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Comentario de Éxodo 6:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Éxodo 6:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jehovah respondió a Moisés: —Ahora verás lo que yo haré al faraón, porque sólo a causa de una poderosa mano los dejará ir. A causa de una poderosa mano los ha de echar de su tierra.

Ahora verás lo que yo haré. Éxo 14:13; Núm 23:23; Deu 32:39; 2Re 7:2, 2Re 7:19; 2Cr 20:17; Sal 12:5.

con mano fuerte. Éxo 3:19, Éxo 3:20; Deu 4:34; Sal 89:13; Sal 136:12; Isa 63:12; Eze 20:33, Eze 20:34.

de echar de su tierra. Éxo 11:1; Éxo 12:31, Éxo 12:33, Éxo 12:39.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Dios renueva su promesa por su nombre Jehová, Éxo 6:1-8.

Moisés intenta en vano alentar a los israelitas, Éxo 6:9.

Él y Aarón son enviados una vez más a Faraón, Éxo 6:10-13.

La genealogía de Rubén, de Simeón y de Leví, de quien descendieron Moisés y Aarón, Éxo 6:14-25.

La historia continúa, Éxo 6:26-30.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La respuesta de Jehová a Moisés, ahora verás, estaba orientada a animarlo. Aún no había sucedido nada porque Dios aún no había comenzado a actuar.

mano fuerte: parece ser una referencia a Faraón, aunque consistentemente la «mano fuerte» de Éxodo es la de Jehová (Éxo 3:19Éxo 3:20Éxo 6:6Éxo 15:6Éxo 15:12). Así el sentido del versículo es «por mi mano fuerte Faraón los dejará ir y por mi mano fuerte Faraón los echará de su tierra».

 PERSPECTIVA

Peligros de la idolatría

La promesa de Dios de dar la tierra de Canaán a los descendientes de Abraham (Éxo 6:4) implicó desposeer a los cananeos, un grupo de tribus descendientes de Canaán, el nieto de Noé (Gén 10:15-20). Ellos fueron vecinos de Abraham y aún vivían en la tierra en el tiempo de Éxodo. Sin embargo, en los años intermedios, sus idolatrías y comportamiento inmoral aumentaron al punto que Dios estaba listo para juzgarlos.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

6. Nueva Revelación de Dios a Moisés.
L a primera parte de este capítulo parece que es un nuevo relato sobre la vocación de Moisés, proveniente de fuente diferente del que hemos visto en los c.2-3. Sustancialmente, la narración de la vocación y misión de Moisés es la misma con pequeñas variantes.

Yahvé se Manifiesta a Moisés (1-13).
1Yahvé dijo a Moisés: “Ahora verás lo que voy a hacer al faraón. Con mano fuerte los dejará ir, con mano fuerte los echará él mismo de su tierra.” 2Dios habló a Moisés y le dijo: “Yo soy Yahvé. 3Yo me mostré a Abraham, a Isaac y a Jacob como El-Sadday, pero no les manifesté mi nombre de Yahvé. 4No sólo hice con ellos mi alianza de darles la tierra de Canaán, la tierra de sus peregrinaciones, donde habitaron como extranjeros, 5sino que ahora he escuchado los gemidos de los hijos de Israel, que tienen los egipcios en servidumbre, y me he acordado de mi alianza. 6Di, por tanto, a los hijos de Israel: “Yo soy Yahvé, yo os libertaré de los trabajos forzados de los egipcios, os libraré de su servidumbre y os salvaré a brazo tendido y por grandes juicios. 7Yo os haré mi pueblo, y seré vuestro Dios, y sabréis que yo soy Yahvé, vuestro Dios, que os libraré de la servidumbre egipcia 8y os introduciré en la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob, y os la daré en posesión. Yo, Yahvé.” 9Así habló Moisés a los hijos de Israel; pero ellos no le escucharon, por lo angustioso de su dura servidumbre. 10Habló Yahvé a Moisés y le dijo: 11“Ve a hablar al faraón, rey de Egipto, para que deje salir a los hijos de Israel fuera de su tierra.” 12Moisés le respondió: “Los hijos de Israel no me escuchan, ¿cómo va a escucharme el faraón a mí, que soy incircunciso de labios?” 13Yahvé habló a Moisés y a Aarón y les dio órdenes para los hijos de Israel y para el faraón, rey de Egipto, con el fin de sacar de Egipto a los hijos de Israel.

El v.1 empalma perfectamente con el contenido del capítulo anterior. Ante la queja de Moisés, Dios promete resolver la situación obligando al faraón con mano fuerte, es decir, obrando prodigios que han de pesar duramente sobre el faraón. La negativa del faraón ha servido para que la ira omnipotente de Dios se manifieste. Y el recrudecimiento de la servidumbre hará que los hebreos ansien más liberarse de los odiados opresores egipcios,
De nuevo nos encontramos con la manifestación solemne de Yahvé de que es el mismo Dios de los patriarcas (v.2), pero con la expresa distinción de que éstos no le conocieron con el nombre de Yahvé: Yo me mostré a Abraham, a Isaac y a Jacob como El-Sadday, pero no les manifesté a ellos mi nombre de Yahvé (v.3). Discuten los comentaristas el sentido preciso de El-Sadday, de etimología incierta. Los LXX traducen παντοκράτωρ, que es el Omnipotens de la Vulgata. Recientemente los lexicólogos lo han querido relacionar con el asirio sadu, que significa montaña, y así se le relaciona con la raíz de sadah, “ser elevado,” vinculándole de este modo con la idea de grandeza, elevación, ser superior1. En el texto Dios primero es designado con el nombre de Elohim, después con el de El-Sadday. En la revelación hecha a Moisés, Dios escoge un nombre misterioso, con el que definitivamente quiere ser designado por su pueblo: Yo soy Yahvé, con todo lo que este nombre implica de trascendencia y de protección al mismo en su vida azarosa como colectividad nacional. Es un paso más en la revelación progresiva de la naturaleza de Dios hasta llegar en el Nuevo Testamento a la revelación de Dios uno y trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo2. Como hemos visto, el nombre de Yahvé aparece en en Gen 2:4. El nombre común de Elohim designa también a divinidades falsas. El de Yahvé, como hemos indicado al comentar el pasaje Deu 3:14-15, no ha sido hallado hasta ahora en la literatura extrabíblica. En adelante, Yahvé va a ser el nombre que mejor reflejará las relaciones especiales con Israel, primogénito de Dios. Con los patriarcas había hecho una alianza, o mejor, como dirá San Pablo, les había prometido la tierra de Canaán; pero ahora llega la hora del cumplimiento, y prenda de ello será el nombre de Yahvé. Quién sea este Yahvé, Israel lo entenderá por las obras que va a realizar en su favor, declarando así lo que antes había dicho: “Yo soy el que soy,” es decir, yo soy el que verás por las obras. Más adelante dirá a Moisés, declarando mejor su nombre de Yahvé, que El es el Dios misericordioso y clemente, tardo a la ira, rico en misericordia, que mantiene su favor por mil generaciones, que perdona el pecado, la rebelión3. En estas palabras se halla resumida toda la teología y la religión de Israel, ya que conocer a Dios significa vivir según las exigencias de la naturaleza de Yahvé4.
Después de la primera repulsa del faraón, Moisés recibe de Yahvé la orden de presentarse de nuevo ante él. La respuesta del profeta responde a la situación del momento: Los hijos de Israel no me escuchan; ¿cómo va a escucharme a mí el faraón, que soy incircunciso de labios? (v.12). Israel había ya perdido la fe que había concebido en el primer momento de la presentación de Moisés. La agravación del trabajo había sido todo el fruto de la embajada de Moisés al faraón. Ni Moisés ni el pueblo habían entendido que Dios exige ante todo la fe en su palabra, y esto por encima de todos los obstáculos que parezcan oponerse al cumplimiento de sus promesas. Muy bien dirá Job: “Aunque me mate, esperaré en El.”5 La fe es la condición de la salvación: “si no tuvierais fe, no permaneceréis.”6 Dios, pues, quiso ante todo probar la fe de Moisés y de sus compatriotas con los primeros fracasos de sus intervenciones ante el rey de Egipto.

Genealogía de Moisés y Aarón (14-27).
14Estas son las cabezas de sus linajes: Hijos de Rubén, primogénito de Israel: Janoc, Falu, Jesrón y Carmi; éstos son los linajes de Rubén. 15Hijos de Simeón: Jamuel, Jas-mín, Ahod, Jaguín, Sojar y Saúl, hijos de la cananea; éstos son los linajes de Simeón. 16He aquí los nombres délos hijos de Leví con sus linajes: Gersón, Caat y Merarí. Vivió Leví ciento treinta y siete años. 17Hijos de Gersón: Lobni y Se-meí, con sus generaciones. 18Hijos de Caat: Amram, Jisar, Hebrón y Oziel. Vivió Caat ciento treinta y tres años. 19Hijos de Merarí: Majli y Musí. Estos son los linajes de los levitas según sus familias. 20Amram tomó por mujer a Yokebed, que le parió a Aarón y a Moisés. Vivió Amram ciento treinta y siete años. 21Hijos de Jisar: Coré, Nefeg y Zicri. 22Hijos de Oziel: Misael, Elisafán y Patri. 23Aarón tomó por mujer a Elisabet, hija de Aminadab, hermana de Najsón, la cual parió a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. 24Hijos de Coré: Aser, Elcana y Abiasaf. Estas son las familias de los coreítas. 25Eleazar, hijo de Aarón, tomó por mujer a una hija de Futiel, que parió a Finés. Tales son los jefes de los linajes de los levitas según sus familias. 26 Estos son Aarón y Moisés, a quienes dijo Yahvé: “Sacad de Egipto a los hijos de Israel, según sus escuadras.” 27Ellos son los que hablaron al faraón, rey de Egipto, para sacar de Egipto a los hijos de Israel, Moisés y Aarón.

Las genealogías tienen gran importancia entre los hebreos, particularmente en la clase levítica y sacerdotal, por cuanto su dignidad sagrada se transmitía por generación de padres a hijos. La presente genealogía, repetición de la de Gen 46:8-15, contiene las familias de Rubén y Simeón, y luego la de Leví, a cuya tribu pertenecían Moisés y Aarón. En Exo 4:14 se dice que Dios mandó a Moisés que tome por auxiliar suyo a Aarón el “levita.” Quizá en este adjetivo no se trate de indicación patronímica (procedencia de la tribu de Leví, como Moisés), sino de la condición social, en relación quizá con el culto de Dios -Yahvé, lo cual parece recibir confirmación en el relato que más adelante veremos7. Acaso pudiéramos hallar la solución de la dificultad en el sentido de las genealogías, que no siempre expresan relaciones naturales de paternidad y filiación, sino las resultantes de la adopción, o incorporación a una familia o tribu. En las tribus de la región de Moab existe aún una especie de incorporaciones, en virtud de la cual el incorporado viene a participar del nombre y de la sangre del que lo admite en su seno. Una institución semejante no parece extraña a la vida de Israel. La vida de Moisés abarca tres generaciones de cuarenta años cada una, cifras esquemáticas y convencionales que abundan en el Pentateuco y en los libros siguientes hasta la historia de los reyes8. Naturalmente, en estas listas genealógicas no están todos los anillos de la cadena, y así a veces se salta de padres a nietos, y aún más. No nos sirve, pues, para calcular el tiempo que estuvieron los israelitas en Egipto. Es notable que no se menciona el linaje de Moisés, quizá a causa de su idolatría9. También es notable que, al citarlos por edad, se pone antes a Aarón (v.26), mientras que, al citarlos por su dignidad en la misión salvadora, Moisés aparece antes (v.27). Los nombres de Futiel y Finés (v.25), hijos de Aarón, son considerados como egipcios, lo que sería un indicio de autenticidad y de arcaísmo.

Nueva Excusa de Moisés (28-30).
28Cuando habló Yahvé a Moisés en tierra de Egipto, 29dijo a Moisés: “Yo soy Yahvé; di al faraón, rey de Egipto, cuanto te diga.” 30Y Moisés dijo a Yahvé: “Yo soy incircunciso de labios; ¿como va a escucharme el faraón?”

Estos versos tienen el fin de reanudar el relato interrumpido por la lista genealógica. El v.30 es casi repetición del v. 12, y el v.29 repite lo dicho en 6:2.11.

1 Cf. A. Clamer, o.c., p.gg. – 2 Tomás de Aquino, 2-2 q.1 a.y. – 3 Exo 34:6. – 4 Cf. Ose 4:3. – 5 Job 13:15. – 6 Isa 7:9. – 7 Exo 32:26. – 8 Cf. E. Power, en “Verbum Dei” I (Barcelona) 518. – 9 Cf. Jue 18:30.

Fuente: Biblia Comentada

Ahora verás. El Señor anunció, como respuesta a la oración de Moisés, que por fin se había preparado el escenario para hacer frente a Faraón, que, en consecuencia, solo podría apremiar a Israel a partir.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

I. Israel en Egipto (Éxo 1:1-22; Éxo 2:1-25; Éxo 3:1-22; Éxo 4:1-31; Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-36)

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

C. Moisés en Egipto (Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-36)

Análisis de discurso

Esta unidad comienza con el regreso de Moisés de Madián a Egipto y finaliza con la salida del pueblo hacia su liberación. El joven israelita, criado en la corte, que tuvo que salir huyendo para preservar su vida, ahora vuelve con la misión que Dios le ha encomendado de liberar a su pueblo de la esclavitud y conducirlo por el desierto en busca de su tierra propia. Debemos tener en cuenta que Moisés pudo haber sido visto como un ingrato a los ojos de sus progenitores. Si bien se nos dice que ya habían fallecido los que procuraban matarlo (Éxo 4:19), cabe suponer que muchos recordaban su persona. No sólo sabría de él la hija del faraón ―quien había salvado su vida y lo había recibido en su casa; quien le había dado educación y había procurado lo mejor para su salud y desarrollo―, sino también quienes lo habían acompañado en ese tiempo en la corte. Sin embargo, ahora, este hombre, en lugar de ayudar a consolidar el poder del rey, reclama a éste que deje ir a sus siervos. Su proyecto de liberación se opone a los intereses del faraón, para quien el Dios de Israel era un ser desconocido que, en el mejor de los casos, podía ser considerado como una deidad débil, como correspondía, en su pensamiento religioso, al Dios de los esclavos.

A los efectos del marco general de la traducción, es importante tener presente que el sentido de Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-36 es narrar los esfuerzos de Moisés por lograr una salida pacífica de Egipto. La libertad de los esclavos y la búsqueda de una vida digna en su tierra son cosas justas, que corresponden a la voluntad de Dios. Por tanto, se apela en primera instancia a la comprensión del faraón. Sólo la terquedad e incapacidad de éste para entender el valor de la vida de sus siervos conduce a las plagas y al uso de la fuerza y de la violencia contra él y su pueblo. Para el faraón, la vida de los esclavos tiene un valor que se traduce en dinero y en producción para su gobierno y para el bienestar del reducido grupo de su corte. No ve en esos hombres y mujeres la imagen de Dios, sino simples y baratos trabajadores a su servicio. En Moisés no ve a un hombre de Dios, sino a un rebelde que quiere socavar su poder. Él piensa que si los esclavos se van con este ingrato hebreo sus arcas perderán dinero y su prestigio personal se verá mancillado.

De acuerdo con nuestro bosquejo, distinguimos en esta unidad dos partes con sus correspondientes subdivisiones.

1. Moisés y Aarón ante el faraón (Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-7)

Esta primera parte narra el diálogo de Moisés y Aarón con el faraón a fin de que éste deje salir a Israel de Egipto, y cuáles son los primeros efectos de esa actitud. Se hacen más duros los trabajos y se presiona sobre los capataces para que opriman a los trabajadores. El faraón muestra su dureza y provoca que los mismos israelitas sientan que la acción de Moisés, más que aliviar sus penas, las acrecienta. Le reclaman por eso, y entonces el mismo Moisés se dirige a Dios expresando su confusión y dudas. ¿Para qué me enviaste?, llegará a decirle (Éxo 5:22).

TÍTULO: La extensión de esta unidad es variable. RV95 la hace llegar hasta Éxo 5:21 y la titula: Moisés y Aarón ante el faraón. TLA prefiere una sección más breve y la extiende sólo hasta Éxo 5:12, bajo el título: «Moisés y Aarón hablan con el rey de Egipto». Esta última es preferible por su claridad respecto a lo narrado.

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

c. Quejas del pueblo (Éxo 5:19-23; Éxo 6:1)

TÍTULO: Esta unidad expresa las quejas del pueblo y luego las del mismo Moisés por el empeoramiento de la situación del pueblo. Sugerimos titular: “Quejas del pueblo”. Otra opción es «Quejas del pueblo y oración de Moisés»

(BJ). Varias versiones prefieren separar en el versículo Éxo 5:22 con un nuevo título: «La oración de Moisés» (DHH), o «Dios promete la liberación» (NVI). El título de RV95, Jehová comisiona a Moisés y Aarón, supone una extensión mayor de texto, pero no resulta convincente.

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Mano fuerte: Es una expresión que significa “gran poder”, que ya habíamos encontrado en Éxo 3:19, donde RV95 traduce por la fuerza. En este versículo el texto hebreo es algo confuso y no deja claro si se refiere a la mano de Dios o a la del faraón. La traducción de RV95 mantiene la ambigüedad. Es probable que se refiera a la mano de Dios en oposición a “la mano de Egipto” (Éxo 3:8, traducido en RV95 como manos de los egipcios). Hay varias opciones que resultan más claras: «Mano poderosa» (NVI), «a la fuerza lo dejará marchar» (NBE), «sólo por la fuerza» (DHH). TLA elude el problema de traducción omitiendo esta expresión, pero así pierde parte del sentido.

A nuestro criterio, la frase se refiere al poder de Dios. Se puede seguir la traducción de NETT: «He shall let them go because of a greater might» (“él los dejará ir debido a un poder más grande”). Esta traducción pone el acento en que el faraón actuará llevado por un poder mayor que el suyo propio. En esta línea, sugerimos una traducción alternativa: “Ahora verás lo que haré al faraón y cómo él los dejará ir, debido a la acción de un poder superior a él mismo”.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

— una fuerza poderosa: Lit. una mano fuerte.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

propósito de Dios fue ahora revelado: el faraón sería forzado a someterse ante la mano poderosa de Dios (1). Para reasegurar a Moisés, Dios le recordó las promesas que fueron parte del pacto previamente establecido con Abraham, Isaac y Jacob (2-8). Por medio de su liberación de Egipto los israelitas conocerán que Jehovah es realmente su Dios y que ellos son su pueblo (7). La triple re petición de la frase Yo soy Jehovah en los vv. 2, 6 y 8 enfatiza que es Jehovah quien lo hará. No obstante, cuando Moisés comunicó la respuesta de Dios a los israelitas, ellos no escucharon (9). El poder del faraón sobre ellos parecía inamovible. En consecuencia, aun Moisés comenzó a creer que era absurdo preguntar por la liberación de los israelitas (12).

Nota. 3 Este versículo suscita una importante pregunta: ¿Fue el nombre Yahweh conocido antes del tiempo de Moisés? Los eruditos están divididos en su respuesta a esta pregunta. Algunos apuntan al uso frecuente del término en Gén. Otros sugieren que las veces que ocurre el término en Gén. son incorporaciones posteriores. Mientras que es posible demostrar que en ciertos lugares en Gén. el término Yahweh pudo haber reemplazado a un título divino antiguo (p. ej. 16:11, 13), esto no siempre es posible (p. ej. 15:7; 22:14). Sin embargo, es aparente que otros nombres divinos, y en particular El Shadday (Dios Todopoderoso), fueron populares entre los patriarcas. La interpretación correcta de 6:3 permanece como parte de un enigma.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

6.6 Los problemas pequeños sólo necesitan respuestas pequeñas. Pero cuando nos enfrentamos a problemas grandes, Dios tiene la oportunidad de ejercitar su gran poder. Conforme los problemas de los hebreos iban de mal en peor, Dios planeó intervenir con su gran poder y realizar grandes milagros para liberarlos. ¿Cuán grandes son sus problemas? Los grandes problemas lo ponen en la posición perfecta para observar a Dios dar grandes respuestas.6.6-8 Las promesas de Dios que hay en estos versículos se cumplieron al pie de la letra cuando los hebreos salieron de Egipto. El los libró de la esclavitud, llegó a ser su Dios y los aceptó como su pueblo. Luego los guió a la tierra que les había prometido. Cuando los hebreos fueron rescatados de la esclavitud, también nos estaban ejemplificando a todos nosotros el drama de la salvación. Cuando Dios nos redime del pecado nos libera, nos acepta y llega a ser nuestro Dios. Luego nos guía hacia una nueva vida conforme lo vamos siguiendo.6.9-12 Cuando Moisés le dio el mensaje de Dios al pueblo, este estaba demasiado desalentado para escucharlo. Los hebreos ya no querían oír nada más acerca de Dios y de sus promesas porque la última vez que escucharon a Moisés, todo lo que obtuvieron fue más trabajo y mayor sufrimiento. Algunas veces un mensaje claro de Dios va seguido de un período en el que no hay ningún cambio aparente en la situación. Durante ese tiempo, los aparentes problemas pueden hacer que la gente se aleje y no quiera escuchar nada acerca de Dios. Si está guiando, no se rinda. Continúe dándoles el mensaje de Dios como lo hizo Moisés. Al concentrarnos en el Dios que se debe obedecer y no en los resultados que se deben alcanzar, los buenos líderes pueden ver más allá de los problemas y caídas temporales.6.10-12 Piense cuán difícil pudo haber sido para Moisés llevar el mensaje de Dios a Faraón cuando su propio pueblo no podía creerlo. Finalmente, los hebreos estuvieron seguros de que Dios había enviado a Moisés. Pero por un tiempo, debió haberse sentido muy solo. Sin embargo, Moisés obedeció a Dios y ¡miren la diferencia! Cuando parezcan débiles las oportunidades de éxito, recuerde que cualquiera puede obedecer a Dios cuando la tarea es fácil y todos andan detrás de ella. Sólo aquellos que cuentan con una fe persistente pueden obedecer cuando la tarea parece imposible.6.14-25 Esta genealogía o árbol de la familia fue colocado aquí para identificar más firmemente a Moisés y Aarón. Las genealogías eran utilizadas para establecer credenciales y autoridad, al igual que para trazar la línea histórica de una familia.6.26 Sacar a los israelitas de Egipto por sus ejércitos significa que saldrían por tribus, clanes o grupos familiares.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 207 Éxo 12:29; Éxo 14:13; Sal 12:5

b 208 Éxo 9:3; Éxo 11:1; Éxo 12:31

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Lit., por mano fuerte

Fuente: La Biblia de las Américas

[3] En el hebreo se lee Mi nombre Jehová. Mas el autor de la Vulgata, al igual que los hebreos, ha sustituido el de Adonai. Los hebreos nunca pronunciaban el nombre de Dios por respeto a él.[14] Gen 46, 9; Num 26, 5; 1 Cro 5, 1.[15] 1 Cro 4, 24.[17] 1 Cro 6, 1; 23, 6.[18] Num 3, 19; 26, 57-58; 1 Cro 6, 2; 23, 12.[23] Así se mezclaron la tribu real de Judá y la sacerdotal de Leví. Esta mezcla es figura de la unión del reino y del sacerdocio de Jesucristo.

Fuente: Notas Torres Amat