Comentario de Éxodo 7:8 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Jehovah habló a Moisés y a Aarón diciendo:
Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-36
Jehová da poder a su siervo contra Faraón para promulgar su grandioso plan de redención. Esta sección es el corazón del drama de la redención, pues contiene la historia de las diez plagas, la institución de la Pascua, la liberación de Egipto y el principio del viaje al desierto. Es una de las narraciones más dramáticas del AT. es una de las mejores prosas épicas del mundo antiguo.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Habló Jehová a Moisés y Aarón: Esta es la primera vez que se habla de que Moisés y Aarón recibieran juntos un mensaje de Dios.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
2. Plagas contra Egipto y primera Pascua (Éxo 7:8-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-36)
Análisis de discurso
En esta unidad se narran las plagas contra Egipto, la institución de la Pascua y el anuncio definitivo de la salida de Egipto. Es un texto compuesto y de estructura compleja, pero en su redacción actual posee una coherencia significativa. Por un lado, se presenta las plagas como prodigios de Dios, como manifestaciones del poder divino que buscan convencer al faraón de que libere a Israel, el pueblo de Dios. Se manifiesta entonces una puja de poderes, una competencia entre los poderes divinos y los poderes de los magos y adivinos del faraón. Entrelazada con este relato, se coloca la institución de la celebración pascual, que vendrá a ser la fiesta central del calendario israelita, que incluso tendrá consecuencias para los hechos centrales de la vida de Cristo en el Nuevo Testamento. Si, como se suele convenir, la fiesta de la Pascua tuvo un origen independiente de la narración de la salida de Egipto, su ubicación en este lugar le otorga un valor superior, en tanto se la vincula con el acto de justicia de Dios más relevante de todo el Antiguo Testamento, al punto que se tornará en paradigma para toda la literatura posterior. Dicho paradigma será evocado por los profetas, sabios y poetas de Israel por el resto de su historia.
a. Nueve plagas (Éxo 7:8-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29)
Se las conoce tradicionalmente como “plagas”, pero el texto hebreo las llama “prodigios”. Sólo la décima puede ser llamada “plaga”, quizás por su carácter extremadamente trágico y definitivo. Nótese que los prodigios están vinculados a calamidades naturales reversibles ―en efecto, los mosquitos, los tábanos, las tinieblas, etc., son fenómenos pasajeros que asustan y asombran, pero luego el equilibrio ecológico se reinstala, relativamente, en poco tiempo―, mientras que la décima plaga va a afectar la vida de los primogénitos y no será reversible.
Esta extensa unidad comienza con una primera presentación (Éxo 7:8-13) ante el faraón y una demostración de poder que consiste en transformar los bastones en bestias que representan las fuerzas del mal. Aquí ya se establece la competencia entre Dios y los magos del faraón. Luego sucederán los nueve prodigios, cuyo fin es poner en evidencia la fuerza del Dios de Israel y lograr de manera pacífica que el rey permita a los israelitas salir a la libertad. Debido a que este objetivo no se logra, sucede la décima plaga.
Aspectos históricos y literarios
Las plagas de Egipto
La narración de las plagas de Egipto es una de las más populares del Antiguo Testamento, por su narrativa grandilocuente y porque con ella se comienza a percibir la voluntad concreta de Dios de llevar a cabo la gesta de liberación de la esclavitud. Sin embargo, esa popularidad no siempre nos ha conducido a estudiarla de manera más detallada y a entender su dinámica. Vamos a señalar algunos elementos que ayudarán a una mejor comprensión de este pasaje.
Desde el comienzo debemos advertir al lector respecto a hacer una lectura muy directa y literal de los hechos. En muchos textos del Antiguo Testamento se nos muestra cómo Dios utiliza las fuerzas de la naturaleza en provecho propio, con el fin de manifestar su poder y su voluntad. En 1Re 19:11-14, Dios utiliza huracanes, terremotos y rayos para comunicarse con Elías. Ya antes la sequía y la lluvia habían sido instrumentos de Dios (1Re 17:1-18– 1Re 18:1-24). No hay razón para pensar que no estamos aquí ante una más de esas ocasiones. Es probable que varias de estas plagas hayan sido fenómenos naturales potenciados y, a la vez, percibidos por sus víctimas ―los egipcios― como fenómenos de una magnitud superior a la habitual. El narrador bíblico también pudo tener la sensación de que dichos fenómenos fueron más extensos y efectivos de lo normal. Es para destacar que las narraciones de estas plagas, evocadas en los salmos Sal 78:43-51 y Sal 105:27-36, presentan un orden y una cantidad distintos en cada caso, tanto entre ambos relatos como respecto del texto de Éxodo. Esto pone en evidencia que hubo más de una versión de los hechos y que éstos fueron aceptados y narrados en diversos períodos de la historia. De todos modos, para el narrador de Éxodo es claro que Dios es quien conduce los fenómenos y que toda fuerza natural está sometida a su soberanía.
Hay una estructura común o regular sobre la cual cada relato de plaga establece sus variantes particulares. El esquema básico consta de seis partes y es el siguiente (Osborn-Hatton, p. 162):
1. Dios informa a Moisés del fenómeno natural que se avecina.
2. Moisés advierte al faraón.
3. Se narra el fenómeno.
4. El faraón pide a Moisés que lo libre de la tragedia.
5. El fenómeno desaparece por mediación de Moisés.
6. El faraón vuelve a endurecer su posición hacia los israelitas.
El traductor debe tener en cuenta esta estructura básica, pero también debe recordar que la misma no está presente en forma completa en todas las narraciones. El texto no es repetitivo ni mecánico. Por el contrario, posee una fuerte dinámica que empuja al lector hacia el final de la historia, que derivará en la décima plaga. Esta última plaga está al margen del esquema de seis puntos y tiene características que la distinguen del resto.
También hay una estructura en la sucesión de las diez plagas. Se trata de tres grupos de tres plagas, y la décima tiene su propia estructura y dimensión. A la vez, entre las nueve primeras hay diferencias de extensión y de contenido. Las primeras de cada grupo (Éxo 8:1, Éxo 8:4 y Éxo 8:7) son advertidas con suficiente tiempo, ya que suceden de mañana. Las segundas (Éxo 8:2, Éxo 8:5 y Éxo 8:8) indican que Moisés debe ir ante el faraón, es decir, suceden probablemente en el palacio. Las terceras (Éxo 8:3, Éxo 8:6 y Éxo 8:9), cuya narrativa es más breve, suceden sin advertencia previa al faraón. Es notable también que en la primera serie (Éxo 8:1-3) el ejecutor de la plaga es Aarón, mientras que en la serie final (Éxo 8:7-9) ese papel lo asume Moisés. Podemos mostrarlo en el siguiente esquema:
1. Sangre de mañana Aarón
2. Ranas ante el faraón Aarón
3. Mosquitos breve, sorpresiva Aarón
4. Tábanos de mañana
5. Ganado ante el faraón
6. Llagas breve, sorpresiva
7. Granizo de mañana Moisés
8. Langostas ante el faraón Moisés
9. Tinieblas breve, sorpresiva Moisés
10. Primogénitos (no es fenómeno natural)
De este modo, la dinámica del texto conduce ―por repetición de las series― hacia el final, en el que la décima plaga es definitiva y mortal. Al papel protagónico de Aarón en la primera serie le suceden tres plagas intermedias sin un liderazgo determinado. Luego, en la tercera serie, se afirma la conducción de Moisés. Se opera así un traslado de protagonismo de Aarón a Moisés, lo cual es comprensible, dada la intención del narrador de exaltar la figura de este último. Sucedidas las nueve plagas, y debido al fracaso de éstas respecto a su objetivo de modificar la decisión del faraón, sobreviene la décima y última, en la cual no intervienen ni Moisés ni Aarón de manera directa (extendiendo su brazo o utilizando una vara). En este caso, ambos actuarán instruyendo al pueblo sobre lo que se debe hacer para no ser presa de la calamidad que se acerca. Esta es la única plaga en la que los israelitas deben tomar precauciones para no ser también ellos víctimas del flagelo.
Si bien en el texto estas estructuras son más o menos explícitas, el traductor debe tenerlas en cuenta en el momento de organizar las unidades, elegir los títulos, destacar ciertos elementos y discernir el tema central de cada plaga.
i. Moisés y Aarón hablan con el faraón (Éxo 7:8-13)
TÍTULO: De los títulos que ofrecen RV95 y TLA, el de esta última es el más logrado. Destaca la acción de enfrentar al faraón en lugar del objeto (vara) que servirá de prueba del poder de Dios ante los magos. Algunas Biblias colocan aquí un título general para indicar el comienzo del ciclo de las plagas. Así proceden BJ, «Las plagas de Egipto», y TLA, «Los diez castigos», aunque en este caso se lo coloca en Éxo 7:14 (ver nuestro comentario en ese lugar).
Análisis textual y morfosintáctico
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Éxo 8:5-32 al Éxo 11:1-10.
Esta sección contiene el relato de las nueve primeras plagas de Egipto (Éxo 7:14-25; Éxo 8:5-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29) y el anuncio de la décima (Éxo 11:1-10). El tema central es, en primer lugar, acreditar al Señor, es decir, conseguir que el faraón reconozca su poder; en segundo lugar, se trata de acreditar a Moisés delante de los israelitas y ante el faraón. Estas plagas o prodigios son demostraciones del poder de Dios sobre los fenómenos naturales.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
La vara se transforma en serpiente. Es interesante que la confrontación entre Moisés y el faraón comienza con el rey egipcio demandando señales (9; cf. 4:21; 7:3); la misma palabra heb. se traduce “maravillas” y “prodigios” en 11:9, 10. Obviamente, el faraón estaba convencido de que en una demostración de fortaleza él tenía el poder, a través de sus hechiceros, para vencer a Moisés. Aun mientras ellos fueron suficientemente poderosos para reproducir la señal de la vara de Aarón transformada en una serpiente, su poder fue menor; la vara de Aarón se tragó las varas de ellos (12).