Comentario de Filipenses 2:5 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Haya en vosotros esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús:

2:5 — » Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús «. Mat 11:29, «Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón». Cristo Jesús es el perfecto ejemplo de la humildad enseñada en los vers. 1-4. El dejó su habitación celestial y su gloria inefable para nacer en un pesebre, tomando la forma de hombre. Fue criado en Nazaret, una ciudad despreciada por los de Judea (Jua 1:46), era galileo y algunos de sus apóstoles también eran galileos. Llevó una corona de espinas, murió sobre una cruz romana como malhechor, y fue sepultado en un sepulcro ajeno. De esta manera nuestro Señor Jesucristo tomó la forma más humilde de la humanidad para salvarnos y para dejarnos el ejemplo perfecto de la humildad.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Mat 11:29; Mat 20:26-28; Luc 22:27; Jua 13:14, Jua 13:15; Hch 10:38; Hch 20:35; Rom 14:15; Rom 15:3, Rom 15:5; 1Co 10:33; 1Co 11:1; Efe 5:2; 1Pe 2:21; 1Pe 4:1; 1Jn 2:6.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Estos versículos (vv. Flp 2:5-8) presentan una de las más significativas afirmaciones en toda las Escrituras en torno a la naturaleza de la encarnación, el hecho de que Dios se hizo hombre. Además, a través de esta maravillosa descripción de Cristo, Pablo ilustra vívidamente el principio de la humildad (vv. Flp 2:3, Flp 2:4).

Haya, pues, en vosotros este sentir: Todo acto devoto comienza con la «renovación de la mente». El correcto pensar produce acciones correctas. Nuestras acciones son el fruto de nuestros pensamientos más profundos.

en vosotros: Pensar y ser como Cristo constituyen un requerimiento no sólo para un individuo, sino también para el cuerpo colectivo de creyentes. Juntos debemos pensar y actuar como un sólo ser, como la persona de Jesucristo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

EN VOSOTROS ESTE SENTIR. Pablo pone de relieve la manera como Jesús dejó la gloria incomparable del cielo y asumió la condición humillante de un siervo, llegando a ser obediente hasta la muerte a fin de beneficiar a otros (vv. Flp 2:5-8). La humildad de Cristo debe hallarse en sus seguidores, a quienes se llama a que vivan con sacrificio y abnegación, preocupándose por los demás y velando por sus intereses.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Cristo es el ejemplo supremo de humildad sin egoísmo (cp. Mat 11:29; Jua 13:12-17).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2:5 — » Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús «. Mat 11:29, «Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón». Cristo Jesús es el perfecto ejemplo de la humildad enseñada en los vers. 1-4. El dejó su habitación celestial y su gloria inefable para nacer en un pesebre, tomando la forma de hombre. Fue criado en Nazaret, una ciudad despreciada por los de Judea (Jua 1:46), era galileo y algunos de sus apóstoles también eran galileos. Llevó una corona de espinas, murió sobre una cruz romana como malhechor, y fue sepultado en un sepulcro ajeno. De esta manera nuestro Señor Jesucristo tomó la forma más humilde de la humanidad para salvarnos y para dejarnos el ejemplo perfecto de la humildad.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA VERDADERA DIVINIDAD
Y LA VERDADERA HUMANIDAD

Filipenses 2:5-11

Tened en vuestro interior la misma actitud mental que hubo en Jesucristo; porque Él era por naturaleza en la misma forma de Dios, y sin embargo no consideró el existir en igualdad con Dios como algo a lo que tenía que aferrarse, sino que Se vació de Sí mismo, y asumió la forma de un esclavo, haciéndose en todo como los hombres. Y cuando vino con una apariencia humana que todos podían reconocer, Se hizo obediente aun hasta el punto de aceptar la muerte, y nada menos que la muerte de Cruz. Y por esa razón Dios Le exaltó, y Le concedió el nombre que está por encima de todos los demás nombres, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los del Cielo, y de los de la Tierra, y de los de debajo de la Tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor a la gloria de Dios Padre.

En muchos sentidos este es el pasaje más importante y conmovedor que Pablo escribió en todas sus cartas acerca de Jesús. Contiene uno de sus pensamientos favoritos. Su esencia se encuentra en la sencilla afirmación que hizo Pablo escribiendo a los corintios: Que Jesús, aunque era rico, por amor a nosotros se hizo pobre (2Co 8:9 ). Aquí esa misma idea se expresa en una plenitud sin paralelo. Pablo está exhortando a los Filipenses a que vivan en armonía, a que dejen a un lado sus discordias, a que se despojen de sus ambiciones personales y de su orgullo y de su deseo de sobresalir, y a que tengan en su corazón aquel deseo humilde, generoso, de servir que fue también la esencia de la vida de Jesús. Su exhortación final y suprema consiste en señalar al ejemplo de Cristo.

Este es un pasaje que debemos tratar de comprender plenamente, por lo mucho que contiene para despertarnos la mente a la meditación y el corazón a la adoración. Con este fin miraremos detenidamente algunas de sus palabras originales.
El griego es una lengua considerablemente más rica que el español. Muchas veces, cuando en español no tenemos más que una palabra para expresar una idea, en griego tenemos varias. En cierto sentido estas palabras son sinónimas; pero, como nos dicen los lingüistas, no existen en ninguna lengua palabras que quieran decir exactamente lo mismo y que se puedan usar indistintamente en todos los contextos. Eso es especialmente cierto en este pasaje. Cada una de las palabras que escogió Pablo meticulosamente nos muestran dos cosas: la realidad de la humanidad y la realidad de la divinidad de Jesucristo. Tomemos las frases una por una. Las presentaremos en la versión Reina-Valera y en nuestra propia traducción, y luego trataremos de penetrar en su sentido esencial.
Versículo 6: Siendo en forma de Dios – Él era por naturaleza en la misma forma de Dios. Dos palabras se escogieron cuidadosamente para mostrar la inalterable divinidad de Jesucristo. La palabra que la Reina-Valera traduce por siendo pertenece al verbo griego hypárjein, que no es la palabra corriente para ser. Describe lo que es una persona en su propia esencia y que no puede cambiarse. Describe esa parte de una persona que, en cualesquiera circunstancias, permanece inmutable. Así es que Pablo empieza diciendo que Jesús era esencial e inmutablemente Dios.

Luego pasa a decir que Jesús era en la forma de Dios. Hay dos palabras griegas para forma: morfé y sjéma. Tenemos que traducir las dos por forma porque no tenemos otro equivalente en español; pero no quieren decir la misma cosa. Morfé es la forma esencial que nunca cambia; sjéma es la fonna exterior que cambia con el tiempo y las circunstancias. Por ejemplo: la morfé de cualquier, ser humano es su humanidad, y eso no cambia; pero su sjéma está cambiando constantemente. Un bebé, un niño, un chico, un joven, un hombre adulto, un anciano siempre tienen la morfé de la humanidad; pero su

sjéma exterior está cambiando todo el tiempo. Las rosas, los tulipanes, los crisantemos, las dalias, etc., tienen todas en común la morfé de flores; pero su sjéma es diferente. La aspirina y la penicilina tienen una morfé común de medicinas; pero tienen una sjéma diferente. La morfé no cambia nunca; la sjéma sí, continuamente. La palabra que usa Pablo para decir que Jesús es en la forma de Dios es morfé; es decir: Su esencia inalterable es la divinidad. Aunque Su sjéma exterior cambiara, seguía siendo de esencia divina.

Jesús no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse (Antigua versión: no tuvo por usurpación ser igual a Dios) – no consideró el existir en igualdad con Dios como algo a lo que tenía que aferrarse. La palabra para usurpación (rapiña en la Biblia del Oso), que hemos traducido por cosa a que aferrarse es harpagmós, que procede de un verbo que quiere decir agarrar, arrebatar. La frase puede querer decir una de dos cosas, que coinciden en el fondo. (a) Puede querer decir que Jesús no tuvo necesidad de arrebatar la igualdad con Dios, como trató de hacer el primer Adán, porque la tenía por naturaleza. (b) Puede querer decir que no Se aferró a la igualdad con Dios, como reteniéndola celosamente para Sí, sino se despojó de ella voluntariamente por amor a la humanidad. Comoquiera que lo tomemos, hace hincapié en la divinidad esencial de Jesús.

Versículo 7: Se despojó a Sí mismo (Antigua versión: se anonadó a sí mismo) – Se vació de Sí mismo. El verbo griego kenún quiere decir literalmente vaciar. Se puede usar de sacar el contenido de un contenedor hasta dejarlo vacío, o de derramar su contenido hasta que no queda nada dentro. Aquí usa. Pablo la palabra más gráfica posible para aclarar el sacrificio de la Encarnación. Jesús rindió de manera voluntaria la gloria de la divinidad para convertirse en un hombre. Se vació de Su divinidad para asumir Su humanidad. Es inútil preguntar cómo; no podemos más que permanecer henchidos de santo temor al contemplar por la fe al Que es Dios todopoderoso hambriento y cansado y en lágrimas. Aquí, en un último esfuerzo del lenguaje humano, se atesora la verdad salvadora de que el Que era rico Se hizo pobre por amor a nosotros.

Tomó la forma de siervo – asumió la forma de un esclavo. La palabra que usa Pablo aquí es otra vez morfé, que ya hemos visto que quiere decir la forma esencial. Pablo quiere decir que cuando Jesús Se hizo hombre no se limitó a representar un papel, sino la pura realidad. No fue como los dioses griegos, que a veces, según la mitología, se presentaban como hombres pero guardaban sus privilegios divinos. Jesús se hizo hombre de veras. Pero hay algo más aquí. Se hizo semejante a los hombres – haciéndose en todo como los hombres. La palabra que la Reina-Valera traduce por se hizo y nosotros por haciéndose es una parte del verbo griego guínesthai. Este verbo describe un estado que no es permanente. La idea es la de llegar a ser, hacerse, y describe una fase de cambio que es totalmente real, pero que pasa. Es decir: la condición humana de Jesús no era un estado Suyo permanente; fue absolutamente real, pero transitorio.

Versículo 8: Hallándose en la condición de hombre – Vino con una apariencia humana que todos podían reconocer. Pablo insiste en lo mismo. La palabra que la versión Reina-Valera traduce por condición, y que nosotros hemos traducido por apariencia es sjéma, que ya hemos visto que es una forma que cambia.

Los versículos 6-8 forman un pasaje muy breve; pero no hay otro pasaje en el Nuevo Testamento que nos presente la absoluta realidad de la divinidad y de la humanidad de Jesús de una manera tan conmovedora, ni de una manera tan viva el sacrificio que Él hizo cuando se despojó de Su divinidad y asumió Su humanidad. Cómo sucedió, no lo podemos decir; pero es el misterio de un amor tan grande que, aunque no lo podamos comprender plenamente, podemos experimentarlo benditamente, y adorarlo.

LA HUMILLACIÓN Y LA EXALTACIÓN

Filipenses 2:5-11 (continuación)

Debemos tener presente siempre que cuando Pablo pensaba y hablaba acerca de Jesús, su interés y su intención no eran nunca primordialmente intelectuales o especulativos, sino siempre prácticos. Para él la teología y la acción siempre iban juntas. Todo sistema de pensamiento debe convertirse por necesidad en una manera de vivir. En muchos sentidos este pasaje es uno de los vuelos más altos del pensamiento teológico del Nuevo Testamento; pero su intención era persuadir a los Filipenses para que vivieran una vida en la que la desunión, la discordia y la ambición personal no tuvieran lugar.
Así es que Pablo dice de Jesús que Se humilló a Sí mismo y Se hizo obediente hasta la muerte, hasta la muerte de cruz. La gran característica de la vida de Jesús fue la humildad, la obediencia y la renuncia a Sí mismo. No deseaba dominar a los hombres, sino servir a los hombres; no deseaba seguir Su propio camino, sino el de Dios; no deseaba exaltarse a Sí mismo, sino renunciar a toda Su gloria por amor a los hombres. Una y otra vez el Nuevo Testamento se muestra seguro de que es solamente el que se humilla el que será exaltado (Mt 23:12 ; Lc 14:11 ; Lc 18:14 ). Si la humildad, la obediencia y la autorrenuncia fueron las características supremas de la vida de Jesús, también deben ser las señales características del cristiano. El egoísmo, el buscar para uno mismo y el alardear de lo propio destruyen nuestra semejanza con El y nuestra relación con nuestros semejantes.

Pero la autorrenuncia de Jesucristo le condujo a una gloria aún mayor. Le aseguró que algún día, más tarde o más temprano, todas las criaturas del universo en el Cielo y en la Tierra y hasta en el infierno Le adorarán. Hay que fijarse con cuidado de dónde llega esa adoración. Viene del amor. Jesús Se ganó los corazones de las personas, no apabullándolas con manifestaciones de poder, sino mostrándoles un amor que no pudieron resistir. A la vista de esta Persona que Se despojó de Su gloria por los hombres y los amó hasta el punto de morir por ellos en la Cruz, los corazones humanos se derriten y se les quebranta toda resistencia. Cuando adoran a Jesucristo, caen a Sus pies maravillados de amor. No dicen: » No puedo resistir un poder semejante;» sino, con el himno: «Amor tan maravilloso, tan divino, demanda mi vida, mi alma, mi todo.» La adoración se basa, no en el temor, sino en el amor.

Además, Pablo dice que, como consecuencia de su amor sacrificial, Dios Le dio a Jesús el nombre que está por encima de todos los nombres. Una de las ideas características de la Biblia es que se da un nombre nuevo para señalar una etapa nueva en la vida de una persona. Abram fue llamado Abraham cuando recibió la promesa de Dios (Ge 17:5 ). Jacob pasó a llamarse Israel cuando Dios inició una nueva relación con él (Ge 32:28 ). La promesa del Cristo Resucitado tanto a Pérgamo como a Filadelfia es la de un nuevo nombre (Ap 2:17 ; Ap 3:12 ).

Entonces, ¿cuál es el nuevo nombre que Dios Le dio a Jesucristo? No podemos estar del todo seguros de lo que Pablo tenía en mente, pero lo más probable es que el nombre nuevo fuera Señor.

El gran título por el que se conocía a Jesús en la Iglesia Primitiva era Kyrios, Señor, que tiene una historia iluminadora.

(i) Empezó significando amo o propietario.

(ii) Se tomó como el título oficial de los emperadores Romanos.
(iii) Llegó a ser el título que se daba a los dioses paganos. Fue la traducción que dieron los judíos al tetragrámaton Jehová en la traducción al griego de sus Sagradas Escrituras. Así que, cuando los cristianos llamaban a Jesús Kyrios, Señor, Le reconocían como el Dueño y Propietario del universo; era el Rey de reyes y el Señor de señores, Rey y Señor por encima de toda realeza y señorío; Señor ante Quien los dioses paganos no eran más que ídolos mudos e impotentes. No era nada menos que divino.

TODO PARA DIOS

Filipenses 2:5-11 (conclusión)

Fil 2:11

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

— como lo hizo Cristo Jesús: O bien: tengan los sentimientos propios de quienes viven unidos a Cristo Jesús. El verbo griego “froneo”, que traducido lit. equivaldría a sentir, pensar, puede incluir también el matiz de “actitud práctica”, “disposición”, “comportamiento”.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Jua 13:15.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

El ejemplo de Cristo

La mejor forma en la que Pablo alienta a los filipenses a vivir en humildad, y así tener verdadero compañerismo y unidad, es el recordarles el ejemplo de Cristo. Como habla de la humillación que Jesús aceptó y luego su exaltación como Señor de todo, quizás usando un himno cristiano primitivo (ver Introducción), tenemos una declaración de fe muy importante de la iglesia primitiva en relación con la verdadera humanidad y deidad de Cristo. Para comprenderla necesitamos prestar atención a las palabras específicas que son utilizadas en ella.

5 Haya en vosotros esta manera de pensar puede significar actitud personal o aquella que se expresa en las relaciones. “Tengan ustedes la misma manera de pensar que tuvo Cristo Jesús” (DHH).

6 Se usan aquí palabras muy fuertes. El participio existiendo viene de un verbo gr. más fuerte que el verbo “ser”; y éste es seguido por un sustantivo que se puede traducir “en idéntica naturaleza”. Jesús era verdaderamente Dios antes de llegar a ser una persona humana. Luego, sin dejar de ser Dios, estuvo dispuesto a dejar de lado la gloria de ser igual con Dios. No lo consideró como algo a qué aferrarse (ver nota más adelante sobre el significado preciso aquí). Hay quizá un contraste intencional con Adán en Gén. 3, como la tentación a la que cedió que fue la de pretender egoístamente apoderarse de lo que pensó que lo haría “como Dios”.

7, 8 Así, se despojó a sí mismo. Lit. significa “se vació a sí mismo”, no de su deidad, sino de su gloria, o “hizo a un lado lo que le era propio” (DHH). Luego, cuando dice haciéndose semejante a los hom bres; y hallándose en condición de hombre no significa meramente similitud sin la realidad de nuestra naturaleza humana. El fue verdaderamente hombre, como Pablo dice en Rom. 8:3 y Gál. 4:4, aunque la expresión “deja lugar para pensar que la semejanza humana no es toda la historia” (F. W. Beare, The Epistle to the Philippians [A. y C. Black, 1959]). Se inclinó aun más bajo haciéndose obediente hasta la muerte. Vivió una vida de total obediencia (ver Rom. 5:19; Heb. 5:8, 9; 10:5-14), “por obediencia fue a la cruz” (DHH). La muerte, incluso, fue muerte de cruz, una muerte en que sufrió un dolor inimaginable y una vergüenza total, una maldición a los ojos de los judíos en razón de lo que la ley decía en Deut. 21:23 (ver Gál. 3:13). Lo que la crucifixión significó para los romanos está expresado en las palabras de Cicerón: “Lejano esté el mismo nombre de la cruz, no solamente del cuerpo, sino aun de la mente, los ojos y los oídos de los ciudadanos romanos.”

9-11 Como consecuencia de esta humillación y sacrificio de sí mismo, le fue dado a Jesús por el Padre el nombre que es sobre todo nombre. Esto no significa un nombre específico o un título como tal, aunque “Jesús es el Señor” es la confesión cristiana más correcta y propia (cf. Rom. 10:9; 1 Cor. 12:3). Significa que Dios lo exaltó hasta lo sumo, al máximo honor, y esto es más significativo (especialmente cuando alguno diría que el Cristo del NT es menor que Dios) para comprender que en los vv. 10, 11 las palabras que están utilizadas en Isa. 45:23 acerca de Dios son utilizadas refiriéndose a Jesús, para expresar su honor, gobierno y autoridad por sobre toda la creación (cf. Ef. 1:20-22; 4:8-10; Apoc. 5:13). Finalmente, sin embargo, necesitamos notar que esto es para gloria de Dios Padre, p. ej. la gloria dada a Cristo no es en forma alguna independiente de la del Padre (cf. 1 Cor. 15:28). Todas estas tremendas declaraciones, debemos recordar, tienen en su contexto el propósito más práctico en relación con los filipenses, es decir, para persuadirles a dejar de lado la desunión, discordia y ambición personal.

Nota. Hay varias maneras de entender las palabras del v. 6 (no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse). Existen dos alternativas principales: O ser igual a Dios significa lo mismo que existiendo en forma de Dios, o bien puede entenderse en términos de la gloria y el honor de una posición al lado de Dios Padre, el título para señorear sobre el universo. Jesús no pensó aferrarse a ello; sería suyo de hecho, por designación del Padre, pero después de una cuna y una tumba terrenales y la resurrección, y a causa de su obediencia a lo dispuesto por el Padre: un camino de humillación y exaltación. Ahora, si ser igual a Dios se entiende como esencialmente que existiendo en forma de Dios, indicando que la naturaleza divina era inalienablemente suya, entonces podemos comprender al Apóstol cuando dice que “no se aferró a aquellas prerrogativas de igualdad con Dios” (Phillips); no tuvo que agarrarse de ellas: no era asunto de aferrarse a ellas, o no era algo de la cual aprovecharse. Quizá la última sea la más probable, tanto por el significado de las palabras gr. utilizadas, y porque se encaja en la enseñanza del párrafo entero. La forma señalada por el Padre era dar, no tomar, sacrificio y humillación sin tomar ventaja de su posición superior. Esta es la forma en que Jesús anduvo, y la manera en la que somos llamados a seguirle.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) “Mantengan […] esta actitud mental.” Lit.: “[En] esto estén ustedes poniendo mente”.

REFERENCIAS CRUZADAS

k 70 Mat 11:29; Jua 13:15

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

actitud…en…Jesús. Pablo señala que la muerte de Cristo en la cruz es el supremo ejemplo de humildad que el creyente debe seguir (vers. 8).

Fuente: La Biblia de las Américas

5 (1) Lit., Pensad, pues, esto en vosotros. La palabra este se refiere a la palabra estimando en el v. 3 y a considerando en el v.4. Este modo de pensar estaba también en Cristo cuando se despojó a Sí mismo, tomando forma de esclavo, y se humilló a Sí mismo, siendo hallado en Su porte exterior como hombre (vs.7-8). Pensar de este modo requiere que seamos entrañablemente uno con Cristo (1:8). Para poder experimentar a Cristo necesitamos ser uno con El hasta tal grado, es decir, en Sus tiernos sentimientos internos y en Su modo de pensar.

5 (2) En el cap.1 el punto central es magnificar a Cristo, vivir a Cristo (vs.20-21); en el cap.2 es tomar a Cristo como nuestro patrón, nuestro modelo. Este modelo es la norma de nuestra salvación (v.12). En los vs.5-16 hay cuatro elementos básicos: Cristo (v.5), la salvación (v.12), Dios (v.13), y la palabra de vida (v.16). La palabra de vida produce el modelo, por medio del Dios que opera, para aplicar la salvación a nuestro vivir diario. De esta manera disfrutamos a Cristo y lo vivimos a El, tomándole como nuestro modelo.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Esta porción sobre la humildad de Cristo es el punto culminante de la epístola. Al contrario del estilo informal y coloquial del resto de la carta, los vv. Flp 2:5-11 están esmeradamente pulidos. También es digno de notarse que, en unos pocos versículos, expresan el concepto de Pablo sobre el carácter único de la persona y de la obra de Cristo. El punto que Pablo quiere recalcar es que la disposición y el temple de los miembros de la iglesia deberían ser siempre los mismos que tuvo Cristo.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

O, entre

O, sentir, o, esta manera de pensar

Fuente: La Biblia de las Américas

Esto es, tened en mente.

Fuente: La Biblia Textual III Edición