Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
1:21 — » Porque para mí el vivir es Cristo » (véanse Rom 14:8; Gál 2:20). Cristo es nuestra vida (Col 1:27). La meta de Pablo no era el honor humano, ni el placer, ni el oro. Cristo era su vida. Estaba entregado alma y cuerpo a Cristo. El empeño de Pablo se puede comparar con la entrega del soldado que no «se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado» (2Ti 2:4). En cuanto al fervor de espíritu, Pablo se puede comparar con el político muy ambicioso de ganar cierto puesto, o con el atleta que, con tanto entusiasmo, corre con toda la energía que posee para ganar el premio corruptible (1Co 9:24-25). El ministerio de Pablo se puede comparar con los esfuerzos muy intensivos de los comerciantes que promueven sus negocios para enriquecerse. Como los hombres de este mundo se entregan totalmente a sus profesiones, carreras y pasiones, así Pablo se entregó totalmente a su ministerio. El mismo llamó su vida y ministerio una «batalla» y una «carrera» (2Ti 4:7). ¿Cuál es nuestro concepto de la vida? ¿Cuál es nuestra meta y nuestra mira? ¿A qué dedicamos el tiempo, la energía, los recursos, el tiempo? Pablo quiere que para todos «el vivir» sea Cristo. «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús » (2:5); «gozaos en el Señor » (3:1); «regocijaos en el Señor siempre» (4:4); nuestra «ganancia» incluye el «conocimiento de Cristo Jesús » (3:8); nuestro anhelo es «ser hallado en él » (3:9); y «todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (4:13).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
el vivir es Cristo. Flp 1:20; Flp 2:21; 1Co 1:30; Gál 6:14; Col 3:4.
y el morir es ganancia. Flp 1:23; Isa 57:1, Isa 57:2; Rom 8:35-39; 1Co 3:22; 2Co 5:1, 2Co 5:6, 2Co 5:8; 1Ts 4:13-15; Apo 14:13.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Porque para mí es similar a la expresión común «en lo que mí respecta».
el vivir es Cristo y el morir es ganancia: Pablo experimentaría una ganancia con su propia muerte dado que estaría con Cristo (v. Flp 1:23). Ciertamente, Pablo podría expresar su confianza de que así como su encarcelamiento hizo progresar el evangelio, Dios podría usar también su muerte para el progreso de su Reino.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
EL MORIR ES GANANCIA. Los creyentes verdaderos, que viven dentro de la voluntad de Dios, no tienen por qué temer la muerte. Saben que Dios tiene un propósito para su vida y que la muerte, cuando llega, es simplemente el final de su misión terrenal y el comienzo de una vida mejor con Cristo (v. Flp 1:20-25; véanse Rom 8:28, nota, y el ARTÍCULO LA MUERTE, P. 678. [Job 19:25-26]).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
para mí el vivir es Cristo. Para Pablo la vida se resume en Jesucristo y Cristo era su razón de ser. Vea las notas sobre Flp 3:12-14. el morir es ganancia. La muerte lo libraría de sus cargas terrenales para que se pudiera enfocar del todo en glorificar a Dios (vea las notas sobre los vv. Flp 1:23-24; cp. Hch 21:13).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:21 — » Porque para mí el vivir es Cristo » (véanse Rom 14:8; Gál 2:20). Cristo es nuestra vida (Col 1:27). La meta de Pablo no era el honor humano, ni el placer, ni el oro. Cristo era su vida. Estaba entregado alma y cuerpo a Cristo. El empeño de Pablo se puede comparar con la entrega del soldado que no «se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado» (2Ti 2:4). En cuanto al fervor de espíritu, Pablo se puede comparar con el político muy ambicioso de ganar cierto puesto, o con el atleta que, con tanto entusiasmo, corre con toda la energía que posee para ganar el premio corruptible (1Co 9:24-25). El ministerio de Pablo se puede comparar con los esfuerzos muy intensivos de los comerciantes que promueven sus negocios para enriquecerse. Como los hombres de este mundo se entregan totalmente a sus profesiones, carreras y pasiones, así Pablo se entregó totalmente a su ministerio. El mismo llamó su vida y ministerio una «batalla» y una «carrera» (2Ti 4:7).
¿Cuál es nuestro concepto de la vida? ¿Cuál es nuestra meta y nuestra mira? ¿A qué dedicamos el tiempo, la energía, los recursos, el tiempo? Pablo quiere que para todos «el vivir» sea Cristo. «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús » (2:5); «gozaos en el Señor » (3:1); «regocijaos en el Señor siempre» (4:4); nuestra «ganancia» incluye el «conocimiento de Cristo Jesús » (3:8); nuestro anhelo es «ser hallado en él » (3:9); y «todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (4:13).
— » y el morir es ganancia «, la muerte física fue «ganancia» para Pablo, y lo es para todos los fieles. «Pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor» (2Co 5:8). «Yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día» (2Ti 1:12). Pablo tenía muchas inversiones con Cristo. Ya había estimado sus ganancias terrenales como pérdida por Cristo (3:7,8). Por lo tanto, no temía la muerte. Si se puede decir «para mí el vivir es Cristo», también se puede decir, «el morir es ganancia». La muerte es ganancia para los fieles porque en la muerte seremos libertados del pecado en otra manera.
En esta vida fuimos libertados del dominio del pecado cuando obedecimos al evangelio (Rom 6:12-18), pero en la muerte seremos libertados aun de la presencia del pecado. «Porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos» (2Pe 2:8). En esta vida nunca sabemos cuándo seremos tentados o probados — ni cómo, ni dónde, ni qué tan fuerte — pero después de la muerte, ya no habrá más tentación. Los fieles serán librados de todos los enemigos, perseguidores, calumniadores y burladores; la muerte del santo le suelta de toda persecución. No habrá más sufrimiento causado por enfermedades, ni por la separación de los seres amados, ni por causa alguna.
Dios no quiere que sus hijos teman la muerte. La muerte es un evento tan normal como el nacimiento. Dice Pablo (1Co 3:21-22) que «todo es vuestro:… sea la vida, sea la muerte». Por lo tanto, Pablo dijo que la muerte es ganancia para el cristiano. Nosotros también debemos considerarla de esta manera. En un sentido somos prisioneros que desean la libertad; somos como enfermos que desean la salud; y como peregrinos que desean llegar a la «ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios» (Heb 11:10). La muerte es la puerta por la cual tenemos que pasar para realizar estos anhelos. Léase 2Co 4:16-18; 2Co 5:1-4.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EN VIDA 0 EN MUERTE
Filipenses 1:21-26
Porque para mí la vida no es otra cosa que Cristo, y la muerte es una ganancia. No obstante, ¿qué si el seguir viviendo físicamente me permitiera producir más fruto? Entonces no sabría qué escoger; me encuentro indeciso entre dos cosas buenas; porque, por una parte, ya tengo ganas de levantar la tienda y estar con Cristo, que es lo mejor de todo; pero por causa de vosotros me resulta más importante seguir en este mundo. De esto último estoy confiadamente seguro: de que quedaré para estar con vosotros y a vuestro lado para ayudaros a proseguir vuestro camino y para aumentar el gozo de vuestra fe, para daros todavía más motivos para estar orgullosos de Cristo por causa de mí cuando vuelva a visitaros una vez más.
Como Pablo estaba en la cárcel esperando el juicio, tenía que asumir la realidad de que era impredictible si había de morir o de seguir viviendo; pero a él le daba lo mismo.
«El vivir –dice en frase lapidaria- quiere decir Cristo.» Para Pablo, Cristo había sido el principio de su vida, porque aquel día del camino de Damasco era como si su vida hubiera empezado totalmente de nuevo. Cristo había sido la continuación de su vida; no había habido nunca un día que Pablo no hubiera vivido en Su presencia, y en los más terribles momentos Cristo había estado con Él dándole ánimo Hch 18:9 s). Cristo era el fin de su vida, porque era a Su continua presencia adonde conducía para Pablo la vida. Cristo era la inspiración de su vida; era la dinámica de su vida. Cristo había sido el Que le había dado a Pablo la tarea de vivir, porque había sido Él el Que le había hecho apóstol y le había enviado a evangelizar a los gentiles. Había sido Cristo el Que le había dado la fuerza para vivir, porque era la gracia todosuficiente de Cristo la que había alcanzado su plenitud en la debilidad de Pablo. Para él, Cristo era la recompensa de la vida, porque la única recompensa que valía la pena para Pablo era una comunión más íntima con su Señor. Si Cristo hubiera de desaparecer de su vida, a Pablo no le quedaría nada.
«Para mí -dice Pablo-, la muerte es una ganancia.» La muerte era la entrada en una presencia aún más íntima de Cristo. Hay pasajes en los que Pablo parece considerar la muerte como un sueño del. que todos los seres humanos despertarán en alguna resurrección general futura (1 Corintios 1 S: Sl s; 1Ts 4:14; 1Ts 4:16 ); pero en este momento en que sentía sobre sí el aliento de la muerte, Pablo no la veía como un quedarse dormido, sino como la entrada inmediata a la presencia de su Señor. Si creemos en Jesucristo, para nosotros la muerte es unión y reunión, unión con Él y reunión con los que hemos amado y perdido por un tiempo.
En consecuencia, Pablo oscilaba entre dos deseos que tiraban de él en sentidos opuestos. La palabra que usa es synéjomai, que se usaría para describir la situación de un viajero que se encontrara entre un muro inescalable por un lado y un precipicio por el otro, sin más salida que seguir adelante; centre la espada y la pared» diríamos en español, aunque así se expresa el encontrarse uno entre dos males, y Pablo se encontraba entre dos bienes. Él prefería marcharse ya para estar con Cristo, que era con mucho lo mejor, salir ganando; pero por causa de sus amigos y de lo que todavía pudiera hacer por ellos deseaba seguir en esta vida. Y entonces viene el pensamiento de que la elección no depende de él, sino de Dios.
«Mi deseo es partir,» dice Pablo con una frase muy gráfica, usando la palabra analyein, que tiene varios significados.
(i) Es la palabra que se usa para levantar el campamento, desatar las cuerdas de las tiendas de campaña, sacar las estacas y ponerse en marcha. La muerte es el último viaje. Se dice que en los días terribles de la Segunda Guerra Mundial, cuando la aviación británica se encontraba entre su país y la destrucción, y se sacrificaban las vidas de los pilotos, nunca decían que uno de ellos había perdido la vida, sino siempre que «le habían destinado al otro puesto.» En el himno de la Falange se decía también: «Si te dicen que caí, me fui al puesto que tengo allí.» Cada día nos encontramos una jornada más cerca de nuestro Hogar, hasta que la última levantemos la tienda definitivamente para ocupar nuestra morada permanente en el mundo de la gloria.
(ii) Es la palabra para soltar amarras, recoger el ancla y hacerse a la vela. Como decía el poeta:
Y cuando llegue el día del último viaje y esté al partir la nave que nunca ha de tornar…
La muerte es hacerse a la vela y partir en un viaje que conduce al puerto de la eternidad y a Dios.
(iii) Es la palabra para resolver problemas. La muerte aporta la solución a muchos de los problemas de la vida. Hay un lugar en el que se contestarán todas las preguntas de la vida, y donde los que han esperado comprenderán por fin.
Pablo está convencido de que quedará y seguirá con ellos. Hay aquí un juego de palabras en griego que no se puede reproducir en español. La palabra para quedar es ménein, y la de continuar es paraménein. Lightfoot sugiere en inglés bide and abide. Eso mantiene el juego de palabras pero no el sentido. El detalle está en que ménein quiere decir sencillamente permanecer con, mientras que paraménein (para quiere decir en griego al lado de) quiere decir esperar al lado de una persona dispuesto a ayudar. El deseo que tenía Pablo de seguir en esta vida no era para vivir para sí, sino para otros a los que podría seguir ayudando.
Así era que, si Pablo conservaba la vida para poder ir a verlos otra vez, ellos tendrían razones para sentirse orgullosos de Jesucristo. Es decir, podrían mirar a Pablo y ver en él un ejemplo luminoso de cómo, por medio de Cristo, una persona puede arrostrar lo peor sin alterarse ni atemorizarse. Es el deber de todo cristiano el confiar de tal manera que los demaáS-puedan ver en él lo que Cristo puede hacer por una persona que Le ha entregado su vida.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Gál 2:20; Col 3:3-4.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
p 43 Gál 2:20; Gál 6:14
q 44 1Ts 4:14; 2Ti 4:8; Rev 14:13
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
21 (1) La vida de Pablo consistía en vivir a Cristo. Para él, el vivir era Cristo, no la ley ni la circuncisión. No deseaba vivir la ley sino a Cristo, ni deseaba ser hallado en la ley, sino en Cristo (3:9). Cristo no era simplemente su vida, sino también su vivir. El vivía a Cristo porque Cristo vivía en él ( Gál_2:20). El era uno con Cristo tanto en vida como en el vivir. El y Cristo tenían una sola vida: y un solo vivir. Vivían juntos como una sola persona. Cristo vivía dentro de Pablo como la vida de Pablo, y Pablo manifestaba a Cristo como el vivir de Cristo. La experiencia normal que tenemos de Cristo es vivirlo a El, y vivirlo es magnificarlo siempre, sin importar las circunstancias.
21 (2) La palabra ganancia se refiere a estar con Cristo a un grado mayor. Pero en cuanto a llevar a cabo el propósito eterno de Dios, estar con Cristo no puede compararse con vivir a Cristo por el bien de Su Cuerpo. Por eso, Pablo optó por vivir a Cristo.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
para mí el vivir es Cristo. i.e., su vida había encontrado todo su sentido en Cristo.
y el morir es ganancia. Porque entonces la unión con Cristo será perfecta, sin las limitaciones de esta vida.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
R1059 En este versículo ambos infinitivos se usan como sujetos del verbo sobreentendido: vivir es Cristo, y morir es ganancia.