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Comentario de Éxodo 23:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Éxodo 23:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“No suscitarás rumores falsos, ni te pondrás de acuerdo con el impío para ser testigo perverso.

No admitirás falso rumor. Éxo 23:7; Éxo 20:16; Lev 19:16; 2Sa 16:3; 2Sa 19:27; Sal 15:3; Sal 101:5; Sal 120:3; Pro 10:18; Pro 17:4; Pro 25:23; Jer 20:10; Mat 28:14, Mat 28:15; Rom 3:8.

no te concertarás … para ser testigo falso. Deu 5:20; Deu 19:16-21; 1Re 21:10-13; Sal 27:12; Sal 35:11; Pro 6:19; Pro 12:17; Pro 19:5, Pro 19:9, Pro 19:28; Pro 21:28; Pro 24:28; Pro 25:18; Mat 19:18; Mat 26:59-61; Luc 3:14; Luc 19:8; Hch 6:11-13; Efe 4:25; 2Ti 3:3; 1Pe 3:16; Apo 12:10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Sobre la difamación, el falso testimonio y el favoritismo, Éxo 23:1-3.

Sobre el amor, Éxo 23:4-5.

Sobre la justicia en los juicios, Éxo 23:6-7.

Sobre el soborno, Éxo 23:8.

Sobre la opresión de los extranjeros, Éxo 23:9.

Sobre el año de descanso a la tierra, Éxo 23:10-11.

Sobre el día de reposo, Éxo 23:12.

Sobre la idolatría, Éxo 23:13.

Sobre las tres fiestas, Éxo 23:14-17.

Sobre la sangre y la grosura del sacrificio, Éxo 23:18-19.

El ángel de Dios y la bendición es prometida, si ellos obedecen, Éxo 23:20-33.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

falso rumor: A lo largo de todas las Escrituras se condena las conversaciones maliciosas (Stg 3:1-12).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

23. Leyes Sociales y Litúrgicas.

Preceptos de Justicia Social (1-9).
1No esparzas rumores falsos. No te unas con los impíos para testificar en falso. 2No te dejes arrastrar al mal por la muchedumbre; en las causas no respondas porque así responden otros, falseando la justicia; 3ni aun en las de los pobres mentirás por compasión de ellos. 4Si encuentras al buey o al asno de tu enemigo perdidos, llévaselos. 5Si encuentras el asno de tu enemigo caído bajo la carga, no pases de largo; ayúdale a levantarlo. 6No tuerzas el derecho del pobre en sus causas. 7Aléjale de toda mentira y no hagas morir al inocente y al justo, porque yo no absolveré al culpable de ello. 8No recibas regalos, que ciegan a los prudentes y tuercen la justicia. 9 No hagáis daño al extranjero; ya sabéis lo que es un extranjero, pues extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto.

En esta perícopa, que trata, sobre todo, de los diversos elementos que entran en la administración de la justicia, jueces y testigos, se intercalan unos preceptos relativos a la conducta que se debe guardar en las relaciones con el enemigo, mirando por su hacienda como desearía que otros mirasen por la suya.
Ya hemos visto de qué manera pasaba Moisés la jornada, ventilando las causas que el pueblo traía, y cómo, inducido por su suegro, nombró jueces inferiores, que debían ser los jefes de las tribus, familias y casas del pueblol. Igual que Moisés, juzgaban después los jueces, que, gracias a una feliz victoria, con que habían librado al pueblo de los invasores, lograron autoridad sobre una o varias tribus. Así, se dice que Otoniel juzgó cuarenta años, ochenta Ahod, y otros cuarenta Gedeón2.El pueblo se regía por sus leyes y costumbres tradicionales, y la principal labor del gobernante no era tanto dar leyes cuanto resolver los pleitos de cada día para mantener la paz en el pueblo.
En el mismo libro de los Jueces se nos cuenta cómo Débora, “profetisa…, se sentaba bajo una palmera, entre Rama y Betel…, adonde acudían los hijos de Israel en demanda de justicia.”3 por el mismo título de profeta (o representante de Dios) juzgaba Samuel, de quien se escribe que juzgó a Israel todo el tiempo de su vida y que cada año hacía el recorrido por Betel, Caígala y Masfa juzgando las causas del pueblo4. Guando luego se estableció la monarquía, las cosas debieron de cambiar. Por de pronto, no hallamos mención de estos jueces de nombramiento popular, y, en cambio, vemos a los reyes ejercer esta suprema función de administrar justicia. Cuando Natán quiso reprender a David, fingió que venía pidiendo justicia5. Lo mismo hizo la discreta mujer de Tecua para obtener el indulto de Absalón. Pero este tribunal no podía ser más que un tribunal supremo, el cual supone otros tribunales inferiores.
En el Deuteronomio se nos informa de la administración de la justicia de modo claro: “Te constituirás jueces y escribas en todas las ciudades que Yahvé, tu Dios, te dará, según sus tribus, que juzguen al pueblo justamente.”
La Ley mira mucho a que la justicia no sea falseada por causa de los testigos. El Decálogo amenaza con la sanción divina al que profane el santo nombre de Dios perjurando; luego se manda no testificar falsamente contra el prójimo. En esta perícopa de Exo 23:1 se insiste en que ni por respeto del rico ni por compasión del pobre se tuerza jamás la justicia. Sobre la prueba testifical se ordena en el Deuteronomio: “Un solo testigo no es suficiente en causa alguna. Pero por la palabra de dos o tres se puede fallar una sentencia.”6 Y contra el falso testigo dispone: “Si surgiere contra uno un testimonio malo, acusándole de un delito, los dos interesados en la causa se presentarán ante Yahvé, ante los sacerdotes y los jueces en funciones en ese tiempo, quienes, si, después de escrupulosa investigación, averiguan que el testigo, mintiendo, había dado falso testimonio contra su hermano, le castigarán haciéndole a él lo que él pretendía hacer a su hermano; así quitarás el mal de en medio de Israel.”7 El gran monarca de Babilonia, Hammurabi, empieza su código decretando la misma pena contra los falsos testigos: “Si un hombre acusa a otro de homicidio, pero sin llegar a probarlo, el acusador sufrirá la pena capital.”8 La misma regla se establece si la acusación fuera sobre trigo o dinero: el acusador llevará la pena que implicaba la acusación9.
A pesar de esto, no debían faltar testigos falsos en Israel, si tomamos a la letra las palabras del salmista, que más de una vez se queja de que testigos falsos le persiguen: “No me entregues a la rabia de mis adversarios, que se alzan contra mí falsos testigos y gente que respira crueldad.”10 Y en otro lugar: “Alzáronse contra mí testigos falsos para demandarme lo que no sabía.”11 Del Rey-Mesías dice el profeta Isaías que “no juzgará por oídos, sino que juzgará con justicia al pobre, y con equidad a los humildes de la tierra.”12. En el Sal 72:4 se pide para el rey que “haga justicia a los oprimidos del pueblo, defienda a los hijos de los menesterosos y quebrante a los opresores.” El libro de los Proverbios habla muchas veces contra el falso testigo, lo que arguye su frecuencia en Israel13.

Principios del Derecho Penal Hebreo.
Hemos expuesto las penas que se imponen en la Ley por la infracción de los preceptos del Decálogo para mostrar el valor de dichos preceptos morales en la legislación mosaica. Vamos a completar lo dicho exponiendo más ampliamente las sanciones penales de los delitos antisociales. Ellos servirán para la mejor inteligencia de los preceptos legales que forman parte del código de la alianza.
Nótese, ante todo, que en la antigüedad, en que los vínculos familiares eran más estrechos, la responsabilidad por un delito era con frecuencia familiar. Que en Israel acaecía algo de esto, nos lo prueba el caso de los hijos y nietos de Saúl, colgados de un leño ante Yahvé por la infracción de un juramento hecho a los gabaonitas, cometida por su padre y abuelo. Contra este falso principio declara el Deuteronomio: “No morirán los padres por la culpa de los hijos, ni los hijos por la culpa de los padres; cada uno será condenado por su pecado.”14 Conforme a esto, se cuenta del rey Amasias que, habiendo castigado a los asesinos de su padre, dejó en paz a los hijos de éstos, según lo manda la Ley15. Y Ezequiel dedicó todo un capítulo a declarar que la misma regla seguirá en adelante el Señor en sus juicios sobre el pueblo, que no pagarán los hijos por los padres: “Mías son las almas todas; lo mismo la del padre que la del hijo, mías son, y el alma que pecare, ésa perecerá.”16 Ya se comprende que el Señor no cambió las normas de la justicia; lo que cambió fue más bien la mentalidad de los hombres para entenderla y expresarla. Antes la entendían según las rudas reglas de la justicia que ellos practicaban; pero ahora, que en virtud de la misma revelación han progresado, la entienden con mayor perfección.
Otro principio del Derecho penal antiguo es la pena del talión. Por dura que nos parezca, viene a ser la expresión de la justicia, mirando a lo material de las culpas; una universalización de la norma de justicia que tiene su plena aplicación en materia de indemnizaciones. Pero con ser la regla tan imperfecta, y, por tanto, injusta, todavía, según observa Agustín de Hipona, sirve para impedir otras injusticias mayores. La pasión humana que se siente herida no se contenta con devolver lo que injustamente recibió, sino que a una palabra ofensiva responde tal vez con una réplica de obra que priva de la vida al ofensor. El espíritu de venganza no siempre resulta injusto17. En el código de la alianza se anuncia el principio para restablecer la justicia quebrantada en el prójimo: “Entonces se dará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, cardenal por cardenal.”18 El Levítico expresa el principio casi con más crudeza: “Al que maltrata a su prójimo, se le hará como él ha hecho: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se le hará lo mismo que ha hecho a su prójimo.”19 El Deuteronomio, hablando del falso testigo, termina así: “No tendrá tu ojo piedad: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.”20
En el código de Hammurabi vemos puesto en práctica el mismo principio: “Si un hombre saca un ojo a un hombre libre, se le sacará a él un ojo.” “Si quiebra un miembro a un hombre libre, se le quebrará un miembro.” “Si uno ha hecho caer un diente a un hombre de su misma condición, se le arrancará un diente.”21 Y todavía se añade con mayor crudeza: “Si un hombre hiere a la hija de un hombre libre, haciéndola abortar, pagará por su fruto diez siclos de plata. Pero si la mujer muere, se le matará a él la hija.”22 Como aplicaciones de la misma norma, podemos considerar otras sanciones. Para su inteligencia tengamos presente que, según el artículo 187, “el hijo de un favorito (del rey), familiar del palacio, o de una mujer pública no puede ser reclamado a quienes le han recibido por hijo.” Ahora bien: si éste dice al padre o a la madre, que le han criado: “Tú no eres mi padre, tú no eres mi madre,” se le cortará la lengua.” Y si este mismo, “llegando a conocer la casa de su padre, desprecia al padre y a la madre que le criaron y se va a la casa de su padre, se le arrancarán los ojos.” “Y si una nodriza recibe un niño para criar y, sin el permiso del padre y de la madre de este niño, la nodriza recibe otro, siendo esto causa de que el niño muera, a esa nodriza se le cortarán los pechos.”23 Si un arquitecto que construyó una casa no la consolida bien y la casa se hunde, matando a su dueño, el arquitecto es reo de muerte. Y si, en vez del dueño, es un hijo suyo la víctima del accidente, morirá el hijo del arquitecto mismo24. Si un hijo hiere a su padre, se le cortarán las manos25.
La ley no se aplica así cuando se trata de personas de inferior condición social, recurriendo entonces a la compensación pecuniaria. Por ejemplo: “Si un hombre libre saca un ojo a un muskinnu (clase intermedia entre el hombre libre y el esclavo) o le quiebra un miembro, pagará una mina de plata.”26 Si el perjudicado es el siervo de un hombre libre, pagará éste la mitad del precio del siervo27. “Si uno hiere a la hija de un muskinnu, haciéndola abortar, pagará cinco siclos de plata.”28 Si la mujer muere, pagará media mina (30 siclos)29. Si es la esclava de un hombre libre, pagará dos siclos en el primer caso y un tercio de mina (20 siclos) en el segundo30. En Roma también la ley de las Doce Tablas establecía la pena del talión a menos que hubiera arreglo entre las partes, como lo prueba este lacónico texto: “Si membrum rupit, ni cum eo pacit, talio esto.” Y la misma ley señala la forma de compensación por la fractura de un hueso, 300 ases, si se trata de una persona libre; la mitad, si de un siervo31. Pero, sobre todo, nos resulta instructiva la forma como este principio se aplica entre los árabes beduinos de Trans-Jordania. Entre éstos, el espíritu de venganza reviste caracteres trágicos, pero el deseo de paz y de poner fin a los males de la guerra los obliga a venir a un arreglo. Cuando se trata de causas de sangre, muerte, herida, etc., el juez es un especialista que lleva por nombre qassas. Este empieza por exigir fiadores de que su sentencia se cumplirá, luego pide sus honorarios. Para apreciar la indemnización, si se trata de heridas, examina bien la herida, mide su longitud, su anchura y profundidad, y considera la parte del cuerpo en que está. Si se trata de heridas en el rostro, se sirve para apreciarla del siguiente modo: pone al herido en pie, y el juez se va alejando de él caminando hacia atrás y sin perderlo de vista. Cuando no percibe la herida, cuenta los pasos hasta el herido, y a cada paso corresponden tantas piastras … Cuando se trata de heridas más graves, se toma por unidad la muddah, o sea la indemnización debida por la vida de un hombre, que no es igual en todas las tribus, pero que puede ser de unas 2.000 pesetas de plata. Por la vida de la mujer la indemnización será cuádruple. Si la mujer estaba encinta, habrá que contar la vida de la madre y la del hijo. Y aquí se revela la nobleza del árabe, que considera un deshonor habérselas con una mujer débil. Por los dos ojos perdidos se pagará lo mismo que por la vida. Por un solo ojo, la mitad… Por un dedo, un camello de dos años. De esta manera, el qassas determina, según la jurisprudencia del desierto, la manera de aplicar la ley del talión con más provecho del perjudicado. Además de realizar la justicia, estos hijos del desierto armonizan su honor, que es muy delicado y exigente, con la utilidad32. En el código hitita, las penas por muerte o heridas son pecuniarias33.
Que estas o semejantes normas no eran desconocidas en Israel, nos lo indican algunas frases de la Ley, tales como estas del código de la alianza, el más antiguo del pueblo hebreo: “Si un buey bravo, por negligencia culpable del amo, mata a un hombre o a una mujer, el buey será apedreado, pero el amo será reo de muerte; si en vez de la muerte le pidieran al dueño el precio como rescate de la vida, pagará lo que se le imponga.”34 El que hiriere a una mujer encinta, acelerando el parto, pero sin mayor perjuicio, pagará lo que exija el marido de la mujer y decidan los jueces35. La insistencia con que la Ley condena a muerte al homicida, excluyendo todo arreglo, parece significar que en las causas de inferior culpa se daba lugar a algún arreglo.
Como conclusión de las posibles relaciones, influencias e interferencias de las legislaciones orientales en la legislación mosaica, podemos decir:
a) Algunas leyes mosaicas son más crueles, y otras, en cambio, más humanitarias, que las de los diversos códigos orientales, pero la legislación mosaica suele tener más preocupación moral y religiosa que aquéllos.
b) La dependencia y concomitancia que puede haber entre las legislaciones mosaica y oriental no es tanto directa o literal cuanto que todas ellas reflejan un fondo consuetudinario común, en consonancia con un ambiente social semejante en gran parte. Respecto de las posibles concomitancias entre la ley mosaica y el código de Hammurabi, no debemos olvidar que el antepasado de los hebreos, Abraham, procedía de Mesopotamia, y, naturalmente, con sus costumbres debió de dejar huella no sólo en la vida jurídico-social de la época patriarcal, sino aun después en Egipto y en el Sinaí.
c) Las leyes solían darse en nombre de la divinidad. El código de Hammurabi es un regalo del dios dolar Samas al gran monarca babilonio. Este no es sino intérprete de la voluntad de su dios principal. En una concepción teocrática, la divinidad es el centro y motor de toda la vida social de su pueblo. En el caso del pueblo de Israel, Yahvé es el creador y plasmador de la nueva conciencia social, nacional y religiosa de su pueblo, libertado milagrosamente de Egipto. Su representante -caudillo y profeta- es Moisés; por eso las ordenaciones y palabras de éste aparecen como intimaciones del mismo Yahvé; de ahí que las frases “harás esto…, dirás al pueblo…” hay que entenderlas en el sentido amplio de ordenaciones que tienen autoridad divina, pero no siempre son manifestaciones expresas reveladas del mismo Yahvé. No debemos perder de vista que los autores sagrados suelen prescindir de las causas segundas, para atribuir los hechos y las leyes directamente a Dios. Respecto de la legislación, pues, podemos suponer que Moisés recogió leyes y costumbres y las adaptó y modernizó conforme a la nueva concepción teocrática. Otras las dictaminó él mismo conforme a su prudencia, y las menos pueden ser dictados directos divinos. Con todo, aunque el conglomerado de leyes sea heterogéneo y proceda de diversas fuentes, el sello personal del gran genio creador de Moisés quedó marcado indeleblemente, de forma que la legislación posterior no hizo sino adaptarse y seguir las líneas generales del legislador-libertador, primer profeta de Israel. Moisés es el mayor de los profetas… Dios quiere hacer un pacto con Israel, pero esto exige condiciones: Dios es santo, y no puede morar en un pueblo que no lo sea. De ahí el primer principio de la Ley. Dios es justo, y no puede hacer pacto con la iniquidad ni dejar sin castigo pecado alguno. He ahí el principio del derecho penal. Dios es misericordioso y largo en perdonar, y ésta es la razón del perdón con que invita a Israel. Dios es bueno, fiel y veraz, y esto es el fundamento de todas las promesas que se hacen en la Ley, y que luego ampliarán los profetas. Estos son los principios de la legislación mosaica. Todo lo que hay de grande en ella dimana de estos principios. Pero en lo concreto, el legislador tendrá en cuenta las costumbres del pueblo en lo civil y en lo religioso y tolerará, en atención a la dureza de Israel, cosas que fuera deseo corregir. Pero, infundiendo la idea de Yahvé justo, santo, bueno, fiel a sus promesas, se pondrá la base para su futuro perfeccionamiento, conforme evolucionen las costumbres y cambien las circunstancias36.
La ley mosaica es imperfecta, y, en comparación con el ideal evangélico. Los Santos Padres recalcan esta idea para explicar el carácter imperfecto y terrenal de muchas leyes del Pentateuco, y así dicen que las sanciones son temporales, porque las leyes estaban destinadas a un pueblo de mentalidad ruda. Si estas leyes eran imperfectas en el orden religioso, mucho más lo eran en el orden civil: “disponebat populum ad iustitiam et aequitatem secundum quod conveniebat illo statui.”38 Los Padres dan por supuesto que antes de la legislación mosaica hubo en el pueblo hebreo cierta legislación rudimentaria en el orden civil y religioso: “fuerunt igitur ante legem quaedam ceremonia legis,”39 prescritas por la ley natural. Como dice el P. Lagrange, “el mérito de Moisés consistió en grabar en todos los corazones el recuerdo de los beneficios de Yahvé, Dios del pueblo israelita y del universo. Y, al formar con este Dios una alianza solemne, pasó por la criba de este deber los usos y costumbres antiguos. Lo que era contrario a la fidelidad a Yahvé era eliminado, lo que estaba conforme con su culto y veneración venía a ser ipso facto su ley.”40 “El color religioso de la obra (codificación mosaica) brilla de un modo particular. No sólo el autor da amplitud a la vida religiosa, por las peregrinaciones, la ley del asilo, la prestación de juramentos, la incorporación del esclavo a una nueva familia, sino que subordina todo este conjunto jurídico al fin religioso… Subordina las costumbres a los mandamientos imperativos de la divinidad… y subordina todo a reglas cultuales muy precisas sobre la manera de adorar y respetar a la divinidad. La religión no interviene sólo como garantía de la buena marcha de la vida pública, sino que es la vida pública entera la que esta sometida a la orientación religiosa. El autor ha tenido cuidado en eliminar todo politeísmo, aun cuando respetaba viejas costumbres religiosas que se habían desarrollado en un clima politeísta. Lo esencial para nuestro autor es asegurar en la vida de Israel el culto α Yahvé y de El solo en conformidad con sus exigencias morales. Si esta obra tiene un fin religioso, es que nuestro autor tiene una teología especial dentro del conjunto del antiguo Oriente… No se reconoce más divinidad que Yahvé; no se puede pronunciar el nombre de otros dioses en los juramentos, y hacerles sacrificio es un crimen castigado con la pena de muerte (Sal 22:19). Es un Dios moral que reprueba la injusticia y castiga, es también un Dios misericordioso y benevolente… La legislación es puesta en boca de la divinidad…, que asume la responsabilidad de todas las costumbres, redactadas de modo impersonal, al estilo del derecho en el antiguo Oriente; por eso interviene para dar leyes en estilo directo, sus mandamientos; habla en primera persona, lo que parece único en los documentos jurídicos. Es la divinidad la que da leyes y mandatos, al mismo tiempo que encarga a Moisés -mediador- exponer las costumbres que quiere se observen (Exo 21:1). Aunque no encontramos las expresiones del Deuteronomio: “mis leyes,” “mis mandatos,” sin embargo, encontramos la frase al fin del código (de la alianza): “Guardad todo lo que yo os he dicho.” El autor concibe, pues, a Dios interviniendo directamente en la vida de su pueblo para dar leyes… El código de la alianza, pues, se presenta con carácter excepcional. Quiere establecer una teocracia directa, en la que se aplican las últimas consecuencias de la idea de la alianza. El pueblo es el pueblo de Dios, y la divinidad es concebida como pariente por la sangre de los miembros de esta comunidad41, pues la alianza se cierra con la sangre (Exo 24:8), creando un parentesco ficticio por la sangre. La divinidad no sólo ha puesto las condiciones del pacto por las reglas generales del Decálogo, sino que ha ido hasta aplicar los principios al detalle… Yahvé ha sacado a su pueblo de un país extranjero, y ha mostrado así su poder frente al faraón y a los dioses de Egipto, y quiere dirigir El mismo la actividad colectiva del pueblo. El jefe visible de Israel (Moisés) no es más que un mediador, cuya única misión es hablar al pueblo en nombre de Dios y exponer las costumbres que Dios toma a su cuenta, función difuminada que no es obstáculo a las relaciones directas entre Yahvé y los israelitas. Si éstos son fieles y observan las directivas de su jefe, que es su Dios, los protegerá, los bendecirá y los liberará de todos los males42.

Tabla Sinóptica Comparativa Entre la Legislación Mosaica y la de los Códigos Orientales.
Siglas: CH, código de Hammurabi; LA, leyes asirias; LN, leyes neo-babilónicas; FS, fragmentos sumerios; LH, leyes hititas.

Manumisión de los siervos. Exo 21:2.5-11. CH 117; 282.
Homicidio involuntario. Exo 21:13. CH 206-207.
Pegar a los padres. Exo 21:16; Deu 24:7. CH 195.
Pegar a una mujer encinta. Exo 21:22-23. CH 209-210.
Ley del tallón. Exo 21:24. CH 196.197. LH I,7.8.
Pegar a los siervos. Exo 21:26-27. CH 199 (?). LH I, 8 (?).
Buey cornúpeta. Exo 21:28-30; Exo 21:32. CH 250.251.262.
Robo de una res. Exo 22:1-4.
Daño. Exo 22:2. CH 21.
Daño de los campos. Exo 22:5. CH 57.
Pérdida del depósito. Exo 22:7-9. CH 125-126.
Pérdida de una res en depósito. Exo 22:10-13. CH 263; 266; 267.
Seducción de una virgen. Exo 22:16-17. LA 54a.
Maleficio. Exo 22:18. CH 2.
Incesto con la madre Exo 18:8; Exo 18:20; Exo 18:11. CH 157.
Adulterio. Lev 20:11; Deu 22:2. CH 129.
Incesto con la nuera. Lev 20:13. CH 155.
Pederastía. Lev 20:13. LA 20.
Sospecha de adulterio. Num 5:22-28. CH 131.132.
Falso testimonio. Deu 19:16-19. CH 3,4.
Partición de la herencia. Deu 21:15-17. CH 165.167.
Hijo contumaz. Deu 21:18-21. CH 169.
Opresión de virgen desposada. Deu 22:26-27. CH 130.
Siervo fugitivo. Deu 23:15-16. CH 16.
Repudio. Deu 24:1. CH 138.139.
Flagelación. Deu 25:3. CH 202.
Levirato. Deu 25:5-10. LH 11; 79;LA 30; 31,4343·

Diversas Leyes Ceremoniales (10-19).
10Sembrarás tu tierra seis años y recogerás sus cosechas; 11al séptimo la dejarás descansar, que coman los pobres de tu pueblo, y lo que queda, lo coman las bestias del campo. Eso harás también con las viñas y los olivares. 12Seis días trabajarás, y descansarás al séptimo, para que descansen tu buey y tu asno y se recobre el hijo de tu esclava y el extranjero. 13Guardad cuanto os he mandado. No te acuerdes del nombre de dioses extraños ni se oiga en tus labios. 14Tres veces cada año celebraréis fiesta solemne en mi honor. 15Guardad la fiesta de los ázimos comiendo ázimo siete días, como os he mandado, en el mes de Abib, pues en ese mes saliste de Egipto. No te presentarás ante mí con las manos vacías. 16También la solemnidad de la recolección, de las primicias de tu trabajo, de cuanto hayas sembrado en tus campos. También la solemnidad del fin de año y de la recolección, cuando hubieres recogido del campo todos sus frutos. 17Tres veces en el año comparecerá todo varón ante Yahvé, tu Dios. 18No acompañarás de pan fermentado la sangre de tu víctima ni dejarás la carne de ésta para el día siguiente. 19Llevarás a la casa de Yahvé, tu Dios, las primicias de los frutos de tu suelo. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

El precepto sabático, que es el cuarto del Decálogo, se extiende también aquí a los campos y a los árboles. Ni los primeros serán sembrados el año séptimo, ni los segundos podados y cuidados; lo que de suyo produjere será para los pobres (v.10-11). Pero en Lev 25:4 se dice que en ese año séptimo los dueños de los campos y de los árboles comerán lo que unos y otros espontáneamente produjeran. Parece una tentación a Dios esto de dejar en barbecho todos los campos al mismo tiempo. En Lev 25:21 se sale al paso a esta objeción con la promesa de una cosecha más abundante al año sexto. Sin embargo, en 1Ma 6:49 se hace mención de la carestía sufrida por la observancia del año sabático.
La razón del año sabático para los campos era la misma que la impuesta para el descanso del hombre. No sólo para dejar en barbecho, de modo que así la tierra descansara y se enriqueciera para mejores cosechas, sino que hay una razón de orden religioso: el reconocimiento de la propiedad de Yahvé sobre los campos, y, por otra parte, el abandono a su providencia, que no olvidará a su pueblo. La formulación de la ley aquí no permite saber si habían de descansar todos los campos en todo el territorio o sólo parcialmente, es decir, los campos que llevaban seis años consecutivos de cultivo. Por razones obvias, este descanso sabático de los campos no fue siempre cumplido44. En la época anterior al exilio no se alude a esta ley. A pesar del carácter religioso de la ley, es de suponer que el descanso periódico de los campos obedece a costumbres anteriores a la misma legislación mosaica. En terrenos pobres y de secano hay que dejar descansar las tierras para que puedan rendir algo de tiempo en tiempo; de lo contrario, es empeñarse en un trabajo estéril todos los años. A esta razón práctica, el legislador hebreo añadió la razón religiosa de reconocer la soberanía de Dios.
En el v.12 se alude de nuevo a la observancia del sábado para los hombres, y se da una razón de orden práctico: dejar descansar a los esclavos y a los animales.
El v.13 estaría mejor, como conclusión del código de la alianza, en 23:19. No debía nombrarse a los dioses, para no caer en la idolatría. En tiempos posteriores se sustituyó el nombre de baal (señor), de procedencia cananea, por el de boseth (vergüenza).

Las Tres Fiestas Religiosas (14-17).
Se prescriben tres fiestas religiosas, ligadas a la vida agrícola: a) la de los ácimos, en el mes de Abib, que señala el comienzo oficial de la mies, y que ahora debe, además, tener el sentido de memorial de la salida de Egipto; b) la solemnidad de las Primicias, que marcaba el fin de la recolección; c) y la solemnidad del año agrícola, una vez recogidos todos los frutos del campo. Importaban estas fiestas una peregrinación al santuario nacional o a otros cercanos, donde no debían presentarse con las manos vacías, dejando a la devoción de cada uno lo que debían ofrecer a Dios. A estas fiestas primitivas, en Israel se les añadió luego la significación histórica, a saber, el recuerdo de la liberación de Egipto, de la promulgación de la Ley y de la estancia en el desierto. De estas tres, la primera y la última se hallan consignadas en la Escritura.
La fermentación era considerada como una corrupción; por eso no se admite el pan fermentado en los sacrificios (v.18). Ya se entiende la razón de no dejar para el día siguiente las carnes del sacrificio en un país caluroso como Palestina. Aún hoy, un jeque beduino no ofrecerá a su huésped carne que no haya sido sacrificada en honor suyo.
En el v.106 se prohibe cocer el cabrito en la leche de su madre, sin duda porque el legislador considera como demasiada crueldad la de matar el cabrito y aderezarlo en la leche de su madre45. Parece una ordenación paralela a la de prohibir poner bozal al buey que ara. Recientemente se ha propuesto una explicación erudita sobre la prohibición de cocer el cabrito en la leche de su madre.
En los textos de Ras Samra (Ugarit) parece que se da un valor supersticioso a la leche de la cabra en la que se había cocido un cabrito, en cuanto que derramada daba especial fecundidad a la tierra46. Los rabinos extendieron la prohibición a cocer carne en leche47.
a) Fiesta de los Azimos. -Debía celebrarse el mes de Abib (o de la espiga), durante la semana que sigue a la Pascua. El Deuteronomio nos declara mejor la forma de la celebración de esta fiesta: “Guarda el mes de Abib (marzo-abril) celebrando la Pascua de Yahvé, porque precisamente en el mes de Abib te sacó Yahvé, tu Dios, de Egipto, de noche. Inmolarás la Pascua de Yahvé, tu Dios, de las crías de tus ovejas y de las vacas, en el lugar que Yahvé, tu Dios, haya elegido para poner en él su nombre.”48 Varias cosas hemos de notar aquí: la Pascua en el mes de Abib (llamado más tarde Nisán), con el recuerdo de la salida de Egipto, de noche, porque a esta hora se celebraba la Pascua, a la luz de la luna llena. La víctima será de las crías de los rebaños, bien sea del ganado menor o del mayor. Esto sugiere la idea de un sacrificio de las primicias de los rebaños, el sacrificio propio de los pueblos pastores. Finalmente, sólo en el lugar elegido por Dios se puede celebrar este sacrificio, lo que implica una peregrinación, y para muchos, larga. Sigue el texto del Deuteronomio: “No comerás con ella pan fermentado, sino que por siete días comerás pan ácimo, el pan de la aflicción, porque de prisa saliste de Egipto. No se verá levadura esos siete días en toda la extensión de tu territorio y nada de la víctima que a la tarde inmolarás quedará hasta la mañana siguiente.” El sacrificio se inmola, pues, al atardecer, y la Pascua consiste en el convite sagrado que sigue durante la noche. En él no se podrá comer pan fermentado, a diferencia de los sacrificios pacíficos, en que se permite este pan. Pero el uso del pan ácimo (pan de aflicción) sin duda alude a la opresión de Egipto, lo que arguye una fiesta distinta primariamente de la Pascua, la fiesta de los ácimos, fundidas después en una. Una vez más insiste en que esta Pascua se ha de celebrar en el lugar elegido por Dios, al ponerse el sol, como el día de la salida de Egipto. El rito empleado para preparar las carnes es el más primitivo y el que todos podían haber a la mano: asar las carnes, como hacían los caudillos griegos ante los muros de Troya. Esto nos hace sospechar la alegría de la Pascua, celebrada a la clara luz de la luna llena con un banquete extraordinario y con gran reunión de gente. Terminada la fiesta a la mañana siguiente, volvían todos a sus casas, pero la fiesta de los ácimos continuaba hasta el séptimo día.
En este sentido de la liberación de Egipto se funda el de la Pascua cristiana, que recuerda, con la muerte y la resurrección de Jesucristo, el misterio de la redención. Cristo en la cruz es el verdadero Cordero, que con su sangre borra los pecados del mundo y que se da en comida en el banquete eucarístico. San Pablo nos enseña cómo hemos de celebrar esta Pascua de la inmolación de Cristo: “Alejad la vieja levadura, para ser masa nueva, como sois ácimos, porque nuestra Pascua (Cordero pascual), Cristo, ha sido inmolado. Así, pues, festejémosla, no con la vieja levadura, no con la levadura de la malicia y de la maldad, sino con los ácimos de la pureza y de la verdad.”49
b) Pentecostés, o Fiesta de la “Siega.” -Llamada también fiesta de las Semanas50, día de las Primicias51 y de Pentecostés52, porque se celebraba a las siete semanas después de los ácimos53 o porque se ofrecían las primicias en acción de gracias por la recolección del trigo54. Parece que es también una de las fiestas primitivas en Israel anteriormente al mismo Moisés. Es una fiesta de agricultores (los patriarcas eran semibeduinos, es decir, mitad pastores nómadas, mitad agricultores), a la que se le da un nuevo sentido religioso como para la de la Pascua, como hemos visto. El Deuteronomio nos declara así el sentido de la fiesta: “Contarás siete semanas; desde el día en que comienza a meterse la hoz en el trigo, comenzarás a contar las siete semanas, y celebrarás la “fiesta de las semanas en honor de Yahvé, tu Dios, con ofrendas voluntarias, que harás conforme Yahvé, tu Dios, te haya bendecido. Te regocijarás en la presencia de Yahvé, tu Dios, en el lugar que elija para hacer habitar en él su nombre, tú, y tu hijo, y tu hija; tu siervo, tu sierva, el levita que mora en tus ciudades, así como el extranjero, el huérfano y la viuda que habitan en medio de ti. Acuérdate de que siervo fuiste en Egipto y cuida de poner en obra estos mandamientos.”55 Esta fiesta señala el fin de la siega de los cereales, significa el reconocimiento de las bendiciones de Dios y ha de ser motivo de alegría para todo el pueblo, para los agricultores y para los que viven en su derredor y trabajan con ellos. El espíritu de caridad del Deuteronomio se destaca en la redacción de este precepto.
El Pentecostés cristiano está más ligado a este sentido conmemorativo de la promulgación de la Ley, pues en este día se realizó la venida del Espíritu Santo, por lo cual la Iglesia la celebró desde principio con toda solemnidad.
c) Tabernáculos, O Fiesta se la Recolección de Frutos (v.16). -Se llama de los Tabernáculos o de las chozas de ramas56 porque para celebrarla los israelitas iban a habitar en chozas en las viñas. Es la postrera de las tres fiestas primitivas de Israel, que se celebraban con una peregrinación. En nuestra perícopa leemos: “Celebrarás también la solemnidad del fin del año y de la recolección, cuando hubieres recogido del campo todos sus frutos”57. En el código se lee: “Celebrarás la solemnidad de la recolección al fin de año.”58. Esto ya nos dice bastante sobre el sentido de la fiesta. El autor sagrado da por supuesto en este texto que el año comienza en otoño, en vez de primavera, como será más tarde por influencia mesopotámica. La fiesta de los Tabernáculos o de la recolección tenía, pues, lugar al fin del verano, después de haber recogido los últimos frutos del campo; los israelitas debían presentarse al Señor para ofrecerle las primicias de estos frutos en acción de gracias por las bendiciones recibidas y para implorar el beneficio de la lluvia para poder hacer la próxima sementera. La fiesta tiene, pues, un sentido marcadamente agrícola, como la de los ácimos y de las Primicias. El Deuteronomio, como de ordinario, es más explícito: “Celebrarás la fiesta de los Tabernáculos durante siete días, una vez recogidos los frutos de tu era y de tu lagar; te regocijarás en esta fiesta tú, tu hijo, tu hija, tu siervo y tu sierva, así como el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que habitan en tu ciudad. Celebraréis la fiesta en honor de Yahvé, tu Dios, en el lugar que haya elegido, para que Yahvé, tu Dios, te bendiga en todas tus cosechas y en todo el trabajo de tus manos, y te darás todo a la alegría.”59 Y después de insistir en la celebración de la triple festividad anual en el lugar elegido por el Señor, concluye: “Cada cual hará sus ofrendas conforme a las bendiciones que Yahvé, tu Dios, le haya otorgado.”60 Aquí no se señala tampoco la fecha precisa, pero se indica la duración de la fiesta, que será de siete días, y se le da un nombre significativo: es la fiesta de los Tabernáculos y fiesta de la alegría para todo el pueblo trabajador de la tierra, que recoge entonces los últimos frutos de ella. El habitar en chozas de ramas tiene por fin recordar el tiempo en que los israelitas vivían en tiendas en el desierto61.

Promesas y Exhortaciones (20-33).
20He aquí que yo mandaré un ángel ante ti para que te defienda en el camino y te haga llegar al lugar que te he dispuesto. 21Acátale y escucha su voz, no le resistas, porque no perdonará vuestras rebeliones y porque lleva mi nombre. 22Pero, si le escuchas y haces cuanto él te diga, yo seré enemigo de tus enemigos y afligiré a los que te aflijan, 23pues mi ángel marchará delante de ti y te conducirá a la tierra de los amorreos, de los jéteos, de los fereceos, de los cananeos, de los jeveos y de los jebuseos, que yo exterminaré. 24No adores a sus dioses ni les sirvas; no imites sus costumbres y derriba y destruye sus cipos. 25Servirás a Yahvé, tu Dios, y El bendecirá tu pan y tu agua y alejará de en medio de vosotros las enfermedades, 26y no habrá en vuestra tierra mujer que se quede sin hijos ni sea estéril y vivirás largos años. 27Mi terror te precederá, y perturbaré a todos los pueblos a que llegues, y todos tus enemigos volverán ante ti las espaldas, 28y mandaré ante ti tábanos, que pondrán en fuga a jeveos, cananeos y jéteos delante de ti. 29No los arrojaré en un solo año, no quede la tierra desierta y se multipliquen contra ti las fieras. 30Poco a poco los haré desaparecer ante ti hasta que crezcas y poseas la tierra. 31Te doy por confines desde el mar Rojo hasta el mar de Palestina y desde el desierto hasta el río. Pondré en tus manos a los habitantes de esa tierra y los arrojarás de ante ti. 32No pactarás con ellos ni con sus dioses, 33no sea que, habitando en tu tierra, te hagan pecar contra ti y sirvas a sus dioses, que sería tu ruina.

Dios, había dado por caudillo a Moisés, que sacaría a Israel de Egipto y le introduciría en la tierra de las promesas, venciendo todos los obstáculos que a ello se opusieran, como había vencido a los que opuso el faraón. Pero, además de ese caudillo visible, iba Dios a la cabeza de su pueblo62, y Dios era el que prestaba a Moisés el poder necesario para cumplir su misión. Pues Dios aparece aquí representado por el ángel. Hay muchos textos en los que para designar a Dios se le llama ángel 63, sin duda una designación debida a retoques posteriores de copistas, conforme a concepciones teológicas en las que ante todo se busca salvar la trascendencia divina64. Así, en vez de hablar de teofanías directas de Yahvé, se habla de manifestaciones de su ángel. Y éste parece ser el caso actual del v.20. Ese ángel enviado por Yahvé para guiar a Moisés no es otro que el propio Dios, que se manifestará bajo la forma de nubes, de fuego o de ángel para hacer conocer su voluntad y encaminar a su pueblo hacia la tierra de promisión. A él debe obedecer Israel, como debía escuchar a Moisés. El ángel caminará delante de Israel, le guiará por el camino, deshará a sus enemigos hasta ponerle en posesión de la tierra ocupada por los cananeos (v.23). Las poblaciones mencionadas son las mismas de Exo 3:865. ¿Cómo se manifestará la acción de este ángel-Yahvé, al cual obedecer? Por la acción interior de Dios, que obrará en la conciencia de cada uno, y en la acción exterior de Moisés, que de continuo los instruirá y amonestará a obedecer los mandamientos del Señor. Si Israel hace todo esto, Yahvé le colmará de bendiciones, le dará pan en abundancia, alejará de él las enfermedades, multiplicará los hijos y le hará vivir largos años (v.25-26).
A pesar de la asistencia de Dios por su ángel o providencia especial sobre el pueblo elegido, la conquista total de Canaán no se realizó hasta los tiempos de David. ¿Cómo esto? El autor sagrado nos da la razón: Poco α poco haré desaparecer a los cananeos ante ti hasta que crezcas y poseas la tierra (v.80). En otros lugares hallaremos motivos algo diferentes. Pero esto nos dice algo sobre el número de los hebreos que iban a entrar en Canaán, que no era un vasto territorio, sino una provincia muy extensa. Sus límites, según el texto que tenemos delante, son: por el sur, una línea que va desde el mar Rojo hasta el mar de Palestina o Mediterráneo; al oeste, el mar; al este, el río Jordán66, y al norte, los montes del Líbano y Antelíbano (v.31). Tales límites son ideales, pues de hecho la costa mediterránea estuvo sometida a los filisteos, y en el sur hay muchas zonas desérticas, que no son habitables. La recomendación de no entrar en relaciones con los cananeos por razones religiosas se repite varias veces67, clara señal de que no se observaba, y de ello dan prueba muchos textos históricos.
Para conseguir el triunfo sobre los enemigos precederá a Israel el terror de Yahvé (v.27), es decir, su manifestación omnipotente y arrolladura, que siembra el terror entre los enemigos. En Gen 35:5 se dice que se “extendió el terror de Dios por las ciudades del contorno, y no les persiguieron” (a la familia de Jacob). Dios es valedor de los derechos de sus protegidos, y, como Dios de los ejércitos, siembra la ruina y el pánico entre sus enemigos. Es una concepción épica de la providencia de Yahvé en la historia de Israel. Para ello enviará tábanos para perseguir a sus enemigos (v.27b). De hecho no sabemos que haya enviado esta plaga contra los cananeos, como lo hizo contra los egipcios, pero puede ser un símbolo de los castigos en tromba que han de caer contra los enemigos de Israel cuando éstos irrumpan en Canaán. En correspondencia a esta especial protección de Yahvé, los israelitas deberán abstenerse de participar en el culto idolátrico de los cananeos (v.24). No sólo no deben adoptar esos cultos, sino que deben derribar los cipos o estelas (masseboth) piedras verticales que se erigían en honor de las divinidades cana-neas, consagradas a los baales, pues los santuarios cananeos eran al aire libre, en recintos con piedras verticales o troncos de árboles, símbolo de bosques sagrados, que aludían a la fecundidad procurada por Astarté68.
Por el carácter antológico y misceláneo de esta perícopa, la mayor parte de los comentaristas consideran los v.20-33 como desplazados y obra de un autor posterior. Así, se habla del mar de los filisteos en una época en que aún éstos no se habían establecido en Palestina, lo que es un claro anacronismo en nuestro contexto69. Parece, pues, una adición posterior al código de la alianza.

1 Cf. Exo 18:13s; Deu 1:13s. – 2 Cf. Jue 3. – 3 Cf. Jue 4:4s. – 4 Cf. 1Sa 7:15s. – 5 Cf. 2 Sam 12:1s. – 6 Deu 19:15; Deu 17:6s. – 7 Deu 19:16-20. – 8 Cód. de Ham. art.I. – 9 Ibid., art.4. – 10 Sal 27:12. – 11 Sal 35:11. – 12 Isa 11:4. – 13 Cf. Pro 6:19; Pro 14:25; Pro 19:5-9; Pro 21:28. – 14 Deu 24:16. – 15 Cf. 2Re 14:16. – 16 Eze 18:4. – 17 Cf. A. Jaussen, o.c., p.228. – 18 Exo 21:23-25. – 19 Lev 24:195. – 20 Deu 19:21. – 21 Cód. de Ham. art. 196.197.200. – 22 Ibid., art.108.110. – 23 Ibid., art.194. – 24 Ibid., art.129s. – 25 Ibid., art.195. – 26 Ibid., art.198. – 27 Ibid., art.199. – 28 Ibid., art.211. – 29 Ibid., art.212. – 30 Ibid., art.213s. – 31 Cf. Gaio, Institutiones III 223. – 32 Cf. A. Jaussen, o.c., p.225. – 33 Cód. hit. art. 1-20. – 34 Exo 21:275. – 35 Exo 21:22. – 36 Cf. Ciencia Tomista t.35 p.s8. – 37 Cf. 1-2 q.99 a.6. – 38 Cf. 1-2 q.104 a.3 ad 3. – 39 1-2 q.103 a.1 11 c. – 40 Cf. RB (1901) p.6i6. – 41 Sobre esta idea véase E. Dhorme, Religión des Hébreux nómades (Bruselas 1937) p.313s. – 42 H. Cazelles, o.c., p.184-187. – 43 Los textos en H Gressmann, Altorientalishe Texte und Bilder 380-410-423-431. – 44 Cf. 2Cr 36:21; Neh 10:32. FL. Josefo, Ant. lud. XII 9,5; 8,1; XIV 10,6. – 45 Cf. éxo 34:26; Deu 14:21. – 46 Cf. RB (1937) P-550; R. Dussaud, Les découvertes de Ras Sham,a et l’Ancien Testa-ment (París 1941) p.152. – 47 Cf. Mhhna, tr. Jullin VIII. – 48 Dt 16:1s. – 49 1Co 5:7-8 – 50 Exo 34:22; Deu 16:10; Deu 16:16. – 51 Num 28:26. – 52 Lev 23:16. – 53 Deu 16:16. – 54 Num 28:26. El vocablo griego Pentecostés aparece en Hch 2:1, en Filón, Fl. Josefo y 2Ma 12:32. – 55 Deu 16:9-12. – 56 Lev 23:345; Deu 26:13.16. – 57 Exo 23:16. – 58 Exo 34:22. – 59 Deu 16:13-15. – 60 Deu 16:17. – 61 Lev 23:33-43; DBS II 174-176. – 62 Ex 33:1s. – 63 Cf. Gen 16:7-14; Gen 21:14-21; Gen 48:15-16; Ex 3. – 64 Sobre el “ángel de Yahvé” véanse los siguientes trabajos: M. J. Lagrange, L’Ange de Jahve: RB 12 (1903) 215; B. Stein, Der Engel des Auszugs: Bi 19 (1938) p.29i; J. Rubinsky, Der Mal’ ak Jahwe (Paderborn 1930); D. Stier, Gott und sein Engel im A.T. (Münster 1934),’ D. Legeay, L’ange et les Théophanies dans la S. écriture d’aprés la doctrine des Peres: RTh 10 (1902) 138-158.405-420 (1903) 46-69.125-154; J. Touzard, Ange de Jahweh: DBS I 242-255; F. Ceuppens, Theologia Bíblica II (1949) 10s. – 65 Para su identificación véase el comentario a este lugar. – 66 Algunos autores, r”o lo entienden del Eufrates, frontera que jamás fue alcanzada. En tiempos de David, por el norte se llegó a Siria (1Re 4:21), y por el sur, al golfo de Aqabah (1Re 9:26; 1Re 22:49). De estos amplios límites se habla ya en las promesas de Gen 15:18; Dt II, 24; Núm 24. – 67 Cf. Exo 34:12 16; Deu 7:2-5; Jos 23:12-13. – 68 Cf. Lev 26:1; Deu 7:5; Deu 12:3. – 69 Véase A. Clamer, o.c., p.210, y P. Heinisch, o.c., p.161.

Fuente: Biblia Comentada

Una lista de leyes misceláneas, que incluye la protección de una justicia equitativa e imparcial para todos. El falso testimonio, el seguir la mayoría sin aplicar discernimiento, el favoritismo de unos sobre otros y la aceptación de sobornos son cosas que contribuyen a la perversión de la verdadera justicia. La actitud de imparcialidad debía incluir el ayudar a otros con sus animales tanto si eran amigos como enemigos. Si no se prestaba ayuda, podía quedar afectada adversamente la subsistencia de dicha persona, situación que otros en la comunidad no podrían permitir.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta sección esboza las actividades de Israel durante su estancia de aproximadamente once meses en el Sinaí (cp. Éxo 19:1 con Núm 10:11).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

III. Alianza en el Sinaí (Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18; Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38)

Análisis de discurso

El monte Sinaí es un lugar privilegiado en el itinerario de Israel por el desierto. Allí arribará el pueblo luego de siete etapas y allí recibirá las leyes que regirán su vida como tal. Si observamos la extensión que tiene esta estancia en el desarrollo de la totalidad del Pentateuco ―59 capítulos sobre un total de 187―, comprobaremos hasta qué punto domina esta alianza en el Sinaí el conjunto de textos de la Torá. Sin embargo, esa extensión mayúscula se justifica por el hecho de que en ese lugar Dios revela de manera explícita qué tipo de relación le propone a su pueblo: cuáles han de ser sus responsabilidades religiosas y sociales, y los términos de la alianza que anuncia realizar. Cuando finalice la estancia en el Sinaí y los israelitas lleguen a las estepas de Moab, ya contarán con un cúmulo de leyes e instrucciones que regularán la vida entera del pueblo y de sus líderes.

Se ha observado que en esta sección la forma de los textos está emparentada con los pactos de soberanía y vasallaje comunes en el mundo antiguo, especialmente entre los hititas y los asirios. Estos pactos se realizaban entre un rey poderoso y otro más débil, quien recibía protección militar a cambio de impuestos y lealtad política. La versión del pacto del Sinaí comparte algunos elementos de estos pactos, pero matiza otros, lo cual le da al pacto con Israel una fuerza que supera la de las relaciones políticas. En efecto, a partir de este pacto, toda ofensa a la vida será una ofensa dirigida a Dios mismo, y la responsabilidad por la administración de la justicia y por el ejercicio de la solidaridad no será una obligación ante el rey de turno, sino ante la divinidad misma, la cual pedirá cuentas si dicha obligación no se ejerce según lo pactado.

La estadía en el Sinaí se prolonga hasta Núm 10:11, texto que en el que se narra la partida del pueblo en busca de la tierra prometida. Esto indica que la narración sobrepasa los límites del libro del Éxodo, lo cual pone en evidencia la unidad literaria mayor a la que dicho libro pertenece. Sin embargo, el Pentateuco posee cortes literarios que marcan y justifican su división en cinco libros. Para el caso que nos ocupa, la culminación de la construcción de la Tienda del encuentro y la toma de posesión de la misma por Dios indica una bisagra en la narración. A partir de ese momento, Dios hablará desde la tienda, lo cual hace que se lo ubique y, en cierta medida, se lo identifique con ese lugar.

Es necesario observar la estructura literaria de los capítulos Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18; Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38, que consiste en dos bloques de textos con una dinámica interna diferente cada uno:

I. Introducción

a

Éxo 19:1-25

Alianza

b

Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33

Ratificación de la Alianza

a’

Éxo 24:1-18

II. Prescripciones para la tienda

a

Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18

Idolatría

b

Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35

Construcción de la Tienda

a’

Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38

El primer grupo (caps. Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18) contiene una extensa colección de leyes que abarcan todos los aspectos de la vida, presentadas de manera progresiva. Hay una narración introductora (cap. Éxo 19:1-25), y al final, una ratificación. La alianza misma, que incluye el Decálogo y el llamado “Código de la alianza”, ocupa los capítulos Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33. El segundo grupo (caps. Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38) también es un quiasmo (a, b, a’) que consiste en presentar las instrucciones para la construcción de la morada de Dios, narrar la idolatría y su rechazo por parte de Moisés, para finalizar con la narración de la construcción de la Tienda y su aceptación final por Dios mismo, quien asume la misma como su lugar de residencia. La parte a’ reproduce casi literalmente su contraparte a, ambas relativas a los detalles del santuario, lo cual muestra el celo por cumplir con lo que Dios ha indicado.

A. La alianza (Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-21)

1. De Refidim al Sinaí (Éxo 19:1-2)

TÍTULO: Ambas versiones base proponen para esta sección títulos que abarcan todo el capítulo Éxo 19:1-25. El título de TLA es más claro, pues señala la llegada al Sinaí, evitando la especulación acerca de si ya estaban allí o de si el Sinaí era una roca que acompañaba a Israel en su peregrinar (ver Éxo 17:6).

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

B. El Código de la alianza (Éxo 20:22-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33)

Análisis de discurso

Se denomina “Código de la alianza” a la colección de leyes que, en cierto modo, amplían y desarrollan las leyes del Decálogo (Éxo 20:2-17). Sin embargo, no debe entenderse este pasaje como un cuerpo legal redactado expresamente con el fin de ampliar aquellas leyes, sino como una colección independiente que retoma en buena medida algunos de los temas, pero también introduce nuevas cuestiones. El orden de presentación de los temas en esta colección no responde al orden en que se suceden los Diez Mandamientos.

Es necesario resaltar dos elementos de este pasaje. El primero es que el texto supone una sociedad establecida y sedentaria. En ese sentido, todo indica que estas leyes no fueron dadas en el Sinaí, sino que fueron producto de la época en que Israel ya estaba establecido en Canaán y, posteriormente, fueron agrupadas en este lugar, a fin de continuar el texto iniciado por el Decálogo. Leyes como las que se presentan en Éxo 22:2 y Éxo 22:5, que hablan de paredes y de viñas, no pueden haber surgido en el desierto, en el contexto de la vida nómada. A la vez, es preciso notar que estas leyes comparten muchas de sus prescripciones con otros códigos legales de pueblos vecinos y que, probablemente, todas sean deudoras de una fuente común muy antigua de recopilación de leyes del Cercano Oriente Antiguo.

El segundo elemento a resaltar de este pasaje es que esta colección de leyes no debe confundirse con un verdadero código legal, dado que hay áreas fundamentales de la vida personal y social que están ausentes. No se hace alusión a cuestiones como la herencia, el matrimonio, la compra y venta de propiedades, y el comercio, sin las cuales no es posible organizar una sociedad estable. La sensación que se tiene al leerlo es que se agrupó leyes útiles a la sociedad, que circularían como prácticas jurídicas, pero sin estar organizadas en un cuerpo. Muchas de estas leyes fueron tomadas o adaptadas de otros pueblos, a las cuales se les agregó aquellas que tenían que ver con cuestiones específicamente israelitas como las fiestas y la observancia del sábado. Como ya hemos señalado respecto al Decálogo, es característico de este cuerpo legal el presentar como de inspiración divina leyes que regulan la vida cotidiana y secular, dándole así a su observancia un valor supremo. Por ejemplo, el respeto por el extranjero no es sólo una cuestión de sensibilidad social y compasión por el que vive lejos de su tierra, sino una obligación que impone Dios como recuerdo de la propia experiencia de extranjería y desamparo.

1. El altar (Éxo 20:22-26)

TÍTULO: El pasaje requiere un título porque se refiere a un hecho específico. RV95 no propone ninguno. TLA ofrece uno correcto, como también hacen otras versiones: «Ley sobre el altar» (BJ), «El altar de piedra» (NVI), «La ley para el altar» (DHH).

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

10. Leyes sobre la justicia (Éxo 23:1-9)

Análisis de discurso

Esta unidad agrupa diversas leyes vinculadas a la administración de justicia en los tribunales y en la vida cotidiana. Son leyes que advierten sobre los riesgos de la mentira y la corrupción, que inducen a vivir de acuerdo con criterios éticos y, en algunos casos, judicialmente preventivos (vv. Éxo 22:4-5), incluyendo la misericordia como un elemento básico de la justicia. Este conjunto de leyes se ubica antes de enfocar las leyes finales del Código de la alianza (Éxo 20:22-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33), dedicadas a los aspectos religiosos más específicos como el año sabático y las fiestas en honor a Dios.

TÍTULO: Las diversas versiones ofrecen varios títulos, aunque todos ellos coinciden en el tema a presentar. TLA titula «Justicia para todos»; BJ propone «La justicia. Deberes con los enemigos»; DHH prefiere «Leyes para hacer justicia». A nuestro criterio, el título más logrado es el de NVI: «Leyes de justicia y de misericordia», pues incluye los dos elementos presentes en esta unidad. Todos estos títulos son adecuados y el traductor puede elegir el que mejor cuadre con su trabajo.

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

No admitirás falso rumor: Esta cláusula es, en hebreo, similar a la de Éxo 20:7 : No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano. En efecto, la parte del nombre de Dios corresponde a la del falso rumor. Literalmente, podría traducirse: “No tomarás (aceptarás) rumores falsos”. También es posible traducir esta frase aplicándola al oyente: «No levantes testimonio falso» (BJ), o «No des informes falsos» (DHH). El contexto general de esta unidad orienta hacia una traducción personalizada, más cercana a DHH y a BJ que a las demás.

No te pondrás de acuerdo: El hebreo dice “no coloques (no unas) tu mano”. Otras versiones dicen: «No [ni] te hagas cómplice del malvado» (NVI, DHH), «ni ayudes al malvado» (BJ). El sentido figurado de unir la mano para “ser un testigo falso” es acordar de manera fraudulenta con el fin de torcer la justicia.

Testigo falso: La palabra hebrea que corresponde a falso también significa “cruel”, “violento”, “injusto”. Si en la lengua receptora se entiende mejor alguno de estos adjetivos, el traductor puede reemplazar el que ofrece RV95. La propuesta de TLA no responde al texto hebreo.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Éxo 20:16; Lev 19:11-12; Deu 5:20.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

23.1 Transmitir informes falsos estaba estrictamente prohibido por Dios. La murmuración, la calumnia y los falsos testimonios destruyen las familias, dificultan la cooperación de la comunidad y vuelven un caos el sistema de justicia. El chisme destructivo causa igualmente problemas. Aunque no iniciemos una mentira, somos responsables si la transmitimos. No haga circular los rumores, sofóquelos.23.2, 3 Casi siempre se pervierte la justicia en favor del rico. Aquí se advierte a la gente en contra de torcer la justicia en favor del pobre. La justicia debe ser imparcial, tratar al rico y al pobre de la misma manera. Conceder un privilegio especial a alguien, sea rico o pobre, sólo hace que la justicia sea poco creíble para cualquiera. Resista la presión de la multitud a inclinar su decisión acerca de una persona. Permita que la justicia que Dios nos muestra dirija su juicio.23.4, 5 La idea de ser benévolos con los enemigos era nueva y sorprendente en un mundo donde la venganza era la forma común de justicia. Dios no sólo la introdujo a los israelitas, ¡la hizo ley! Si un hombre encontraba un animal perdido de algún enemigo, tenía que devolverlo de inmediato, aun cuando su enemigo lo utilizara para hacerle daño. Jesús claramente nos enseñó en Luk 10:30-37 a dar la mano a toda la gente que tuviera necesidad, aun a nuestros enemigos. Seguir las leyes de una vida recta es muy difícil cuando están los amigos. Aplicar las leyes de Dios de justicia y misericordia con nuestros enemigos muestra que somos completamente diferentes al mundo.23.20, 21 ¿Quién era ese ángel que iba con los israelitas? Muy probablemente el ángel era una manifestación de Dios. Dios estaba en el ángel de la misma manera que en la columna de nube y fuego (13.21, 22). «Mi nombre está en él» significa que la naturaleza esencial y el poder de Dios fueron dados a conocer en este ángel.23.24, 25 Si está en el horno, es posible que se queme. Dios previno a los israelitas en cuanto a sus vecinos, cuyas creencias y acciones podían hacer que le dieran la espalda. Nosotros también tenemos vecinos que a menudo tienen valores completamente diferentes. Se nos pide que mantengamos un estilo de vida que muestre nuestra fe. Esto puede ser una lucha, especialmente si nuestra vida cristiana difiere de la norma. Nuestras vidas deben mostrar que anteponemos nuestra fe a los valores de la sociedad.23.29 No todas las soluciones de Dios son instantáneas. Tampoco la demora justifica la falta de acción. En este caso, la causa de Dios requeriría de cooperación, persistencia y esfuerzo constantes por parte de los israelitas. El éxito se iría dando paso a paso.23.32, 33 Dios advirtió continuamente al pueblo en cuanto a las religiones falsas y sus ídolos. En Egipto habían estado rodeados de ídolos y hechiceros, sin embargo, dejar esa tierra idólatra no quería decir que estuvieran libres de la influencia de las religiones paganas. La tierra de Canaán estaba igualmente plagada de idólatras. Dios sabía que su pueblo necesitaba una fortaleza adicional, por lo tanto hacía hincapié constantemente en que evitaran la influencia de las religiones paganas.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 979 Lev 19:16; Pro 6:19; Pro 10:18; Jua 8:44

b 980 Deu 19:18; Pro 19:5; Mat 26:59; Hch 6:11; Rev 12:10

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

testigo falso. Esta es una repetición del noveno mandamiento (v. 20:16). Aquí lo que se enfatiza es la colaboración con un hombre impío, porque tiene influencia, o ceder a la presión de la mayoría (v. 1 R 21:7– 13).

Fuente: La Biblia de las Américas

falso rumor…Éxo 20:16; Lev 19:11-12.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., unirás tu mano

O, malicioso

Fuente: La Biblia de las Américas

g Éxo_20:16; Lev 19:11-12, Deu 24:10-13.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[4] Deut 22, 1.[7] Dan 13, 53.[8] Deut 16, 19; Eclo 20, 31.[9] Gen 46, 6.[11] El día séptimo era el descanso o sábado para los hombres y el año séptimo era descanso para la tierra. Ese año no se sembraba.[15] Ex 13, 3-4; 34, 22; Deut 16, 6; Eclo 35, 6.[17] Ex 34, 23; Deut 16, 16.[19] Cuando aún está mamando. Ex 34, 26; Deut 14, 21.[20] Por este ángel se entiende, por lo general, el Hijo de Dios.[ 21] El habla y obra en mi nombre y autoridad.[22] Deut 7, 11.[23] Ex 33, 2; Deut 7, 22; Jos 24, 11.[28] Deut 7, 20.[32] Ex 34, 15; Deut 7, 2.

Fuente: Notas Torres Amat