Entonces me dijo: “Oh hijo de hombre, come lo que has encontrado; come este rollo y vé, habla a la casa de Israel.”
come lo que hallas. Esto debe haber sucedido en una visión; pero el significado es claro: Recibe mi palabra en tu mente, déjala entrar en tu alma y corazón; digiérela, que sea tu alimento, tu comida y tu bebida, para hacer la voluntad de tu Padre que está en el cielo. Eze 3:10; Eze 2:8, Eze 2:9; 1Ti 4:15; Apo 10:9, Apo 10:10.
y ve y habla. Eze 3:11, Eze 3:15, Eze 3:17-21; Eze 2:3; Jer 24:1-7.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Ezequiel come el rollo, Eze 3:1-3.
Dios lo fortalece, Eze 3:4-14.
Dios le muestra las normas de la profecía, Eze 3:15-21.
Dios le encierra en la casa y luego a su tiempo cierra y abre la boca del profeta, Eze 3:22-27.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
come: El acto simbólico de comerse el rollo demostró que Ezequiel asimiló el mensaje preparándose para hablar al pueblo.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
COME ESTE ROLLO. En el rollo estaban las palabras y los juicios de Dios para su pueblo. El que Ezequiel se comiera el rollo simbolizaba que tenía que recibir el mensaje de Dios y comprometerse con ese mensaje antes de proclamarlo.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
3. El Profeta, enviado de Dios.
Obstinación de la casa de Israel.
1 Y me dijo: Hijo de hombre, come eso que tienes delante, come ese rollo, y habla luego a la casa de Israel. 2Yo abrí la boca e hizome él comer el rollo, 3 diciendo: Hijo de hombre, llena tu vientre e hinche tus entrañas de este rollo que te presento. Yo lo comí y me supo a mieles. 4Luego me dijo: Hijo de hombre, ve, llégate a la casa de Israel y habíales mis palabras. 5Mira que no eres enviado a un pueblo de habla abstrusa, sino a la casa de Israel. 6No es a pueblos remotos, cuyas palabras no entiendes. Ah! Si a éstos te enviara, seguramente te escucharían. 7La casa de Israel, por el contrario, no querrá oírte, porque no quieren oírme a mí, porque toda la casa de Israel tiene frente altanera y corazón contumaz. 8Pero yo te doy un rostro tan firme como el de ellos, y una frente dura cuanto las frentes suyas, 9 tan dura como el diamante, más que el pedernal. No los temas ni te atemorices ante ellos, porque son casa rebelde.”
El profeta recibe la orden de tragar el rollo, escrito con lamentaciones. La primera impresión de su gusto es a mieles, porque era la palabra divina acompañada de un íntimo fortalecimiento interno. Toda misión, por ingrata que sea, si es de parte de Dios, resulta dulce a los encargados de cumplirla, en cuanto que se sienten solidarios de una obra divina. La conciencia de estar asistidos por Dios les hace sentir alegría y dulzura donde hay amargura y tristeza. Ezequiel es enviado a la casa de Israel, semitismo corriente en el estilo del profeta para designar simplemente los israelitas del exilio, a los que era enviado como profeta. De ellos habría de nacer de nuevo la casa de Israel, concebida como unión de todos los descendientes de Jacob-Israel. Para animarle le dice que su misión está facilitada por la lengua de los destinatarios, que es la suya (v.5). Por otra parte, los israelitas no son tan extraños a la nueva misión del profeta, ya que no son un pueblo que no haya oído hablar de enviados de Yahvé, sino que toda su historia está salpicada de intervenciones de los profetas, centinelas y mensajeros de su Dios. Pero tienen frente altanera y corazón contumaz (v.7). Por eso seguramente, si fuera otro pueblo, le escucharía. En todo caso, la asistencia divina hará que el profeta pueda hacer frente a la obstinación de su pueblo (v.8).
Desaparece la visión (10-14).
10 Díjome también: Hijo de hombre, todas las palabras que yo te digo recógelas en tu corazón y dales atento oído, 11 y ve luego y llégate a los deportados, a los hijos de tu pueblo, y habíales diciéndoles: Así dice el Señor, Yahvé, óigante o no te oigan. 12 Entonces me arrebató el espíritu, y oí tras de mí un estruendo de fuerte terremoto al elevarse la gloria de Yahvé en su lugar, 13 y oí el rumor de las alas de los cuatro vivientes, que daban la una contra la otra, y el ruido de las ruedas, ruido de gran terremoto. 14 Entonces me alzó el espíritu y me arrebató. Yo andaba amargado y malhumorado en mi alma, pero fue sobre mí la mano de Yahvé, que me confortó. Llegué así a los deportados de Tel-Abib, que habitaban en la ribera del río Kebar, a la región donde moraban, y estuve entre ellos atónito durante siete días.
Ezequiel quedó sobrecogido ante la comunicación divina y sintió que el cortejo majestuoso, en el que estaba Dios, se marchó, oyendo un estruendo de fuerte terremoto al elevarse la gloria de Yahvé. Aquel batir de alas de los vivientes suplía a los truenos del Sinaí. Yahvé siempre se comunica a los hombres en el A.T. rodeado de majestad y de poder. El profeta quedó triste y pensativo ante la misión que se le encomendaba (v.14). Sin duda que pensaba en las rebeldías de aquel pueblo, sobre el que habían de caer tantas calamidades. Por orden de Dios se fue a ver a los exilados que estaban en una colonia junto al “gran canal” llamada Tel-Abib (v.15), que en hebreo significa “colina de la espiga,”1 nombre que para ellos insinuaba fertilidad y resurrección. No conocemos esta localidad, pero debía de ser una de tantas colonias de exilados junto a los canales de” Mesopotamia.
Responsabilidad de Ezequiel (16-21).
16 Al cabo de los siete días me fue dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 17 Hijo de hombre, yo te he dado por atalaya a la casa de Israel. Tú oirás las palabras de mi boca y de mi parte los amonestarás. 18 Si yo digo al malvado: “¡Vas a morir!” y tú no le amonestares y no le hablares para retraer al malvado de sus perversos caminos para que viva él, el malvado morirá en su iniquidad, pero te demandaré a ti su sangre. 19 Mas si, habiendo tú amonestado al malvado, no se convierte él de su maldad y de sus perversos caminos, él morirá en su iniquidad, pero tú habrás salvado tu alma. 20 Y si se apartare el justo de su justicia, cometiendo maldad, y pusiere yo una trampa delante de él, él morirá. Por no haberle tú amonestado, morirá en su pecado, y no se recordarán las obras buenas que hubiere hecho, pero yo te demandaré a ti su sangre. 21 Pero, si tú amonestaste al justo para que no pecara y dejare de pecar, vivirá él, porque fue amonestado, y tú habrás salvado tu alma.
El profeta estuvo apesadumbrado por su dura misión, que fue confirmada en toda su responsabilidad a los siete días. Ezequiel es constituido en atalaya para la casa de Israel (v.17). Los profetas anteriores al exilio se presentaban como centinelas de su pueblo, con la misión de anunciar los peligros que se cernían sobre Israel 2. Es el cometido que se encomienda a Ezequiel. Si no cumple su misión, será castigado de muerte: te demandaré a ti su sangre. Será responsable de la pésima conducta del impío si no le ha advertido su mal camino (v.18). Al contrario, salvará su alma, es decir, su vida, si a tiempo le ha amonestado de sus malos caminos (v.21).
El profeta, recluido en su casa (22-27).
22 Fue aquí de nuevo sobre mí la mano de Yahvé, que me dijo: Levántate, vete al campo y allí te hablaré. 23 Levánteme y salí al campo, y vi que estaba allí la gloria de Yahvé, como la gloria que había visto en la ribera del Kebar, y caí rostro a tierra, 24 pero entró en mí el espíritu y me puso en pie, y me habló Yahvé, diciéndome: Ve y enciérrate en tu casa. 25 Tú, hijo de hombre, verás que echan cuerdas sobre ti y te atan con ellas, y ya no podrás salir a ellos. 26 Y haré que se te pegue la lengua al paladar, y quedarás mudo, y ya no serás para ellos un censor, porque es casa rebelde; 27 mas, cuando yo te hable, abriré tu boca, y entonces les dirás: Así habla el Señor, Yahvé; el que oiga, que oiga, y el que no quiera oír, no oiga, porque es casa rebelde.
Por orden divina, el profeta desciende de la colina al campo 3, y allí vio de nuevo la gloria de Yahvé, o a Yahvé manifestándose en toda su gloria como en la primera visión. Confortado por el espíritu (v.24) después de haber quedado en un estado de postración similar al de la primera visión, recibió la orden de encerrarse en su casa (v.24). En vez de comunicar a los exilados su visión y las comunicaciones divinas, debe callarse por una temporada. El v.25 debe entenderse en un sentido simbólico; no es, pues, necesario suponer que realmente le hubieran atado con cuerdas. Es Yahvé quien liga al profeta, como es Yahvé quien le pega la lengua al paladar (v.26). Quizá le envió una enfermedad, como parálisis, reumatismo, etc., que le inmovilizó4. En todo caso, parece que Yahvé mismo le impuso un período de inmovilidad bastante prolongado.
Muchos autores creen que el fin de esta acción simbólica es anunciar el asedio de Jerusalén por Nabucodonosor 5. Pero en el contexto aparecen juntos la inmovilidad y el mutismo, lo que parece indicar que es una misma la finalidad de ambas cosas, es decir, el mantenerse alejado de toda actividad con los exilados antes de que Yahvé mismo lo ordene: hasta cuando yo te hable. (v.27). Parece que se le ordena callar por un tiempo, porque los exilados aún no estaban suficientemente preparados para oír los mensajes del profeta.
Fuente: Biblia Comentada
come este rollo … Y lo comí. El mensajero de Dios primero debe apropiarse de la verdad de Dios en su interior para beneficio propio, y después puede predicarla.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Apo 10:8-10.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
3.1-3 En su visión, Ezequiel comió el mensaje de Dios y encontró que este alimento espiritual no solo era bueno para él sino que era dulce como la miel (véase en Rev 10:8-10 un empleo similar de esta imagen). Si «digiere» la Palabra de Dios, descubrirá que no solo fortalece su fe sino que su sabiduría le endulza la vida. Uno necesita alimentarse espiritualmente de la misma manera en que se alimenta físicamente. Esto significa algo más que simplemente echar un vistazo casual al mensaje de Dios. Significa hacer de la Palabra parte de su vida.3.10, 11 Ezequiel debía permitir que las palabras de Dios penetraran en su corazón antes de predicarlas a los demás. El mensaje de Dios debe penetrar en su corazón y mostrarse en sus acciones antes de que pueda ayudar eficazmente a que otros lo comprendan y lo apliquen.3.14, 15 Ezequiel estaba amargado y enojado, no con Dios, sino por los pecados y actitudes del pueblo. Su visión extraordinaria había terminado y ahora tenía que comenzar la tediosa tarea de profetizar en medio de su pueblo, al que parecía importarle muy poco los mensajes de Dios. Antes del cautiverio, el pueblo había oído a Jeremías, pero no había prestado atención. Ahora Ezequiel tenía que dar un mensaje similar, y esperaba que lo volvieran a rechazar. Pero la visión de los seres vivientes y de las ruedas retumbantes estaban de su lado. No tenía nada que temer porque Dios estaba con él. A pesar de conocer el probable resultado, Ezequiel obedeció a Dios. A medida que crecemos en nuestra vida espiritual, tendremos momentos de gran gozo cuando sintamos que Dios está cerca y habrá momentos en los que los pecados, las luchas y las tareas diarias nos abrumen. Al igual que Ezequiel, debemos obedecer a Dios aun cuando no tengamos ganas. No permita que los sentimientos obstaculicen la obediencia.3.15 Ezequiel se sentó en silencio en medio del pueblo durante siete días. Este era el período de luto que se acostumbraba por los muertos (Gen 50:10; 1Sa 31:13; Job 2:13). Ezequiel estaba guardando luto por aquellos que estaban espiritualmente muertos. Tel-abib era la localidad donde se establecieron los judíos cautivos de Jerusalén.3.17, 18 Un atalaya permanecía en el muro de la ciudad y advertía al pueblo de un peligro inminente. El papel de Ezequiel era ser un atalaya espiritual que advertiría al pueblo del castigo que vendría. Algunos piensan que «su sangre demandaré de tu mano» significa que de la misma forma en la que un atalaya del muro pagaría con su propia vida si no advertía a la ciudad que los enemigos se acercaban, Ezequiel sería castigado con la muerte si se hubiera negado a advertir al pueblo que vendría castigo por sus pecados. Otros creen que significa simplemente que Dios haría responsable a Ezequiel de los que se perdieran.3.18-21 En estos versículos Dios no está hablando acerca de la pérdida de la salvación sino más bien de la muerte física. Si el pueblo que quedaba en Judá continuaba con sus pecados, ellos, su tierra y sus ciudades serían destruidos por los ejércitos de Nabucodonosor. Si, por otro lado, se volvían a Dios, sus vidas serían perdonadas. Dios haría responsable a Ezequiel por sus compatriotas judíos si no les advertía sobre las consecuencias de sus pecados. Todas las personas son responsables, en forma individual, ante Dios, pero los creyentes tienen la responsabilidad especial de hablar a los inconversos de las consecuencias de rechazar a Dios. Si no lo hacemos, El nos hará responsables por lo que ocurra en la vida de ellos. Esto debe motivarnos para comenzar a predicar nuestra fe a otros, tanto de palabra como de hecho, y evitar vivir una vida despreocupada e insensible.3.23 Ezequiel reconoció su impotencia ante Dios y cayó postrado en la presencia del Señor. En ocasiones nuestra prosperidad, popularidad o nuestra fuerza física nos ciegan ante nuestra impotencia espiritual. Sin embargo, nada de lo que hagamos por nuestra cuenta puede realizar mucho para Dios. Solo cuando Dios tiene el control de nuestra voluntad podemos realizar grandes tareas para El. El primer paso para ser una persona de Dios es admitir nuestra necesidad de ayuda, luego podemos ver lo que Dios puede hacer realmente en nuestra vida.3.24-27 A Ezequiel se le permitía hablar únicamente cuando Dios tenía un mensaje para el pueblo. El pueblo sabía que cualquier cosa que él dijera era mensaje de Dios. No tenían que preguntarse si Ezequiel hablaba por la autoridad de Dios o por iniciativa propia. EZEQUIELA pesar de que las visiones y profecías de Ezequiel eran claras y vívidas, se sabe muy poco acerca de la vida personal del profeta. Estuvo entre los miles de hombres jóvenes que deportaron de Judá a Babilonia cuando el rey Joacim se rindió. Hasta esos días trágicos, a Ezequiel lo preparaban para el sacerdocio. Pero durante el cautiverio en Babilonia, Dios lo llamó para que fuera su profeta durante uno de los momentos más oscuros de Israel.Ezequiel experimentó el mismo tipo de encuentro impresionante con Dios que Isaías narró ciento cincuenta años antes. Al igual que Isaías, Ezequiel nunca fue el mismo después de su encuentro personal con Dios. A pesar de que los mensajes de Dios mediante estos dos profetas tenían mucho en común, las condiciones en las que vivieron fueron muy diferentes. Isaías advirtió de la tormenta que se acercaba, Ezequiel habló en medio de la tormenta, de la derrota nacional que devastó a su pueblo. Anunció que ni siquiera Jerusalén se escaparía de la destrucción. Además, durante este tiempo, tuvo que resistir el dolor de la muerte de su esposa.La descripción que da Dios de Ezequiel como atalaya en los muros de la ciudad ilustra la naturaleza personal de su ministerio. El trabajo de un atalaya era peligroso. Si descuidaba su puesto, la ciudad entera y él podían ser destruidos. Su propia seguridad dependía de la calidad de su trabajo. La importancia de la responsabilidad de cada persona ante Dios era una parte central del mensaje de Ezequiel. Enseñó a los cautivos que Dios esperaba obediencia y adoración de cada uno de ellos.Al igual que en los días de Ezequiel, es fácil para nosotros olvidarnos que Dios tiene un interés personal en cada uno de nosotros. Podemos sentirnos insignificantes o fuera de control cuando miramos los sucesos mundiales. Pero saber que finalmente Dios lo controla todo, se preocupa y está deseoso de que lo conozcamos, puede darnos un nuevo propósito en la vida. ¿Cómo mide su valor personal? ¿Es valioso por sus logros y su potencial, o porque Dios, su Creador y diseñador, declara que usted es valioso?Virtudes y logros :– Sacerdote por preparación y profeta por llamado de Dios– Recibió visiones vívidas y proclamó mensajes poderosos– Sirvió como mensajero de Dios durante el cautiverio de Israel en Babilonia– Dios moldeó su carácter para que encajara con su misión: un hombre valiente y fuerte para alcanzar a un pueblo duro y terco (3.8)Lecciones de su vida :– Aun los fracasos continuos de su pueblo no impedirían que se cumpliera el plan que Dios tiene para el mundo– Es la respuesta de cada persona a Dios lo que determina su destino eterno– En situaciones de desesperación parecidas a esta, Dios sigue teniendo gente por la cual obrarDatos generales :– Dónde: Babilonia– Ocupación: Profeta para los cautivos en Babilonia– Familiares: Padre: Buzi. Esposa: Desconocida– Contemporáneos: Joaquín, Jeremías, Joacim, NabucodonosorVersículos clave :»Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré, y oye con tus oídos. Y vé y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y háblales y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar» (3.10, 11).La historia de Ezequiel se relata en el libro de Ezequiel y 2Ki 24:10-17.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 86 Eze 2:8; Rev 10:9
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
come este rollo. Acto simbólico de recibir y asimilar el mensaje de Dios. La experiencia fue agradable (vers. 3; cp. Sal 19:10; Ap 10:9– 11), aunque al final el mensaje no resultó así (cp. Ap 10:9– 10).
Fuente: La Biblia de las Américas
Se sigue LXX → §194.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Lit., lo que hallas
Fuente: La Biblia de las Américas
[1] Metáfora para decir que abriese su corazón y depositase en él la palabra de Dios.[3] Ap 10, 9-10.[14] Celo de la gloria de Dios y del bien de las almas.