Comentario de Filemon 1:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Si en algo te hizo daño, o te debe, ponlo a mi cuenta.
v. 18 — “Y si en algo te dañó, o te debe”. Aquí Pablo se expresa con delicadeza. Que el deberle algo fuera cierto, o no, se deja a la decisión de Filemón. La gramática griega puede indicar que lo que Pablo expresa como una hipótesis, o suposición, puede ser una realidad. Es muy probable que Filemón haya sufrido pérdida (aparte del servicio de Onésimo), a causa de la fuga de Onésimo. Los esclavos tenían fama de robos (Tit 2:10). ¡Costó dinero viajar de Colosas a Roma! — “ponlo a mi cuenta”. Es una promesa sincera de Pablo. En el versículo siguiente dice, “lo escribo de mi mano”. Pablo o tenía dinero con que pagar (Hch 24:26; Hch 28:30) o tenía acceso a él. Pablo estuvo de perfecto acuerdo con que la posible deuda fuera puesta a su cuenta.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
ponlo a mi cuenta. Isa 53:4-7.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
v. 18 — “Y si en algo te dañó, o te debe”. Aquí Pablo se expresa con delicadeza. Que el deberle algo fuera cierto, o no, se deja a la decisión de Filemón. La gramática griega puede indicar que lo que Pablo expresa como una hipótesis, o suposición, puede ser una realidad. Es muy probable que Filemón haya sufrido pérdida (aparte del servicio de Onésimo), a causa de la fuga de Onésimo. Los esclavos tenían fama de robos (Tit 2:10). ¡Costó dinero viajar de Colosas a Roma!
–“ponlo a mi cuenta”. Es una promesa sincera de Pablo. En el versículo siguiente dice, “lo escribo de mi mano”. Pablo o tenía dinero con que pagar (Hch 24:26; Hch 28:30) o tenía acceso a él. Pablo estuvo de perfecto acuerdo con que la posible deuda fuera puesta a su cuenta.
La frase “poner a cuenta” en el griego es una sola palabra, ellogeo, y aparece solamente aquí y en Rom 5:18. Quiere decir, poner a cuenta, o imputar. (La palabra común en el N.T. para decir “imputar”, o “ser contado a”, es logidzomai, que tiene la misma raiz, “LOGOS”, que quiere decir, en cuanto a la mente, “cuenta”). Es un término mercantil.
Este pasaje es terreno de debate en cuanto a la cuestión del calvinismo y su doctrina respecto a la imputación. Según el calvinismo, la imputación es triple: el pecado de Adán es imputado (dicen, “transferido”) a los hombres, el pecado de los hombres es imputado a Cristo, y luego la justicia personal de Cristo, la que vivió sin pecado en este mundo, es imputada al creyente en Cristo. Obviamente Dios imputa según la justicia del caso. Inculpa de pecado al que peca, pero no al inocente (Eze 18:20). Dios no imputa el pecado de Adán a nadie. El pecado del hombre no es imputado a Cristo, y la justicia personal de Cristo no ha sido imputada por Dios a nadie. No habría justicia en transferir de una persona a otra lo que no es justamente de él.
Los calvinistas quieren forzar este pasaje para que ilustre cómo puede ser imputado algo a una persona de quien esa cosa no es justamente propiedad. Dicen que la deuda de Onésimo fue imputada a Pablo, aunque Pablo no incurrió en ella.
Ignoran cómo Pablo tomó sobre sí la deuda de Onésimo, haciéndose responsable de dicha deuda, así como Cristo tomó sobre sí nuestros pecados, y Dios por eso lo trató como Pecador (2Co 5:21). Cristo no llegó a ser pecador en realidad (pues pecar es transgredir la ley de Dios, 1Jn 3:4), pero Dios le trató como pecador en que Le permitió morir en lugar del pecador. Dios Le hizo nuestra expiación por el pecado (Heb 7:26-27; Heb 10:4-13).
Es cierto que a veces pasa que injustamente se atribuye (se imputa, es contado) algo a otro que no le toca; no es justamente suyo. Sí se imputó, pero no justamente. Dios no imputa, o cuenta, a otro lo que no es justamente suyo. No imputa el pecado de Adán a nadie; no imputa los pecados del hombre a Cristo. No imputa la justicia personal de Cristo a nadie.
El único punto que puede ser deducido de este versículo es que cuando alguno voluntariamente pone a su cuenta la deuda de otro, entonces puede ser tenido como responsable de dicha deuda.
Fuente: Notas Reeves-Partain
ÚLTIMA PETICIÓN Y BENDICIÓN FINAL
Filemón 1:18-25
Si Onésimo te ha perjudicado de alguna manera o te debe algo, ponlo en mi cuenta. Yo, Pablo, lo escribo de mi puño y letra, y yo lo pagaré. Por no decirte que eres tú el que te me debes a ti mismo. Sí, hermano mío, déjame aprovecharme de ti cristianamente. ¡Anímame el corazón cristianamente! Te escribo con absoluta confianza en tu buena disposición, porque sé muy bien que harás más de lo que te pido.
Al mismo tiempo, ve preparándome alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones se os concederá el que vaya a visitaros.
Te saludan Epafras, mi compañero de cárcel por Jesucristo, lo mismo que mis colaboradores Marcos, Aristarco, Demas y Lucas.
¡La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu! Amén.
Es una de las leyes de la vida que alguien tiene que pagar el precio del pecado. Dios puede perdonar, y perdona; pero ni siquiera Él puede librar a una persona de las consecuencias de lo que ha hecho. La gloria de la fe cristiana es que, exactamente de la misma manera que Jesucristo asumió los pecados de todos los hombres, así también hay algunos que, por amor, están dispuestos a ayudar a pagar las consecuencias de los pecados de aquellos que les son queridos. El Cristianismo no ha permitido nunca a nadie no pagar sus deudas.
Onésimo tiene que haberle robado a Filemón, además de escapársele. Si no se había apropiado de algún dinero de Filemón, es difícil comprender cómo consiguió hacer el largo viaje hasta Roma.
Pablo escribe de su puño y letra que se hace responsable de la deuda, y la pagará hasta la última peseta.
Es interesante notar que este es un ejemplo preciso de un jeirógrafon, la clase de recibo que se menciona en Col 2:14 . Se trata de un documento autógrafo contra Pablo, de una obligación voluntariamente aceptada y firmada.
Es interesante saber que Pablo podía pagar las deudas de Onésimo. Una y otra vez encontramos sugerencias que nos muestran que Pablo no estaba totalmente falto de recursos económicos. Félix le mantuvo prisionero porque tenía esperanzas de cobrar un rescate (Hch 24:26 ); Pablo pudo alquilar una casa el tiempo que estuvo detenido en Roma (Hch 28:30 ). Bien puede ser que, si no hubiera escogido la vida de misionero de Cristo, podría haber vivido cómoda y tranquilamente de sus propios recursos. Esta puede muy bien ser otra de las cosas a las que renunció por Cristo.
En los versículos 19-20 escuchamos hablar a Pablo con un destello de humor: «Filemón, tú me debes a mí el alma, porque fui yo el que te trajo a Cristo. ¿Me dejas que me aproveche de ti ahora un poco?» Con una sonrisa afectuosa, Pablo le está diciendo: «Filemón, tú me has sacado a mí un montón. ¡Déjame que saque yo algo de ti!» El versículo 21 es típico de la manera que tenía Pablo de tratar con la gente. Siempre seguía la regla de esperar lo mejor de los demás; no dudó realmente nunca de que Filemón accedería a su petición. Es una buena regla. El esperar lo mejor de otras personas esa menudo encontrarnos a mitad de camino de conseguirlo; y es también ayudar a los otros la mitad del camino a tomar su decisión. Si dejamos suponer que esperamos poco, eso será lo que consigamos, si acaso.
En el versículo 22 tenemos una muestra del optimismo de Pablo. Aun en la cárcel, cree posible que se le devuelva la libertad en respuesta a las oraciones de sus amigos. Ahora había cambiado de plan. Antes de que le metieran preso había tenido la intención de dirigirse a la lejana España (Rm 15:24; Rm 15:28 ). Puede que después de años en la cárcel, dos en Cesarea y otros dos en Roma, Pablo comprendiera que debía dejarles los lugares lejanos a los más jóvenes, y que para él, al acercarse al final de su carrera, el mantener sus contactos con los viejos amigos era lo mejor.
En el versículo 23 hay una lista de personas que mandan recuerdos, que son los mismos camaradas que aparecen en Colosenses, y así se llega al final con la bendición encomendando a la gracia de Diosa Filemón y a Onésimo al mismo tiempo.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
— te debe algo: Tal vez Onésimo, al huir, robó algo a Filemón.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) Lit.: “a mí estés poniendo a cuenta”.
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
18 super (1) Esto indica que Onésimo había defraudado a su amo.
18 super (2) Al cuidar a Onésimo, Pablo hizo exactamente lo que el Señor hace por nosotros.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
ponlo a mi cuenta. Esta frase griega se traduce «inculpa» (mejor, imputa, RV 1977) en Rom 5:13. Parece ser que la ofensa de Onésimo incluía pérdida monetaria para Filemón, además de la pérdida causada por la huida del esclavo. Pablo ruega a Filemón que ponga a su cuenta la deuda de Onésimo y que le reciba como a él mismo (v. Flm 1:17); es una bella ilustración de la imputación de nuestros pecados a Cristo, con lo que Dios nos recibe por los méritos de Su Hijo (2Co 5:19; 2Co 5:21).