderados por Zorobabel. Reconstruyeron el templo, pero sólo después de veinte años de lucha. La obra fue interrumpida por varios años, pero finalmente fue terminada.458 a.C.Número de personas que retornaron : 2,000 hombres y sus familias bajo Artajerjes y liderados por Esdras. Esdras confrontó la desobediencia espiritual del pueblo y este se arrepintió y estableció la adoración en el templo. Pero el muro de Jerusalén permaneció en ruinas.445 a.C.Número de personas que retornaron : Un pequeño grupo bajo Artajerjes y liderados por Nehemías. La ciudad fue reconstruida y le siguió un despertar espiritual. Pero el pueblo continuó luchando con la desobediencia progresiva.Babilonia, la una vez poderosa nación que había destruido Jerusalén y llevado al pueblo de Judá cautivo, se había convertido en una nación derrotada. Persia era la nueva potencia mundial y bajo su nueva política exterior, les permitió a los pueblos capturados regresar a sus tierras. La gente de Judá e Israel regresó a su tierra en tres etapas sucesivas.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) “Distrito jurisdiccional.” Lat.: pro·vín·ci·ae.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 27 Neh 7:6

b 28 2Re 24:15; 2Re 25:11

c 29 2Re 24:16; 2Cr 36:20; Lam 1:3

d 30 Deu 30:3; Sal 147:2; Jer 32:37; Eze 34:13

e 31 Esd 1:3

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Estos son los…que subieron. Hay dos listas de los que regresaron: Esdras 2:1– 67 suma 29,818; y Neh 7:6– 73 suma 31,089. Estas sumas se diferencian del total de 42,360 en Esdras 2:64. Es posible que la lista de Esdras se hizo al final del viaje y la de Nehemías al principio. También es posible que los 29,818 representen sólo a los de las tribus de Judá y Benjamín y los 42,360 a todas las tribus. O los 29,818 representen a los mayores de 20 años y los 42,360 a los mayores de 12.

los hijos de la provincia. Esta frase se refiere a los que regresaron y que ahora son ciudadanos de la provincia de Judá. La lista contiene varios grupos: los líderes (vers. 2a), los hombres de Israel (vers. 2b– 35), los sacerdotes (vers. 36– 39), los levitas (vers. 40– 42), los sirvientes del templo (vers. 43– 54), los hijos de los siervos de Salomón (vers. 55– 58) y un grupo de personas de descendencia incierta (vers. 59– 63). El total es de 42,360, además de 7,337 siervos y un coro de 200 voces (vers. 64– 65).

Fuente: La Biblia de las Américas

estos son… subieron de la cautividad… → §232; provincia… Esto es, la provincia de Judá. Porción territorial en aquel entonces de una de las satrapías del imperio Medo-Persa.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Esto es, la provincia de Judá. Porción territorial de una de las satrapías del imperio Medo-Persa.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[=] *Neh 7:6

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[3] La palabra hijos indica una relación bien sea de familia como descendiente directo o de pueblo como ciudadanos.[ 43] Gabaonitas que estaban al servicio del templo. Jos 9, 21; 1 Cro 9, 2.[55] 1 Re 9, 20-24.[63] Se refiere a Nehemías. Neh 8, 9.[65] Entran en esta suma todas las tribus de Israel.

Fuente: Notas Torres Amat