Comentario de Filemon 1:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pablo, prisionero de Cristo Jesús, y el hermano Timoteo; a Filemón el amado y colaborador nuestro,
v.1 — “Pablo, prisionero de Jesucristo”. Siendo ésta una carta personal, en la cual no había caso alguno que requiriera apelación a autoridad apostólica, Pablo no usa el término “apóstol”, como en el caso, por ejemplo, de la carta a los gálatas (1:1). En la carta a los colosenses sí emplea el término “apóstol”, porque apelaba a su autoridad para combatir falsas doctrinas (por ej., en 2:8-23). Véase el versículo 9, donde otra vez emplea la palabra griega, desmios (prisionero), y también Efe 3:1; Efe 4:1; 2Ti 1:8. Esta palabra griega significa prisionero ligado o encadenado, Flp 1:7; Efe 6:20. Era prisionero “de Jesucristo”, porque era por su servicio a Cristo que se encontrara encarcelado en Roma. Era un honor para Pablo sufrir por él. No era prisionero de Roma por haber cometido algún crimen contra el estado, sino que se encontraba encadenado porque defendía la Verdad del evangelio.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Año 64 d.C., a.m. 4068
prisionero de Jesucristo. Flm 1:9; Efe 3:1; Efe 4:1; Efe 6:20; 2Ti 1:8.
el hermano Timoteo. 2Co 1:1; Col 1:1; 2Ts 1:1.
Filemón. En esta epístola el apóstol se permite un juego de palabras ingenioso con los nombres propios. De esta manera Filemón, [Filemón (Φιλημον) G5371,] que significa ‘amado’, es “amado hermano;” Apia, ([Apia (�����) G682 de apfia,] el saludo afectuoso como hermano o hermana) es ‘la amada hermana’. Arquipo, ([Arquipos (Αρχιππος) G751,] ‘que gobierna caballos’, por el cual los h�roes antiguos eran famosos,) ahora es ‘compa�ero de nuestra milicia’; y On�simo, ([On�simos (��������) G3682,] útil o provechoso,) anteriormente inútil es ahora útil y colaborador nuestro. Flm 1:24; 1Co 3:9; Flp 2:25; Flp 4:3; Col 4:11; 1Ts 3:2.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
RESUMEN DE FILEMON
Filemón parece haber sido una persona de cierta consideración en Colosas, y en la iglesia en ese lugar (Flm 1:1, Flm 1:2, Col 4:9, Col 4:17) que había sido convertido por el ministerio de San Pablo (Flm 1:19), probablemente durante su morada en Éfeso (Hch 19:10). Onésimo, un esclavo de Filemón, teniendo, como se cree generalmente, culpabilidad por alguna falta de honradez, huyó de su amo y vino a Roma, donde el apóstol estaba en ese momento bajo confinamiento la primera vez, como parece por su expectativa de siendo puesto en libertad en breve (Flm 1:22), alrededor del año 62. Habiendo asistido de algún modo a la predicación del apóstol, «en su propia casa alquilada» (Hch 28:16, Hch 28:23) le agradó a Dios que la bendijera. a su conversión. Después de haber dado pruebas satisfactorias de un cambio real, y manifestó una disposición excelente y amable, que le granjeó mucho cariño a San Pablo, fue devuelto a su maestro por el apóstol, quien escribió esta epístola para reconciliar a Filemón con su alguna vez infiel servidor.Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
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BAJO LA LEY ROMANA, UN ESCLAVO QUE HUÍA DE SU AMO PODÍA enfrentar la pena de muerte. A pesar de esta posibilidad, el apóstol Pablo envía a Onésimo, un esclavo fugitivo y un reciente convertido al cristianismo, de vuelta a su dueño Filemón para hacer restitución. La epístola a Filemón es la súplica de Pablo para que no se viera por más tiempo a Onésimo como un esclavo fugitivo, sino más bien como un «hermano amado» (vv. Flm 1:16, Flm 1:17; Col 4:9). La obediencia a esa petición requeriría el perdón y la restauración, acciones que ningún propietario de esclavo contemplaría en el mundo antiguo. Pero los cristianos eran invitados a un llamado mayor, que contradecía las expectativas de la cultura. Mientras el mundo perseguía el poder y la gloria, los cristianos debían perseguir el camino de la cruz: el camino del perdón, del servicio, del sufrimiento y del amor.
El saludo y la alegría de la carta indican que Filemón era el receptor. Filemón era un propietario de esclavos cuyo hogar servía como lugar de reunión para una iglesia local. Filemón probablemente vivía en Colosa, una ciudad en la provincia romana de Asia Menor. Era un convertido al cristianismo como resultado del ministerio de Pablo, posiblemente durante la permanencia del apóstol en Éfeso (Hch 19:26). Apia probablemente era su esposa, y Arquipo podría ser su hijo, quien posiblemente servía en ese momento como pastor de la iglesia que se reunía en la casa de Filemón (Col 4:17).
Filemón poseía un esclavo llamado Onésimo, un nombre común para esclavos en ese período. Onésimo huyó y aparentemente le robó alguna cosa a su amo. Al huir a Roma el esclavo fugitivo providencialmente entró en contacto con Pablo, llegó a ser un cristiano y permaneció con el apóstol por algún tiempo, sirviéndole en prisión. Sin embargo, se necesitaba hacer una restauración y una restitución. Se acordó que Onésimo volviera a Filemón, aun cuando esto pudiera llevarlo a la muerte. Pablo escribió una carta a su amigo Filemón, suplicando por la causa de Onésimo. Al mismo tiempo escribió una carta a la iglesia en Colosa y la envió con Tíquico (Col 4:7-9). El NT. no revela que pasó finalmente con Onésimo. Algunos dicen que Onésimo finalmente llegó a ser el obispo de Éfeso que menciona Ignacio en el segundo siglo.
La epístola a Filemón no se escribió para refutar errores teológicos o para enseñar doctrina. Sin embargo, dentro de esta corta carta Pablo hábilmente introduce el concepto de salvación (vv. Flm 1:10, Flm 1:16), sustitución (v. Flm 1:17), imputación (v. Flm 1:18) y redención (v. Flm 1:19). Aunque aquí esas ideas hablan de la relación de Pablo con Onésimo, ellas nos recuerdan la relación de Cristo con nosotros (Gál 4:1-7). Nosotros éramos esclavos del pecado, pero Cristo nos redimió de nuestro terrible destino de muerte.
Esta carta es básicamente una fervorosa súplica por un cristiano amado que afrontaría la crueldad y el aborrecimiento que se incorporaba en la cultura de esos días. Pablo elogia a Filemón por expresar anteriormente este tipo de amor (vv.Flm_1:5-7). Pero para asegurar que este amor se le mostrara a Onésimo, Pablo ofrece pagar su deuda (v. Flm 1:19). El amor de Pablo por Onésimo iba más allá de simples palabras; estaba dispuesto a dar de su propia pobreza para garantizar la bienvenida de este esclavo.
Tres veces en este libro (vv. Flm 1:1, Flm 1:9, Flm 1:19) Pablo se identifica a sí mismo como su autor. El vocabulario y el estilo son claramente suyos, muchas de las frases de esta carta se encuentran en las otras cartas de Pablo (cf. el v. Flm 1:4 con Flp 1:3, Flp 1:4). También muchos de los que enviaron sus saludos en esta carta son los mismos que lo hicieron en la carta a los Colosenses. Este hecho indica la relación cercana entre las dos cartas (Col 4:12-15).
Pablo estaba prisionero cuando escribió esta epístola, pero su ubicación es incierta. Tres posibilidades se sugieren: Éfeso, Cesarea (Hch 24:1-27; Hch 25:1-27; Hch 26:1-32) y Roma (Hch 28:1-31). Pero la mayoría sostiene que Pablo escribió esta carta durante su primer encarcelamiento en Roma alrededor del año 60 d.C. junto con las otras epístolas de prisión: Efesios, Filipenses y Colosenses.
Bosquejo
I. Saludos introductores Flm 1:1-3
II. La oración de Pablo por Filemón Flm 1:4-7
III. La súplica de Pablo a Filemón Flm 1:8-22
A. La autoridad detrás de la súplica Flm 1:8, Flm 1:9
B. La persona involucrada en la súplica Flm 1:10, Flm 1:11
C. La explicación necesaria por la súplica Flm 1:12-14
D. La providencia detrás de la súplica Flm 1:15, Flm 1:16
E. El contenido detrás de la súplica Flm 1:17-21
F. La prueba de la recepción de la súplica Flm 1:22
IV. Bendiciones para terminar Flm 1:23-25
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Pablo se identifica a sí mismo no como un apóstol, sino como un prisionero debido a su rendición a la causa de Cristo y al hecho de que escribía desde la prisión de Roma (vv. Flm 1:9, Flm 1:10, Flm 1:13, Flm 1:23).
Timoteo estuvo con Pablo en Roma (Col 1:1) y en Éfeso.
Filemón: Todo lo que conocemos de Filemón está contenido en esta pequeña carta. Residente de Colosa, Filemón aparentemente era un cristiano modelo. Era un obrero activo en Cristo y también era el propietario del esclavo Onésimo, quien huyó. A Filemón se le llama amado. La súplica de Pablo (vv. Flm 1:9, Flm 1:10) se fundamenta en el concepto del amor.
colaborador indica a alguien que está unido con Pablo en la obra de Cristo.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
PRISIONERO DE JESUCRISTO. Esta carta la escribió Pablo a Filemón durante el tiempo en que estuvo preso dos años en Roma (vv. Flm 1:1, Flm 1:9; cf. Hch 28:30).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Introducción a Filemón
Bosquejo
Saludos (Flm 1:1-3)
I. Aprecio a Filemón (Flm 1:4-7)
A. Objeto de oración de gratitud (Flm 1:4-6)
B. Motivo de gran gozo (Flm 1:7)
II. Apelación a favor de Onésimo (Flm 1:8-21)
A. Una súplica en vez de una orden (Flm 1:8-11)
B. Motivos para enviar de regreso a Onésimo (Flm 1:12-16)
C. Una apelación sustitutiva (Flm 1:17-19)
D. Una respuesta positiva se esperaba de Filemón (Flm 1:20-21)
Asuntos finales (Flm 1:22-25).
A. Esperanza de hacer pronto una visita (Flm 1:22)
B. Saludos de los compañeros de Pablo (Flm 1:23-24)
C. Bendición (Flm 1:25)
Autor: Pablo
Tema : Reconciliación
Fecha : ca. 62 d.C.
Trasfondo
Pablo escribió esta «epístola de la cárcel» (vv. Flm 1:1; Flm 1:9) como algo personal a Filemón, probablemente durante su primer encarcelamiento en Roma (Hch 28:16-31). Los nombres idénticos mencionados en Filemón (vv. Flm 1:1-2; Flm 1:10; Flm 1:23-24) y Colosenses (Col 4:9-10; Col 4:12; Col 4:14; Col 4:17) indican que Filemón vivía en Colosas, y que se escribieron y entregaron ambas epístolas al mismo tiempo.
Filemón era propietario de esclavos (v. Flm 1:16) y miembro de la iglesia de Colosas (compárense los vv. Flm 1:1 y Flm 1:2 con Col 4:17), quizás un convertido de Pablo (v. Flm 1:19). Onésimo era un esclavo de Filemón que huyó a Roma; allí conoció a Pablo, quien lo condujo a Cristo. Un fuerte lazo de amistad se formó entre ellos (vv. Flm 1:9-13). Pablo envía con aprensión ahora a Onésimo de regreso a Filemón, acompañado de Tíquico, su colaborador, con esta epístola (cf. Col 4:7-9).
Propósito
Pablo le escribió a Filemón para tratar el problema de Onésimo, su esclavo fugitivo. Conforme a la ley romana, al esclavo que huía se le podía castigar con la muerte. Pablo intercede por Onésimo ante Filemón y le pide que reciba a Onésimo como otro creyente y compañero de Pablo, con el mismo amor que recibiría a Pablo.
Visión panorámica
La apelación de Pablo a Filemón es esta:
(1) Le suplica a Filemón como hermano en Cristo (vv. Flm 1:8-9; Flm 1:20-21) que reciba a Onésimo, no como esclavo sino como a hermano en Cristo (vv. Flm 1:15-16).
(2) Con un juego de palabras Pablo observa que Onésimo (cuyo nombre significa «útil») era antes «inútil», pero ahora es «útil» a Pablo y a Filemón (vv. Flm 1:10-12).
(3) Pablo quisiera que Onésimo permaneciera con él en Roma, pero prefiere devolvérselo a su amo legal (vv. Flm 1:13-14).
(4) Pablo se ofrece como sustituto por la deuda de Onésimo y le recuerda a Filemón su endeudamiento con él (vv. Flm 1:17; Flm 1:19). La epístola concluye con saludos de algunos colaboradores de Pablo en Roma (vv. Flm 1:23-24) y la bendición (v. Flm 1:25).
Características especiales
Son tres las características principales de esta epístola:
(1) Esta es la epístola más breve de Pablo.
(2) Más que ninguna otra parte del NT, es un ejemplo del trato de Pablo y la iglesia primitiva del problema de la esclavitud en el imperio romano. En lugar de atacarla directamente o incitar a una rebelión armada, Pablo expone los principios cristianos que eliminaron la crueldad de la esclavitud romana y finalmente llevaron a su total proscripción dentro del cristianismo.
(3) Da un conocimiento extraordinario de la vida interior de Pablo, pues se identifica con un esclavo tanto que considera a Onésimo como a sí mismo (v. Flm 1:12).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Salado epistolar, 1-3.
1 Pablo, preso de Cristo Jesús, y el hermano Timoteo, a Filemón, nuestro amado y colaborador, 2 a la hermana Apia, a Arquipo, nuestro camarada, y a la iglesia de tu casa: 3 Con vosotros sea la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Es el saludo normal, que hemos comentado ya en cartas anteriores. Pablo asocia a su nombre el de Timoteo, su compañero en la cautividad (cf. Flp 1:1; Col 1:1). De Filemón ya hablamos en la introducción a la carta. En cuanto a Apia y a Arquipo, dado que se trata de una carta cuya finalidad inmediata concierne sólo a Filemón y aparecen mencionados junto a él, todo hace suponer que son miembros de la familia, probablemente esposa e hijo. De Arquipo sabemos que desempeñaba un cargo importante en la iglesia de Colosas (cf. Col 4:17).
El que añada “y a la iglesia de su casa” (v.2), muestra claramente que Pablo expone su deseo a Filemón no privadamente, sino de una manera pública ante la iglesia.
Acción de gracias, 4-7.
4 Haciendo sin cesar memoria de ti en mis oraciones, doy gracias a mi Dios, 5 al oír la caridad y la fe que tienes hacia el Señor Jesús y hacia todos los santos. 6 Que la comunicación de tu fe venga a ser eficaz en orden a Cristo, en el conocimiento perfecto de todo el bien que hay en vosotros. 7 En verdad, he recibido gran alegría y consuelo de tu caridad, hermano, porque sé que confortas a los santos.
También en esta carta, como es costumbre en Pablo, al saludo epistolar sigue el elogio del destinatario en forma de acción de gracias a Dios. Lo que aquí alaba en Filemón es su “fe” y su “caridad.”
Con ello trata de ganar su benevolencia y así ir preparando el terreno en orden a la petición a favor de Onésimo, que es lo que va a constituir el objeto principal de la carta.
Sin embargo, aunque la idea general de estos versículos (4-7) es clara, no así la explicación concreta de algunas expresiones. La dificultad está sobre todo en los v.5-6, y particularmente en este último. Respecto del ν .ζ , lo más probable es que se trate de un quiasmo, no infrecuente en el lenguaje semítico (cf. Mat 7:6), afectando el último inciso (“hacia todos los santos”), no a la “caridad” y a la “fe” juntamente, sino sólo a la “caridad,” mientras que el anterior (“hacia el Señor”) afectaría a la “fe.” Es la construcción normal que encontramos en Efe 1:15 y Col 1:4. Quizás lo que sobre todo tenía Pablo en el pensamiento era la “caridad” de Filemón, es decir, su ayuda a los fieles (cf. v.7), y ello motivó que pusiera la “caridad” antes que la “fe,” siendo esto luego causa de esa construcción alambicada. En cuanto al v.6, son fórmulas demasiado condensadas y de interpretación difícil. Lo más probable es que el término “comunicación” (κοινωνία ), al igual que en otros muchos lugares (cf. Rom 15:26; 2Co 8:4; 2Co 9:13; Flp 1:5), se refiere a la caridad o limosnas de Filemón, caridad nacida de la fe, y que San Pablo desea que contribuya eficazmente a dar a conocer a todos el bien que existe en la Iglesia. Dicho de otra manera, desea que esa conducta de Filemón, ayudando generosamente a sus hermanos en la fe, sirva eficazmente a la causa del Evangelio, siendo ocasión de que todo el mundo vea las cosas buenas que hay entre los cristianos.
Petición a favor de Onésimo, 8-21.
8 Por lo cual, aunque tendría plena libertad en Cristo para ordenarte lo que es justo, 9 mas prefiero apelar a tu caridad. Siendo el que soy, Pablo, anciano, y ahora prisionero de Cristo Jesús, 10 te suplico por mi hijo, a quien entre cadenas engendré, por Onésimo, n un tiempo inútil para ti, mas ahora, para ti y para mí muy útil, 12 que te remito, mejor, no a él, sino mis entrañas. 13 Querría retenerlo junto a mí, para que en tu lugar me sirviera en mi prisión por el Evangelio; 14 pero sin tu consentimiento nada he querido hacer, a fin de que ese favor no me lo hicieras por necesidad, sino por voluntad. 15 Tal vez se te apartó por un momento, para que por siempre le tuvieras, !6 no ya como siervo, antes, más que siervo, hermano amado, muy amado para mí, pero mucho más para ti, según la ley humana y según el Señor. 17 Si me tienes, pues, por compañero, acógele como a mí mismo. 18 Si en algo te ofendió o algo te debe, pónlo a mi cuenta. 19 Yo, Pablo, de mi puño lo escribo, yo te lo pagaré, por no decirte que tú mismo te me debes. 20 Sí, hermano; que obtenga yo de ti esta satisfacción en el Señor. Consuela en Cristo mis entrañas. 21 Te escribo confiado en tu obediencia, y cierto de que harás más de lo que yo te digo.
Expone aquí San Pablo el objeto principal de su carta: pedir benevolencia a favor de Onésimo. Lo hace con delicadeza exquisita, aduciendo una serie de motivos por los que Filemón debe perdonar a Onésimo y tratarlo como hermano.
Comienza recordándole delicadamente que él, como apóstol de Cristo, tendría derecho a darle una orden concreta en la materia y decirle cuál era su obligación de cristiano en este caso (v.8); sin embargo, prefiere apelar a su caridad, y que vea que quien se lo pide es ya un “anciano” 361 y, además, ahora “prisionero” por haber servido a Cristo (v.g). Puesto eso por delante, indica ya concretamente a Filemón por quién le pide: por Onésimo, hijo suyo espiritual, que ha convertido a la fe estando entre cadenas, y que si en un tiempo fue “inútil” a su amo, ahora le será muy “útil,” como lo sería también al mismo Pablo (v.10-11). Juega aquí el Apóstol con el nombre de Onésimo, que en griego significa “útil,” como diciendo: si en un tiempo hizo traición al nombre que lleva y no era enésimo, ahora ese nombre ya le cuadra bien y es onésimo para ti y para mí. Que lo reciba, pues, Filemón como si fueran las “entrañas” (v.12), es decir, el propio corazón de Pablo.
Añade el Apóstol que en un primer momento pensó retener a Onésimo junto a sí, y estaba seguro de que Filemón no se hubiera opuesto; pero, nuevo gesto de delicadeza de Pablo, no quiere retenerlo, suponiendo que el amo accede, sino que se lo envía, a fin de que ese amo obre con más libertad, y sea él quien, si lo cree oportuno, lo mande de nuevo a Pablo (v.13-14).
Todavía hay más. Que piense Filemón que tal vez haya sido todo obra de la Providencia divina, permitiendo la huida de Onésimo para que ahora, hecho cristiano, resulte mayor bien para todos; a los lazos naturales entre esclavo y amo que le unían con él, se añaden ahora los lazos “según el Señor,” es decir, los que surgen de una común fe en Cristo, que nos hace a todos hermanos, hijos de un mismo Padre que está en los cielos (v.15-16; cf. Gal 3:27-28; Efe 6:9). Y, en un arranque sublime de caridad cristiana, identificándose con el esclavo, Pablo dice a Filemón que, si es que le tiene por amigo y compañero, le acoja como si fuera Pablo mismo (v.17).
Podía quizás surgir una dificultad al perdón, y Pablo, como previendo esa dificultad, añade: “Si en algo te ofendió o algo te debe, ponió a mi cuenta” (v.18). Y hasta finge suscribir su empeño con la fórmula habitual en los contratos: “Yo Ν . Ν . lo he escrito de mi puño” (v.18-2). Que no se deje, pues, impresionar Filemón por las injurias recibidas o por las pérdidas que haya sufrido a causa de Onésimo; Pablo lo pagará todo. Claro que, añade como sonriendo, si fueran a echar cuentas, serías más bien tú el que resultaras deudor, pues me debes el que seas cristiano (v.1gb).
Terminada esa amistosa ficción del pagaré, Pablo vuelve al tono cordial y pide abiertamente a Filemón que perdone a Onésimo (ν .20). Y aún va más lejos. Con una insinuación delicadísima, invita a Filemón a conceder la manumisión o entera libertad a Onésimo, legalmente esclavo aún, pero cristianamente ya “hermano.” Así parece debe interpretarse ese “cierto de que harás más de lo que yo te digo” del v.21.
Encargo de alojamiento y saludos, 22-25.
22 Y vete preparándome el hospedaje, porque espero por vuestras oraciones seros restituido. 23 Te saluda Epafras, compañero de mi cautiverio en Cristo Jesús; 24 Marcos, Aristarco, Demás, Lucas, mis colaboradores. 25 La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
La carta ha terminado. Como muestra de afecto, tanto y más que como noticia, Pablo indica a Filemón que le vaya preparando hospedaje (v.22). Ello era, además, una nueva razón que había de moverle a recibir bien a Onésimo, pues, de lo contrario, ¿qué diría luego a Pablo cuando se presentase allí?
Los saludos finales (v.23-24) son de los compañeros de Pablo ya mencionados en Col 4:10-14. Falta únicamente Jesús el Justo. Quizás éste no era conocido de Filemón.
La fórmula de despedida o bendición final (v.25) es la misma que hemos visto ya en otras cartas (cf. Gal 6:18).
359* Cf. J. Knox, Philemon among the Letters of Paul, Chicago 1935. – 360 Cf. M. Roberti, La lettera di S. Paolo a Filemone e la condizione giuridica dello schiavo fuggitivo (Milano 1933). – 361 El término “anciano” (ττρεσβύτης ) es de significación bastante elástica y por tanto, no ayuda gran cosa a fijar la edad de Pablo en esta época. Cuando la muerte de San Esteban (cf. Hec 7:58), a Pablo se le llama “joven” (νεανίοφ , término que tampoco ayuda mucho para cuestiones de cronología. Hay algunos autores que, en vez de πρεσβύτης (anciano), creen que debe leerse πρεσ -ρευτης (embajador); pero no hay códices que apoyen la corrección ni se ve necesidadad alguna de hacerla.
Fuente: Biblia Comentada
La Epístola de Pablo a Filemón
TítuloFilemón, el destinatario de esta carta, era un miembro prominente de la iglesia en Colosas (vv. Flm 1:1-2; cp. Col 4:9), la cual se reunía en su casa (v. Flm 1:2). La carta era para él, su familia, y la iglesia.
Autor y fecha
El libro afirma que el apóstol Pablo fue su escritor (vv. Flm 1:1; Flm 1:9; Flm 1:19), una afirmación que pocos en la historia de la iglesia han disputado, especialmente debido a que no hay nada en Filemón que un impostor hubiera sido motivado a escribir. Es una de las epístolas de la prisión, junto con Efesios, Filipenses, y Colosenses. Su cercana relación con Colosenses, la cual Pablo escribió alrededor del mismo tiempo (ca. 60 62 d.C.; cp. los vv. Flm 1:1; Flm 1:16), trajo vindicación desde hace mucho tiempo atrás y no cuestionada del hecho de que Pablo era el autor por parte de los padres de la iglesia primitiva (p. ej. Jerónimo, Crisóstomo y Teodoro de Mopsuestia). El canon más antiguo, el muratorio (ca. 170 d.C.), incluye Filemón. Para información biográfica de Pablo, vea la Introducción a Romanos: Autor y fecha; para la fecha y lugar de la escritura de Filemón, vea las Introducciones a Efesios y Filipenses: Autor y fecha.
Contexto histórico
Filemón había sido salvado bajo el ministerio de Pablo, probablemente en Éfeso (v. Flm 1:19), varios años antes. Con suficientes recursos económicos como para tener una casa grande (cp. el v. Flm 1:2), Filemón también poseía por lo menos un esclavo, un hombre llamado Onésimo (lit. «útil» un nombre común para esclavos). Onésimo no era creyente en el momento en el que robó algo de dinero (v. Flm 1:18) de Filemón y huyó. Al igual que muchísimos miles de esclavos prófugos, Onésimo huyó a Roma, buscando perderse en la enorme población de esclavos de la capital del Imperio Romano. A través de circunstancias no registradas en las Escrituras, Onésimo conoció a Pablo en Roma y se convirtió en cristiano.
El apóstol rápidamente llegó a amar al esclavo prófugo (vv. Flm 1:12; Flm 1:16) y anhelaba mantener a Onésimo en Roma (v. Flm 1:13), en donde estaba proveyendo servicio de mucho valor a Pablo en su encarcelamiento (v. Flm 1:11). Pero al robarle y huir de Filemón, Onésimo había tanto quebrantado la ley romana como defraudado a su amo. Pablo sabía que se tenían que enfrentar esos asuntos, y decidió enviar a Onésimo de regreso a Colosas. Era demasiado peligroso para él hacer el viaje solo (debido al peligro de los caza-esclavos), y por eso Pablo lo envió de regreso con Tíquico, quien estaba regresando a Colosas con la epístola a los Colosenses (Col 4:7-9). Junto con Onésimo, Pablo envió a Filemón esta hermosa carta personal, alentándolo a perdonar a Onésimo y darle la bienvenida de regreso al servicio como un hermano en Cristo (vv. Flm 1:15-17).
Temas históricos y teológicos
Filemón provee información histórica de muchísimo valor acerca de la relación de la iglesia primitiva con la institución de la esclavitud. La esclavitud estaba esparcida en el Imperio Romano (de acuerdo a algunas estimaciones, los esclavos constituían un tercio, quizá más, de la población) y era una parte aceptada de la vida. En el día de Pablo, la esclavitud virtualmente había oscurecido al trabajo libre. Los esclavos podían ser doctores, músicos, maestros, artistas, bibliotecarios o contadores; en breve, casi todos los trabajos podían y estaban ocupados por esclavos.
Legalmente los esclavos no eran considerados personas, sino herramientas de sus amos. Como tales, podían ser comprados, vendidos, heredados, intercambiados o tomados para pagar la deuda de su amo. Sus amos virtualmente tenían poder ilimitado para castigarlos, y algunas veces lo hacían severamente por las infracciones más ligeras. No obstante, para el tiempo del NT, la esclavitud estaba comenzando a cambiar. Dándose cuenta de que los esclavos contentos eran más productivos, los amos tendían a tratarlos con mayor flexibilidad. No era raro que un amo le enseñara a un esclavo su propio oficio, y algunos amos y esclavos se volvían amigos cercanos. Mientras que aún no los reconocían como personas bajo la ley, el Senado Romano en el 20 d.C. otorgó a esclavos acusados de crímenes el derecho de un juicio. También se volvió más común para los esclavos que se les otorgara (o comprara) su libertad. Algunos esclavos disfrutaban de un servicio muy favorable y lucrativo bajo sus amos y estaban en una mejor situación que la de muchos hombres libres porque tenían cuidado y provisión asegurados. Muchos hombres libres luchaban en la pobreza.
El NT en ningún lugar ataca directamente a la esclavitud, si lo hubiera hecho, las insurrecciones resultantes de esclavos habrían sido brutalmente aplastadas y el mensaje del evangelio confundido sin esperanza con el de la reforma social. En lugar de esto, el cristianismo atacó los males de la esclavitud al cambiar el corazón de los esclavos y sus amos. Al enfatizar la igualdad espiritual del amo y el esclavo (v. Flm 1:16; Gál 3:28; Efe 6:9; Col 4:1; 1Ti 6:1-2), la Biblia terminó con los abusos de la esclavitud. El rico tema teológico que por sí solo domina la carta es el perdón, un tema que se encuentra a lo largo de las Escrituras del NT (cp. Mat 6:12-15; Mat 18:21-35; Efe 4:32; Col 3:13). La instrucción de Pablo aquí provee la definición bíblica del perdón, sin usar la palabra en absoluto.
Retos de interpretación
No hay retos de interpretación significativos en esta carta personal de Pablo a su amigo Filemón.
Bosquejo
I) Saludo (Flm 1:1-3)
II) La virtud de uno que perdona (Flm 1:4-7)
III) Las acciones de uno que perdona (Flm 1:8-18)
IV) Los motivos de uno que perdona (Flm 1:19-25)
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
prisionero de Jesucristo. En el momento de escribir, Pablo era prisionero en Roma (vea las introducciones a Efesios y Filipenses: Autor y fecha). Pablo fue encarcelado por causa de la voluntad soberana de Cristo (cp. Efe 3:1; Efe 4:1; Efe 6:19-20; Flp 1:13; Col 4:3). Al comenzar con su condición de preso y no con su autoridad apostólica, Pablo introdujo la epístola como un ruego amable y especial a un amigo. Es indudable que al recordar las penalidades severas de Pablo, Filemón sería influenciado para hacer de buena voluntad la tarea fácil en comparación que Pablo se disponía a solicitarle. Timoteo. Vea la Introducción a Primera Timoteo: Contexto histórico; vea las notas sobre Hch 16:1-3; Flp 1:1; 1Ti 1:2. Aunque no fue el coautor de esta carta, es probable que hubiera conocido a Filemón en Éfeso y que estuviera con Pablo mientras el apóstol la escribía. Pablo menciona a Timoteo aquí y en las otras epístolas (p. ej. 2Co 1:1; Flp 1:1; Col 1:1; 1Ts 1:1; 2Ts 1:1) porque quería que lo reconocieran como líder y sucesor no apostólico de Pablo. Filemón. Un miembro acaudalado de la iglesia en Colosas que se congregaba en su casa (vea la Introducción: Contexto histórico). La reunión de las iglesias en edificios propios se desconoció hasta el siglo tercero.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Conforme a la costumbre del primer siglo, la salutación contiene los nombres del autor y el destinatario de la carta. Esta es una carta muy personal y Filemón fue una de tan solo tres personas (Timoteo y Tito son los otros) que recibieron una epístola que Pablo escribió por inspiración divina.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
v.1 — “Pablo, prisionero de Jesucristo”. Siendo ésta una carta personal, en la cual no había caso alguno que requiriera apelación a autoridad apostólica, Pablo no usa el término “apóstol”, como en el caso, por ejemplo, de la carta a los gálatas (1:1). En la carta a los colosenses sí emplea el término “apóstol”, porque apelaba a su autoridad para combatir falsas doctrinas (por ej., en 2:8-23).
Véase el versículo 9, donde otra vez emplea la palabra griega, desmios (prisionero), y también Efe 3:1; Efe 4:1; 2Ti 1:8. Esta palabra griega significa prisionero ligado o encadenado, Flp 1:7; Efe 6:20. Era prisionero “de Jesucristo”, porque era por su servicio a Cristo que se encontrara encarcelado en Roma. Era un honor para Pablo sufrir por él. No era prisionero de Roma por haber cometido algún crimen contra el estado, sino que se encontraba encadenado porque defendía la Verdad del evangelio.
Siendo prisionero de Cristo, en realidad por comparación lo que ahora pedía a Filemón era un favor pequeño. Filemón era de Cristo también, pero se encontraba en libertad (civil). Recibir una petición de un gran hombre de Dios, encontrado en prisión por la Voluntad de Dios, naturalmente tendería a impelerle a concederla.
–“y el hermano Timoteo”. El texto griego dice “el hermano”, y no “nuestro hermano” (según algunas versiones); otras también dicen “el hermano” (las ver. B.A., Mod., RVA., P.B., etc.). No era apóstol como Pablo, y por eso va excluido del apostolado en las salutaciones. Véanse 2Co 1:1; Col 1:1; compárense Flp 1:1; 1Ts 1:1; 2Ts 1:1. Timoteo era de la misma región (de Listra, Hch 16:1), y había viajado mucho con Pablo. Es posible que él también conociera a Filemón en persona. Se ha sugerido que se menciona Timoteo aquí en la salutación porque tal vez haya sido quien escribió la carta.
La expresión “el hermano” es usado también de otros hermanos, compañeros de Pablo (Rom 16:23; 1Co 1:1; 1Co 16:12). Filemón es llamado “hermano” en los versículos 7,21, y en el versículo 16 Onésimo es llamado “hermano amado”.
–“al amado Filemón”. Sobre su persona, véase INTROD. VI. (Su nombre es muy semejante a la palabra griega para decir “beso”). Ser amado de un apóstol de Cristo es un gran honor. Compárense 2Jn 1:1; 3Jn 1:1.
— “colaborador nuestro.” En tiempos apostólicos no había ninguna distinción entre “clérigos” y “laicos.” El apóstol Pablo consideraba “colaboradores” a muchos hermanos diferentes, por estar ellos en alguna manera activos en los asuntos del evangelio (Rom 16:3; Rom 16:9; Rom 16:21; 1Co 3:9 — Apolos; 2Co 8:23; Flp 2:25; Flp 4:3 — mujeres y otros; Col 4:2-3; Col 4:11, varios; Flm 1:23, varios). Cuando Pablo estaba en el área de Efeso (Hch 19:1-41), posiblemente Filemón colaboraba con é1 en el evangelio. 0 tal vez se hace referencia a sus actividades en Colosas y en sus derredores. Sea como sea, Filemón de alguna manera tenía comunión con Pablo en el evangelio.
Fuente: Notas Reeves-Partain
UN HOMBRE AL QUE ERA FÁCIL APELAR
Filemón 1:1-7
Esta es una carta de Pablo, preso de Jesucristo, y del hermano Timoteo, a nuestro muy querido Filemón nuestro colaborador, juntamente con la hermana Apia, y Arquipo nuestro compañero de milicia, y la iglesia que está en tu casa: ¡Que la gracia y la paz de nuestro Padre Dios y del Señor Jesucristo sean con vosotros!
Siempre Le doy gracias a Dios cuando te menciono en mis oraciones porque oigo del amor y de la fe que tienes en el Señor Jesús y para con todos los que están consagrados a Dios. Le pido que las obras amables de beneficencia a las que te mueve la fe sean poderosamente efectivas para aumentar tu conocimiento de todo lo bueno que hay en nosotros y que cada vez nos acerca más a Jesucristo. Me has hecho sentir mucho gozo y ánimo; porque, hermano mío, has alentado los corazones del pueblo de Dios.
Esta carta a Filemón es extraordinaria, porque vemos en ella a Pablo pidiendo un favor. No ha habido nadie que pidiera menos favores que Pablo; pero en esta carta está pidiendo uno, no para sí, sino para Onésimo, que se había descarriado y a quien Pablo estaba ayudando a volver al camino. El principio de esta carta también es sorprendente. Pablo se solía identificar como apóstol; pero en esta ocasión está escribiendo como un amigo a otro, y omite el título oficial. No escribe como el apóstol Pablo, sino como Pablo el anciano y preso de Cristo. Desde el principio de esta carta Pablo aparca toda referencia a su autoridad y hace su petición apelando exclusivamente a la simpatía y al amor.
No sabemos quiénes eran Apia y Arquipo, pero se ha sugerido que Apia sería la mujer y Arquipo el hijo de Filemón, porque ellos también tendrían mucho interés en la vuelta de Onésimo, su esclavo fugitivo. No cabe duda que Arquipo había estado en la obra de Cristo con Pablo, porque este le llama su compañero de campaña.
Está claro que Filemón era un hombre al que era fácil pedirle un favor. Todos los creyentes conocían su fe en Jesucristo y su amor a los hermanos, cuya noticia había llegado hasta la misma Roma, donde Pablo estaba preso. Su casa debe de haber sido como un oasis en él desierto, porque Pablo dice que allí recibían aliento los corazones del pueblo de Dios. Es precioso pasar a la Historia como hombre en cuya casa podía descansar y cobrar aliento el pueblo de Dios.
En este pasaje hay un versículo que es muy difícil de traducir, y acerca del cual se ha escrito mucho. Es el versículo 6, que la versión Reina-Valera traduce: » Pido para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús.» La frase la participación de tu fe es muy difícil. En griego es koinónía písteós. Por lo que podemos ver hay tres interpretaciones posibles. (a) Koinónáa puede querer decir compartir; por ejemplo, puede referirse a compartir un negocio. En ese caso puede que quiera decir tu participación en la fe cristiana; y podría ser una oración para que la fe que comparten Filemón y Pablo conduzca a Filemón a cada vez mayores profundidades de la fe cristiana. (b) Koinónía puede querer decir comunión; y esto puede ser una oración para que la comunión cristiana conduz-ca a Filemón cada vez más hondo en la verdad. (c) Koinónía puede querer decir el acto de compartir; en ese caso el versículo querría decir: «Es mi oración que tu manera de compartir generosamente todo lo que posees te conduzca cada vez a mayores profundidades del conocimiento de las cosas buenas que conducen a Cristo.»
Creemos que el tercer sentido es el correcto. Es obvio que la generosidad cristiana era una cualidad de Filemón; tenía amor al pueblo de Dios, y en su casa descansaban y recuperaban fuerzas los hermanos. Y ahora Pablo le va a pedir a este hombre tan generoso que sea aún más generoso. Aquí hay una gran idea, si nuestra interpretación es correcta. Quiere decir que aprendemos más y más de Cristo ayudando a otros. Quiere decir que vaciándonos de nosotros mismos, nos llenamos de Cristo. Quiere decir que el tener las manos y el corazón abiertos es la manera más segura de aprender más y más de las riquezas de Cristo. El que conoce mejor a Cristo no es el investigador intelectual, ni siquiera el santo que pasa la vida en oración, sino el que se conduce en amorosa generosidad para con sus semejantes.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Introducción
ACOGIDA EN LA IGLESIA
Resistencias y preocupaciones. La más corta de todas las cartas de Pablo, un billete, como se ha llamado a veces, trata un asunto de importancia, que en la Iglesia siempre es actual.
Cuando Pablo devolvió el esclavo evadido, Onésimo, después de su conversión y bautismo, a su señor Filemón y deseó que fuera acogido, con todo amor, como hermano, tenía que suponer que se tropezaría con resistencias. ¿Debía quedar sin castigo la huida del esclavo? ¿No había causado daños que se debían reparar? ¿No había perturbado Onésimo el orden social? Su ejemplo, ¿no tendría seguidores? ¿Qué se diría del cristianismo? ¿No parecía su conversión una mera apariencia? ¿No había abusado el esclavo de ella para escabullirse de las consecuencias de su delito?
Preparación de los corazones. Pablo prepara a Filemón y a la comunidad, que se reúne en su casa y probablemente también comparte las resistencias y preocupaciones del anfitrión y señor de la casa por la acogida del esclavo que se había evadido, pero que se convirtió. El Apóstol (que incluyó a los paganos en la colectividad de la Iglesia en contra de la oposición de los que se mantenían puros y fieles a la ley), en su breve carta se ha esforzado mucho por preparar los corazones. No sabemos qué resultados tuvo esta tentativa, pero, ¿quién podía oponerse a esta carta de Pablo, que es la más afable de todas? ¿Cómo podría lograrse la incorporación de todos los separados, que querían reunirse en Cristo, si la Iglesia y todos sus miembros no están siempre dispuestos a acoger de nuevo con toda cordialidad a los separados que quieren regresar o que buscan la unión con la Iglesia? La amabilidad (kharis) y la cordialidad son los distintivos de esta encantadora carta de Pablo. Todos los que viven en la Iglesia tienen que estar animados por el espíritu de Pablo, que ha preparado a la Iglesia que se reúne en la casa de Filemón para acoger a Onésimo.
Derecho y amor.
La solicitud por la restauración del orden jurídico no puede ser un obstáculo para preparar una cordial acogida a quien quiere ser incorporado a la colectividad de la Iglesia. Pablo quiere que el esclavo convertido regrese a su señor, reconoce el derecho a la indemnización de daños. Quiere que se cumplan todas las exigencias jurídicas. Toda la carta nos da a entender que se presupone la esclavitud como clase social existente. Las disposiciones legales seguían siendo válidas para los cristianos, así como otras leyes del Estado, en que ellos se encontraban. Pablo, como hombre de su tiempo, también reconoce la existencia de esta clase social, pero no la acepta por principio. Su pensamiento está en un plano muy distinto: Pablo sabe, y lo muestra en esta carta, que la nueva vida en Cristo cambia por completo las diferencias que hay en la sociedad humana. Todos los cristianos son, en primer lugar, miembros de un mismo cuerpo, hermanos y hermanas en Cristo. Esta manera de pensar, cuando se tradujo en obras, tuvo que conducir por sí sola a rechazar la esclavitud como una condición social indigna, y a tratar a todos los hombres como jurídicamente iguales, no solamente según los principios de la fe, sino también en su vida civil. Las más nobles fuerzas del cristianismo y del paganismo hicieron causa común, hasta que se alcanzó efectivamente esta igualdad. Para Pablo, lo único que en esta materia está en vigor es lo siguiente:
Cuando se depone el hombre viejo y se le renueva para formar un hombre nuevo según la imagen de Dios, todas las diferencias raciales, sociológicas y religiosas pierden su importancia ante Dios y la fe. Un antiguo pagano o judío, aunque haya sido un «bárbaro», incluso un bárbaro muy inculto, un escita, tanto si ha sido esclavo como libre, cuando queda incorporado a Cristo por medio de la fe y del bautismo, ha recibido una nueva vida. Aunque la vida natural del hombre, su cultura, su posición en el pueblo y en la sociedad no queden afectadas por el renacimiento del bautismo, sin embargo, lo que es decisivo en la apreciación no son estos valores naturales, sino la posición en Cristo, porque Cristo lo es todo en todos (Col 3:11).
De esta nueva vida fluyen nuevas valoraciones éticas. El que ha recibido el ser en Cristo tiene que vivir de él, y ser reconocido por los hermanos en la fe como una persona, en quien vive Cristo. A esta nueva valoración sirven de fundamento la muerte salvadora de Jesús, la salvación dada al individuo mediante el bautismo por razón de la fe. La vida en Cristo y por medio de Cristo (mística de Cristo) según san Pablo, no es solamente una especulación de altos vuelos o un conjunto de ideas abstractas, sino un requisito ético en las cuestiones de la vida cotidiana. Lo que Dios obra en el hombre por medio de Cristo, es una tarea de la acción moral 1.
Pablo otorga a Filemón la primacía ante el derecho, aunque la contrapone al amor. Aunque es Apóstol, no recomienda, sino ruega. No hace reclamaciones, sino deja a la decisión de la conciencia del esclavo lo que se tiene que hacer. Pablo más que mandar a Filemón, se pone al servicio de su progreso en el bien.
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1. Cf. Rom 6:1-23; 1Co 10:1-12.
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Fundamentos de la edificación. La acogida de un extraño en la comunidad de la Iglesia es edificación de la Iglesia. ésta se edifica, porque se le incorpora un nuevo miembro; pero la Iglesia se edifica también interiormente, porque la inclusión de este miembro sólo puede efectuarse si la fe y el amor se desarrollan.
Un nuevo miembro sólo puede ser incorporado por los otros, si por la fe se le mira como hermano, como nueva criatura, como quien ha sido engendrado por medio del Evangelio, como quien está en Cristo. El amor, que procede de la fe viva, lleva a término la obra de la incorporación. «Profesando la verdad, en amor, crezcamos en todos los sentidos hacia él, que es la cabeza, Cristo, del cual todo el cuerpo, bien ajustado y unido mediante todos los ligamentos que lo mantienen, según la acción propia de cada miembro, realiza su crecimiento para edificación de sí mismo en amor» (Efe 4:15 s).
La Iglesia es «el Señor Jesús y todos los santos» (5), es una sociedad, en la que todos tienen parte en todo, de tal forma que los miembros de la Iglesia sean participantes, como hermanos, cada uno en el «yo» del otro. En el tiempo en que la Iglesia está en vías de venir a ser efectivamente la Iglesia de las naciones y de todos los hombres (en la que cada uno de los fieles es invitado a incorporar a todos y a todo en Cristo, a liberarse de todos los prejuicios sociales, étnicos, raciales, religiosos y culturales, para que Cristo lo sea en todos), la breve carta a Filemón tiene una gran misión que cumplir; porque en la solicitud por el individuo no sólo son decisivas las grandes ideas, sino el modo en que éstas, representadas por medio de personas vivas, llegan al conocimiento del hombre. La carta a Filemón es una obra maestra como escrito pastoral. Todo lo que separa es enlazado en Cristo, se acerca todo lo lejano con la visión de la fe, se superan con la fraternidad todos los abismos que se abren entre los hombres, se moderan con el amor las duras exigencias jurídicas, se reduce toda superioridad por el servicio del amor.
Siempre con amabilidad.
La palabra del cristiano debe ser «siempre amable» (en kharis) y «sazonada con sal» (Col 4:6). En la carta a Filemón se ha cumplido este ideal. Porque esta breve carta es «una pequeña maravilla de tacto y delicadeza».
Pablo ha intercedido en favor del esclavo evadido, por medio de una recomendación, que por su forma ocupa un lugar intermedio entre la prosa y el himno. La carta a los Efesios, que fue escrita casi al mismo tiempo, también está redactada de un modo artístico; su estilo es sagrado y solamente litúrgico. La carta a Filemón está escrita con sencillez y amabilidad, y resulta encantadora. Emplea poco las locuciones del lenguaje sagrado, palabras de la vida comercial, del lenguaje jurídico y de la erudición filosófica. Únicamente con una sonrisa humorística podía extender Pablo la cuenta de Filemón, con toda objetividad jurídica y sin omitir las formalidades, aunque sabía que no tenía ni tendría nada para saldar la deuda. El que quiere salir ganando con el amor, tiene que encontrar la forma del amor. Para el cristiano es poco tener el amor en el corazón. También ha de tenerlo en las palabras y en los gestos, en la amabilidad de toda su manera de ser. La carta a Filemón es como una ilustración al himno al amor en el Nuevo Testamento (1Cor 13).
ENCABEZAMIENTO Flm/01-03
En el encabezamiento de la carta Pablo utiliza un formulario, corriente en el mundo helenístico en los escritos oficiales. Incluso la más breve y privada de todas las cartas de Pablo sigue también el formulario de las largas epístolas a las comunidades, y el esquema de éstas. El Apóstol también escribe la carta a Filemón como carta pastoral, que va dirigida a la Iglesia de todos los tiempos. En la primera frase del encabezamiento se nombran los remitentes y los destinatarios (1-2), en la segunda se imparte una bendición (3).
1 Pablo, prisionero de Cristo Jesús, y Timoteo, el hermano, al querido Filemón, colaborador nuestro, 2 a Apfia, nuestra hermana, a Arquipo, nuestro compañero de armas y a la Iglesia que se reúne en tu casa.
1. TESTIGO Y APÓSTOL (1a). Los remitentes son los dos apóstoles Pablo y Timoteo. Son «hermanos» en el cargo 2 y actúan como testigos auténticos. Dos testigos que coinciden, dan un testimonio que tiene el valor requerido (Deu 19:15). Lo que ellos escriben en la carta quiere convencer imponiendo una obligación, quiere vencer la resistencia que tal vez surgirá contra lo que dicen. Pablo escribe como prisionero de Cristo Jesús3. Con este título no quiere mover a compasión, y así formar un ambiente propicio para su petición y advertencia, sino que quiere recordarles a Cristo, que está ante Filemón en la persona del Apóstol prisionero. Pablo escribe como mártir y apóstol de Cristo, y como tal quiere ser escuchado. Las cadenas que lleva el Apóstol, son cadenas que lleva Jesús. Cristo hace partícipe al Apóstol de estas cadenas. A Cristo se dirigen el servicio y el pensamiento del Apóstol. Cristo vive en él. Las cadenas son «marcas de Jesús» (Gal 6:17), que el Apóstol lleva en su cuerpo. Pablo lleva en su cuerpo la muerte de Jesús, para que la vida de Cristo se manifieste en su cuerpo (2Cor 410). La actividad del Apóstol se lleva a cabo en medio del sufrimiento; Pablo padece para que la gracia se derrame sobre muchos, y así aumente la acción de gracias para gloria de Dios (2Co 4:15).
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2. Cf. 2Co 1:1; Col 1:1.
3. Cf. Efe 3:1; 2Ti 1:8.
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2. LA COMUNIDAD (1b-2). La carta va dirigida a Filemón, a Apfia, su mujer, a Arquipo, presidente de la comunidad, y a la comunidad que se reúne en la casa de Filemón. Este tenía una casa en Colosas junto a la gran ruta comercial que desde éfeso llevaba a Apamea a través de intrincados valles del Meandro y del Lico, y también conducía a Tarso a través de las puertas de Cilicia. La ciudad debió participar en la industria lanera del valle del Lico. Filemón recibió la fe por medio de Pablo (19), probablemente cuando éste ejerció su ministerio en éfeso (54-57 después de Cristo).
La comunidad que se reunía en casa de Filemón, para los actos de culto, era una parte de la Iglesia de Colosas; otras partes se reunían en otras casas. Ya en Jerusalén se partía el pan en las «casas» (Hec 2:46). Pablo menciona algunas Iglesias domésticas de Corinto y Roma, la casa de Aquila y Prisca (1Co 16:19; Rom 16:3-5), de Laodicea, la casa de Ninfas (Col 4:15). Estas células se reunían por obra de un «compañero de armas», delegado para este fin, y formaban la Iglesia de una ciudad. En estas pequeñas células de las comunidades domésticas se podía celebrar el ágape del Señor, se podían fomentar y experimentar las relaciones fraternales, podía realizarse de un modo personal la compenetración con la palabra de Cristo.
La iglesia congregada en la casa de Filemón forma una comunidad organizada. Filemón y Apfia ponen la casa a su disposición. Destacan entre los fieles como bienhechores de la comunidad, como sus protectores. En el centro está el presidente de la comunidad, y luego sigue el conjunto de los demás fieles. No solamente estructura la Iglesia el orden jurídico sino también el orden de la beneficencia y de la acción de gracias. La Iglesia reconoce lo que se hace por ella, mediante la primacía de honor, incluso en el culto divino. Pablo dirige la carta (cuya finalidad inmediata tan sólo concierne a Filemón), no sólo a éste, sino solemne y oficialmente a la comunidad, de la que es miembro Filemón. Pablo expone su deseo no privadamente, sino de una manera pública ante la Iglesia. Lo que sucede entre cristianos, afecta a la Iglesia que se reúne en un lugar, y mediante ella a toda la Iglesia. Cada miembro de la comunidad es responsable de la Iglesia…
Filemón es querido, porque es cristiano. Dios ha inclinado su voluntad amorosa al cristiano (Rom 8:28.31-39), lo ha elegido por el amor (Efe 1:4 s), ha derramado el amor en su corazón (Rom 5:5), pero también ha querido que se determine por el amor. Quien apela al amor del cristiano, no debería sufrir nunca un desengaño…
Cuando Pablo presenta a Filemón como colaborador, le parangona con Marcos y Lucas (24), Prisca y Aquila (Rom 16:3), Epafrodito (Flp 2:25) y Clemente (Flp 4:3). El cristiano es colaborador de los apóstoles, porque se esmera en el servicio del futuro reino de Dios, anda solícito por la difusión del Evangelio, y emprende muchos trabajos por causa del Evangelio (1Te 3:2; Col 4:11).
A Apfia la llama Pablo hermana. Querido y hermano (hermana) son ideas intercambiables (16; 1Te 2:8). La caridad repercute en las mutuas relaciones fraternales. Es verdadero cristiano el que se determina por el amor (ágape), reconoce que es hermano o hermana de los cristianos, vive como tal y colabora en la proclamación del Evangelio. A Arquipo se le concede el título de compañero de armas (Flp 2:25). En la Iglesia de Colosas ha prestado un servicio, que ha recibido en el Señor (Col 4:17). Desempeñaba un cargo, probablemente como presidente de la iglesia de Colosas. El trabajo apostólico y la colaboración con los apóstoles es un servicio de armas (Flp 4:3; 2Co 10:4), es una pelea «contra los principados y potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, contra los seres espirituales de la maldad que están en las alturas» (Efe 6:12).
3. BENDICIÓN (3).
El Apóstol no formula un deseo, sino que imparte la bendición. Los tres miembros de la fórmula y la semejanza con las fórmulas usadas por los judíos para bendecir delatan un estilo litúrgico. Esta carta privada también está destinada a ser leída en el culto divino.
3 Gracia a vosotros y paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Gracia y paz es la salvación que Dios ha dado por medio de Cristo. Los judíos, cuando escriben cartas, desean paz, y con esta palabra se refieren a la prosperidad. El apóstol de Cristo antepone a la paz la palabra «gracia». Gracia y paz son los bienes salvadores que proceden del amor y de la benevolencia de Dios. «Estamos en paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, mediante el cual hemos obtenido incluso el acceso a esta gracia, en la que estamos firmes» (Rom 5:1 s)…
El origen de la salvación es Dios, nuestro Padre, el medianero y portador de la salvación es el Señor Jesucristo. Estas dos últimas palabras de la bendición constituyen la profesión de fe de los cristianos: «Jesucristo es Señor» (Flp 2:11). Consigue salvarse quien hace esta profesión de fe y por medio de la fe en el Señor Jesucristo tiene a Dios por Padre…
I
ACCIÓN DE GRACIAS 4-07
El preámbulo de la carta a Filemón es como un salmo de acción de gracias que se compone de una introducción y de tres pares de frases. La acción de gracias tiene por fin edificar la Iglesia que está en la casa de Filemón.
El primer par de frases habla del fundamento espiritual de la Iglesia, del amor y la fe. Precede el amor. En el centro de la segunda parte está el pensamiento de que el amor tiene que ser eficiente; tiene que ser benéfico; solamente así ilumina a los incrédulos. En la tercera parte la primera frase termina con las palabras: «con motivo de tu amor», y la segunda concluye con las palabras: «por medio tuyo, hermano». La nueva vida, el estado de salvación de los fieles, se manifiesta principalmente en el amor fraterno. Los tres pares de frases tratan del cristiano en su relación con Cristo y con los cristianos. De esta relación habla el final de cada pareja de frases. El primer par de frases termina con las palabras: «al Señor Jesús y a todos los santos». El Señor Jesús juntamente con «todos los santos» forman el nuevo pueblo de Dios. En la conclusión de la segunda pareja se dice: «para gloria de Cristo». La Iglesia tiene que crecer en Cristo (Efe 4:15 s). La última pareja concluye con la palabra «hermano». Los miembros de la Iglesia son hermanos que están unidos entre sí por medio del amor. La Iglesia es la comunidad de hermanos que están reunidos en torno al Señor Jesús formando el nuevo pueblo de Dios.
Estos versículos contienen una bella imagen de la estructura externa e interna de la Iglesia. El mismo Dios pone el fundamento en la fe y el amor (primer par de versículos). La fe y el amor conjuntamente conducen a la obra y a la acción, a la recíproca participación en lo que tiene el hermano, a la generosidad de la fe (segunda pareja de versículos). Y los frutos de aquella viva fe y del amor activo son: alegría, consuelo y alivio. Así se edifica la Iglesia sobre el fundamento puesto por Dios, para llegar al «varón perfecto, al desarrollo correspondiente de la plenitud de Cristo» (Efe 4:13).
1. RECUERDO EN LA ACCIÓN DE GRACIAS (4). Pablo también es apóstol y padre espiritual en su oración. Siempre recuerda a las personas que ha convertido. Su recuerdo es acción de gracias.
4 Doy gracias a mi Dios, haciendo constantemente mención de ti en mis oraciones..
Glorificar a Dios y darle gracias son los actos fundamentales de la virtud de la religión y de la piedad (Rom 1:21). La actividad apostólica tiene el objetivo de que crezca sin cesar el número de quienes glorifican a Dios dándole gracias (2Co 4:15). El cristiano tiene que mostrarse pródigo en la acción de gracias (Col 2:7), porque las gracias también son desbordantes4. «Doy gracias a mi Dios» es el eco de la piedad de los salmos 5. El antiguo recipiente de las palabras de los salmos se ha llenado con un nuevo contenido. Dios es «mi Dios» por medio de Cristo y del amor rebosante que él ha traído…
……………
4. Cf. 2Co 9:14; Efe 2:7; Flp 4:7 5. Rom 1:8; Flp 1:2; Sal 3:8; Sal 5:3; Sal 7:2.4.7; Sal 13:4, etc.
……………
2. AMOR Y FE (5). «Fe en Cristo Jesús» y «amor a todos los santos» (Col 1:4) son los fundamentos del ser de cristiano. Pablo se deja guiar por la retórica y enlaza el principio y el fin de la frase («amor a todo el pueblo santo») y los dos miembros intermedios («fe en el Señor»). De este modo logra también un fin impresionante: «… en el Señor Jesús y a todos ios santos».
5 … -ya que tengo noticias del amor y la fe que tienes en el Señor Jesús y a todos los santos-,…
El amor y la fe son dones de Dios que inducen a la acción de gracias. La raíz de la salvación consiste en la fe de que Jesús de Nazaret es el Señor. Pero la fe da su fruto en el amor. El amor se muestra en el amor fraterno, en el amor a todo el pueblo santo. Se antepone el amor, porque la vida que brota de la fe es primeramente el amor. Los santos son los cristianos. Dios los ha llamado de entre todo el género humano, y por medio del bautismo los ha incorporado a su pueblo escogido. Están purificados del pecado y, mediante la recepción del Espíritu, son nuevas criaturas. Puesto que los cristianos son santos, también deben acreditarse como tales en la reforma de la vida moral (1Te 4:3 s). El Señor Jesús y todos los santos forman un conjunto, como el Señor Yahveh y su pueblo Israel, escogido y santificado. Por medio de la fe y del amor, que son el cumplimiento de toda ]a ley (Gal 5:13 s), el cristiano está incorporado al pueblo santo del Señor Jesús, de tal forma que es un cristiano viviente.
3. GENEROSIDAD DE LA FE (6). Pablo ruega para que la Iglesia crezca interior y exteriormente. Las palabras de su oración muestran el camino para edificar la Iglesia.
6 … para que, compartiendo la fe que tienes, se llegue a producir un perfecto conocimiento de tanto bien como hay entre nosotros, para gloria de Cristo.
La fe se muestra en el amor, pero el amor hace común todo lo que tiene, se manifiesta en la comunicación 6: la comunicación es generosidad. «Uno era el corazón y una el alma de la muchedumbre de los que habían creído, y nadie consideraba propio nada de lo que poseía, sino que todo lo tenían en común» (Hec 4:32).
La generosidad que procede de la fe es efectiva para la edificación de la Iglesia. Conduce a los incrédulos a un perfecto conocimiento de tanto bien como hay en los cristianos. El reconocimiento y la admiración de este bien es un medio para creer en Cristo. El amor resuelto tiene fuerza misionera 7.
Mediante la generosidad de la fe, la Iglesia crece para gloria de Cristo, siempre se parece más a Cristo, llega a «la edad perfecta de la plenitud de Cristo» (Efe 4:13).
……………
6. Rom 15:26; 2Co 8:3; 2Co 9:13; Flp 1:5; Heb 13:26.
7. Mat 5:16; Flp 2:15; Jua 17:23.
……………
4. GOZO Y CONSUELO (7). El crecimiento interno de la Iglesia es también enriquecimiento, por el que Pablo da gracias.
7 En efecto, recibí mucho gozo y consuelo con motivo de tu amor, ya que el pueblo santo ha recibido alivio cordial por medio de ti, hermano.
Mediante el amor fraterno se alientan también interiormente la Iglesia, Pablo y el pueblo santo. El amor fraterno da gozo, consuelo y edificación. En estos tres dones, la salvación del fin de los tiempos penetra en este mundo. «Que el reino de Dios no consiste en tal clase de comida o de bebida, sino en justicia y paz y alegría en el Espíritu Santos (Rom 14:17; cf. 15,13). Nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, nos han amado y nos han dado un consuelo imperecedero y buena esperanza por la gracia (2Te 2:16). El amor fraterno en la Iglesia da un gusto anticipado de la eterna salvación. El amor fraterno edifica la Iglesia interior y exteriormente.
II
EL HOMBRE «EN CRISTO» 8-20
El esclavo Onésimo se había evadido de Filemón y se había fugado a Roma. Onésimo podía desaparecer en medio de la agitación de la gran ciudad. Pablo estaba entonces encarcelado en Roma. Es un enigma cómo y por qué Onésimo acudió a Pablo. El Apóstol había atraído al esclavo al cristianismo (10). Y podía necesitar de sus servicios (11). Pero no lo quería retener consigo, sin saber lo que decidía su señor. Por eso le hace volver a su señor en compañía de Tíquico, colaborador de Pablo (Col 4:9), y con un escrito de recomendación, que es la carta a Filemón.
La parte principal de la carta se divide en cinco a modo de estrofas, cada una de las cuales está compuesta de una forma artística. La elección consciente de las palabras, los sorprendentes juegos de palabras (11.20), las atrevidas metáforas, el uso de palabras de doble sentido, el estilo brillante, el ritmo selecto no descuidan nada para conseguir lo que se pretende.
El Apóstol, revestido de poder, acude a Filemón en son de súplica (8-9), ruega por Onésimo, el esclavo evadido, que mediante el bautismo ha establecido nuevas relaciones con Pablo y también con su señor (10-12). Pablo tenía un derecho sobre el esclavo bautizado, pero renuncia a su derecho (13-14). Por medio del bautismo, Onésimo es hermano de Pablo y de Filemón (15-16). Cuando llega Onésimo, es como si llegara el mismo Pablo,
1. SUPLICA EN VEZ DE MANDATO (8-9). 2. La estructura de la estrofa sigue el esquema .a + b + a. Pablo escribe con plena conciencia de su autoridad apostólica para mandar (a); pero encomienda el asunto en manos del amor, y no manda, sino suplica (b); pero suplica como apóstol y como mártir (a).
8 Por lo cual, aun teniendo amplia libertad en Cristo para mandarte lo que debes hacer, 9 más bien prefiero usar de súplicas, por motivos de amor, presentándome como quien soy, Pablo, anciano, y ahora, por añadidura, prisionero por Cristo Jesús.
Pablo tenía derecho a mandar que Filemón acogiera con amor al esclavo evadido, que había sido bautizado; tiene franqueza en Cristo, poder y autoridad, que le ha dado Cristo para la dirección de la Iglesia. Pablo habla también de lo que Filemón «debe hacer», de lo que se refiere a la vida moral del cristiano y de lo que es una obligación moral (Efe 5:4). Los dirigentes de la Iglesia están revestidos de poder por Cristo, pueden «decir algo con franqueza» a los fieles, con tal de que se trate de asuntos religiosos y morales. La Iglesia no solamente está unida por el amor, sino también por la autoridad y la obediencia; no solamente es Iglesia del amor, sino también Iglesia del derecho.
A pesar de su poder para mandar, el Apóstol prefiere persuadir amistosamente, lo cual es algo intermedio entre el advertir y el suplicar. Pablo no apela a la obediencia, sino al amor. El derecho es necesario, pero el amor tiene que ser el que decida. Si el cristiano no tuviese amor, no sería nada (cf. 1Co 13:1-3). El corazón humano más fácilmente se abre a los consejos amistosos que al duro mandato. ¿Qué puede lograr el mandato, cuando se trata de agregar amorosamente a la solidaridad del amor a una persona que (según la manera de ver de aquel tiempo) ha incurrido en alguna falta? Sólo suscitarán el amor los consejos amistosos, la apelación al amor.
Pablo ruega como presbytes. Esta palabra encierra varios matices, porque significa anciano o enviado 8. Como Apóstol es un enviado de Cristo, pero también es verdad que era anciano, cuando escribió la carta a Filemón. Pablo ruega como prisionero de Cristo, que está encarcelado por causa de Cristo y lleva las cadenas con las que participa en los sufrimientos de Cristo en pro de su Iglesia (Col 1:24). Se dirige a Filemón como apóstol y mártir, pero al mismo tiempo como anciano y como encadenado. Primero, se ve al anciano y al encadenado, luego se ve al apóstol que tiene autoridad para mandar. Precede lo humano, la autoridad divina retrocede. La autoridad para mandar se oculta bajo la forma del que ruega y suplica, el poder está detrás de la impotencia, la idea de dominar está detrás de la idea de servir. El director de la Iglesia se presenta en primer lugar como hombre, antes de actuar con pleno poder. La obra de la salvación se lleva a cabo con toda la amistad humana y con la condescendencia del amor de la infinita majestad de Dios (Tit 3.4).
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8. Pablo compara su cargo de apóstol con la misión de un enviado (presbeuomen): 2Co 5:20; Efe 6:20.
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3. MI HIJO (10-12). 4. Pablo deja entrever su verdadera intención: suplica por Onésimo, el esclavo evadido, que ahora ya no lo es. En una estrofa que tiene una estructura semejante a la anterior (a + b + a), el Apóstol muestra lo que ha llegado a ser Onésimo para Pablo y Filemón. Por medio del bautismo, las relaciones humanas sufren una completa transformación. Eso se muestra en el versículo central de la estrofa mediante el cambio de significado del nombre de Onésimo.
10 Te suplico, pues, por este hijo mío, a quien engendré entre las cadenas, Onésimo, 11 el que en un tiempo te fue inútil, pero que ahora es útil tanto para ti como para mí. 12 Te lo envío de nuevo, es decir, te envío a quien es mi propio corazón.
Pablo llama a Onésimo «hijo mío». Le ha convertido. La conversión a la fe mediante el Evangelio es la generación a una nueva vida 9. Onésimo es un hijo de dolor, porque ha sido engendrado entre cadenas. El Apóstol es además mártir. El renacimiento del hombre a una nueva vida tiene su origen en la palabra de Cristo y en su muerte expiatoria, en la proclamación del Apóstol y en los sufrimientos que le ocasiona el Evangelio (Flp 2:17), en la fe y en el bautismo.
Entre el entonces y el ahora ha tenido lugar un gran cambio en Onésimo. El bautismo divide la vida del cristiano en dos tiempos completamente distintos: en otro tiempo esclavo del pecado, ahora libre; en otro tiempo víctima de la muerte, ahora destinado a la vida; en otro tiempo entregado a la inmoralidad y al pecado, ahora santo y confundido por la antigua conducta.
Muestra esto todavía con mayor claridad el primoroso juego de palabras que Pablo emplea. Como tal debemos tomarlo, no debemos forzar las cosas pensando, por ejemplo, que el Apóstol haya tomado por un «inútil» a Onésimo, en cuanto hombre y esclavo. Solamente por el sonido de las palabras griegas se puede percibir el fino humor con que el Apóstol describe la mudanza: de ser «inútil» (akhrestos) Onésimo (útil) ha pasado a ser, por medio de Cristo (khrestos), «sumamente útil» (eukhrestos). Mediante la fe en Cristo y mediante el bautismo se convierte el hombre en un miembro del cuerpo de Cristo, viene a ser «útil» para todos los miembros de este cuerpo de una forma completamente nueva (1Co 12:20-27). Antes no tenía importancia para la fe y para Cristo, ahora su antiguo nombre (útil) ha recibido en Cristo un sentido enteramente nuevo. Se verá esto, cuando sea acogido con amor por la comunidad, y así venga a ser «útil» para el aumento de su fe y de la cristiana magnanimidad de su señor.
Onésimo, que se ha convertido, es corazón de Pablo. El Apóstol le ha acogido con tal amor (Flp 1:7), que le ama como a su corazón, como a sí mismo, como a su propio yo. La conversión de un hombre exige el empleo de todas las fuerzas del corazón, de la capacidad de persuasión del amor, de los sentimientos. Ha procedido con el espíritu de Jesús el que puede decir de una persona: Mi corazón que amo, mi hijo a quien he hecho donación de mi amor, dentro de él me he perdido. Quien así procede, también seguirá estando dispuesto para un amor ferviente.
La ley exigía que los esclavos evadidos fueran devueltos a su señor. El que retenía en su casa a un esclavo fugitivo, se hacía culpable de concurso en un delito privado. Pablo envía de nuevo a Onésimo a su señor; emplea la palabra del lenguaje jurídico, cuando escribe sobre este envío. Pero envía de nuevo al esclavo evadido, como si fuera su propio corazón, como si fuera un pedazo de su propio cuerpo. Pablo ha puesto en él toda su misericordia y compasión. El amor también atiende al derecho, aunque la propia misericordia y los propios sentimientos queden oprimidos. «La caridad no busca sus intereses» (1Co 13:5). El esclavo evadido comparecerá ante su señor, pero con él estará Pablo, su padre; estará el corazón del Apóstol, que implora piedad; en último término estará Cristo, que ha cuidado de Onésimo y que está en él. Cuando un hombre se ha convertido, la Iglesia y el mismo Cristo, sin tener en cuenta lo que pueda haber sido, abogan por él: es uno de aquellos a quienes tanto Cristo como Pablo llaman «mi corazón». Pero también él puede decir: «Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que ni siquiera escatimó darnos a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente también todas las cosas con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios» (Rom 8:31-33).
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9.Cf. Gal 4:19; 1Co 4:15.
10.«Corazón» podría significar directamente «hijo», como lo interpreta la tradición siria.
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3. MUESTRA DE AMOR EN LUGAR DE RECLAMACIÓN JURÍDICA (13-14).
Pablo podía tener un derecho a los servicios de Onésimo, pero no lo quiere retener sin el consentimiento de su señor. Filemón debe hacer espontáneamente una obra buena. En la estrofa dividida en tres miembros (a + b + a) el «consentimiento» ocupa el lugar central. Se debe apelar a lo más valioso del hombre, a su propia decisión.
13 Yo quería retenerlo a mi lado, para que, en lugar tuyo, me sirviera en los cadenas del Evangelio; 14 pero, no obstante, nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu beneficio no resultara como por compromiso, sino con espontaneidad.
Quien anuncia el Evangelio tiene un derecho al servicio de las personas a las que ha convertido por medio del Evangelio (Flp 2:30; 1Co 9:13 ss). Este servicio no se presta al pregonero y apóstol, sino al Evangelio. Timoteo ha servido con Pablo al Evangelio, como un hijo sirve a su padre (Flp 2:22). El Evangelio es un grandioso mensaje, al que tienen que servir todos los que han logrado experimentar la fuerza de él.
El que reconoce siempre a la Iglesia y sirve al Evangelio, presta también un servicio a todos los demás que viven en la Iglesia. Toma sobre sí, en favor de los demás, una parte de la solicitud y de la obligación de servir a la palabra de Dios.
El servicio del Evangelio es más perentorio, cuando el pregonero competente del Evangelio está en cadenas. El Evangelio encadenado convoca a todas las fuerzas para que se pongan al servicio de su difusión…
Pablo renuncia a su derecho en beneficio de Filemón, para que éste tenga la posibilidad de hacer una buena obra. Lo que es moralmente bueno, no se realiza por el compromiso que se contrae mediante el mandamiento, sino con la espontaneidad que nace del amor. El bien no debe hacerse con pesadumbre ni por compromiso, sino voluntariamente. «Dios ama al que da con alegría» (2Co 9:7).
El mejor camino no es el camino corto del mandato y de la obligación coactiva, sino el largo camino del convencimiento y de la benévola persuasión; porque por este camino se logra la espontaneidad. Dios también ha tomado este camino. Cristo no hizo uso de la fuerza, cuando anunciaba el reino de Dios, sino que procedió con el desvalimiento del niño y la impotencia del moribundo. La gracia de nuestro Señor Jesucristo debe reconocerse en que, por causa de los hombres, ha venido a ser un mendigo, a pesar de ser rico, para que los hombres lleguen a ser ricos por la pobreza de Cristo (2Co 8:9). Incluso todas las amenazas del Evangelio son amenazas, cuya eficacia supone la fe. Pero la fe no se obtiene por la fuerza, sino que es espontánea. La actuación salvadora de Dios quiere que el hombre se decida por amor a glorificar a Dios.
4. NUESTRO HERMANO (15-16).
Onésimo ya no regresa solamente como esclavo, sino como hermano de Filemón, y vuelve con este rango para siempre, en el Señor. El pensamiento más importante se encuentra de nuevo en el centro de la estrofa de tres miembros (a + b + a). Si Filemón reflexiona sobre este nuevo rango de Onésimo, ¿no tiene que acogerle con amor fraternal?
Pablo no pretende conmover las fuerzas y poderes ordenadores de este mundo, pero muestra la nueva posición que el esclavo ha conseguido por medio del bautismo con respecto a su señor. La relación recíproca de señor y esclavo queda determinada y también superada por el acontecimiento salvador que ha sido iniciado en Cristo. Los profetas del Antiguo Testamento tampoco modificaron las precarias situaciones sociales mediante reformas sociales de índole política sino exhortando a volver a Dios y anunciando su voluntad. Cuando el cristianismo había abarcado ya todo el mundo antiguo, la esclavitud como clase social fue abandonada en la práctica y finalmente también en el derecho y en la legislación.
15 Pues quizá por esto se separó de ti por breve tiempo, para que lo recuperaras para siempre, 16 y no ya como esclavo, sino mucho más que esclavo: como hermano muy querido, especialmente para mí, y cuanto más para ti, tanto en la carne como en el Señor.
La huida del esclavo Onésimo se funda en el plan de la divina providencia. Es una separación, no una huida. Dios ha aprovechado esta separación para salvarlo. La fe dirige más la mirada al gobierno de la divina providencia que a las decisiones del hombre, pero no niega la libre voluntad humana.
Lo que Dios opera, es razonable. Pablo no se atreve a determinar infaliblemente qué sentido tuvo la huida del esclavo en el plan de la divina providencia. «Quizá… se separó.» Los designios de Dios son inescrutables (1Co 2:16; Rom 11:33 s). Por eso, los pensamientos sobre el sentido de las obras de la providencia solamente se pueden expresar como sospecha. «Sabemos además que todas las cosas colaboran para bien de los que aman a Dios, de aquellos que él ha llamado según su designios (Rom 8:28). La separación ha tenido por efecto que Filemón reciba de nuevo al esclavo, de tal forma que tenga que «dar constancia» de la llegada y no quede pendiente ninguna reclamación. La separación solamente fue por breve tiempo, pero el resultado de la separación es la eterna unión mediante la acción de Dios. La providencia divina procede con sabiduría y con amor desbordante. Aunque el principio de sus obras signifique pérdida, concluye siempre con abundancia…
Onésimo no regresa solamente como esclavo. Vuelve como esclavo, porque lo sigue siendo aún después del bautismo. La conversión y el bautismo no cambian la posición social terrena. El que es pobre, continúa siéndolo después del bautismo; el que es de bajo linaje, continúa siéndolo después del bautismo; el que es inculto, continúa siéndolo en la sabiduría terrena después del bautismo (1Co 1:26; 1Co 7:18-24). La salvación que se consigue por medio de la fe y del bautismo, no implica mejora de la suerte terrena.
Pero mediante el bautismo se añade una nueva condición social a la condición de esclavo. El esclavo ha pasado a ser un hermano muy querido. Ante todo, hay que tener en cuenta esta novedad. «Ya no hay judío, ni griego; ya no hay esclavo, ni libre; ya no hay varón ni hembra, pues todos vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Gal 3:28) 11. La nueva grandeza eclipsa la antigua.
Filemón, aún más que Pablo, tiene que ver en Onésimo al hermano muy querido, porque Onésimo es para Filemón un hermano tanto en la carne como en el Señor, según la existencia terrenal y según la nueva existencia que Cristo le dio en el bautismo. Onésimo es primeramente hermano según la existencia terrena, porque está vinculado de una forma particular a su señor, de acuerdo con la ordenación social terrena12. Pero además es hermano en el Señor, porque vive con Filemón «en Cristo» y participa del mismo espíritu de Cristo. La nueva existencia cristiana no solamente es una nueva comprensión de sí mismo, sino que es consecuencia de una nueva creación (Gal 6:15; 2Co 5:17) y de la comunicación de un nuevo ser. Lo nuevo que da el bautismo, no destruye las antiguas leyes, en cuanto se avienen con las nuevas, sino que perfecciona lo que es capaz de perfeccionamiento. El cristiano tiene que reconocer lo que Dios ha obrado en Cristo, tiene que estar decidido a ver la nueva creación; entonces también descubrirá al hermano. El cristiano solamente puede ser comprendido en la fe y tiene que ser visto y amado en ella a pesar de todas las deficiencias que lleva consigo la «carne».
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11. Cf. Col 3:11; 1Co 12:12.
12. Efe 6:5; Col 3:22; vivir en la carne (Gal 2:20; Flp 1:22.24) o estar en la carne (Rom 8:9), significa vivir como hombre una existencia puramente terrena, en contraposición a la vida según el espíritu (Rom 8:9), con Cristo (Flp 1:23), en la fe (Gal 2:20). No se excluye que con el pensamiento de que el esclavo es «hermano… en lo humano», Pablo hable de acuerdo con la mentalidad de aquella época. El tema de los esclavos se discutió constantemente en la filosofía desde Platón. Entre los estoicos y en la escuela cínica, la diferencia entre esclavo y señor palideci6 notablemente ante la diferencia entre hombre bueno y malo. En el esclavo se vio al hombre. «Aquel a quien tú llamas esclavo, ha nacido de la misma semilla, disfruta del mismo firmamento, respira el mismo aire, vive y muere del mismo modo» (·SENECA, EP. Mer. 47,10). Entre las cartas de Plinio el Joven se encuentran dos escritas a su amigo Sabiniano (IX, 21.24), que ruegan por un liberto y dan gracias por su readmisión. Ambas son documentos de delicada humanidad y tienen un cierto parecido con la carta a Filemón. Aunque entre aquellas dos cartas y la carta a Filemón se interpone el mundo de los hechos salvadores de la fe cristiana.
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5. MI PROPIO YO (17-20).
La estrofa final está configurada con otra estructura (a + b + c + b + a). Onésimo es el segundo yo de Pablo y su corazón (a). El Apóstol quiere responder de los perjuicios causados a su señor por el esclavo evadido (c); la cuenta deudora que resulta para Pablo, queda compensada con la deuda que Filemón tiene con Pablo (b). Cuando Pablo se pone al habla con Filemón, no invoca su poder apostólico, sino su unión íntima con él mediante la participación en Cristo. La estrofa final resume lo que han dicho los otros dos pares de estrofas.
17 Si, pues, me tienes por compañero, recíbelo como a mí mismo. 18 Y si en algo te perjudicó o algo te debe, eso ponlo a mi cuenta. 19 Yo, Pablo, lo firmo de mi puño y letra; yo pagaré, por no decirte que tu también te debes a mí. 20 Sí, hermano, que saqué yo algún provecho de ti en el Señor. ¡Alivia mi corazón en Cristo!
Filemón tiene a Pablo por compañero. El hecho de ser en Cristo trae como consecuencia que todos los bautizados participan entre sí de la nueva vida en Cristo; por eso están todos unidos en su ser con Cristo y también entre sí. La vida social de los cristianos, sus relaciones sociales han de ser entendidas y vividas a partir de esta comunión radical. Pablo llama a Onésimo su propio yo: «… recíbelo como a mí mismo» 13, En la nueva existencia que da el bautismo, Cristo vive en el que ha sido bautizado. «Vivo, pero no yo, es Cristo quien vive en mí» (Gal 2:20). Pablo toma parte en Cristo, e igualmente la toman Filemón y Onésimo. En el cristiano tiene que verse más a Cristo que al cristiano en su existencia terrena. Ver a Cristo en cada uno de los hombres…
Filemón aprecia a Pablo, y si encuentra dificultades en acoger amorosamente al fugitivo, en él ha de ver a Pablo. Todos tienen parte en Cristo, todos son otro yo para todos. La alegría o sufrimiento, el amor o tristeza que uno causa a otro, lo causa a todos los demás que viven en la Iglesia. «Si un miembro padece, todos los demás padecen con él, y si un miembro es distinguido, todos los demás se alegran con él» (1Co 12:26).
Los cristianos participan unos de otros, son hermanos del otro yo. En el lenguaje profano «participan» los que tienen parte en el negocio, los amigos, los esposos; los hermanos son hermanos por la sangre; «tú eres mío, yo soy tuyo» es el lenguaje de los amantes. En el lenguaje religioso participan los comensales de la divinidad en el culto (1Co 10:16); los miembros de las congregaciones religiosas se llaman hermanos; en el lenguaje de la mística de la época (helenística) Dios y el hombre son uno, es decir, forman una unidad. Según la mística paulina, el cristiano participa en Cristo, porque los cristianos están unidos con el Hijo en la participación (1Co 1:9). La comunidad con Cristo lleva a la comunidad entre los cristianos, a un dar y tomar parte en lo que tienen Cristo y los cristianos (6). Pablo puede decir que ya no vive él, sino que Cristo vive en él (Gál 220), sin que se viole la personalidad del cristiano o de Cristo. La mística de Cristo, que es peculiar de Pablo, se vive con el desprendimiento del yo en favor del tú. «Recíbelo como a mí mismo» 14. La fuerza de esta mística de Cristo se acredita en el amor desinteresado del prójimo.
Se vive y experimenta la comunidad con Cristo en la asamblea litúrgica. La «cena del Señor» (1Co 11:20) no solamente une con Cristo a los partícipes, sino que también los une entre sí (1Co 10:17). La multitud forma un cuerpo, que es Cristo. Se representa la solidaridad por medio del único pan, que todos comen, por medio de la comida saciante, a la que todos contribuyen y en la que todos participan (1Co 11:20 ss; 1Co 11:33), en cuanto todos se llaman hermanos y se tratan como tales, por medio del ósculo santo, con el que todos expresan su unión íntima entre sí (1Co 16:20; 1Pe 5:14). La nueva vida en el Espíritu es la razón de todas estas muestras de solidaridad y de la mutua participación en todo… Cuando Onésimo llegue a Colosas quedará incorporado a la Iglesia doméstica de Filemón; porque como bautizado tiene derecho a participar en el culto divino. Es comensal, hermano, besado con el santo ósculo; lo es por razón de la vida en Cristo.
También lo es para Filemón. ¿Qué otra cosa podrá hacer Filemón, cuando la carta, que le entregan juntamente con el esclavo, llegue a manos de la asamblea litúrgica para ser leída y comentada? ¿Abrirá bruscamente una grieta entre el culto y la vida, a pesar de que Pablo le alaba por causa de la fe y del amor? La acogida o vuelta de una persona a la corporación litúrgica también obliga a que cada miembro de la comunidad le trate en todo como participante, como hermano y como otro yo en la vida.
Según el derecho de aquel tiempo, el esclavo con su huida había causado perjuicios al señor por pérdida de la ganancia, por hurto. Esto lo sabe bien Pablo. Este perjuicio tenía que repararse. La acogida en la Iglesia, la nueva vida en Cristo, no cancelaba las obligaciones de la vida anterior. El mismo Pablo quiere responder de los perjuicios causados por el esclavo. En su carta extiende un reconocimiento de deuda. Al usar la fórmula jurídica: Yo pagaré y mediante la firma de puño y letra, el certificado debe obtener fuerza jurídica. El Apóstol responde por su hijo, por su hermano, por su yo. El verdadero amor se muestra en obras, en salir fiador del prójimo, en ocupar su lugar hasta entregar la vida por él. Así es cómo Cristo ha incorporado «los muchos», la multitud, al reino de Dios 15.
Con un hábil viraje -casi se ve la sonrisa en los labios del Apóstol- Pablo extiende también una cuenta a Filemón, que ha de ser pagada por el mismo Filemón. El libre Filemón es un esclavo por la deuda que tiene con Pablo. También el buen humor de la amabilidad, «la palabra… sazonada con sal» (Col 4:6), el ingenio, evitan la tensión y permiten encontrar un camino para la reincorporación.
La mediación en los bienes que se refieren a la salvación, da derecho a una retribución con bienes terrenos. Los cristianos de Corinto son deudores de los cristianos de Jerusalén, porque de éstos han recibido los bienes salvíficos de la fe. Por eso la deuda de los cristianos de Corinto a los de la Iglesia primitiva de Jerusalén, ha de ir pagada con bienes terrenos (Rom 15:27). Los apóstoles hacen donación de bienes espirituales, pero tienen derecho a obtener de los fieles lo que necesitan para la vida (1Co 9:11; Mat 10:10). La solidaridad resulta de dar y recibir.
Filemón se debe al Apóstol. Los bienes espirituales del Evangelio no se pueden contrapesar con bienes materiales. Sobrepasan todos los valores de este mundo (Mat 16:26). ¿Con qué se podría contrapesar la vida eterna?
A una reclamación jurídica se opone otra reclamación de la misma índole. Pablo tiene que pagar una deuda a Filemón, y éste ha de pagar otra deuda a Pablo. El que tiene más que reclamar, propone un arreglo. Basándose en la utilidad que Onésimo (útil) presta a Filemón, también Pablo quiere sacar provecho de Filemón. Pero Pablo no quiere ventajas terrenales, sino provecho en el Señor: alivio, descanso y alegría por la conciencia de que la Iglesia se edifica por medio del amor (7). I,a edificación de la Iglesia con bienes espirituales prevalece sobre las ventajas terrenas.
Filemón alivia el corazón de Pablo aliviando a Onésimo, que es el corazón de Pablo. Lo que regocija a un miembro del cuerpo de Cristo, también regocija al otro. Si se edifica la Iglesia, se alivian todos los miembros del cuerpo de Cristo.
Para el esclavo convertido, Pablo es padre, hermano, el otro yo; lo acoge como hijo, hermano, y como a sí mismo. Con estas tres palabras se expresan las relaciones más íntimas entre dos hombres, a saber las que existen entre el padre y el hijo, entre hermano y hermano, entre yo y yo. Muchos tonos resuenan en estas tres relaciones. El amor al prójimo -aunque sea un paria- gusta de hacer resonar todas las vibraciones del alma, quiere que suenen todas las melodías: el amor de sí mismo, el amor fraternal y el amor paterno consciente de su responsabilidad. La ley del gobierno de las almas que rige al Apóstol de las gentes, dice así: «Híceme todo para todos, para salvar a algunos a toda costa» (1Co 9:22).
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13. Se interpreta de distintas maneras la frase «recíbelo como a mí mismo». es decir «como si fuese yo», o bien «como a mí». Antes le llamó hijo, hermano, su corazón, pero ahora le llama su «otro yo»; porque está vinculado a él en Cristo «como portador del mismo Espíritu de Dios» (K. STAAB).
14. Cf. Rom 12:14-21; Mat 7:12. 15. Stg 2:15 s; 1Jn 3:17; Jua 15:13; 1Jn 4:10; Rom 5:7 s; Rom 8:32; Mar 10:45.
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NOTIFICACIONES PERSONALES 21-24
Los versículos finales vuelven a lo dicho al principio de la carta. La fe y el amor, que se han hermanado en la inicial acción de gracias, dan a Pablo la absoluta confianza de que Filemón hará todo lo posible por el esclavo (21).
En una notificación personal expresa Pablo la esperanza de que pronto será libertado e irá a Colosas (22). Una lista de saludos presenta a los servidores del Evangelio encadenado y colaboradores de Pablo, como abogados del esclavo que regresa, ante su señor Filemón (23-24). ¿Puede Filemón rehuirlos?
1. FE Y AMOR (21). 2. Pablo se da cuenta de que pide mucho a Filemón. Se excusa de su audacia. Se atreve a mucho porque conoce la fe y el amor de Filemón (5).
21 Confiado plenamente en tu docilidad, te escribo, seguro de que harás más de lo que te digo.
El Apóstol confía en la docilidad de Filemón. La fe es docilidad 16 Quien tiene fe, tiene disposición para escuchar y obedecer. No en vano se le advierte rogando, y se le ruega advirtiéndole. Quien tiene disposición para creer, también está habilitado para el amor. Quien puede obedecer, está presto a cualquier llamamiento que se le dirija. Los obedientes disponen a la Iglesia para acoger a un nuevo miembro.
El amor de Filemón hará más de lo que el Apóstol expresa en su requerimiento. El amor siempre tiende a más (1Co 13:4). ¿Cuándo podría decir el amor: Ya basta? La magnanimidad abre las puertas.
¿Cuál es la esperanza que mantiene Pablo? ¿La liberación del esclavo? Anteriormente había dado a entender a los fieles que todos debían continuar en su estado (1Co 7:20 s). Probablemente no quiere hacer ninguna proposición determinada. El amor determina lo que se tiene que hacer (2Co 8:8). Cuando crece el amor, aumenta la depuración de la conciencia para todo lo que Dios quiere y los hombres necesitan.
De este modo, la conciencia puede examinar lo que es necesario, lo que aquí y ahora pide la voluntad de Dios (Flp 1:9 s)…
Pablo trata a Filemón como cristiano «mayor de edad». Se le puede creer capaz de hacer lo que se haya resuelto, porque tiene docilidad y amor, que son los fundamentos de la auténtica mayoría de edad, que se esfuerza por edificar la Iglesia del modo que sea.
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16Rom 1:5; Rom 15:18; Rom 16:19; 2Co 10:6.
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2. LA BONDAD DE DIOS (22). Sorprende que el Apóstol encargue para sí un alojamiento en casa de Filemón. Tiene la firme esperanza de que por la bondad de Dios terminará pronto la prisión. Otra vez puede hacer planes para el futuro.
22 Al mismo tiempo, prepárame también alojamiento; pues espero que, por vuestras oraciones, Dios os dará la gracia de mi presencia.
El Apóstol prisionero espera visitar la comunidad. Este don le otorgará la bondad de Dios. Por las oraciones de los fieles se dará de nuevo a la comunidad la gracia de la presencia de Pablo, así como ahora también ha recibido como una gracia al esclavo bautizado 17. Filemón recibió alabanzas a causa de su fe (5). La fe activa que se acredita en el amor, se revelará también en la amistad hospitalaria de Filemón. Este recibirá gustosamente al Apóstol, así como desde el principio de su vida cristiana ha recibido la fe por la palabra de los predicadores. La Sagrada Escritura emplea la misma palabra para recibir a un huésped que para recibir la palabra de Dios (Luc 8:13; Hec 8:14)…
Prepárame también alojamiento es la única orden en esta carta. Pero esta orden corresponde a un ruego expresado hace ya tiempo. El Apóstol ordena, cuando ruega, y suplica, cuando se esperaría una orden. Pablo quiere que la vida cristiana fundada en la fe no domine, sino que en el gozo contribuya al gozo (2Co 1:24). Se edifica la Iglesia, cuando se sirve y no cuando se ejerce el dominio.
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17.Cf. Rom 15:30; Efe 6:19; Col 4:3; 2Tes 3,1s.
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3. SERVIDORES DEL EVANGELIO (23-24).
En la lista de saludos aparecen los mismos nombres que en Col 4:10-14. El primero que se nombra es épafras, el fundador de las comunidades cristianas de Colosas, Hierápolis y Laodicea (Col 4:13); por causa de su servicio está encarcelado juntamente con Pablo. Marcos en otro tiempo acompañó a Pablo, se separó de él, y de nuevo está con él 18. Aristarco de Tesalónica (Hec 20:4) fue en todos los trances fiel compañero del gran Apóstol (Hec 19:29; Hec 27:2). Demas, más tarde, por el amor de este siglo, desamparó al Apóstol (2Ti 4:10). Lucas, el médico querido (Col 4:14), es el autor del tercer Evangelio y discípulo de Pablo.
23 Te saludan Epatras, mi compañero de prisión en Cristo Jesús, 24 Marcos, Aristarco, Demas, Lucas, que son colaboradores míos.
Pablo escribió como mártir y apóstol. Envía los saludos del que está preso con él en Cristo Jesús, y de los colaboradores, del compañero en el martirio y de los compañeros en el apostolado. La Iglesia se edifica por medio de apóstoles y mártires, por medio de arduos trabajos y luchas (épafras es prisionero de guerra juntamente con Pablo). Las palabras y la sangre de Jesús añaden nuevos miembros a la Iglesia.
Los apóstoles y mártires suplican con su saludo que se reciba con amor al hermano, que debe ser incorporado a la Iglesia, aunque se haya de superar y vencer el propio yo.
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18Hec 12:24 s; Hec 13:13; Hec 15:37 s.
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CONCLUSIÓN 25
Se empieza y termina la carta con una bendición semejante a la que se da en los actos de culto.
25 La gracia del Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu. [Amén.]
La gracia (kharis) que tiene nuestro Señor Jesucristo, y de la que dispone como quiere, ha de llenar hasta el fondo la comunidad que se reúne en casa de Filemón, y ha de guiar sus decisiones. La kharis (benevolencia, generosidad) ha impreso su cuño en la carta, y también debe ser eficaz en los destinatarios de la misma. La gracia debe ser el ambiente espiritual que encuentre el que va a regresar.
La carta termina con un breve saludo de bendición. En otras cartas, el Apóstol emplea fórmulas más extensas, como en la bendición final de la segunda carta a los corintios: «La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros» (Hec 13:13). Aquí se menciona al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, a los tres se les asignan dones especiales, pero los tres designan el mismo tesoro de salvación, que aquí nombra el Apóstol de una forma resumida: la gracia del Señor Jesucristo. Como don del amor, procede del corazón de Dios trino y uno. Inunda a los fieles, para que todos sus pensamientos y acciones tengan lugar de acuerdo con la intención divina. La gracia fortalecerá el amor benéfico a los hermanos, e inflamará de nuevo el amor a Dios. En la liturgia, a la bendición le sigue el amén del pueblo. Con esta palabra confirma la comunidad lo que se ha solicitado en su nombre. La comunidad contestará también a esta carta con un amén, cuando se haya leído en la asamblea, y suplicará con el Apóstol el favor que, como don, procede de arriba y crea entre nosotros el clima, en el que todos se encuentran en el amor.
Fuente: El Nuevo Testamento y su Mensaje
INTRODUCCIÓN
1. Esta carta es la más corta de las del Apóstol, y es una de las cuatro epístolas que escribió durante su primer encarcelamiento en Roma. Las otras son: Filipenses,
Colosenses y Efesios.
2. Es una de cuatro cartas personales que Pablo escribió a personas. Las otras son: 1-2 Timoteo y Tito.
3. El doctor J. Vernon McGee escribe:
«Esta carta presenta un estilo diferente en la revelación. Dios había usado hasta este momento la ley, la historia, la poesía, la profecía y los evangelios, pero mediante las epístolas adopta un método más personal y directo. De esta manera íntima, Él mira hacia la cruz y habla acerca de la Iglesia. Alguien ha dicho que las epístolas son las cartas de amor de Cristo para nosotros. El doctor Deissman las clasifica en dos grupos: epístolas y cartas. Las epístolas son generales, mientras que las cartas son más personales y directas. Bajo esta división, la epístola a Filemón sería clasificada como una carta, porque es individual e íntima. No hay razón para pensar que Pablo no esperaba que su contenido se divulgara (en otras ocasiones él sabía que estaba escribiendo Sagrada Escritura). Esto no le quita la inspiración y el valor a Filemón, sino por el contrario ensalza su importancia y mensaje.» (Thru the Bible, p. 211.)
4. El trasfondo histórico de Filemón es como sigue:
a. Onésimo, un esclavo propiedad de Filemón (un creyente rico de Colosas y amigo de mucho tiempo de Pablo) había robado a su amo y huido a Roma.
b. De una manera providencial, Onésimo se cruzó en el camino con Pablo, lo que resultó en su conversión a Cristo.
c. Al escuchar su testimonio, Pablo consideró que lo mejor era enviarle de vuelta a Filemón.
d. A fin de preparar el camino para lo que podría ser un encuentro muy tenso, el apóstol escribió esta bella carta personal para Filemón, que se ha convertido en un modelo de tacto y ética cristianas.
5. Esta carta nos provee de una de las mejores ilustraciones de la gran verdad teológica de la imputación (el acto de poner algo en la cuenta de otro) que podamos encontrar en la Biblia.
6. Esta epístola nos demuestra que el escribir cartas puede ser un ministerio si le permitimos a Dios que sea así. Los que encuentran difícil hablar de Dios pueden escribir acerca de él.
I. La apreciación y el elogio de Filemón (Flm 1:1-7).
A. Papel de Filemón como amigo de Pablo.
«Al amado Filemón, colaborador nuestro» (Flm 1:1)
Aunque Pablo nunca había estado en Colosas, sí que conocía a Filemón y habían estado juntos. Podemos suponer que este colosense, creyente y rico, había orado por Pablo y había apoyado económicamente su ministerio.
B. El papel de Filemón como cabeza de familia.
«Y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa» (Flm 1:2).
Se cree que Apia era la esposa de Filemón y Arquipo su hijo. Pablo parece decir en su carta a los Colosenses (Col 4:17) que Arquipo se había responsabilizado del pastorado de la iglesia mientras que Epafras (fundador de la congregación) se hallaba visitando al apóstol en su casa-prisión en Roma. En cualquier caso, parece que Filemón tenía una familia unida en el Señor y podía repetir las palabras de Josué: «… escogeos hoy a quien sirváis… pero yo y mi casa serviremos a Jehová» (Jos 24:15).
C. Papel de Filemón como hijo de Dios.
«Porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús…» (Flm 1:5).
No se le puede rendir mayor tributo a un creyente que éste. Pablo habla del amor de Filemón por Jesús (debido a quien es él) y de su fe en el Señor (por lo que él ha hecho).
D. Papel de Filemón como ayudador de los santos.
«Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos» (Flm 1:7).
El hogar de Filemón fue probablemente un lugar de descanso y cobijo para los creyentes que pasaban por la ciudad. Su vida había tocado también la de los santos de la iglesia de Colosas.
II. Su apelación y ruego por Onésimo (Flp 1:8-17).
A. La naturaleza de su ruego: que Filemón perdonara voluntariamente a Onésimo y lo restaurara a su anterior posición, teniendo en mente que él ya no era ahora simplemente su antiguo siervo sino su hermano en Cristo.
B. Las bases para su apelación: se le pide a Filemón que perdone y restaure a Onésimo por amor de tres personas.
1. Por amor de Onésimo. Este siervo desleal y deshonesto había aprendido ya mucho en Roma, y había también demostrado ser de gran ayuda para el apóstol. Pero su responsabilidad espiritual demandaba que regresara ahora y se sometiera a Filemón. Si rehusaba hacerlo las bendiciones de Dios serían para él limitadas.
2. Por amor de Filemón. El nombre Onésimo significa «útil». Sin embargo, hasta su conversión, el parecido entre su nombre y sus acciones era puramente accidental; pero ahora Cristo había hecho de él un hombre nuevo. Por tanto, si no por otra razón (y había ciertamente otras buenas razones) Filemón debía restaurar a Onésimo a fin de que éste pudiera demostrar con sus acciones el significado de su nombre.
3. Por amor de Pablo. Encontramos uno de los más bellos ejemplos de imputación de las Escrituras en las palabras: «Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré…» (Flm 1:18-19).
III. Las seguridades y promesa de Pablo (Flm 1:19-25).
«Yo, Pablo, lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también» (Flm 1:19).
A. Pablo ya le había recordado a Filemón los sufrimientos que estaba teniendo por Cristo en la prisión romana (Flm 1:9), en contraste con la «buena vida» que Filemón estaba probablemente disfrutando en Colosas. La conclusión que se infiere es:
«Si yo, Pablo, estoy dispuesto a soportar esta persecución por causa del Señor, ¿no puedes tú perdonar a un hermano creyente por amor de Cristo?»
B. Después el apóstol le recuerda cariñosamente a Filemón que su propia conversión tenía sus raíces en el ministerio del propio Pablo.
C. Termina su carta expresando:
1. Su confianza en Filemón:
«Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aún más de lo que te digo» (Flp 1:21).
2. Su petición a Filemón:
«Prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido» (Flm 1:22).
Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz
INTRODUCCIÓN
1. Esta carta es la más corta de las del Apóstol, y es una de las cuatro epístolas que escribió durante su primer encarcelamiento en Roma. Las otras son: Filipenses,
Colosenses y Efesios.
2. Es una de cuatro cartas personales que Pablo escribió a personas. Las otras son: 1-2 Timoteo y Tito.
3. El doctor J. Vernon McGee escribe:
«Esta carta presenta un estilo diferente en la revelación. Dios había usado hasta este momento la ley, la historia, la poesía, la profecía y los evangelios, pero mediante las epístolas adopta un método más personal y directo. De esta manera íntima, Él mira hacia la cruz y habla acerca de la Iglesia. Alguien ha dicho que las epístolas son las cartas de amor de Cristo para nosotros. El doctor Deissman las clasifica en dos grupos: epístolas y cartas. Las epístolas son generales, mientras que las cartas son más personales y directas. Bajo esta división, la epístola a Filemón sería clasificada como una carta, porque es individual e íntima. No hay razón para pensar que Pablo no esperaba que su contenido se divulgara (en otras ocasiones él sabía que estaba escribiendo Sagrada Escritura). Esto no le quita la inspiración y el valor a Filemón, sino por el contrario ensalza su importancia y mensaje.» (Thru the Bible, p. 211.)
4. El trasfondo histórico de Filemón es como sigue:
a. Onésimo, un esclavo propiedad de Filemón (un creyente rico de Colosas y amigo de mucho tiempo de Pablo) había robado a su amo y huido a Roma.
b. De una manera providencial, Onésimo se cruzó en el camino con Pablo, lo que resultó en su conversión a Cristo.
c. Al escuchar su testimonio, Pablo consideró que lo mejor era enviarle de vuelta a Filemón.
d. A fin de preparar el camino para lo que podría ser un encuentro muy tenso, el apóstol escribió esta bella carta personal para Filemón, que se ha convertido en un modelo de tacto y ética cristianas.
5. Esta carta nos provee de una de las mejores ilustraciones de la gran verdad teológica de la imputación (el acto de poner algo en la cuenta de otro) que podamos encontrar en la Biblia.
6. Esta epístola nos demuestra que el escribir cartas puede ser un ministerio si le permitimos a Dios que sea así. Los que encuentran difícil hablar de Dios pueden escribir acerca de él.
I. La apreciación y el elogio de Filemón (Flm 1:1-7).
A. Papel de Filemón como amigo de Pablo.
«Al amado Filemón, colaborador nuestro» (Flm 1:1)
Aunque Pablo nunca había estado en Colosas, sí que conocía a Filemón y habían estado juntos. Podemos suponer que este colosense, creyente y rico, había orado por Pablo y había apoyado económicamente su ministerio.
B. El papel de Filemón como cabeza de familia.
«Y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa» (Flm 1:2).
Se cree que Apia era la esposa de Filemón y Arquipo su hijo. Pablo parece decir en su carta a los Colosenses (Col 4:17) que Arquipo se había responsabilizado del pastorado de la iglesia mientras que Epafras (fundador de la congregación) se hallaba visitando al apóstol en su casa-prisión en Roma. En cualquier caso, parece que Filemón tenía una familia unida en el Señor y podía repetir las palabras de Josué: «… escogeos hoy a quien sirváis… pero yo y mi casa serviremos a Jehová» (Jos 24:15).
C. Papel de Filemón como hijo de Dios.
«Porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús…» (Flm 1:5).
No se le puede rendir mayor tributo a un creyente que éste. Pablo habla del amor de Filemón por Jesús (debido a quien es él) y de su fe en el Señor (por lo que él ha hecho).
D. Papel de Filemón como ayudador de los santos.
«Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos» (Flm 1:7).
El hogar de Filemón fue probablemente un lugar de descanso y cobijo para los creyentes que pasaban por la ciudad. Su vida había tocado también la de los santos de la iglesia de Colosas.
II. Su apelación y ruego por Onésimo (Flp 1:8-17).
A. La naturaleza de su ruego: que Filemón perdonara voluntariamente a Onésimo y lo restaurara a su anterior posición, teniendo en mente que él ya no era ahora simplemente su antiguo siervo sino su hermano en Cristo.
B. Las bases para su apelación: se le pide a Filemón que perdone y restaure a Onésimo por amor de tres personas.
1. Por amor de Onésimo. Este siervo desleal y deshonesto había aprendido ya mucho en Roma, y había también demostrado ser de gran ayuda para el apóstol. Pero su responsabilidad espiritual demandaba que regresara ahora y se sometiera a Filemón. Si rehusaba hacerlo las bendiciones de Dios serían para él limitadas.
2. Por amor de Filemón. El nombre Onésimo significa «útil». Sin embargo, hasta su conversión, el parecido entre su nombre y sus acciones era puramente accidental; pero ahora Cristo había hecho de él un hombre nuevo. Por tanto, si no por otra razón (y había ciertamente otras buenas razones) Filemón debía restaurar a Onésimo a fin de que éste pudiera demostrar con sus acciones el significado de su nombre.
3. Por amor de Pablo. Encontramos uno de los más bellos ejemplos de imputación de las Escrituras en las palabras: «Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré…» (Flm 1:18-19).
III. Las seguridades y promesa de Pablo (Flm 1:19-25).
«Yo, Pablo, lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también» (Flm 1:19).
A. Pablo ya le había recordado a Filemón los sufrimientos que estaba teniendo por Cristo en la prisión romana (Flm 1:9), en contraste con la «buena vida» que Filemón estaba probablemente disfrutando en Colosas. La conclusión que se infiere es:
«Si yo, Pablo, estoy dispuesto a soportar esta persecución por causa del Señor, ¿no puedes tú perdonar a un hermano creyente por amor de Cristo?»
B. Después el apóstol le recuerda cariñosamente a Filemón que su propia conversión tenía sus raíces en el ministerio del propio Pablo.
C. Termina su carta expresando:
1. Su confianza en Filemón:
«Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aún más de lo que te digo» (Flp 1:21).
2. Su petición a Filemón:
«Prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido» (Flm 1:22).
Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz
INTRODUCCIÓN
1. Pablo, Onésimo y Filemón
Estos son los tres protagonistas de la más breve y personal de las cartas paulinas. Brevedad que no es obstáculo para un contenido profundo y una forma literaria singularmente bella.
Filemón es un cristiano de buena posición social, perteneciente con toda probabilidad a la iglesia de Colosas. Durante alguno de sus viajes a Éfeso se encontró con Pablo, que lo ganó para Cristo (v. Flm 1:19). Desde entonces, la relación de afecto y amistad entre Pablo y Filemón no sólo se ha mantenido, sino que ha ido creciendo sin cesar.
Onésimo es un esclavo de Filemón que hace algún tiempo se ha fugado de la casa de su amo, tal vez habiendo robado algo (v. Flm 1:18). Posteriormente se encuentra con Pablo, que a la sazón estaba encarcelado (vv. Flm 1:1; Flm 1:9-10; Flm 1:23), y se convierte al cristianismo (v. Flm 1:10). Esta circunstancia debió cambiar los planes de Onésimo, quien pide a Pablo que interceda ante su antiguo amo Filemón para que este lo perdone y lo acoja de nuevo.
Pablo desearía mantener a Onésimo a su lado (v. Flm 1:13), pero con gran delicadeza deja la decisión en manos del propio Filemón, enviándole al esclavo a quien hace portador de una preciosa carta.
2. La carta y sus características
Como se ha dicho más arriba, la carta a Filemón es, a pesar de su brevedad, una auténtica joya del género literario epistolar. Presenta un notable parecido con la que a comienzos del siglo II dirigió el escritor romano Plinio el Joven a su amigo Sabiniano: las circunstancias y la garra literaria de ambas son casi idénticas, pero las motivaciones esgrimidas respectivamente por Pablo y por Plinio las diferencia radicalmente.
El autor es indudablemente Pablo, que incluso pudo escribirla de su propio puño y letra (v. Flm 1:19). El lugar y la fecha de composición es, en cambio, más difícil de precisar. Lo más probable es que haya sido escrita en Éfeso entre los años 53-55 d. C.; pero también pudo serlo algunos años más tarde durante las prisiones de Pablo en Cesarea del Mar o en Roma.
3. Contenido de la carta
Aparte de lo dicho sobre el motivo y circunstancias de la carta, su tema fundamental es el de la esclavitud y su relación con el mensaje evangélico. Pablo tiene claro que la esclavitud es una institución abiertamente anticristiana. Pero, lo mismo que en 1Co 7:21-22 y Gál 3:28, no la combate directamente, sino que prefiere exponer con maestría insuperable los principios cristianos de los que cada uno deberá sacar las oportunas consecuencias. En concreto, Filemón deberá recibir a su antiguo esclavo Onésimo no ya como esclavo, sino como algo más, como hermano muy querido (v. Flm 1:16). Y lo que Pablo dice a Filemón, se lo está diciendo a toda la Iglesia cristiana y a toda la sociedad romana.
4. Estructura de la carta
– Saludo ( Flm 1:1-3)
– El amor y la fe de Filemón ( Flm 1:4-7)
– Pablo aboga por Onésimo ( Flm 1:8-22)
– Saludos finales ( Flm 1:23-25)
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— encarcelado: Pablo se encuentra, sin duda, en prisión cuando escribe esta carta. ¿En Éfeso, en Cesarea del Mar, en Roma? Todas estas posibilidades se han propuesto; la que tiene más probabilidades a su favor parece ser la opción de Éfeso. Ver Introducción a esta carta y notas a Efe 6:20 y Flp 1:7.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Efe 3:1; Efe 4:1; Flp 1:7; Flp 1:13; Col 4:17-18; Rom 16:5; Col 4:5.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Saludos de Pablo
1, 2 Pablo encabeza la carta según el modelo encontrado en otros de sus escritos (ver Col. 1:1), identificándose como autor (y su asociado), mencionando al destina tario y con un saludo. Prisionero de Cristo Jesús es una referencia a la prisión actual de la cual espera ser liberado (v. 22) y no a un cautiverio metafórico. Así, desde el mismo principio se menciona la situación del Apóstol: él está en una cárcel por el evangelio (v. 13). De Cristo Jesús quiere decir “por causa de Cristo”. Pablo asocia a Timoteo consigo en los saludos iniciales no como un coautor, sino porque había estado en la compañía del Apóstol por mucho tiempo de su ministerio en Efeso y quizá conoció a Filemón allí. A este lo describe como el amado y colaborador nuestro, términos que indican que era un colega es pecialmente valorado por el Apóstol en el ministerio del evangelio. La carta está dirigida específicamente a él. Aunque Apia, Arquipo y la iglesia que está en tu casa están incluidos en los saludos de Pablo (cf. v. 25), esto es solo cortesía, pero el contenido de la carta está dirigido a una persona (los vv. 4-22 están en singular), Filemón. Apia puede haber sido la esposa de Filemón. Arquipo, como un compañero de milicia, aparentemente había desempeñado una importante misión al asistir a Pablo en su trabajo misionero, y había permanecido fielmente a su lado en medio de la persecución y juicio, quizá aun en el encarcela miento. Residía en Colosas, posiblemente siendo hijo de Filemón y Apia (aunque no tenemos medios de saberlo), y le fue dada una exhortación especial a realizar el ministerio que había recibido del Señor (Col. 4:17).
3 Los saludos de Pablo indican la preocupación por Filemón y sus amigos orando para que puedan comprender y apreciar más abundantemente la gracia de Dios en la que están sustentados y la paz que él ha establecido con ellos (cf. Rom. 5:1, 2).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
1 Pablo escribió esta carta desde Roma alrededor del 60 d.C., cuando se hallaba bajo arresto domiciliario (véase Act 28:30-31). Onésimo era un esclavo doméstico que pertenecía a Filemón, un hombre rico, miembro de la iglesia en Colosas. Onésimo había huido de Filemón y se había dirigido a Roma, donde se encontró con Pablo, que parece que fue el que lo guió a Cristo ( Act 5:10). Pablo lo convenció de que huir de sus problemas no los resolvería y lo persuadió a regresar a su amo. Pablo escribió esta carta a Filemón para pedirle que se reconciliara con su esclavo fugitivo.1 Para mayores detalles sobre la vida y ministerio de Pablo, véase su perfil en Hechos 9. El nombre de Timoteo se incluye con el de Pablo en 2 Corintios, 1 Tesalonicenses, 2 Tesalonicenses, Filipenses, Colosenses y Filemón. Las tres últimas de estas cartas pertenecen al grupo conocido como las «epístolas de la prisión». Timoteo fue uno de los acompañantes de confianza de Pablo, quien le escribió dos cartas, 1 y 2 Timoteo.1 Filemón fue un hacendado griego residente en Colosas. Se convirtió bajo el ministerio de Pablo, y la iglesia de Colosas se reunía en su casa. Onésimo era uno de los esclavos de Filemón.2 Apia pudo haber sido la esposa de Filemón. Arquipo pudo haber sido el hijo de Filemón o posiblemente un anciano de la iglesia en Colosas. Sea como sea, Pablo lo incluyó como a un receptor de la carta, posiblemente Arquipo pudo leer la carta con Filemón y lo animó a seguir el consejo de Pablo.2 La iglesia primitiva con frecuencia solía reunirse en diferentes hogares. Debido a la persecución esporádica y el gran costo que significaba, los templos no se construyeron en esta época.4-7 Pablo destacó el amor y la bondad de Filemón. Había abierto su corazón y su hogar a la iglesia. Debiéramos imitarlo, abriéndoles nuestro corazón y nuestros hogares a otros, y ofrecer compañerismo cristiano para refrescar los corazones de otros.8, 9 Debido a que Pablo fue un anciano y un apóstol, pudo haber usado su autoridad con Filemón, ordenándole tratar con bondad a su esclavo fugitivo. Pero Pablo no basó su pedido en su autoridad sino en la entrega de Filemón como cristiano. Pablo quiso que la obediencia de Filemón fuera sincera y no de mala gana. Cuando usted sabe que algo es correcto y tiene el poder de demandarlo ¿apela usted a su autoridad o a la dedicación de la otra persona? Aquí Pablo nos da un buen ejemplo de cómo tratar un posible conflicto entre amigos cristianos.10 Un amo tenía el derecho legal de matar a un esclavo fugitivo, por eso Onésimo temía por su vida. De manera que Pablo escribió esta carta a Filemón para ayudarlo a comprender su nueva relación con Onésimo. Este era ahora un hermano cristiano, no una mera posesión. «A quien engendré en mis prisiones» significa que Onésimo se había hecho cristiano.10ss Pablo pidió a Filemón que perdonara a su esclavo fugitivo, el que había llegado a ser cristiano, pero no solo que lo perdonara, sino que lo aceptara como a un hermano. Como cristianos, deberíamos perdonar así como hemos sido perdonados (Mat 6:12; Eph 4:31-32). El verdadero perdón significa que tratamos al que ha sido perdonado en la forma que quisiéramos ser tratados. ¿Hay alguien a quien usted dice haber perdonado pero que todavía necesita su afecto?11-15 Onésimo significa «útil». Pablo usó un juego de palabras, al decir que Onésimo no había sido de mucha utilidad en el pasado, pero que había sido muy útil tanto para Filemón como para Pablo. A pesar de que Pablo quería permanecer con Onésimo, lo envió de regreso, esperando que Filemón lo aceptara no como un esclavo fugitivo perdonado, sino también como un hermano en Cristo.15, 16 La esclavitud estaba esparcida por todo el Imperio Romano. En estos días, los cristianos no tenían poder político para cambiar el sistema de la esclavitud. Pablo no condena o condona la esclavitud pero se empeña en que las relaciones se transformen. El evangelio empieza a cambiar las estructuras sociales por medio del cambio que opera en la gente que se halla dentro de esas estructuras. (Véanse también 1Co 7:20-24; Eph 6:5-9; Colosenses 3.22-4.1 para más sobre la relación amo/siervo.)16 ¡Qué diferencia hizo la condición social de Onésimo, como un cristiano, para con Filemón! Dejó de ser un simple esclavo, un sirviente, llegó a ser también un hermano. Ambos, tanto Onésimo como Filemón, llegaron a ser miembros de la familia de Dios, iguales en Cristo. La condición social de un cristiano, como miembro de la familia de Dios, va más allá de todas las demás distinciones entre los creyentes. ¿Usted menosprecia a algún cristiano? Recuerde, ellos son sus iguales delante de Cristo (Gal 3:28). La forma en que usted trata a sus hermanos y hermanas en la familia cristiana refleja su verdadero compromiso cristiano.17-19 Pablo amaba en forma genuina a Onésimo. Pablo demostró su amor al servir de garantía personal por el pago de cualquier cosa robada o por cualquier daño causado que convirtiera a Onésimo en culpable. La inversión de Pablo en la vida de este nuevo creyente ciertamente animó y fortaleció la fe de Onésimo. ¿Hay nuevos creyentes que necesitan de su parte esta demostración que encierra el autosacrificio? Dé gracias cuando se presente la oportunidad de invertir en la vida de otros, al ayudarles en el estudio de la Biblia, las oraciones, el ánimo, el sostén económico y al brindarles su amistad.19 Cuando Pablo dice «tú mismo te me debes también», le recuerda a Filemón que él lo había guiado a Cristo. Al ser Pablo el padre espiritual de Filemón, esperaba que este sintiera una deuda de gratitud que estaría dispuesto a pagar al aceptar a Onésimo con un espíritu perdonador.22 Pablo dejó la prisión poco tiempo después de que esta carta fuera escrita, pero la Biblia no nos dice si llegó a regresar a Colosas.23 Epafras era muy conocido entre los colosenses, ya que él había fundado la iglesia allí (Col 1:7). Era como un héroe para esta iglesia, luchó para que se mantuviera unida a pesar de la persecución creciente y las dificultades con las falsas doctrinas. La información acerca de los problemas que afrontaban los hermanos de Colosas motivó a Pablo a escribir su epístola a los Colosenses. Las oraciones fervorosas de Epafras por los cristianos en Colosas muestra su amor profundo por ellos (Col 4:12-13). Probablemente, se hallaba en prisión con Pablo por predicar el evangelio.24 Marcos, Aristarco, Demas y Lucas también son mencionados en Col 4:10, Col 4:14. Marcos había acompañado a Pablo y Bernabé en su primer viaje misionero (Act 12:25ss). Juan Marcos también escribió el Evangelio de Marcos. Lucas acompañó a Pablo en su tercer viaje misionero y fue el escritor del Evangelio de Lucas y el libro de los Hechos. Demas fue fiel a Pablo por un tiempo pero luego desertó (véase 2Ti 4:10).25 Pablo anima a Filemón para que se reconcilie con su esclavo, recibiéndolo como a un hermano y miembro de la familia de Dios. Reconciliación significa restaurar relaciones. Cristo nos reconcilió con Dios y con otros. Hay muchas barreras levantadas entre la gente: raza, nivel social, sexo, diferencias de personalidad; pero Cristo puede derribar dichas barreras. Jesucristo cambió la relación de Onésimo con Filemón, de esclavo a hermano. Solo en Cristo nuestras relaciones irremediables pueden ser transformadas en una amistad profunda.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) O: “prisionero de Cristo Jesús”.
(2) “A Filemón.” Gr.: Fi·lé·mo·ni, que significa: “Amoroso”.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 0 Efe 4:1
b 1 Hch 16:1; Heb 13:23
c 2 Flp 2:25
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
prisionero de Cristo Jesús. Pablo repite esta frase en el vers. 9 y en Ef 3:1, indicando su amor por Cristo, y se refiere a su encarcelamiento cinco veces en esta carta.
Timoteo. Véase coment. en Hch 16:1.
Filemón…colaborador. Filemón residía en Colosas y había apoyado a Pablo en el ministerio. Una iglesia se reunía en su casa (vers. 2).
Fuente: La Biblia de las Américas
INTRODUCCIÓN A LA EPISTOLA DE PABLO A FILEMÓN
AUTOR: PabloFECHA: 61
Trasfondo Como Efesios, Filipenses y Colosenses, Filemón es una de las Epístolas de la Cautividad, escrita durante el primer confinamiento de Pablo en Roma. Onésimo, uno de los millones de esclavos dentro del Imperio Romano, había robado a su amo, Filemón, y se había fugado. Un día se marchó a Roma, donde llegó a cruzarse en el camino del apóstol Pablo, quien le condujo a la fe en Cristo (v. Flm 1:10). Ahora Onésimo tuvo que enfrentarse con su deber cristiano de volverse a su amo. Como su castigo normal habría sido la muerte, Pablo escribió esta maravillosa carta de intercesión a favor de Onésimo.
Filemón no era el único de los creyentes de Colosas que tenía esclavos (cp. Col 4:1); así que esta carta dio direcciones para otros amos cristianos en sus relaciones con sus hermanos esclavos. Pablo no negó los derechos de Filemón sobre su esclavo, pero rogó a Filemón que aplicase el principio de la fraternidad cristiana a su situación con Onésimo (v. Flm 1:16). Al mismo tiempo, Pablo se ofreció a pagar personalmente cuanto Onésimo le debiera. Esta carta no es un ataque a la esclavitud como a tal, sino una sugerencia acerca de cómo los esclavos y los amos cristianos pueden vivir su fe dentro de tal sistema perverso. Es posible que Filemón hiciese libre a Onésimo y se lo devolviese a Pablo (v. Flm 1:14). También se ha sugerido que Onésimo llegó a ser ministro del Señor y, más tarde, obispo de la iglesia de Éfeso (véase Ignacio, A los Efesios I).
Esta es la más personal de todas las cartas de Pablo.
BOSQUEJO DE FILEMÓN
I) Saludos, Flm 1:1-3
II) Alabanza de Filemón, Flm 1:4-7
III) Apelación a Filemón, Flm 1:8-17
IV) Promesa a Filemón, Flm 1:18-21
V) Asuntos personales, Flm 1:22-25
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
prisionero de Jesucristo. Mejor, por Jesucristo; i.e., por Su causa y en Su servicio.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
8 (I) Introducción: praescriptio y saludo (1-3). 1. prisionero: Pablo no escribe como apóstol, igual que en Rom, 1-2 Cor o Gál; apela a Filemón como alguien en situación de desventaja (véase 9-10). Timoteo: El corremitente; véase el comentario a Flp 1,1; 2 Cor 1,1. 2. Arquipo: Véase Col 4,17. No hay ninguna razón clara para considerarlo el amo de Onésimo. 3. gracia y paz: –> Cartas del NT, 45:8A.
9 (II) Acción de gracias: gracias a Dios por la fe y la caridad de Filemón (4-7). 5. todo el pueblo santo de Dios: Lit., «todos los santos»; véase el comentario a Flp 1,1. 6. su participación en tu fe: El significado de esta frase es oscuro; véase Moule, Colossians and Philemon 142-43, para diversas interpretaciones. Parece significar esto: Pablo ora pidiendo que un sentimiento de solidaridad con Filemón en virtud de la fe en Cristo produzca un conocimiento más hondo de todo el bien que les llega a «los santos» gracias a la incorporación a Cristo (–> Teología paulina, 82:116-27). Esa fe entraña una caridad activa (Flm 5; cf. Gál 5,6).
10 (III) Cuerpo: llamamiento a la buena voluntad de Filemón para que acoja a Onésimo, y alusión a la utilidad de éste para Pablo (8-20). 8. Pablo no exige obediencia de Filemón, sino que le pide caridad y buena voluntad. 9. anciano: Todos los mss. leen presbytés, «hombre mayor», entre 50 y 60 años de edad (–> Pablo, 79:14); cf. Lc 1,18. En virtud de su mayor edad, Pablo puede suplicarle al joven Filemón. Algunos comentaristas prefieren leer presbeutés, convirtiendo a Pablo en «un embajador» de Cristo (cf. 2 Cor 5,20) o insisten en que el término presbytés mismo puede tener este significado (véase 2 Mac 11,34). Pero dicho significado es improbable en este contexto (véase G. Bornkamm, TDNT 6.683). 10. en favor de mi hijo, a quien engendré entre cadenas: Pablo alude a la conversión de Onésimo (cf. 1 Cor 4,15.17; Gál 4,19). Otra traducción posible: «a quien engendré como Onésimo», jugando con el nombre del esclavo, pues Onésimos significa «útil» y se contrapone al adj. achréstos, «inútil» (11). Pablo da a entender que este esclavo, ahora cristiano, hará honor a su nombre. Otro juego de palabras basado en este nombre, y que atañe a Filemón mismo, se puede encontrar en el v. 20. 14. sin tu consentimiento: Pablo reconoce el derecho del amo al esclavo, pero insinúa que le gustaría volver a contar con Onésimo como colaborador (véase 21). 15. para siempre: El sentido de este adv. es doble. La providencial separación de Onésimo respecto a Filemón significa que el esclavo vuelve ahora más fiel que nunca, pero Pablo alude también a la nueva relación existente entre ellos. Ambos son ahora cristianos, están unidos con un vínculo que ni siquiera la muerte puede romper. 16. hermano: Onésimo lo es porque, como Filemón (20), es por el bautismo hijo adoptivo de Dios (Gál 4,5; Rom 8,15). 18. Yo mismo, Pablo, escribo esto: Probablemente la totalidad de esta breve carta (–> Cartas del NT, 45:20).
11 (IV) Conclusión: instrucciones, saludos y bendición finales (21-25). 21. Más de lo que te pido: ¿Está Pablo pidiendo a Filemón que emancipe a Onésimo? Da a entender que Filemón debiera permitir que Onésimo volviera junto al apóstol para trabajar con él. 22. Pablo abriga la esperanza de ser prontamente liberado de la cárcel. 23. Épafras, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas: Véase Col 4,10-14. 25. Véase el comentario a Gál 6,18.
(Coleman-Norton, P. R., «The Apostle Paul and the Roman Law of Slavery», Studies in Roman Economic and Social History [Fest. A. C. Johnson, Princeton 1951] 155-77. Preiss, T., Life in Christ [SBT 13, Londres 1954] 32-42. Rollings, W. G., «Slavery in the NT», IDBSup 830-32. Westermann, W. L., The Slave Systems of Greek and Román Antiquity [Filadelfia 1955] 150.)
[Traducido por José Pedro Tosaus Abadía]
Fuente: Nuevo Comentario Biblico San Jeronimo
[1] Israelitas del Pacto Renovado frecuentemente se reunían en casa.
[2] El principio de Torah que un Hebreo no debe tener un esclavo Hebreo.
[3] Este esclavo fugitivo había sido salvo mientras que Pablo estaba en prisión en Roma. El implora a Filemón como un Israelita, pidiéndole que le permita a Onésimo el esclavo, permanecer libre para servicio a Moshiaj, y no regresar a la esclavitud física. Aquí un Israelita le implora a otro a eliminar la esclavitud, ya que los Israelitas eran sensibles al estado lamentable de los esclavos, habiendo sido esclavos en Egipto.
Biblia Peshitta 2006 Notas:
Escrita alrededor del 60 d.C., desde Roma. Se clasifica dentro de «las epístolas» junto con Efesios, Filipenses y Colosenses. Filemón era un hombre rico de Colosas que se había convertido al Evangelio, a quien se le había fugado un esclavo, el cual se convierte por la predicación de Pablo, que trata de reconciliarlo con su amo.
Fuente: Escrituras del Nombre Verdadero
Fuente: Peshitta en Español