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Comentario de Éxodo 1:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Éxodo 1:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto con Jacob, cada uno con su familia:

RESUMEN DEL EXODO

El título de este Libro se deriva de la Septuaginta; en lo que se llama ΕΞΟΔΟΣ, «Exodus;» o, como está en el Codex Alejandrino, ΕΞΟΔΟΣ Αιγυπτου, «el Éxodo o partida de Egipto;» pero se llama en las Biblias Hebreas ואלה שׁמות, Weelleh Shemot «estos son los nombres» o simplemente, שׁמות, Shemot «nombres», de las palabras con las que comienza.

Moisés fue indudablemente el autor de este Libro, que forma una continuación de lo anterior, y fue escrito evidentemente después de la promulgación del la ley. Abarca la historia de alrededor de 145 años. Moisés, que en el Libro del Génesis describió la creación del mundo, el origen de las naciones y el poblamiento de la tierra, detalla en el Libro del Éxodo el comienzo y la naturaleza de la Congregación y la Política judías, que se ha denominado propiamente una Teocracia (Θεοκρατια, de Θεος [G2316], Dios, y ������ [G2902], para gobernar), en la cual Jehová aparece no solo como su Creador y Dios, sino como su Rey. Por lo tanto, este y los siguientes libros de Moisés no son puramente históricos; pero contienen no solo leyes para la regulación de su conducta moral, y los ritos, y ceremonias de su culto religioso, sino también leyes judiciales y políticas relacionadas con el gobierno y la vida civil. Los estupendos hechos relacionados con estos eventos pueden percibirse claramente consultando las referencias marginales; y muchas de las circunstancias son confirmadas por el testimonio de los escritores paganos. Numenio de Apamea, un filósofo de Pitágoras, mencionado por Eusebio, habla de la oposición de los magos (a quienes llama Janes y Jambres), a los milagros de Moisés. Aunque los nombres de estos magos no se conservan en el Texto Sagrado, sin embargo, la tradición los ha conservado en los registros judíos, de los que sin duda cita San Pablo (2Ti 3:8). Añádase a esto que muchas de las nociones de los paganos respetando la apariencia de la Deidad, y sus instituciones y leyes religiosas, fueron tomadas de este libro; y muchas de sus fábulas no eran más que distorsionadas tradiciones de aquellos eventos que Moisés relató claramente.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Éxo 6:14-16; Gén 29:31-35; Gén 30:1-21; Gén 35:18, Gén 35:23-26; Gén 46:8-26; Gén 49:3-27; 1Cr 2:1, 1Cr 2:2; 1Cr 12:23-40; 1Cr 27:16-22; Apo 7:4-8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El título de este libro proviene de la Septuaginta, o como aparece en el Códice Alejandrino, “el Éxodo o salida de Egipto”.

Los hijos de Israel, después de José, Éxo 1:1-7.

Mientras más oprimidos son por un nuevo rey, más se multiplican, Éxo 1:8-14.

La piedad de las parteras al salvar vivos a los niños varones, Éxo 1:15-21.

Faraón ordena que los niños varones sean arrojados al río, Éxo 1:22.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

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EL LIBRO DE ÉXODO DESCRIBE EL HECHO HISTÓRICO MÁS IMPORTANTE para los israelitas: su salvación de la esclavitud de Egipto. Además de ser el Creador del universo entero y quien había hecho el pacto con la familia de Abraham, Dios emerge en Éxodo como el Salvador de los israelitas. Los salvó de la esclavitud de Egipto y en el proceso los moldeó como una nación, como le prometió a Abraham en Gén 12:1-3. Así como nace un niño, Israel «nació» como nación en el éxodo, creció y se desarrolló en el desierto para llegar a la edad adulta en la Tierra Prometida. El libro de Éxodo registra el origen de esta nación y se puede considerar el estatuto fundacional para Israel.

Moisés, el personaje principal de este libro, participó en un drama épico que representó confrontaciones inolvidables con un obstinado Faraón, una huida de último minuto y una dichosa celebración. A través de todo el drama, Dios demostró su poder y santidad mediante señales y maravillas milagrosas. Finalmente, a través de Moisés en el monte Sinaí, Dios enseñó a su pueblo como llegar a ser un reino de sacerdotes y una nación santa dedicada a servirle y adorarle (Éxo 19:6).

Éxodo tiene dos secciones principales. La primera sección, escrita como una historia en prosa épica (caps. Éxo 1:1-22; Éxo 2:1-25; Éxo 3:1-22; Éxo 4:1-31; Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-51; Éxo 13:1-22; Éxo 14:1-31; Éxo 15:1-27; Éxo 16:1-36; Éxo 17:1-16; Éxo 18:1-27), representa a Dios como el Salvador y Sustentador de su pueblo. Dios primero salvó al bebé Moisés de morir ahogado y luego le proveyó la mejor educación del mundo antiguo: la corte de Faraón. En esta corte real y más tarde en el desierto de Madián, Dios preparó a Moisés como un instrumento para salvar a su pueblo, los israelitas, de la esclavitud. Luego, en el tiempo señalado, Dios envió a Moisés y Aarón a confrontar a Faraón, el opresor de los israelitas.

Las señales y plagas milagrosas en este encuentro dramático demostraron el poder de Dios por encima de los supuestos dioses de Egipto, y especialmente de Faraón, quien declaraba ser una deidad encarnada. Puesto que Faraón intentó destruir al primogénito de Dios (el pueblo de Israel; Éxo 4:22, Éxo 4:23), Jehová, en la décima plaga destruyó a los primogénitos de los egipcios. Pero Jehová pasó por alto, o salvó, a los primogénitos de los israelitas porque ellos eran su pueblo y habían obedecido sus instrucciones respecto a la fiesta de la Pascua (cap. Éxo 12:1-51). Con esta décima plaga, Jehová salvó a su pueblo de la esclavitud. En el Mar Rojo, Dios los salvó nuevamente, esta vez del poder del ejército egipcio (Éxo 12:31-42 y Éxo 13:17-22; Éxo 14:1-31; Éxo 15:1-21). ¡El pueblo esclavizado quedó libre, Dios fue su Salvador!

Dios no sólo salvó a esos esclavos sino también proveyó para ellos. Cuando los israelitas dejaron Egipto, Dios indicó a los egipcios que les dieran todo tipo de bienes (Éxo 12:36). Luego, en el desierto, volvió dulces las aguas amargas (Éxo 15:22-27), les dio maná (alimento) del cielo (cap. Éxo 16:1-36) y les sacó agua de una roca (Éxo 17:1-7). Y aun con estas provisiones milagrosas, los israelitas murmuraron y reclamaron. Aún no terminaban de cantar las alabanzas al Señor (Éxo 15:1-21) cuando comenzaron a murmurar contra su bondad (Éxo 15:24). ¿Cuándo confiarían en Dios, su Sustentador?

La segunda sección del Libro de Éxodo es una serie de leyes e instrucciones detalladas (caps. Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18; Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38). Pero estas no son leyes ordinarias. Ellas revelan el verdadero carácter de Dios. Revelan a Dios como el Dador de la Ley y el Santo. Esta sección registra las leyes benevolentes de Dios dadas en el contexto de un trato con los israelitas. La palabra hebrea traducida ley siempre tiene un significado positivo: «Instrucción». La Ley es como un dedo extendido que apunta en la dirección que una persona debería tomar en la vida. En los Diez Mandamientos (Éxo 20:1-17), Dios compasivamente le señaló su camino a su pueblo, el camino a la vida. Pero la instrucción benevolente era sólo una parte del plan de Dios para los israelitas. Su plan mayor era establecer una relación con ellos basada en un tratado formal (cap. Éxo 20:1-26).

Éxodo concluye con instrucciones sobre el tabernáculo: su construcción, amoblado y servicio. Muchas de estas instrucciones apuntan a la persona y obra del Señor Jesucristo. Dichas instrucciones y el encuentro con Dios en el Monte Sinaí enseñaron a los israelitas que Dios es perfecto y santo. Sólo es posible aproximarse a Él en la forma que Él prescribe.

Al final de Éxodo, leemos cómo los israelitas completaron la construcción del tabernáculo (Éxo 39:33) y que la gloria de Jehová vino a llenarlo (Éxo 40:34). Dios salvó a su pueblo, proveyó para ellos, hizo un tratado con ellos y les enseñó cómo vivir. Finalmente, Él vivió con ellos (Éxo 25:8; Éxo 29:45). Todo estaba listo, así parecía, para el viaje a la Tierra de la Promesa.

Tradicionalmente, los eruditos judíos y cristianos concuerdan en que Moisés compiló y escribió Éxodo, junto con los demás libros del Pentateuco (Génesis a Deuteronomio). Con excepción del resumen histórico del primer capítulo y la sección genealógica del capítulo sexto, Moisés observó o participó en todos los eventos que se describen en el libro. Además, a diferencia de Génesis, Éxodo menciona a Moisés como escritor (Éxo 17:14; Éxo 24:4; Éxo 34:27). La educación de Moisés en la corte de Faraón (Éxo 2:10; Hch 7:22) debió prepararle maravillosamente para la tarea de escribir. Sin embargo, Moisés puede no haber escrito cada palabra de Éxodo. Por ejemplo, la sección genealógica de Éxo 6:14-27 parece ser una adición de los escribas. Aún así, es razonable identificar a Moisés como el arquitecto y autor principal de Éxodo.

Algunos han hecho la observación de que sería desusado que un autor usara la tercera persona («él» o «Moisés») más que la primera persona («yo») en una narración en que el autor está tan íntimamente envuelto. Aun así, en culturas antiguas era habitual el empleo de la tercera persona por parte del narrador.

Moisés probablemente escribió sus memorias, las que se convirtieron en el Pentateuco, mientras vagaba por el desierto con los israelitas. Sospechamos que escribió las primeras partes de Éxodo con la total certeza de que él sería partícipe de la bendición de la Tierra Prometida para Israel. Sólo mucho más tarde (Núm 20:1-13) Moisés perdió su oportunidad de entrar a la tierra.

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Bosquejo

I. Preparación del pueblo de Israel para la liberación, Éxo 1:1-22; Éxo 2:1-25; Éxo 3:1-22; Éxo 4:1-31; Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-36

A. Preparación de Moisés para la liberación de Israel, Éxo 1:1-22; Éxo 2:1-25; Éxo 3:1-22; Éxo 4:1-31

1. Sufrimiento de los israelitas en Egipto, Éxo 1:1-22

2. Nacimiento y primeros años de Moisés, Éxo 2:1-22

3. Primera revelación de Dios a Moisés, Éxo 2:23-25; Éxo 3:1-22

4. Renuencia inicial de Moisés, Éxo 4:1-31

B. Moisés enfrenta a Faraón, Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-7

1. Primer encuentro de Moisés y Faraón, Éxo 5:1-19

2. Repercusiones del primer encuentro, Éxo 5:20-23; Éxo 6:1-13

3. Paréntesis: la historia familiar de Moisés, Aarón y María, Éxo 6:14-27

4. Nombramiento de Aarón como portavoz de Moisés, Éxo 6:28-30; Éxo 7:1-7

C. Dios da poder a Moisés para enfrentar a Faraón, Éxo 7:8-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-36

1. Segundo encuentro de Moisés y Faraón, Éxo 7:8-13

2. Primera plaga: el agua de Egipto se convierte en sangre, Éxo 7:14-25

3. Segunda plaga: ranas, Éxo 8:1-15

4. Tercera plaga: piojos, Éxo 8:16-19

5. Cuarta plaga: moscas, Éxo 8:20-32

6. Quinta plaga: enfermedad del ganado, Éxo 9:1-17

7. Sexta plaga: úlceras, Éxo 9:8-12

8. Séptima plaga: granizo, Éxo 9:13-35

9. Octava plaga: langostas, Éxo 10:1-20

10. Novena plaga: oscuridad, Éxo 10:10-21Éxo 10:29

11. Se anuncia la décima plaga: muerte de los primogénitos de Egipto, Éxo 11:1-10

12. Se instituye la Pascua, Éxo 12:1-28

13. Se promulga la décima plaga: Éxo 12:29, Éxo 12:30

14. El comienzo del éxodo

II. El viaje de Israel al monte Sinaí, Éxo 12:37-51; Éxo 13:1-22; Éxo 14:1-31; Éxo 15:1-27; Éxo 16:1-36; Éxo 17:1-16; Éxo 18:1-27

A. Etapas iniciales del viaje, Éxo 12:37-51

B. Instituciones básicas para Israel y una dirección inesperada, Éxo 13:1-22

C. El gran evento: el cruce del Mar Rojo, Éxo 14:1-31; Éxo 15:1-21

1. Crisis en el Mar Rojo, Éxo 14:1-14

2. Liberación en el Mar Rojo: Éxo 14:15-31

3. Adoración a Dios por su liberación portentosa, Éxo 15:1-21

D. El viaje desde el Mar Rojo al Monte Sinaí, Éxo 15:22-27; Éxo 16:1-36; Éxo 17:1-16; Éxo 18:1-27

1. Aguas amargas en Mara y oasis de Elim, Éxo 15:22-27

2. Provisión milagrosa de alimentos, Éxo 16:1-36

3. Agua de una roca en Refidim, Éxo 17:1-7

4. Victoria sobre los amalecitas, Éxo 17:8-16

5. Jetro se reúne con Moisés, Éxo 18:1-27

III. Revelación de Jehová en su montaña sagrada, el Monte Sinaí, Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18; Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38

A. Los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí, Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-21

B. Varias leyes para el pueblo de Dios, Éxo 20:22-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33

C. Establecimiento del pacto del Dios con su pueblo, Éxo 24:1-18

D. Diseño del tabernáculo de Jehová, Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18

E. Pecado de Israel de adorar un becerro de oro, Éxo 31:1Éxo 35:1-35

F. Renovación del pacto entre el Señor y su pueblo, Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35

G. Construcción del tabernáculo y su henchimiento de la gloria de Dios, Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

El sufrimiento del pueblo de Israel en la tierra de Egipto. Éxodo retoma donde terminó Génesis, pero con una diferencia significativa: la familia de Jacob está aún en Egipto después de cuatrocientos años, pero reducidos a la servidumbre, a pesar de la evidente bendición de Jehová en su vida.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Israel también recibe el nombre de Jacob. Sus doce hijos se convierten en los fundadores de las doce tribus de la nación de Israel.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LOS HIJOS DE ISRAEL. A Israel, el padre de los hijos enumerados en los vv. Éxo 1:2-6, también se le llama «Jacob» (véase Gén 32:28, nota). Sus descendientes llegaron a ser conocidos como israelitas.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Introducción a Éxodo

Bosquejo

I. Opresión de los hebreos en Egipto (Éxo 1:1-22; Éxo 2:1-25; Éxo 3:1-22; Éxo 4:1-31; Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10)

A. Obligaciones de los oprimidos (Éxo 1:1-22)

B. La preparación del libertador (Éxo 2:1-25; Éxo 3:1-22; Éxo 4:1-31)

1. El nacimiento de Moisés y los primeros cuarenta años (Éxo 2:1-15 a)

2. El exilio de Moisés y los segundos cuarenta años (Éxo 2:15-25)

3. El llamamiento de Moisés y el regreso a Egipto (Éxo 3:1-22; Éxo 4:1-31)

C. La lucha con el opresor (Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10)

1. La petición: «Deja ir a mi pueblo» (Éxo 5:1-3)

2. La respuesta: Persecución tiránica (Éxo 5:4-21)

3. La seguridad: El Señor manifestará su señorío (Éxo 5:22-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-13)

4. El recurso: Las diez plagas (Éxo 7:14-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10)

II. La liberación de los hebreos de Egipto (Éxo 12:1-51; Éxo 13:1-22; Éxo 14:1-31; Éxo 15:1-21)

A. La liberación de la Pascua: Redención por la sangre (Éxo 12:1-51; Éxo 13:1-16)

B. La liberación en el Mar Rojo: Redención por el poder (Éxo 13:17-22; Éxo 14:1-31)

C. Cantos de la liberación: Alabanza al Redentor (Éxo 15:1-21)

III. Educación de los hebreos en ruta al monte Sinaí (Éxo 15:22-27; Éxo 16:1-36; Éxo 17:1-16; Éxo 18:1-27; Éxo 19:1-2)

A. La prueba de la adversidad y el cuidado providencial (Éxo 15:22-27; Éxo 16:1-36; Éxo 17:1-16)

1. La primera prueba: Aguas amargas de Mara (Éxo 15:22-27)

2. La prueba del hambre: Provisión de codornices y maná (Éxo 16:1-36)

3. La prueba de la sed: Agua en Refidim (Éxo 17:1-7)

4. La prueba del conflicto: Batalla con Amalee (Éxo 17:8-16)

B. El consejo sabio de Jetro (Éxo 18:1-27)

IV. Pacto con los hebreos en el monte Sinaí (Éxo 19:3-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18)

A. Instrucciones preparatorias dadas a Moisés (Éxo 19:3-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18)

B. Los Diez Mandamientos: Fundamento para la vida bajo el pacto (Éxo 20:1-17)

C. Ordenanzas protectoras de la relación de pacto (Éxo 20:18-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-19)

D. Promesas en cuanto a la Tierra Prometida (Éxo 23:20-33)

E. Ratificación del Pacto (Éxo 24:1-18)

V. El culto hebreo especificado en el monte Sinaí (Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38)

A. Instrucciones respecto al Tabernáculo (Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21)

B. Instrucciones respecto al sacerdote (Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18)

C. El pecado de idolatría (Éxo 2:1-25; Éxo 3:1-22; Éxo 4:1-31; Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-51; Éxo 13:1-22; Éxo 14:1-31; Éxo 15:1-27; Éxo 16:1-36; Éxo 17:1-16; Éxo 18:1-27; Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18; Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35)

D. La implementación de las instrucciones divinas (Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38)

Autor : Moisés

Tema : La redención

Fecha : ca. 1445-1405 a.C.

Trasfondo

Éxodo continúa la narración comenzada en Génesis. El título del libro se deriva de la palabra griega éxodos (título usado en la Septuaginta, que es la traducción griega del AT), y significa: «salida» o «partida». Se refiere a la poderosa liberación que Dios dio a Israel de la esclavitud en Egipto, y su partida desde aquella tierra como el pueblo de Dios.

Dos asuntos relacionados con el trasfondo de Exodo han causado mucha controversia: La fecha del éxodo de Israel de Egipto y la paternidad literaria del libro.

(1) Los eruditos han propuesto dos fechas diferentes para el éxodo: (a) Una «fecha temprana» (también llamada la fecha bíblica) se deriva de 1Re 6:1, que declara que ocurrió 480 años antes del «cuarto año del reino de Salomón». Esto fecha el éxodo ca. 1445 a.C. También en Jue 11:26, Jefté (ca. 1100 a.C.) declaró que Israel había ocupado su tierra por 300 años, lo que fecharía la conquista ca. 1400 a.C. Esta cronología para el éxodo, la conquista y el período de los jueces se acomoda bien a las fechas probables de la historia de los primeros tres reyes de Israel (Saúl, David y Salomón),

(b) Los críticos liberales de la Biblia proponen una «fecha tardía» para el éxodo (ca. 1290), basada en ciertas suposiciones acerca de gobernantes egipcios y en una fecha arqueológica del siglo XIII a.C. de la destrucción de las ciudades cananeas durante la conquista.

(2) Hay también desacuerdo entre los eruditos bíblicos conservadores y liberales sobre la paternidad literaria mosaica de Exodo,

(a) Intérpretes modernos a menudo consideran el libro como la obra combinada de varios editores, completada en un tiempo de la historia de Israel posterior al de Moisés (teoría JEDP).

(b) Sin embargo, la tradición judía desde el tiempo de Josué (Jos 8:31-35), más el testimonio de Jesús (cf. Mar 12:26), el cristianismo primitivo y la erudición conservadora contemporánea atribuyen el origen de Exodo a Moisés (véase introducción a Deuteronomio). Además, la evidencia interna da a Moisés la paternidad literaria. Numerosos detalles en Éxodo indican que el autor fue testigo ocular de los acontecimientos registrados (e.g., Éxo 2:12; Éxo 9:31-32; Éxo 15:27). Partes del libro también atestiguan que Moisés tuvo parte en la redacción (e.g., Éxo 17:14; Éxo 24:4; Éxo 34:27).

Propósito

Éxodo fue escrito para proveer un registro perdurable de los actos redentores de Dios en la historia por los cuales libró a Israel de Egipto, la estableció como su nación escogida, y le dio la revelación escrita en lo concerniente al pacto que hizo con ella. También fue escrito como un eslabón de importancia suprema en la autorrevelación general y progresiva de Dios que culminó en la persona de Jesucristo y en el NT.

Visión panorámica

Éxodo comienza con los descendientes de Jacob que sufren opresión, esclavitud e infanticidio en Egipto; y termina con la manifestación de la presencia, el poder y la gloria de Dios que acampa en el desierto en medio de su pueblo liberado. El libro se divide en tres secciones principales:

(A) Los caps. Éxo 1:1-22; Éxo 2:1-25; Éxo 3:1-22; Éxo 4:1-31; Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-51; Éxo 13:1-22; Éxo 14:1-31 revelan a Israel en Egipto sufriendo bajo la opresión de un faraón que no conocía a José, y a Dios redimiendo a Israel «con brazo extendido y grandes juicios» (Éxo 6:6). Entre los sucesos monumentales de esta parte de la historia de Israel están:

(1) El nacimiento, la preservación y la preparación de Moisés (cap. Éxo 2:1-25);

(2) el llamamiento de Moisés en la zarza ardiente (caps. Éxo 3:1-22; Éxo 4:1-31);

(3) las diez plagas (caps. Éxo 7:1-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-51);

(4) la Pascua (cap. Éxo 12:1-51); y

(5) el cruce del Mar Rojo (caps. Éxo 13:1-22; Éxo 14:1-31).

Él éxodo de Israel de Egipto se considera a través del AT como la experiencia predominante de redención del pacto antiguo.

(B) Los caps. Éxo 16:1-36; Éxo 17:1-16; Éxo 18:1-27 describen a Israel en el desierto en ruta al monte Sinaí. Dios guió a su pueblo redimido con una nube y una columna de fuego y les suministró el maná, las codornices y agua, mientras les enseñaba a andar por fe y obediencia.

(C) Los caps. Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18; Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38 presentan a Israel en el monte Sinaí recibiendo la revelación que incluye:

(1) El pacto (cap. Éxo 19:1-25),

(2) los Diez Mandamientos (cap. Éxo 20:1-26), y

(3) el tabernáculo y el sacerdocio (caps. Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18). El libro concluye con la terminación del tabernáculo y la gloria de Dios que lo llena (cap. Éxo 40:1-38).

Características especiales

Hay cinco aspectos o énfasis principales que caracterizan a Éxodo.

(1) Registra las circunstancias históricas del nacimiento de Israel como nación.

(2) Contiene en los Diez Mandamientos (cap. Éxo 20:1-26) el compendio de la ley moral y de los requisitos justos de Dios para su pueblo y, por consiguiente, provee un fundamento de la ética bíblica.

(3) Es el libro del AT que más describe la naturaleza de la gracia redentora y el poder de Dios en acción. En términos del AT, Éxodo describe el carácter sobrenatural de la liberación de Dios de su pueblo del peligro y de la esclavitud del pecado, Satanás y el mundo.

(4) Todo el libro está empapado de una revelación majestuosa de Dios en calidad de:

(a) glorioso en sus atributos (veraz, misericordioso, fiel, santo y omnipotente);

(b) Señor de la historia y de reyes poderosos;

(c) Redentor que celebra un pacto con los redimidos;

(d) justo como se revela en su ley moral y en los juicios; y

(e) digno de adoración devota como Dios trascendental que desciende a reunirse con su pueblo en el tabernáculo.

(5) Exodo pone en relieve el cómo, el qué y el porqué del culto verdadero que debía seguir a la redención por Dios de su pueblo.

Cumplimiento en el Nuevo Testamento

A través de Exodo se prefigura la redención que se ofrece en el nuevo pacto. La primera Pascua, el cruce del Mar Rojo y la promulgación de la ley en el monte Sinaí son para el pacto antiguo lo que la vida, la muerte y la resurrección de Jesús, y el derramamiento del Espíritu Santo el día de Pentecostés son para el nuevo 173 pacto.

Los tipos de Éxodo que prefiguran a Cristo y la redención en el NT son:

(1) Moisés,

(2) la Pascua,

(3) el cruce del Mar Rojo,

(4) el maná,

(5) el agua de la roca,

(6) el tabernáculo y

(7) el sumo sacerdote. Las exigencias morales absolutas de los Diez Mandamientos se repiten en el NT como requisitos para los creyentes bajo el nuevo pacto.

Diagramas

EL CALENDARIO HEBREO

NOMBRE Y EQUIVALENTE REFERENCIAS AGRICULTURA Y CLIMA FIESTAS
Abib; Nisán Marzo – abril Éxo 12:2; Éxo 13:4; Éxo 23:15; Éxo 34:18;

Deu 16:1; Neh 2:1; Est 3:7

Lluvias (tardías) de primavera; comienza la cosecha de la cebada y del lino La pascua; los panes sin levadura; las primicias
Ziv (lyyar)* Abril – mayo 1Re 6:1; 1Re 6:37 Cosecha de la cebada; comienza la estación seca
Sivan

Mayo – junio

Est 8:9 Cosecha del trigo Pentecostés (fiesta de las semanas)
(Tammuz)* Junio – julio Atención de los viñedos
(Ab)

Julio – agosto

Maduración de uvas, higos y aceitunas
Elul

Agosto – septiembre

Neh 6:15 Procesamiento de las uvas, los higos y las aceitunas
Etanim (Tisrí)* Septiembre – octubre 1Re 8:2 Comienzan las lluvias tempranas de otoño; la arada Las trompetas; la expiación; los tabernáculos
Bul (Maresván)* Octubre – noviembre 1Re 6:38 Siembra del trigo y la cebada
Quisleu

Noviembre – diciembre

Neh 1:1; Zac 7:1 Comienzan las lluvias de invierno (nieve en algunas regiones) Hanukkah

(«dedicación»)

Tébet

Diciembre – enero

Est 2:16
Sabat

Enero – febrero

Zac 1:7
Adar

Febrero – marzo

Esd 6:15;

Est 3:7; Est 3:13; Est 8:12; Est 9:1; Est 9:15; Est 9:17; Est 9:19; Est 9:21

Florecen los almendros; cosecha de frutas cítricas Purim
(Adar Shen)

Segundo Adar

Se añadía cada tres meses este mes, de modo que el – calendario lunar correspondiera con el año solar.
* Los nombres entre paréntesis no están en la Biblia.

SIMBOLISMO DE LOS MUEBLES DEL TABERNÁCULO

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MUEBLE

SIMBOLISMO

REFERENCIAS

El arca del

pacto

Simboliza la justicia y la presencia de Dios

Éxo 25:10-22; Éxo 37:1-9

Deu 10:1-5

Jua 1:18; Jua 14:9

Heb 9:4

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El altar del holocausto

Simboliza la cruz del Calvario, lugar donde fue sacrificado Jesús

Heb 9:12-14;

Heb 9:25-28; Heb 10:10-14; Heb 13:10; 1Jn 1:7; 1Jn 2:2

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El altar de incienso

Representa la intercesión de Cristo en la gloria

Heb 7:25; Heb 9:24; Rom 8:34

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El candelero

Representa a Cristo como «la luz del mundo»

Mat 5:14-16;

Jua 8:13; Jua 9:5;

Apo 1:12-13; Apo 1:20

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La mesa de los panes

Simboliza a Cristo, «el pan de vida»

Jua 6:35

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El lavacro

Representa la purificación y el comienzo de la santificación

Heb 10:19; Heb 10:22

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

1. Opresión de los Israelitas en Egipto.
E ste c.1 debe considerarse como introducción al libro del éxodo y como puente de transición del relato de los patriarcas en el Génesis al de la suerte de los israelitas en Egipto. Repetidas veces promete el Señor a los patriarcas la multiplicación de su descendencia, en la cual habían de ser bendecidas todas las naciones de la tierral1. En la rica tierra de Egipto había de comenzar a realizarse la promesa. Para que esto resulte más claro, varias veces se nos refiere que sólo unas setenta personas formaban la familia de Jacob cuando vino a establecerse a orillas del Nilo2. También el Señor había anunciado a Abraham que su descendencia había de servir en tierra extranjera3. José, al morir, había anunciado a sus hermanos que Dios los visitaría y los haría retornar al país que había jurado dar a Abraham, a Isaac y a Jacob4. El autor del libro del éxodo, pues, quiere mostrar cómo se han cumplido estas promesas. En los planes de la Providencia divina, este período de servidumbre de su pueblo en tierra extranjera tenía por finalidad formar su conciencia nacional, aislado en la parte oriental del Delta egipcio. Si los descendientes de Jacob hubieran permanecido siempre en Canaán, habrían sido absorbidos por la población autóctona, de cultura superior. Pero las exacciones que Israel tuvo que sufrir en Egipto sirvieron para reforzar su conciencia nacional, aislándolo del ambiente fácil. Por otra parte, el aislamiento que habría de experimentar en las estepas del Sinaí habría de contribuir sobremanera a crear una psicología religiosa y nacional especial, que iba a ser la gran defensa contra la posible absorción étnico-religiosa de parte de los pobladores de Canaán cuando Israel volviera a la tierra de los antiguos patriarcas. El autor sagrado – con un sentido teológico providencialista de la historia – trata en este libro del éxodo de hacer ver la intervención especialísima de Dios en la formación de Israel como colectividad nacional. Las antiguas promesas hechas a los patriarcas habrían de cumplirse puntualmente, de forma que Israel, después de sufrir la servidumbre en tierra extranjera, sería liberado milagrosamente de Egipto y llevado al Sinaí para ser adoctrinado en la Ley, base de la teocracia israelita.
Podemos dividir el c.1 en tres partes: a) multiplicación de los descendientes de Jacob en Egipto (v. 1-7); b) los israelitas son condenados a trabajos forzados (v.8-14); c) orden del faraón de exterminarlos (15-22)5.

Multiplicación de los Israelitas en Egipto (1-7).
1Estos son los nombres de los hijos de Israel que vinieron a Egipto con Jacob, cada uno con su familia: 2Rubén, Simeón, Leví y Judá; 3Isacar, Zabulón y Benjamín; 4Dan y Neftalí; Gad y Aser. 5Setenta eran todas las personas descendientes de Jacob. José estaba entonces en Egipto. 6Murió José y murieron sus hermanos y toda aquella generación. 7Los hijos de Israel habían crecido y se habían multiplicado, llegando a ser muchos en número y muy poderosos, y llenaban aquella tierra.

La enumeración de los hijos de Jacob no está hecha según la sucesión cronológica de los nacimientos 6, sino que los descendientes de Jacob están distribuidos artificialmente según la categoría de la madre de cada uno, es decir, primero los hijos de las esposas legítimas, Lía y Raquel (Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, de la primera, y Benjamín, de la segunda), y después los de las esclavas, Bala (Dan y Neftalí) y Zelfa (Gad y Aser)7. El número setenta para determinar las personas aquí (v.5) es aproximativo, para indicar un número reducido de descendientes de Jacob en contraposición a la asombrosa multiplicación de que hablará a continuación, de forma que el pueblo israelita llegó a constituir la preocupación del faraón8. Según Gen 15:13, los hebreos habrían de permanecer cuatro generaciones en Egipto. Naturalmente, estas cifras hay que tomarlas como números redondos aproximativos. San Pablo, haciéndose eco de otra tradición, habla de cuatrocientos treinta años de permanencia de los israelitas en Egipto, lo que prueba el carácter fluctuante y aun artificial de estos números y cifras en las antiguas tradiciones bíblicas9. Con todo, hay que suponer un amplio margen de tiempo (al menos tres siglos) para que el pequeño clan de los jacobitas llegara a constituir un problema político (en cuanto elemento no asimilado) para los gobernantes egipcios. La frase y llenaban la tierra (v.7) hay que entenderla como expresión hiperbólica. La tierra es la de Gosén, o zona del este del Delta10. Con el correr del tiempo, los israelitas habían ampliado su zona de residencia, y desde luego no debemos pensar que continuaran aislados de los egipcios. Más tarde dirá el autor que hubo necesidad de una señal en las casas de los descendientes de Jacob para que el ángel exterminador no los confundiese con los egipcios11.

Los Israelitas, Condenados a Trabajos Forzados (8-14).
8Alzóse en Egipto un rey nuevo que no sabía de José, y dijo a su pueblo: 9“Los hijos de Israel forman un pueblo más numeroso y fuerte que nosotros. 10Tenemos que obrar astutamente para impedir que siga creciendo y que, si sobreviniese una guerra, se una contra nosotros a nuestros enemigos y logre salir de esta tierra.” 11Pusieron, pues, sobre ellos capataces que los oprimiesen con onerosos trabajos en la edificación de Pitom y Ramsés, ciudades-almacenes del faraón. 12Pero cuanto más se los oprimía, tanto más crecían y se multiplicaban, y llegaron a temer a los hijos de Israel. 13Sometieron los egipcios a los hijos de Israel a cruel servidumbre, 14haciéndoles amarga la vida con rudos trabajos de mortero, de ladrillos y del campo, obligándoles cruelmente a hacer cuanto les exigían.

El autor sagrado aclara aquí que los buenos tiempos para los israelitas habían pasado. José, el gran valedor de sus hermanos, había muerto, y su benéfico recuerdo se había perdido entre los egipcios. Por otra parte, la situación política de Egipto era muy otra, ya que alzóse en Egipto un nuevo rey que no había conocido a José (v.8). Suponiendo que los israelitas hayan descendido a Egipto en tiempo de los reyes hicsos (s.XVII), se comprende bien la protección que prestaron a los descendientes de Jacob, pues eran asiáticos y, por tanto, tenían intereses comunes con ellos, también de origen asiático. Sabemos que con la oleada de los hicsos entró en Egipto una inundación de asiáticos de todo género, que encontraban fácil protección en ellos, ya que eran presuntos aliados contra los nativos de Egipto. Pero esta situación de privilegio para los asiáticos cambió al sobrevenir una dinastía egipcia, la XVIII, con sus famosos Ahmosis, Amenofis y Tutmosis, los cuales persiguieron sistemáticamente a los asiáticos como presuntos aliados de los reyes hicsos. A la luz de esta situación de odio a los asiáticos hay que entender la frase del v.9: Los hijos de Israel forman un pueblo más numeroso y fuerte que nosotros. Tenemos que obrar astutamente para impedir que siga creciendo y que, si sobreviniese una guerra, se una contra nosotros a nuestros enemigos. La Biblia no menciona al rey que proclamó esta política de odio a los israelitas. Esto no es de extrañar, ya que la mención de nombres propios de los faraones – fuera de los documentos oficiales – no aparece hasta la dinastía XXIII (s. X a.C.). En la Biblia empiezan a nombrarse faraones concretos en el reinado de Salomón (s. X a.C.). No están concordes los autores al determinar el nombre del faraón opresor de los israelitas, ya que la solución a este problema depende de la que se dé al de la fecha de la salida de los hebreos de Egipto. Los que suponen que éstos salieron en el siglo XV, bajo la dinastía XVIII, creen que el faraón perseguidor es Tutmosis III (1480-1447), mientras que los que mantienen la fecha del siglo XIII para la salida de los hebreos de Egipto proponen a Ramsés II (1292-1225) como faraón perseguidor. Como veremos después, esta última opinión es más aceptable, ya que explica mejor una serie de datos bíblicos que estudiaremos al tratar del éxodo de los israelitas de la tierra de los faraones. Por de pronto se explica bien la mención de Ramesés como una de las ciudades en cuya construcción trabajaron los israelitas (v.11). Es muy comprensible que el faraón constructor diera su nombre a la nueva ciudad edificada por los pobres hebreos. De hecho sabemos que Ramsés II era megalómano y tenía la pasión por las construcciones masivas, llegando su vanidad a poner su nombre en las estatuas y templos anteriores a él. Por otra parte, sabemos que este faraón – preocupado de defender a Egipto contra la incursión de los temibles asiáticos – había establecido su corte en la parte oriental del Delta, justamente en la zona donde desde hacía siglos moraban los israelitas. Pitom (en egipcio Per atum: “morada de Atum o Ra,” dios solar) es generalmente identificada con Tell Masjutta, en el wady Tumilat, mientras que el emplazamiento de Ramsés es más discutido12. En todo caso, ambas ciudades estaban en la parte oriental del Delta, en las cercanías de Gosén, y, por tanto, es fácilmente explicable que los israelitas trabajaran en su construcción. También se explica fácilmente el detalle de que ambas ciudades eran almacenes del faraón (v.11), pues por ser puestos fronterizos eran lugares de avituallamiento para los ejércitos egipcios acantonados en aquella zona. De hecho se han encontrado en Tell Masjutta (Pitom?) restos de graneros e inscripciones en las que se mencionan los “almacenes” allí establecidos.
La opresión cruel a que fueron sometidos los hebreos sobreexcitó su conciencia nacional, y por eso, lejos de disminuir, se fueron creciendo en grupo más compacto (v.12), hasta hacerse temibles a los mismos egipcios. Los trabajos a que fueron sometidos los hebreos son los habituales en la región del Nilo: fabricación de adobes para la construcción (v.14) y faenas agrícolas. En la tumba del príncipe Rekhmare aparecen plásticamente pintadas las diversas labores de los esclavos en Egipto, lo que ilustra muy bien el relato bíblico. En Egipto se construían de piedra los suntuosos templos de los dioses y los sepulcros de los reyes y de los magnates. Pero esta piedra era preciso arrancarla con trabajo de canteras lejanas y transportarla por el Nilo hacia los lugares en que esas edificaciones se levantaban; pero las viviendas en general y aun las murallas de las ciudades se fabricaban de adobes o ladrillos, hechos con el légamo del río, mezclado con paja, que adquirían gran consistencia, mientras no llegasen a ellas las inundaciones del Nilo. Las obras levantadas por los faraones lo eran por los prisioneros de guerra, cuando los tenían; por los pueblos sometidos, como hizo Salomón con los cananeos13, y por las gentes del pueblo mismo. La admiración que despierta la vista de los grandes monumentos egipcios se convierte en tristeza cuando se consideran los sudores y fatigas de millares de obreros, esclavos que habían tenido que penar en su construcción14. Los hebreos, pueblo de origen nómada y pastores de profesión, no estaban hechos a semejante servidumbre. El autor sagrado, queriendo poner más de relieve el poder y la gracia de Dios, que los libró de la servidumbre de Egipto, pondera la grandeza de la opresión. El salmista recuerda este hecho diciendo: “Vino Israel a Egipto, habitó Jacob en la tierra de Cam. Y multiplicó grandemente su pueblo, e hizo que fuesen demasiado fuertes sus enemigos, que se volviese el ánimo de éstos para odiar a su pueblo y para vejar dolosamente a sus siervos”15. Es natural que los pueblos recuerden y ponderen la grandeza de sus males y la opresión que sufrieron bajo poder extraño, una vez que han logrado la libertad16. Es éste un medio de exaltar el valor de la libertad misma. Sin embargo, Egipto siempre ejerció gran atracción sobre Israel, y en el Deuteronomio se prohíbe al rey que elija el volver a Egipto17, y a los egipcios se les trata con especial consideración18.
Siendo natural que un gobernante se alegre del crecimiento de su pueblo, y no siendo los faraones una excepción de esto, razón tendrían para impedir el aumento de los hebreos. El autor sagrado nos presenta a éstos como extraños a la población egipcia y peligrosos para ella. Con esto hace verosímil la conducta del faraón. El relato está pintado con colores hebreos.

Orden de Matar a los Varones Hebreos Recién Nacidos(15-22).
15Ordenó el rey de Egipto a las parteras de los hebreos, de las cuales una se llamaba Sifrá y la otra Púa, diciéndoles: 16“Cuando asistáis al parto a las hebreas y al lavar la criatura veáis que es niño, le matáis; si es niña, que viva.” 17Pero las parteras eran temerosas de Dios y no hacían lo que les había mandado el rey de Egipto, sino que dejaban con vida a los niños. 18El rey de Egipto las mandó llamar y les dijo: “¿Por qué habéis hecho dejar con vida a los niños?” 19Y le dijeron las parteras al faraón: “Es que no son las mujeres hebreas como las egipcias. Son más robustas, y antes de que llegue la partera, ya han parido.” 20Favoreció Dios a las parteras, y el pueblo seguía creciendo y multiplicándose. 21Por haber temido a Dios las parteras, prosperó él sus casas. 22Mandó, pues, el faraón a todo su pueblo que fueran arrojados al río cuantos niños nacieran a los hebreos, preservando sólo a las niñas.

El faraón procura por todos los medios evitar el crecimiento del pueblo israelita, y así da primero orden a las parteras de matar a los varones recién nacidos; pero, fallida esta medida por una añagaza de las parteras, el faraón da orden de arrojar a los niños al río. La primera medida es comprensible en unos tiempos en que los padres podían decidir al nacer el niño si debía continuar con vida o no. Al menos entre los romanos y griegos era corriente esta práctica de matar a los recién nacidos que no interesaren19. El relato bíblico presenta a las parteras como temerosas de Dios. Por la explicación que dan al faraón se ve que no son hebreas, y sus nombres, aunque en hebreo parecen significar Sifrá (hermosura) y Púa (esplendor), pueden considerarse como egipcios pronunciados dialectalmente. La conducta de las parteras puede explicarse por simple humanitarismo, y no es necesario suponer que fueran pro-sélitas hebreas, ya que el homicidio estaba prohibido como pecado abominable, tal como se desprende de la confesión negativa del Libro de los muertos20. El respeto a la vida del prójimo forma parte de los sentimientos éticos más elementales, y así se refleja en todos los códigos legislativos primitivos. El autor sagrado añade que Dios premió esta buena obra de las parteras bendiciendo sus casas (v.21). Por este relato podemos inferir que los hebreos no estaban totalmente segregados de los egipcios, y, por otra parte, no debían de ser tantos en número, ya que sólo se citan dos parteras para asistir a las parturientas hebreas21.
La otra medida de arrojar los recién nacidos al río, o Nilo (el río por excelencia cuando se habla de Egipto en la Biblia), era más radical, y es referida aquí para preparar la narración del hallazgo de Moisés, el gran libertador, en las aguas del Nilo. No sabemos cuánto tiempo duraron estas medidas persecutorias contra los hebreos, pero debió de ser por mucho tiempo. En relatos posteriores se dice que Moisés y Aarón tenían ochenta y ochenta y tres años, respectivamente, cuando se enfrentaron con el faraón para pedir la salida de los hebreos de Egipto. Aunque estas cifras no han de tomarse al pie de la letra, porque hay tendencia a exagerar el número de los años en las primitivas tradiciones de la Biblia, sin embargo, podemos retener la cifra como expresión de una amplia generación.

1 Gen 12:2; Gen 22:17. – 2 Gen 46:1s; cf. Hec 7:14. – 3 Gen 15:13-16. – 4 Gen 50:2·. – 5 Los v.1-5 son atribuidos generalmente al autor sacerdotal, mientras que los v.6-14 y 15-22 son atribuidos a las fuentes yahvista y elohista respectivamente. Cf. A. Clamer, Exode (París 1956) p.63. – 6 Cf. Gén 29:32-30:24. – 7 Este mismo orden de enumeración aparece en Gen 25:23-26. En cambio, en Gen 46:8-27 se da otro orden. Esto prueba la complejidad de tradiciones orales y escritas utilizadas por el compilador o redactor actual de Gén y Ex. – 8 Los LXX leen “setenta y cinco”; en Gen 46:26 se habla de “setenta y seis” personas, t-n Hec 7:14 : “setenta y cinco.” – 9 Cf Gal 3:17. – 10 Cf. Gen 47:4; Gen 47:11. – 11 Exo 12:21-23; Exo 12:35. – 12 Según unos, Ramsés sería Tell Rotab o Artabí; según otros, sería la antigua Tanis11en hebreo), que es probablemente la actual San el Hagar. Otros, finalmente, identifican ses Con Pelusium (Tell Parama), a unos 40 kilómetros al sudeste de Port Said. Cf. Ρ . Μο ntet, Le árame de Avaris (París 1940) p.58-59; L. Grollenberg, Atlas de la Bible (ParísBruselas 1955) p 45 Abel, Géog. II 429; B. Courayer, La résidence ramesside du Delta: 946) 75-98; id., Dieux et fils de Ramsés: RB (1954) 108-117; A. Clamer, o.c., 66. – 13 Cf. 2 Par 2: 1os. – 14 Cf. A. Motet, Le Nil et la civilisation ¿gyptienne 162,304. – 15 Sal 105:23-25. – 16 Cf. Hec 7:17-19. – 17 Deu 17:16. – 18 Deu 23:7s. – 19 Cf. A. Clamer, o.c., p.68. – 20 Cf. Libro de los muertos c.125. Véase su sentido en DBS II 847-848. – 21 Nuestra trad. “al lavar la criatura” del v.16 es libre. En el TM se dice literalmente: “observad las piedras” o “mirad sobre las dos piedras,” que algunos autores interpretan como alusión a la costumbre de las mujeres egipcias de dar a luz sobre dos piedras planas. La frase biblica significaría en este caso “observad a la mujer mientras da a luz.” En un himno de penitencia egipcio se dice: “Yo me he sentado sobre ladrillos como mujer que da a luz.” Véase J. B. pritchard, Ancient Near Eastern Texis relating to the Old Testament (Princeton 1950) p.381. No obstante, la palabra que traducimos por “piedras” (en heb. Obhnáim) puede ser una alusión a los órganos genitales de la madre o del recién nacido. Los LXX traducen: “cuando estén en el momento de dar a luz.” La versión siríaca: “cuando ellas se arrodillen (para dar a luz)”; y la Vg.: det partus tempus advenerit.” Estas traducciones parecen perífrasis, debidas a que los traductores o no entendían la palabra original hebrea o la creían de sentido impúdico.

Fuente: Biblia Comentada

El segundo libro de Moisés llamado
Éxodo

Título

Las versiones de la Septuaginta griega (LXX) y la Vulgata latina en el AT asignaron el título «Éxodo» a este segundo libro de Moisés, debido a que la partida de Israel de Egipto es el hecho histórico dominante en el libro (Éxo 19:1). En la Biblia hebrea, las palabras de apertura: «Y (o: Ahora) estos son los nombres», servían como el título del libro. La apertura «Y» o «Ahora» en el título hebreo sugiere que este libro debía ser aceptado como la continuación obvia de Génesis, el primer libro de Moisés. Heb 11:22 reconoce la fe de José quien, mientras estaba en su lecho de muerte (ca. 1804 a.C.), habló de la «salida’ o «partida» de los hijos de Israel, viendo hacia adelante unos trescientos cincuenta años al éxodo (ca. 1445 a.C.).

Autor y fecha

El hecho de que Moisés fue el autor de Éxodo se afirma sin vacilación alguna. Moisés siguió las instrucciones de Dios y «escribió todas las palabras de Jehová» (Éxo 24:4), las cuales incluyeron por lo menos el registro de la batalla con Amalec (Éxo 17:14), los Diez Mandamientos (Éxo 34:4; Éxo 34:27-29), y el Libro del pacto (Éxo 20:22 Éxo 23:33). Afirmaciones semejantes de escritura mosaica ocurren en otros lugares en el Pentateuco: Moisés es identificado como el que registró «sus salidas conforme a sus jornadas» (Núm 33:2) y el que «escribió … esta ley» (Deu 31:9).

El AT corrobora el hecho de que Moisés es el autor de los pasajes mencionados arriba (vea Jos 1:7-8; Jos 8:31-32; 1Re 2:3; 2Re 14:6; Neh 13:1; Dan 9:11-13; Mal 4:4). El NT afirma lo mismo al citar Éxo 3:6 como parte del «libro de Moisés» (Mar 12:26), al asignar Éxo 13:2 a «la ley de Moisés», a la cual también se hace referencia como a «la ley del Señor» (Luc 2:22-23), al asignar Éxo 20:12 y Éxo 21:17 a Moisés (Mar 7:10), al atribuir la ley a Moisés (Jua 7:19; Rom 10:5), y mediante la declaración específica de Jesús de que Moisés había escrito de Él (Jua 5:46-47).

En algún momento durante su período de cuarenta años como el líder de Israel, comenzando a los ochenta años de edad y terminando a los ciento veinte (Éxo 7:7; Deu 34:7), Moisés escribió este segundo de sus cinco libros. Específicamente, habría sido después del éxodo y obviamente antes de su muerte en el Monte Nebo en la planicie de Moab. La fecha del éxodo (ca. 1445 a.C.) dicta la fecha de escritura en el siglo XV a.C.

Las Escrituras fechan el cuarto año del reinado de Salomón, cuando él comenzó a construir el templo (ca. 966 / 965 a.C.), a cuatrocientos ochenta años después del éxodo (1Re 6:1), estableciendo la fecha temprana de 1445 a.C. Jefté notó que, para su día, Israel había poseído Hesbón por trescientos años (Jue 11:26). Calculando hacia atrás y hacia adelante desde Jefté, y considerando diferentes períodos de opresión extranjera, períodos de jueces y de reyes, el desierto y vueltas por el desierto, y la entrada inicial y conquista de Canaán bajo Josué, esta fecha temprana es confirmada y llega a ser de cuatrocientos ochenta años.

Las Escrituras también fechan la entrada de Jacob y su familia a Egipto (ca. 1875 a.C.) llevándose a cabo cuatrocientos treinta años antes del éxodo (Éxo 12:40), de esta manera coloca a José en lo que los arqueólogos han designado como la 12a. dinastía, el período del reino medio de la historia egipcia, y colocando a Moisés y los últimos años de residencia y esclavitud de Israel en lo que los arqueólogos han designado como la 18a. dinastía, o el período del nuevo reino. Además, el hecho de que José sirvió como virrey sobre todo Egipto (Gén 45:8) incluye el hecho de que sirvió bajo los hicsos (ca. 1730 1570 a.C.), los invasores extranjeros que gobernaron durante un período de confusión en Egipto y quienes nunca controlaron todo el país. Eran una raza semita que introdujo el caballo y el carro como también el arco compuesto. Estos implementos de guerra hicieron posible su expulsión de Egipto.

Contexto histórico

La 18a dinastía de Egipto, el contexto para la partida dramática de Israel, no fue un período político económicamente débil u oscuro de la historia egipcia. Por ejemplo, Tumosis III, el Faraón de la opresión ha sido llamado el «Napoleón del Egipto antiguo», el soberano que expandió las fronteras de influencia egipcia mucho más allá de las fronteras naturales. Esta era la dinastía sobre la cual un siglo antes, bajo el liderazgo de Amosis I, había expulsado a los reyes hicsos del país y redirigido el crecimiento económico, militar y diplomático del país. Al tiempo del éxodo, Egipto estaba fuerte, no débil.

Moisés, nacido en 1525 a.C. (ochenta años de edad en 1445 a.C.), se volvió «enseñado … en toda sabiduría de los egipcios» (Hch 7:22) mientras que estaba creciendo en las cortes de los faraones Tutmoses I y II, y la reina Hatsepsut durante sus primeros cuarenta años (Hch 7:23). Él estuvo en exilio madianita autoimpuesto durante el reinado de Tutmoses III por otros cuarenta años (Hch 7:30), y regresó bajo la dirección de Dios para ser el líder de Israel a principios del reinado de Amenhotep II, el Faraón del éxodo. Dios usó tanto el sistema educativo de Egipto como su exilio en Madián para preparar a Moisés para que representara a su pueblo ante un Faraón poderoso y para guiar a su pueblo a través del desierto de la península de Sinaí durante sus últimos cuarenta años (Hch 7:36). Moisés murió en el Monte Nebo cuando tenía ciento veinte años de edad (Deu 34:1-6), ya que el juicio de Dios estaba sobre él por su enojo y falta de respeto (Núm 20:1-3). Mientras que él la vio desde lejos, Moisés nunca entró en la Tierra Prometida. Siglos más tarde él apareció a los discípulos en el Monte de la Transfiguración (Mat 17:3).

Temas históricos y teológicos

En el tiempo de Dios, el éxodo marcó el final de un período de opresión para los descendientes de Abraham (Gén 15:13), y constituyó el principio del cumplimiento de la promesa de pacto dada a Abraham de que sus descendientes no solo residirían en la Tierra Prometida, sino que también se multiplicarían y se volverían una gran nación (Gén 12:1-3; Gén 12:7). El propósito del libro podría ser expresado así: Rastrear el rápido crecimiento de los descendientes de Jacob desde Egipto hasta el establecimiento de la nación teocrática en su Tierra Prometida.

En momentos apropiados, en el Monte Sinaí y en las planicies de Moab, Dios también le dio a los israelitas ese cuerpo de legislación, la ley, la cual ellos necesitaban para vivir apropiadamente en Israel como el pueblo teocrático de Dios. Por medio de esto, ellos eran distintos del resto de las naciones (Deu 4:7-8; Rom 9:4-5).

Por la revelación de Dios de sí mismo, los israelitas fueron instruidos en la soberanía y majestad, la bondad y santidad, y la gracia y misericordia de su Señor, el único Dios del cielo y de la tierra (vea especialmente Éxo 3:1-22; Éxo 6:1-30; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35). El registro del éxodo y los acontecimientos que siguieron son también el tema de otras revelaciones bíblicas importantes (cp. Sal 105:25-45; Sal 106:6-27; Hch 7:17-44; 1Co 10:1-13; Heb 9:1-6; Heb 11:23-29).

Retos de interpretación

La ausencia de cualquier registro egipcio de la devastación de Egipto por las diez plagas y la enorme derrota del ejército especial de Faraón en el Mar Rojo no debe dar lugar a especulación en referencia a que si el registro es o no auténtico en términos históricos. La historiografía egipcia no permitía que se registraran los momentos penosos y las derrotas penosas de sus faraones. Al registrar la conquista bajo Josué, las Escrituras específicamente notan las tres ciudades que Israel destruyó y quemó (Jos 6:24; Jos 8:28; Jos 11:11-13). Después de todo, la conquista se caracterizó porque Israel se apoderó y habitó la propiedad, no una guerra designada para destruir. La fecha de la marcha de Israel a Canaán no será confirmada, por lo tanto, al examinar niveles extensivos de incendio en lugares de ciudades de un período que se llevó a cabo más tarde.

A pesar de la ausencia de algún registro extrabíblico del Oriente Medio de la esclavitud hebrea, las plagas, el éxodo y la conquista, la evidencia arqueológica corrobora la fecha temprana. Por ejemplo, todos los faraones del siglo XV dejaron evidencia de interés en levantar construcciones en Bajo Egipto. Estos proyectos obviamente fueron accesibles a Moisés en la región delta cerca de Gosén.

El significado tipológico del tabernáculo ha ocasionado mucha reflexión. La ingenuidad en unir cada artículo y cada pieza de material de construcción a Cristo puede parecer extremadamente intrigante, pero si las afirmaciones y referencias del NT no apoyan tales eslabones y tipología entonces la precaución hermenéutica debe gobernar. La estructura y ornamentación del tabernáculo para la eficiencia y belleza son una cosa, pero encontrar significado escondido y simbolismo no tiene fundamento. La manera en la que el sistema de sacrificios y de adoración del tabernáculo y sus partes tipifican de una manera significativa la obra redentora del Mesías venidero debe ser dejada a aquellos pasajes del NT que tratan el tema.

Bosquejo

I) Israel en Egipto (Éxo 1:1 Éxo 12:36)

A) La explosión de población (Éxo 1:1-7)

B) La opresión bajo los faraones (Éxo 1:8-22)

C) La maduración de un libertador (Éxo 2:1 Éxo 4:31)

D) La confrontación con Faraón (Éxo 5:1 Éxo 11:10)

E) La preparación para la partida (Éxo 12:1-36)

II) Israel en el camino a Sinaí (Éxo 12:37 Éxo 18:27)

A) Al salir de Egipto y aterrándose (Éxo 12:37 Éxo 14:14)

B) Al cruzar el Mar Rojo y regocijándose (Éxo 14:15 Éxo 15:21)

C) Al viajar a Sinaí y murmurando (Éxo 15:22 Éxo 17:16)

D) Al reunirse con Jetro y aprendiendo (Éxo 18:1-27)

III) Israel acampado en Sinaí (Éxo 19:1 Éxo 40:38)

A) La ley de Dios prescrita (Éxo 19:1 Éxo 24:18)

B) El tabernáculo de Dios descrito (Éxo 25:1 Éxo 31:18)

C) La adoración de Dios contaminada (Éxo 32:1-35)

D) La presencia de Dios confirmada (Éxo 33:1 Éxo 34:35)

E) El tabernáculo de Dios construido (Éxo 35:1 Éxo 40:38)

ANEXOS.

Las diez plagas contra Egipto

La plaga Deidad egipcia El efecto
1. Sangre (Éxo 7:20) Hapi Faraón endurecido (Éxo 7:22)
2. Ranas (Éxo 8:6) Heqt Faraón ruega por alivio, promete libertad (Éxo 8:8), pero es endurecido (Éxo 8:15)
3. Piojos (Éxo 8:17) Hathor, Nut Faraón endurecido (Éxo 8:19)
4. Moscas (Éxo 8:24) Shu, Isis Faraón negocia (Éxo 8:28), pero es endurecido (Éxo 8:32)
5. Ganado enfermo (Éxo 9:6) Apis Faraón endurecido (Éxo 9:7)
6. Úlceras (Éxo 9:10) Sekhmet Faraón endurecido (Éxo 9:12)
7. Granizo (Éxo 9:23) Geb Faraón ruega por alivio (Éxo 9:27), promete libertad (Éxo 9:28), pero es endurecido (Éxo 9:35)
8. Langostas (Éxo 10:13) Serapis Faraón negocia (Éxo 10:11), ruega por alivio (Éxo 10:17), pero es endurecido (Éxo 10:20)
9. Tinieblas (Éxo 10:22) Ra Faraón negocia (Éxo 10:24), pero es endurecido (Éxo 10:27)
10. Muerte del primogénito (Éxo 12:29) Faraón y los egipcios ruegan a Israel que se vaya de Egipto (Éxo 12:31-33)

Cronología del éxodo

Fecha Acontecimiento Referencia
A los quince días del mes, primer mes, primer año éxodo Éxo 12:1-51
A los quince días del mes, segundo mes, primer año Llegada al desierto de Sin Éxo 16:1
Tercer mes, primer año Llegada al desierto de Sinaí Éxo 19:1
El primer día del mes, primer mes, segundo año Levantamiento del tabernáculo Éxo 40:1; Éxo 40:17
Dedicación del altar Núm 7:1
Consagración de los levitas Núm 8:1-26
A los catorce días del mes, primer mes, segundo año Pascua Núm 9:5
El primer día del mes, segundo mes, segundo año Censo Núm 1:1; Núm 1:18
A los catorce días del mes, segundo mes, segundo año Pascua suplementaria Núm 9:11
A los veinte días del mes, segundo mes, segundo año Partida de Sinaí Núm 10:11
Primer mes, año cuarenta En el desierto de Sin Núm 20:1; Núm 20:22-29; Núm 33:38
El primer día del mes, quinto mes, año cuarenta Muerte de Aarón Núm 20:22-29; Núm 33:38
El primer día del mes, onceavo mes, año cuarenta Discurso de Moisés Deu 1:3


Los Diez Mandamientos

Mandamiento Afirmación AT Pena de muerte AT Confirmación NT
1o. Politeísmo Éxo 20:3 Éxo 22:20; Deu 6:13-15 Hch 14:15
2o. Imágenes Éxo 20:4 Deu 27:15 1Jn 5:21
3o. Jurar Éxo 20:7 Lev 24:15-16 Stg 5:12
4o. Día de reposo Éxo 20:8 Núm 15:32-36 Col 2:16 lo anula
5o. Obediencia a los padres Éxo 20:12 Éxo 21:15-17 Efe 6:1
6o. Asesinato Éxo 20:13 Éxo 21:12 1Jn 3:15
7o. Adulterio Éxo 20:14 Lev 20:10 1Co 6:9-10
8o. Robo Éxo 20:15 Éxo 21:16 Efe 4:28
9o. Falso testimonio Éxo 20:16 Deu 18:16-21 Col 3:9-10
10o. Codiciar Éxo 20:17 Efe 5:3

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Génesis también da los nombres y el número de los descendientes de Jacob que entraron en Egipto (Gén 35:23; Gén 46:8-27).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

LA ETAPA DEL EXODO

 

INTRODUCCIÓN A LA ETAPA DEL ÉXODO

(Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio)

1. Los cuatro hombres más importantes de esta etapa son: Moisés, Aarón, Caleb y Josué.

2. La etapa del éxodo abarca un período de unos 325 años.

3. Incluye los siguientes eventos clave:

a. El cautiverio en Egipto y la liberación de Israel por Moisés (Éxo 1:1-22Éxo 14:1-31).

b. El fracaso de Israel de entrar en la tierra prometida a causa de la incredulidad (Núm 13:1-33Núm 14:1-45).

c. La aparición del maná (Éxo 16:14), la institución del sábado (Éxo 16:23-30), y la entrega de los Diez Mandamientos (Éxo 20:3-17).

d. La construcción del tabernáculo (Éxo 40:1-38).

e. El vagar sin propósito por el desierto (Núm 14:33-34).

f. El pecado y la muerte de Moisés (Núm 20:7-13; Deu 34:5-8).

g. La elección de Josué como nuevo líder de Israel (Núm 27:15-23; Deu 34:9).

4. Aquí leemos acerca de un río de sangre, de un mar que se abre y de un arroyo amargo (Éxo 7:1-25, Éxo 14:1-31, Éxo 15:1-27).

5. Leemos también acerca de un becerro de oro, de una asna que habla y de una serpiente de bronce (Éxo 32:1-35; Núm 22:1-41, Núm 21:1-35).

6. Sabemos de una zarza que arde en el desierto y de una columna de nube y de fuego en el cielo (Éxo 3:1-22, Éxo 13:1-22).

7. Vemos a Moisés ascender a los goces del cielo (Éxo 33:1-23), mientras que Coré desciende al pozo del infierno (Núm 16:1-50).

 

LA ETAPA DEL ÉXODO

I. Israel, esclavizado en Egipto (Éxo 1:1Éxo 12:36).

A. El pueblo de Dios.

1. Después de la muerte de José se levantó un nuevo rey en Egipto «que no conocía a José» (Éxo 1:8).

2. Este rey persiguió cruelmente a Israel, esclavizándolo, y ordenando que se matara a todos los niños varones hebreos (Éxo 1:10-16).

B. La gracia de Dios.

 

«Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel y los reconoció Dios» (Éxo 2:24-25).

C. El hombre de Dios.

1. El príncipe de Egipto.

a. Moisés nace de padres piadosos, es ocultado por tres meses, y luego le dejan flotando en el río Ni lo en una canastilla de juncos (Éxo 2:3).

b. Es descubierto por la hija de Faraón y, mediante el consejo de María (la hermana de Moisés que lo estaba observando todo), aseguró que la propia madre sirviera de nodriza (Éxo 2:8-9).

c. Moisés creció en el palacio de Faraón, pero a la edad de cuarenta años huyó de Egipto, a causa de:

 

(1) Se involucró en un homicidio. Mató a un egipcio que golpeaba a un esclavo hebreo (Éxo 2:12).

 

(2) Debido a su esperanza en el Mesías (Heb 11:24-26). «Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado.»

2. El pastor de Madián.

a. Moisés encuentra refugio en Madián y se casa con Séfora, la hija de Jetro, y vive allí trabajando como pastor por casi cuarenta años (Éxo 2:21).

b. Moisés recibe desde una zarza que ardía su llamamiento divino a liberar a Israel (Éxo 3:1-10).

 

El llamamiento fue: «No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es» (Éxo 3:5).

 

Nota: Se le dijo a Moisés que se quitara sus zapatos en este momento, porque estaba en un lugar santo. Y así lo hizo. Pero debemos observar que más tarde se los puso otra vez. Muchas veces los cristianos oyen a Dios hablarles en relación con un servicio especial para él. Se quitan quizá sus zapatos espirituales en el altar de algún templo, pero después no hacen nada respecto al llamamiento. Dios necesita hoy creyentes que se quiten sus zapatos y después se los vuelvan a poner. La experiencia de adoración debe ser seguida de una experiencia de servicio.

c. Se resistió al llamamiento mencionando cinco excusas débiles por las que él no podía cumplir el mandamiento de Dios:

 

(1) No tengo capacidad (Éxo 3:11).

 

(2) No tengo mensaje (Éxo 3:13).

 

(3) No tengo autoridad (Éxo 4:1).

 

(4) No tengo elocuencia (Éxo 4:10).

 

(5) No tengo inclinación (Éxo 4:13).

d. Dios responde a todas estas excusas de Moisés tal como lo hace hoy a todos aquellos a quienes llama a su servicio. Nos dice:

 

(1) La objeción de «no tengo capacidad» es contestada mediante Flp 4:13.

 

(2) La objeción de «no tengo mensaje» es respondida mediante 1Co 15:3-4.

 

(3) La objeción de «no tengo autoridad» se contesta mediante Mat 28:18-20.

 

(4) La objeción de «no tengo elocuencia» es respondida mediante Flp 2:13.

 

(5) La objeción de «no tengo inclinación» se contesta mediante Flp 2:13.

e. Dios responde a toda la argumentación de Moisés y le da una doble demostración de su poder (Éxo 4:2-7).

 

(1) Su vara de pastor se transforma temporalmente en una serpiente.

 

(2) Su mano derecha queda temporalmente leprosa.

f. Dios, en un acto de su gracia, le permite a Moisés llevar a Aarón, su hermano mayor, con él (Éxo 4:14-15).

g. Moisés había descuidado negligentemente el circuncidar a su propio hijo Gersón, lo que había sido un serio desatino de su parte. Séfora actuó decididamente en el último minuto y salvó a Moisés del juicio divino (Éxo 4:24-26).

D. El enemigo de Dios

1. Faraón no solamente rehúsa dejar en libertad a Israel, sino que añade más trabajo sobre los hebreos, obligándoles a que recojan ellos la paja para hacer los ladrillos (Éxo 5:1-9).

2. El trato que Faraón les da provoca que los líderes de Israel se enojen con Moisés, quien se queja a Dios, el cual le reconfirma en su propósito (Éxo 5:20-23; Éxo 6:1-8).

E. Las plagas de Dios.

1. Moisés (ahora de ochenta años) y Aarón (de ochenta y tres) llevan a cabo su primer milagro contra Faraón, haciendo que una vara se transforme en culebra (Éxo 7:10).

2. Janes y Jambres, los magos de Faraón (véase 2Ti 3:8), son capaces de realizar el mismo milagro, pero la culebra de Moisés devoró a las culebras de ellos (Éxo 7:12).

3. Moisés entonces desata sobre Egipto las diez plagas.

a. Primera plaga: el agua se transforma en sangre (Éxo 7:20).

b. Segunda plaga: la invasión de ranas (Éxo 8:6).

c. Tercera plaga: los piojos (Éxo 8:17).

d. Cuarta plaga: las moscas (Éxo 8:24).

e. Quinta plaga: la enfermedad del ganado (Éxo 9:6).

f. Sexta plaga: sarpullido (Éxo 9:10).

g. Séptima plaga: granizo mezclado con fuego (Éxo 9:24).

h. Octava plaga: la langosta (Éxo 10:13).

i. Novena plaga: tres días de oscuridad (Éxo 10:22).

j. Décima plaga: la muerte de los primogénitos (Éxo 12:29).

4. Faraón le propone a Moisés algunos arreglos durante estas plagas, pero todos son rechazados.

a. Primer arreglo: no os vayáis, ofreced sacrificios a vuestro Dios aquí (Éxo 8:25).

b. Segundo arreglo: iros, pero no os vayáis muy lejos (Éxo 8:28).

c. Tercer arreglo: marcharos, pero dejad a vuestros niños aquí (Éxo 10:10).

d. Cuarto arreglo: id y servid a Jehová vuestro Dios, solamente que queden aquí vuestras ovejas y vacas (Éxo 10:24).

5. El corazón de Faraón es endurecido como once veces durante este tiempo. Notamos que al menos en siete ocasiones se nos dice en el libro de Éxodo que Dios endureció el corazón de Faraón (véanse Éxo 4:21; Éxo 7:3; Éxo 9:12; Éxo 10:1; Éxo 10:20; Éxo 10:27; Éxo 11:10). ¿Cómo podemos entender esto? Una respuesta parcial (y sólo parcial) podemos encontrarla en las siguientes observaciones: la manera en que un objeto dado reaccionará cuando es confrontado por una influencia exterior depende completamente de la naturaleza de tal objeto. Por ejemplo: imaginemos un escenario de invierno, donde se ve un río congelado, y en una de sus márgenes un banco de arcilla amarilla. De pronto el sol aparece por entre las nubes y empieza a brillar y a calentar con fuerza sobre el río y sus márgenes. ¿Qué va a ocurrir inmediatamente después? La reacción va a ser que el hielo se va a derretir, pero la arcilla se va a endurecer. Esta analogía nos permite inferir que, de igual manera, una influencia exterior y celestial va a suavizar un objeto pero va a endurecer el otro. Además, debemos señalar que en cuatro ocasiones se nos dice que Faraón endureció su propio corazón. (Véanse Éxo 7:22; Éxo 8:15; Éxo 8:19; Éxo 9:35.)

F. La salvación de Dios (Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-51).

 

Resumamos brevemente en este punto tanto la naturaleza como el propósito de estas plagas.

1. La naturaleza de las plagas:

a. Las aguas del río Nilo se convirtieron en sangre (Éxo 7:20). Algunos han visto esta plaga como el resultado de un evento natural, tal como la contaminación del Nilo por exceso de barro rojo o por el incremento repentino de cierta bacteria microscópica. Pero es dudoso que tales accidentes naturales hubieran impresionado en lo más mínimo a Faraón que observaba.

b. La invasión de ranas (Éxo 8:2).

 

El doctor John David cita a Harry Rimmer, quien escribe: «A semejanza de una manta de viscosa porquería, aquellas húmedas monstruosidades cubrían la tierra, hasta que los hombres se enfermaron del horrible crujido que producía aquel pavimento que estaban obligados a pisar. Si el pie de un hombre resbalaba en aquella masa grasienta y putrefacta, y buscaba limpiarse en el río, el agua estaba tan llena de ranas que le era imposible lavarse allí.» (Moses and the Gods of Egypt, p. 101.)

c. Los piojos (Éxo 8:16).

 

Algunos eruditos del hebreo creen que «insectos» o «mosquitos» es aquí una traducción más fiel. Los pequeños insectos han sido siempre un problema en Egipto. Muchas cosas fueron ideadas por los antiguos egipcios con el fin de protegerse de ellos (tales como aquellos ahuyenta mosquitos en forma de grandes abanicos, compuestos de una caña larga y plumas de avestruz, que utilizaban los siervos para alejar dichos insectos de la cara de los reyes y nobles. Los suelos y paredes eran frecuentemente lavados con una solución de agua y sosa.

d. Los enjambres de moscas (Éxo 8:24).

 

Esta pudo haber sido un tipo de mosca grande que chupa la sangre de los perros.

e. La morriña del ganado (Éxo 9:3).

 

Esta plaga tuvo, sin duda, graves consecuencias económicas y religiosas sobre los egipcios. Se dependía mucho de los bueyes para las labores pesadas de la agricultura, y los camellos, caballos y asnas se usaban mucho para la transportación. El ganado no sólo proveía leche, sino que los toros eran uno de los objetos más sagrados en los servicios de adoración de la tierra.

f. El sarpullido que produjo úlceras (Éxo 9:10).

 

La lengua hebrea indica que era un tipo de úlcera abierta, enconada, que supuraba, y que era quizá de tipo leproso.

g. El granizo mezclado con fuego (Éxo 9:24).

 

Aquellas severas tormentas de granizo estuvieron posiblemente acompañadas con abundancia de relámpagos y rayos que prendió fuego a los campos de Egipto, ya muy dañados por el granizo. A causa de las seis primeras plagas, algunos egipcios creyeron aparentemente la Palabra de Dios y protegieron a sus ganados y criados, retirándolos de los campos (Éxo 9:20).

h. La invasión de langostas (Éxo 10:13).

 

Una langosta es capaz de comer diariamente tanto como su propio peso, y una nube de langostas de un kilómetro cuadrado puede estar compuesta de varias docenas de millones de estas criaturas. Hay información de enjambres de estos insectos que ocuparon áreas de varios cientos de kilómetros cuadrados, y una plaga de ese tamaño bien puede contar con miles de millones de langostas.

i. Los tres días de oscuridad (Éxo 10:22).

 

Esta plaga fue seguramente la que más pavor causó de todas las que anteriormente habían caído. La oscuridad era tan grande que se podía realmente sentir. Durante setenta y dos agonizantes horas, aquella aterrorizante negrura privó a sus víctimas de alimento, agua y de la menor libertad de movimiento. Más de una persona debió haber enloquecido a causa de esta terrible tortura.

j. La visitación del ángel de la muerte (Éxo 12:29).

 

Dios instruye a Israel para que se prepare para la primera Pascua. Tenían que elegir un cordero macho sin defecto, de un año de edad, por cada familia, en el diez del mes de abril. Tenían que matar al animal el día catorce del mes. La sangre tenían que conservarla en una palangana, y con un manojo de ramas de hisopo tenían que untar con sangre los postes y el dintel de la puerta. La carne del cordero tenían que asarla y comerla en la noche del día catorce, junto con hierbas amargas y pan sin levadura.

 

Nota: Esta es la primera mención de levadura en la Biblia, y a partir de este momento viene a ser un símbolo del mal. En el Nuevo Testamento la levadura significa:

 

(1) Hipocresía (Luc 12:1).

 

(2) Racionalismo (Mat 16:6; Mat 16:12).

 

(3) Mundanalidad (Mar 8:15).

 

(4) Mala conducta (1Co 5:6).

 

(5) Falsa doctrina (Gál 5:9).

 

El cordero pascual era, por supuesto, un tipo y prefiguración bellísimos del Señor Jesucristo. (Véanse Jua 1:29; 1Co 5:6-7; 1Pe 1:18-19.) El hisopo aquí puede representar la fe. Era una planta común de aquellas tierras. Así como el hisopo se usaba en el Antiguo Testamento para aplicar la sangre del cordero, en el Nuevo Testamento la fe aplica la sangre en el corazón humano. (Véase Efe 2:8-9.) Debemos observar, sin embargo, que la simple muerte del cordero no salvaba automáticamente a nadie hasta que la sangre no era aplicada.

 

Israel comió el pan sin levadura aquella noche, y tenían que volver a hacerlo cada mes de abril para recordar la gran liberación experimentada (Éxo 12:39-51).

2. El propósito de las plagas.

 

El propósito de las plagas fue aparentemente doble:

a. Demostrar a Israel la fortaleza de su Dios.

b. Mostrar a los egipcios la incapacidad total de sus dioses. Podemos observar que cada una de las plagas fue dirigida contra un dios egipcio en particular. Esto es:

 

(1) La primera plaga de las aguas sangrientas fue dirigida contra Osiris, el dios del Nilo.

 

(2) La segunda plaga de ranas fue dirigida contra Heka, la diosa de las ranas.

 

(3) La tercera plaga de piojos fue dirigida contra Seb, el dios de la tierra.

 

(4) La cuarta plaga de moscas estaba dirigida contra Isis, la esposa de Osiris.

 

(5) La quinta plaga de la enfermedad del ganado desafiaba a Apis, el dios representado por un toro.

 

(6) La sexta plaga, el sarpullido que producía úlceras, contra Tifón.

 

(7) La séptima plaga, de granizo y fuego, estaba dirigida contra Shu, el dios de la atmósfera.

 

(8) La octava plaga, la langosta, era contra Serapis, el dios que protegía a Egipto contra estos insectos.

 

(9) La novena plaga, la oscuridad, era contra Ra, el dios-sol.

 

(10) La décima plaga, la muerte de los primogénitos, era un ataque contra todos los dioses.

3. El resultado de la plaga final.

a. A la medianoche del 14 de abril, el ángel de la muerte pasó por Egipto, hiriendo a todos los primogénitos de los hogares no protegidos por la sangre, incluido el de Faraón.

b. Durante las primeras horas de la mañana del día 15, todo el pueblo de Israel (600.000 hombres más los niños) cruzaron la frontera de Egipto.

c. Iban acompañados de una multitud mixta.

G. La elección de Dios.

1. La santificación de los primogénitos. El plan original de Dios era una nación de sacerdotes, pero al final, debido al constante pecado de Israel, limitó su elección a la tribu de Leví (Éxo 13:2; Éxo 19:6; Núm 8:16).

2. La elección de la ruta más segura (Éxo 13:17).

II. Israel, en ruta hacia el monte Sinaí (Éxo 12:37-51; Éxo 13:1-22; Éxo 14:1-31; Éxo 15:1-27; Éxo 16:1-36; Éxo 17:1-16; Éxo 18:1-27).

 

Diez eventos clave tienen lugar entre Ramesés, la ciudad egipcia de donde salieron, y su llegada a la base del monte Sinaí. La distancia era aproximadamente de unas 150 millas (unos 240 km). Estos sucesos fueron:

A. La aparición de la gloria de Dios (Shekinah) mediante la columna de nube y de fuego (Éxo 13:21-22). De Sucot a Etam. En Etam se manifiesta la columna de nube y fuego para dirigir a Israel durante el día o la noche. Esto marca la primera aparición de la gloria de Dios (Shekinah), la indicación visible y luminosa de la presencia de Jehová (Éxo 13:21-22). Otras apariciones tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento son:

1. En el mar Rojo (Éxo 10:19-20).

2. En el Lugar Santísimo en el tabernáculo (Lev 16:2).

3. En el Lugar Santísimo en el templo (2Co 5:11-13).

4. Cuando abandona el templo en el tiempo de Ezequiel (Eze 10:1-22).

5. En el nacimiento de Cristo (Luc 2:9-11).

6. En el monte de la transfiguración (Mat 17:5).

7. En la ascensión (Hch 1:9).

8. En el rapto (1Ts 4:17).

9. En la segunda venida (Mat 24:30; Mar 8:38).

10. Durante el milenio (Isa 4:5-6; Isa 60:19).

B. La persecución de Faraón, que se lamenta de su acción de haber permitido que Israel marchara (Éxo 14:5-10).

 

De Etam a Pi-hahirot (Éxo 14:1-4).

1. La decisión de Faraón de perseguir a Israel. Faraón se lamenta de su decisión de liberar a Israel y se propone caer sobre ellos, capturándolos de nuevo en el desierto cerca del mar Rojo por medio de sus carros de guerra.

2. La desesperación del pueblo y su deseo de rendirse (Éxo 14:11-12).

3. La declaración del profeta de elevar la mirada hacia Dios (Éxo 14:13-14).

C. La partición de las aguas del mar Rojo (Éxo 14:13-31).

D. La celebración en Israel por la liberación experimentada y por la destrucción del ejército de Faraón (Éxo 15:1-21).

 

Desde Pi-hahirot y por medio del mar Rojo (Éxo 14:15-31; Éxo 15:1-21).

1. La columna de nube protectora. Este es el segundo milagro más grande de la Biblia. El más grande, por supuesto, es la resurrección de Cristo (Efe 1:20). El cruce del mar Rojo es mencionado muchas veces en la Palabra de Dios. (Véanse Sal 78:53; Sal 106:11-12; Sal 106:22; Heb 11:29.) Este milagro fue realmente triple en su naturaleza:

a. La primera parte fue el cambio en la posición de la columna de nube que se colocó ella misma entre el campamento de Israel y el ejército de Faraón. Era al mismo tiempo nube y tinieblas para los egipcios y luz para el pueblo de Dios.

b. La segunda parte fue la división auténtica de las aguas, dejando un paso abierto de quizá una milla (más de un kilómetro) de ancho. En relación con esto, el doctor Leon Wood escribe:

 

«Una multitud de 2.000.000 de personas, marchando en formación de diez en línea, con una separación de cinco pies (un metro y medio) entre cada línea, ocuparía un espacio de 190 millas (más de 300 km) de largo. Si este paso en el agua fue tan ancho como una autopista moderna, los primeros israelitas que cruzaron habían llegado a Canaán antes que los últimos empezaran a cruzar, y habrían transcurrido varios días.» (A Survey of Israel´s History, p. 133.)

c. La tercera parte fue el cierre del mar otra vez.

2. La separación de las aguas del mar Rojo.

 

«Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas» (Éxo 14:21).

3. La destrucción del ejército egipcio.

 

«Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar: no quedó de ellos ni uno» (Éxo 14:28).

4. La alabanza del pueblo de Dios.

 

«Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová. y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente: ha echado en el mar al caballo y al jinete» (Éxo 15:1).

E. Las aguas amargas de Mara fueron endulzadas al echar Moisés un árbol en ellas (Éxo 15:22-26). En este momento Dios les promete que la obediencia a él les libraría de enfermedades.

 

Desde el mar Rojo hasta Mara (Éxo 15:22-26).

1. El agua amarga.

 

«Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara» (Éxo 15:23).

2. El árbol bueno.

«Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó» (Éxo 15:25).

3. El gran médico.

 

«Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador» (Éxo 15:26).

 

De Mara a Elim (Éxo 15:27).

 

«Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.»

F. El maná (Éxo 16:4; Éxo 16:14; Éxo 16:35).

 

Este pan del cielo vendría a ser su alimentación principal durante los siguientes cuarenta años. Desde Elim al desierto de Sin (Éxo 16:1-36).

1. La multitud quejosa.

 

«Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud» (Éxo 16:2-3).

2. El maná milagroso (Éxo 16:14-15).

 

Desde este momento y durante los siguientes cuarenta años. Dios los alimentaría seis días a la semana con maná, que era semejante a la semilla de cilantro, blanco, plano, y que tenía sabor de hojuelas con miel. Sólo cesó cuando Israel entró en la tierra prometida. (Véase Jos 5:12.)

 

Tenían que recogerlo cada mañana y comerlo el mismo día durante seis días, y en el sexto día tenían que recoger una doble porción para el día séptimo, cuando el maná no caía. La palabra maná en hebreo significa literalmente «¿qué es esto?». Esto es lo que dijeron cuando lo vieron por primera vez, y le quedó como nombre. Jesús aplicaría años más tarde este evento a su propio ministerio. (Véase Jua 6:30-63.) El doctor John David escribió algo útil sobre este asunto del maná:

 

«No debemos suponer en base de estos pasajes que el maná fue lo único que comieron los hebreos en el desierto durante cuarenta años. Sabemos que los israelitas tenían ovejas y vacas (Éxo 12:38; Éxo 17:3), y que continuaron poseyéndolos no solamente en el Sinaí (Éxo 34:3), sino también cuando llegaron a Edom y al país al este del Jordán (Núm 20:19; Núm 32:1). Parece que en algunas ocasiones los hebreos compraron alimento y agua de los edomitas (Deu 2:6-7). También podemos inferir claramente de distintas referencias bíblicas, que el trigo y la carne estaban disponibles para ellos (Éxo 17:3; Éxo 24:5; Lev 8:2; Lev 8:26; Lev 8:31; Lev 9:4; Lev 10:12, Lev 24:5; y Núm 7:13; Núm 7:19).» (Moses and the Gods of Egypt, p. 181.)

G. La institución del sábado (Éxo 16:23; Éxo 16:26-30; Éxo 31:13).

 

El sábado solemne (Éxo 16:23-30).

 

«Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estese, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día. Así el pueblo reposó el séptimo día» (Éxo 16:29-30).

 

A continuación, damos un breve resumen de la enseñanza bíblica sobre el sábado:

1. La primera mención del sábado la tenemos en Éxo 16:23. Durante los primeros 2.500 años de la historia humana. Dios fue el único que lo observó (Gén 2:2).

2. El sábado fue entonces dado a Israel (Éxo 31:13; Éxo 31:17) quien aparentemente no supo hasta este momento nada acerca de él. (Véase Éxo 16:29.) Este día nunca le fue dado a la Iglesia (véanse Col 2:16; Gál 4:9-11).

3. Sábado no es una palabra hebrea para siete sino que significa «descanso o reposo». Las palabras hebreas para siete son sheba y shibah. De lo que se infiere que una traducción literal del cuarto mandamiento diría: «Acuérdate del día de reposo para santificarlo.»

4. Hubo muchos «sábados» que se le dieron a Israel:

a. El día séptimo de la semana (Éxo 20:8-11).

 

(1) Empezaba a la caída del sol del viernes y terminaba a la puesta del sol del sábado.

 

(2) Era un día de descanso absoluto, sin actividad de trabajo ni reuniones de ninguna especie.

b. Era «sábado» (reposo) el primer día del séptimo mes (Lev 23:24-25), para celebrar la fiesta de las trompetas.

c. Era «sábado» el décimo día del mes séptimo (Lev 16:29-30), en que se celebraba el día de la expiación.

d. Era también «sábado» el día quince del mismo mes (Lev 23:34), cuando se celebraba la fiesta de los tabernáculos.

e. El año séptimo era «sábado» (Lev 25:1-4), en el que se dejaba reposar a la tierra durante un año.

f. Era «sábado» el año cincuenta (Lev 25:8), el año del jubileo.

 

Los setenta años de cautividad en Babilonia se debieron principalmente a la desobediencia de Israel en observar estos años de reposo. En los aproximadamente 500 años que transcurrieron hasta que Israel se posesionó de la tierra prometida, habían acumulado setenta años de reposo. (Véanse Lev 26:27-35; 2Cr 36:21; Jer 25:11.)

5. El sábado nunca ha sido cambiado, pero ha sido dejado a un lado porque la nación de Israel ha sido desechada. (Véase Mat 21:43.)

6. Se volverá a observar otra vez el sábado durante el tiempo del reino. (Véase Isa 66:23.)

 

Pregunta: ¿Cuándo, pues, recibió la Iglesia autorización para adorar en domingo?

 

Respuesta: Mediante el modelo establecido por la resurrección que sucedió en el primer día de la semana, esto es, el domingo. Este hecho lo registran los cuatro evangelios (Mat 28:1; Mar 16:2; Mar 16:9; Luc 24:1; Luc 24:13, Jua 20:1; Jua 20:19). De manera que como el sábado conmemora la terminación de la creación (Éxo 20:8-11), así el primer día conmemora la consumación de la creación. (Véanse Hch 20:7; 1Co 16:1-2; Heb 7:12.) Es cierto que Pablo predicó frecuentemente a los judíos en sábado (Hch 13:14; Hch 16:13; Hch 17:2; Hch 18:1-28; Hch 4:1-37), pero lo hizo porque era el día en el que los judíos se reunían regularmente. (Véase 1Co 9:19-20.)

H. La roca golpeada en Refídim (Éxo 17:1-7).

 

Esto fue hecho para proveerles de agua, que Dios les dio de manera sobrenatural de un lado de aquella roca. Casi cuarenta años más tarde Moisés golpearía otra roca en un lugar distante, pero en aquella ocasión él estaba fuera de la voluntad de Dios. (Véase Núm 20:7-13.)

 

Desde el desierto hasta Refídim (Éxo 17:1Éxo 18:27).

 

Moisés golpea la roca (Éxo 17:6). Los volubles israelitas estaban ya casi dispuestos a apedrear a Moisés cuando Dios intervino. «He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo….»

I. Victoria de Israel sobre los amalecitas (Éxo 17:8-16).

 

Aquí encontramos cuatro cosas importantes que se mencionan por «primera vez» y debemos de notarlas:

1. La primera mención de Josué, quien fue elegido por Moisés para dirigir el ejército de Israel (Éxo 17:9).

2. La primera oración de Moisés por Israel (Éxo 17:11-12).

3. La primera parte de la Biblia que se escribe (Éxo 17:14).

4. La primera referencia a uno de los grandes nombres de Dios: Jehová-nisi (Jehová es mi estandarte) (Éxo 17:15).

 

Moisés derrota a un enemigo (Éxo 17:11). Los enemigos son los amalecitas. Estos descendientes de Esaú (Gén 36:12), que formaban bandas errantes del desierto dedicadas al pillaje, llevaban probablemente un tiempo siguiendo a Israel, y eligen este momento para atacarles (Éxo 17:8).

 

El general: Josué. Esta es la primera mención de uno de los líderes militares más notables de todos los tiempos. A pesar de su juventud (probablemente entre veinte y treinta años), Moisés lo elige para dirigir las fuerzas armadas de Israel. Su habilidad y bravura iban unidas a su amor por Dios (Éxo 17:9).

 

El intercesor: Moisés. Este gran anciano asciende a un montículo cercano, extiende sus manos al cielo y empieza a orar por Josué y por Israel que luchan abajo (Éxo 17:11).

 

Los ayudadores: Aarón y Ur. Estos dos ayudan a Moisés a mantener sus cansados brazos en alto a fin de que Dios pueda dar la victoria abajo. Israel vence, se escribe una de las primeras secciones de la Biblia y Moisés edifica un altar, llamándolo Jehová-nisi, que significa «Jehová es mi estandarte».

J. El encuentro de Moisés con su familia (Éxo 18:5). Moisés saluda a su familia (Éxo 18:7).

1. Es saludado por Jetro, Séfora y sus dos hijos, Gersón y Eliezer.

2. Moisés escucha el consejo de Jetro y nombra hombres capaces que le ayuden a juzgar en los problemas del pueblo (Éxo 18:17-27).

III. Israel se establece en el Sinaí (Éxo 19:1Núm 10:10). Israel llegó al Sinaí el 15 de junio de 1445 a.C. y se quedó allí durante once meses y cinco días (Núm 10:11). Tres grandes eventos tuvieron lugar durante este tiempo, y son:

 

Los mandamientos de la ley (el requerimiento para que hubiese comunión).

 

La corrupción del becerro de oro (la pérdida de esa comunión).

 

La construcción del tabernáculo (la restauración de esa comunión).

 

Veamos ahora una introducción a estos eventos y una consideración de dichos sucesos.

A. Una introducción a la acción del monte Sinaí.

1. Israel llega al monte Sinaí y recibe la noticia de que Dios se encontrará con ellos en tres días. Tienen, por tanto, que lavar sus ropas y preparar sus corazones (Éxo 19:9-10).

2. Dios se manifestó al tercer día en el monte Sinaí, acompañado de truenos, relámpagos, una nube espesa, sonido de trompetas, un terremoto, humo y fuego (Éxo 19:16-18).

3. Moisés recibe la orden de subir al Sinaí para encontrarse con Dios. Durante este encuentro Dios le entrega oralmente los Diez Mandamientos y las setenta leyes que componen el libro del pacto. Moisés desciende entonces del Sinaí y le repite al pueblo las palabras de Dios (Éxo 19:20Éxo 23:33).

4. El pueblo de Israel está de acuerdo con todo lo que Dios le ha dicho a Moisés (Éxo 24:3).

5. Moisés seguidamente escribe para constancia de Israel todo lo que les ha dicho, edifica un altar de doce columnas, y sacrifica sangre sobre él para satisfacer los acuerdos del pacto (Éxo 24:4-8).

6. Asciende otra vez a la cima del monte y esta vez le acompaña Josué en parte del camino (Éxo 24:13).

7. Permanece allí por cuarenta días, y en este tiempo recibe los diseños para el tabernáculo y dos tablas de piedra escritas por Dios mismo que contienen los Diez Mandamientos. Moisés ayuna durante todo este tiempo (Éxo 24:18; Éxo 31:18; Éxo 34:28; Deu 9:9).

8. Dios le indica que descienda inmediatamente para que trate el asunto del becerro de oro que se está desarrollando abajo (Éxo 32:7).

9. Ora por Israel para que Dios no lo destruya (Éxo 32:11-13).

10. Recoge a Josué a mitad de camino al bajar (Éxo 32:17).

11. Nada más ver la terrible inmoralidad de Israel, rompe en pedazos las tablas de piedra que contenían los Diez Mandamientos (Éxo 32:19).

12. Reprende a Aarón y juzga a Israel por segunda vez (Éxo 32:20-29).

13. Ora por Israel por segunda vez (Éxo 32:30-32).

14. Ayuna después durante los siguientes cuarenta días (Deu 9:18).

15. Otra vez asciende al monte y Dios le ordena que talle otras dos tablas de piedra, donde el Señor volvería a escribir los Diez Mandamientos (Deu 10:2).

16. Dios le manda que haga un arca de madera de acacia y coloque en ella las dos tablas de piedra de la ley. Después Moisés regresa al valle con el arca (Deu 10:5).

17. Moisés pide ver la gloria de Dios y el Señor le responde:

 

«Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas: mas no se vertí mi rostro» (Éxo 33:19-23).

B. Una consideración de la acción en el monte Sinaí. Los mandamientos de la ley de Dios. Había tres secciones básicas de la Ley de Moisés.

1. El código moral. Esta sección se conoce comúnmente como los Diez Mandamientos (Éxo 20:3-17; Deu 5:7-21).

a. No tendrás dioses ajenos delante de mí.

b. No te harás ningún grabado ni escultura.

c. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano.

d. Acuérdate del sábado (reposo) para santificarlo.

e. Honra a tu padre y a tu madre.

f. No matarás.

g. No cometerás adulterio.

h. No hurtarás.

i. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.

j. No codiciarás.

2. El código espiritual. Esta sección trata de las ordenanzas que son todas ellas una prefiguración de Cristo y la salvación. (Véase Heb 10:1.) Incluye las fiestas levíticas, ofrendas, etc. (Éxo 35:1-35Éxo 40:1-38; Lv.).

3. El código social. Esta sección trata de los juicios y leyes divinas para el nuevo establecimiento que Dios prepara para Israel. Incluye normas sanitarias, de alimentación, cuarentenas, conservación de la tierra, impuestos, servicio militar, matrimonio, divorcio, etc.

 

Hay como setenta regulaciones básicas en el código social. De éstas, veinte de las más importantes son:

a. «Y si alguno hiriere a su siervo o a su sierva con palo, y muriere bajo su mano, será castigado» (Éxo 21:20).

b. «El que hiriere a su padre o a su madre, morirá» (Éxo 21:15).

c. «Asimismo el que robare una persona y la vendiere, o si fuere hallada en sus manos, morirá» (Éxo 21:16).

d. «Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie» (Éxo 21:24).

e. «Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre, morirá» (Éxo 21:17).

f. «Si alguno hiriere el ojo de su siervo, o el ojo de su sierva, y lo dañare, le dará libertad por razón de su ojo» (Éxo 21:26).

g. «Cuando alguno hurtare buey u oveja, y lo degollare o vendiere, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja cuatro ovejas» (Éxo 22:1).

h. «Si alguno engañare a una doncella que no fuere desposada, y durmiere con ella, deberá dotarla y tomarla por mujer» (Éxo 22:16).

i. «A la hechicera no dejarás que viva» (Éxo 22:18).

j. «Cualquiera que cohabitare con bestia, morirá» (Éxo 22:19).

k. «El que ofreciere sacrificio a dioses excepto solamente a Jehová, será muerto» (Éxo 22:20).

l. «Y al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto» (Éxo 22:21).

m. «A ninguna viuda ni huérfano afligiréis» (Éxo 22:22).

n. «Cuando prestares dinero a uno de mi pueblo, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le impondrás usura» (Éxo 22:25).

 

«Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo, a la puesta del sol se lo devolverás» (Éxo 22:26).

 

«Porque sólo eso es su cubierta, es su vestido para cubrir su cuerpo. ¿En qué dormirá? Y cuando él clamare a mí, yo le oiré, porque soy misericordioso» (Éxo 22:27).

ñ. «No injuriarás a los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo» (Éxo 22:28).

o. «No demorarás la primicia de tu cosecha ni de tu lagar. Me darás el primogénito de tus hijos» (Éxo 22:29).

p. «Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo» (Éxo 23:4).

 

«Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a levantarlo» (Éxo 23:5).

q. «No pervertirás el derecho de tu mendigo en su pleito» (Éxo 23:6).

r. «Seis años sembrarás tu tierra, y recogerás su cosecha; más el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo; así harás con tu viña y con tu olivar» (Éxo 23:10-11).

s. «He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado» (Éxo 23:20).

 

Dicho en forma simple, el código moral actuó como la revelación de la ley de Dios, el código social como la regulación de aquella ley, y el código espiritual como la realización de dicha ley: en Cristo. (Véanse Mat 5:17-18; Rom 10:4.)

C. La corrupción del becerro de oro (Éxo 32:1-35).

1. Durante los últimos días del primer encuentro de cuarenta días de Moisés con Dios en la cima del Sinaí. los volubles israelitas que esperaban en el valle demandaron que Aarón les hiciera un dios.

2. Aarón accede a la demanda, y usando los aretes de oro de las mujeres, los funde para crear un dios en forma de becerro de oro.

3. Después del «culto de adoración», el pueblo se lanzó a una orgía de inmoralidad sexual. El verbo que se traduce por «regocijarse» o «divertirse» en Éxo 32:6 tiene el sentido de caricias sexuales. (Véase Gén 26:8 para una situación similar.)

4. Dios informa a Moisés en el monte de lo que está ocurriendo abajo y le declara su intención de destruirlos. Moisés, temblando, empieza a «debatir respetuosamente con la divinidad». Suplica a Dios que se aplaque en su furor por dos razones:

a. A causa de sus enemigos (Éxo 32:12).

b. A causa de sus amigos (Éxo 32:13).

5. Moisés y Josué vuelven al campamento, y Moisés, con justa indignación, quiebra las dos tablas de piedra que contienen los Diez Mandamientos. Entonces quema el becerro de oro, lo reduce a cenizas, lo mezcla con agua y hace que el pueblo lo beba.

6. Reprende a Aarón y demanda saber quién está del lado del Señor. Todos los de la tribu de Leví declararon estar de su lado, y desde aquel día fueron escogidos para ser sacerdotes de Dios.

7. Dios les envía una plaga para castigarles por su pecado y ordena la ejecución de 3.000 de los líderes de aquel episodio.

D. La construcción del tabernáculo (Éxo 25:1-40Éxo 31:1-18; Éxo 35:1-35Éxo 40:1-38; Lv.).

1. Una descripción general del tabernáculo:

a. Las tres secciones: el patio exterior, el atrio interior y el lugar santísimo. El patio exterior estaba cerrado por una cerca de 150 pies (45 m) de largo, por 75 pies (22,5 m) de ancho y 7,5 pies (2,25 m) de alto. En el centro se hallaba una carpa de 45 pies (13,5 m) de largo, por 15 pies (4,5 m) de ancho y 15 pies (4,5m) de alto. Había dos habitaciones en esta carpa, separadas por un velo grueso. El cuarto o sección oriental de esta carpa (todo el tabernáculo estaba orientado hacia el este) se llamaba el lugar santo, y la parte occidental era el Lugar Santísimo. La carpa estaba compuesta de cuarenta y ocho tablas, cubiertas por cuatro cortinas diferentes. Tres de ellas de pieles de animales y la cuarta de lino fino. Los colores de estas cortinas eran blanco, azul, púrpura y rojo.

b. Los diversos materiales que emplearon fueron: oro 3.140 lb (1.422 kg), plata 9.575 lb (4.337 kg), y bronce 7.540 lb (3.415 kg), pieles de animales, madera de acacia, aceite de oliva, especias, y piedras de ónice.

c. Supervisor general: Bezaleel, nieto de Hur de la tribu de Judá.

d. Tiempo que tardaron en construirlo: seis meses aproximadamente.

e. Método de construcción: el tabernáculo fue el resultado de manos y corazones voluntarios. La casa de Dios fue financiada por el pueblo de Dios, y no mediante cenas, rifas o loterías. Algunos de los versículos más inspiradores del Antiguo Testamento hablan de este espíritu de generosidad y sacrificio (Éxo 35:5; Éxo 35:21-22; Éxo 35:29).

 

Otra preciosa verdad que aparece durante la edificación del tabernáculo fue el hecho de que Dios observaba personalmente la donación de cada ofrenda que era entregada, sin importar lo pequeña que pudiera ser. Esto se indica dramáticamente en Núm 7:1-89, donde aparece que doce personas diferentes dan doce diminutas cajitas de oro con incienso. A pesar de que dichas ofrendas eran iguales y de poco costo, Dios, no obstante, reconoció a cada ofrendante y cada presente. (Véanse también Apo 2:2; Apo 2:9; Éxo 2:13; Apo 3:1; Apo 3:8; Apo 3:15.)

2. El mobiliario del tabernáculo.

 

Había seis objetos principales:

a. El altar de bronce (Éxo 27:1-8; Éxo 38:1-7).

Esto era lo primero que encontraba el que entraba al tabernáculo por la parte este. Era una estructura semejante a una caja hecha de madera de acacia recubierta de bronce. Tenía aproximadamente 7,5 pies (2,25 cm) por cada lado, y 3 pies (1,25 cm) de alto. A media altura del altar había una rejilla. Había también un cuerno colocado en cada esquina del altar para sujetar los animales que eran ofrecidos en este altar.

b. La fuente de bronce (Éxo 30:18; Éxo 38:8).

 

Dicha fuente descansaba sobre una base también de bronce. Se llenaba de agua que usaban los sacerdotes para sus abluciones ceremoniales de manos y pies.

c. La mesa para el pan de la proposición (Éxo 25:23-30; Éxo 37:10-16).

 

Esta mesa estaba hecha de madera de acacia y recubierta de oro. Sobre esta mesa se depositaban doce piezas de pan que se renovaban cada semana, una por cada tribu de Israel. Medía aproximadamente 1,5 pie (46 cm) de ancho, por 2,5 pies (76 cm) de alto. La mesa, a diferencia de los dos primeros muebles, estaba dentro de la tienda, instalada en la parte de la primera habitación.

d. El candelabro de oro (Éxo 25:31-40; Éxo 37:17-24).

 

Este era uno de los objetos más adornados del tabernáculo. Era de oro puro, y consistía de un tronco vertical del que salían tres pares de brazos por cada lado que se doblaban hacia arriba. Las lámparas eran despabiladas cada mañana y tarde y no debían apagarse nunca todas al mismo tiempo.

 

Había que abastecerlas regularmente con aceite puro de oliva. Su fabricación requirió 107 libras (49 kg) de oro puro y costó aproximadamente unos 175.000 dólares. La tradición judía afirma que el candelero era de 5 pies (1.5 m) de altura y 3.5 pies (1.06 m) de ancho. Estaba también colocado en el llamado lugar santo.

e. El altar del incienso (Éxo 30:1-10; Éxo 37:25-28).

 

Esta mesa cuadrada de madera de acacia, recubierta de ora, de 1.5 pie de lado por 3 pies de alto (46 cm de lado y 90 cm de alto), era el símbolo de la oración. El incienso se quemada cada mañana y tarde en esta mesa (Apo 8:3-4). Una vez al año los cuernos de este altar eran manchados con sangre. El altar del incienso ocupaba la parte oeste del lugar santo.

f. El arca del pacto (Éxo 25:10-22; Éxo 37:1-9).

 

Este era el objeto más importante de todo el tabernáculo. Estaba hecho también de madera de acacia y recubierto de oro puro por dentro y por fuera. Medía 4 pies (1,22 m) de largo, 2 pies (61 cm) de alto. Contenía en su interior varios objetos; los más importantes eran las dos tablas de piedra sobre las que estaban escritos los Diez Mandamientos. La tapa de del arca estaba hecha de oro macizo y se le llamaba el propiciatorio. Encima había dos querubines de oro. Una vez al año, durante el gran día de la expiación en el mes de octubre, el sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo (que estaba separado del lugar santo por un velo grueso) y derramaba sangre sobre el propiciatorio por los pecados del pueblo. Por encima de todo el ornamento del arca moraba el Shekinah. la nube de la gloria de Dios, que era la manifestación de su presencia. Vemos aquí la que es quizá la más extraordinaria verdad del tabernáculo: lo que había en medio de la ley quebrantada por el hombre, que no la había podido cumplir, y la santa y justa ira de Dios era la sangre de un cordero.

3. El sacerdocio del tabernáculo.

a. Su ordenación. Una de las ceremonias más impresionantes del Antiguo Testamento era sin duda la consagración de un joven varón levita al sacerdocio de Israel. El sagrado procedimiento se desarrollaba de la siguiente manera:

 

(1) Era primeramente lavado con asna (Éxo 29:4).

 

(2) Después era vestido (Éxo 29:5).

 

(3) Seguidamente era uncido con aceite (Éxo 29:7).

 

(4) Finalmente tenía que identificarse ¿i sí mismo con un sacrificio (Éxo 29:15-20). Esto lo hacía colocando su mano sobre la cabeza de un cordero moribundo. La sangre del cordero era entonces puesta sobre su oreja derecha, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el dedo gordo del pie derecho.

b. Su vestimenta. Damos a continuación una descripción de la vestimenta que llevaba el sumo sacerdote (Éxo 28:2-43).

 

(1) El efod. Era una prenda exterior de vestir, sin mangas, que llegaba desde los hombros hasta por debajo de las rodillas. Consistía de dos piezas, una que cubría la espalda y la otra la parte delantera del cuerpo, que se unían en los hombros mediante unos tirantes, que tenían encima dos piedras de ónice montadas sobre oro. En cada piedra estaban grabados los nombres de seis tribus de Israel. El efod estaba entretejido en tela azul, púrpura, rojo y lino torcido, bordado con figuras de oro. Se sujetaba al cuerpo mediante un cinturón.

 

(2) El pectoral del juicio (Éxo 28:15-20).

 

Una pieza cuadrada de tela, sujeta al efod sobre el corazón del sacerdote, sobre el cual había doce piedras preciosas montadas sobre oro y arregladas en cuatro hileras. Encima de las piedras estaba grabado el nombre de las doce tribus de Israel.

 

(3) El Urim y el Tumin (Éxo 28:30).

 

Es incierta la naturaleza de estas vestimentas. Las palabras hebreas literalmente significan «luces» y «perfección». Podía haber sido dos piedras especialmente costosas. Algunos piensan que eran usadas por los sumos sacerdotes en tiempos de crisis para determinar la voluntad de Dios. (Véanse Núm 27:21; 1Sa 28:6.)

 

(4) El manto del efod (Éxo 28:31-35).

 

Esta era una prenda de vestir, de color azul y sin costura, que llevaban debajo del efod y era un poco más larga que él. A lo largo del dobladillo del bajo del manto había granadas de tela azules, moradas y rojas, y campanillas de oro que sonaban cuando el sacerdote servía en el templo.

 

(5) La mitra (Éxo 28:36-38).

 

Este era el turbante de lino fino que llevaba el sacerdote sobre su cabeza. En el frente portaba una lámina de oro con las palabras «Santidad a Jehová» grabadas en ella.

c. Sus deberes. Las varias responsabilidades del sacerdocio caían bajos dos categorías básicas:

 

(1) Las del servicio en el templo. Estas incluían el quemar el incienso, cuidar de las lámparas, colocar el pan y ofrecer sacrificios (Núm 3:5-9).

 

(2) Aquellas de servicio personal. Examinar a las personas impuras, especialmente los leprosos, instruir al pueblo de Israel en la ley de Dios, y cuidar en general del bienestar espiritual del pueblo (Núm 6:23-27; Deu 17:8-9).

d. Sus obligaciones personales.

 

(1) No debían consumir bebidas alcohólicas (Lev 10:9).

 

(2) No deberían raparse la cabeza ni afeitarse la barba, ni hacerse heridas en el cuerpo (Lev 21:5).

 

(3) No podían casarse con una prostituta, mujer viuda o divorciada, o con alguien de otra tribu. Su esposa debía ser una virgen de la tribu de Leví (Lev 21:7; Lev 21:14).

 

(4) No podían tener ningún defecto corporal, tales como ser ciegos o paralíticos (Lev 21:16-21).

4. Las ofrendas del tabernáculo.

a. Había cinco ofrendas principales y cada una de ellas es descrita en capítulo aparte en Lev 1:1-17Lev 5:1-19.

 

(1) Los holocaustos (Lev 1:1-17).

 

(2) Las ofrendas de harina (Lev 2:1-16).

 

(3) Los sacrificios de reconciliación (Lev 3:1-17).

 

(4) Los sacrificios por el pecado (Lev 4:1-35).

 

(5) Ofrendas expiatorias (Lev 5:1-19).

b. Estas cinco ofrendas pueden ser clasificas en dos categorías generales:

 

(1) Las ofrendas cuyo propósito era restaurar la comunión. Estas incluían las ofrendas por el pecado y las expiatorias.

 

(2) Aquellas otras ofrendas cuyo propósito era mantener la comunión. Estas incluían los holocaustos, las ofrendas de harina y las ofrendas de paz. La ofrenda especial de la vaca de pelo rojizo que se cita en Núm 19:1-22 está también incluida en esta categoría.

5. Las fiestas sagradas del tabernáculo. Había nueve fiestas especiales y tiempos de descanso en el calendario judío. Las primeras tres recordaban al creyente la obra creadora de Dios y las otras seis su obra redentora.

a. Su obra creadora.

 

(1) El reposo semanal (Sabat) (Éxo 20:8-11; Lev 23:1-3).

 

(2) La fiesta del reposo de la tierra en el año séptimo (Éxo 23:10-11; Lev 25:2-7).

 

(3) La fiesta del año del jubileo o fiesta del perdón (Lev 25:8-16).

 

Nota: Estas tres hablan de la creación de Dios, al venir en ciclos continuos de siete, como Dios descansó en el día séptimo.

b. Su obra redentora.

 

(1) La fiesta de la Pascua (Lev 23:4-8), habla del Calvario (1Co 5:7).

 

(2) La fiesta de los primeros frutos (Lev 23:9-14), habla de la resurrección (1Co 15:23).

 

(3) La fiesta de Pentecostés (Lev 23:15-25), habla de la venida del Espíritu Santo (Hch 2:1-47).

 

(4) La fiesta de las trompetas (Lev 23:23-25), habla del rapto y de la segunda venida (1Ts 4:13-18).

 

(5) La fiesta del día de la expiación (Lev 23:26-32). Esta habla de la tribulación (Apo 6:1-17Apo 19:1-21). En el hebreo es la llamada Yom Kippurim y se celebra el 10 de octubre de cada año. El orden del servicio de esta día tan importante aparece detallado en Lev 16:1-34.

 

(a) El sumo sacerdote tenía que ofrecer un becerro en sacrificio por sí mismo. Los predicadores también necesitan ser salvos y santificarse.

 

(b) Tenían que echar suertes sobre dos machos cabríos para determinar cuál sería sacrificado y a cuál dejarían escapar por ser Azael.

 

(c) Luego el sumo sacerdote rociaba siete veces el propiciatorio con la sangre del becerro y del macho cabrío.

 

(d) Finalmente pondría sus manos sobre el macho cabrío vivo, confesaría sobre él todos los pecados de Israel, y después señalaría a un hombre para dirigirlo [al macho cabrío] al desierto.

 

(6) La fiesta de los tabernáculos (Lev 23:33-44), esta habla del milenio (Apo 20:1-6).

c. Para representar el programa completo de la salvación.

6. El manual del tabernáculo. En los restantes capítulos del libro de Levítico tenemos una serie de ordenanzas sobre lo que hay que hacer, o no hacer, en relación con la vida religiosa, social y física de cada israelita.

a. Podían comerse ciertos alimentos, pero otros debían evitarse. La invitación que Dios hizo a Noé para comer de toda clase de animales (Gén 9:3) es ahora limitada.

b. Dos capítulos (Lev 12:1-8; Lev 15:1-33) son dedicados a instrucciones acerca de la limpieza ceremonial relacionada con el sexo y el dar a luz. Debemos señalar aquí que la Biblia no equipara en absoluto en ninguna parte el pecado con el sexo o el dar a luz. Lo que sin duda alguna Dios estaba intentando hacer mediante estas leyes era enseñar la trágica verdad de que todos los hombres nacen con una naturaleza de pecado (Rom 5:12).

c. Lo relacionado con la lepra ocupa dos capítulos (Lev 13:1-59Lev 14:1-57). Esta es la primera mención de la palabra lepra, y, a partir de este momento, la lepra viene a ser un símbolo del pecado. Entre los muchos miles de leprosos que hubo en los tiempos del Antiguo Testamento, sólo dos se registran que fueron sanados por Dios. En Núm 12:1-16 se nos dice que María, la hermana de Moisés fue sanada; y en 2 Reyes se nos dice que lo fue Naamán.

d. En Lev 17:1-16 se discute lo concerniente a la sangre, y se expresa allí un gran principio bíblico: «… la misma sangre hará expiación de la persona» (Lev 17:11; véase también Heb 9:22).

e. Los capítulos Lev 18:1-30Lev 21:1-24 tiene que ver con la separación personal. Notemos los siguientes mandamientos como aparecen en la Versión Popular de la Biblia:

 

«Ningún hombre debe acercarse a una mujer pariente cercano para tener relaciones sexuales con ella» (Lev 18:6).

 

«No te echarás con varón como con mujer; es abominación» (Lev 18:22).

 

«El hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados…» (Lev 20:27).

 

Una lista específica de las regulaciones que hallamos en este manual, incluiría:

 

(1) Concernientes a la dieta.

 

(a) Vida animal (Lev 11:2-3).

 

(b) Vida marina (Lev 11:9).

 

(c) Vida de las aves (Lev 11:20).

 

(d) Vida de los insectos (Lev 11:21-22).

 

(2) Concernientes a la maternidad (Lev 12:1-8).

 

(3) Concernientes a la lepra (Lev 13:1-59Lev 14:1-57).

 

(a) Reconocimiento del leproso (Lev 13:2-3).

 

(b) Normas para el leproso (Lev 13:45-56).

 

(c) Restauración del leproso (Lev 14:2-3).

 

(4) Sobre asuntos relacionados con el cuerpo (Lev 15:1-33).

 

(5) Concerniente a la moralidad entre familiares (Lev 18:1-30).

 

(a) El padre (Lev 18:7).

 

(b) La madre (Lev 18:8).

 

(c) La hermana (Lev 18:9).

 

(d) La nuera (Lev 18:10).

 

(e) La tía (Lev 18:12).

 

(f) El tío (Lev 18:14).

 

(g) La cuñada (Lev 18:16).

 

(6) En relación a la justicia y buena voluntad (Lev 19:1-37).

 

(7) Sobre la apostasía (Lev 20:1-9).

 

(a) La adoración de Moloc (Lev 20:3).

 

(b) Consultar a adivinos (Lev 20:6).

 

(c) Maldecir a los padres (Lev 20:9).

 

(8) Sobre la perversión (Lev 20:10-21).

 

(a) Adulterio (Lev 20:10).

 

(b) Incesto (Lev 20:12).

 

(c) Sodomía (Lev 20:13).

 

(d) Poligamia (Lev 20:14).

 

(e) Exhibición indecente (Lev 20:17).

 

(9) En relación al rescate de familiares (Lev 25:47-49).

 

(10) Concerniente a la desobediencia (Lev 26:1-46)

 

(a) Declaración del principio (Lev 26:1-13).

 

(b) El castigo establecido (Lev 26:14-15).

 

[1] El primer castigo (Lev 26:14-15).

 

[2] El segundo castigo (Lev 26:14-15).

 

[3] El tercer castigo (Lev 26:21-22).

 

[4] El cuarto castigo (Lev 26:23-26).

 

[5] El quinto castigo (Lev 26:27-31).

 

(c) El castigo seguro (Lev 26:32-39).

 

(11) Concerniente a la dedicación (Lev 27:1-34)

7. La dedicación del tabernáculo (Éxo 30:22-33; Éxo 40:32-35).

 

Esta fue la dedicación del edificio más importante que jamás se haya construido en la tierra. Hubo, sin embargo, un evento trágico que nubló lo que hasta ese momento era una feliz celebración, y fue la muerte de Nadab y Abiú, los dos sacerdotes hijos de Aarón. Estos dos jóvenes tuvieron la insensatez de ofrecer fuego extraño a Jehová. Además, el relato parece indicar que ambos estaban embriagados en ese momento. (Véase Lev 10:1-20.)

8. El censo del tabernáculo (Núm 1:1-54).

 

Hubo dos ocasiones en que Israel fue censado durante su peregrinaje de Egipto a Palestina. La primera vez es aquí, en el Sinaí, el 15 de abril (véase Núm 1:1-54Núm 2:1-34), y la segunda tuvo lugar treinta y ocho años después en el desierto de Moab (Núm 26:1-65). El censo de este momento fue para contar a todos los hombres de veinte años para arriba. El total fue de 603.550 hombres.

 

Es triste saber que de todos estos hombres, 603.550 en número, 603.548 perecerían más tarde en el desierto (véase Núm 14:29). Josué y Caleb fueron los únicos dos que entrarían años después en Canaán.

 

Mucho se ha especulado sobre las cifras de este censo. Si las tomamos literalmente nos llevan a pensar en una población total hebrea de más de dos millones de personas. El problema, por consiguiente, se produce en relación con el cuidado y alimentación de esta multitud durante los casi cuarenta años que pasaron en aquel desolado y árido desierto. Se ha estimado, por ejemplo, que se requerirían unos cincuenta vagones de ferrocarril diarios cargados de maná para alimentarlos. Aparte, por supuesto, estarían las necesidades físicas de los miles de animales que iban con ellos. Las necesidades de agua serían inmensas, se calculan en doce millones de galones (unos cuarenta y cinco millones de litros) diarios. Pensemos simplemente en el espacio mínimo necesario para acomodar a todas estas personas cuando acamparan cada noche; ocuparían sin duda unas cien millas cuadradas (unos 259 kilómetros cuadrados).

 

Algunos han intentado resolver estos problemas reinterpretando algunas palabras de diferente manera. Por ejemplo, han sugerido que la palabra hebrea elep que se traduce generalmente por «miles», se podría fácilmente traducir mediante las palabras «familia» o «clan».

 

Esta manera de entenderlo nos daría unas 603 familias, que calculando contribuirían con un promedio de cinco soldados cada una, nos daría un total de unos 3.015 hombres de guerra. Suponiendo que cada hombre estuviera casado y tuviera dos hijos, llegaríamos a una cifra total de unos quince mil israelitas. Pero este abordamiento crea más problemas de los que resuelve. Gleason Archer escribe:

 

«Cierto es que hay un ‘elep que significa familia o clan (Jue 6:15; 1Sa 10:19, etcétera) pero se ve con toda claridad, en los capítulos numéricos (Núm 1:1-54Núm 4:1-49; Núm 26:1-65), que por ‘elep se da a entender “un mil”, porque la unidad inmediatamente inferior a este ‘elep es ót, que traduce “cientos” (tal como en Núm 1:21, Núm 23:1-30, Núm 25:1-18, etcétera). Lo más que “una familia” podría contribuir a las fuerzas armadas de la nación hubiera sido un promedio de cuatro o cinco hombres, y sería absurdo suponer que se mencionaran “cientos” como la siguiente unidad numérica inferior luego de mencionar contingentes que en promedio eran de cinco hombres cada uno.

 

Una corroboración adicional la da el total del dinero del rescate—a un promedio de medio siclo por cabeza que se registra en Éxo 38:25 y que fue de 100 talentos, 1775 siclos. Puesto que 3000 siclos constituían un talento, el resultado final es exactamente 603.550 contribuyentes. Por lo tanto, podemos decir, sin temor a equivocamos, que según el manejo objetivo de la evidencia textual, no puede sostenerse ninguna otra tesis que no sea que ‘elep significa “mil” en sentido literal.» (Gleason L. Archer, Reseña crítica de una introducción al Antiguo Testamento, Editorial Portavoz, pp. 272, 273.) En este número no estaban incluidos los hombres de Leví, que era la tribu que quedaba excluida del censo. El número total de los que componían el sacerdocio levítico, según Núm 4:48, era de 8.580. Si la población estimada de Israel en aquel tiempo (como dos millones) es dividida por el número de sacerdotes (8.580), tenemos que cada sacerdote era responsable por unas doscientas treinta y tres personas. La tribu más numerosa era la de Judá (74.600) y la más pequeña era la de Manasés con 32.200. Los descendientes de los tres hijos de Leví, Gersón, Coat y Merari, fueron puestos al cuidado de todo el tabernáculo. El plan original de Dios era, por supuesto, que los hijos primogénitos de todas las tribus sirvieran como sacerdotes (Éxo 13:1), pero debido al constante pecado de Israel, se limitó a escoger a los levitas (Núm 3:11-13). El sacerdote tenía que tener treinta años de edad antes de que pudiera entrar completamente al servicio de Dios (Véanse Núm 4:3; Luc 3:23.)

9. El arreglo de las tribus alrededor del tabernáculo (Núm 2:1-34). Debemos notar especialmente los arreglos de ubicación de las distintas tribus. En el este estaban Isacar, Judá y Zabulón. En el oeste se hallaba Benjamín, Efraín y Manasés. En el norte estaban Aser, Dan y Neftalí, mientras que el sur estaba ocupado por Gad, Rubén y Simeón. La tradición rabínica sugiere que Judá (el líder de la parte este) llevaba un estandarte verde porque la piedra con su nombre grabado que llevaba el sumo sacerdote en el pectoral era una esmeralda, y su emblema era un león a causa de la profecía de Gén 49:9.

 

Rubén, líder del flanco sur, portaba un estandarte rojo para conmemorar su nombre escrito en una piedra de sardio. Su emblema era una cabeza humana. Efraín era la tribu principal del lado oeste, y desplegaba una bandera dorada porque su nombre estaba grabado sobre una piedra dorada; su emblema era un buey, porque se decía que José, su progenitor, fue elevado al poder en Egipto por medio de la visión de una vaca (Gén 41:1-32). Y, por último, el color de Dan, la tribu principal en el norte, era rojo y blanco, porque su piedra era de jaspe, y su emblema era un águila. No estamos seguros, por supuesto, de cuánto de esto está basado en hechos reales. Es cierto, sin embargo, que combina bien con las visiones de Ezequiel y Juan (véanse Eze 1:1-28 y Apo 4:1-11).

10. El voto de los nazareos en el tabernáculo (Núm 6:1-21).

 

Esto tiene relación especialmente con aquellas personas (hombre o mujer) que deseaban consagrarse al Señor en una manera más completa, bien por vida o por un cierto período de tiempo. Las normas eran:

a. No podía probar los frutos de la viña en ninguna de sus formas (uvas, vino, sidra, vinagre, etc.)

b. No podía cortarse el cabello.

c. No podía estar en contacto con ninguna persona muerta.

El más conocido de todos los nazareos del Antiguo Testamento es, por supuesto, Sansón (Jue 13:7).

11. La gran bendición del tabernáculo (Núm 6:22-27)

 

«Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y di les: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde: Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia: Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré» (Núm 6:22-27).

12. Las dos trompetas de plata del tabernáculo (Núm 10:1-9). Estas dos trompetas tenían que tocarse en cuatro ocasiones específicas.

a. Para reunirse (v. Núm 10:2). Si sonaban ambas trompetas, todo el pueblo tenía que congregarse a la puerta del tabernáculo (v. Núm 10:3).

 

Pero si solamente sonaba una trompeta, sólo debían acudir los líderes principales, los jefes de las tribus (v. Núm 10:4).

b. Para avisar en caso de ataque (v. Núm 10:5).

c. Cuando Israel mismo tuviera que salir a la guerra (v. Núm 10:9).

d. En las fiestas establecidas en Israel (v. Núm 10:10).

IV. ISRAEL, DESDE EL SINAÍ A CADES-BARNEA (Núm 10:1-36Núm 12:1-16).

 

Esta era una distancia de unas 150 millas (unos 240 km).

A. En ruta hacia Cades (Núm 10:1-36Núm 12:1-16).

1. Un cuñado renuente. Moisés intenta conseguir los servicios de guía de su cuñado Hobab, pero él rechaza su oferta (Núm 10:29-32).

2. La nube constante (Núm 10:34-36).

 

«Y la nube de Jehová iba sobre ellos de día, desde que salieron del campamento. Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen. Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh Jehová, a los millares de millares de Israel» (Núm 10:34-36).

 

La distancia entre el monte Sinaí y Cades es de menos de 200 millas (unos 240 km). Moisés registra en Núm 33:16-36 como veinte paradas que hicieron entre estos dos lugares. El área del Sinaí está llena de montes y valles ásperos y arenosos. Pero su jornada diaria nunca fue demasiado larga o dificultosa porque «la nube de Jehová iba sobre ellos».

3. La multitud que murmura (Núm 11:4-6).

a. Una vez más el grupo inconverso de egipcios que los acompañaba provocó al pueblo para que se quejara, y esta vez fue a causa de los alimentos.

 

Notemos sus palabras:

 

«Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos» (Núm 11:5-6).

b. Dios envía fuego para castigar esta rebelión. El pueblo clama a Moisés, quien de nuevo intercede por ellos y cesa la plaga.

4. Un profeta enojado (Núm 11:10-15).

a. Moisés llega a la conclusión de que Dios le ha dado una carga demasiado pesada al pedirle que dirija a Israel y solicita ayuda adicional. La desesperación llega a ser tan profunda que Moisés le pide a Dios que le libere de la carga o le quite la vida (Núm 11:15). Elías también años más tarde le pediría a Dios algo similar en un momento de profundo desaliento (cp. 1Re 19:4).

 

Es trágico que Moisés, en su hora de gran necesidad, no reaccionó como lo hiciera el apóstol Pablo cuando enfrentaba también una carga insoportable.

 

«Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo» (2Co 12:7-9).

b. Dios concedió esta lamentable petición quitando de Moisés algo del poder del Espíritu Santo y distribuyéndolo en partes iguales a los setenta ancianos hebreos escogidos para ayudarle (Núm 11:25)

c. Dos de estos hombres. Eldad y Medad, empezaron a profetizar (Núm 11:26-29).

5. Las codornices mortíferas (Núm 11:31-34).

 

Para silenciar la constante queja del pueblo, el Señor envió una inmensa bandada de codornices sobre el campamento, volando muy bajo. Cazaron miles de estas aves y las comieron, pero con la carne envió Dios también una plaga (véase Sal 106:15).

6. La hermana que sufre (Núm 12:1-15).

a. Aarón y María criticaron a su hermano menor por dos motivos:

(1). Por causa de su esposa. Podían estar refiriéndose a Séfora, pero es posible que ella ya hubiera muerto y que una mujer cusita fuera su segunda esposa. No se puede precisar por el texto si la crítica era debido a que fuera gentil o al color de su piel (si es que en realidad ella era de distinto color). En cualquier caso, el matrimonio no estaba en contra de la ley que solamente prohibía casarse con cananeas (Gén 24:37).

(2). A causa de su fuerte liderazgo. Cuán frecuentemente ha sido cometido este pecado desde entonces por diáconos y otros líderes en la iglesia local. Aarón y María conocerían muy pronto la verdad del Sal 105:15 : «No toquéis, dijo, a mis ungidos. Ni hagáis mal a mis profetas.»

b. Dios los reprendió por sus críticas, diciéndoles que Moisés era un siervo muy especial para él.

c. María, la originadora del problema, enferma repentinamente de lepra. Aarón ruega sea perdonada y pide a Moisés que interceda con Dios para que María sea restaurada.

d. Moisés lo hace y después de un período de siete días es sanada y restaurada a la comunión del pueblo.

V. ISRAEL EN CADES-BARNEA (Núm 13:1-33Núm 14:1-45).

A. La exploración.

 

Dios instruyó a Moisés para que enviara a un líder de cada una de las doce tribus para que exploraran la tierra de Canaán. Entre ellos estaban Josué, de la tribu de Efraín, y Caleb, de Judá.

 

Al leer Núm 13:1-33 sacamos la impresión de que esta decisión de enviar espías primero era una indicación de la perfecta voluntad de Dios, pero Moisés añade más información en Deu 1:19-24 que nos ayuda a ver todo el trasfondo. «Y vinisteis a mí todos vosotros, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros que nos reconozcan la tierra, y a su regreso nos traigan razón del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar» (Deu 1:22).

 

Esto parece indicar que el origen de la idea espiar la tierra primero procedió del hombre y no de Dios.

B. La lamentación.

Después de explorar durante cuarenta días la tierra, los doce regresaron con la siguiente información:

1. El informe de la mayoría, compuesto de los líderes de diez de las tribus: «No podremos poseer la tierra» (Núm 13:32-33).

2. El informe de la minoría, representada por Josué y Caleb: «… subamos luego y tomemos posesión de ella…» (Núm 13:30).

3. El voto del pueblo: «¡No subiremos!» (Núm 14:13). Este triste episodio fue la décima ocasión en que Israel se rebeló contra Dios. Él, con grandes demostraciones de amor y de poder, los había liberado de la esclavitud, para después encontrarse diez veces con la rebelión del pueblo contra él (Núm 14:22).

 

Estas diez ocasiones son:

a. En el mar Rojo (Éxo 14:11-12).

b. En Mara (Éxo 15:24).

c. En el desierto de Sin (Éxo 16:2-3).

d. En Refidim (Éxo 17:1-3).

e. En el Sinaí (Éxo 32:1-6).

f. En el camino a Cades (tres ocasiones. Núm 11:1-9; Núm 11:31-34).

g. En Cades (dos veces, Núm 14:1-4; Núm 14:10).

C. La condenación.

 

Dios determinó que ninguno de veinte años para arriba entraría en la tierra prometida. «Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo» (Núm 14:34).

 

Durante las siguientes cuatro décadas, Israel se consumiría en el desierto, hasta que la última persona de veinte años para arriba fuera enterrada. El doctor León Wood hace la siguiente observación:

 

«Suponiendo que fueran 1.200.000 personas las que tuvieran que morir (600.000 hombres y otras tantas mujeres) en 14.508 días (treinta y ocho años y medio), nos da una cantidad de ochenta y cinco por día. Suponiendo doce horas diarias dedicadas a los funerales, nos da un promedio de siete funerales por hora durante treinta y ocho años y medio. Fue aquello un recordatorio constante del castigo divino.» [[A Survey of Israel Histoiy, p. 159.]]

 

De manera que este triste período de Cades termina de esta manera:

 

«Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país, aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová. Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida, de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra» (Núm 14:36-38).

VI. ISRAEL, DESDE CADES-BARNEA HASTA LA ORILLA ESTE DEL RÍO JORDÁN (Núm 15:1-41Núm 36:1-13).

 

Durante este período de vagar sin sentido por el desierto sucedieron los siguientes eventos:

A. Un ataque inútil queda frenado (Núm 14:40-45). Los volubles y necios israelitas cambiaron repentinamente de idea e intentaron abrirse camino en la tierra, pero fueron rápidamente derrotados por los cananeos.

B. Lapidación por violación del día de reposo (Núm 15:32-36).

C. Unos alborotadores tragados por la tierra (Núm 16:1-32).

1. Un hombre muy influyente llamado Coré, descendiente de Leví, se levantó contra Moisés apoyado por 250 hombres.

2. La conspiración llevó a una confrontación al día siguiente en la que Dios intervino haciendo que se abriera la tierra y se tragara a Coré y sus seguidores. A pesar de esta terrible lección, Israel continuó murmurando y acusando realmente a Moisés de matar al pueblo de Dios (Núm 16:41). Antes que todo este trágico incidente se terminara, el juicio de Dios cayó mediante una plaga y perecieron otras 14.700 personas más del pueblo. Judas, el escritor del Nuevo Testamento, menciona (Jud 1:11) este suceso en su epístola como un fuerte aviso contra la apostasía.

D. La vara de Aarón que retoña (Núm 17:1-13).

 

Para reforzar la autoridad de que había investido a Moisés y a Aarón, el Señor ordenó a los líderes de cada tribu colocar una vara en el tabernáculo con su nombre personal grabado en ella. A Aarón también le ordenó hacer lo mismo. A la mañana siguiente se descubrió que el bastón de Aarón había reverdecido y echado flores, arrojado renuevos y producido almendras.

E. El sacrificio de una vaca alazana (Núm 19:1-22).

1. El ritual de la vaca alazana (Núm 19:1-10). Las leyes ya dadas establecían que cuando una persona viva entrara en contacto con un cadáver tenía que ser considerada inmunda (descalificada para la vida y el servicio religioso) durante un período de siete días. Pero ahora se había producido probablemente una crisis. Debido a la reciente plaga (Núm 16:49), habían aparecido no menos de 14.700 cadáveres. Este solo suceso había producido, sin duda, la contaminación de miles de personas. ¿Cómo se arreglaba esta situación ahora? El rito de la vaca alazana fue la respuesta de Dios a este problema.

2. Las reglas de la purificación (Núm 19:11-22) eran: «El que tocare cadáver de cualquier persona será inmundo siete días» (Núm 19:11). El proceso de purificación de un israelita tenía cuatro aspectos.

a. Eleazar tenía que sacrificar una vaca alazana sin defecto alguno fuera del campamento (Núm 19:2-3).

b. Había que rociar con su sangre hacia el tabernáculo siete veces (Núm 19:4).

c. La vaca alazana tenía que ser después quemada con madera de cedro, hisopo y un tipo de tela roja (Núm 19:5-6).

d. Y por último, tenían que añadir agua a las cenizas de la vaca y después rociarlas sobre el israelita inmundo (Núm 19:17-19).

F. Un hombre enojado atrapado (Núm 20:1-13).

1. María murió y fue enterrada cerca de Cades (Núm 20:1).

2. Después de arduo trabajo durante muchos años, el diablo por fin logró atrapar a Moisés, el hombre más manso de toda la tierra (Núm 12:3), en la trampa del enojo y del orgullo. Aquellos volubles e impíos israelitas estaban, como de costumbre, quejándose acerca de la falta de agua (parece como si celebraran una reunión de protesta contra Dios al menos una vez al día). El Señor instruyó allí mismo a Moisés para que le hablara a cierta roca y le ordenara que diera agua.

3. Pero el paciente Moisés perdió repentinamente su calma, y en un acto, debido en parte a incredulidad y en parte a enojo, gritó al pueblo y desobedeció al Señor, golpeando la roca dos veces en vez de hablarle una vez como Dios le había mandado (Núm 20:8).

4. El Señor les dio agua a pesar de la desobediencia de Moisés, pero le anunció que su pecado le privaría de entrar en la tierra prometida (Núm 20:12).

5. Moisés evidentemente le habló tiempo después al Señor acerca de ir a Palestina, hasta que Dios le dijo que no volviera a mencionar el asunto nunca más (Deu 3:26-27).

G. Una simple solicitud es rechazada (Núm 20:14-22).

 

Los edomitas, descendientes de Esaú, no permitieron que Israel pasara por su territorio; esto obligó al pueblo de Dios a dar un rodeo de unas 180 millas (288 km) por un desierto ardiente y hostil.

H. Un sumo sacerdote al que le quitan su vestimenta (Núm 20:23-29).

1. Dios ordenó a Moisés que le quitara a Aarón sus ropas sacerdotales para dárselas a su hijo Eleazar.

2. Aarón murió a la edad de 123 años y fue sepultado en el monte Hor.

3. C.I. Scofield observa que la muerte de Aarón marca el fin del vagar sin rumbo de Israel. A partir de este momento la nación marcha o se detiene, pero no anda vagando [[New Scofield Bible, p. 195]]. Debemos notar aquí que la experiencia del desierto era parte de la perfecta voluntad de Dios para Israel, pero no el vagar errante (Éxo 13:17-18).

I. Un problema de serpientes es resuelto (Núm 21:5-9).

1. Dios envió serpientes venenosas para castigar la rebeldía de Israel.

2. El pueblo se arrepintió y fue provisto de un remedio.

3. Una serpiente de bronce fue colocada en lo alto de un asta para que todos pudieran verla.

4. Cualquiera que hubiera sido mordido podía mirar a la serpiente de bronce y ser sanado. Jesús usó este suceso como una ilustración para ganar a Nicodemo. (véase Jua 3:14-15). Años después, en el 700 a.C., el rey Ezequías destruyó esta serpiente porque el pueblo la adoraba (2Re 18:4).

J. Derrota de los amorreos (Núm 21:21-24).

 

Al igual que los edomitas, los amorreos rehusaron dejar pasar a Israel por su territorio, pero en esta ocasión los israelitas se defendieron y los derrotaron.

K. Un profeta pervertido (Núm 22:1-41Núm 24:1-25).

1. Balac, el atemorizado rey de Moab, ofreció a Balaam, un adivino pagano de Mesopotamia, riquezas tentadoras si maldecía a Israel para así frenar su avance y salvar a Moab (Núm 22:1-8).

2. Dios advierte a Balaam para que no acepte este soborno (Núm 22:9-12).

3. Le hacen la oferta más tentadora y Balaam accede a ir con los hombres de Balac (Núm 22:15-21).

4. En el camino a Moab, Balaam es reprendido por el asna que montaba, y escapó por poco de la muerte a manos del Ángel de Jehová (Núm 22:22-35).

5. Cuando Balaam llega a Moab y divisa al ejército de Israel en un valle cercano, intenta maldecirle en cuatro ocasiones; pero, para asombro suyo y enojo de Balac, todas las veces salen de su boca palabras de bendición. Estas cuatro bendiciones aparecen en Núm 23:8-10; Núm 23:22-24; Núm 24:5-9; Núm 24:7.

 

Debe especialmente notarse el lenguaje que aparece en algunas de las profecías de Balaam: «¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado? Porque de la cumbre de las peñas lo veré, y desde los collados lo miraré; he aquí un pueblo que habitará confiado, y no será contado entre las naciones. ¿Quién contará el polvo de Jacob, o el numero de la cuarta parte de Israel? Muera yo la muerte de los rectos, y mi postrimería sea como la suya» (Núm 23:8-10).

 

«Lo veré, mas no ahora; lo miraré, mas no de cerca; saldrá Estrella de Jacob, y se levantará cetro de Israel, y herirá las sienes de Moab, y destruirá a todos los hijos de Set. Será tomada Edom, será también tomada Seir por sus enemigos, e Israel se portará varonilmente. De Jacob saldrá el dominador, y destruirá lo que quedare de la ciudad» (Núm 24:17-19).

 

De los cientos de personajes que aparecen en el Antiguo Testamento, Balaam es, sin duda, el más misterioso de todos, y en algunos sentidos el más trágico. Es mencionado, al menos, por tres escritores del Nuevo Testamento, y cada uno de ellos lo hace escribiendo en particular sobre un rasgo de su carácter.

 

Su camino: «… el camino de Balaam … el cual amó el premio de la maldad…» (2Pe 2:15).

 

Su error: «… en el error de Balaam…» (Jud 1:11). Su error fue su conclusión de que Dios terminaría maldiciendo a Israel a causa de sus muchos pecados. M.F. Unger escribe:

 

«Era ignorante de la elección de Dios de Israel como nación y de la inmutabilidad de la decisión de Dios (Rom 11:29) y de la preservación de la nación. No vio cómo Dios podía ser al mismo tiempo justo y el justificador por medio de la cruz del pecador que cree, a lo que apuntaba todos los rituales que se celebraban en el tabernáculo de Israel.» [[ Unger’s Bible Dictionary, pp. 133, 134.]]

 

Su doctrina: «… los que retienen la doctrina de Balaam … a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación» (Apo 2:14). Aunque este profeta impío falló en sus intentos de maldecir a Israel, tuvo mucho éxito con su astuta y depravada sugerencia de que el pueblo de Dios se mezclara con los moabitas. Antes de que todo terminara, este predicador pervertido causaría la muerte de 24.000 israelitas (Núm 25:9), como resultado del castigo de Dios. Balaam fue más tarde asesinado por los soldados israelitas cuando invadieron la tierra (Núm 31:8). Aunque Balaam no pudo lograr que Dios se apartara de Israel, sí consiguió que Israel se olvidara de Dios por un tiempo. El héroe de esta tragedia fue Finees, el nieto de Aarón. Algunos con mucha imaginación han querido crear gran controversia con la discrepancia entre la cifra que da Moisés aquí (24.000) y el número que da Pablo más tarde en el Nuevo Testamento (23.000) (1Co 10:8). Pero la solución parece ser bien simple: Moisés nos da la cifra completa, mientras que Pablo nos da el número de los que murieron el primer día.

L. Un sacerdote patriota (Núm 25:1-18).

1. A pesar de su fracaso en maldecir a Israel. Balaam casi logró destruir aquella nación mediante el arreglo astuto de que las mujeres moabitas sedujeran a los hombres israelitas (Núm 25:1; Núm 31:16).

2. Finees, el piadoso sacerdote, nieto de Aarón, frenó la ira del Dios Todopoderoso mediante su drástica acción de ejecutar a una pareja especialmente desvergonzada, compuesta por un príncipe de la tribu de Simeón y una amante prostituta de Madián. A pesar de esto murieron 24.000 (Núm 25:7-18).

 

A causa de su fidelidad y valor, Dios le prometió a Finees un pacto de paz (Núm 25:12), y que de su familia saldría el sumo sacerdote de Israel, y dos hijos sacerdotes (aunque dos ya habían muerto a causa de un castigo divino por sus pecados). Estos fueron Eleazar e Itamar. Finees era hijo de Eleazar. Por alguna razón ignorada el derecho del sumo sacerdocio pasó después de Eleazar a Itamar en la persona de Eli (1Sa 1:1-28), que era descendiente de Itamar. Sin embargo, en los días de David volvió a la línea prometida aquí mediante Sadoc, que era un descendiente de Eleazar. (Véase 1Re 1:8.)

M. El segundo censo (Núm 26:1-65).

1. Se nos da aquí el total del segundo censo, esto es 601.730 (Núm 26:51). Este censo, tomado treinta años después del primero ((Núm 1:46), da 1.820 menos.

2. Ninguno de los que habían participado en la rebelión de Cades, todos los individuos de veinte años para arriba, estaba vivo, excepto Moisés, Caleb y Josué (Núm 26:64-65).

3. La mayor merma del censo aparece en la tribu de Simeón (37.100) y el mayor aumento en la tribu de Manasés (20.500).

N. Cinco hijas decididas (Núm 27:1-11).

Zelofehad, un hombre de la tribu de Manasés, había muerto, dejando cinco hijas pero no hijos varones. Estas hijas apelan a Moisés y reciben el derecho de heredar la tierra que le correspondería a su padre cuando luego Palestina fuera dividida.

Ñ. Un cambio en caudillos (Núm 27:12-23).

1. Dios instruye a Moisés para que en ceremonia pública imponga sus manos sobre Josué delante de Eleazar, el sumo sacerdote, y del pueblo, transfiriendo así su autoridad sobre él.

2. Así queda instalado Josué como el nuevo líder. Moisés mismo pronuncia el discurso de ordenación.

O. La humillación de Madián (Núm 31:1-54).

1. La orden final que Dios da por medio de Moisés es la de juzgar y derrotar a Madián por su pecado de no permitir a Israel pasar por su tierra (Núm 25:6-18; Núm 31:1-2).

2. Moisés lo lleva a cabo escogiendo mil soldados de cada una de las doce tribus de Israel (Núm 31:3-7).

 

Los madianitas eran descendientes de Abraham a través de su esposa Cetura (Gén 25:2). Hacía ahora cuarenta años que Moisés (un descendiente de Abraham por medio de Sara) se había casado con Séfora, una mujer madianita. Pero en estos años, esta tribu se había degenerado al punto de que ya no eran diferentes de otros muchos pueblos del desierto.

 

Podemos observar un gran contraste en este punto, cuando comparamos el relato que aparece aquí con el que describe la gran tribulación. En el primero (Núm 31:1-54), Dios envía 12.000 soldados israelitas para destruir a sus enemigos, pero en el segundo (Apo 7:1-8) él enviará 144.000 predicadores israelitas para convertir a sus enemigos.

P. Algunos soldados mundanos (Núm 32:1-42).

1. Los descendientes de Rubén, Gad y media tribu de Manasés fueron a Moisés y le pidieron permiso para quedarse en Galaad, una zona al este de Palestina, al otro lado del río Jordán.

2. Moisés concedió con tristeza el permiso solicitado a condición de que los hombres de guerra de esas tribus ayudaran a las demás tribus a derrotar a los cananeos. Estuvieron de acuerdo con las condiciones.

Q. Un resumen de las etapas de Israel en el desierto (Núm 33:1-56)

 

En este capítulo Moisés hace una lista de todos los lugares donde acamparon desde Ramesés, en Egipto, hasta las llanuras de Moab. No hicieron menos de cuarenta y dos paradas, eso significa que se trasladaban a un nuevo lugar cada once meses durante cuarenta años.

R. Las seis ciudades de refugio (Núm 35:1-28).

1. Estas ciudades fueron, en la parte oriental del Jordán: Beser, Ramot y Golán; y en la parte occidental (en la misma Palestina): Cedes, Siquem y Quiriat-arba (Hebrón) (Núm 35:10-14; Deu 4:43; Jos 20:7-9).

2. Estas seis eran parte de las cuarenta y ocho ciudades que les fueron dadas a los levitas porque ellos no recibieron una parte en el reparto de la tierra como las demás tribus cuando fue dividida por Josué.

3. Estas seis fueron establecidas como lugares de refugio para todos aquellos que mataran accidentalmente a otra persona, a fin de protegerse de la venganza de los familiares del muerto.

4. El homicida se encontraba a salvo en estas ciudades de refugio mientras permaneciera en ellas, hasta el fallecimiento del sumo sacerdote, pudiendo entonces regresar a su casa con confianza (Núm 35:25-28).

VII. ISRAEL EN EL LADO ORIENTAL DEL RÍO JORDÁN (DEUTERONOMIO).

 

En la ribera del Jordán Moisés dirigió tres discursos a Israel, presentó un desafío a Josué, pronunció una bendición sobre cada una de las tribus, compuso un cántico y partió para el cielo.

A. Sus tres sermones.

 

Primer sermón (Deu 1:1-46Deu 4:1-49).

1. Habla acerca de la grandeza del Dios que habían conocido en el monte Sinaí (Deu 4:10-19; Deu 4:32-33).

2. Repasa las trágicas consecuencias de su pecado en Cades-barnea (Deu 1:27). Un viaje que debió haberles tomado solamente once días (desde el Sinaí a Canaán) les ocupó en realidad treinta y ocho años (Deu 1:2).

3. Les recuerda su propio pecado que le privó de entrar en la tierra prometida (Deu 3:23-27; Deu 4:21-22). (Véase también Deu 31:1.)

4. Insta a Israel para que animen a Josué (Deu 1:38; Deu 3:28). (Véase también Deu 31:7-8; Deu 31:23.)

5. Establece en la parte oriental las tres ciudades de refugio (Deu 4:41-43).

 

Segundo sermón (Deu 5:1-33Deu 26:1-19).

6. Son repetidos los Diez Mandamientos (Deu 5:7-21).

7. Les advierte sobre las consecuencias de las de la inmoralidad (Deu 23:17), hacer pactos (Deu 7:1-5) y las prácticas paganas de adivinación y hechicería (Deu 18:9-14).

8. Moisés hace una descripción de Canaán (Deu 8:7-8).

9. Repasa su experiencia personal con Dios cuando estuvo con él en el monte Sinaí (Deu 9:9-21)

10. Les recuerda sus obligaciones financieras para con Dios (Deu 26:1-19).

11. Les da leyes en relación con la vestimenta (Deu 22:5), el divorcio (Deu 24:1-4), derechos de las mujeres (Deu 21:10-17; Deu 22:13-20), y la guerra (Deu 20:1-20).

12. Les resume el propósito y el plan general de Dios para aquella generación de israelitas: «Y nos sacó de allá [Egipto], para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres [Canaán] …» (Deu 6:23).

 

Tercer sermón (Deu 27:1-26Deu 30:1-20).

13. Ordena a los levitas que lean desde dos montes las bendiciones y los juicios (las maldiciones) de la ley cuando Israel entre en la tierra prometida. Tenían que leer las bendiciones desde el monte Gerizim y las maldiciones desde el monte Ebal (Deu 11:26-29; Deu 27:1-14). Las bendiciones específicas se citan en Deu 28:1-14, y las maldiciones en Deu 27:15-26; Deu 28:15-68.

14. Deu 28:1Deu 30:20 registra en siete partes los elementos del pacto palestino.

a. Israel sería dispersado por desobediencia (Deu 28:36; Deu 28:49-53, Deu 28:63-68; Deu 30:1). Esto abarca los cautiverios en Asiria y Babilonia y la dominación romana, además de las aflicciones sufridas por Israel en los pasados veinte siglos. Parece como si Moisés hubiera tenido en mente los ejércitos de Hitler cuando escribió Deu 28:64-67. Durante este tiempo Israel sería motivo de refrán (Deu 28:37), y sería la cola y no la cabeza (cp. Deu 28:13 con Deu 28:44).

b. Israel se arrepentiría mientras estuviera en la dispersión (Deu 30:2).

c. El retorno de Cristo tendrá lugar (Deu 30:3).

d. Israel será restaurado a su tierra (Deu 30:5).

e. La nación recibirá un nuevo corazón (Deu 30:6).

f. Los opresores de Israel serán juzgados (Deu 30:7).

g. La nación experimentará prosperidad (Deu 30:9).

8. Moisés da a elegir a su generación entre la bendición y el juicio de Dios (Deu 30:15-20). Durante sus tres sermones habla acerca de los siguientes grandes temas teológicos:

a. La fidelidad de Dios (Deu 2:7; Deu 4:33-38; Deu 7:6-8; Deu 8:3-4; Deu 9:4-6; Deu 29:5-6; Deu 32:9-14).

b. La Palabra de Dios (Deu 4:1-2; Deu 4:7; Deu 4:9; Deu 11:18-21; Deu 30:11-14).

c. La persona de Dios (Deu 6:4-5; Deu 7:9; Deu 32:39).

d. El amor de Dios (Deu 7:13).

e. La gloria de Dios (Deu 4:39; Deu 10:17-18).

f. La gracia de Dios (Deu 7:6-9; Deu 9:4-6).

g. La venida del gran Profeta de Dios (Deu 18:15-20).

h. La voluntad de Dios (Deu 10:12-16).

i. Los reyes de Dios (Deu 17:14-20).

j. El Israel de Dios (Deu 4:25-31; Deu 11:16-17).

B. Presenta un desafío ante Josué (Deu 31:1-23). Véanse especialmente Deu 31:7-8; Deu 31:14; Deu 31:23.

C. Su cántico. Véanse Deu 31:19-22; Deu 31:30; Deu 32:1-47.

 

En este tiempo es cuando Moisés también completa el Pentateuco (los cinco primeros libros de la Biblia). (Véanse Deu 31:9; Deu 31:24.)

D. Sus bendiciones individuales sobre las tribus (Deu 33:1-29)

E. Su partida al cielo (Deu 31:2; Deu 31:14-18; Deu 32:48-52; Deu 34:1-12).

Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz

LA ETAPA DEL EXODO

 

INTRODUCCIÓN A LA ETAPA DEL ÉXODO

(Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio)

1. Los cuatro hombres más importantes de esta etapa son: Moisés, Aarón, Caleb y Josué.

2. La etapa del éxodo abarca un período de unos 325 años.

3. Incluye los siguientes eventos clave:

a. El cautiverio en Egipto y la liberación de Israel por Moisés (Éxo 1:1-22Éxo 14:1-31).

b. El fracaso de Israel de entrar en la tierra prometida a causa de la incredulidad (Núm 13:1-33Núm 14:1-45).

c. La aparición del maná (Éxo 16:14), la institución del sábado (Éxo 16:23-30), y la entrega de los Diez Mandamientos (Éxo 20:3-17).

d. La construcción del tabernáculo (Éxo 40:1-38).

e. El vagar sin propósito por el desierto (Núm 14:33-34).

f. El pecado y la muerte de Moisés (Núm 20:7-13; Deu 34:5-8).

g. La elección de Josué como nuevo líder de Israel (Núm 27:15-23; Deu 34:9).

4. Aquí leemos acerca de un río de sangre, de un mar que se abre y de un arroyo amargo (Éxo 7:1-25, Éxo 14:1-31, Éxo 15:1-27).

5. Leemos también acerca de un becerro de oro, de una asna que habla y de una serpiente de bronce (Éxo 32:1-35; Núm 22:1-41, Núm 21:1-35).

6. Sabemos de una zarza que arde en el desierto y de una columna de nube y de fuego en el cielo (Éxo 3:1-22, Éxo 13:1-22).

7. Vemos a Moisés ascender a los goces del cielo (Éxo 33:1-23), mientras que Coré desciende al pozo del infierno (Núm 16:1-50).

 

LA ETAPA DEL ÉXODO

I. Israel, esclavizado en Egipto (Éxo 1:1Éxo 12:36).

A. El pueblo de Dios.

1. Después de la muerte de José se levantó un nuevo rey en Egipto «que no conocía a José» (Éxo 1:8).

2. Este rey persiguió cruelmente a Israel, esclavizándolo, y ordenando que se matara a todos los niños varones hebreos (Éxo 1:10-16).

B. La gracia de Dios.

 

«Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel y los reconoció Dios» (Éxo 2:24-25).

C. El hombre de Dios.

1. El príncipe de Egipto.

a. Moisés nace de padres piadosos, es ocultado por tres meses, y luego le dejan flotando en el río Ni lo en una canastilla de juncos (Éxo 2:3).

b. Es descubierto por la hija de Faraón y, mediante el consejo de María (la hermana de Moisés que lo estaba observando todo), aseguró que la propia madre sirviera de nodriza (Éxo 2:8-9).

c. Moisés creció en el palacio de Faraón, pero a la edad de cuarenta años huyó de Egipto, a causa de:

 

(1) Se involucró en un homicidio. Mató a un egipcio que golpeaba a un esclavo hebreo (Éxo 2:12).

 

(2) Debido a su esperanza en el Mesías (Heb 11:24-26). «Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado.»

2. El pastor de Madián.

a. Moisés encuentra refugio en Madián y se casa con Séfora, la hija de Jetro, y vive allí trabajando como pastor por casi cuarenta años (Éxo 2:21).

b. Moisés recibe desde una zarza que ardía su llamamiento divino a liberar a Israel (Éxo 3:1-10).

 

El llamamiento fue: «No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es» (Éxo 3:5).

 

Nota: Se le dijo a Moisés que se quitara sus zapatos en este momento, porque estaba en un lugar santo. Y así lo hizo. Pero debemos observar que más tarde se los puso otra vez. Muchas veces los cristianos oyen a Dios hablarles en relación con un servicio especial para él. Se quitan quizá sus zapatos espirituales en el altar de algún templo, pero después no hacen nada respecto al llamamiento. Dios necesita hoy creyentes que se quiten sus zapatos y después se los vuelvan a poner. La experiencia de adoración debe ser seguida de una experiencia de servicio.

c. Se resistió al llamamiento mencionando cinco excusas débiles por las que él no podía cumplir el mandamiento de Dios:

 

(1) No tengo capacidad (Éxo 3:11).

 

(2) No tengo mensaje (Éxo 3:13).

 

(3) No tengo autoridad (Éxo 4:1).

 

(4) No tengo elocuencia (Éxo 4:10).

 

(5) No tengo inclinación (Éxo 4:13).

d. Dios responde a todas estas excusas de Moisés tal como lo hace hoy a todos aquellos a quienes llama a su servicio. Nos dice:

 

(1) La objeción de «no tengo capacidad» es contestada mediante Flp 4:13.

 

(2) La objeción de «no tengo mensaje» es respondida mediante 1Co 15:3-4.

 

(3) La objeción de «no tengo autoridad» se contesta mediante Mat 28:18-20.

 

(4) La objeción de «no tengo elocuencia» es respondida mediante Flp 2:13.

 

(5) La objeción de «no tengo inclinación» se contesta mediante Flp 2:13.

e. Dios responde a toda la argumentación de Moisés y le da una doble demostración de su poder (Éxo 4:2-7).

 

(1) Su vara de pastor se transforma temporalmente en una serpiente.

 

(2) Su mano derecha queda temporalmente leprosa.

f. Dios, en un acto de su gracia, le permite a Moisés llevar a Aarón, su hermano mayor, con él (Éxo 4:14-15).

g. Moisés había descuidado negligentemente el circuncidar a su propio hijo Gersón, lo que había sido un serio desatino de su parte. Séfora actuó decididamente en el último minuto y salvó a Moisés del juicio divino (Éxo 4:24-26).

D. El enemigo de Dios

1. Faraón no solamente rehúsa dejar en libertad a Israel, sino que añade más trabajo sobre los hebreos, obligándoles a que recojan ellos la paja para hacer los ladrillos (Éxo 5:1-9).

2. El trato que Faraón les da provoca que los líderes de Israel se enojen con Moisés, quien se queja a Dios, el cual le reconfirma en su propósito (Éxo 5:20-23; Éxo 6:1-8).

E. Las plagas de Dios.

1. Moisés (ahora de ochenta años) y Aarón (de ochenta y tres) llevan a cabo su primer milagro contra Faraón, haciendo que una vara se transforme en culebra (Éxo 7:10).

2. Janes y Jambres, los magos de Faraón (véase 2Ti 3:8), son capaces de realizar el mismo milagro, pero la culebra de Moisés devoró a las culebras de ellos (Éxo 7:12).

3. Moisés entonces desata sobre Egipto las diez plagas.

a. Primera plaga: el agua se transforma en sangre (Éxo 7:20).

b. Segunda plaga: la invasión de ranas (Éxo 8:6).

c. Tercera plaga: los piojos (Éxo 8:17).

d. Cuarta plaga: las moscas (Éxo 8:24).

e. Quinta plaga: la enfermedad del ganado (Éxo 9:6).

f. Sexta plaga: sarpullido (Éxo 9:10).

g. Séptima plaga: granizo mezclado con fuego (Éxo 9:24).

h. Octava plaga: la langosta (Éxo 10:13).

i. Novena plaga: tres días de oscuridad (Éxo 10:22).

j. Décima plaga: la muerte de los primogénitos (Éxo 12:29).

4. Faraón le propone a Moisés algunos arreglos durante estas plagas, pero todos son rechazados.

a. Primer arreglo: no os vayáis, ofreced sacrificios a vuestro Dios aquí (Éxo 8:25).

b. Segundo arreglo: iros, pero no os vayáis muy lejos (Éxo 8:28).

c. Tercer arreglo: marcharos, pero dejad a vuestros niños aquí (Éxo 10:10).

d. Cuarto arreglo: id y servid a Jehová vuestro Dios, solamente que queden aquí vuestras ovejas y vacas (Éxo 10:24).

5. El corazón de Faraón es endurecido como once veces durante este tiempo. Notamos que al menos en siete ocasiones se nos dice en el libro de Éxodo que Dios endureció el corazón de Faraón (véanse Éxo 4:21; Éxo 7:3; Éxo 9:12; Éxo 10:1; Éxo 10:20; Éxo 10:27; Éxo 11:10). ¿Cómo podemos entender esto? Una respuesta parcial (y sólo parcial) podemos encontrarla en las siguientes observaciones: la manera en que un objeto dado reaccionará cuando es confrontado por una influencia exterior depende completamente de la naturaleza de tal objeto. Por ejemplo: imaginemos un escenario de invierno, donde se ve un río congelado, y en una de sus márgenes un banco de arcilla amarilla. De pronto el sol aparece por entre las nubes y empieza a brillar y a calentar con fuerza sobre el río y sus márgenes. ¿Qué va a ocurrir inmediatamente después? La reacción va a ser que el hielo se va a derretir, pero la arcilla se va a endurecer. Esta analogía nos permite inferir que, de igual manera, una influencia exterior y celestial va a suavizar un objeto pero va a endurecer el otro. Además, debemos señalar que en cuatro ocasiones se nos dice que Faraón endureció su propio corazón. (Véanse Éxo 7:22; Éxo 8:15; Éxo 8:19; Éxo 9:35.)

F. La salvación de Dios (Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-51).

 

Resumamos brevemente en este punto tanto la naturaleza como el propósito de estas plagas.

1. La naturaleza de las plagas:

a. Las aguas del río Nilo se convirtieron en sangre (Éxo 7:20). Algunos han visto esta plaga como el resultado de un evento natural, tal como la contaminación del Nilo por exceso de barro rojo o por el incremento repentino de cierta bacteria microscópica. Pero es dudoso que tales accidentes naturales hubieran impresionado en lo más mínimo a Faraón que observaba.

b. La invasión de ranas (Éxo 8:2).

 

El doctor John David cita a Harry Rimmer, quien escribe: «A semejanza de una manta de viscosa porquería, aquellas húmedas monstruosidades cubrían la tierra, hasta que los hombres se enfermaron del horrible crujido que producía aquel pavimento que estaban obligados a pisar. Si el pie de un hombre resbalaba en aquella masa grasienta y putrefacta, y buscaba limpiarse en el río, el agua estaba tan llena de ranas que le era imposible lavarse allí.» (Moses and the Gods of Egypt, p. 101.)

c. Los piojos (Éxo 8:16).

 

Algunos eruditos del hebreo creen que «insectos» o «mosquitos» es aquí una traducción más fiel. Los pequeños insectos han sido siempre un problema en Egipto. Muchas cosas fueron ideadas por los antiguos egipcios con el fin de protegerse de ellos (tales como aquellos ahuyenta mosquitos en forma de grandes abanicos, compuestos de una caña larga y plumas de avestruz, que utilizaban los siervos para alejar dichos insectos de la cara de los reyes y nobles. Los suelos y paredes eran frecuentemente lavados con una solución de agua y sosa.

d. Los enjambres de moscas (Éxo 8:24).

 

Esta pudo haber sido un tipo de mosca grande que chupa la sangre de los perros.

e. La morriña del ganado (Éxo 9:3).

 

Esta plaga tuvo, sin duda, graves consecuencias económicas y religiosas sobre los egipcios. Se dependía mucho de los bueyes para las labores pesadas de la agricultura, y los camellos, caballos y asnas se usaban mucho para la transportación. El ganado no sólo proveía leche, sino que los toros eran uno de los objetos más sagrados en los servicios de adoración de la tierra.

f. El sarpullido que produjo úlceras (Éxo 9:10).

 

La lengua hebrea indica que era un tipo de úlcera abierta, enconada, que supuraba, y que era quizá de tipo leproso.

g. El granizo mezclado con fuego (Éxo 9:24).

 

Aquellas severas tormentas de granizo estuvieron posiblemente acompañadas con abundancia de relámpagos y rayos que prendió fuego a los campos de Egipto, ya muy dañados por el granizo. A causa de las seis primeras plagas, algunos egipcios creyeron aparentemente la Palabra de Dios y protegieron a sus ganados y criados, retirándolos de los campos (Éxo 9:20).

h. La invasión de langostas (Éxo 10:13).

 

Una langosta es capaz de comer diariamente tanto como su propio peso, y una nube de langostas de un kilómetro cuadrado puede estar compuesta de varias docenas de millones de estas criaturas. Hay información de enjambres de estos insectos que ocuparon áreas de varios cientos de kilómetros cuadrados, y una plaga de ese tamaño bien puede contar con miles de millones de langostas.

i. Los tres días de oscuridad (Éxo 10:22).

 

Esta plaga fue seguramente la que más pavor causó de todas las que anteriormente habían caído. La oscuridad era tan grande que se podía realmente sentir. Durante setenta y dos agonizantes horas, aquella aterrorizante negrura privó a sus víctimas de alimento, agua y de la menor libertad de movimiento. Más de una persona debió haber enloquecido a causa de esta terrible tortura.

j. La visitación del ángel de la muerte (Éxo 12:29).

 

Dios instruye a Israel para que se prepare para la primera Pascua. Tenían que elegir un cordero macho sin defecto, de un año de edad, por cada familia, en el diez del mes de abril. Tenían que matar al animal el día catorce del mes. La sangre tenían que conservarla en una palangana, y con un manojo de ramas de hisopo tenían que untar con sangre los postes y el dintel de la puerta. La carne del cordero tenían que asarla y comerla en la noche del día catorce, junto con hierbas amargas y pan sin levadura.

 

Nota: Esta es la primera mención de levadura en la Biblia, y a partir de este momento viene a ser un símbolo del mal. En el Nuevo Testamento la levadura significa:

 

(1) Hipocresía (Luc 12:1).

 

(2) Racionalismo (Mat 16:6; Mat 16:12).

 

(3) Mundanalidad (Mar 8:15).

 

(4) Mala conducta (1Co 5:6).

 

(5) Falsa doctrina (Gál 5:9).

 

El cordero pascual era, por supuesto, un tipo y prefiguración bellísimos del Señor Jesucristo. (Véanse Jua 1:29; 1Co 5:6-7; 1Pe 1:18-19.) El hisopo aquí puede representar la fe. Era una planta común de aquellas tierras. Así como el hisopo se usaba en el Antiguo Testamento para aplicar la sangre del cordero, en el Nuevo Testamento la fe aplica la sangre en el corazón humano. (Véase Efe 2:8-9.) Debemos observar, sin embargo, que la simple muerte del cordero no salvaba automáticamente a nadie hasta que la sangre no era aplicada.

 

Israel comió el pan sin levadura aquella noche, y tenían que volver a hacerlo cada mes de abril para recordar la gran liberación experimentada (Éxo 12:39-51).

2. El propósito de las plagas.

 

El propósito de las plagas fue aparentemente doble:

a. Demostrar a Israel la fortaleza de su Dios.

b. Mostrar a los egipcios la incapacidad total de sus dioses. Podemos observar que cada una de las plagas fue dirigida contra un dios egipcio en particular. Esto es:

 

(1) La primera plaga de las aguas sangrientas fue dirigida contra Osiris, el dios del Nilo.

 

(2) La segunda plaga de ranas fue dirigida contra Heka, la diosa de las ranas.

 

(3) La tercera plaga de piojos fue dirigida contra Seb, el dios de la tierra.

 

(4) La cuarta plaga de moscas estaba dirigida contra Isis, la esposa de Osiris.

 

(5) La quinta plaga de la enfermedad del ganado desafiaba a Apis, el dios representado por un toro.

 

(6) La sexta plaga, el sarpullido que producía úlceras, contra Tifón.

 

(7) La séptima plaga, de granizo y fuego, estaba dirigida contra Shu, el dios de la atmósfera.

 

(8) La octava plaga, la langosta, era contra Serapis, el dios que protegía a Egipto contra estos insectos.

 

(9) La novena plaga, la oscuridad, era contra Ra, el dios-sol.

 

(10) La décima plaga, la muerte de los primogénitos, era un ataque contra todos los dioses.

3. El resultado de la plaga final.

a. A la medianoche del 14 de abril, el ángel de la muerte pasó por Egipto, hiriendo a todos los primogénitos de los hogares no protegidos por la sangre, incluido el de Faraón.

b. Durante las primeras horas de la mañana del día 15, todo el pueblo de Israel (600.000 hombres más los niños) cruzaron la frontera de Egipto.

c. Iban acompañados de una multitud mixta.

G. La elección de Dios.

1. La santificación de los primogénitos. El plan original de Dios era una nación de sacerdotes, pero al final, debido al constante pecado de Israel, limitó su elección a la tribu de Leví (Éxo 13:2; Éxo 19:6; Núm 8:16).

2. La elección de la ruta más segura (Éxo 13:17).

II. Israel, en ruta hacia el monte Sinaí (Éxo 12:37-51; Éxo 13:1-22; Éxo 14:1-31; Éxo 15:1-27; Éxo 16:1-36; Éxo 17:1-16; Éxo 18:1-27).

 

Diez eventos clave tienen lugar entre Ramesés, la ciudad egipcia de donde salieron, y su llegada a la base del monte Sinaí. La distancia era aproximadamente de unas 150 millas (unos 240 km). Estos sucesos fueron:

A. La aparición de la gloria de Dios (Shekinah) mediante la columna de nube y de fuego (Éxo 13:21-22). De Sucot a Etam. En Etam se manifiesta la columna de nube y fuego para dirigir a Israel durante el día o la noche. Esto marca la primera aparición de la gloria de Dios (Shekinah), la indicación visible y luminosa de la presencia de Jehová (Éxo 13:21-22). Otras apariciones tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento son:

1. En el mar Rojo (Éxo 10:19-20).

2. En el Lugar Santísimo en el tabernáculo (Lev 16:2).

3. En el Lugar Santísimo en el templo (2Co 5:11-13).

4. Cuando abandona el templo en el tiempo de Ezequiel (Eze 10:1-22).

5. En el nacimiento de Cristo (Luc 2:9-11).

6. En el monte de la transfiguración (Mat 17:5).

7. En la ascensión (Hch 1:9).

8. En el rapto (1Ts 4:17).

9. En la segunda venida (Mat 24:30; Mar 8:38).

10. Durante el milenio (Isa 4:5-6; Isa 60:19).

B. La persecución de Faraón, que se lamenta de su acción de haber permitido que Israel marchara (Éxo 14:5-10).

 

De Etam a Pi-hahirot (Éxo 14:1-4).

1. La decisión de Faraón de perseguir a Israel. Faraón se lamenta de su decisión de liberar a Israel y se propone caer sobre ellos, capturándolos de nuevo en el desierto cerca del mar Rojo por medio de sus carros de guerra.

2. La desesperación del pueblo y su deseo de rendirse (Éxo 14:11-12).

3. La declaración del profeta de elevar la mirada hacia Dios (Éxo 14:13-14).

C. La partición de las aguas del mar Rojo (Éxo 14:13-31).

D. La celebración en Israel por la liberación experimentada y por la destrucción del ejército de Faraón (Éxo 15:1-21).

 

Desde Pi-hahirot y por medio del mar Rojo (Éxo 14:15-31; Éxo 15:1-21).

1. La columna de nube protectora. Este es el segundo milagro más grande de la Biblia. El más grande, por supuesto, es la resurrección de Cristo (Efe 1:20). El cruce del mar Rojo es mencionado muchas veces en la Palabra de Dios. (Véanse Sal 78:53; Sal 106:11-12; Sal 106:22; Heb 11:29.) Este milagro fue realmente triple en su naturaleza:

a. La primera parte fue el cambio en la posición de la columna de nube que se colocó ella misma entre el campamento de Israel y el ejército de Faraón. Era al mismo tiempo nube y tinieblas para los egipcios y luz para el pueblo de Dios.

b. La segunda parte fue la división auténtica de las aguas, dejando un paso abierto de quizá una milla (más de un kilómetro) de ancho. En relación con esto, el doctor Leon Wood escribe:

 

«Una multitud de 2.000.000 de personas, marchando en formación de diez en línea, con una separación de cinco pies (un metro y medio) entre cada línea, ocuparía un espacio de 190 millas (más de 300 km) de largo. Si este paso en el agua fue tan ancho como una autopista moderna, los primeros israelitas que cruzaron habían llegado a Canaán antes que los últimos empezaran a cruzar, y habrían transcurrido varios días.» (A Survey of Israel´s History, p. 133.)

c. La tercera parte fue el cierre del mar otra vez.

2. La separación de las aguas del mar Rojo.

 

«Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas» (Éxo 14:21).

3. La destrucción del ejército egipcio.

 

«Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar: no quedó de ellos ni uno» (Éxo 14:28).

4. La alabanza del pueblo de Dios.

 

«Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová. y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente: ha echado en el mar al caballo y al jinete» (Éxo 15:1).

E. Las aguas amargas de Mara fueron endulzadas al echar Moisés un árbol en ellas (Éxo 15:22-26). En este momento Dios les promete que la obediencia a él les libraría de enfermedades.

 

Desde el mar Rojo hasta Mara (Éxo 15:22-26).

1. El agua amarga.

 

«Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara» (Éxo 15:23).

2. El árbol bueno.

«Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó» (Éxo 15:25).

3. El gran médico.

 

«Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador» (Éxo 15:26).

 

De Mara a Elim (Éxo 15:27).

 

«Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.»

F. El maná (Éxo 16:4; Éxo 16:14; Éxo 16:35).

 

Este pan del cielo vendría a ser su alimentación principal durante los siguientes cuarenta años. Desde Elim al desierto de Sin (Éxo 16:1-36).

1. La multitud quejosa.

 

«Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud» (Éxo 16:2-3).

2. El maná milagroso (Éxo 16:14-15).

 

Desde este momento y durante los siguientes cuarenta años. Dios los alimentaría seis días a la semana con maná, que era semejante a la semilla de cilantro, blanco, plano, y que tenía sabor de hojuelas con miel. Sólo cesó cuando Israel entró en la tierra prometida. (Véase Jos 5:12.)

 

Tenían que recogerlo cada mañana y comerlo el mismo día durante seis días, y en el sexto día tenían que recoger una doble porción para el día séptimo, cuando el maná no caía. La palabra maná en hebreo significa literalmente «¿qué es esto?». Esto es lo que dijeron cuando lo vieron por primera vez, y le quedó como nombre. Jesús aplicaría años más tarde este evento a su propio ministerio. (Véase Jua 6:30-63.) El doctor John David escribió algo útil sobre este asunto del maná:

 

«No debemos suponer en base de estos pasajes que el maná fue lo único que comieron los hebreos en el desierto durante cuarenta años. Sabemos que los israelitas tenían ovejas y vacas (Éxo 12:38; Éxo 17:3), y que continuaron poseyéndolos no solamente en el Sinaí (Éxo 34:3), sino también cuando llegaron a Edom y al país al este del Jordán (Núm 20:19; Núm 32:1). Parece que en algunas ocasiones los hebreos compraron alimento y agua de los edomitas (Deu 2:6-7). También podemos inferir claramente de distintas referencias bíblicas, que el trigo y la carne estaban disponibles para ellos (Éxo 17:3; Éxo 24:5; Lev 8:2; Lev 8:26; Lev 8:31; Lev 9:4; Lev 10:12, Lev 24:5; y Núm 7:13; Núm 7:19).» (Moses and the Gods of Egypt, p. 181.)

G. La institución del sábado (Éxo 16:23; Éxo 16:26-30; Éxo 31:13).

 

El sábado solemne (Éxo 16:23-30).

 

«Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estese, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día. Así el pueblo reposó el séptimo día» (Éxo 16:29-30).

 

A continuación, damos un breve resumen de la enseñanza bíblica sobre el sábado:

1. La primera mención del sábado la tenemos en Éxo 16:23. Durante los primeros 2.500 años de la historia humana. Dios fue el único que lo observó (Gén 2:2).

2. El sábado fue entonces dado a Israel (Éxo 31:13; Éxo 31:17) quien aparentemente no supo hasta este momento nada acerca de él. (Véase Éxo 16:29.) Este día nunca le fue dado a la Iglesia (véanse Col 2:16; Gál 4:9-11).

3. Sábado no es una palabra hebrea para siete sino que significa «descanso o reposo». Las palabras hebreas para siete son sheba y shibah. De lo que se infiere que una traducción literal del cuarto mandamiento diría: «Acuérdate del día de reposo para santificarlo.»

4. Hubo muchos «sábados» que se le dieron a Israel:

a. El día séptimo de la semana (Éxo 20:8-11).

 

(1) Empezaba a la caída del sol del viernes y terminaba a la puesta del sol del sábado.

 

(2) Era un día de descanso absoluto, sin actividad de trabajo ni reuniones de ninguna especie.

b. Era «sábado» (reposo) el primer día del séptimo mes (Lev 23:24-25), para celebrar la fiesta de las trompetas.

c. Era «sábado» el décimo día del mes séptimo (Lev 16:29-30), en que se celebraba el día de la expiación.

d. Era también «sábado» el día quince del mismo mes (Lev 23:34), cuando se celebraba la fiesta de los tabernáculos.

e. El año séptimo era «sábado» (Lev 25:1-4), en el que se dejaba reposar a la tierra durante un año.

f. Era «sábado» el año cincuenta (Lev 25:8), el año del jubileo.

 

Los setenta años de cautividad en Babilonia se debieron principalmente a la desobediencia de Israel en observar estos años de reposo. En los aproximadamente 500 años que transcurrieron hasta que Israel se posesionó de la tierra prometida, habían acumulado setenta años de reposo. (Véanse Lev 26:27-35; 2Cr 36:21; Jer 25:11.)

5. El sábado nunca ha sido cambiado, pero ha sido dejado a un lado porque la nación de Israel ha sido desechada. (Véase Mat 21:43.)

6. Se volverá a observar otra vez el sábado durante el tiempo del reino. (Véase Isa 66:23.)

 

Pregunta: ¿Cuándo, pues, recibió la Iglesia autorización para adorar en domingo?

 

Respuesta: Mediante el modelo establecido por la resurrección que sucedió en el primer día de la semana, esto es, el domingo. Este hecho lo registran los cuatro evangelios (Mat 28:1; Mar 16:2; Mar 16:9; Luc 24:1; Luc 24:13, Jua 20:1; Jua 20:19). De manera que como el sábado conmemora la terminación de la creación (Éxo 20:8-11), así el primer día conmemora la consumación de la creación. (Véanse Hch 20:7; 1Co 16:1-2; Heb 7:12.) Es cierto que Pablo predicó frecuentemente a los judíos en sábado (Hch 13:14; Hch 16:13; Hch 17:2; Hch 18:1-28; Hch 4:1-37), pero lo hizo porque era el día en el que los judíos se reunían regularmente. (Véase 1Co 9:19-20.)

H. La roca golpeada en Refídim (Éxo 17:1-7).

 

Esto fue hecho para proveerles de agua, que Dios les dio de manera sobrenatural de un lado de aquella roca. Casi cuarenta años más tarde Moisés golpearía otra roca en un lugar distante, pero en aquella ocasión él estaba fuera de la voluntad de Dios. (Véase Núm 20:7-13.)

 

Desde el desierto hasta Refídim (Éxo 17:1Éxo 18:27).

 

Moisés golpea la roca (Éxo 17:6). Los volubles israelitas estaban ya casi dispuestos a apedrear a Moisés cuando Dios intervino. «He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo….»

I. Victoria de Israel sobre los amalecitas (Éxo 17:8-16).

 

Aquí encontramos cuatro cosas importantes que se mencionan por «primera vez» y debemos de notarlas:

1. La primera mención de Josué, quien fue elegido por Moisés para dirigir el ejército de Israel (Éxo 17:9).

2. La primera oración de Moisés por Israel (Éxo 17:11-12).

3. La primera parte de la Biblia que se escribe (Éxo 17:14).

4. La primera referencia a uno de los grandes nombres de Dios: Jehová-nisi (Jehová es mi estandarte) (Éxo 17:15).

 

Moisés derrota a un enemigo (Éxo 17:11). Los enemigos son los amalecitas. Estos descendientes de Esaú (Gén 36:12), que formaban bandas errantes del desierto dedicadas al pillaje, llevaban probablemente un tiempo siguiendo a Israel, y eligen este momento para atacarles (Éxo 17:8).

 

El general: Josué. Esta es la primera mención de uno de los líderes militares más notables de todos los tiempos. A pesar de su juventud (probablemente entre veinte y treinta años), Moisés lo elige para dirigir las fuerzas armadas de Israel. Su habilidad y bravura iban unidas a su amor por Dios (Éxo 17:9).

 

El intercesor: Moisés. Este gran anciano asciende a un montículo cercano, extiende sus manos al cielo y empieza a orar por Josué y por Israel que luchan abajo (Éxo 17:11).

 

Los ayudadores: Aarón y Ur. Estos dos ayudan a Moisés a mantener sus cansados brazos en alto a fin de que Dios pueda dar la victoria abajo. Israel vence, se escribe una de las primeras secciones de la Biblia y Moisés edifica un altar, llamándolo Jehová-nisi, que significa «Jehová es mi estandarte».

J. El encuentro de Moisés con su familia (Éxo 18:5). Moisés saluda a su familia (Éxo 18:7).

1. Es saludado por Jetro, Séfora y sus dos hijos, Gersón y Eliezer.

2. Moisés escucha el consejo de Jetro y nombra hombres capaces que le ayuden a juzgar en los problemas del pueblo (Éxo 18:17-27).

III. Israel se establece en el Sinaí (Éxo 19:1Núm 10:10). Israel llegó al Sinaí el 15 de junio de 1445 a.C. y se quedó allí durante once meses y cinco días (Núm 10:11). Tres grandes eventos tuvieron lugar durante este tiempo, y son:

 

Los mandamientos de la ley (el requerimiento para que hubiese comunión).

 

La corrupción del becerro de oro (la pérdida de esa comunión).

 

La construcción del tabernáculo (la restauración de esa comunión).

 

Veamos ahora una introducción a estos eventos y una consideración de dichos sucesos.

A. Una introducción a la acción del monte Sinaí.

1. Israel llega al monte Sinaí y recibe la noticia de que Dios se encontrará con ellos en tres días. Tienen, por tanto, que lavar sus ropas y preparar sus corazones (Éxo 19:9-10).

2. Dios se manifestó al tercer día en el monte Sinaí, acompañado de truenos, relámpagos, una nube espesa, sonido de trompetas, un terremoto, humo y fuego (Éxo 19:16-18).

3. Moisés recibe la orden de subir al Sinaí para encontrarse con Dios. Durante este encuentro Dios le entrega oralmente los Diez Mandamientos y las setenta leyes que componen el libro del pacto. Moisés desciende entonces del Sinaí y le repite al pueblo las palabras de Dios (Éxo 19:20Éxo 23:33).

4. El pueblo de Israel está de acuerdo con todo lo que Dios le ha dicho a Moisés (Éxo 24:3).

5. Moisés seguidamente escribe para constancia de Israel todo lo que les ha dicho, edifica un altar de doce columnas, y sacrifica sangre sobre él para satisfacer los acuerdos del pacto (Éxo 24:4-8).

6. Asciende otra vez a la cima del monte y esta vez le acompaña Josué en parte del camino (Éxo 24:13).

7. Permanece allí por cuarenta días, y en este tiempo recibe los diseños para el tabernáculo y dos tablas de piedra escritas por Dios mismo que contienen los Diez Mandamientos. Moisés ayuna durante todo este tiempo (Éxo 24:18; Éxo 31:18; Éxo 34:28; Deu 9:9).

8. Dios le indica que descienda inmediatamente para que trate el asunto del becerro de oro que se está desarrollando abajo (Éxo 32:7).

9. Ora por Israel para que Dios no lo destruya (Éxo 32:11-13).

10. Recoge a Josué a mitad de camino al bajar (Éxo 32:17).

11. Nada más ver la terrible inmoralidad de Israel, rompe en pedazos las tablas de piedra que contenían los Diez Mandamientos (Éxo 32:19).

12. Reprende a Aarón y juzga a Israel por segunda vez (Éxo 32:20-29).

13. Ora por Israel por segunda vez (Éxo 32:30-32).

14. Ayuna después durante los siguientes cuarenta días (Deu 9:18).

15. Otra vez asciende al monte y Dios le ordena que talle otras dos tablas de piedra, donde el Señor volvería a escribir los Diez Mandamientos (Deu 10:2).

16. Dios le manda que haga un arca de madera de acacia y coloque en ella las dos tablas de piedra de la ley. Después Moisés regresa al valle con el arca (Deu 10:5).

17. Moisés pide ver la gloria de Dios y el Señor le responde:

 

«Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas: mas no se vertí mi rostro» (Éxo 33:19-23).

B. Una consideración de la acción en el monte Sinaí. Los mandamientos de la ley de Dios. Había tres secciones básicas de la Ley de Moisés.

1. El código moral. Esta sección se conoce comúnmente como los Diez Mandamientos (Éxo 20:3-17; Deu 5:7-21).

a. No tendrás dioses ajenos delante de mí.

b. No te harás ningún grabado ni escultura.

c. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano.

d. Acuérdate del sábado (reposo) para santificarlo.

e. Honra a tu padre y a tu madre.

f. No matarás.

g. No cometerás adulterio.

h. No hurtarás.

i. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.

j. No codiciarás.

2. El código espiritual. Esta sección trata de las ordenanzas que son todas ellas una prefiguración de Cristo y la salvación. (Véase Heb 10:1.) Incluye las fiestas levíticas, ofrendas, etc. (Éxo 35:1-35Éxo 40:1-38; Lv.).

3. El código social. Esta sección trata de los juicios y leyes divinas para el nuevo establecimiento que Dios prepara para Israel. Incluye normas sanitarias, de alimentación, cuarentenas, conservación de la tierra, impuestos, servicio militar, matrimonio, divorcio, etc.

 

Hay como setenta regulaciones básicas en el código social. De éstas, veinte de las más importantes son:

a. «Y si alguno hiriere a su siervo o a su sierva con palo, y muriere bajo su mano, será castigado» (Éxo 21:20).

b. «El que hiriere a su padre o a su madre, morirá» (Éxo 21:15).

c. «Asimismo el que robare una persona y la vendiere, o si fuere hallada en sus manos, morirá» (Éxo 21:16).

d. «Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie» (Éxo 21:24).

e. «Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre, morirá» (Éxo 21:17).

f. «Si alguno hiriere el ojo de su siervo, o el ojo de su sierva, y lo dañare, le dará libertad por razón de su ojo» (Éxo 21:26).

g. «Cuando alguno hurtare buey u oveja, y lo degollare o vendiere, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja cuatro ovejas» (Éxo 22:1).

h. «Si alguno engañare a una doncella que no fuere desposada, y durmiere con ella, deberá dotarla y tomarla por mujer» (Éxo 22:16).

i. «A la hechicera no dejarás que viva» (Éxo 22:18).

j. «Cualquiera que cohabitare con bestia, morirá» (Éxo 22:19).

k. «El que ofreciere sacrificio a dioses excepto solamente a Jehová, será muerto» (Éxo 22:20).

l. «Y al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto» (Éxo 22:21).

m. «A ninguna viuda ni huérfano afligiréis» (Éxo 22:22).

n. «Cuando prestares dinero a uno de mi pueblo, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le impondrás usura» (Éxo 22:25).

 

«Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo, a la puesta del sol se lo devolverás» (Éxo 22:26).

 

«Porque sólo eso es su cubierta, es su vestido para cubrir su cuerpo. ¿En qué dormirá? Y cuando él clamare a mí, yo le oiré, porque soy misericordioso» (Éxo 22:27).

ñ. «No injuriarás a los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo» (Éxo 22:28).

o. «No demorarás la primicia de tu cosecha ni de tu lagar. Me darás el primogénito de tus hijos» (Éxo 22:29).

p. «Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo» (Éxo 23:4).

 

«Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a levantarlo» (Éxo 23:5).

q. «No pervertirás el derecho de tu mendigo en su pleito» (Éxo 23:6).

r. «Seis años sembrarás tu tierra, y recogerás su cosecha; más el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo; así harás con tu viña y con tu olivar» (Éxo 23:10-11).

s. «He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado» (Éxo 23:20).

 

Dicho en forma simple, el código moral actuó como la revelación de la ley de Dios, el código social como la regulación de aquella ley, y el código espiritual como la realización de dicha ley: en Cristo. (Véanse Mat 5:17-18; Rom 10:4.)

C. La corrupción del becerro de oro (Éxo 32:1-35).

1. Durante los últimos días del primer encuentro de cuarenta días de Moisés con Dios en la cima del Sinaí. los volubles israelitas que esperaban en el valle demandaron que Aarón les hiciera un dios.

2. Aarón accede a la demanda, y usando los aretes de oro de las mujeres, los funde para crear un dios en forma de becerro de oro.

3. Después del «culto de adoración», el pueblo se lanzó a una orgía de inmoralidad sexual. El verbo que se traduce por «regocijarse» o «divertirse» en Éxo 32:6 tiene el sentido de caricias sexuales. (Véase Gén 26:8 para una situación similar.)

4. Dios informa a Moisés en el monte de lo que está ocurriendo abajo y le declara su intención de destruirlos. Moisés, temblando, empieza a «debatir respetuosamente con la divinidad». Suplica a Dios que se aplaque en su furor por dos razones:

a. A causa de sus enemigos (Éxo 32:12).

b. A causa de sus amigos (Éxo 32:13).

5. Moisés y Josué vuelven al campamento, y Moisés, con justa indignación, quiebra las dos tablas de piedra que contienen los Diez Mandamientos. Entonces quema el becerro de oro, lo reduce a cenizas, lo mezcla con agua y hace que el pueblo lo beba.

6. Reprende a Aarón y demanda saber quién está del lado del Señor. Todos los de la tribu de Leví declararon estar de su lado, y desde aquel día fueron escogidos para ser sacerdotes de Dios.

7. Dios les envía una plaga para castigarles por su pecado y ordena la ejecución de 3.000 de los líderes de aquel episodio.

D. La construcción del tabernáculo (Éxo 25:1-40Éxo 31:1-18; Éxo 35:1-35Éxo 40:1-38; Lv.).

1. Una descripción general del tabernáculo:

a. Las tres secciones: el patio exterior, el atrio interior y el lugar santísimo. El patio exterior estaba cerrado por una cerca de 150 pies (45 m) de largo, por 75 pies (22,5 m) de ancho y 7,5 pies (2,25 m) de alto. En el centro se hallaba una carpa de 45 pies (13,5 m) de largo, por 15 pies (4,5 m) de ancho y 15 pies (4,5m) de alto. Había dos habitaciones en esta carpa, separadas por un velo grueso. El cuarto o sección oriental de esta carpa (todo el tabernáculo estaba orientado hacia el este) se llamaba el lugar santo, y la parte occidental era el Lugar Santísimo. La carpa estaba compuesta de cuarenta y ocho tablas, cubiertas por cuatro cortinas diferentes. Tres de ellas de pieles de animales y la cuarta de lino fino. Los colores de estas cortinas eran blanco, azul, púrpura y rojo.

b. Los diversos materiales que emplearon fueron: oro 3.140 lb (1.422 kg), plata 9.575 lb (4.337 kg), y bronce 7.540 lb (3.415 kg), pieles de animales, madera de acacia, aceite de oliva, especias, y piedras de ónice.

c. Supervisor general: Bezaleel, nieto de Hur de la tribu de Judá.

d. Tiempo que tardaron en construirlo: seis meses aproximadamente.

e. Método de construcción: el tabernáculo fue el resultado de manos y corazones voluntarios. La casa de Dios fue financiada por el pueblo de Dios, y no mediante cenas, rifas o loterías. Algunos de los versículos más inspiradores del Antiguo Testamento hablan de este espíritu de generosidad y sacrificio (Éxo 35:5; Éxo 35:21-22; Éxo 35:29).

 

Otra preciosa verdad que aparece durante la edificación del tabernáculo fue el hecho de que Dios observaba personalmente la donación de cada ofrenda que era entregada, sin importar lo pequeña que pudiera ser. Esto se indica dramáticamente en Núm 7:1-89, donde aparece que doce personas diferentes dan doce diminutas cajitas de oro con incienso. A pesar de que dichas ofrendas eran iguales y de poco costo, Dios, no obstante, reconoció a cada ofrendante y cada presente. (Véanse también Apo 2:2; Apo 2:9; Éxo 2:13; Apo 3:1; Apo 3:8; Apo 3:15.)

2. El mobiliario del tabernáculo.

 

Había seis objetos principales:

a. El altar de bronce (Éxo 27:1-8; Éxo 38:1-7).

Esto era lo primero que encontraba el que entraba al tabernáculo por la parte este. Era una estructura semejante a una caja hecha de madera de acacia recubierta de bronce. Tenía aproximadamente 7,5 pies (2,25 cm) por cada lado, y 3 pies (1,25 cm) de alto. A media altura del altar había una rejilla. Había también un cuerno colocado en cada esquina del altar para sujetar los animales que eran ofrecidos en este altar.

b. La fuente de bronce (Éxo 30:18; Éxo 38:8).

 

Dicha fuente descansaba sobre una base también de bronce. Se llenaba de agua que usaban los sacerdotes para sus abluciones ceremoniales de manos y pies.

c. La mesa para el pan de la proposición (Éxo 25:23-30; Éxo 37:10-16).

 

Esta mesa estaba hecha de madera de acacia y recubierta de oro. Sobre esta mesa se depositaban doce piezas de pan que se renovaban cada semana, una por cada tribu de Israel. Medía aproximadamente 1,5 pie (46 cm) de ancho, por 2,5 pies (76 cm) de alto. La mesa, a diferencia de los dos primeros muebles, estaba dentro de la tienda, instalada en la parte de la primera habitación.

d. El candelabro de oro (Éxo 25:31-40; Éxo 37:17-24).

 

Este era uno de los objetos más adornados del tabernáculo. Era de oro puro, y consistía de un tronco vertical del que salían tres pares de brazos por cada lado que se doblaban hacia arriba. Las lámparas eran despabiladas cada mañana y tarde y no debían apagarse nunca todas al mismo tiempo.

 

Había que abastecerlas regularmente con aceite puro de oliva. Su fabricación requirió 107 libras (49 kg) de oro puro y costó aproximadamente unos 175.000 dólares. La tradición judía afirma que el candelero era de 5 pies (1.5 m) de altura y 3.5 pies (1.06 m) de ancho. Estaba también colocado en el llamado lugar santo.

e. El altar del incienso (Éxo 30:1-10; Éxo 37:25-28).

 

Esta mesa cuadrada de madera de acacia, recubierta de ora, de 1.5 pie de lado por 3 pies de alto (46 cm de lado y 90 cm de alto), era el símbolo de la oración. El incienso se quemada cada mañana y tarde en esta mesa (Apo 8:3-4). Una vez al año los cuernos de este altar eran manchados con sangre. El altar del incienso ocupaba la parte oeste del lugar santo.

f. El arca del pacto (Éxo 25:10-22; Éxo 37:1-9).

 

Este era el objeto más importante de todo el tabernáculo. Estaba hecho también de madera de acacia y recubierto de oro puro por dentro y por fuera. Medía 4 pies (1,22 m) de largo, 2 pies (61 cm) de alto. Contenía en su interior varios objetos; los más importantes eran las dos tablas de piedra sobre las que estaban escritos los Diez Mandamientos. La tapa de del arca estaba hecha de oro macizo y se le llamaba el propiciatorio. Encima había dos querubines de oro. Una vez al año, durante el gran día de la expiación en el mes de octubre, el sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo (que estaba separado del lugar santo por un velo grueso) y derramaba sangre sobre el propiciatorio por los pecados del pueblo. Por encima de todo el ornamento del arca moraba el Shekinah. la nube de la gloria de Dios, que era la manifestación de su presencia. Vemos aquí la que es quizá la más extraordinaria verdad del tabernáculo: lo que había en medio de la ley quebrantada por el hombre, que no la había podido cumplir, y la santa y justa ira de Dios era la sangre de un cordero.

3. El sacerdocio del tabernáculo.

a. Su ordenación. Una de las ceremonias más impresionantes del Antiguo Testamento era sin duda la consagración de un joven varón levita al sacerdocio de Israel. El sagrado procedimiento se desarrollaba de la siguiente manera:

 

(1) Era primeramente lavado con asna (Éxo 29:4).

 

(2) Después era vestido (Éxo 29:5).

 

(3) Seguidamente era uncido con aceite (Éxo 29:7).

 

(4) Finalmente tenía que identificarse ¿i sí mismo con un sacrificio (Éxo 29:15-20). Esto lo hacía colocando su mano sobre la cabeza de un cordero moribundo. La sangre del cordero era entonces puesta sobre su oreja derecha, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el dedo gordo del pie derecho.

b. Su vestimenta. Damos a continuación una descripción de la vestimenta que llevaba el sumo sacerdote (Éxo 28:2-43).

 

(1) El efod. Era una prenda exterior de vestir, sin mangas, que llegaba desde los hombros hasta por debajo de las rodillas. Consistía de dos piezas, una que cubría la espalda y la otra la parte delantera del cuerpo, que se unían en los hombros mediante unos tirantes, que tenían encima dos piedras de ónice montadas sobre oro. En cada piedra estaban grabados los nombres de seis tribus de Israel. El efod estaba entretejido en tela azul, púrpura, rojo y lino torcido, bordado con figuras de oro. Se sujetaba al cuerpo mediante un cinturón.

 

(2) El pectoral del juicio (Éxo 28:15-20).

 

Una pieza cuadrada de tela, sujeta al efod sobre el corazón del sacerdote, sobre el cual había doce piedras preciosas montadas sobre oro y arregladas en cuatro hileras. Encima de las piedras estaba grabado el nombre de las doce tribus de Israel.

 

(3) El Urim y el Tumin (Éxo 28:30).

 

Es incierta la naturaleza de estas vestimentas. Las palabras hebreas literalmente significan «luces» y «perfección». Podía haber sido dos piedras especialmente costosas. Algunos piensan que eran usadas por los sumos sacerdotes en tiempos de crisis para determinar la voluntad de Dios. (Véanse Núm 27:21; 1Sa 28:6.)

 

(4) El manto del efod (Éxo 28:31-35).

 

Esta era una prenda de vestir, de color azul y sin costura, que llevaban debajo del efod y era un poco más larga que él. A lo largo del dobladillo del bajo del manto había granadas de tela azules, moradas y rojas, y campanillas de oro que sonaban cuando el sacerdote servía en el templo.

 

(5) La mitra (Éxo 28:36-38).

 

Este era el turbante de lino fino que llevaba el sacerdote sobre su cabeza. En el frente portaba una lámina de oro con las palabras «Santidad a Jehová» grabadas en ella.

c. Sus deberes. Las varias responsabilidades del sacerdocio caían bajos dos categorías básicas:

 

(1) Las del servicio en el templo. Estas incluían el quemar el incienso, cuidar de las lámparas, colocar el pan y ofrecer sacrificios (Núm 3:5-9).

 

(2) Aquellas de servicio personal. Examinar a las personas impuras, especialmente los leprosos, instruir al pueblo de Israel en la ley de Dios, y cuidar en general del bienestar espiritual del pueblo (Núm 6:23-27; Deu 17:8-9).

d. Sus obligaciones personales.

 

(1) No debían consumir bebidas alcohólicas (Lev 10:9).

 

(2) No deberían raparse la cabeza ni afeitarse la barba, ni hacerse heridas en el cuerpo (Lev 21:5).

 

(3) No podían casarse con una prostituta, mujer viuda o divorciada, o con alguien de otra tribu. Su esposa debía ser una virgen de la tribu de Leví (Lev 21:7; Lev 21:14).

 

(4) No podían tener ningún defecto corporal, tales como ser ciegos o paralíticos (Lev 21:16-21).

4. Las ofrendas del tabernáculo.

a. Había cinco ofrendas principales y cada una de ellas es descrita en capítulo aparte en Lev 1:1-17Lev 5:1-19.

 

(1) Los holocaustos (Lev 1:1-17).

 

(2) Las ofrendas de harina (Lev 2:1-16).

 

(3) Los sacrificios de reconciliación (Lev 3:1-17).

 

(4) Los sacrificios por el pecado (Lev 4:1-35).

 

(5) Ofrendas expiatorias (Lev 5:1-19).

b. Estas cinco ofrendas pueden ser clasificas en dos categorías generales:

 

(1) Las ofrendas cuyo propósito era restaurar la comunión. Estas incluían las ofrendas por el pecado y las expiatorias.

 

(2) Aquellas otras ofrendas cuyo propósito era mantener la comunión. Estas incluían los holocaustos, las ofrendas de harina y las ofrendas de paz. La ofrenda especial de la vaca de pelo rojizo que se cita en Núm 19:1-22 está también incluida en esta categoría.

5. Las fiestas sagradas del tabernáculo. Había nueve fiestas especiales y tiempos de descanso en el calendario judío. Las primeras tres recordaban al creyente la obra creadora de Dios y las otras seis su obra redentora.

a. Su obra creadora.

 

(1) El reposo semanal (Sabat) (Éxo 20:8-11; Lev 23:1-3).

 

(2) La fiesta del reposo de la tierra en el año séptimo (Éxo 23:10-11; Lev 25:2-7).

 

(3) La fiesta del año del jubileo o fiesta del perdón (Lev 25:8-16).

 

Nota: Estas tres hablan de la creación de Dios, al venir en ciclos continuos de siete, como Dios descansó en el día séptimo.

b. Su obra redentora.

 

(1) La fiesta de la Pascua (Lev 23:4-8), habla del Calvario (1Co 5:7).

 

(2) La fiesta de los primeros frutos (Lev 23:9-14), habla de la resurrección (1Co 15:23).

 

(3) La fiesta de Pentecostés (Lev 23:15-25), habla de la venida del Espíritu Santo (Hch 2:1-47).

 

(4) La fiesta de las trompetas (Lev 23:23-25), habla del rapto y de la segunda venida (1Ts 4:13-18).

 

(5) La fiesta del día de la expiación (Lev 23:26-32). Esta habla de la tribulación (Apo 6:1-17Apo 19:1-21). En el hebreo es la llamada Yom Kippurim y se celebra el 10 de octubre de cada año. El orden del servicio de esta día tan importante aparece detallado en Lev 16:1-34.

 

(a) El sumo sacerdote tenía que ofrecer un becerro en sacrificio por sí mismo. Los predicadores también necesitan ser salvos y santificarse.

 

(b) Tenían que echar suertes sobre dos machos cabríos para determinar cuál sería sacrificado y a cuál dejarían escapar por ser Azael.

 

(c) Luego el sumo sacerdote rociaba siete veces el propiciatorio con la sangre del becerro y del macho cabrío.

 

(d) Finalmente pondría sus manos sobre el macho cabrío vivo, confesaría sobre él todos los pecados de Israel, y después señalaría a un hombre para dirigirlo [al macho cabrío] al desierto.

 

(6) La fiesta de los tabernáculos (Lev 23:33-44), esta habla del milenio (Apo 20:1-6).

c. Para representar el programa completo de la salvación.

6. El manual del tabernáculo. En los restantes capítulos del libro de Levítico tenemos una serie de ordenanzas sobre lo que hay que hacer, o no hacer, en relación con la vida religiosa, social y física de cada israelita.

a. Podían comerse ciertos alimentos, pero otros debían evitarse. La invitación que Dios hizo a Noé para comer de toda clase de animales (Gén 9:3) es ahora limitada.

b. Dos capítulos (Lev 12:1-8; Lev 15:1-33) son dedicados a instrucciones acerca de la limpieza ceremonial relacionada con el sexo y el dar a luz. Debemos señalar aquí que la Biblia no equipara en absoluto en ninguna parte el pecado con el sexo o el dar a luz. Lo que sin duda alguna Dios estaba intentando hacer mediante estas leyes era enseñar la trágica verdad de que todos los hombres nacen con una naturaleza de pecado (Rom 5:12).

c. Lo relacionado con la lepra ocupa dos capítulos (Lev 13:1-59Lev 14:1-57). Esta es la primera mención de la palabra lepra, y, a partir de este momento, la lepra viene a ser un símbolo del pecado. Entre los muchos miles de leprosos que hubo en los tiempos del Antiguo Testamento, sólo dos se registran que fueron sanados por Dios. En Núm 12:1-16 se nos dice que María, la hermana de Moisés fue sanada; y en 2 Reyes se nos dice que lo fue Naamán.

d. En Lev 17:1-16 se discute lo concerniente a la sangre, y se expresa allí un gran principio bíblico: «… la misma sangre hará expiación de la persona» (Lev 17:11; véase también Heb 9:22).

e. Los capítulos Lev 18:1-30Lev 21:1-24 tiene que ver con la separación personal. Notemos los siguientes mandamientos como aparecen en la Versión Popular de la Biblia:

 

«Ningún hombre debe acercarse a una mujer pariente cercano para tener relaciones sexuales con ella» (Lev 18:6).

 

«No te echarás con varón como con mujer; es abominación» (Lev 18:22).

 

«El hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados…» (Lev 20:27).

 

Una lista específica de las regulaciones que hallamos en este manual, incluiría:

 

(1) Concernientes a la dieta.

 

(a) Vida animal (Lev 11:2-3).

 

(b) Vida marina (Lev 11:9).

 

(c) Vida de las aves (Lev 11:20).

 

(d) Vida de los insectos (Lev 11:21-22).

 

(2) Concernientes a la maternidad (Lev 12:1-8).

 

(3) Concernientes a la lepra (Lev 13:1-59Lev 14:1-57).

 

(a) Reconocimiento del leproso (Lev 13:2-3).

 

(b) Normas para el leproso (Lev 13:45-56).

 

(c) Restauración del leproso (Lev 14:2-3).

 

(4) Sobre asuntos relacionados con el cuerpo (Lev 15:1-33).

 

(5) Concerniente a la moralidad entre familiares (Lev 18:1-30).

 

(a) El padre (Lev 18:7).

 

(b) La madre (Lev 18:8).

 

(c) La hermana (Lev 18:9).

 

(d) La nuera (Lev 18:10).

 

(e) La tía (Lev 18:12).

 

(f) El tío (Lev 18:14).

 

(g) La cuñada (Lev 18:16).

 

(6) En relación a la justicia y buena voluntad (Lev 19:1-37).

 

(7) Sobre la apostasía (Lev 20:1-9).

 

(a) La adoración de Moloc (Lev 20:3).

 

(b) Consultar a adivinos (Lev 20:6).

 

(c) Maldecir a los padres (Lev 20:9).

 

(8) Sobre la perversión (Lev 20:10-21).

 

(a) Adulterio (Lev 20:10).

 

(b) Incesto (Lev 20:12).

 

(c) Sodomía (Lev 20:13).

 

(d) Poligamia (Lev 20:14).

 

(e) Exhibición indecente (Lev 20:17).

 

(9) En relación al rescate de familiares (Lev 25:47-49).

 

(10) Concerniente a la desobediencia (Lev 26:1-46)

 

(a) Declaración del principio (Lev 26:1-13).

 

(b) El castigo establecido (Lev 26:14-15).

 

[1] El primer castigo (Lev 26:14-15).

 

[2] El segundo castigo (Lev 26:14-15).

 

[3] El tercer castigo (Lev 26:21-22).

 

[4] El cuarto castigo (Lev 26:23-26).

 

[5] El quinto castigo (Lev 26:27-31).

 

(c) El castigo seguro (Lev 26:32-39).

 

(11) Concerniente a la dedicación (Lev 27:1-34)

7. La dedicación del tabernáculo (Éxo 30:22-33; Éxo 40:32-35).

 

Esta fue la dedicación del edificio más importante que jamás se haya construido en la tierra. Hubo, sin embargo, un evento trágico que nubló lo que hasta ese momento era una feliz celebración, y fue la muerte de Nadab y Abiú, los dos sacerdotes hijos de Aarón. Estos dos jóvenes tuvieron la insensatez de ofrecer fuego extraño a Jehová. Además, el relato parece indicar que ambos estaban embriagados en ese momento. (Véase Lev 10:1-20.)

8. El censo del tabernáculo (Núm 1:1-54).

 

Hubo dos ocasiones en que Israel fue censado durante su peregrinaje de Egipto a Palestina. La primera vez es aquí, en el Sinaí, el 15 de abril (véase Núm 1:1-54Núm 2:1-34), y la segunda tuvo lugar treinta y ocho años después en el desierto de Moab (Núm 26:1-65). El censo de este momento fue para contar a todos los hombres de veinte años para arriba. El total fue de 603.550 hombres.

 

Es triste saber que de todos estos hombres, 603.550 en número, 603.548 perecerían más tarde en el desierto (véase Núm 14:29). Josué y Caleb fueron los únicos dos que entrarían años después en Canaán.

 

Mucho se ha especulado sobre las cifras de este censo. Si las tomamos literalmente nos llevan a pensar en una población total hebrea de más de dos millones de personas. El problema, por consiguiente, se produce en relación con el cuidado y alimentación de esta multitud durante los casi cuarenta años que pasaron en aquel desolado y árido desierto. Se ha estimado, por ejemplo, que se requerirían unos cincuenta vagones de ferrocarril diarios cargados de maná para alimentarlos. Aparte, por supuesto, estarían las necesidades físicas de los miles de animales que iban con ellos. Las necesidades de agua serían inmensas, se calculan en doce millones de galones (unos cuarenta y cinco millones de litros) diarios. Pensemos simplemente en el espacio mínimo necesario para acomodar a todas estas personas cuando acamparan cada noche; ocuparían sin duda unas cien millas cuadradas (unos 259 kilómetros cuadrados).

 

Algunos han intentado resolver estos problemas reinterpretando algunas palabras de diferente manera. Por ejemplo, han sugerido que la palabra hebrea elep que se traduce generalmente por «miles», se podría fácilmente traducir mediante las palabras «familia» o «clan».

 

Esta manera de entenderlo nos daría unas 603 familias, que calculando contribuirían con un promedio de cinco soldados cada una, nos daría un total de unos 3.015 hombres de guerra. Suponiendo que cada hombre estuviera casado y tuviera dos hijos, llegaríamos a una cifra total de unos quince mil israelitas. Pero este abordamiento crea más problemas de los que resuelve. Gleason Archer escribe:

 

«Cierto es que hay un ‘elep que significa familia o clan (Jue 6:15; 1Sa 10:19, etcétera) pero se ve con toda claridad, en los capítulos numéricos (Núm 1:1-54Núm 4:1-49; Núm 26:1-65), que por ‘elep se da a entender “un mil”, porque la unidad inmediatamente inferior a este ‘elep es ót, que traduce “cientos” (tal como en Núm 1:21, Núm 23:1-30, Núm 25:1-18, etcétera). Lo más que “una familia” podría contribuir a las fuerzas armadas de la nación hubiera sido un promedio de cuatro o cinco hombres, y sería absurdo suponer que se mencionaran “cientos” como la siguiente unidad numérica inferior luego de mencionar contingentes que en promedio eran de cinco hombres cada uno.

 

Una corroboración adicional la da el total del dinero del rescate—a un promedio de medio siclo por cabeza que se registra en Éxo 38:25 y que fue de 100 talentos, 1775 siclos. Puesto que 3000 siclos constituían un talento, el resultado final es exactamente 603.550 contribuyentes. Por lo tanto, podemos decir, sin temor a equivocamos, que según el manejo objetivo de la evidencia textual, no puede sostenerse ninguna otra tesis que no sea que ‘elep significa “mil” en sentido literal.» (Gleason L. Archer, Reseña crítica de una introducción al Antiguo Testamento, Editorial Portavoz, pp. 272, 273.) En este número no estaban incluidos los hombres de Leví, que era la tribu que quedaba excluida del censo. El número total de los que componían el sacerdocio levítico, según Núm 4:48, era de 8.580. Si la población estimada de Israel en aquel tiempo (como dos millones) es dividida por el número de sacerdotes (8.580), tenemos que cada sacerdote era responsable por unas doscientas treinta y tres personas. La tribu más numerosa era la de Judá (74.600) y la más pequeña era la de Manasés con 32.200. Los descendientes de los tres hijos de Leví, Gersón, Coat y Merari, fueron puestos al cuidado de todo el tabernáculo. El plan original de Dios era, por supuesto, que los hijos primogénitos de todas las tribus sirvieran como sacerdotes (Éxo 13:1), pero debido al constante pecado de Israel, se limitó a escoger a los levitas (Núm 3:11-13). El sacerdote tenía que tener treinta años de edad antes de que pudiera entrar completamente al servicio de Dios (Véanse Núm 4:3; Luc 3:23.)

9. El arreglo de las tribus alrededor del tabernáculo (Núm 2:1-34). Debemos notar especialmente los arreglos de ubicación de las distintas tribus. En el este estaban Isacar, Judá y Zabulón. En el oeste se hallaba Benjamín, Efraín y Manasés. En el norte estaban Aser, Dan y Neftalí, mientras que el sur estaba ocupado por Gad, Rubén y Simeón. La tradición rabínica sugiere que Judá (el líder de la parte este) llevaba un estandarte verde porque la piedra con su nombre grabado que llevaba el sumo sacerdote en el pectoral era una esmeralda, y su emblema era un león a causa de la profecía de Gén 49:9.

 

Rubén, líder del flanco sur, portaba un estandarte rojo para conmemorar su nombre escrito en una piedra de sardio. Su emblema era una cabeza humana. Efraín era la tribu principal del lado oeste, y desplegaba una bandera dorada porque su nombre estaba grabado sobre una piedra dorada; su emblema era un buey, porque se decía que José, su progenitor, fue elevado al poder en Egipto por medio de la visión de una vaca (Gén 41:1-32). Y, por último, el color de Dan, la tribu principal en el norte, era rojo y blanco, porque su piedra era de jaspe, y su emblema era un águila. No estamos seguros, por supuesto, de cuánto de esto está basado en hechos reales. Es cierto, sin embargo, que combina bien con las visiones de Ezequiel y Juan (véanse Eze 1:1-28 y Apo 4:1-11).

10. El voto de los nazareos en el tabernáculo (Núm 6:1-21).

 

Esto tiene relación especialmente con aquellas personas (hombre o mujer) que deseaban consagrarse al Señor en una manera más completa, bien por vida o por un cierto período de tiempo. Las normas eran:

a. No podía probar los frutos de la viña en ninguna de sus formas (uvas, vino, sidra, vinagre, etc.)

b. No podía cortarse el cabello.

c. No podía estar en contacto con ninguna persona muerta.

El más conocido de todos los nazareos del Antiguo Testamento es, por supuesto, Sansón (Jue 13:7).

11. La gran bendición del tabernáculo (Núm 6:22-27)

 

«Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y di les: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde: Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia: Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré» (Núm 6:22-27).

12. Las dos trompetas de plata del tabernáculo (Núm 10:1-9). Estas dos trompetas tenían que tocarse en cuatro ocasiones específicas.

a. Para reunirse (v. Núm 10:2). Si sonaban ambas trompetas, todo el pueblo tenía que congregarse a la puerta del tabernáculo (v. Núm 10:3).

 

Pero si solamente sonaba una trompeta, sólo debían acudir los líderes principales, los jefes de las tribus (v. Núm 10:4).

b. Para avisar en caso de ataque (v. Núm 10:5).

c. Cuando Israel mismo tuviera que salir a la guerra (v. Núm 10:9).

d. En las fiestas establecidas en Israel (v. Núm 10:10).

IV. ISRAEL, DESDE EL SINAÍ A CADES-BARNEA (Núm 10:1-36Núm 12:1-16).

 

Esta era una distancia de unas 150 millas (unos 240 km).

A. En ruta hacia Cades (Núm 10:1-36Núm 12:1-16).

1. Un cuñado renuente. Moisés intenta conseguir los servicios de guía de su cuñado Hobab, pero él rechaza su oferta (Núm 10:29-32).

2. La nube constante (Núm 10:34-36).

 

«Y la nube de Jehová iba sobre ellos de día, desde que salieron del campamento. Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen. Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh Jehová, a los millares de millares de Israel» (Núm 10:34-36).

 

La distancia entre el monte Sinaí y Cades es de menos de 200 millas (unos 240 km). Moisés registra en Núm 33:16-36 como veinte paradas que hicieron entre estos dos lugares. El área del Sinaí está llena de montes y valles ásperos y arenosos. Pero su jornada diaria nunca fue demasiado larga o dificultosa porque «la nube de Jehová iba sobre ellos».

3. La multitud que murmura (Núm 11:4-6).

a. Una vez más el grupo inconverso de egipcios que los acompañaba provocó al pueblo para que se quejara, y esta vez fue a causa de los alimentos.

 

Notemos sus palabras:

 

«Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos» (Núm 11:5-6).

b. Dios envía fuego para castigar esta rebelión. El pueblo clama a Moisés, quien de nuevo intercede por ellos y cesa la plaga.

4. Un profeta enojado (Núm 11:10-15).

a. Moisés llega a la conclusión de que Dios le ha dado una carga demasiado pesada al pedirle que dirija a Israel y solicita ayuda adicional. La desesperación llega a ser tan profunda que Moisés le pide a Dios que le libere de la carga o le quite la vida (Núm 11:15). Elías también años más tarde le pediría a Dios algo similar en un momento de profundo desaliento (cp. 1Re 19:4).

 

Es trágico que Moisés, en su hora de gran necesidad, no reaccionó como lo hiciera el apóstol Pablo cuando enfrentaba también una carga insoportable.

 

«Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo» (2Co 12:7-9).

b. Dios concedió esta lamentable petición quitando de Moisés algo del poder del Espíritu Santo y distribuyéndolo en partes iguales a los setenta ancianos hebreos escogidos para ayudarle (Núm 11:25)

c. Dos de estos hombres. Eldad y Medad, empezaron a profetizar (Núm 11:26-29).

5. Las codornices mortíferas (Núm 11:31-34).

 

Para silenciar la constante queja del pueblo, el Señor envió una inmensa bandada de codornices sobre el campamento, volando muy bajo. Cazaron miles de estas aves y las comieron, pero con la carne envió Dios también una plaga (véase Sal 106:15).

6. La hermana que sufre (Núm 12:1-15).

a. Aarón y María criticaron a su hermano menor por dos motivos:

(1). Por causa de su esposa. Podían estar refiriéndose a Séfora, pero es posible que ella ya hubiera muerto y que una mujer cusita fuera su segunda esposa. No se puede precisar por el texto si la crítica era debido a que fuera gentil o al color de su piel (si es que en realidad ella era de distinto color). En cualquier caso, el matrimonio no estaba en contra de la ley que solamente prohibía casarse con cananeas (Gén 24:37).

(2). A causa de su fuerte liderazgo. Cuán frecuentemente ha sido cometido este pecado desde entonces por diáconos y otros líderes en la iglesia local. Aarón y María conocerían muy pronto la verdad del Sal 105:15 : «No toquéis, dijo, a mis ungidos. Ni hagáis mal a mis profetas.»

b. Dios los reprendió por sus críticas, diciéndoles que Moisés era un siervo muy especial para él.

c. María, la originadora del problema, enferma repentinamente de lepra. Aarón ruega sea perdonada y pide a Moisés que interceda con Dios para que María sea restaurada.

d. Moisés lo hace y después de un período de siete días es sanada y restaurada a la comunión del pueblo.

V. ISRAEL EN CADES-BARNEA (Núm 13:1-33Núm 14:1-45).

A. La exploración.

 

Dios instruyó a Moisés para que enviara a un líder de cada una de las doce tribus para que exploraran la tierra de Canaán. Entre ellos estaban Josué, de la tribu de Efraín, y Caleb, de Judá.

 

Al leer Núm 13:1-33 sacamos la impresión de que esta decisión de enviar espías primero era una indicación de la perfecta voluntad de Dios, pero Moisés añade más información en Deu 1:19-24 que nos ayuda a ver todo el trasfondo. «Y vinisteis a mí todos vosotros, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros que nos reconozcan la tierra, y a su regreso nos traigan razón del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar» (Deu 1:22).

 

Esto parece indicar que el origen de la idea espiar la tierra primero procedió del hombre y no de Dios.

B. La lamentación.

Después de explorar durante cuarenta días la tierra, los doce regresaron con la siguiente información:

1. El informe de la mayoría, compuesto de los líderes de diez de las tribus: «No podremos poseer la tierra» (Núm 13:32-33).

2. El informe de la minoría, representada por Josué y Caleb: «… subamos luego y tomemos posesión de ella…» (Núm 13:30).

3. El voto del pueblo: «¡No subiremos!» (Núm 14:13). Este triste episodio fue la décima ocasión en que Israel se rebeló contra Dios. Él, con grandes demostraciones de amor y de poder, los había liberado de la esclavitud, para después encontrarse diez veces con la rebelión del pueblo contra él (Núm 14:22).

 

Estas diez ocasiones son:

a. En el mar Rojo (Éxo 14:11-12).

b. En Mara (Éxo 15:24).

c. En el desierto de Sin (Éxo 16:2-3).

d. En Refidim (Éxo 17:1-3).

e. En el Sinaí (Éxo 32:1-6).

f. En el camino a Cades (tres ocasiones. Núm 11:1-9; Núm 11:31-34).

g. En Cades (dos veces, Núm 14:1-4; Núm 14:10).

C. La condenación.

 

Dios determinó que ninguno de veinte años para arriba entraría en la tierra prometida. «Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo» (Núm 14:34).

 

Durante las siguientes cuatro décadas, Israel se consumiría en el desierto, hasta que la última persona de veinte años para arriba fuera enterrada. El doctor León Wood hace la siguiente observación:

 

«Suponiendo que fueran 1.200.000 personas las que tuvieran que morir (600.000 hombres y otras tantas mujeres) en 14.508 días (treinta y ocho años y medio), nos da una cantidad de ochenta y cinco por día. Suponiendo doce horas diarias dedicadas a los funerales, nos da un promedio de siete funerales por hora durante treinta y ocho años y medio. Fue aquello un recordatorio constante del castigo divino.» [[A Survey of Israel Histoiy, p. 159.]]

 

De manera que este triste período de Cades termina de esta manera:

 

«Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país, aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová. Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida, de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra» (Núm 14:36-38).

VI. ISRAEL, DESDE CADES-BARNEA HASTA LA ORILLA ESTE DEL RÍO JORDÁN (Núm 15:1-41Núm 36:1-13).

 

Durante este período de vagar sin sentido por el desierto sucedieron los siguientes eventos:

A. Un ataque inútil queda frenado (Núm 14:40-45). Los volubles y necios israelitas cambiaron repentinamente de idea e intentaron abrirse camino en la tierra, pero fueron rápidamente derrotados por los cananeos.

B. Lapidación por violación del día de reposo (Núm 15:32-36).

C. Unos alborotadores tragados por la tierra (Núm 16:1-32).

1. Un hombre muy influyente llamado Coré, descendiente de Leví, se levantó contra Moisés apoyado por 250 hombres.

2. La conspiración llevó a una confrontación al día siguiente en la que Dios intervino haciendo que se abriera la tierra y se tragara a Coré y sus seguidores. A pesar de esta terrible lección, Israel continuó murmurando y acusando realmente a Moisés de matar al pueblo de Dios (Núm 16:41). Antes que todo este trágico incidente se terminara, el juicio de Dios cayó mediante una plaga y perecieron otras 14.700 personas más del pueblo. Judas, el escritor del Nuevo Testamento, menciona (Jud 1:11) este suceso en su epístola como un fuerte aviso contra la apostasía.

D. La vara de Aarón que retoña (Núm 17:1-13).

 

Para reforzar la autoridad de que había investido a Moisés y a Aarón, el Señor ordenó a los líderes de cada tribu colocar una vara en el tabernáculo con su nombre personal grabado en ella. A Aarón también le ordenó hacer lo mismo. A la mañana siguiente se descubrió que el bastón de Aarón había reverdecido y echado flores, arrojado renuevos y producido almendras.

E. El sacrificio de una vaca alazana (Núm 19:1-22).

1. El ritual de la vaca alazana (Núm 19:1-10). Las leyes ya dadas establecían que cuando una persona viva entrara en contacto con un cadáver tenía que ser considerada inmunda (descalificada para la vida y el servicio religioso) durante un período de siete días. Pero ahora se había producido probablemente una crisis. Debido a la reciente plaga (Núm 16:49), habían aparecido no menos de 14.700 cadáveres. Este solo suceso había producido, sin duda, la contaminación de miles de personas. ¿Cómo se arreglaba esta situación ahora? El rito de la vaca alazana fue la respuesta de Dios a este problema.

2. Las reglas de la purificación (Núm 19:11-22) eran: «El que tocare cadáver de cualquier persona será inmundo siete días» (Núm 19:11). El proceso de purificación de un israelita tenía cuatro aspectos.

a. Eleazar tenía que sacrificar una vaca alazana sin defecto alguno fuera del campamento (Núm 19:2-3).

b. Había que rociar con su sangre hacia el tabernáculo siete veces (Núm 19:4).

c. La vaca alazana tenía que ser después quemada con madera de cedro, hisopo y un tipo de tela roja (Núm 19:5-6).

d. Y por último, tenían que añadir agua a las cenizas de la vaca y después rociarlas sobre el israelita inmundo (Núm 19:17-19).

F. Un hombre enojado atrapado (Núm 20:1-13).

1. María murió y fue enterrada cerca de Cades (Núm 20:1).

2. Después de arduo trabajo durante muchos años, el diablo por fin logró atrapar a Moisés, el hombre más manso de toda la tierra (Núm 12:3), en la trampa del enojo y del orgullo. Aquellos volubles e impíos israelitas estaban, como de costumbre, quejándose acerca de la falta de agua (parece como si celebraran una reunión de protesta contra Dios al menos una vez al día). El Señor instruyó allí mismo a Moisés para que le hablara a cierta roca y le ordenara que diera agua.

3. Pero el paciente Moisés perdió repentinamente su calma, y en un acto, debido en parte a incredulidad y en parte a enojo, gritó al pueblo y desobedeció al Señor, golpeando la roca dos veces en vez de hablarle una vez como Dios le había mandado (Núm 20:8).

4. El Señor les dio agua a pesar de la desobediencia de Moisés, pero le anunció que su pecado le privaría de entrar en la tierra prometida (Núm 20:12).

5. Moisés evidentemente le habló tiempo después al Señor acerca de ir a Palestina, hasta que Dios le dijo que no volviera a mencionar el asunto nunca más (Deu 3:26-27).

G. Una simple solicitud es rechazada (Núm 20:14-22).

 

Los edomitas, descendientes de Esaú, no permitieron que Israel pasara por su territorio; esto obligó al pueblo de Dios a dar un rodeo de unas 180 millas (288 km) por un desierto ardiente y hostil.

H. Un sumo sacerdote al que le quitan su vestimenta (Núm 20:23-29).

1. Dios ordenó a Moisés que le quitara a Aarón sus ropas sacerdotales para dárselas a su hijo Eleazar.

2. Aarón murió a la edad de 123 años y fue sepultado en el monte Hor.

3. C.I. Scofield observa que la muerte de Aarón marca el fin del vagar sin rumbo de Israel. A partir de este momento la nación marcha o se detiene, pero no anda vagando [[New Scofield Bible, p. 195]]. Debemos notar aquí que la experiencia del desierto era parte de la perfecta voluntad de Dios para Israel, pero no el vagar errante (Éxo 13:17-18).

I. Un problema de serpientes es resuelto (Núm 21:5-9).

1. Dios envió serpientes venenosas para castigar la rebeldía de Israel.

2. El pueblo se arrepintió y fue provisto de un remedio.

3. Una serpiente de bronce fue colocada en lo alto de un asta para que todos pudieran verla.

4. Cualquiera que hubiera sido mordido podía mirar a la serpiente de bronce y ser sanado. Jesús usó este suceso como una ilustración para ganar a Nicodemo. (véase Jua 3:14-15). Años después, en el 700 a.C., el rey Ezequías destruyó esta serpiente porque el pueblo la adoraba (2Re 18:4).

J. Derrota de los amorreos (Núm 21:21-24).

 

Al igual que los edomitas, los amorreos rehusaron dejar pasar a Israel por su territorio, pero en esta ocasión los israelitas se defendieron y los derrotaron.

K. Un profeta pervertido (Núm 22:1-41Núm 24:1-25).

1. Balac, el atemorizado rey de Moab, ofreció a Balaam, un adivino pagano de Mesopotamia, riquezas tentadoras si maldecía a Israel para así frenar su avance y salvar a Moab (Núm 22:1-8).

2. Dios advierte a Balaam para que no acepte este soborno (Núm 22:9-12).

3. Le hacen la oferta más tentadora y Balaam accede a ir con los hombres de Balac (Núm 22:15-21).

4. En el camino a Moab, Balaam es reprendido por el asna que montaba, y escapó por poco de la muerte a manos del Ángel de Jehová (Núm 22:22-35).

5. Cuando Balaam llega a Moab y divisa al ejército de Israel en un valle cercano, intenta maldecirle en cuatro ocasiones; pero, para asombro suyo y enojo de Balac, todas las veces salen de su boca palabras de bendición. Estas cuatro bendiciones aparecen en Núm 23:8-10; Núm 23:22-24; Núm 24:5-9; Núm 24:7.

 

Debe especialmente notarse el lenguaje que aparece en algunas de las profecías de Balaam: «¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado? Porque de la cumbre de las peñas lo veré, y desde los collados lo miraré; he aquí un pueblo que habitará confiado, y no será contado entre las naciones. ¿Quién contará el polvo de Jacob, o el numero de la cuarta parte de Israel? Muera yo la muerte de los rectos, y mi postrimería sea como la suya» (Núm 23:8-10).

 

«Lo veré, mas no ahora; lo miraré, mas no de cerca; saldrá Estrella de Jacob, y se levantará cetro de Israel, y herirá las sienes de Moab, y destruirá a todos los hijos de Set. Será tomada Edom, será también tomada Seir por sus enemigos, e Israel se portará varonilmente. De Jacob saldrá el dominador, y destruirá lo que quedare de la ciudad» (Núm 24:17-19).

 

De los cientos de personajes que aparecen en el Antiguo Testamento, Balaam es, sin duda, el más misterioso de todos, y en algunos sentidos el más trágico. Es mencionado, al menos, por tres escritores del Nuevo Testamento, y cada uno de ellos lo hace escribiendo en particular sobre un rasgo de su carácter.

 

Su camino: «… el camino de Balaam … el cual amó el premio de la maldad…» (2Pe 2:15).

 

Su error: «… en el error de Balaam…» (Jud 1:11). Su error fue su conclusión de que Dios terminaría maldiciendo a Israel a causa de sus muchos pecados. M.F. Unger escribe:

 

«Era ignorante de la elección de Dios de Israel como nación y de la inmutabilidad de la decisión de Dios (Rom 11:29) y de la preservación de la nación. No vio cómo Dios podía ser al mismo tiempo justo y el justificador por medio de la cruz del pecador que cree, a lo que apuntaba todos los rituales que se celebraban en el tabernáculo de Israel.» [[ Unger’s Bible Dictionary, pp. 133, 134.]]

 

Su doctrina: «… los que retienen la doctrina de Balaam … a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación» (Apo 2:14). Aunque este profeta impío falló en sus intentos de maldecir a Israel, tuvo mucho éxito con su astuta y depravada sugerencia de que el pueblo de Dios se mezclara con los moabitas. Antes de que todo terminara, este predicador pervertido causaría la muerte de 24.000 israelitas (Núm 25:9), como resultado del castigo de Dios. Balaam fue más tarde asesinado por los soldados israelitas cuando invadieron la tierra (Núm 31:8). Aunque Balaam no pudo lograr que Dios se apartara de Israel, sí consiguió que Israel se olvidara de Dios por un tiempo. El héroe de esta tragedia fue Finees, el nieto de Aarón. Algunos con mucha imaginación han querido crear gran controversia con la discrepancia entre la cifra que da Moisés aquí (24.000) y el número que da Pablo más tarde en el Nuevo Testamento (23.000) (1Co 10:8). Pero la solución parece ser bien simple: Moisés nos da la cifra completa, mientras que Pablo nos da el número de los que murieron el primer día.

L. Un sacerdote patriota (Núm 25:1-18).

1. A pesar de su fracaso en maldecir a Israel. Balaam casi logró destruir aquella nación mediante el arreglo astuto de que las mujeres moabitas sedujeran a los hombres israelitas (Núm 25:1; Núm 31:16).

2. Finees, el piadoso sacerdote, nieto de Aarón, frenó la ira del Dios Todopoderoso mediante su drástica acción de ejecutar a una pareja especialmente desvergonzada, compuesta por un príncipe de la tribu de Simeón y una amante prostituta de Madián. A pesar de esto murieron 24.000 (Núm 25:7-18).

 

A causa de su fidelidad y valor, Dios le prometió a Finees un pacto de paz (Núm 25:12), y que de su familia saldría el sumo sacerdote de Israel, y dos hijos sacerdotes (aunque dos ya habían muerto a causa de un castigo divino por sus pecados). Estos fueron Eleazar e Itamar. Finees era hijo de Eleazar. Por alguna razón ignorada el derecho del sumo sacerdocio pasó después de Eleazar a Itamar en la persona de Eli (1Sa 1:1-28), que era descendiente de Itamar. Sin embargo, en los días de David volvió a la línea prometida aquí mediante Sadoc, que era un descendiente de Eleazar. (Véase 1Re 1:8.)

M. El segundo censo (Núm 26:1-65).

1. Se nos da aquí el total del segundo censo, esto es 601.730 (Núm 26:51). Este censo, tomado treinta años después del primero ((Núm 1:46), da 1.820 menos.

2. Ninguno de los que habían participado en la rebelión de Cades, todos los individuos de veinte años para arriba, estaba vivo, excepto Moisés, Caleb y Josué (Núm 26:64-65).

3. La mayor merma del censo aparece en la tribu de Simeón (37.100) y el mayor aumento en la tribu de Manasés (20.500).

N. Cinco hijas decididas (Núm 27:1-11).

Zelofehad, un hombre de la tribu de Manasés, había muerto, dejando cinco hijas pero no hijos varones. Estas hijas apelan a Moisés y reciben el derecho de heredar la tierra que le correspondería a su padre cuando luego Palestina fuera dividida.

Ñ. Un cambio en caudillos (Núm 27:12-23).

1. Dios instruye a Moisés para que en ceremonia pública imponga sus manos sobre Josué delante de Eleazar, el sumo sacerdote, y del pueblo, transfiriendo así su autoridad sobre él.

2. Así queda instalado Josué como el nuevo líder. Moisés mismo pronuncia el discurso de ordenación.

O. La humillación de Madián (Núm 31:1-54).

1. La orden final que Dios da por medio de Moisés es la de juzgar y derrotar a Madián por su pecado de no permitir a Israel pasar por su tierra (Núm 25:6-18; Núm 31:1-2).

2. Moisés lo lleva a cabo escogiendo mil soldados de cada una de las doce tribus de Israel (Núm 31:3-7).

 

Los madianitas eran descendientes de Abraham a través de su esposa Cetura (Gén 25:2). Hacía ahora cuarenta años que Moisés (un descendiente de Abraham por medio de Sara) se había casado con Séfora, una mujer madianita. Pero en estos años, esta tribu se había degenerado al punto de que ya no eran diferentes de otros muchos pueblos del desierto.

 

Podemos observar un gran contraste en este punto, cuando comparamos el relato que aparece aquí con el que describe la gran tribulación. En el primero (Núm 31:1-54), Dios envía 12.000 soldados israelitas para destruir a sus enemigos, pero en el segundo (Apo 7:1-8) él enviará 144.000 predicadores israelitas para convertir a sus enemigos.

P. Algunos soldados mundanos (Núm 32:1-42).

1. Los descendientes de Rubén, Gad y media tribu de Manasés fueron a Moisés y le pidieron permiso para quedarse en Galaad, una zona al este de Palestina, al otro lado del río Jordán.

2. Moisés concedió con tristeza el permiso solicitado a condición de que los hombres de guerra de esas tribus ayudaran a las demás tribus a derrotar a los cananeos. Estuvieron de acuerdo con las condiciones.

Q. Un resumen de las etapas de Israel en el desierto (Núm 33:1-56)

 

En este capítulo Moisés hace una lista de todos los lugares donde acamparon desde Ramesés, en Egipto, hasta las llanuras de Moab. No hicieron menos de cuarenta y dos paradas, eso significa que se trasladaban a un nuevo lugar cada once meses durante cuarenta años.

R. Las seis ciudades de refugio (Núm 35:1-28).

1. Estas ciudades fueron, en la parte oriental del Jordán: Beser, Ramot y Golán; y en la parte occidental (en la misma Palestina): Cedes, Siquem y Quiriat-arba (Hebrón) (Núm 35:10-14; Deu 4:43; Jos 20:7-9).

2. Estas seis eran parte de las cuarenta y ocho ciudades que les fueron dadas a los levitas porque ellos no recibieron una parte en el reparto de la tierra como las demás tribus cuando fue dividida por Josué.

3. Estas seis fueron establecidas como lugares de refugio para todos aquellos que mataran accidentalmente a otra persona, a fin de protegerse de la venganza de los familiares del muerto.

4. El homicida se encontraba a salvo en estas ciudades de refugio mientras permaneciera en ellas, hasta el fallecimiento del sumo sacerdote, pudiendo entonces regresar a su casa con confianza (Núm 35:25-28).

VII. ISRAEL EN EL LADO ORIENTAL DEL RÍO JORDÁN (DEUTERONOMIO).

 

En la ribera del Jordán Moisés dirigió tres discursos a Israel, presentó un desafío a Josué, pronunció una bendición sobre cada una de las tribus, compuso un cántico y partió para el cielo.

A. Sus tres sermones.

 

Primer sermón (Deu 1:1-46Deu 4:1-49).

1. Habla acerca de la grandeza del Dios que habían conocido en el monte Sinaí (Deu 4:10-19; Deu 4:32-33).

2. Repasa las trágicas consecuencias de su pecado en Cades-barnea (Deu 1:27). Un viaje que debió haberles tomado solamente once días (desde el Sinaí a Canaán) les ocupó en realidad treinta y ocho años (Deu 1:2).

3. Les recuerda su propio pecado que le privó de entrar en la tierra prometida (Deu 3:23-27; Deu 4:21-22). (Véase también Deu 31:1.)

4. Insta a Israel para que animen a Josué (Deu 1:38; Deu 3:28). (Véase también Deu 31:7-8; Deu 31:23.)

5. Establece en la parte oriental las tres ciudades de refugio (Deu 4:41-43).

 

Segundo sermón (Deu 5:1-33Deu 26:1-19).

6. Son repetidos los Diez Mandamientos (Deu 5:7-21).

7. Les advierte sobre las consecuencias de las de la inmoralidad (Deu 23:17), hacer pactos (Deu 7:1-5) y las prácticas paganas de adivinación y hechicería (Deu 18:9-14).

8. Moisés hace una descripción de Canaán (Deu 8:7-8).

9. Repasa su experiencia personal con Dios cuando estuvo con él en el monte Sinaí (Deu 9:9-21)

10. Les recuerda sus obligaciones financieras para con Dios (Deu 26:1-19).

11. Les da leyes en relación con la vestimenta (Deu 22:5), el divorcio (Deu 24:1-4), derechos de las mujeres (Deu 21:10-17; Deu 22:13-20), y la guerra (Deu 20:1-20).

12. Les resume el propósito y el plan general de Dios para aquella generación de israelitas: «Y nos sacó de allá [Egipto], para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres [Canaán] …» (Deu 6:23).

 

Tercer sermón (Deu 27:1-26Deu 30:1-20).

13. Ordena a los levitas que lean desde dos montes las bendiciones y los juicios (las maldiciones) de la ley cuando Israel entre en la tierra prometida. Tenían que leer las bendiciones desde el monte Gerizim y las maldiciones desde el monte Ebal (Deu 11:26-29; Deu 27:1-14). Las bendiciones específicas se citan en Deu 28:1-14, y las maldiciones en Deu 27:15-26; Deu 28:15-68.

14. Deu 28:1Deu 30:20 registra en siete partes los elementos del pacto palestino.

a. Israel sería dispersado por desobediencia (Deu 28:36; Deu 28:49-53, Deu 28:63-68; Deu 30:1). Esto abarca los cautiverios en Asiria y Babilonia y la dominación romana, además de las aflicciones sufridas por Israel en los pasados veinte siglos. Parece como si Moisés hubiera tenido en mente los ejércitos de Hitler cuando escribió Deu 28:64-67. Durante este tiempo Israel sería motivo de refrán (Deu 28:37), y sería la cola y no la cabeza (cp. Deu 28:13 con Deu 28:44).

b. Israel se arrepentiría mientras estuviera en la dispersión (Deu 30:2).

c. El retorno de Cristo tendrá lugar (Deu 30:3).

d. Israel será restaurado a su tierra (Deu 30:5).

e. La nación recibirá un nuevo corazón (Deu 30:6).

f. Los opresores de Israel serán juzgados (Deu 30:7).

g. La nación experimentará prosperidad (Deu 30:9).

8. Moisés da a elegir a su generación entre la bendición y el juicio de Dios (Deu 30:15-20). Durante sus tres sermones habla acerca de los siguientes grandes temas teológicos:

a. La fidelidad de Dios (Deu 2:7; Deu 4:33-38; Deu 7:6-8; Deu 8:3-4; Deu 9:4-6; Deu 29:5-6; Deu 32:9-14).

b. La Palabra de Dios (Deu 4:1-2; Deu 4:7; Deu 4:9; Deu 11:18-21; Deu 30:11-14).

c. La persona de Dios (Deu 6:4-5; Deu 7:9; Deu 32:39).

d. El amor de Dios (Deu 7:13).

e. La gloria de Dios (Deu 4:39; Deu 10:17-18).

f. La gracia de Dios (Deu 7:6-9; Deu 9:4-6).

g. La venida del gran Profeta de Dios (Deu 18:15-20).

h. La voluntad de Dios (Deu 10:12-16).

i. Los reyes de Dios (Deu 17:14-20).

j. El Israel de Dios (Deu 4:25-31; Deu 11:16-17).

B. Presenta un desafío ante Josué (Deu 31:1-23). Véanse especialmente Deu 31:7-8; Deu 31:14; Deu 31:23.

C. Su cántico. Véanse Deu 31:19-22; Deu 31:30; Deu 32:1-47.

 

En este tiempo es cuando Moisés también completa el Pentateuco (los cinco primeros libros de la Biblia). (Véanse Deu 31:9; Deu 31:24.)

D. Sus bendiciones individuales sobre las tribus (Deu 33:1-29)

E. Su partida al cielo (Deu 31:2; Deu 31:14-18; Deu 32:48-52; Deu 34:1-12).

Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz

I. Israel en Egipto (Éxo 1:1-22; Éxo 2:1-25; Éxo 3:1-22; Éxo 4:1-31; Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-36)

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

A. Nueva situación en Egipto (Éxo 1:1-22)

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

1. Prólogo (Éxo 1:1-7)

Análisis de discurso

Esta primera unidad actúa de bisagra entre la narración final del Génesis y la nueva situación que se comenzará a describir. Es una transición que involucra no sólo un cambio de trato de parte de los egipcios hacia los israelitas, sino también ―y esto lo revelará el texto mucho después― un largo paso del tiempo entre aquellos eventos y los actuales, y la transformación de los primeros descendientes de Jacob en una multitud de personas que, por su magnitud, provocaron temor entre los habitantes nativos. Este pequeño texto crea expectativas en el lector sobre lo que vendrá, pues el versículo Éxo 1:7 concluye con la noticia de que el crecimiento ha sido tan formidable, que parece que las promesas hechas a los padres han llegado a su cumplimiento. Sin embargo, el versículo Éxo 1:6 deja entrever algo que no permite ser demasiado optimista. Lo dicho sobre la muerte de José y toda su generación es un dato innecesario como mera información, pues ya era conocida por Gén 50:26. De modo que, pasado el tiempo del fallecimiento de los de su generación, esta información resulta obvia. No obstante, la frase tiene su sentido y al lector le queda el gusto que tales palabras aluden a algo más profundo. En efecto, lo que ha muerto es el clima social que había logrado José hacia su familia. Esto y sus consecuencias lo sabrá el lector en el pasaje siguiente.

TÍTULO: El carácter introductor de esta unidad nos impulsa a llamarla, simplemente, “Prólogo”. También es posible considerar una unidad mayor (quizá todo el capítulo Éxo 1:1-22) y titularla “Nueva situación de Israel en Egipto”, o “El comienzo de la liberación”. El primer título pone énfasis en el cambio respecto a la situación anterior, mientras que el segundo conduce hacia lo que viene después en el relato. El título de RV95 destaca la situación de los israelitas, mientras que el de TLA pone el acento en la acción de los egipcios sobre Israel.

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Éstos son: La vinculación con la narración del Génesis no sólo se produce en el nivel del relato sino que también se expresa lingüísticamente. El texto comienza con la conjunción copulativa ve, que indica continuidad con la narración que le antecede y, por lo tanto, supone que el lector conoce lo narrado antes. Este comienzo con ve se repetirá en Levítico y Números, lo cual evidencia una continuidad narrativa, pero no sucede así con Deuteronomio, que marca un comienzo propio y una cierta ruptura literaria. En la actual forma del relato no es recomendable usar la expresión: “Y estos son [ ]”, pero el traductor debe tener en cuenta el interés del relato en marcar los vínculos con lo anterior. TLA propone «cuando Jacob llegó a Egipto», una opción que respeta esta idea.

Cada uno con su familia: Traduce una expresión hebrea que dice, literalmente, “un hombre y su casa”, pero que tiene un sentido distributivo: “Uno a cada uno”. En este caso, la intención es resaltar que cada hijo de Jacob no fue solo, sino con sus descendientes, quienes, entonces, habrían nacido en Canaán y no en Egipto. El verbo “venir” se repite en el hebreo (“vinieron a Egipto [ ] vino con su familia”) a fin de enfatizar la condición de extranjeros que toca a los israelitas en la tierra que ahora habitan y preparar al lector para comprender la razón de la opresión que se narrará inmediatamente. A pesar de la bonanza de la época en que José era un funcionario real, y del final venturoso de la historia de José narrada en Gén 37:1-36; Gén 38:1-30; Gén 39:1-23; Gén 40:1-23; Gén 41:1-57; Gén 42:1-38; Gén 43:1-34; Gén 44:1-34; Gén 45:1-28; Gén 46:1-34; Gén 47:1-31; Gén 48:1-22; Gén 49:1-33; Gén 50:1-26, es necesario puntualizar que los israelitas ―aunque, en efecto, recibieron un buen trato, beneficios y hasta privilegios― nunca sintieron esa tierra como propia, como su lugar natural en el mundo. Varias traducciones omiten repetir el verbo y colocan ―en algunos casos con buen criterio― un sustituto para evitar la redundancia («acompañados de sus familias», NVI). Sugerimos que el traductor no pierda este énfasis.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

INTRODUCCIÓN

1. Características generales

El libro de Éxodo comienza recapitulando una información ya dada en el Génesis. La lista de los descendientes de Jacob que entraron en Egipto ha aparecido en Gén 46:8 ss con la tradición de setenta personas. La muerte de José ha sido relatada en Gén 50:26. Al mismo tiempo, en el pasaje inicial de Éxodo se introduce material nuevo que supone un paso adelante respecto al relato de Génesis, especialmente la muerte de toda la generación de José y el crecimiento del pueblo. Así pues, el comienzo de Éxodo apunta tanto al pasado (los patriarcas) como al futuro (la historia de la liberación de la opresión egipcia).

2. Título y contenido

El segundo libro de la Biblia, llamado en hebreo Eleh Shemot (“estos son los nombres”), por sus primeras palabras, recibió en la versión griega de los LXX el título de Éxodos, fiel reflejo de su acontecimiento central: la salida de Egipto.

Como ya se ha señalado, el libro de Éxodo presupone y continúa los relatos de Génesis, pero introduce al mismo tiempo un cambio importante. En la historia patriarcal (Gén 12:1-20Gén 50:1-26), los protagonistas habían sido siempre figuras individuales; ahora, por el contrario, va a ocupar un lugar destacado un nuevo personaje, no individual sino colectivo: el pueblo. Esta transición se pone de relieve expresamente al comienzo del libro, cuando el texto hace notar que las setenta personas que habían llegado a Egipto con Jacob se multiplicaron de tal manera que llenaban toda la región (Éxo 1:5; Éxo 1:7).

La primera parte de la narración tiene como tema central el gran acontecimiento a que hace referencia el título del libro: el éxodo o la salida de Egipto (cps. Éxo 1:1-22Éxo 15:1-27). Una sección que comienza describiendo el cambio de situación que se produjo con la ascensión al trono de un rey que no sentía ningún aprecio por la memoria de José (Éxo 1:8), y que culmina con la celebración de la primera Pascua (cp. Éxo 12:1-51) y con el canto de acción de gracias que entonaron Moisés y los israelitas después de cruzar el cauce del mar como si fuera tierra seca (Éxo 15:1-21).

La segunda sección (Éxo 15:22Éxo 18:27) narra algunos episodios relacionados con la marcha de los israelitas a través del desierto. El grupo que había salido de Egipto penetró en la península del Sinaí —región semidesértica— donde, siempre bajo la guía de Moisés, tuvo que hacer frente a distintas situaciones críticas.

La tercera sección (Éxo 19:1-25Éxo 40:1-38) está constituida por los acontecimientos del Sinaí que tienen como momento central el establecimiento del pacto o alianza entre Yahvé —el Señor— y su pueblo. Este acontecimiento incluye, como uno de sus elementos esenciales, la proclamación de la ley tanto en su aspecto moral (Éxo 20:1-26Éxo 24:1-18) como cultual (Éxo 25:1-40Éxo 40:1-38). En última instancia, toda la legislación contenida en el libro de Éxodo, con su evidente preocupación por defender el derecho de los más débiles y desprotegidos (ver Éxo 22:22-28), tenía como finalidad fundamental sentar las bases de una comunidad cimentada en la solidaridad y la justicia y consagrada al culto del verdadero Dios.

3. Marco histórico

Los relatos de Éxodo se mueven entre dos puntos geográficos precisos: Egipto y el Sinaí; entre ambos tiene lugar la primera parte de la marcha por el desierto. Allí se desarrollaron los acontecimientos que hicieron de Israel el Pueblo de Dios: la salida de Egipto, el paso del mar Rojo y la Alianza del Sinaí. El recuerdo de estos acontecimientos se grabó para siempre en la memoria de Israel y se convirtió en el fundamento mismo de su fe. Por eso, el libro de Éxodo ocupa un lugar muy destacado entre los libros veterotestamentarios y ha sido llamado el “Evangelio del Antiguo Testamento”.

El contenido de Éxodo no aporta elementos suficientes para fijar con absoluta precisión la fecha en que acontecieron los hechos narrados en el libro. Sin embargo, en Éxo 1:11 se hace notar expresamente que los descendientes de Jacob emigrados a Egipto fueron forzados a trabajar en la construcción de las ciudades de Pitón y Ramsés. Este dato nos lleva con cierta probabilidad al siglo XIII a. C., cuando el faraón egipcio Ramsés II hizo erigir, en el delta oriental del Nilo, una nueva capital llamada Casa de Ramsés. En tal circunstancia, los israelitas fueron duramente explotados hasta el punto de verse forzados a huir. El ejército egipcio los persiguió, pero el Señor los libró milagrosamente de sus perseguidores. El testimonio más antiguo de esta liberación es el canto de triunfo de Éxo 15:21, que celebra el acontecimiento no como una victoria de Israel, sino como una acción de Dios.

4. Características literarias

El libro de Éxodo es el resultado final de, al menos, tres ediciones elaboradas en distintos contextos históricos y designadas convencionalmente como historias o tradiciones yavista, elohista y sacerdotal, con leves retoques deuteronomistas. Estas historias utilizaron, a su vez, tradiciones orales previas y otras fuentes diversas, algunas de ellas escritas. En el conjunto se advierten tres tipos de materiales: narrativos, legales y litúrgicos.

— Entre el material narrativo hay que destacar los relatos que describen la opresión de los hebreos, la epopeya del éxodo, la travesía del desierto y la teofanía del Sinaí. A su vez, todos estos relatos se expresan en una gran variedad de géneros: relatos épicos (cps. Éxo 4:1-31Éxo 14:1-31), relatos legendarios (cp. Éxo 2:1-25), relatos de vocación (cps. Éxo 3:1-22 y Éxo 6:1-30), cantos heroicos (cp. Éxo 15:1-27), teofanías (Éxo 3:1-6), litigios o pleitos judiciales (Éxo 15:22-26; Éxo 19:16-25), relatos etiológicos y genealogías.

— El material legal se concentra fundamentalmente en la última parte del libro (cps. Éxo 19:1-25Éxo 40:1-38) y está representado por tres cuerpos de leyes: el decálogo (Éxo 20:1-17), de origen antiguo, aunque incorporado tardíamente al actual contexto; el código de la Alianza (Éxo 20:22-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:2-31; Éxo 23:1-19), compilación mixta de leyes religiosas y sobre todo sociales, posteriores a la instalación en Canaán, pero anteriores a la monarquía; y finalmente las normas cultuales (Éxo 25:1-40Éxo 31:1-18; Éxo 35:1-35Éxo 40:1-38), relativas al santuario y al culto, con elementos muy antiguos y otros bastante tardíos. También habría que mencionar el llamado decálogo ritual (Éxo 34:14-28) o “código yavista de la alianza”.

— El material litúrgico aparece mucho más disperso: generalmente se encuentra envuelto en formas narrativas o legales, por ejemplo Éxo 11:1Éxo 13:16; Éxo 14:1-31; Éxo 15:1-27; Éxo 19:1-15; Éxo 24:1-11; Éxo 20:22Éxo 23:19.

5. Estructura y divisiones

El éxodo se desenvuelve principalmente en tres escenarios: Egipto, el desierto y el monte Sinaí, que dan pie para dividir el libro en tres partes, subdivididas a su vez en distintas secciones:

I.— LA SALIDA DE EGIPTO (Éxo 1:1Éxo 15:21)

Israel oprimido en Egipto. Nacimiento y juventud de Moisés (Éxo 1:1-22Éxo 2:1-25)

Vocación y misión de Moisés (Éxo 3:1Éxo 7:7)

Las plagas de Egipto (Éxo 7:8Éxo 11:10)

La salida de Egipto (Éxo 12:1Éxo 15:21)

II.— LA MARCHA A TRAVÉS DEL DESIERTO (Éxo 15:22Éxo 18:27)

Quejas del pueblo (Éxo 15:22Éxo 17:16)

Institución de los Jueces (Éxo 18:1-27)

III.— LOS ACONTECIMIENTOS DEL SINAÍ (Éxo 19:1-25Éxo 40:1-38)

La Alianza del Sinaí (Éxo 19:1Éxo 20:21)

El Código de la Alianza (Éxo 20:22Éxo 23:33)

Confirmación de la Alianza (Éxo 24:1-18)

Instrucciones sobre el santuario y el culto (Éxo 25:1Éxo 31:17)

Ruptura y renovación de la Alianza (Éxo 31:18Éxo 34:35)

Ejecución de las instrucciones (Éxo 35:1-35Éxo 40:1-38)

6. Claves teológicas

Los relatos de Éxodo constituyen la epopeya nacional de Israel en cuya formación desempeñaron un papel decisivo las fiestas y celebraciones cultuales. La celebración de la Pascua, sobre todo, rememoraba y actualizaba aquellos grandes acontecimientos del pasado, de forma que todas las generaciones israelitas pudieran revivir la salida de Egipto y renovar el compromiso asumido por el pueblo en el Sinaí.

Por eso, el libro de Éxodo no es una “historia” en el sentido moderno de la palabra; es más bien un testimonio y una confesión de fe; es el reconocimiento de que la existencia de Israel como nación no es una obra humana, sino una creación de Dios.

Los temas teológicos clave están hábilmente elaborados dentro del texto; señalamos aquí los más representativos:

Presencia divina. En Éxo 2:23-24 el autor señala, en primer lugar, la ausencia divina, y después su presencia. Los gemidos y lamentos de los esclavos israelitas hacen que Dios recuerde la alianza con los patriarcas. La tarea que Dios encomienda a Moisés y la intervención divina, especialmente en las plagas, establecen claramente la prioridad de la presencia de Dios. En concreto, la imagen de Dios se configura a partir de la revelación de su nombre: Yahvé, el Señor, el que está siempre dispuesto a acudir en defensa de sus elegidos.

Liberación. Los dos elementos básicos del credo de Israel son que el Señor los sacó de Egipto y que los llevó a la tierra prometida. El libro de Éxodo escenifica y celebra el primero de estos dos acontecimientos. El pueblo toma conciencia de que es el Señor quien los liberó de la esclavitud y desde ese momento se convirtió en su Señor y gran liberador.

Sentido de la alianza. La alianza es la especialísima relación entre el Señor e Israel que se crea en el monte Sinaí. Es un vínculo personal por el cual Israel se convierte en el pueblo del Señor, y el Señor se convierte en el Dios de Israel. Es esta conexión moral única la que confiere a Israel su identidad entre todos los demás pueblos del antiguo Oriente Próximo.

Ley como respuesta a la alianza. Aceptando y comprometiéndose a cumplir fielmente la ley con que Dios acompaña la alianza, Israel responde de forma personal a su relación con él. La ley se recibe, no como una imposición desde fuera, sino como un reconocimiento desde dentro de la necesidad de honrar y respetar tanto al Dios de la alianza como a las demás personas.

Por lo demás, los grandes temas del Éxodo están presentes en toda la Biblia. A ellos se refieren los Profetas para anunciar un nuevo éxodo (Isa 43:18-21) y una nueva Alianza (Jer 31:31-34). El Nuevo Testamento convierte a Éxodo en fuente privilegiada de inspiración y actualización: desde Mateo (infancia de Jesús, sermón del monte) hasta el Apocalipsis (Cristo como nuevo cordero), la mayoría de los autores y escritos aluden a episodios, temas y motivos del éxodo. El NT presenta los acontecimientos del éxodo como una prefiguración de la obra redentora de Cristo, que es la verdadera “Pascua” (1Co 5:7) y una “Alianza” más excelente (Heb 8:6) por cuanto ha sido sellada con su sangre. La epopeya del éxodo constituye el prototipo de todos los actos salvíficos de Dios, en especial, del Bautismo (1Co 10:1-4) y los relatos del libro de Éxodo conforman la gran estructura teológica, simbólica y literaria sobre la que el cristianismo ha confrontado y comprendido su experiencia.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Los primeros cinco versículos de Éxodo (Éxo 1:1-5) resumen la información dada en Gén 46:8-27. Seguidamente el relato pasa a describir la nueva situación que se produjo, cuando los israelitas, al aumentar de número (v. Éxo 1:7), constituyeron una amenaza para los egipcios que, a su vez, los oprimieron con duros trabajos (vv. Éxo 1:8-22).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La llegada de los israelitas a Egipto. Exo. comienza en una forma no dramática al dar una breve lista de los nombres de los 12 hijos de Israel, también conocido como Jacob (cf. Gén. 32:28), y destacando que a su llegada a Egipto toda la familia constaba de un total de 70 personas. Esta información forma un importante puente entre Exo. y el libro anterior Gén., y probablemente presu pone que el lector ya esté familiarizado con la narración más detallada en Gén. 46:1-27 de quiénes emigraron a Egipto (sin embargo, el orden de los nombres sigue el de Gén. 35:23-26). El relato de la muerte de José en el v. 6 hace referencia a Gén. 50:22-26.

Nota. 5 Hechos 7:14 indica que los descendientes de Jacob eran un total de 75, siguiendo una traducción griega primitiva (véase Gén. 46:27).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

1.1 Los hijos de Israel, o israelitas, fueron los descendientes de Jacob, cuyo nombre fue cambiado a Israel después que luchó con el ángel (véase Gen 32:24-30). La familia de Jacob se había trasladado a Egipto por invitación de José, uno de los hijos de Jacob, el que llegó a ser un gran gobernador de Faraón.La familia de Jacob creció hasta llegar a ser una gran nación. Pero, como extranjeros y recién llegados, sus vidas estaban en marcado contraste con las de los egipcios. Los hebreos adoraban a un Dios; los egipcios adoraban muchos dioses. Los hebreos eran nómadas; los egipcios tenían una cultura profundamente establecida. Los hebreos eran pastores; los egipcios eran constructores. Además de ser tan diferentes, los hebreos estaban físicamente separados del resto de los egipcios: vivían en Gosén, al norte de los grandes centros egipcios.1.9, 10 Faraón temía que los israelitas fueran tan numerosos que pudieran organizarse y amenazar su reino. Los hizo esclavos para matar su espíritu y detener su crecimiento. La esclavitud era una práctica antigua utilizada por casi todas las naciones para «emplear» al pueblo conquistado y a otros cautivos. Es casi seguro que las grandes pirámides de Egipto fueron construidas mediante el trabajo de los esclavos. Aunque Israel no era una nación conquistada, el pueblo era extranjero y poseía menos derechos que los nativos egipcios.1.11 Había en Egipto diferentes niveles de esclavitud. Algunos esclavos trabajaban largas horas en zanjas de lodo mientras que otros eran hábiles carpinteros, joyeros y artesanos. A pesar de la habilidad específica o del nivel, todos los esclavos eran vigilados por un capataz despiadado. Este capataz era una especie de opresor y su función era mantener a los esclavos trabajando tan rápidamente como fuera posible. Eran especialistas en hacer miserable la vida de un esclavo.1.11 Los registros antiguos indican que estas ciudades se construyeron en 1290 a.C., por lo cual muchos eruditos insisten en que los hebreos dejaron Egipto en el siglo trece antes de Cristo. Al mirar otras evidencias, sin embargo, otros eruditos creen que los hebreos dejaron Egipto en 1446 a.C. ¿Cómo pudieron construir dos ciudades ciento cincuenta años después de salir? Los estudiosos sugieren que Ramsés II, el Faraón de 1290 a.C., no construyó las ciudades de almacenaje de Pitón y Ramesés. Sino que les volvió a poner nombre a dos ciudades que habían sido construidas ciento cincuenta años antes. Era una práctica común que un gobernante egipcio hiciera mejoras en una ciudad y luego se acreditara su construcción, y así borraba cualquier registro de fundadores anteriores. Véase también la segunda nota a 13.17, 18.1.12 Los egipcios trataron de acabar con el pueblo hebreo al forzarlo a la esclavitud y al maltratarlo. Pero en lugar de eso, los hebreos se multiplicaron y se hicieron más fuertes. Cuando somos oprimidos o maltratados, podemos sentirnos derrotados. Pero nuestras cargas pueden fortalecernos más y desarrollar en nosotros algunas cualidades que nos prepararán para el futuro. Uno no puede triunfar sin problemas que superar. Agradézcale a Dios los momentos difíciles, porque hasta las peores situaciones, a la larga, pueden hacernos mejores.1.15-17 Sifra y Fúa pudieron haber sido parteras supervisoras, por lo que se les hizo una mención especial. Las parteras hebreas ayudaban a las mujeres a dar a luz y cuidaban a los bebés hasta que la madre se recuperaba. Cuando Faraón ordenó a las parteras que mataran a los bebés hebreos varones, se lo estaba pidiendo a las personas equivocadas. Las parteras estaban para ayudar a nacer, no para matar. Estas mujeres mostraron un gran valor y amor a Dios arriesgando sus vidas al desobedecer la orden de Faraón.1.17-21 Contrario a las ordenes de Faraón, las parteras preservaron la vida de los bebés hebreos. Su fe en Dios les dio el valor para pronunciarse por lo que sabían que era correcto. En esta situación, desobedecer a la autoridad era lo adecuado. Dios no espera que obedezcamos a una autoridad cuando esta nos pida que lo desobedezcamos a El o a su Palabra. La Biblia está llena de ejemplos de aquellos que estuvieron dispuestos a sacrificar sus propias vidas para obedecer a Dios o para salvar las vidas de otros. Ester y Mardoqueo (Est 3:2; Est 4:13-16), y Sadrac, Mesac y Abed-nego (Dan 3:16-18) son algunos que se pronunciaron a favor de lo que era correcto. Naciones enteras pueden ser atrapadas por la inmoralidad (odio racial, esclavitud, crueldad en las cárceles), pero seguir a la mayoría o a la autoridad no siempre es lo correcto. Cuando se nos ordena que actuemos en desobediencia a la Palabra de Dios, debemos «obedecer a Dios antes que a los hombres» (Act 5:29).1.19-21 ¿Bendijo Dios a las parteras hebreas por mentirle a Faraón? Dios las bendijo no porque mintieron, sino porque salvaron las vidas de niños inocentes. Esto no significa que una mentira fuera necesariamente la mejor forma de contestarle a Faraón. Sin embargo, las parteras fueron bendecidas al no violar la ley suprema de Dios que prohíbe la matanza insensata de vidas inocentes.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) “Ahora bien, estos son los nombres.” Heb.: We’él·leh schemóhth. En heb. el nombre de este segundo libro de la Biblia se deriva de estas palabras de apertura; a veces abreviado Schemóhth. LXXVg llaman a este libro: “Éxodo” (gr.: É·xo·dos; lat.: Éx·o·dus).

REFERENCIAS CRUZADAS

a 0 Gén 46:8

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Estos son los nombres. Esta frase enlaza la promesa hecha a Jacob y a su descendencia (Gn 28:13, 14) con su cumplimiento en el éxodo de los israelitas de Egipto (cp. Gn 46:8).

los hijos de Israel. Usualmente esta frase se refiere a los descendientes de Jacob, a quien se le dio el nombre de Israel (Gn 32:28; 35:10). Aquí (vers. 2– 4),como en Génesis (Gn 35:23– 26), la frase hijos de Israel debe entenderse literalmente, pues se refiere a los doce hijos de Jacob, y no a los descendientes como aparece en el vers. 7.

Fuente: La Biblia de las Américas

INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE ÉXODO

AUTOR: Moisés

Fecha: 1450-1410 a.C.

Título El título del libro en hebreo es tomado del primer versículo: «Estos son los nombres de». El título en castellano procede de la Septuaginta (una versión griega). El éxodo («la salida») es el tema principal del libro (Éxo 19:1).

Paternidad literaria Desde los tiempos de Josué, se ha considerado a Moisés como el autor del libro de Éxodo (Jos 8:31-35; cp. también Éxo 20:25), conclusión confirmada por Cristo (cp. Mar 12:26). Las evidencias del libro mismo revelan que el autor era una persona muy educada que había vivido por largo tiempo en Egipto y fue un testigo presencial del éxodo. Conocía el ciclo de las cosechas en el bajo Egipto (Éxo 9:31-32); sus descripciones están en perfecta consonancia con las condiciones conocidas (Éxo 2:3; Éxo 2:12); e incluye detalles que sólo conocería un testigo presencial (p.ej. Éxo 15:27).

Fecha del éxodo Existen dos puntos de vista principales tocante a la fecha del éxodo: ca. 1445-1440 a. C. durante el reinado de Amenhotep II (1450-1425), o ca. 1290 a.C., durante el reinado de Ramesés II (1299-1232). La evidencia bíblica en apoyo de la fecha temprana se basa primordialmente en la afirmación de 1Re 6:1 de que el éxodo ocurrió 480 años antes del cuarto año del reinado de Salomón, es decir, ca. 1445. Además, en Jue 11:26, Jefté (ca. 1100 a.C.) declara que Israel había poseído la tierra de Palestina por 300 años, lo que colocaría la fecha del éxodo ca. 1400 a.C.

Estas han sido algunas de las objeciones en contra de la fecha temprana:

(1) El éxodo no pudo haber ocurrido sino hasta después del año 1300 porque la ciudad de Ramesés fue nombrada por el faraón que reinaba en ese tiempo y Ramesés no reinó hasta el año 1299. Sin embargo, si el éxodo tuvo lugar por el año 1290 y Moisés tenía 80 años de edad y si la ciudad fue edificada antes del nacimiento de Moisés, el éxodo no pudo haber ocurrido por el año 1290 ya que no sería posible colocar los 80 años de la vida de Moisés entre el 1299 y el 1290.

(2) Se dice que la presencia de la fuerte oposición de los edomitas contra los israelitas (Núm 20:20-21) era imposible antes del año 1300 ya que el área sur de Transjordania estaba desocupada entre los años 1900- 1300. Pero algunas de las excavaciones hechas en esa región han producido hallazgos de artefactos pertenecientes al año 1600.

(3) Se afirma que Hazor no cayó en manos de los israelitas hasta el año 1300 a. C. Sin embargo, las Escrituras dicen que cayó dos veces; primero en los días de Josué (Jos 11:10-11) y luego en tiempo de Débora y Barac (Jue 4:2; Jue 4:23-24). Además, existe evidencia en una de las áreas de la ciudad excavada de que hubo una destrucción por el año 1400.

(4) La destrucción de Laquis (Jos 10:32) y Debir (Jos 10:38-39) ocurrió, según se cree, por los años 1230-1200 a.C., lo cual indicaría una fecha tardía del éxodo. Pero el libro de Josué no afirma que esas ciudades fueron completamente destruidas por Josué (como en el caso de Jericó). Además, la estela de Faraón Memepta revela que los hebreos ya estaban establecidos en Canaán cuando el ejército de Memepta los invadió por el año 1230. Por lo tanto, el éxodo tuvo que haber ocurrido un poco antes del año 1290 a.C.

De modo que no existe ninguna razón poderosa que impida aceptar la fecha temprana del éxodo, particularmente a la luz de la evidencia bíblica.

Contenido El tema del libro es la liberación de Egipto, en cumplimiento de la promesa de Gén 15:13-14. El libro registra el nacimiento de la nación de Israel, la entrega de la ley, y el origen de la adoración ritual. La revelación de Dios se destaca a través del libro. El es quien controla la historia (Éxo 1:1-22); se revela a Sí mismo por un nuevo nombre (Éxo 3:14); El es el soberano de la relación del pacto (Éxo 19:5); El es el redentor fiel (Éxo 6:6; Éxo 15:13); El es el juez de Su pueblo (Éxo 4:14; Éxo 20:5; Éxo 32:27-28) y de Sus enemigos (caps. Éxo 7:1-25Éxo 12:1-51). El es el Dios trascendental (Éxo 33:20) y que, sin embargo, vive entre Su pueblo (Éxo 29:45). Entre los pasajes favoritos de muchos está el nacimiento y protección de Moisés (cap. Éxo 2:1-25), el llamamiento de Moisés (Éxo 3:14; Éxo 5:1), el paso del mar Rojo (cap. Éxo 14:1-31), la historia del maná (cap. Éxo 16:1-36), los Diez Mandamientos (cap. Éxo 20:1-26), el tabernáculo (caps. Éxo 25:1-40Éxo 27:1-21), y el becerro do oro (cap. Éxo 32:1-35).

BOSQUEJO DE ÉXODO

I) Israel en Egipto: Sujeción, Éxo 1:1Éxo 12:36

A) Dios escoge a Moisés, Éxo 1:1Éxo 4:31

1. La opresión de Israel, Éxo 1:1-22

2. La preparación de Moisés, Éxo 2:1-25

a. Los primeros cuarenta años de Moisés, Éxo 2:1-10

b. Los segundos cuarenta años de Moisés, Éxo 2:11-25

3. El llamado de Moisés, Éxo 3:1Éxo 4:31

a. Dios se revela a Sí mismo, Éxo 3:1-22

b. Las objeciones de Moisés, Éxo 4:1-17

c. Moisés responde al llamado de Dios, Éxo 4:18-31

B) Dios envía a Moisés a Faraón, Éxo 5:1Éxo 7:13

1. Primer encuentro con Faraón, Éxo 5:1Éxo 7:7

2. Segundo encuentro con Faraón, Éxo 7:8-13

C) Dios confirma a Moisés mediante las plagas, Éxo 7:14Éxo 12:36

1. La primera plaga: sangre, Éxo 7:14-25

2. La segunda plaga: ranas, Éxo 8:1-15

3. La tercera plaga: piojos, Éxo 8:16-19

4. La cuarta plaga: moscas, Éxo 8:20-32

5. La quinta plaga: enfermedad en el ganado, Éxo 9:1-7

6. La sexta plaga: tumores en hombres y bestias, Éxo 9:8-12

7. La séptima plaga: granizos, Éxo 9:13-35

8. La octava plaga: langostas, Éxo 10:1-20

9. La novena plaga: tinieblas, Éxo 10:21-29

10. La décima plaga: muerte, Éxo 11:1Éxo 12:36

a. La plaga anunciada, Éxo 11:1-10

b. La pascua instituida, Éxo 12:1-36

II) La peregrinación de Israel al Sinaí: Emancipación, Éxo 12:37Éxo 18:27

A) La salida de Egipto, Éxo 12:37-51

B) La dedicación del primogénito, Éxo 13:1-16

C) La dirección de la nube y el fuego, Éxo 13:17-22

D) El mar Rojo es secado, Éxo 14:1-22

E) La destrucción de los perseguidores egipcios, Éxo 14:23-31

F) El canto de liberación entonado por Moisés y el pueblo, Éxo 15:1-21

G) La inconformidad del pueblo, Éxo 15:22Éxo 17:7

1. La queja por las aguas amargas, Éxo 15:22-27

2. La queja por el hambre: el maná, Éxo 16:1-36

3. La queja por la falta de agua, Éxo 17:1-7

H) La derrota de Amalee, Éxo 17:8-16

I) La delegación de responsabilidades, Éxo 18:1-27

III) Israel en el Sinaí: Revelación, Éxo 19:1Éxo 40:38

A) La entrega de la Ley, Éxo 19:1Éxo 24:18

1. El pacto propuesto y aceptado, Éxo 19:1-25

2. Los Diez Mandamientos, Éxo 20:1-26

3. Leyes acerca de los esclavos, Éxo 21:1-11

4. Leyes acerca de daños personales, Éxo 21:12-36

5. Leyes acerca del hurto, Éxo 22:1-4

6. Leyes acerca del daño a la propiedad, Éxo 22:5-6

7. Leyes acerca de la deshonestidad, Éxo 22:7-15

8. Leyes acerca de la inmoralidad, Éxo 22:16-17

9. Leyes acerca de las obligaciones civiles y religiosas, Éxo 22:18Éxo 23:9

10. Leyes acerca del sábado y las fiestas, Éxo 23:10-19

11. Leyes relacionadas con la conquista, Éxo 23:20-33

12. La ratificación del pacto, Éxo 24:1-8

13. La gloria del Señor es revelada, Éxo 24:9-18

B) La institución del tabernáculo, Éxo 25:1Éxo 31:18

1. Los materiales, Éxo 25:1-9

2. El arca y el propiciatorio, Éxo 25:10-22

3. La mesa para el pan, Éxo 25:23-30

4. El candelero, Éxo 25:31-40

5. Las cortinas, Éxo 26:1-14

6. Las tablas de madera, Éxo 26:15-30

7. Los velos, Éxo 26:31-37

8. El altar de bronce, Éxo 27:1-8

9. El atrio, Éxo 27:9-19

10. El aceite, Éxo 27:20-21

11. Las vestiduras de los sacerdotes, Éxo 28:1-43

12. La consagración de los sacerdotes, Éxo 29:1-46

13. El altar del incienso, Éxo 30:1-10

14. El dinero de la expiación, Éxo 30:11-16

15. La fuente de bronce, Éxo 30:17-21

16. El aceite de la unción, Éxo 30:22-33

17. El incienso, Éxo 30:34-38

18. Los arquitectos, Éxo 31:1-11

19. La señal del sábado, Éxo 31:12-18

C) El quebrantamiento de la Ley, Éxo 32:1Éxo 34:35

1. El pecado del pueblo: el becerro de oro, Éxo 32:1-10

2. La intercesión y la ira de Moisés, Éxo 32:11-35

3. El arrepentimiento del pueblo, Éxo 33:1-11

4. La oración de Moisés, Éxo 33:12-23

5. El pacto renovado, Éxo 34:1-35

D) La construcción del tabernáculo, Éxo 35:1Éxo 40:38

1. Las instrucciones para el pueblo, Éxo 35:1Éxo 36:7

2. Las cortinas confeccionadas, Éxo 36:8-19

3. Las tablas de madera son terminadas, Éxo 36:20-34

4. El velo es terminado, Éxo 36:35-38

5. El arca es terminada, Éxo 37:1-9

6. La mesa es terminada, Éxo 37:10-16

7. El candelero de oro es terminado, Éxo 37:17-24

8. El altar del incienso es terminado, Éxo 37:25-29

9. El altar de bronce es terminado, Éxo 38:1-7

10. La fuente de bronce es terminada, Éxo 38:8

11. El atrio es terminado, Éxo 38:9-20

12. Los materiales usados, Éxo 38:21-31

13. Las vestiduras de Aarón son terminadas, Éxo 39:1-31

14. La obra es inspeccionada por Moisés, Éxo 39:32-43

15. El tabernáculo es erigido, Éxo 40:1-33

16. El tabernáculo es habitado por el mismo Señor, Éxo 40:34-38

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Estos versículos repiten la información dada en Génesis (Gén 35:22-26; Gén 46:27) y sirven como nexo de los dos libros. Para setenta (v. Éxo 1:5) véase nota en Gén 46:27.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

su padre… TM omite. Se sigue Q y LXX.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., y

Fuente: La Biblia de las Américas

[.] Desde siglos y siglos una gran parte de la humanidad ha vivido bajo la opresión. De su vida sufrida poco hablan los historiadores. Escasas fueron las rebeldías, pues, en su inmensa mayoría, se sometieron y llegaron a pensar que la esclavitud era para ellos una situación normal. Pero Dios quiso intervenir una vez por lo menos, en una forma manifiesta, para liberar a los hebreos, y éste fue el primer paso de la historia del Pueblo de Dios. La Biblia caracteriza a grandes rasgos la opresión a la que estaban sometidos los hebreos en Egipto: – Los dueños egipcios tienen miedo a un proletariado que, según ellos, crece en forma irresponsable (10 y 12). – Se les imponen duros trabajos para construir y para defender una sociedad que a ellos no los promueve ni les reconoce derechos (11). – Se juntan explotación y opresión, trabajos inhumanos y represión policial, mediante los capataces egipcios (5,6). – Finalmente, una autoridad extranjera les impone el control de los nacimientos en la forma más drástica (16). Situaciones de opresión 1 Mac 1; 2 Mac 4; 2 Mac 6; Is 5,8; Am 5,10; Ez 34; Mi 2,1; Job 24,1; 25,9; Lam 3,31. ¿Quiénes eran Sifrá y Puá? Sus nombres son egipcios. Esas mujeres, pues, burlaron la orden del rey por compasión al pueblo oprimido y no aceptaron ejecutar disposiciones que su conciencia condenaba.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[2] Estos son los hijos de Jacob no por orden de edad, sino por el orden que tenían sus madres en la casa de Jacob; primero los de Lía, después los de Raquel, en seguida los de las otras dos mujeres secundarias Bala y Zelfa.[5] Número redondo que encierra a José con sus dos hijos, y aun a Jacob. Gen 46, 27.[7] Sal 105 (104), 24; Hech 7, 17.[11] Los antiguos pagaban los tributos con productos de la tierra o jornales de trabajo; por esta razón los israelitas construyeron con su trabajo estas dos ciudades donde se encontraban los graneros públicos y los almacenes de víveres.[15] Las principales de todas.

Fuente: Notas Torres Amat