¡Guardaos de los perros! ¡Guardaos de los malos obreros! ¡Guardaos de los que mutilan el cuerpo!
3:2 — » Guardaos de los perros», «Cuidaos de los perros» (BAS; VHA). El tiempo del verbo «guardaos» o «cuidaos» es presente. Significa, pues, sed vigilantes continuamente. Compárense Mar 4:24; Mar 8:15; Luc 21:8; 2Jn 1:8. Al decir «perros» Pablo se refiere a los judaizantes. Estos profesaban ser cristianos. Aceptaban a Cristo como el Mesías y habían sido bautizados para el perdón de pecados. También aceptaron la verdad de que el evangelio es para los gentiles, pero decían que primeramente éstos tenían que ser judíos por medio de circuncidarse para poder ser cristianos. Según esto el evangelio no era suficiente. La cruz de Cristo no era adecuada para la salvación plena de los gentiles, y que para ellos se requería el evangelio más la circuncisión (Hch 15:1-5; Gál 2:1-5). De esta manera les robaban a los gentiles su libertad en Cristo.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
guardaos de los perros. Pro 26:11; Isa 56:10, Isa 56:11; Mat 7:6, Mat 7:15; Mat 24:10; Gál 5:15; 2Ti 4:14, 2Ti 4:15; 2Pe 2:22; Apo 22:15.
de los malos obreros. Flp 3:19; Sal 119:115; Mat 7:22, Mat 7:23; 2Co 11:13; Gál 5:13; 1Ti 1:19; 2Ti 3:1-6; 2Ti 4:3, 2Ti 4:4; Tit 1:16; 2Pe 2:18-20; Jud 1:4, Jud 1:10-13; Apo 21:8.
de los mutiladores del cuerpo, o de la falsa circuncisión. Flp 3:3; Rom 2:28; Gál 2:3, Gál 2:4; Gál 5:1-3, Gál 5:6; Apo 2:9; Apo 3:9.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
En tiempos del NT. los perros eran carroñeros odiados. La palabra pasó a utilizarse para todos aquellos que tenían sentimientos moralmente impuros.
malos obreros: Dado que el término obreros se usaba ocasionalmente para identificar a aquellos que propagaban una religión, las palabras malos obreros se refieren probablemente a los maestros que propagan doctrinas destructivas.
mutiladores: Pablo apunta aquí sarcástica y específicamente a aquellos que desean reinstaurar las prácticas religiosas judías como requisito para la salvación. Escoge un término que significa literalmente «cortar». Al hacer esto, sugiere que estas personas ni siquiera entienden la verdad acerca de la práctica de la circuncisión en el AT. sino que la entienden como un mero corte de la carne.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
PERROS… MALOS OBREROS… MUTILADORES. La prueba más grande de Pablo fue el pesar que sintió por causa de los que tergiversaban el evangelio de Cristo. Su amor por Cristo, la iglesia y la verdad redentora era tan fuerte que lo estimulaba a oponerse fervientemente a los que pervertían la sana doctrina, tratándolos de «perros» y «malos obreros» (véanse Flp 1:17, nota; Gál 1:9, nota; cf. Mat 23:1-39). «Mutiladores del cuerpo» es la expresión de Pablo para la ceremonia de la circuncisión tal como la enseñaban los judaizantes, quienes afirmaban que la señal de la circuncisión del AT era necesaria para la salvación. Pablo declara que la verdadera circuncisión es la obra del Espíritu en el corazón de una persona cuando son borrados el pecado y la maldad (v. Flp 3:3; Rom 2:25-29; Col 2:11).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
perros. Durante el primer siglo los perros deambulaban por las calles y no se consideraban mascotas, por eso sobrevivían de los desechos y la carroña. Como los perros en ese entonces eran animales tan sucios, a los judíos les encantaba referirse a los gentiles con ese término despectivo. Sin embargo, Pablo se refiere aquí a los judíos y de forma específica a los judaizantes, con el fin de describir su carácter pecaminoso, vicioso y descontrolado. Para más detalles sobre los que enseñaban que la circuncisión era necesaria para la salvación, vea la Introducción a Gálatas: Contexto histórico; vea las notas sobre Hch 15:1; Gál 2:3. malos obreros. Los judaizantes sentían orgullo de ser supuestos obreros de la justicia, pero Pablo les describió como obreros de la maldad porque cualquier intento de agradar a Dios con esfuerzos propios y desviar la atención de Cristo y la redención lograda por Él es la peor clase de maldad. mutiladores. A diferencia de la palabra griega que se usa para «circuncisión» y que significa «cortar alrededor», este término significa «cortar de raíz». Como los profetas de Baal (1Re 18:28) y los paganos que mutilaban el cuerpo de cada uno de ellos en sus rituales febriles que estaban prohibidos en el AT (Lev 19:28; Lev 21:5; Deu 14:1; Isa 15:2; Ose 7:14), la circuncisión de los judaizantes no era en realidad un símbolo espiritual, sino una simple mutilación física (vea la nota sobre Gál 5:12).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
3:2 — » Guardaos de los perros», «Cuidaos de los perros» (BAS; VHA). El tiempo del verbo «guardaos» o «cuidaos» es presente. Significa, pues, sed vigilantes continuamente. Compárense Mar 4:24; Mar 8:15; Luc 21:8; 2Jn 1:8.
Al decir «perros» Pablo se refiere a los judaizantes. Estos profesaban ser cristianos. Aceptaban a Cristo como el Mesías y habían sido bautizados para el perdón de pecados. También aceptaron la verdad de que el evangelio es para los gentiles, pero decían que primeramente éstos tenían que ser judíos por medio de circuncidarse para poder ser cristianos. Según esto el evangelio no era suficiente. La cruz de Cristo no era adecuada para la salvación plena de los gentiles, y que para ellos se requería el evangelio más la circuncisión (Hch 15:1-5; Gál 2:1-5). De esta manera les robaban a los gentiles su libertad en Cristo.
Por lo tanto, Pablo era su enemigo número uno, porque les resistió fuertemente: Gál 2:5, «a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros» (gentiles). Según la ley de Moisés, el perro era un animal inmundo (Lev 11:27). La palabra «perro» era término de desprecio tanto entre gentiles como entre judíos.
En la actualidad muchos tienen perros caseros, y en Los Estados Unidos gastan mucho dinero para alimentarlos y cuidar de su salud, como si fueran miembros de la familia (muchas veces son tratados mejor que los «otros miembros» de la familia). Es más difícil para los tales entender la fuerza de la palabra, pero había pocos términos que indicaban tanto desprecio. Los judíos siempre lo aplicaban a los gentiles. Por eso, Pablo escoge este término para hablar de los mismos hermanos judíos que querían imponer la circuncisión sobre hermanos gentiles. Los judaizantes eran perros de dos patas, malignos, contenciosos, descontentos que «ladraban» su mensaje torcido y falso para trastornar las iglesias gentiles. (Compárese los lobos de dos patas de Hch 20:29).
Nos conviene dar mucho énfasis al peligro de mezclar la ley de Moisés con el evangelio. Hay varias sectas que lo hacen: los Adventistas aplican (a su modo) la ley del séptimo día; la Iglesia Católica Romana y los Mormones tienen su sacerdocio especial, basándose en la ley de Moisés; varias iglesias humanas usan instrumentos de música en el culto, basándose en la ley de Moisés (mayormente en los Salmos que forman parte de la ley de Moisés); también casi todas las iglesias humanas imponen el diezmo, que también viene de la ley de Moisés. Todos sacan de la ley de Moisés lo que les conviene y lo aplican a su modo en sus religiones «cristianas». Deben estudiar con cuidado este texto en el cual Pablo denuncia fuertemente a los que usan mal la ley de Moisés. Pablo usaba palabras cortantes cuando era necesario. El mensaje de verdad siempre corta corazones (véanse Hch 5:33; Hch 7:54, «aserrados en sus corazones» (BAS, margen).
— » guardaos de los malos obreros «, se refiere a los mismos. Pablo denuncia a los judaizantes con una denuncia triple para darle más fuerza. Los mismos son llamados «obreros fraudulentos» (2Co 11:13). Los que predican el evangelio se llaman «obreros» (Mat 9:38; Mat 10:10; 2Ti 2:15). Los «obreros» denunciados por Pablo eran muy activos pero no hacían la obra de Dios, sino que formaban partidos, y se gloriaban en la carne de los hermanos gentiles (Gál 6:13), es decir, se jactaban de cada gentil que podían circuncidar para agregarlo a su partido.
— » guardaos de los mutiladores del cuerpo», «guardaos de la concisión» (VM), KATATOMEN, mutilación. Pablo se refiere a los que practicaban lo que ellos mismos llamaban la «circuncisión», PERITOME, pero ya que no está en vigor la ley de la circuncisión, la práctica era simplemente «mutilación». La palabra «mutilación» aparece en Lev 21:5 («ni se harán sajaduras en su carne», BAS).
Para hablar de lo que ellos practicaban Pablo ni usa la palabra «circuncisión», porque la práctica de ellos no era digna de la palabra, sino que era ni más ni menos que la «mutilación» del cuerpo. Dice Pablo en Gál 5:12 (al referirse a los judaizantes), «¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!»
Fuente: Notas Reeves-Partain
LOS MAESTROS MALVADOS
Filipenses 3:2-3
¡Guardaos de los perros, guardaos de los obreros malvados, guardaos de la secta de los mutiladores! Porque nosotros representamos la verdadera circuncisión, los que damos culto en el Espíritu de Dios, los que no estamos orgullosos nada más que de Jesucristo sin poner nuestra confianza en cosas puramente humanas.
De pronto, el acento de Pablo cambia a un tono de advertencia. Dondequiera que él enseñaba, los judíos le seguían y trataban de deshacer su enseñanza. Pablo enseñaba que somos salvos únicamente por gracia, que la salvación es un don gratuito de Dios que no podemos ganar nunca, sino solamente aceptar en humildad y adoración lo que Dios nos ofrece; y además, que el ofrecimiento de Dios es para todas las personas de todas las naciones, y que nadie está excluido. Pero aquellos judíos enseñaban que, si uno quería ser salvo, tenía que merecerlo y ganárselo cumpliendo los incontables mandamientos de la ley judía; y además, que la salvación era para los judíos exclusivamente, y que, antes que Dios mostrara el más mínimo interés en él, el hombre tenía que circuncidarse, es decir, hacerse judío. Aquí Pablo acorrala a aquellos maestros judíos que estaban intentando deshacer su trabajo. Los llama tres cosas, especialmente escogidas para devolverles sus pretensiones.
(i) » ¡Guardaos de los perros!», les dice a los hermanos. Entre nosotros el perro es un apreciado animal de compañía, pero no era así en el Oriente antiguo. Los p ~os eran animales parias que vagaban por las calles y los campes, a veces en jaurías, que rebuscaban su alimento en los montones de basura y ladraban y gruñían a todos los que se encontraban. J. B. Lightfoot habla de » los perros que rondan por las ciudades orientales, sin amo ni hogar, comiendo basura y porquerías de las calles, luchando entre ellos, y atacando a los que pasan.»
En la Biblia los perros representan lo más bajo que se pueda imaginar. Cuando Saúl estaba tratando de matarle, David le preguntó: «¿Contra quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga?» (1S 24:14 ; cp. 2R 8:13 ; Sal 22:16; Sal 22:20 ). En la parábola del Rico y Lázaro, parte de la tortura de Lázaro era que los perros callejeros le molestaban chupándole las heridas (Lc 16:21 ). En Deuteronomio, la Ley relaciona el precio de un perro con la paga de una prostituta para decir que ninguna de las dos cosas es apta para ofrecérsela a Dios (Dt 23:18 ). Y en Apocalipsis la palabra perro representa a los que son tan impuros que están excluidos de la Santa Ciudad (Ap 22:15 ). Lo santo no debe darse a los perros (Mt 7:6 ). Y el pensamiento griego está de acuerdo; el perro representa todo lo desvergonzadamente sucio.
Los judíos les daban ese nombre a los gentiles. Hay un dicho rabínico: «Las naciones gentiles son como perros.» Y Pablo les aplica el mismo nombre a los maestros judíos. Es como si les dijera: «En vuestra orgullosa autojustificación llamáis perros a los otros hombres; pero sois vosotros los que sois perros, porque pervertís desvergonzadamente el Evangelio de Jesucristo.» Toma el nombre que los maestros judíos les habrían aplicado a los gentiles impuros, y se lo lanza de vuelta a ellos mismos. Todos debemos asegurarnos de no ser culpables de los mismos pecados que atribuimos a otros.
(ii) Los llama obreros malvados, realizadores de malas acciones. Los judíos estarían muy seguros de ser obradores de justicia. Estaban convencidos de que el cumplir las innumerables reglas y preceptos de la Ley era obrar justicia; pero Pablo estaba seguro de que la única clase de justicia que existe viene de rendirnos incondicionalmente a la gracia de Dios. La consecuencia de la enseñanza de ellos era alejar a las personas cada vez más de Dios en vez de acercárselas. Creían que estaban haciendo el bien, pero de hecho estaban obrando maldad. Todo maestro debe estar más profundamente interesado en escuchar a Dios que en propagar sus propias ideas y opiniones, so pena de correr el riesgo de ser un obrero del mal hasta cuando se tiene por obrador de justicia.
LA ÚNICA CIRCUNCISIÓN VERDADERA
Filipenses 3:2-3 (conclusión)
(iii) Por último, los llama la secta de los mutiladores. Hay aquí un juego de palabras en griego que no se puede reproducir en español. Hay dos verbos griegos que son muy semejantes: peritémnein, que quiere decir circuncidar, y katatémnein, que quiere decir mutilar, como aparece en Lv 21:5 , que describe las automutilaciones tales como el castrarse. Pablo dice: «Vosotros los judíos creéis que estáis circuncidados, cuando lo que estáis es mutilados.»
¿Qué quería Pablo resaltar? Según la creencia judía, la circuncisión se instituyó en Israel como una señal y símbolo de que era el pueblo con el que Dios había entrado en una relación especial. La historia del principio de ese signo se encuentra en Ge 17:9-10 . Cuando Dios hizo un pacto especial con Abraham, estableció la circuncisión como su señal eterna. Ahora bien: la circuncisión no es más que un signo en la carne, algo que se hace en el cuerpo de un hombre. Pero, si un hombre ha de tener una relación especial con Dios, necesita mucho más que una marca en su cuerpo. Debe tener una cierta clase de mentalidad y de carácter y de corazón. Aquí era donde por lo menos algunos de los judíos cometían una equivocación. Consideraban que la circuncisión, en sí, era suficiente para apartarlos especialmente para Dios. Mucho, mucho antes de esto, los grandes maestros y profetas se habían dado cuenta de que la circuncisión en la carne no era en sí misma ni mucho menos suficiente, y que lo-que se necesitaba era una circuncisión espiritual. En Levítico, el santo Legislador dice que los corazones incircuncisos de Israel deben ser humillados para aceptar el castigo de Dios (Lv 26:41 ). La exhortación del autor del Deuteronomio es: » Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz» (Dt 10:16 ). Dice que el Señor les circuncidará el corazón para hacer que Le amen (Dt 30:6 ). Jeremías habla del oído incircunciso, que se niega a escuchar la Palabra de Dios (Jer 6:10 ). El autor del Éxodo habla de labios incircuncisos (Ex 6:12 ).
Así es que lo que dice Pablo es: » Si no tenéis nada que mostrar más que la circuncisión de la carne, no sois circuncidados de verdad -no estáis más que mutilados. La verdadera circuncisión es la devoción del corazón y de la mente y de la vida a Dios.»
Por tanto, dice Pablo, son los cristianos los que están circuncidados de veras. Están circuncidados, no con una marca exterior en la carne, sino con la circuncisión interior de la que hablaron los grandes legisladores y maestros y profetas. Entonces, ¿cuáles son las señales de esa circuncisión verdadera? Pablo establece tres.
(i) Nosotros adoramos en el Espíritu de Dios; o, nosotros adoramos a Dios en el Espíritu. El culto cristiano no es un mero ritual, ni la observancia de los detalles de la Ley; es algo del corazón. Es perfectamente posible que uno cumpla una liturgia elaborada, y que su corazón esté sin embargo lejos de Dios. Es perfectamente posible que observe todas las reglas externas de la religión, y sin embargo tenga el corazón lleno de odio y rencor y orgullo. El verdadero cristiano da culto a Dios, no con fórmulas y normas externas, sino con la verdadera devoción y la sinceridad real de su corazón. Su culto es amor a Dios y servicio a los hombres.
(ii) Sólo estamos orgullosos de Jesucristo. El cristiano no se jacta de nada que haya hecho por sí mismo, sino sólo de lo que Cristo ha hecho por él. De lo único que puede presumir es de ser una persona por la que Cristo murió. Eso era lo que Pablo quería decir con su famoso proclama: » ¡Lejos esté de mí el gloriarme en otra cosa que no sea la Cruz de nuestro Señor Jesucristo!» (Gal 6:14 ).
(iii) No ponemos nuestra confianza en cosas meramente humanas. Los judíos ponían su confianza en el emblema físico de la circuncisión y en el cumplimiento de los deberes externos de la Ley. El cristiano pone su confianza solamente en la misericordia de Dios y en el amor de Jesucristo. El judío, en esencia, confiaba en sí mismo; el cristiano, en esencia, confía en Dios.
La verdadera circuncisión no es una marca en la carne; es ese culto verdadero, esa gloria real, y esa confianza auténtica en la gracia de Dios en Jesucristo.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
2Co 11:13; Gál 5:12.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— perros: Duro apelativo utilizado habitualmente para apostrofar a quienes son considerados enemigos irreconciliables (ver Mat 7:6; Apo 22:15). Los judíos denominaban así con frecuencia a los no judíos. En este pasaje, Pablo aplica el calificativo a los partidarios de la circuncisión.
— mutilarse: El texto griego presenta un juego de palabras con el que Pablo se refiere despectiva y sarcásticamente a la circuncisión, equiparándola en cierto modo a las “mutilaciones” sangrientas prohibidas por la ley (ver Lev 21:5; 1Re 18:25).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) “Los que mutilan la carne.” O: “la incisión”. Lit.: “el cortamiento”.
REFERENCIAS CRUZADAS
b 116 Rev 22:15
c 117 Rom 2:28; Gál 5:2
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
perros. Pablo aplica este término a los judaizantes, término que éstos usaban contra los gentiles.
malos obreros. Eran malos porque insistían en la doctrina de la salvación por obras, no por fe (vers. 9).
falsa circuncisión. Esta frase es traducción de la palabra griega katatomé que significa cortamiento . Pablo usa esta palabra para criticar a los que piensan que con sólo cortar la carne (circuncisión: gr. peritomé) pueden alcanzar la justicia de Dios (cp. vers. 3– 9).
Fuente: La Biblia de las Américas
2 (1) Es decir, vigilar siempre. Por un lado, el apóstol aconsejó a los filipenses que se regocijaran en el Señor; por otro, les advirtió que siempre se guardaran de los judaizantes.
2 (2) Puesto que no se usa ninguna conjunción entre ninguna de estas tres cláusulas, deben de referirse a la misma clase de personas. Los perros son inmundos ( Lev_11:27), los malos obreros son malignos, y los mutiladores del cuerpo son aquellos que merecen desprecio. ( Los mutiladores del cuerpo es un término despectivo para la circuncisión. Véase la nota 12 (1) de Gá 5). Los perros aquí mencionados son los judaizantes. En naturaleza, los judaizantes son perros inmundos, en Conducta son obreros malignos, y en religión ellos son los mutiladores del cuerpo, gente de la cual avergonzarse. En un libro de este género, tocante a la experiencia y el disfrute de Cristo, el apóstol advirtió a los creyentes gentiles contra tales personas inmundas, malignas y despreciables.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Aquí Pablo se pone en plan polémico. Tilda a los judaizantes (que enseñaban que la circuncisión era necesaria para la salvación) de perros (término que usaban para designar a los gentiles), malos obreros y mutiladores del cuerpo. Los tres epítetos están dirigidos a las mismas personas.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Guardaos de… Lit. mirad; La trilogía de perros… malos obreros… mutilación… se refiere a los judaizantes (M↓ añaden del cuerpo).
Fuente: Biblia Textual IV Edición
BD488(1b) En la repetición de περιτομή después de κατατομήν (circuncisión judía), Pablo echa mano a la palabra de la cual sus oponentes se enorgullecen, y de una manera retórica, la usa para desacreditarlos.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., de la mutilación;(gr., katatomé)
Fuente: La Biblia de las Américas
Lit. mirad.
3.2 En los tres grupos, se refiere a los judaizantes (M i añaden del cuerpo).