Comentario de Éxodo 30:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“Harás asimismo un altar para quemar incienso. Lo harás de madera de acacia.
harás asimismo un altar. Éxo 30:7, Éxo 30:8, Éxo 30:10; Éxo 37:25-28; Éxo 40:5; Lev 4:7, Lev 4:18; 1Re 6:20; 2Cr 26:16; Apo 8:3.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El altar del incienso, Éxo 30:1-10.
El rescate de las personas, Éxo 30:11-16.
La fuente de bronce, Éxo 30:17-21.
El aceite de la santa unción, Éxo 30:22-33.
La composición del incienso, Éxo 30:34-38.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Este altar más pequeño era un puesto que se usaba para quemar incienso de agradable olor. Tal como el arca del pacto (Éxo 25:10), la mesa del pan (Éxo 25:23) y el altar del holocausto (Éxo 27:1), este altar estaba hecho de madera de acacia (Éxo 25:10). Medía 18 pulgadas cuadradas (aproximadamente 46 cm2) y tres pies de alto (aproximadamente 92 cm).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
QUEMAR EL INCIENSO. El incienso quemado simbolizaba la incesante adoración y las oraciones del pueblo de Dios (v. Éxo 30:8; Sal 141:2; Luc 1:10; Apo 8:3-4; véase Apo 5:8, nota). Podía profanarse el altar para quemar el incienso (v. Éxo 30:9), lo cual indica que la oración que no se ofrece para la gloria de Dios ni con el corazón entregado a la santidad era, y es, inaceptable al Señor (cf. Sal 66:18-19; Isa 1:15-16).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
30. Complementos del Ajuar Litúrgico.
El Altar de los Perfumes (1-10).
1“Harás también un altar para quemar en él incienso. Lo harás de madera de acacia, 2de un codo de largo, un codo de ancho, cuadrado, y de dos de alto. Sus cuernos harán un cuerpo con él. 3Lo revestirás de oro puro por arriba, por los lados todo en torno y los cuernos, y harás todo en derredor una moldura de oro. 4Harás para él dos anillos de oro para cada dos de sus lados, y los pondrás debajo de la moldura a ambos lados, para las barras con que pueda transportarse. 5Las barras serán de madera de acacia y las revestirás de oro. 6Colocarás el altar delante del velo que oculta el arca del testimonio y el propiciatorio que está sobre el testimonio, allí donde yo he de encontrarme contigo. 7Aarón quemará en él incienso; lo quemará todas las mañanas al preparar las lámparas, 8y entre dos luces cuando las ponga en el candelabro. Así se quemará el incienso ante Yahvé perpetuamente entre vuestros descendientes. 9No ofreceréis sobre el altar ningún perfume profano, ni holocaustos, ni ofrendas, ni derramaréis sobre él ninguna libación; 10Aarón hará la expiación sobre los cuernos del altar, una vez por año, con la sangre de la víctima expiatoria; y la expiación la hará una vez por año de generación en generación. Este altar es santísimo de Yahvé.”
El altar de los perfumes, que era de madera revestida de oro, estaba en el lugar llamado santo, delante del velo que separaba esta parte de la interior, o santísimo. En él se ofrecía por la mañana y por la tarde, a la hora del sacrificio perpetuo, el timiama, o sea, una mezcla de diversos perfumes, entre los que descollaba el incienso1. Esto de quemar tales perfumes era usual en la vida doméstica, sin duda para contrarrestar el mal olor que la falta de higiene y del uso del baño traía consigo2. Por ello se contaba el incienso entre las materias de regalo3. Mayor era el uso del incienso en los templos, tal vez para contrarrestar los otros olores que la sangre derramada en torno al altar y las carnes quemadas sobre el mismo tenían necesariamente que producir. Por otra parte, la nube de incienso que sube hacia arriba es una imagen de la oración, que se eleva hacia Dios en las alturas. Así, el salmista pide a Dios que reciba su oración como incienso quemado en su presencia4, y los ancianos del Apocalipsis aparecen con copas en sus manos, que son “las oraciones de los santos.”5 En estos textos se inspira la oración litúrgica del sacerdote al incensar el altar en la misa solemne.
Sobre el modo de ofrecer el incienso en este altar quedan oscuras varias cosas, y que los doctores rabinos explican de diverso modo. En Heb 9:4 parece indicarse que este altar del incienso se hallaba delante del arca, y, por tanto, en el santísimo. Es probable que tal noticia se funde en el v.10, donde se habla de la expiación anual, que se hacía con la oblación del incienso delante del arca.
La escuela de Wellhausen ha pretendido proponer que la introducción del uso del incienso en el culto israelita es posterior al exilio6; pero hoy día los orientalistas prueban que, tanto en Egipto como en Mesopotamia y Ras Samra, el uso del incienso en el culto es una cosa común: “El uso del incienso es demasiado bien atestiguado en la arqueología cananea para que se haya considerado el uso ritual de los perfumes en el santuario del yahvismo como una invención del judaismo postexílico.”7
El Rescate de la Vida o Capitación (11-16).
11Yahvé habló a Moisés, diciendo: 12“Cuando enumeres a los hijos de Israel para hacer el censo, cada uno ofrecerá a Yahvé un rescate por su vida, para que no sean heridos de plaga alguna al ser empadronados. 13Lo que dará cada uno de los que han de comprender el censo será medio siclo del peso del siclo del santuario, que es de veinte “güeras”; medio siclo será el don a Yahvé. 14Todo hombre comprendido en el censo de veinte años para arriba hará ese don a Yahvé; 15ni el rico dará más ni el pobre menos del medio siclo para pagar el don a Yahvé como rescate de vuestras vidas. 16Tú recibirás de los hijos de Israel este rescate y lo aplicarás al servicio del tabernáculo de la reunión; será para los hijos de Israel memoria ante Yahvé en rescate de sus vidas.”
Se trata aquí, sin duda, de un tributo a Yahvé en beneficio de su santuario. En los tiempos de la monarquía parece que los reyes sostenían los gastos del culto, que no debían de ser pequeños siendo tantos los sacrificios que cada año se hacían. En el último oráculo de Ezequiel es el príncipe el que debe subvenir a estos gastos8. Según algunos textos posteriores, los reyes de Persia o de Siria se ofrecen a sufragarlos9. Nehemías, para asegurar los ingresos necesarios, impuso el tributo de un tercio de siclo10, que todavía perduraba en el tiempo de Cristo11. Pero aquí en el éxodo parece señalarse una razón especial. Este tributo se ha de pagar como rescate de vida, al ser empadronados los miembros de la comunidad israelita para no ser heridos de muerte (v.12). Lo que parece responder a una preocupación de los antiguos sobre que no podían ser contadas las personas sin exponerlas a la muerte. Esto nos explicaría la oposición de Joab al mandato de David de que empadronase a las tribus de Israel, y también el resultado de este empadronamiento, que fue la peste. El Señor, que condescendió con las preocupaciones de Israel en tantas cosas mucho más graves, lo habría hecho también con ésta12. El hecho de empadronar parece sugerir orgullo por parte del jefe político, que pretende saber cuántos son sus subditos, sin pensar que él es un mandatario de Yahvé, y, por otra parte, la constatación de una numerosa multitud podía ser una tentación para emprender acciones no en consonancia con la sumisión a Dios. El siclo del templo era más estable, y equivalía, más o menos, a 13 gramos. Por el hecho de que se distingue entre siclo ordinario y siclo del santuario, la mayor parte de los autores ven aquí una determinación erudita posterior. La capitación obligaba a todo varón de más de veinte años (v.14); era la edad obligatoria para llevar armas en defensa del país13. El producto de esta capitación debía ser para servicio del tabernáculo de la reunión (v.16), es decir, para los gastos de los actos de culto, pues para la erección del tabernáculo o santuario se habían dado ofrendas especiales voluntarias14.
El Pilón de Bronce (17-21).
17Yahvé habló a Moisés, diciendo: 18“Haz un pilón de bronce con su base de bronce para las abluciones. Lo pondrás entre el tabernáculo de la reunión y el altar, y pondrás agua en él, 19de la que tornarán Aarón y sus hijos para lavarse las manos y los pies. 20Con esta agua se lavarán para que no mueran cuando entren en el tabernáculo de la reunión, cuando se acerquen al altar para el ministerio, para quemar un sacrificio a Yahvé. 21Se lavarán pies y manos, y así no morirán. Esta será ley perpetua para ellos, para Aarón y su descendencia de generación en generación.”
No es fácil para nosotros formarnos idea de lo que era un templo como el de Jerusalén, habituados como estamos a la vista de nuestras iglesias. La imagen para nosotros más apropiada sería la de un macelo en que se degüellan muchas reses cada día, agravada esta imagen con la combustión de las carnes en el altar. Ya se deja entender que para conservar en el santuario una regular limpieza era necesaria mucha agua. Pues bien, a fin de atender a esta limpieza del santuario de Israel, se ordena aquí la fabricación de un pilón en que depositar el agua necesaria a los usos del culto. Nada menos que con la muerte se amenaza a los que no guarden la limpieza debida. Lo difícil es averiguar dónde encontrarían en el desierto tanta agua. Aun en el templo de Jerusalén ocurriría algo parecido, pues en la ciudad no había más que una fuente, que brota al pie de la colina del templo, en la colina del Ofel, y fue Pilato el que condujo las aguas de que aún goza el Haram, o recinto de la mezquita de Ornar, a la ciudad santa. Por esto no es extraño que la peste fuese frecuente donde tanto escaseaba la higiene.
En la concepción mosaica, el agua, que quita las manchas del cuerpo, purificaba a éste también de las impurezas legales, y era imagen de la purificación del alma, como en la ley evangélica es el agua el instrumento de la purificación de las almas por el bautismo. Es ésta muy natural, basada en el efecto purificador del agua, y que en las religiones semitas tuvo una grande influencia. Todavía hoy los muslimes deben hacer sus abluciones antes de la oración, y por ello en las grandes mezquitas no falta una fuente con este destino15. En los templos sumerios había un océano, o gran recipiente de agua, y lo mismo en el templo de Babilonia. En el tabernáculo del desierto, en la medida en que encontraran agua, podemos suponer también un recipiente no muy grande ni pesado, pues habría que transportarlo. Es Salomón el que dio cumplimiento pleno a esta ley al construir el mar de bronce con sus imponentes dimensiones16.
El óleo de la Unción (22-33).
22Yahvé habló a Moisés, diciendo: 23“Toma aromas, quinientos siclos de mirra virgen; la mitad, es decir, doscientos cincuenta siclos, de cinamomo aromático, y doscientos cincuenta siclos de caña aromática; 24quinientos siclos de casia, según el peso del siclo del santuario, y un “hin” de aceite de oliva. 25Con esto harás el óleo de la santa unción, y un perfume compuesto con arreglo al arte de la perfumería, que será el óleo para la unción sagrada 26Con él ungirás el tabernáculo de la reunión, el arca del testimonio, 27la mesa con todos sus utensilios, el candelero con sus utensilios, el altar del incienso, 28el altar de los holocaustos con sus utensilios y el pilón con su base. 29Así los consagrarás, y serán santísimos; cuanto tocare será santo. 30Con él ungirás a Aarón y a sus hijos y los consagrarás para mi servicio como sacerdotes. 31Hablarás así a los hijos de Israel. Ese será el óleo de la unción sagrada para mí de generación en generación. 32 No se derramará sobre cuerpo de hombre alguno ni haréis parecido a él de la misma composición; será cosa consagrada, y como cosa sagrada la miraréis. 33Cualquiera que haga otro semejante o de él diere a un profano, será borrado de en medio de mi pueblo.”
El aceite aromatizado, lo mismo que los perfumes, eran de uso corriente en Oriente y en Israel; pero el que se usaba en el santuario debía ser cosa santa, distinta de la de uso profano. Por esto la Ley ordena la manera de su preparación y prohibe absolutamente imitarlo. El que trate de imitar la composición para usos profanos será castigado con la pena de los profanadores de las cosas santas, los sacrilegos, es decir, la pena de muerte.
Todos los ingredientes de este óleo sagrado son extremadamente raros y preciosos, pues proceden de regiones exóticas. La mirra virgen es la que fluye espontáneamente del árbol, en contraposición a la resinosa, que se obtiene por incisiones en el árbol. Es de sabor acre y de olor balsámico17. El cinamomo, palabra hebrea (qinnemon), es “un perfume extraído de la canela que se encuentra en la corteza de los árboles o arbustos que crecen en regiones cálidas del Extremo Oriente18. La caña aromática es una planta de perfume exquisito procedente de Arabia… La casia es el antiguo nombre de la canela o corteza del canelero. Procedía de la costa malabar…”19
La unción de objetos y personas era usual en diversos pueblos del Antiguo Oriente20. En el Antiguo Testamento se ungía al rey y al sumo sacerdote, como representantes de Dios.
El “Timiama” o Incienso Perfumado (34-38)
34Yahvé dijo a Moisés: “Toma aromas, estacte, uña aromática, gálbano e incienso purísimo. Aromas e incienso entrarán por cantidades iguales, 35y harás con ellos el timiama, compuesto según el arte de perfumería, salado, puro, santo. 36Lo pulverizarás y lo pondrás delante del testimonio en el tabernáculo de la reunión, donde he de encontrarme yo contigo. Será para vosotros cosa santísima el perfume que hagas 37y nadie hará para sí otro de la misma composición; lo mirarás como cosa sagrada, perteneciente a Yahvé. 38Cualquiera que haga otro semejante para aspirar su aroma será borrado de en medio de su pueblo.”
No menos rebuscada es la composición del incienso perfumado que debía quemarse en el santuario, ya que sus componentes son especies raras y selectas. El incienso (en heb., lebonah) “es una goma-resina obtenida del tronco de diversos árboles de la región subtropical por incisión o por flujo natural; cuando se le quema da un olor balsámico. Según la Biblia, provenía de Saba21, en la Arabia meridional o Arabia Feliz… El estacte es una resina que fluye de ciertos árboles en estado más o menos viscoso…22 La uña aromatica se considera como perfume sacado del opérculo de ciertos moluscos, cuya combustión despide un fuerte olor aromático; este opérculo es llamado όνυξ (uña) a causa de su semejanza con una uña. En las costas del mar Rojo abundan estos moluscos de donde se saca este perfume, muy usado por las mujeres árabes…23 El gálbano designa una goma-resina que entraba en la composición de ciertos perfumes…, de olor acre, no muy agradable solo, pero se le añadía a otros perfumes para fijar el olor y espantar los mosquitos.”24
Según el texto, esta mezcla debía quemarse delante del testimonio (v.56), o tablas de la Ley, es decir, delante de la cortina que separaba el santo del santísimo25.
1 Exo 30:343. – 2 Cf. Sal 45:9; Gant 3:6. – 3 Isa 60:6; Mat 2:11. – 4 Sal 141:2. – 5 Rev 5:8; Rev 8:3. – 6 Cf. Wellhausen, Prolegomena, zur Geschichte Israels (1905) p.63s. – 7 A. Barrois, o.c., II p.409. – 8 Cf. Eze 45:17. – 9 Esd 6:10; 1Ma 10:39. – 10 Neh 10:32. – 11 Mt 17:23. – 12 2 Sam 24:1s. – 13 Cf. Num 1:3; Num 1:20. – 14 Cf. Exo 25:1-9. – 15 Cf. M. J. Lagrange, o.c., p.15:55. – 16 Cf. 1Re 7:23-26; 2Cr 4:2-5. – 17 Cf. Can 1:13; Can 4:14; Can 5:1.5; véase art. Myrrhe en DB IV 1363-1365. – 18 En la India se llama cacynnama (“madera odorífera”); véase art. Cinnamome en DB II 770-772. – 19 A. Clamer, o.c., p.253. – 20 Cf. Lagrange, o.c., p. 198.205. – 21 Jer 6:20. – 22 Véase art. Resine: DB V 1056. – 23 Véase art. Onyx: DB IV 1822-1823. – 24 Cf. Plinto, Hist. Nat. XIII 2; XIX 58; A. Clamer, o.c., p.254- – 25 Cf. Exo 30:6.
Fuente: Biblia Comentada
Esta sección esboza las actividades de Israel durante su estancia de aproximadamente once meses en el Sinaí (cp. Éxo 19:1 con Núm 10:11).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
El principal énfasis en los últimos capítulos recae sobre el diseño y la construcción del lugar central de culto para la nación. Como preparación para la ocupación de su tierra, habían recibido un sistema legal para gobernar su vida individual y nacional, para impedir la explotación de los pobres y de los extranjeros, y como salvaguardia frente al politeísmo y la idolatría. La necesidad de estas salvaguardias quedó confirmada por el incidente idolátrico del becerro de oro (Éxo 32:1-35). Las detalladas instrucciones divinas para el tabernáculo permiten desechar toda suposición acerca de si era comparable en absoluto o si se derivaba para nada de los pequeños santuarios portátiles pertenecientes a diversas deidades tribales. El origen del tabernáculo estaba en Dios y fue dado a Moisés mediante una revelación especial (cp. Éxo 25:9; Éxo 25:40; Éxo 26:30; Heb 8:5).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
III. Alianza en el Sinaí (Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18; Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38)
Análisis de discurso
El monte Sinaí es un lugar privilegiado en el itinerario de Israel por el desierto. Allí arribará el pueblo luego de siete etapas y allí recibirá las leyes que regirán su vida como tal. Si observamos la extensión que tiene esta estancia en el desarrollo de la totalidad del Pentateuco ―59 capítulos sobre un total de 187―, comprobaremos hasta qué punto domina esta alianza en el Sinaí el conjunto de textos de la Torá. Sin embargo, esa extensión mayúscula se justifica por el hecho de que en ese lugar Dios revela de manera explícita qué tipo de relación le propone a su pueblo: cuáles han de ser sus responsabilidades religiosas y sociales, y los términos de la alianza que anuncia realizar. Cuando finalice la estancia en el Sinaí y los israelitas lleguen a las estepas de Moab, ya contarán con un cúmulo de leyes e instrucciones que regularán la vida entera del pueblo y de sus líderes.
Se ha observado que en esta sección la forma de los textos está emparentada con los pactos de soberanía y vasallaje comunes en el mundo antiguo, especialmente entre los hititas y los asirios. Estos pactos se realizaban entre un rey poderoso y otro más débil, quien recibía protección militar a cambio de impuestos y lealtad política. La versión del pacto del Sinaí comparte algunos elementos de estos pactos, pero matiza otros, lo cual le da al pacto con Israel una fuerza que supera la de las relaciones políticas. En efecto, a partir de este pacto, toda ofensa a la vida será una ofensa dirigida a Dios mismo, y la responsabilidad por la administración de la justicia y por el ejercicio de la solidaridad no será una obligación ante el rey de turno, sino ante la divinidad misma, la cual pedirá cuentas si dicha obligación no se ejerce según lo pactado.
La estadía en el Sinaí se prolonga hasta Núm 10:11, texto que en el que se narra la partida del pueblo en busca de la tierra prometida. Esto indica que la narración sobrepasa los límites del libro del Éxodo, lo cual pone en evidencia la unidad literaria mayor a la que dicho libro pertenece. Sin embargo, el Pentateuco posee cortes literarios que marcan y justifican su división en cinco libros. Para el caso que nos ocupa, la culminación de la construcción de la Tienda del encuentro y la toma de posesión de la misma por Dios indica una bisagra en la narración. A partir de ese momento, Dios hablará desde la tienda, lo cual hace que se lo ubique y, en cierta medida, se lo identifique con ese lugar.
Es necesario observar la estructura literaria de los capítulos Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18; Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38, que consiste en dos bloques de textos con una dinámica interna diferente cada uno:
I. Introducción | a | Éxo 19:1-25 |
Alianza | b | Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33 |
Ratificación de la Alianza | a’ | Éxo 24:1-18 |
II. Prescripciones para la tienda | a | Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18 |
Idolatría | b | Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35 |
Construcción de la Tienda | a’ | Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38 |
El primer grupo (caps. Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18) contiene una extensa colección de leyes que abarcan todos los aspectos de la vida, presentadas de manera progresiva. Hay una narración introductora (cap. Éxo 19:1-25), y al final, una ratificación. La alianza misma, que incluye el Decálogo y el llamado “Código de la alianza”, ocupa los capítulos Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33. El segundo grupo (caps. Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38) también es un quiasmo (a, b, a’) que consiste en presentar las instrucciones para la construcción de la morada de Dios, narrar la idolatría y su rechazo por parte de Moisés, para finalizar con la narración de la construcción de la Tienda y su aceptación final por Dios mismo, quien asume la misma como su lugar de residencia. La parte a’ reproduce casi literalmente su contraparte a, ambas relativas a los detalles del santuario, lo cual muestra el celo por cumplir con lo que Dios ha indicado.
A. La alianza (Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-21)
1. De Refidim al Sinaí (Éxo 19:1-2)
TÍTULO: Ambas versiones base proponen para esta sección títulos que abarcan todo el capítulo Éxo 19:1-25. El título de TLA es más claro, pues señala la llegada al Sinaí, evitando la especulación acerca de si ya estaban allí o de si el Sinaí era una roca que acompañaba a Israel en su peregrinar (ver Éxo 17:6).
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
D. Prescripciones para construir el santuario y prescripciones sobre los sacerdotes (Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18)
Análisis de discurso
Esta unidad (Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18) presenta las instrucciones para construir el santuario y confeccionar sus muebles y utensilios, y las vestimentas sacerdotales. Incluye también la descripción del rito de consagración de los sacerdotes y la mención de las habilidades de los artesanos designados para la construcción. Toda esta sección tiene su paralelo en los capítulos Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38, donde se describe la construcción efectiva del santuario. La comparación de ambos pasajes es de provecho, pues revela elementos concordantes y otros que no lo son. Se ha señalado que el orden de la construcción no coincide con el de la instrucción, pero mucho más significativo es que la instrucción sea previa a la idolatría del becerro de oro, y que la construcción del santuario se haga inmediatamente después de dicho episodio. Los elementos teológicos así implicados y la intención del texto de resaltar ciertas características de esta situación no deben estar ausentes en la mente del traductor. Iremos señalando dichos elementos y características en cada subunidad.
La estructura de estos capítulos no es lineal. En la misma se pueden distinguir las siguientes secciones mayores:
Diseño del santuario y de las vestimentas Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43
Rito de consagración de los sacerdotes Éxo 29:1-46
Diseño del altar y elementos rituales Éxo 30:1-38
Epílogo (artesanos, descanso sabático) Éxo 31:1-18
A su vez, hay una estructura que se funda en la fórmula: “Habló Jehová a Moisés y le dijo”. La misma se utiliza para abrir nuevas unidades y debe traducirse siempre del mismo modo. Ya la habíamos visto en Éxo 6:10, Éxo 6:29; Éxo 13:1; Éxo 14:1 y Éxo 16:1. La volvemos a encontrar en Éxo 25:1 y luego en Éxo 30:11. A partir de allí, aparece cuatro veces más (Éxo 30:17, Éxo 30:22; Éxo 31:1 y Éxo 40:1) y en cada caso abre una nueva unidad. Intercalada con esta fórmula encontramos otra: “Y dijo Jehová a Moisés”, en Éxo 30:34 y Éxo 31:12, la cual supone una redacción distinta. El traductor debe cuidar de traducir ambas fórmulas de manera coherente.
Una simple mirada nos revela que los capítulos Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43 son el cuerpo mayor de la unidad. A partir del contenido, no es difícil discernir que los capítulos siguientes fueron incorporados como suplemento al cuerpo principal e incluyen elementos que quedaron olvidados o que fueron agregados al diseño del santuario con posterioridad. La descripción del altar y sus utensilios presente en el capítulo Éxo 30:1-38 debería haber estado en la primera sección, junto a los otros elementos del santuario. El capítulo Éxo 29:1-46 presenta un detallado rito de consagración de los sacerdotes, aunque en el momento de ponerlo en práctica se lo narra muy brevemente y sin exponer sus detalles (Éxo 40:13-15). El epílogo recuerda que todo el trabajo no debe alterar la necesaria observancia del descanso sabático.
Todo el texto pertenece a la fuente llamada “sacerdotal”. Es sabido que se trata de la fuente más reciente, que en este caso retoma información muy antigua y la vuelve a escribir, teniendo en cuenta la situación del Israel establecido en Canaán durante el período posexílico. Sin embargo, la constatación de estas características literarias y su complicado proceso de redacción no debe influir en la traducción misma, dado que según una teoría de traducción, la tarea del traductor es trasladar un texto de una lengua a otra y no reorganizarlo de acuerdo a un orden más acorde a su proceso de redacción o ―en ciertos casos― según una secuencia más lógica y comprensible.
1. Materiales para la construcción (Éxo 25:1-9)
Esta primera unidad se inicia con la descripción de los materiales con los que se construirá el santuario, los cuales se agrupan en siete categorías y deben ser donados por los mismos israelitas: metales, tinturas, telas, madera, aceite, especias y piedras. Es difícil identificar de manera precisa a qué se refieren las palabras utilizadas para designar muchas de las cosas registradas en esta lista, por lo cual la traducción suele ser, en ciertos casos, tentativa. Para definir algunas palabras nos guiaremos por la tradición, que interpreta un giro lingüístico de cierto modo. En otras ocasiones, no queda otra opción que fundarse en testimonios a veces medievales, que si bien no son tan antiguos respecto al texto bíblico, tienen la autoridad limitada, pero real, de haber sido formulados más cerca de los hechos y de la cultura del texto.
Respecto a los nombres de los materiales, es importante optar por una denominación y luego tenerla presente cada vez que en lo sucesivo aparezca la misma palabra hebrea, para que la traducción sea coherente. En general, la repetición de términos ocurre cuando se describe los distintos objetos o cuando se narra su construcción.
TÍTULO: En esta sección, las dos versiones base ofrecen títulos que enfatizan el carácter de ofrenda que tienen los materiales para la construcción del santuario. En nuestro caso, hemos preferido resaltar el tema de la unidad, y por eso sugerimos como título “Materiales para la construcción”
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
22. El altar del incienso (Éxo 30:1-10)
Análisis de discurso
El capítulo Éxo 30:1-38 describe un grupo de elementos propios del santuario que fueron omitidos en las instrucciones previas. Se ha notado que dichos elementos debieron haberse incluido en los capítulos precedentes, donde se presenta la Tienda del encuentro y los artefactos que la componen, especialmente a continuación de la descripción de la mesa y la lámpara. Sin embargo, por alguna razón teológica o histórica, fueron colocados luego de la instrucción para la ordenación de los sacerdotes. Se ha señalado que lo más probable es que se trate de objetos que fueron incorporados con posterioridad en el servicio del templo, aunque a la vez se observa que el aceite y los perfumes estaban presentes desde el primer momento en los ritos del santuario. Los motivos de estas dificultades respecto al orden y la ubicación del capítulo no tienen una respuesta clara y quedan en el plano de la especulación. Por otra parte, su contenido es nítido y no tiene mayores problemas de traducción.
Este pasaje en particular describe el altar para quemar el incienso. Este objeto es descrito siguiendo el estilo del altar de los sacrificios, pero en su caso estará recubierto de oro y tendrá menor tamaño. Su función será ofrecer aromas sagrados en el recinto, y nunca deberá utilizarse para los sacrificios. En Éxo 39:38, será llamado el altar de oro.
En la descripción del altar para quemar incienso, se utiliza palabras similares a las de Éxo 27:1-8 ―acacia, codo, cuernos, cornisa, argollas, propiciatorio, etcétera―, referentes a la descripción del altar de los sacrificios. Es fundamental que el traductor tenga en cuenta ese pasaje y haga coincidir la traducción del vocabulario en común.
TÍTULO: Ambas versiones base coinciden en el título. Si el traductor considera que la palabra incienso no será comprendida, puede utilizar “perfumes” o “aromas”. Una opción sería titular “El altar de los perfumes” o “El altar de los aromas”
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Altar: Se utiliza aquí la misma palabra hebrea que figura en el pasaje sobre el altar de los sacrificios (Éxo 27:1), y debe traducirse del mismo modo. Debe señalarse que la palabra significa que en ese lugar se degüellan animales, aunque en este otro altar esté expresamente prohibido hacerlo.
Incienso: La descripción del incienso está en Éxo 30:34-38.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
— un altar: Este altar era semejante a otros que había en la misma época en el antiguo Oriente. Se encontraba situado en el lugar santo (Éxo 26:1-37).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Instrucciones adicionales para equipar el tabernáculo. Debían hacer un mueble adicional para el interior del tabernáculo, el altar del incienso (1-10). Este mueble de madera de acacia y recubierto con oro puro, sería ubicado en el lugar santo junto a la mesa de oro y al candelabro. Dos veces al día Aarón debía quemar incienso fragante sobre éste (7, 8), y una vez al año (posiblemente en el día de expiación; cf. Lev. 16:15-19) haría expiación sobre los cuernos del altar (10). Se dieron instrucciones precisas con respecto a su uso; debía ser usado para quemar incienso dos veces al día.
La mención de la expiación en el v.10 provee un nexo con la siguiente instrucción dada a Moisés. Debía contar al pueblo y colectar de cada israelita, de 20 años o más, medio siclo como ofrenda de expiación (11-16). A través de esta ofrenda los israelitas rescataban, o redimían, sus vidas del juicio por las plagas (12). Es interesante notar que no se hace distinción entre el rico y el pobre; todos eran iguales en su necesidad de expiación.
Luego se le ordenó a Moisés que hiciera una fuente de bronce. Sería ubicada entre el tabernáculo y el altar de bronce de modo que Aarón y sus hijos pudieran lavar sus manos y pies cuando ministraran en el tabernáculo y en el atrio (17-21). El requisito de que los sacerdotes se lavaran simbolizaba su necesidad de permanecer santos y puros (cf. 19:14; 29:4).
Debían fabricar un aceite especial para la unción del tabernáculo, sus muebles, y los sacerdotes que ministraban ahí (22-30). Puesto que todo lo que este particular aceite tocaba llegaba a ser santo, su producción y su uso fueron restringidos (31-33). Les fueron dadas instrucciones similares para la confección y uso del incienso que debía ser quemado en el tabernáculo (34-38).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
30.10 A esta ceremonia anual se le llamaba Día de la Expiación. En este día se hacía un sacrificio por todos los pecados de la nación israelita. Este era el único día en el que el sumo sacerdote podía entrar en el Lugar Santísimo, la parte más íntima del tabernáculo. Allí pedía a Dios que perdonara al pueblo. El Día de la Expiación servía como un recordatorio de que los sacrificios diarios, semanales y mensuales cubrían sólo los pecados de una manera temporal. Esto apuntaba hacia Jesucristo, el perfecto Redentor, que quitaría los pecados para siempre.30.11-16 El dinero de la expiación venía a ser como el impuesto del censo. Se derivaba del principio de que todas las personas pertenecían a Dios y, por lo tanto, necesitaban ser redimidas por un sacrificio. Cada vez que se llevaba a cabo el censo, todos, tanto ricos como pobres, debían pagar un rescate. Dios no discrimina entre las personas (Act 10:34; Gal 3:28). Todos necesitamos misericordia y perdón debido a nuestros pensamientos y acciones pecaminosas. No hay forma en la que un rico pueda comprar a Dios, ni en la que un pobre pueda evitar pagarle. La demanda de Dios es que todos vayamos ante El humillados para ser perdonados y restaurados a su familia.30.34-38 Los israelitas casi siempre quemaban incienso en las ocasiones especiales, pero solamente el incienso santo podía ser quemado en el tabernáculo. Aquí Dios da la fórmula para el incienso especial. El incienso de aroma suave era quemado en platillos llamados incensarios y era usado como demostración de honor y reverencia a Dios. Era como elevar oraciones a Dios. Era además una parte vital de la ceremonia sagrada en el Día de la Expiación, cuando el sumo sacerdote llevaba el incensario humeante al interior del Lugar Santísimo. Este incienso, como el aceite de la unción, era tan sagrado que se le prohibía estrictamente a la gente tratarlo para uso personal.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 1314 Éxo 40:5; Sal 141:2
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
altar para quemar…incienso. Comparado con el tamaño del altar de bronce para el holocausto o con el arca del pacto, el altar de oro para el incienso era pequeño: 45 cm por cada lado y 90 cm de alto. Debía ser de madera de acacia revestida de oro.
Fuente: La Biblia de las Américas
para… TM añade quemar. Se sigue LXX → §194.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
[=] *Num 4:11 *1Re 6:20 *Ap 8:3
Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana
[12] Num 1, 2.[13] Medio siclo equivale a 5.5 gramos de oro. Se pagaba aún en los tiempos de Jesucristo. Mat 17, 23.[13] Lev 27, 25; Num 3, 47; Ez 45, 12.