Biblia

Comentario de Éxodo 14:30 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Éxodo 14:30 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Así libró Jehovah aquel día a Israel de mano de los egipcios. Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar.

así salvó Jehová. Éxo 14:13; 1Sa 14:23; 2Cr 32:22; Sal 106:8, Sal 106:10; Isa 63:9; Jud 1:5.

e Israel vio. Sal 58:10; Sal 59:10; Sal 91:8; Sal 92:9-11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

salvó: Aquí se muestra la maravillosa liberación que se expresa en el significado del verbo hebreo «salvar», yasha’. Los israelitas recibieron «el espacio para respirar».

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Salvó: En este caso, el uso de este verbo es similar a Éxo 14:13 (ver), debido a que es también su cumplimiento. La opción de TLA, «libró a los israelitas», es posible, pero se pierde la fuerza del verbo “salvar”, que tiene una densidad teológica mucho mayor.

Muertos a la orilla del mar: El texto refleja la visión que tuvieron los israelitas luego del cierre del mar sobre los egipcios. TLA aclara que vieron «los cuerpos muertos». El traductor debe evaluar si es necesaria esta aclaración.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

REFERENCIAS CRUZADAS

u 620 Deu 4:20; Sal 106:8

v 621 Sal 58:10; Sal 59:10; Sal 91:8; Pro 16:4

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

[o] EL DIOS SALVADOR Seguramente habrá pocas personas que honren a alguna divinidad sin esperar de ella un poco o mucho de ayuda en sus dificultades: «Líbrame de este problema; sálvame del enemigo que me persigue…; cúrame de tal enfermedad…» Estas peticiones abundan en los salmos. Y esto es salvación, a lo menos en lo inmediato. Pero la salvación que ofrecen las grandes religiones tiene un sentido más amplio, ya sea que se hable de la salvación budista, de la musulmana, o de la cristiana; esa vez se entiende que un mal profundo afecta a la condición humana, o bien está la aspiración a una vida más feliz después de la muerte, y lo pensamos alcanzar obedeciendo a determinados preceptos o llevando a cabo algunos cambios en nuestra vida. En este sentido, es muy cierto que toda la Biblia nos ofrece la salvación, pero su mensaje se da sólo en parte en los comienzos. Pues no hay salvación que se pueda regalar a todos mientras no hayan recorrido cierto camino. Tanto el niño como el joven o el adulto necesitan mucho tiempo y experiencia para que puedan distinguir entre lo que es bueno o lo que es malo para ellos, entre lo que sólo es apariencia y lo que es verdadera riqueza y verdadera felicidad. Y todas las experiencias que nos cuenta la Biblia apuntan a la misma dirección: el hombre no puede salvarse por sí solo. Empieza con grandes proyectos y bellas intenciones, pero siempre, tarde o temprano, cae. Muchos pueblos creían que los dioses tenían envidia de nosotros; la Biblia elimina estas sospechas desde el cap. 3 del Génesis, y es entonces cuando da un primer mensaje de esperanza, sin precisarlo: al final habrá una victoria de la humanidad sobre el mal. Pero eso no se hará sin Dios. Y el libro del Exodo nos enseña el carácter particular de la salvación cristiana cuando recuerda las intervenciones del Dios Salvador. Lo que la Biblia destaca, cuando la tropa de Moisés es librada de sus perseguidores, en alguna orilla del Mar de los Juncos, no es en primer lugar que fue salvada sino que hubo un Dios Salvador: Yavé fue mi salvación, él es mi Dios, el Dios de mi padre (15,2). El texto muestra claramente que Israel era incapaz de salvarse por sí mismo y que ni siquiera tuvo el coraje de mirar de frente el peligro. Pero Yavé intervino gratuitamente en favor de ellos. Intervino tanto por fidelidad a las promesas que había hecho a sus padres (15,2) como porque quería que Israel fuera su socio (15,13). Ese paso del mar, a lo mejor, no fue más que un incidente pequeño con respecto a la historia, y la salvación que se ofrecía a esos fugitivos puede parecernos bien ajena a los grandes problemas que atormentan a la humanidad; sin embargo lo esencial ya está. Se necesitarán siglos para descubrir toda la amplitud de la salvación, pero ya en esta página leemos que el hombre no se salva por sus propias fuerzas. Es asunto de Dios y de su amor (15,13) o más bien de su libre generosidad. Y uno ya está, en cierto sentido, salvado cuando sabe que Dios es un Dios que interviene y que ama; él es tanto el compañero como la meta. El hombre será para Dios una pareja poco fiel y siempre insegura. La reconciliación con Dios y el perdón de los pecados serán el tema central de la salvación anunciada por los profetas cuando hablen de una era de paz y de reconciliación con la naturaleza. Y de la misma manera, en el Nuevo Testamento, nuestra reconciliación con Dios Padre gracias a la muerte de Jesús será el alma de la salvación cristiana.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana