Comentario de Éxodo 25:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Jehovah habló a Moisés diciendo:
Lo que los israelitas debían ofrecer para la construcción del tabernáculo, Éxo 25:1-9.
La forma del arca, Éxo 25:10-16.
El propiciatorio con los querubines, Éxo 25:17-22.
La mesa del pan de la proposición y el mobiliario correspondiente, Éxo 25:23-30.
El candelero de oro y los instrumentos correspondientes, Éxo 25:31-40.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
tomen para mí … su voluntad: Dios no necesita regalos del pueblo, pero los recibe como parte de la verdadera adoración por Él. En este pasaje, Dios pide ofrendas específicas y voluntarias. Esto se debe a que Él quiere que se las den libremente y con agrado, no obligados. Además, especifica las ofrendas para que Moisés pueda concretar el plan que Dios le iba a presentar.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
EL TABERNÁCULO
VISTA INTERIOR DEL TABERNÁCULO
EL SIGNIFICADO ESPIRITUAL DEL TABERNÁCULO
El tabernáculo tipifica la obra redentora de Cristo de llevar los pecadores a Dios.
En el Evangelio según San Juan |
«Yo y el Padre unos somos.» Jua 10:30 |
«Yo soy el camino…» Jua 14:6 |
«Yo soy el pan de vida…» Jua 6:35 |
«Yo soy la luz del mundo…» Jua 9:5 |
«…una fuente de agua…» Jua 4:13-14 |
«He aquí el Cordero de Dios…» Jua 1:29 |
«Yo soy la puerta…» Jua 14:6 |
En la epístola a Los Hebreos |
«… Cristo, sumo sacerdote…» Heb 9:11-12 |
«…es mediador de Un nuevo pacto…somos.» Heb 9:15 |
«… purificados los corazones…» Heb 10:19-22 |
«… Cristo fue ofrecido una sola vez…» Heb 9:28 |
Cristo |
Nuestro Propiciatorio |
Nuestro mediador |
Nuestro sustento |
Nuestro guía |
Nuestro purificador |
Nuestro redentor |
|
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
25. La Organización del Culto.
D espués de presentarnos el autor sagrado la legislación relativa a la vida social y religiosa en general, en estos capítulos que siguen va a detallar las particularidades de la organización del culto. Muchos críticos han creído demasiado compleja esta organización, tal como se narra en estas secciones, para la simplicidad de la vida nómada del desierto. ¿Cómo explicar en la vida del desierto la fabricación de objetos de refinada joyería y brocados y tisús tan excelentes para los vestidos del sumo sacerdote? A esto se suele responder que los israelitas al salir se llevaron objetos de oro y cosas de valor tomadas a los egipciosl, las cuales pudieron servir para la confección de los utensilios del culto. Entre los hebreos o adictos a ellos, bien pudo haber algún joyero que tratara de imitar – bajo la dirección de Moisés – las magnificencias de los templos egipcios. Con todo, es necesario suponer que, aunque haya un núcleo legislativo relativo al culto del tiempo de Moisés, sin embargo, éste sufrió retoques y ampliaciones. Por eso, cuando se habla de la ofrenda de pan, vino y aceite al santuario durante la peregrinación del Sinaí, habrá que suponer que en ello hay adiciones legislativas posteriores, pues no son productos fáciles de encontrar en la estepa, aunque no debemos perder de vista que por las estepas del Sinaí atravesaba una de las rutas caravaneras comerciales que iba desde el sur de Arabia a Egipto, y, aunque la Biblia no habla de las relaciones del pueblo israelita con estos mercaderes de oficio, puede suponerse que, dada la gran duración de la estancia de Israel en el desierto, hayan tenido con ellos ciertas transacciones comerciales al menos para conseguir lo necesario para el culto: incienso, aceite y harina.
Desde luego, es necesario suponer una organización de culto más o menos rudimentaria en el desierto, pues toda la organización social mosaica gira en torno a la vinculación a Yahvé como Dios y protector nacional, y, dado este sentimiento profundo religioso, es inconcebible que Moisés no se hubiera preocupado de organizar las manifestaciones de la vida religiosa cuando se trataba de crear una nueva conciencia nacional eminentemente teocrática.
Ofrendas para la Construcción del Tabernáculo (1-9).
1Yahvé habló a Moisés, diciendo: 2“Di a los hijos de Israel que me traigan ofrendas; vosotros las recibiréis para mí de cualquiera que de buen corazón las ofrezca. 3He aquí las ofrendas que recibiréis de ellos: oro, plata y bronce; 4púrpura violeta y púrpura escarlata, carmesí; lino fino y pelo de cabra; 5pieles de carnero teñidas de rojo y pieles de tejón, maderas de acacia; 6aceite para las lámparas, aromas para el óleo de unción y para el incienso aromático; 7piedras de ónice y otras piedras de engaste para el efod y el pectoral. 8Que me hagan un santuario y habitaré en medio de ellos. 9Os ajustaréis a cuanto voy a mostrarte como modelo del santuario y de sus utensilios.
Estando Moisés en la cima del monte haciendo oración, recibió la orden de construir un santuario para Yahvé conforme a su voluntad (v.8). He aquí un gran misterio. Yahvé quiere habitar en medio de su pueblo y ser para él fuente de bendiciones. Moisés, discutiendo más tarde con Dios hasta obtener que le acompañe en su viaje por el desierto, le dirá: “¿En qué vamos a conocer yo y tu pueblo que hemos hallado gracia a tus ojos sino en que marches con nosotros y nos gloriemos yo y tu pueblo entre todos los pueblos que habitan sobre la tierra?”2 Esta era la gran gloria de Israel: que Yahvé, el Dios que hizo los cielos y la tierra, se dignase tener en medio de ellos su morada y ser su verdadero Jefe, su Rey, que los defendiese de sus enemigos. Pero Israel vivía en tiendas, como pueblo nómada que va peregrinando en busca de la patria prometida, y Yahvé no podía tener por morada sino una tienda, pero una tienda digna de su gloria y majestad, de forma que por su magnificencia impresionara a las mentalidades infantiles de los hebreos, muchos de los cuales habían visto las riquezas de los templos egipcios. Para resaltar más el carácter excepcional del tabernáculo o tienda, el autor presenta a Yahvé haciendo el diseño del mismo y concretando sus particularidades como pudiera hacerlo un arquitecto o joyero consumado. Siempre nos encontramos con la idea de la atribución directa a la Causa primera de las grandes realizaciones en Israel. Esta concepción, muy lógica en la mentalidad teocrática del Antiguo Testamento, no excluye la intervención de causas segundas en el diseño y ejecución del tabernáculo. La gran maravilla del desierto es presentada por el hagiógrafo como concebida por Dios y presentada a Moisés cuando se hallaba aislado en la cima misteriosa del Sinaí, donde fue solemnemente proclamado el Decálogo, base de la vida social de Israel. También todo lo concerniente al culto debía tener un origen divino y ser proclamado en la montaña santa de las teofanías de Yahvé. Por eso Yahvé concretará la forma del tabernáculo y sus enseres y pormenores. La idea central que debía predominar en la construcción del santuario del desierto es la de la santidad y gloria de Yahvé, que es trascendente e inaccesible a todo lo que está maculado e impuro.
Para su tabernáculo, Yahvé pide la colaboración de todos los israelitas de buena voluntad, pues quiere que sea como un homenaje voluntario y racional (v.2). Los metales mencionados, oro, plata y bronce (v.6), eran bien conocidos en la época mosaica3. Los tejidos y brocados de púrpura, etc., entran dentro de la nomenclatura de la industria textil de la antigüedad4. El pelo de cabra (v.4) es el que se usa habitualmente entre beduinos para recubrir la tienda por su calidad impermeable a la lluvia5. En la enumeración está previsto todo lo necesario: los metales preciosos para los utensilios más dignos, la cobertura del tabernáculo con piel de cabra, el aceite para el servicio del culto, y la joyería para el efod y pectoral del sumo sacerdote, que describirá más tarde.
El Arca, el Propiciatorio y los Querubes (10-22).
10“Se hará una arca de madera de acacia dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y codo y medio de alto. 11La cubrirás de oro puro por dentro y por fuera y en torno de ella pondrás una moldura de oro. 12Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en los cuatro ángulos, dos de un lado, dos del otro. 13Harás unas barras de madera de acacia y las cubrirás de oro, 14y las pasarás por los anillos de los lados del arca para que pueda llevarse. 15Las barras quedarán siempre en los anillos y no se sacarán. 16En el arca pondrás el testimonio que yo te daré. 17Harás un propiciatorio de oro puro de dos codos y medio de largo y un codo y medio de ancho. 18Harás dos querubines de oro, de oro batido, a los dos extremos del propiciatorio, 19uno al uno, otro al otro lado de él. Los dos querubines estarán a los dos extremos. 20Estarán cubriendo cada uno con sus alas desde arriba el propiciatorio, de cara el uno al otro, mirando al propiciatorio. 21Pondrás el propiciatorio sobre el arca, encerrando en ella el testimonio que yo te daré. 22Allí me revelaré a ti, y de sobre el propiciatorio, de en medio de los querubines, te comunicaré yo todo cuanto para los hijos de Israel te mandare.”
Ahora pasa a describir los objetos que debe haber en el tabernáculo, sin decir nada de la fabricación de éste, como lo hará en 26 y 36:8. El primer objeto sagrado importante que había de ponerse en el tabernáculo es el arca o caja, de forma rectangular. En los templos egipcios había una barca con su cabina en el centro, reservada al dios. Los egipcios aprovechaban el río para sus viajes, y concebían la vida de los dioses a semejanza de la suya; también éstos viajaban por el Nilo celeste. El arca del tabernáculo mosaico hay que concebirla al estilo “de las arcas procesionales de los templos egipcios, cuyos paneles están adornados frecuentemente con figuras femeninas, cubriendo con sus alas extendidas el símbolo de algún gran dios.”6
Yahvé, que tan rigurosamente había prohibido a su pueblo representarle por medio de imágenes de talla, le manda ahora construir una arca de madera de acacia, la única que se halla en el desierto, recubierta toda de oro y aderezada para ser transportada a hombros de los sacerdotes por el desierto, en la forma en que eran transportadas procesionalmente las arcas egipcias o las estatuas de los dioses caldeos. La razón del arca es que en ella serán guardadas las dos tablas donde están escritos los diez preceptos de la Ley. Además, conserva mejor su carácter de símbolo de la divinidad. El arca llevará una cubierta, que recibe el nombre de propiciatorio, según la traducción de los LXX y de la Vulgata. Si esta versión es exacta, habría que ver una relación entre la cubierta del arca y la expiación de los pecados. Muchos autores traducen simplemente la palabra hebrea kapporeth por cubierta7. Desde luego, no se ve en el contexto ninguna relación entre esta cubierta y la expiación o propiciación; al menos, ningún rito propiciatorio se ejercía sobre dicha cubierta o tapadera8.
Las dimensiones del arca son dos codos y medio de largo y uno y medio de ancho y un codo y medio de alto. Teniendo en cuenta que el codo era, más o menos, medio metro9, tenemos un rectángulo de 1,25 metros de largo por 0,75 metros de alto y de ancho. Alrededor de este cofre rectangular había una moldura de oro (v.11) o una guirnalda decorativa, sin duda puramente ornamental, al estilo de otras arcas procesionales que habrían visto los hebreos en Egipto. A los dos lados del arca se ponían dos anillos, en los cuatro ángulos (sin especificar si en la parte superior o en la inferior, probablemente en ésta para que al ser transportada sobresaliera sobre los hombros de los levitas y la viera el pueblo), para meter por ellos unas barras de madera de acacia (v.13), especie de andas que habían de quedar fijas en los anillos de oro para que los levitas no tuvieran que tocar el arca al transportarla (v.15).
Sobre la cubierta o propiciatorio se pondrán dos querubines con las alas extendidas, uno frente a otro, sin especificar si éstos estaban en relieve sobre la cubierta o como figuras exentas. La palabra querube es una transcripción de kerub, que, a su vez, proviene del karibu babilónico, especie de genio alado, que estaba encargado de interceder por los ausentes y de proteger los edificios10. En el palacio de Sargón, de Jorsabad, aparecen unos toros alados llamados karibu, los genios protectores de la estancia real. Ezequiel se inspirará en ellos para expresar su famosa visión inaugural11 Sin embargo, esto no nos obliga a pensar que los querubes que estaban sobre el arca tenían esta misma figura múltiple mitológica. Aunque el nombre querube provenga del acadio karibu, sin embargo, tal como describe la Biblia los querubes del arca, éstos son más bien parecidos a las representaciones de genios alados egipcios, que con sus alas protegen al faraón sobre su trono o recubren los símbolos divinos12. En todo caso, los dos querubes del arca parecen proteger por un lado con sus alas a aquélla, y al mismo tiempo, con las mismas alas, forman un trono para que se manifieste Yahvé: Allí me revelaré a ti, y de sobre el propiciatorio, de en medio de los dos querubines, te comunicaré yo todo cuanto para los hijos de Israel te mandare (v.22). De Dios dice el salmista: “Subió sobre los querubines y voló sobre las alas de los vientos.” Y otras veces se dice de El que tiene su trono sobre los querubines. Es esto una alusión a lo que se dice en el v.22: Allí me revelaré a ti…
Como antes dijimos, el arca tiene su antecedente en las naves o cofres egipcios llevados por los sacerdotes en Egipto. Además, la orden de que en el arca debían colocarse las tablas de la Ley está en conformidad con la costumbre oriental de colocar los documentos importantes a los pies de la estatua de alguna divinidad, que garantiza con su presencia el valor de los documentos. Así, a los pies de Yahvé, presente en el arca, sobre los querubines se destacaba el valor permanente de la charta magna de la nueva teocracia, los diez mandamientos13. El arca, pues, era símbolo de la presencia de Yahvé en su pueblo y receptáculo para guardar cuidadosamente las tablas de la Ley o testimonio (v.18)14. En el templo de Salomón será guardada en el santo de los santos como preciosa reliquia; después desaparece misteriosamente, siendo mencionada sólo en Jeremías15. El arca era una cosa tan sagrada, que nadie podía poner los ojos en ella, a no ser los sacerdotes al envolverla para ser transportada en hombros de ellos, pero bien cubierta, de suerte que ojos profanos no la viesen y fuesen heridos de muerte16.
Era el símbolo – no imagen – de la presencia de Dios en medio de su pueblo. De aquí la santidad que se le atribuía, al ser guardada en lo más recóndito del santuario, y las infinitas precauciones que habían de tomarse para que no pudiera ser vista de ojos profanos, atendiendo a la antigua máxima de Dios: “No me verá el hombre sin morir.”17
La Mesa y el Candelabro de Oro (23-30).
23“Harás de madera de acacia una mesa de dos codos de largo, un codo de ancho y codo y medio de alto; 24la revestirás de oro puro y harás en ella una moldura todo en derredor. 25Harás también un reborde de un codo de alto en torno enguirnaldado de oro. 26Le harás también cuatro anillos de oro y los pondrás en los cuatro ángulos, cada uno a su pie, 27y por debajo de la moldura de oro, para meter por ellos las barras para llevar la mesa. 28Las barras para llevar la mesa las harás también de madera de acacia, que cubrirás de oro. 29Harás también sus platos, sus navetas, sus copas, sus tazas para las libaciones, 30y tendrá sobre esa mesa perpetuamente ante mí los panes de la proposición.”
De los enseres que encerraba el tabernáculo o tienda de Yahvé, ocupaba el centro la mesa de los panes de la proposición, que debía estar construida de madera de acacia, como el arca, según la traza y las medidas dadas por Yahvé, y recubierta toda ella de oro. Ya se deja entender el destino de la mesa. En ella estaban de continuo los doce panes, que se renovaban cada sábado. Eran los panes de la proposición, porque se ponían delante de Yahvé continuamente, como ofrenda perpetua del pueblo a su Dios18. En Babilonia y en Egipto se colocaban ofrendas de pan ante las estatuas de los dioses. En una estela de Tell-Amarna se representa una mesa con panes dispuestos simétricamente en tres pilas sobre los vasos de vino19. Aunque en algunos de estos cultos paganos la presencia de estos panes ante las estatuas suponía la creencia de que eran el alimento de las divinidades20, en el caso de la religión mosaica esto es inconcebible, dada la altísima idea espiritualista de Yahvé. La ofrenda de los panes no tenía otra finalidad que reconocer que la subsistencia de los hebreos – simbolizada en los panes – dependía del favor de su Dios. Era un reconocimiento de sus beneficios y un homenaje a su omnipotencia. La tradición cristiana ha visto en estos panes de la proposición un tipo del pan eucarístico.
El Candelabro de Oro (31-40).
31Harás un candelabro de oro puro, todo lo harás de oro batido, con su base, su tallo, sus cálices, sus bulbos y sus lirios salientes de él. 32Seis brazos saldrán de sus lados, tres del uno y tres del otro. 33Tres cálices a modo de flores de almendro tendrá el primer brazo, con sus bulbos y sus lirios; tres cálices a modo de flores de almendro, con sus bulbos y sus lirios, el segundo, y lo mismo todos los seis brazos que salen del tallo. 34El tallo llevará cuatro cálices a modo de flores de almendro, con sus bulbos y sus lirios; 35de cada dos brazos saldrá una flor, una sobre los dos inferiores, y otra sobre los dos siguientes, y otra sobre los dos superiores. 36Todo hará un solo cuerpo, y todo de oro puro, batido. 37Harás para él siete lámparas, que pondrás sobre el candelabro para que luzcan de frente. 38Las despabiladeras y la cazoleta donde se apaguen los pabilos cortados serán de oro puro. 39Un talento de oro puro se empleará para hacer el candelabro con todos sus utensilios. 40Mira y hazlo conforme al modelo que se te ha mostrado.”
En la tienda no puede faltar la luz, que disipa las tinieblas, y Yahvé ordena la preparación de un candelabro de siete mecheros, porque el santuario de Yahvé debía estar bien iluminado. El candelabro tenía un tronco central o tallo con adornos de cuatro cálices de flor con sus bulbos y del tronco central salían seis brazos, tres a cada lado, decorados con tres cálices de flor de almendro, con sus bulbos y brotes. Cada brazo y el tronco central se remataban con una lámpara en la que se echaba aceite. El candelabro debía ser de oro, con un peso total de un talento (3.000 siclos; unos 38 kilogramos). “El candelabro, con su doble simbolismo de luz y de vida, expresa esta verdad: el pueblo se presenta ante su Dios con la luz y la vida, es decir, con las dos formas de gracia que recibe de su comercio con Yahvé en la alianza.”21 El candelero debía arder día y noche22. En Zac 4:2; Zac 4:10, las siete lámparas simbolizan la providencia de Yahvé, que multiplica sus ojos para velar por el pueblo elegido. En el templo de Salomón había diez candelabros ante el santo de los santos23.
1 Exo 3:12; Exo 12:35. – 2 Exo 33:16; Deu 4:6. – 3 El oro provenía de Nubia; la plata, de Egipto; el cobre o bronce, de Chipre y del Sinaí, entre otros sitios. Cf. A. barrois, Précis d’Archéologie biblique I p.H2. – 4 Véase A. Barrois, Manuel d’Archéologie biblique (1939) I p.472. – 5 Cf. A. Jaussen, o.c., p.74. – 6 A. Barrois, o.c., II p.432. – 7 Kapporeth parece viene de la raíz kpr, que significa “cubrir,” y en pi, “cubrir los pecados.” Así, los LXX traducen Kapporeth por ίλαστήριον, “propiciación,” o instrumento de expiación. – 8 Cf. art. Expiation en DBS III 51-52. – 9 Se distinguían codo ordinario o menor (49,5 cm.) y codo real o mayor (55 cm.) en Babilonia. Y en Egipto, ambos codos medían 45 cm. y 52,8 cm., respectivamente. No sabemos cuál era la medida exacta entre los hebreos. Cf. A. Barrois, o.c., I p.129. – 10 Cf. P. Dhorme: RB (1926) p.328-339. – 11 Ez I. – 12 Cf. H. Vincent: RB (1926) p.48s-486; art. Kerub en DBS V 161-186. – 13 Cf. Contenau, Manuel d’archéologie oriéntale II (París 1931) p. 1 184.1254-1257; art. Décalogue: DBS II 343; A. Clamer, o.c., p.222. – 14 Cf. Num 10:35-36; 1 Sam c.4-6; Deu 10:2; 1Re 8:21. – 15 Jer 3:16. – 16 Num 4:5. – 17 Num 4:53. – 18 Cf. Exo 30:36. En 1Re 9:6 dice Dios: “Colocarás sobre la mesa los panes de la proposición ante mí perpetuamente.” – 19 Cf. De Yogué, Le Temple de Jérusalem p.33; DB IV (1958). – 20 Cf. P. Dhorme, La religión assyro-babylonienne p.268-70. – 21 Cf. DBS III 815. – 22 Lev 24:31. – 23 Cf. DB II 541-548.
Fuente: Biblia Comentada
Esta sección esboza las actividades de Israel durante su estancia de aproximadamente once meses en el Sinaí (cp. Éxo 19:1 con Núm 10:11).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
El principal énfasis en los últimos capítulos recae sobre el diseño y la construcción del lugar central de culto para la nación. Como preparación para la ocupación de su tierra, habían recibido un sistema legal para gobernar su vida individual y nacional, para impedir la explotación de los pobres y de los extranjeros, y como salvaguardia frente al politeísmo y la idolatría. La necesidad de estas salvaguardias quedó confirmada por el incidente idolátrico del becerro de oro (Éxo 32:1-35). Las detalladas instrucciones divinas para el tabernáculo permiten desechar toda suposición acerca de si era comparable en absoluto o si se derivaba para nada de los pequeños santuarios portátiles pertenecientes a diversas deidades tribales. El origen del tabernáculo estaba en Dios y fue dado a Moisés mediante una revelación especial (cp. Éxo 25:9; Éxo 25:40; Éxo 26:30; Heb 8:5).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
III. Alianza en el Sinaí (Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18; Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38)
Análisis de discurso
El monte Sinaí es un lugar privilegiado en el itinerario de Israel por el desierto. Allí arribará el pueblo luego de siete etapas y allí recibirá las leyes que regirán su vida como tal. Si observamos la extensión que tiene esta estancia en el desarrollo de la totalidad del Pentateuco ―59 capítulos sobre un total de 187―, comprobaremos hasta qué punto domina esta alianza en el Sinaí el conjunto de textos de la Torá. Sin embargo, esa extensión mayúscula se justifica por el hecho de que en ese lugar Dios revela de manera explícita qué tipo de relación le propone a su pueblo: cuáles han de ser sus responsabilidades religiosas y sociales, y los términos de la alianza que anuncia realizar. Cuando finalice la estancia en el Sinaí y los israelitas lleguen a las estepas de Moab, ya contarán con un cúmulo de leyes e instrucciones que regularán la vida entera del pueblo y de sus líderes.
Se ha observado que en esta sección la forma de los textos está emparentada con los pactos de soberanía y vasallaje comunes en el mundo antiguo, especialmente entre los hititas y los asirios. Estos pactos se realizaban entre un rey poderoso y otro más débil, quien recibía protección militar a cambio de impuestos y lealtad política. La versión del pacto del Sinaí comparte algunos elementos de estos pactos, pero matiza otros, lo cual le da al pacto con Israel una fuerza que supera la de las relaciones políticas. En efecto, a partir de este pacto, toda ofensa a la vida será una ofensa dirigida a Dios mismo, y la responsabilidad por la administración de la justicia y por el ejercicio de la solidaridad no será una obligación ante el rey de turno, sino ante la divinidad misma, la cual pedirá cuentas si dicha obligación no se ejerce según lo pactado.
La estadía en el Sinaí se prolonga hasta Núm 10:11, texto que en el que se narra la partida del pueblo en busca de la tierra prometida. Esto indica que la narración sobrepasa los límites del libro del Éxodo, lo cual pone en evidencia la unidad literaria mayor a la que dicho libro pertenece. Sin embargo, el Pentateuco posee cortes literarios que marcan y justifican su división en cinco libros. Para el caso que nos ocupa, la culminación de la construcción de la Tienda del encuentro y la toma de posesión de la misma por Dios indica una bisagra en la narración. A partir de ese momento, Dios hablará desde la tienda, lo cual hace que se lo ubique y, en cierta medida, se lo identifique con ese lugar.
Es necesario observar la estructura literaria de los capítulos Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18; Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38, que consiste en dos bloques de textos con una dinámica interna diferente cada uno:
I. Introducción | a | Éxo 19:1-25 |
Alianza | b | Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33 |
Ratificación de la Alianza | a’ | Éxo 24:1-18 |
II. Prescripciones para la tienda | a | Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18 |
Idolatría | b | Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35 |
Construcción de la Tienda | a’ | Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38 |
El primer grupo (caps. Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18) contiene una extensa colección de leyes que abarcan todos los aspectos de la vida, presentadas de manera progresiva. Hay una narración introductora (cap. Éxo 19:1-25), y al final, una ratificación. La alianza misma, que incluye el Decálogo y el llamado “Código de la alianza”, ocupa los capítulos Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33. El segundo grupo (caps. Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38) también es un quiasmo (a, b, a’) que consiste en presentar las instrucciones para la construcción de la morada de Dios, narrar la idolatría y su rechazo por parte de Moisés, para finalizar con la narración de la construcción de la Tienda y su aceptación final por Dios mismo, quien asume la misma como su lugar de residencia. La parte a’ reproduce casi literalmente su contraparte a, ambas relativas a los detalles del santuario, lo cual muestra el celo por cumplir con lo que Dios ha indicado.
A. La alianza (Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-21)
1. De Refidim al Sinaí (Éxo 19:1-2)
TÍTULO: Ambas versiones base proponen para esta sección títulos que abarcan todo el capítulo Éxo 19:1-25. El título de TLA es más claro, pues señala la llegada al Sinaí, evitando la especulación acerca de si ya estaban allí o de si el Sinaí era una roca que acompañaba a Israel en su peregrinar (ver Éxo 17:6).
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
D. Prescripciones para construir el santuario y prescripciones sobre los sacerdotes (Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18)
Análisis de discurso
Esta unidad (Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18) presenta las instrucciones para construir el santuario y confeccionar sus muebles y utensilios, y las vestimentas sacerdotales. Incluye también la descripción del rito de consagración de los sacerdotes y la mención de las habilidades de los artesanos designados para la construcción. Toda esta sección tiene su paralelo en los capítulos Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38, donde se describe la construcción efectiva del santuario. La comparación de ambos pasajes es de provecho, pues revela elementos concordantes y otros que no lo son. Se ha señalado que el orden de la construcción no coincide con el de la instrucción, pero mucho más significativo es que la instrucción sea previa a la idolatría del becerro de oro, y que la construcción del santuario se haga inmediatamente después de dicho episodio. Los elementos teológicos así implicados y la intención del texto de resaltar ciertas características de esta situación no deben estar ausentes en la mente del traductor. Iremos señalando dichos elementos y características en cada subunidad.
La estructura de estos capítulos no es lineal. En la misma se pueden distinguir las siguientes secciones mayores:
Diseño del santuario y de las vestimentas Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43
Rito de consagración de los sacerdotes Éxo 29:1-46
Diseño del altar y elementos rituales Éxo 30:1-38
Epílogo (artesanos, descanso sabático) Éxo 31:1-18
A su vez, hay una estructura que se funda en la fórmula: “Habló Jehová a Moisés y le dijo”. La misma se utiliza para abrir nuevas unidades y debe traducirse siempre del mismo modo. Ya la habíamos visto en Éxo 6:10, Éxo 6:29; Éxo 13:1; Éxo 14:1 y Éxo 16:1. La volvemos a encontrar en Éxo 25:1 y luego en Éxo 30:11. A partir de allí, aparece cuatro veces más (Éxo 30:17, Éxo 30:22; Éxo 31:1 y Éxo 40:1) y en cada caso abre una nueva unidad. Intercalada con esta fórmula encontramos otra: “Y dijo Jehová a Moisés”, en Éxo 30:34 y Éxo 31:12, la cual supone una redacción distinta. El traductor debe cuidar de traducir ambas fórmulas de manera coherente.
Una simple mirada nos revela que los capítulos Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43 son el cuerpo mayor de la unidad. A partir del contenido, no es difícil discernir que los capítulos siguientes fueron incorporados como suplemento al cuerpo principal e incluyen elementos que quedaron olvidados o que fueron agregados al diseño del santuario con posterioridad. La descripción del altar y sus utensilios presente en el capítulo Éxo 30:1-38 debería haber estado en la primera sección, junto a los otros elementos del santuario. El capítulo Éxo 29:1-46 presenta un detallado rito de consagración de los sacerdotes, aunque en el momento de ponerlo en práctica se lo narra muy brevemente y sin exponer sus detalles (Éxo 40:13-15). El epílogo recuerda que todo el trabajo no debe alterar la necesaria observancia del descanso sabático.
Todo el texto pertenece a la fuente llamada “sacerdotal”. Es sabido que se trata de la fuente más reciente, que en este caso retoma información muy antigua y la vuelve a escribir, teniendo en cuenta la situación del Israel establecido en Canaán durante el período posexílico. Sin embargo, la constatación de estas características literarias y su complicado proceso de redacción no debe influir en la traducción misma, dado que según una teoría de traducción, la tarea del traductor es trasladar un texto de una lengua a otra y no reorganizarlo de acuerdo a un orden más acorde a su proceso de redacción o ―en ciertos casos― según una secuencia más lógica y comprensible.
1. Materiales para la construcción (Éxo 25:1-9)
Esta primera unidad se inicia con la descripción de los materiales con los que se construirá el santuario, los cuales se agrupan en siete categorías y deben ser donados por los mismos israelitas: metales, tinturas, telas, madera, aceite, especias y piedras. Es difícil identificar de manera precisa a qué se refieren las palabras utilizadas para designar muchas de las cosas registradas en esta lista, por lo cual la traducción suele ser, en ciertos casos, tentativa. Para definir algunas palabras nos guiaremos por la tradición, que interpreta un giro lingüístico de cierto modo. En otras ocasiones, no queda otra opción que fundarse en testimonios a veces medievales, que si bien no son tan antiguos respecto al texto bíblico, tienen la autoridad limitada, pero real, de haber sido formulados más cerca de los hechos y de la cultura del texto.
Respecto a los nombres de los materiales, es importante optar por una denominación y luego tenerla presente cada vez que en lo sucesivo aparezca la misma palabra hebrea, para que la traducción sea coherente. En general, la repetición de términos ocurre cuando se describe los distintos objetos o cuando se narra su construcción.
TÍTULO: En esta sección, las dos versiones base ofrecen títulos que enfatizan el carácter de ofrenda que tienen los materiales para la construcción del santuario. En nuestro caso, hemos preferido resaltar el tema de la unidad, y por eso sugerimos como título “Materiales para la construcción”
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Jehová habló a Moisés: La fórmula así traducida se va a repetir en Éxo 30:11, Éxo 30:17, Éxo 30:22 y en Éxo 31:1. Aquí se abre un discurso que no se cerrará hasta llegar a Éxo 31:18.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
La sección que comienza aquí, y que abarca hasta el cp. Éxo 31:1-18 inclusive, se refiere a las instrucciones sobre el santuario y el culto. En los capítulos Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38 se muestra cómo se ejecutaron dichas instrucciones.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Ofrendas para la construcción del tabernáculo. Después de la ratificación del pacto, Dios instruyó a Moisés que los israelitas debían hacer una ofrenda en reconocimiento de la soberanía de Dios sobre ellos (1-7). Moisés debía aceptar ofrendas voluntarias en representación de Dios; cada persona daría según el corazón le mueva a hacerlo (2). Entonces Dios anunció su intención de habitar entre el pueblo (8; cf. 29:45, 46). Este es un tema importante en la parte final de Exo. y se da considerable atención a la necesaria preparación para lograrlo. Dios viviría, como su pueblo, en una tienda. Sin embargo, el inventario de metales preciosos y de telas finas indica que ésta no sería una carpa común; era para uso real.
Nota. 5 Es incierto de qué animal provenían las pieles finas; la RVA sugiere que quizás fuesen pieles de delfín (cf. nota). Hay buen fundamento para creer que eran pieles de un mamífero acuático, un mamífero marino que crece hasta tres metros de largo y fue bastante común en el golfo de Acaba.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
25.1ss Los capítulos 25 al 31 registran las instrucciones de Dios para construir el tabernáculo. Los capítulos 35 al 39 nos dicen cómo fueron seguidas esas instrucciones. Pero ¿qué pueden mostrarnos ahora estos antiguos y complicados detalles de construcción? Primero, la alta calidad de los materiales preciosos que adornaron el tabernáculo nos muestra la grandeza y la trascendencia de Dios. Segundo, el velo que rodeaba el Lugar Santísimo mostraba la santidad de Dios como lo simbolizaba la separación que había entre lo común y lo impío. Tercero, la naturaleza portátil del tabernáculo muestra el deseo de Dios de estar con su pueblo mientras avanzaban.25.10 La mayor parte del tabernáculo y de su mobiliario estaba hecha de madera de acacia. Los árboles de acacia florecían en regiones estériles y eran sumamente comunes en los tiempos del Antiguo Testamento. La madera tenía una tonalidad color pardo anaranjado y era sumamente dura, haciéndola un material excelente para el mobiliario. La madera de acacia se sigue usando para hacer muebles en la actualidad.25.17 La tapa del arca del testimonio recibía el nombre de propiciatorio. Este era el lugar donde, entre los dos querubines de oro (poderosos ángeles), habitaba la presencia de Dios en una nube sobre sus alas extendidas. El propiciatorio era el sitio donde se realizaba el acto más elevado y perfecto de expiación cuando el sumo sacerdote entraba al Lugar Santísimo en el Día de Expiación a fin de expiar los pecados de todo el pueblo (30.10).TEOFANIAS EN LAS ESCRITURASAl pie del monte Sinaí, Dios se le apareció al pueblo de Israel en forma física. A esto se le llama teofanía. Aquí encontramos otras ocasiones en que Dios se apareció a personajes de la Biblia.Referencia + TeofaníaGen 16:7 El ángel de Jehová se le apareció a la sierva de Sara, Agar, anunciándole el nacimiento del hijo de Abraham, Ismael.Gen 18:1-11 Dios se le apareció a Abraham, anunciándole el nacimiento de IsaacGen 22:11-12 El ángel de Jehová detuvo a Abraham para que no sacrificara a IsaacExo 3:2 El ángel de Jehová se le apareció a Moisés como una llama en una zarzaExo 14:19 Dios se le apareció a Israel en una columna de nube y fuego para guiarlo a través del desiertoExo 33:11 Dios habló con Moisés cara a caraDan 3:25 Uno «semejante a hijo de los dioses» apareció como el cuarto hombre en el horno ardiente de Sadrac, Mesac y Abed-nego(«Angel de Jehová» en estos pasajes, es una manera reverente de referirse a Dios.)
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 1066 Hch 7:53; Gál 3:19
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Hay cincuenta capítulos de la Biblia que contienen instrucciones acerca del tabernáculo: 13 en Éxo 18:1-27 Levíticos; 13 en Núm 2:1-34 en Deuteronomio y 4 en Hebreos. Era el lugar donde Dios se reunía con su pueblo (cp. Éxo 25:8; Éxo 29:45) y prefiguraba el perfecto acceso a Dios a través de la sangre de Jesucristo, quien «fijó su tabernáculo» (lit., «puso su tienda») entre los hombres (cp. Jua 1:14; Heb 10:19-20).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Los materiales para el tabernáculo fue fruto de las ofrendas voluntarias del pueblo que dio más de lo necesario (cp. Éxo 36:5-7).
cobre, i.e., bronce (aleación de cobre y estaño).
pieles de tejones. Pieles de un animal marino parecido a la foca.
acacia. Una madera del desierto y duradera, especialmente apropiada para la estructura y el mobiliario del tabernáculo.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
[.] La continuación del relato se encuentra en 31,18. Los capítulos 32-34 fueron puestos artificialmente en el lugar que ahora ocupan en la Biblia, con el fin de separar los capítulos 25-31 en que Yavé ordena la construcción del Santuario y los capítulos 35-40 en que Moisés construye el Santuario. El libro del Exodo presenta un desorden aparente, pero eso se debe al hecho de que quiso ordenar elementos de épocas muy distintas. Las tradiciones antiguas dicen claramente lo que eran los mandamientos de la Alianza (cc. 20 y 34,10) justicia y servicio del Dios único. Pero mucho más tarde, cuando los judíos volvieron del Destierro, consideraron que el culto celebrado en el Templo de Jerusalén era el primer deber de la nación. Fue entonces cuando insertaron esos largos capítulos 25- 31 y 35-40 para indicar que ese culto ya estaba en el núcleo de la revelación de Dios a Moisés. Todavía recordaban cómo en el desierto una tienda guardaba el Arca de Dios. El Arca era una caja de madera preciosa que contenía las Tablas de Piedra, en las que se había grabado la Ley, junto con un poco de maná y otros recuerdos de las maravillas que Dios hizo en el desierto. Cuando los sacerdotes de Israel redactaron los presentes capítulos, el Arca se guardaba en el Templo de Jerusalén, y les agradó pensar que la Tienda del desierto había tenido alguna semejanza con el Templo. Pensaban que Moisés había fabricado esa tienda, siguiendo al detalle las instrucciones del mismo Dios.
Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana
[2] Ex 35, 5.[7] El efod era una ropa corta y sin mangas. Se colocaba sobre las otras y cubría la espalda.[9] Hebr 9, 2.[17] El propiciatorio era la cubierta del área, desde donde el Señor escuchaba y respondía a su pueblo.[39] Como unas ochenta y dos libras de dieciséis onzas.[40] Ap 1, 12-13; Hebr 8, 5; Hech 7, 44.