Comentario de Éxodo 33:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Entonces Moisés dijo: —Por favor, muéstrame tu gloria.
Éxo 33:20; Sal 4:6; Jua 1:18; 2Co 3:18; 2Co 4:6; 1Ti 6:16; Tit 2:13; Apo 21:23.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La palabra gloria da la idea de peso, importancia y significado (Éxo 16:7, Éxo 16:10; Éxo 24:16, Éxo 24:17; Éxo 40:34, Éxo 40:35). Aquí, asombrosamente, Moisés demanda la presencia del Señor que hasta entonces, no había experimentado ninguna persona.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Se precisaba de medidas de cautela por las que Dios accedió solo en parte a la petición de Moisés de ver más de Él de lo que ya estaba experimentando (cp. Núm 12:8), en caso contrario, moriría. Aunque Dios tenía misericordia y era clemente con quien quería, Moisés no podría ver el rostro de Dios y seguir con vida. Lo que vio de la naturaleza de Dios transformada en una luz cegadora se designa como las «espaldas» de Dios, y nunca fue descrito posteriormente por Moisés (cp. Jua 1:18; 1Jn 4:12).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Me muestres tu gloria: Esta expresión es una forma figurada de aludir a la presencia de Dios. La “gloria de Dios” es un concepto teológico que atraviesa todo el Antiguo Testamento y que el traductor debe compatibilizar con la traducción de otros libros. Ya lo habíamos encontrado en Éxo 16:7 y Éxo 16:10 (ver). En función del versículo Éxo 33:20, algunas traducciones asumen que significa una visión más específica de Dios y suponen que Moisés pide ver a Dios mismo. Esta tendencia debería evitarse, porque no era parte del ideario semita que se pudiera ver a Dios como si fuera una figura visible más. Las propuestas de TLA, «permíteme verte», y de NVI, «déjame verte en todo tu esplendor», resultan inadecuadas, porque dejan entrever que se trataría de una visión casi física de Dios. DHH ofrece «déjame ver tu gloria». Recomendamos seguir RV95 o DHH.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
En este pasaje Moisés se atreve a pedir la manifestación máxima de Dios: no solo oír su voz, sino ver su rostro. Dios le concede algo de lo que le pide: cubierto por la mano de Dios (claro antropomorfismo), sentirá la presencia divina que pasa fugazmente cerca de Moisés.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
d 1482 Éxo 16:10; Éxo 24:17
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
que me muestres tu gloria. Moisés deseaba ver la esencia de Dios, sin ningún velo (v. coment. en 16:10).
Fuente: La Biblia de las Américas
La petición de Moisés de ver a Dios le fue otorgada, si bien no completamente y con grandes precauciones. Cp. nota en Jua 1:18.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Muéstrame… TM añade te ruego. Se sigue LXX → §194.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
[=] *Jn 1:14
[.] El párrafo que empieza es uno de los más profundos de la Biblia y nos habla en forma figurada de cómo Dios acepta darse a conocer en forma personal y directa. Déjame ver tu gloria. En realidad Dios no se dejará ver, sino que él mismo pronunciará su Nombre, o sea, dejará impreso su Poder y Gloria en aquellos que lo quieren ver. Te vas a quedar de pie sobre la roca. O sea, me esperarás ahí en la soledad, desprendido, despierto y disponible para el momento en que yo quiera, pues mis favores los doy a quien los quiero dar. Te cubriré con mi mano. Cuando Dios quiere favorecer a alguien con la unión mística, se adueña más o menos de su mente y por un tiempo más o menos largo. Entonces le quita toda palabra, toda idea y todo recuerdo, y lo mantiene a la fuerza en el vacío, suspenso a su sola presencia, como muerto a todo lo exterior te pondré en el hueco de la roca. Y así se queda hasta que el Señor haya pasado. Después sacaré mi mano entonces sabrás que has estado en Dios. Yavé, pues, pronunció su Nombre, dejándolo grabado en lo más profundo del espíritu, y este Nombre no es otro que el conocimiento y la experiencia de su misericordia infinita. Moisés, al terminarse este encuentro, no tiene ya ambición o deseo personal solamente le importa que se realice el proyecto de Dios de entregar a los hombres la herencia divina.